ANALISIS DEL RECIENTE DECRETO No. 182/009 REGLAMENTACIÓN DE LA VENTA EN BLOQUE DE LA EMPRESA Escribe: Dr. Francisco Cobas* Recientemente se reglamentó el procedimiento de venta en bloque de la empresa previsto en la nueva normativa concursal (Ley No. 18.387). Dicho procedimiento es novedoso en nuestro régimen jurídico, y procura conservar la empresa en crisis mediante su licitación o remate. → Cabe precisar que el proceso de concurso, a diferencia del régimen concursal anterior, se puede desarrollar con la empresa en funcionamiento. Por ello, y luego de una instancia de negociaciones entre el deudor y sus acreedores, puede arribarse a una instancia de liquidación (ya sea porque lo pide el propio deudor, o porque no se logró un acuerdo entre el deudor y sus acreedores, o porque eventualmente se incumple un convenio celebrado, entre otras causales) con la empresa funcionando como un todo. La liquidación procurará en primera instancia la venta de la empresa en bloque (artículo 171 de la ley), cambiándose la titularidad de la misma, mediante un procedimiento licitatorio. El objetivo que se persigue mediante este procedimiento es el de conservar la empresa viable en marcha para que pueda recomponerse, y así, generar utilidades. Con buen tino se reconoce que la empresa en marcha tiene un valor superior al de cada uno de los elementos que la componen, por lo cual los acreedores se ven beneficiados en tanto pueden recuperar de mejor manera de sus créditos. En similar sentido, este mecanismo resulta beneficioso para los trabajadores, dado que las relaciones de trabajo no se ven interrumpidas y se pueden mantener las fuentes laborales. Se entiende que la venta en bloque de la empresa comprende todos los activos de la misma, incluyendo todos los elementos jurídicos y económicos que componen la citada unidad productiva, esto es, bienes tangibles como intangibles, el nombre comercial, marcas, los permisos y habilitaciones, etc. La Ley No. 18.387 determinó que este procedimiento se efectuara, luego de una instancia de negociación entre el deudor y sus acreedores, y en la etapa de liquidación. Asimismo, a través del artículo 172 sentó las bases del procedimiento. Con fecha 24/4/09 el Poder Ejecutivo dictó el Decreto No. 182/009 por el cual estableció las condiciones para desarrollar el proceso licitatorio. I. Análisis del Decreto No. 182/009 El decreto reafirma como prioridad, procurar la venta en bloque de la empresa en funcionamiento (y no por partes). La empresa incluso puede estar paralizada recientemente ya sea por falta de inyección de capital para operar o por una causa similar. Si no se logra la licitación (o remate) de la misma, se pasa a la liquidación por partes de la masa activa. Rueda, Abadi & Pereira © 2009 – todos los derechos reservados 1 El proceso licitatorio se inicia con un proyecto de pliego para la venta de la empresa elaborado por el síndico, el cual contiene según el artículo 3º del decreto: a) el inventario de los bienes de la masa activa, b) la tasación de los mismos, c) los requisitos que deben tener los postulantes y, d) la garantía de mantenimiento de oferta que se considere adecuada. Seguidamente se hace el llamado a licitación mediante publicaciones en el Diario Oficial, y se abrirá un plazo para recepcionar las ofertas, el cual no puede ser superior a los 90 días de decretada la liquidación. II. La oferta y la adjudicación La oferta puede ser al contado o a crédito, pero no podrá ser inferior al 50% del valor de tasación, y debe constituirse la garantía de mantenimiento de la oferta. Incluso pueden presentar ofertas los propios trabajadores de la empresa, ya sea mediante la conformación de una cooperativa o una sociedad comercial cuyo capital social pertenezca en más de un 50% a los trabajadores. El ofrecimiento que formule esta cooperativa o sociedad comercial, tendrá preferencia por sobre las restantes ofertas en caso de igualdad de soluciones propuestas. La oferta de los trabajadores puede incluir los créditos laborales que se les adeuden. El artículo 8º del decreto reglamentario limita esta integración a los créditos laborales que sean privilegiados, esto es, que sean devengados hasta con dos años de anterioridad a la declaración del concurso y con un tope de hasta 260.000 unidades indexadas. Asimismo, y siempre que el Juez lo autorice, pueden ofertarse las sumas correspondientes al seguro de paro de aquellos trabajadores que conformen la cooperativa o sociedad. (actualmente se encuentra a estudio de la Cámara de Senadores un proyecto de ley -que ya fue aprobado en Diputados-, y que elimina la potestad del Juez para decidir integrar a la oferta las sumas correspondientes al seguro de paro, con lo cual dichas sumas pasarían a integrar la oferta preceptivamente). Con posterioridad a ello se realiza la apertura de ofertas y la adjudicación. Según la ley, y el artículo 10 del decreto reglamentario, se aceptará la oferta que cumpla acumulativamente con los siguientes requisitos: a) se cumplan con los requisitos previstos en el pliego, b) el precio supere el 50% del valor de tasación y, c) se trate de la mayor oferta de pago contado. Se exceptúa adjudicar la mayor oferta de pago contado, cuando los acreedores que representen el 75% del pasivo quirografario con derecho a voto aceptan una oferta a crédito superior, siempre que la misma no implique perjuicios en los derechos de los acreedores privilegiados. Si ninguna de las ofertas cumpliera con los requisitos previstos, el Juez rechazará las mismas y pasará a la etapa de liquidación por partes. III. Efectos de la adjudicación Al adjudicarse una oferta, el Juez otorgará la escritura de compraventa de la empresa en Rueda, Abadi & Pereira © 2009 – todos los derechos reservados 2 funcionamiento y hará tradición de la misma. Se procederá a inscribirla en el Registro Nacional de Comercio y se otorgarán las declaratorias que sean requeridas para la inscripción en los registros que correspondan. Cabe resaltar que, de acuerdo al artículo 177 de la ley, no será de aplicación al adquirente la responsabilidad que la ley pone a cargo de los sucesores o adquirentes por obligaciones comerciales, laborales, municipales, tributarias o de cualquier otra naturaleza. Diversas normas determinan la responsabilidad solidaria de los adquirentes, pero en este caso no aplican. Esto es una característica muy relevante dado que, de otra manera, difícilmente hubiera interesados en adquirir la empresa en funcionamiento. Por último, cabe hacer referencia al artículo 13 del decreto que introduce una novedad -dado que no se encuentra previsto en la ley- al prever de manera excepcional, la posibilidad de someter a remate la empresa en funcionamiento, siempre y cuando dicho mecanismo sea aconsejable y pueda traducirse en la obtención de mejores condiciones de venta. * Integrante del staff jurídico de Rueda, Abadi, Pereira & Asociados. Aspirante a la Cátedra de Derecho Concursal de la Universidad de Montevideo Rueda, Abadi & Pereira © 2009 – todos los derechos reservados 3