El espacio multidimensional y las ciudades en deuda

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4 | Mayo 2013 | El Inversor y la Construcción
Cómo destronar a la
Es el desarrollo urbano
que fragmenta y segrega
por medio de muros y
barreras.
Es una consecuencia de
las modificaciones que
han sufrido los espacios
públicos, desde el ágora
griega hasta los sitios,
hoy avasallados por la
violencia y la falta de
gestiones públicas y
privadas coordinadas.
¿Cómo recuperarlos?
En esta nota responden
el arquitecto Federico
Weskamp, el psicólogo
Sebastián Bertucelli y
el viceintendente de
la Municipalidad de
Córdoba,
Marcelo Cossar.
Por Laura Pantoja
[email protected]
E
l espacio público puede ser
concebido desde diferentes
ópticas según su uso y función. Para la arquitectura propiamente dicha es el estructurante de la
trama urbana; para la sociología, es
un lugar de encuentro, de recreación,
de expresión y de manifestaciones
populares. Lo cierto es que a medida
que las costumbres y las condiciones
sociales van cambiando a la par de la
historia, la fisonomía y razón de ser
de estos hitos traídos del renacimiento se van desdibujando.
Dignos de análisis son los espacios
públicos en Córdoba, los cuales -en
virtud del avance de la construcción,
su apropiación por parte de grupos
desprotegidos y su deterioro como
producto de gestiones municipales en
crisis y del avasallamiento de ciudados desconsiderados- se vieron/se
ven en el ojo de la tormenta.
La Fundación Córdoba Mejora
arrojó luz al respecto mediante el Encuentro de Líderes: "Espacio público:
¿hábitat o guarida?", que se llevó a cabo semanas atrás en el auditorio de
OSDE. El Inversor y la Construcción
dijo “presente”.
En primera instancia, el arquitecto
Federico Weskamp, abordó una fecunda mirada del espacio público, citando al reconocido arquitecto An-
El espacio multidimensional y las ciudades en deuda
“A partir de la existencia de un conglomerado humano se tiene la necesidad de espacios de encuentros e intercambios.
Es lo que se materializó en la polis griega a través del ágora,
que es el paradigma del espacio público y la génesis de la
ciudadanía. Estos lugares se han ido reinventando a partir de
la evolución de la sociedad, de sus necesidades, de sus modos y de sus limitaciones, a los parques y plazas, se han sumado los centros culturales, los nodos de transporte como
las estaciones de trenes y terminales de ómnibus.
El origen del espacio está íntimamente concatenado con el
origen de la ciudad. Desde el ágora griega a la plaza urbana
contemporánea, el espacio público ha pasado a ser un concepto multidimensional, como espacio físico, simbólico y político. Es físico porque se manifiesta mediante distintos lugares, donde todas las personas de diferentes edades pueden
circular y expresarse libremente. Debe ser inclusivo y seguro.
Es una red simbólica porque toma los distintos espacios existentes en la ciudad a través de los cuales los vecinos se siendrea Palladio, uno de los más influyentes del Renacimiento tardío, quien
aseguró: “Una ciudad es como una casa grande y una casa, una pequeña
ciudad”.
“Se refiere a la interrelación que para ellos debía acarrear el hecho urbano como expansión del espacio privado, con una alta noción de integración
entre ambos y pertenencia”, explicó.
“Las cosas públicas pertenecen a
todos los ciudadanos, la belleza de
una ciudad radica en la belleza y definición de sus puertas, en la belleza
de sus calles, de sus plazas, de sus lugares de encuentro, de sus monumentos y edificios públicos", dijo,
tras lo cual remarcó el modo en que
la antigüedad consideraba al espacio
público: “Como el estructurante de
ten representados: La Cañada, la costanera, los centros de
participación comunal, las plazas, la esquina de Vélez Sársfield y Bv. San Juan donde se expresa la alegría y el repudio.
Es un espacio político porque es el lugar de representación
de la población y desde la administración pública tenemos la
responsabilidad de administrar lo colectivo, de hacer el esfuerzo para lograr concilios y fomentar la convivencia.
Existe una deuda grande con los vecinos de la mayoría
de las ciudades de nuestro país. La crisis del 2001 impactó en la economía doméstica, en los municipios y en la
capacidad de prestar servicios. El espacio público se convirtió en un claro indicador de una calidad de vida baja,
con niveles de civismo pobres y experiencias de convivencia en actitudes difíciles, que no sólo alcanza a los sectores desprotegidos sino que nos atraviesa a todos. Los actos de vandalismo en las plazas recientemente recuperadas son contundentes ejemplos”, expresó el viceintendente de la Municipalidad, Marcelo Cossar.
la trama urbana”.
El remanente
Consultado por El Inversor y la Construcción, el profesional admitió que
los ciudadanos están “en deuda” con
el espacio público. “Por distintos motivos hemos sentido que el espacio
publico dejó de cobijarnos, hemos
perdido conciencia sobre su importancia y también hemos perdido la
noción de pertenencia”, graficó.
Consideró que existe “encierro” en
los espacios privados y que los ciudadanos se preocupan más por ellos, al
ponerles rejas, muros y barreras. “Parecería que el remanente -o lo que
queda- es ese espacio público perdido
o deteriorado, que antes era lugar de
encuentro y que ahora se ha converti-
do en una jungla", aseguró.
Por su parte, el psicólogo Sebastián Bertucelli, con amplia experiencia nacional e internacional en la reorganización de espacios comunitarios, reveló que es imposible abordar
hoy el espacio público sin tener en
cuenta la violencia social. “Para poder entender lo que sucede en un espacio público es necesario evaluar
los modos simbólicos de cómo lo
ocupamos”, apuntó.
Clasificó como “arquitectura del
miedo”, a aquella que genera espacios
fragmentados, barreras y muros entre
ciudadanos, que inventa espacios en
disputa entre habitantes atravesados
por la violencia social. “Son sitios que
se disgregan de la sociedad civil y que
fijan sus propias reglas; por ejemplo,
Marcelo Cossar, viceintendente de la ciudad.
después de determinada hora, no
puede entrar cualquiera”, mencionó.
Sobre este punto, el especialista recordó una intervención en la que participó años atrás en barrio Comercial
de Córdoba, donde la plaza central estaba “tomada” por un grupo de “ocho
chicos”. “Las escuelas celebraban sus
fechas patrias de manera individual y
puertas adentro porque temían salir a
las calles, se propusieron durante dos
días unir los festejos y exponerlos en la
plaza”, contó. De esta manera, los jóvenes con problemas de violencia
quedaron “sitiados” y comenzaron a
participar de las actividades con “poder de ciudadanos”.
“A la violencia no se la previene,
se la va sitiando desde la paz. Si uno
quiere prevenir la violencia sólo lo-
El Inversor y la Construcción | Mayo 2013 | 5
arquitectura del miedo
Un órgano
pluralista de
planificación y
desarrollo
gra aumentarla, porque es competir
con el problema y no sitiarlo”, declamó el investigador.
De acuerdo con su vasta experiencia, Bertucelli aconsejó que, para recuperar los espacios públicos, todos
los “ciudadanos-vecinos deben salir
sistemáticamente de sus casas juntos,
con algún objetivo para ocuparlos”.
“Salir y desaparecer, volver a salir y
desaparecer hasta encontrar la próxima oportunidad. Así llegará el día en
que los espacios públicos volverán a
ser de todos”, sentenció.
Mirada integral
El psicólogo plantea que para que esto sea plausible es necesario un cambio en la gestión de la política. “Deben dejar de bajar línea y aprender
con los ciudadanos, quienes son los
que deben intervenir en la generación y modificación de los espacios
públicos”, fundamentó.
A su turno, en representación de
quienes son los responsables de administrar los espacios públicos, el viceintendente de la Municipalidad de
Córdoba, Marcelo Cossar, se jactó de
que la actual gestión brega por la recuperación de los espacios públicos.
Recordó algunas de las acciones que
se ejecutaron en tal sentido, tales como el saneamiento de cien plazas en
la ciudad, el embellecimiento de los
puentes con obras de artes plásticas y
el proyecto de recuperación del centro cultural “La Piojera”, entre otros.
Pero lo más importante, si se tiene en
cuenta la sugerencia del psicólogo, es
el acercamiento a los vecinos como
principales protagonistas de la ciudad. “Queremos recuperar el espacio
público desde la célula primaria de
representación de los vecinos, que
son los barrios; vamos a los barrios,
ponemos la cara y los reivindicamos”, añadió, recordando la decisión
del Concejo Deliberante de mantener
su reunión todos los miércoles en los
distintos Centros de Participación
Comunal (CPC) de Córdoba.
De la caja al circuito
En función de las experiencias que
Bertucelli recogió en un plan de políticas sociales que llevó a cabo en Rafaela, Santa Fe, una ciudad con sectores
“desprolijos, ocupación aluvional,
amontonamiento e índices de violencia”, la coordinación y el trabajo inte-
“Existe un diseño urbano que favorece
a la paz o a la violencia”
“ Hay un diseño de política pública y de
diseño urbano que favorece la violencia
o la paz, tienen que estar bien planificados porque -de otra manera- contribuimos con nuestra llegada descoordinada
a la fragmentación ya existente en la población. Abrimos una calle en Medellín
(Colombia) que cruza todo un sector en
conflicto: empezamos a ocupar con los
vecinos uno de los primeros estamentos, la cuadra, elemento fundamental en
la socialidad de nuestra América Latina”.
“La arquitectura del miedo o de mer-
cado es aquella que genera espacios
fragmentados, barreras y muros entre
ciudadanos, que inventa espacios en
disputa entre habitantes atravesados
por la violencia social”
“ A la violencia no se la previene, se la
va sitiando desde la paz. Si uno quiere
prevenir la violencia, lo único que logra
es aumentarla, porque pasa a competir
con el problema en lugar de sitiarlo”,
disparó el psicólogo Sebastián Bertucelli, de vasta trayectoria en el terreno de
las redes comunitarias.
Sebastián Bertucelli
grado de las áreas de gestión pública
resulta ser primordial a la hora de recuperar los espacios públicos.
“En lugar de que los ingenieros de
obras públicas trabajen de manera increíblemente descoordinada, articulamos todas las secretarías -Arquitectura Urbana, Cultura y Salud-, invitamos a los vecinos y en forma integrada planificamos juntos las políticas
públicas en microáreas”, relató. Entre
otras acciones, “articularon lo desarticulado”, conectaron por medio de aperturas de calles, barrios segregados o
tomados por pandillas.
-¿Cuál cree que es el rol para promover el actuar espacio público y
generar nuevos? ¿Considera que
hay planificación estratégica por
parte del Estado para propender
su conservación y evitar la invasión de actores que lo degraden,
sean protagonistas del vandalismo o empresas privadas?
- “Es una necesidad contar con
un organismo de Planificación y
Pensamiento de la ciudad, que exceda a los gobiernos de turno, que
sea un ente independiente del poder político. Considero que esto es
un desafío para el Gobierno municipal . El lugar, llámese ‘Consejo
de planificación’ o ‘Instituto de
Planificación Urbana’ o el nombre
que se le quiera adjudicar,debería
ser el espacio donde confluyen los
distintos actores del complejo hecho urbano: los ciudadanos representados a través de sus centros
vecinales; los desarrollistas como
motores de la inversión privada;
los profesionales interdisciplinarios nucleados a través de sus colegios respectivos; las universidades y las respectivas cátedras de
Urbanismo. Es decir, un lugar que
convoque a todos, a pensar REALMENTE en la ciudad.
Tenemos que tomar conciencia
de que las ciudades se estructuran a través de los espacios públicos y sin ellos no hay ciudad sino
espacios fragmentados”, expresó
el arquitecto del estudio FWAP, Federico Weskamp.
La invasión privada
En forma coincidente, el arquitecto
del estudio FWAP instó a los administradores y gestores del espacio
público a promover un “profundo
cambio” que tienda no a dar “soluciones parciales” sino a “pensar integralmente la ciudad”.
“Como diseñadores desde lo privado, debemos tomar más conciencia
del impacto que implican nuestras
obras sobre el espacio público, podemos modificarlo, deteriorarlo o calificarlo. Debemos mirar más allá de las
‘medianeras’ que nos toca intervenir y
diseñar con más conciencia urbana”,
reflexionó. Trajo a colación comentarios de quien fue “su maestro”, el arquitecto José Ignacio Togo Díaz, quien
manifestó una preocupación constante por el “diseño urbano” en sus
Federico Weskamp
edificios. “Si bien pertenecía a una
empresa privada que buscaba obviamente un rédito económico, tenía
muy en cuenta la necesidad de diseñar más allá de sus límites: pensaba en
el edificio como objeto integral, no sólo de fachada y balcones sino en sus
medianeras, en sus remates y en la expresión estética de chimeneas y ventilaciones, y en cómo todo su conjunto
debía dialogar con el entorno inmediato”, enfatizó, para rematar con una
de sus frases emblemáticas, la de
"tranquilizar el entorno" Q
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