ASOCIACIÓN DE CENTROS DE ESTUDIOS GNÓSTICOS, ANTROPOLÓGICOS, PSICOLÓGICOS Y CULTURALES A. C. Matrícula Cámara de Comercio S0-500484 de 2004 Personería jurídica 1294 de 1990. NIT. 800-160659-0 E-mail: [email protected] WEB : www.acegap.org ¿QUÉ ES LO QUE PROVOCA EN NOSOTROS LA AUTO- CONSIDERACIÓN? C uando se siente que alguien no se ha comportado bien con uno, se siente que no han estimado el propio valor. Por ejemplo, sentirse insultado es sentir que no lo estiman por su propio valor. Por eso la gente dice muchas veces, cuando es insultada: "¿Sabe usted quién soy yo?", o algo semejante. Esto significa que una persona se ha forjado cierta valoración de sí misma, de modo que dice: "¿Sabe usted quién soy yo?", queriendo decir que si la otra persona lo supiera, no se atrevería a portarse como lo hace. Desde luego, si uno se forja una imagen de su propia persona que tiene escaso o ningún valor, esta pregunta no lo trastornará tan fácilmente. Si la estimación que se tiene de sí es muy grande, entonces es más fácil sentir que los otros no lo estiman por el propio valor. Una persona puede llegar al punto de preocuparse tanto por ser tratada bien por los otros, y sospechar siempre que los otros se están riendo de ella, que toda su vida está comprometida en la auto-consideración. O también, algunas personas, se creen superiores a las otras debido a sus sufrimientos. La gente se apega a sus sufrimientos y llega a considerarse a sí misma merecedora de una valoración especial por haber sufrido toda clase de penurias, miserias y padecimientos. Se ofenden si otra persona comienza a hablar de sus sufrimientos. Sienten que la otra persona no tiene la debida consideración para con ellas y que esto es prueba de egoísmo. Les cuesta darse cuenta que las otras personas tienen también sus propios sufrimientos. Ni tampoco se dan cuenta que cuando ven el egoísmo en los otros lo que ven es el reflejo de su propio egoísmo, porque cuanto más exigen de los otros, más egoístas le parecerán. ¿Qué es lo que provoca en nosotros la auto-consideración? Hagamos esta pregunta: "¿En qué punto, o dónde, se empieza a hacer cuentas?" Se empieza a hacerlo al sentir que no se es apreciado en debida forma, al sentirse subestimado. Que el camarero no acude cuando se lo llama. El dependiente del almacén sirve primero a otra persona. Quizá, en la calle la gente no se fija en nosotros, o, digamos, por lo general no nos presta suficiente atención. O, al parecer, alguien persiste en ignorarnos. O quizá lleguemos a enterarnos de lo que alguien dijo de nosotros, lo cual es casi siempre desagradable. Hay mil y un ejemplos posibles, sobre este asunto. Los incidentes nimios nos desconciertan fácilmente, el camarero, el dependiente del almacén. Forman pequeñas cuentas y con el tiempo suelen transformarse en hábito.