¿Embargo de derechos creditorios cartulares?

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Universidad de Buenos Aires
From the SelectedWorks of Martin Paolantonio
2000
¿Embargo de derechos creditorios cartulares?
Martin Paolantonio
Armando Ricci
Available at: http://works.bepress.com/martin_paolantonio/36/
LexisNexis Argentina
07/ 08/
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2004
Citar Lexis Nº 0003/007777
Género: Jurisprudencia anotada
Título:
¿Embargo de derechos creditorios cartulares?
Autor:
Ricci, Armando F. - Paolantonio, Martín E.
Fuente: JA 2000-III-610
MEDIDAS CAUTELARES - 01) Cuestiones generales - f) Procedimiento - 07.- Créditos cambiarios
Con nota de ARMANDO F. RICCI y MARTÍN E. PAOLANTONIO
2ª INSTANCIA.- Buenos Aires, junio 18 de 1999.- Considerando: 1.a) En f. 256 y respondiendo a un
requerimiento anterior, "Cosechas Argentinas S.A." informó haber importado de España productos de la
marca "Prado S.A.", "restando abonar a la fecha una letra de cambio" por cierta suma de dólares y con
fecha de vencimiento el 30/6/1999.
La iniciadora de este incidente solicitó en f. 258 embargo "sobre dicha suma" (rectius: embargo sobre
dicho crédito de su aparente deudora) y la providencia de f. 259 lo decretó: "siempre y cuando el
beneficiario de la misma [de la cambial, se entiende en el contexto] sea la demandada de autos".
1.b) En f. 270, la deudora de ese crédito pidió que se dejase sin efecto el embargo y, en subsidio, apeló de
la providencia de f. 259.
Dicho en muy breve síntesis, esa sociedad sostuvo serle imposible cumplir esa medida, por cuanto: a) si el
"beneficiario" de la letra (probablemente: si el portador legitimado del título, porque del informe de fs. 256
puede inferirse que la "beneficiaria" de la letra es "Transformados Metálicos Prado S.A.") no fuese la
demandada, su parte debería pagar la letra al endosatario, quien -como bien dijo la recurrente- adquiere
un derecho autónomo; b) si el presentante de la letra fuese la demandada, ésta "con toda seguridad" no
entregaría la letra ni dejaría constancia en ella de su pago, si la obligada cambiaria depositaba los fondos
en autos y en cumplimiento del embargo.
1.c) La provincia de f. 279 rechazó ese recurso de reposición -bajo argumento de ser prematuro el planteo
"desde el momento que apunta a un hecho que podría producirse en el futuro"- y concedió la subsidiaria
apelación.
En ese recurso debe entender la sala.
2. No parece dudoso que en las circunstancias descriptas, la apelante se halla en un estado de
incertidumbre sobre su derecho a liberarse de la obligación cambiaria que tiene respecto de la
demandada, y si bien ese estado no ocasiona una lesión actual a la deudora, la probable lesión adquirirá
actualidad al tiempo de la presentación de la letra, lo que ocurrirá al vencimiento -el 30/6/1999- o en los
dos siguientes días hábiles -según decreto ley 5965/1963 art. 40- (1).
Desde esta perspectiva, la posible lesión de ese derecho se presenta como inminente, y el legislador
provee soluciones para supuestos de alguna manera parecidos al de autos (arts. 321 Ver Texto inc. 1 y
322 CPCCN.). Más adelante -en el punto 5-, se comentará en esta resolución un precedente de la sala,
que revela el concreto riesgo que la situación de autos produce para la deudora cambiaria del crédito
embargado en autos.
Júzgase, por tanto, que la recurrente ha derecho a que se defina la posición en que, por causa de su
deuda para con "Transformados Metálicos Prado S.A." y del embargo decretado en autos, se hallará el
30/6/1999.
3. Un primer enfoque de la cuestión, que parte de un criterio práctico, podría conducir a prever las
hipótesis posibles y las correspondientes soluciones.
De tal modo:
(i) Si la letra fuere presentada al cobro por un endosatario, el embargo no operaría frente al nuevo
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portador legitimado, dado el derecho autónomo de éste; ésto llevaría a introducir una modificación en la
providencia apelada: en lugar de cumplirse el embargo "siempre y cuando el beneficiario [de la letra] sea
la demandada de autos", debería decirse "siempre y cuando la presentante de la letra al cobro fuese la
demandada de autos".
(ii) Si la letra fuese presentada por la demandada y la recurrente pagase normalmente su importe, ésta
tendría derecho a exigir la entrega de la letra (decreto ley 5965/1963 art. 42); ese derecho de quien paga
no puede ser en modo alguno desconocido, porque con esa entrega se consagra cambiariamente la
liberación del obligado. Por ello, el embargo de autos sólo debería operar si la demandada tenedora de la
letra entregase el título al obligado cambiario, aun cuando éste no pagase realmente la letra a la
demandada tenedora -puesto que depositaría su importe en autos-.
(iii) Un criterio realista sobre el tema, revela que en la hipótesis mencionada sub "(ii)", no sólo es "casi
seguro" que la demandada tenedora del título no lo entregará a la recurrente, sino que esa devolución de
la cambial es lisa y llanamente inimaginable, pues esa restitución del título sin recibir efectivamente su
tenedora el pago de su importe -que sería depositado en autos-, significaría tanto como entregar fondos la
demandada al actor de autos a través de la apelante, conducta que el profundo conflicto que enfrenta al
actor y a la demandada en esta causa no permite prever como de posible ocurrencia.
De todo lo anterior, resulta que el embargo decretado en este incidente presenta tantos condicionamientos
(que la letra sea presentada por la demandada, y que ésta entregue la letra al deudor aun cuando el
deudor no le entregue fondos, conducta no imaginable en el contexto litigioso de autos), que resultará
dudosamente operativo y previsiblemente no operativo.
En efecto: es altamente probable que la letra sea presentada por un tercero endosatario, o que si es
presentada por la demandada ésta niegue la entrega de la cambial a quien no le entrega efectiva y
realmente el importe de la misma.
Empero, el criterio práctico que preside el desarrollo de las consideraciones expuestas en este punto 3, no
es suficiente para resolver el caso, que contiene una cuestión jurídico conceptual que debe atenderse.
4.a) Está fuera de duda que los créditos extracambiarios son embargables mediante la simple
comunicación al deudor (art. 533 Ver Texto CPCCN.), quien -desde luego- debe abstenerse de pagar a su
acreedor embargado, pues si lo hace su pago será inválido (art. 736 Ver Texto CCiv.).
Nótese -pues ésto es importante, según se comprobará más adelante- que ese acreedor está
perfectamente individualizado y determinado, y que es siempre el mismo, salvo que ceda su crédito;
empero, de darse esa cesión ella debe ser notificada al deudor (CCiv. 1459), quien por ello también tiene
conocimiento de su "nuevo" acreedor individualizado y determinado.
Diferentemente, el crédito cambiario incorporado a una letra de cambio, si bien tiene un inicial acreedor
individualizado y determinado (pues el título debe indicar el nombre de aquel al cual, o a cuya orden, debe
hacerse el pago; art. 1 inc. 6 decreto ley 5965/1993), dicho inicial acreedor no siempre se mantiene como
tal: la ley de circulación de la letra -un título caracterizado, precisamente, como circulatorio- permite que
la cambial tenga por nuevo tenedor y acreedor a un endosatario, siendo que el endoso -a diferencia de la
cesión- no se notifica a los deudores cambiarios.
Debe tenerse presente, además de todo lo anterior, que la realidad de las cosas y los usos comerciales
indican que los endosos de títulos cambiarios son mucho más comunes y numerosos que las cesiones de
créditos extracambiarios.
4.b) De lo dicho en 4.a. se sigue que:
(i) El deudor de un crédito extracambiario tiene en todo momento un acreedor individualizado y conocido:
el sujeto que contrató con él o bien su cesionario -en cesión conocida por la necesaria notificación de la
misma-.
(ii) El obligado cambiario no tiene de igual modo un determinado acreedor individualizado y conocido,
pues el tomador o beneficiario del título bien pudo endosarlo a un tercero, en endoso que -a diferencia de
lo que ocurre con la cesión- no se comunica al obligado cambiario.
Puede decirse, pues, que el deudor extracambiario tiene un acreedor "inmóvil", en el sentido de que: a) es
el acreedor original; o b) si es su sucesor por causa de cesión, el deudor debe hallarse notificado -nada
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menos que por "acto público", como dice el CCiv. 1467- de esa cesión; entonces, el crédito de ese
acreedor puede ser lisa y llanamente embargado mediante la simple notificación al deudor, que altera el
destino de su entrega de fondos: en lugar de pagar a su acreedor, los deposita a la orden del magistrado
embargante.
Diferentemente, el obligado cambiario no tiene un acreedor "inmóvil" -en el sentido expuesto en el párrafo
anterior-, puesto que el conocido acreedor inicial puede ser sucedido por uno o varios endosatarios de
endosos que generan un derecho autónomo y que no se notifican al obligado cambiario. Nótese que en
tanto el deudor extracambiario siempre sabe quién es su acreedor (el inicial, o su cesionario por cesión
notificada al deudor), el obligado cambiario no conoce con certeza quién es su acreedor (salvo cláusula "no
a la orden", que no se ha dicho que exista en el caso), hasta el momento en que el tenedor legitimado del
título lo presente al cobro (o para el pago, como dice el art. 40 del decreto ley que regula la materia).
En tal situación, juzga la sala que para el embargo del crédito cambiario no es suficiente comunicación de
la medida al obligado cambiario, sino que es necesario además "inmovilizar" al "móvil" acreedor
cambiario, de modo de asegurar que ese acreedor sea el deudor del embargante. Y esa "inmovilización"
del acreedor se logra deteniendo la posible circulación del título cambiario, obtenible -fácilmente o no, eso
no interesa jurídicamente- mediante el secuestro del título -secuestro que, obviamente, lo extrae de su
circulación normal por colocarlo a disposición del magistrado embargante del derecho creditorio
incorporado al papel de que se trate-.
Dicho más brevemente: no es suficiente embargar un derecho cartular con notificación al obligado
cambiario, sino que es necesario además secuestrar el título de manos del deudor del embargante.
5. En un precedente (18/3/1983, "Cogul Omella, Francisco v. Corfam S.A."), esta sala atendió un caso que
interesa comentar aquí.
En ese precedente, fue ejecutado un pagaré suscripto por "Corfam S.A." en favor de "Follajes Fábrica de
Muebles", endosado a Cogul Omella.
A ese proceso antecedió la causa "Pifor S.A. v. Follajes Fábrica de Muebles", donde la actora pidió y obtuvo
el embargo del crédito que "Follajes Fábrica de Muebles" tenía contra "Corfam S.A." por causa de ese
pagaré luego ejecutado. Corfam S.A. -luego de alguna alternativa procesal que no interesa mencionar
aquí- cumplió esa orden de embargo, y depositó el importe de su deuda para con "Follajes Fábrica de
Muebles".
Al pretender Cogul Omella el cobro de ese pagaré que recibió por endoso de "Follajes Fábrica de Muebles",
la ejecutada "Corfam S.A." opuso excepción de pago, fundada en el depósito a embargo hecho en el
anterior juicio promovido por "Pifor S.A."; esa excepción fue rechazada por mayoría de esta sala conformada por los doctores Alberti y Rivera- y con la disidencia del doctor Bosch.
Al fundar esa decisión desestimatoria de la excepción, entre varias otras cosas dijo la sala -por mayoríaque al recibir la notificación del embargo dictado por el Juzgado 20 del fuero en el juicio iniciado por "Pifor
S.A.", "cupo a Corfam promover juicio de consignación (art. 757 Ver Texto inc. 4 CCiv.), imputando a ese
efecto el depósito hecho en los autos `Pifor v. Follajes', o recurrir contra aquella decisión del Juzgado 20,
u oponerse a la entrega de los fondos cuando ella fue dispuesta. En cambio, optó por la inactividad,
pretendiendo así trasladar los riesgos derivados de la orden de embargo aparentemente errónea al
tenedor del título que hoy se ejecuta".
Esas consideraciones son útiles para esta resolución, por dos razones:
(i) Nótese el muy concreto riesgo que la actual situación de incertidumbre produce a la recurrente, lo cual
corrobora lo dicho en el punto 2 de la presente interlocutoria: quien pagó mal -o quien mal dio a embargo,
si se prefiere-, debió pagar dos veces, y ello puede ocurrirle a la apelante.
(ii) Repárese en la locución puesta en cursiva en la parcial transcripción del precedente de esta sala (cupo
a Corfam "recurrir contra aquella decisión del Juzgado 20"); pues bien, exactamente eso fue lo que hizo
en autos "Cosechas Argentinas S.A.": recurrió contra la orden de embargo dada en este incidente de
medidas cautelares.
La cita del precedente tiene también una tercera finalidad: demostrar los entuertos que pueden generarse
cuando se embarga un derecho creditorio cartular con la simple notificación de la medida al obligado
cambiario, sin el previo o coetáneo secuestro del título de manos del deudor del embargante.
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La sala reitera, pues, el juicio expuesto en el último párrafo del punto 4 de esta resolución, lo cual aventa
la posible repetición de casos como el del precedente.
De otro lado, este tribunal estima que la solución que dará al caso es la que mejor consulta el sistema
legal cambiario: a) se adecua al régimen de circulación de los títulos de crédito, al proteger los derechos
autónomos de endosatarios tenedores del título, cuyo derecho al cobro sería perturbado por embargos
trabados contra los endosantes si se admitiese ese embargo sin el precedente o coetáneo secuestro del
título -lo cual impediría el endoso-; y b) respeta el derecho a liberación del obligado cambiario, que podría
verse severamente afectado en supuestos como el de autos, como lo revela el precedente "Cogul Omella",
aquí citado y comentado.
Por último, la sala destaca que el acceso al juicio de consignación del art. 757 Ver Texto inc. 4 CCiv.
mencionado en ese fallo "Cogul Omella" es una de las varias opciones allí previstas para el obligado
cambiario notificado del embargo del crédito. De tal modo, no es dudoso que ese sujeto puede acceder a
los otros términos de la opción, entre las que se halla la de recurrir el decreto de embargo, como lo hizo la
aquí apelante -en acción más simple y menos onerosa que la promoción de un juicio de consignación,
ciertamente-.
6. Con base en las consideraciones expuestas, la sala admitirá la subsidiaria apelación deducida en fs.
270.
Las costas del incidente serán distribuidas por su orden, dado que lo atípico e inusual de la cuestión pudo
dar lugar a que el embargante se creyera, razonablemente, con derecho a peticionar como lo hizo.
7. Por tanto, admítese la subsidiaria apelación de f. 270, revócase la providencia dictada en f. 259, y
distribúyese por su orden las costas generadas por el incidente.
Devuélvase sin más trámite, confiándose al magistrado de primera instancia proveer las diligencias
ulteriores (art. 36 Ver Texto inc. 1 CPCCN.) y las notificaciones pertinentes.
Actúan únicamente los suscriptos, por encontrarse el restante juez de la sala en uso de licencia
compensatoria de su desempeño en feria (art. 109 RJN.) (2).- Carlos M. Rotman.- Felipe M. Cuartero.
NOTAS:
(1) ALJA 1963-95 - (2) LA 1993-C-3651.
¿EMBARGO DE DERECHOS CREDITORIOS CARTULARES?
Por ARMANDO F. RICCI y MARTÍN E. PAOLANTONIO
SUMARIO: I. Introducción.- I. Los hechos del caso.- III. Los argumentos del fallo anotado.- IV. El embargo
del crédito cambiario visto desde la teoría general de los títulos valores.- V. Síntesis y conclusión
I. INTRODUCCIÓN
Mientras el desarrollo jurisprudencial de cuestiones vinculadas a la teoría general de los títulos valores
languidece al compás de la cerrada interpretación jurisprudencial en materia de excepciones oponibles en
el juicio ejecutivo (1), el fallo que anotamos aborda interesantes cuestiones vinculadas a la dogmática
cambiaria.
No es, sin embargo, el objeto de la sentencia que comentamos un análisis que revista un interés
meramente teórico.
Como se sigue de su texto y del desarrollo siguiente, el fallo acomete una cuestión de relevancia práctica,
poniendo de manifiesto las limitaciones y carácter disvalioso de una resolución de primera instancia que
había dispuesto el embargo del crédito incorporado a un título cambiario (2).
II. LOS HECHOS DEL CASO
En el marco de un incidente de medidas cautelares, Héctor Gutiérrez Segú solicitó y obtuvo el embargo de
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un crédito incorporado a una letra de cambio cuya beneficiaria era Transformados Metálicos Prado S.A.,
sociedad demandada en el principal.
La cautelar se sujetó a que el portador legitimado de la cambial resultara Transformados Metálicos Prado
S.A.
Recurriendo la peculiar cautelar otorgada, Cosechas Argentinas S.A., obligada principal al pago de la letra
de cambio causada en una operación de importación de mercaderías de España (3), plantea la
imposibilidad de acatar la medida judicial, con argumentos que fueron recibidos en la sentencia de
segunda instancia que anotamos.
III. LOS ARGUMENTOS DEL FALLO ANOTADO
Dejando sin efecto la sentencia de primera instancia, el tribunal de alzada se encargó de puntualizar la
falta de eficacia práctica de la cautelar otorgada, concluyendo que los hechos necesarios para la
operatividad de la medida precautoria (presentación de la letra por la demandada y no por un tercero al
que se le hubiera transmitido, y que la demandada entregare la cambial al deudor sin recibir el pago
correspondiente) eran de difícil verificación.
Pero esta referencia fáctica no olvidó las bases teóricas de la solución, explicando la muy distinta situación
del crédito "común" o extracambiario, de la que corresponde al incorporado al título valor (primariamente,
la mutabilidad de la posición de acreedor sin conocimiento ni necesidad de notificación al deudor,
característica de las transmisiones cambiarias).
Por otra parte -y ello es fundamental- el tribunal dejó en claro, conforme los principios generales de los
títulos valores (4) y citando precedentes propios, que el acatamiento por parte del deudor de la orden de
embargo, y el consecuente depósito en sede judicial, no habría de tener eficacia liberatoria frente al
tercero portador del documento.
Ergo, no puede exigirse al deudor cambiario que asuma tamaño riesgo, de alta probabilidad considerando
la naturaleza propia de la letra de cambio como título destinado a la circulación (5).
IV. EL EMBARGO DEL CRÉDITO CAMBIARIO VISTO DESDE LA TEORÍA GENERAL DE LOS TÍTULOS
VALORES
Sin demérito de la lograda argumentación del fallo que comentamos, entendemos ilustrativo señalar las
principales cuestiones de la teoría general de los títulos valores que le sirven de sustento.
En primer término, la incorporación del crédito al título valor, aun cuando considerada una imagen
plástica, expresa con bastante evidencia el fenómeno de la conexión entre documento y derecho, tal como
lo ha señalado Ferri (6).
Nacida la obligación cambiaria y literalizada en el documento, el crédito circula en la medida de las
transferencias del cartular, de modo tal que el acreedor es, en rigor, el portador de buena fe del título
conforme su ley de circulación (art. 17 decreto ley 5965/1963) (ALJA 1963-95), o quien lo hubiere
adquirido por vías de derecho común (7).
De allí, entre otras consecuencias, la necesidad de la posesión del documento para el ejercicio del derecho
incorporado (8).
Por otra parte, la presunción iuris tantum derivada de la legitimación cambiaria (art. 17 decreto ley
5965/1963), con la consiguiente facilitación de la percepción del crédito incorporado al título, supone
también la posibilidad del deudor de liberarse pagando al legitimado, contra entrega del título valor (arts.
42 y 43 decreto ley 5965/1963).
Tal solución normativa, y la apuntada incorporación del derecho al título valor, hacen inviable la posibilidad
de disociar el elemento obligatorio (el derecho de crédito) del elemento real (el título como "cosa").
De allí que mal puede concebirse, como lo resuelve acertadamente el fallo anotado, el embargo del crédito
cambiario sin a la vez imposibilitar, mediante el secuestro del cartular, que el deudor cambiario se vea
expuesto al reclamo del portador legítimo del documento y obligado en consecuencia a abonar
nuevamente su importe (arg. art. 17 decreto ley 5965/1963) (9).
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V. SÍNTESIS Y CONCLUSIÓN
Recapitulando, reiteramos nuestra aprobación al criterio adoptado por el tribunal, que captura
adecuadamente las diferencias sustanciales entre una relación jurídica sujeta a las disposiciones generales
del Código Civil y aquélla alcanzada por los principios y normas de los títulos valores (10).
De tal distinción se sigue la conclusión básica y más relevante del fallo anotado: no cabe decretar el
embargo de un crédito incorporado a un título cambiario sin proceder, si se dan las circunstancias que
autorizan tal proceder (11), al secuestro del documento que incorpora el derecho de crédito.
NOTAS:
(1) Nos referimos a la generalizada orientación que hace prevalecer la tasa o limitación de los Códigos
Procesales en materia de excepciones oponibles (por ej., art. 544 Ver Texto inc. 4 CPCCN.), a pesar de las
disposiciones de las leyes de fondo (por ej., arts. 11 Ver Texto , 17 Ver Texto y 18 decreto ley
5965/1963), según las cuales la inoponibilidad de excepciones sólo opera entre quienes no son partes o
vinculados directos. Ver sobre el tema Bergel, Salvador D. y Paolantonio, Martín E., "Acciones y
excepciones cambiarias", t. II, 1992, Ed. Depalma, ps. 291 y ss.
(2) Adicionalmente, la solución del decisorio anotado permite una eficaz distinción entre la situación
jurídica de un deudor "común", y aquel obligado al pago de un título valor cambiario, por lo que su
utilización como herramienta pedagógica no es desdeñable. Casualmente, el soporte fáctico del fallo
guarda analogía con el caso práctico con el que solemos ilustrar tales diferencias desde nuestra cátedra
universitaria (ver el texto en Paolantonio, Martín E., "Títulos negociables. Casos prácticos", 1999, Ed.
Rubinzal-Culzoni, ps. 24 y 25).
(3) El matiz internacional de la causa de la emisión del título explica la existencia de una letra de cambio,
documento rara vez objeto de pronunciamientos judiciales en nuestro país.
(4) Para su relación el embargo del crédito, ver infra, ap. 4.
(5) Lo que se evidencia, entre otras disposiciones legales, por el carácter presupuesto de la cláusula "a la
orden", con la consiguiente posibilidad de transmisión vía endoso (art. 12 Ver Texto decreto ley
5965/1963).
(6) Ferri, Giuseppe, "Títulos de crédito", 1982, Ed. Abeledo-Perrot, p. 28. Recordamos que la doctrina
tiene pareceres encontrados acerca de la fuerza normativa de la incorporación, pero aun sus críticos -tal el
caso del autor italiano referido- aceptan generalmente su validez como mecanismo explicativo de la
vinculación entre el elemento real y el obligatorio que conforman el título valor.
(7) En términos simples, la adquisición del título importa la adquisición del derecho incorporado
(Martorano, Federico, "Titoli di credito", 1994, Ed. Giuffrè, Milano, p. 14). El criterio, que dentro de la
discusión acerca de la posición jurídico-real del acreedor cambiario se identifica con la llamada "teoría de
la propiedad", cuenta con una sostenida adhesión de la doctrina. Ver referencias en Paz Ares, Cándido,
"Naturaleza jurídica de la letra de cambio", en Menéndez-Menéndez, Aurelio, "Derecho cambiario. Estudios
sobre la Ley Cambiaria y del Cheque", 1986, Ed. Cívitas, Madrid, p. 144.
(8) Para un desarrollo de concepto de necesidad vinculado a los títulos valores, se puede ver en la doctrina
nacional Williams, Jorge, "títulos de crédito", 1981, Ed. Abeledo-Perrot, p. 99 y ss.
(9) Conviene aquí recordar que, a menos que estén literalizadas en el documento, las excepciones
extintivas en general, y la de pago en particular, resultan inoponibles al tercero de buena fe (arg. art. 17
Ver Texto decreto ley 5965/1963; ver para el desarrollo teórico que explica tal conclusión, Bergel y
Paolantonio, "Acciones...", t. I, ps. 442 y ss.).
(10) Supra, ap. 4.
(11) La referencia no se limita a la verificación de los recaudos generales para la adopción de una medida
cautelar, sino que presupone que el sujeto a cuyo respecto se decreta la cautelar no ha transmitido el
cartular, caso en el cual el secuestro deviene impractible, ya que el adquirente del documento es como
regla inmune a las vicisitudes previas a su adquisición (arg. arts. 17 Ver Texto y 18 decreto ley
5965/1963).
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