Comentarios generales: Muchas investigaciones han dado cuenta de que la aplicación de medidas orientadas a lograr este equilibrio entre vida laboral y personal, basadas en estrategias y políticas integradoras derivan en importantes beneficios para el trabajador disminuyendo el nivel de estrés, otorgando mayor nivel de autogestión de su espacio de trabajo y la posibilidad de disponer de mayor tiempo para su vida personal. Por otra parte, la organización se ve también beneficiada porque se logra una reducción en el nivel de ausentismo y rotación, incrementando el nivel de satisfacción y productividad, entre otros. La mejora en la calidad de vida laboral aumenta también el nivel de compromiso y la motivación del personal. La calidad de vida en el trabajo requiere entonces de múltiples acciones, que se traducen entre otros en: procesos y procedimientos diseñados, programas de capacitación, posibilidades de desarrollo personal, retribución justa, consideración por la vida personal y familiar, atención a las necesidades de esparcimiento, adecuadas instalaciones e infraestructura, líneas de comunicación abiertas, estabilidad y seguridad en el trabajo y una especial atención al balance entre la vida personal y el trabajo. La incorporación del concepto de balance entre vida personal y trabajo debe plasmarse como parte integrante de la estrategia de la organización y por lo tanto es responsabilidad del nivel máximo de conducción y no como una estrategia específica de un área de recursos humanos que reflejaría una mirada parcial, sólo así tendrá una real posibilidad de ser llevada a la práctica.