Juan Esteban Puga: “Esta ley (de Quiebras) está inspirada

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Miércoles 14 de octubre de 2015 • www.pulso.cl
Balance a un año de la nueva Ley de Quiebras
ENTREVISTA SOCIO DE BUFETE PUGA ORTIZ
FOTO: ALEJANDRA DE LUCCA V.
Juan Esteban Puga:
“Esta ley (de Quiebras)
está inspirada por
principios muy añejos,
que van a perjudicar el
mercado del crédito”
—El abogado, que participó en la comisión para reformar esta Ley
en el primer Gobierno de Bachelet, advierte que “varios bancos
han pensado desbancarizar a muchos deudores”.
—Estima que los procedimientos de liquidación deberían ser
privados, bajo un sistema de arbitraje.
Una entrevista de
LUCY ARAVENA
C
RITICA es la visión del abogado Juan Esteban Puga, socio del bufete Puga Ortiz sobre la nueva Ley de Quiebras tras un
año de implementación. Diagnóstico no menor tomando en cuenta
que el profesional participó en la
comisión impulsada por la Presidenta Michelle Bachelet durante
su primera administración con el
fin de reformar esta legislación.
Puga recuerda que el trabajo de la
instancia quedó en ‘pañales’, ya
que detuvo su plan de acción al
descubrir que el Gobierno de Sebastián Piñera impulsaba una instancia paralela. “Lamentablemente, nuestro proyecto se entregó,
contra mi opinión, de forma bastante incipiente”, admite. El abogado cuenta que estuvo un año fuera
de Chile y a la vuelta se le pidió una
opinión sobre el proyecto que actualmente es Ley: “Lo entregué y
sé que no cayó bien”, asegura.
¿Cómo ha funcionado la nueva
Ley y cuál es a su juicio su principal problema?
—Esencialmente hay un problema
de diagnóstico que vio nacer esta
Ley. La Ley fue inspirada funda-
mentalmente por la noción de que
en Chile los procedimientos concursables eran muy lentos, con niveles de recuperación muy bajos y
muy costosos. Mientras que nuestro diagnóstico indicaba que no era
que el procedimiento concursal
fuera malo, sino que no se usaba.
Y ante esa diferencia, ¿cómo era
su propuesta?
—Pensábamos hacer los procedimientos concursables más amistosos, o sea, generar incentivos
para que los deudores acudieran a
éste. En ese sentido, que la liquidación de empresas no significara
una destrucción, sino que se pudiera vender, muchas veces esa es una
forma de salvarlas. Por otro lado,
que la reorganización de las empresas significara reorganizar la administración que el deudor realiza
y pensábamos hacer el procedimiento concursal técnicamente
más valioso, que no incluyera solo
a abogados, sino que también interviniera gente con conocimiento en
administración. También proponíamos privatizar el procedimiento concursal, es decir, que pasara a
la revisión de un árbitro. Uno de los
elementos importantes de nuestro
proyecto era descargar al Estado de
los costos de un procedimiento de
uso más masivo y para ello abogá-
bamos por un sistema de arbitraje
donde el costo lo solventaran los
acreedores, que fuera un procedimiento más liviano desde el punto
de vista de la billetera fiscal.
¿Cuál es su crítica de fondo al
sistema que quedó?
—Mi crítica fundamental es que
esta ley está inspirada por principios muy añejos, que van a perjudicar el mercado del crédito, cuando una Ley de Quiebras debería,
justamente, estar pensada como
un resorte más del sistema crediticio. Esta ley cayó en la trampa respecto de que era mejor reorganizar
empresas que liquidarlas y, en consecuencia, es una ley que está obsesivamente inclinada a rescatar
a las empresas insolventes y ese
costo lo pagan los acreedores. La estadística mundial indica que sólo
una de cada diez empresas se reorganiza exitosamente y como la Ley
favorece mucho eso, la banca ha
empezado a tomar actitudes muy
distintas, porque se perjudicaron
mucho, contrariamente a lo que se
dijo, las garantías típicamente bancarias.
¿Qué impacto ha tenido?
—El problema es que cuando se
pierden las garantías aumenta el
riesgo y, por ende, el costo. De hecho, varios bancos han pensado
desbancarizar a muchos deudores.
¿Cómo se debería proceder en el
caso de insolvencia personal?
—Se podría seguir el ejemplo de
EEUU donde esos procedimientos
son muy distintos. Siempre un juez
debe dar la aprobación para la condonación, porque estos procedimientos están pensados para que se
venda lo que el deudor tiene, se pague a los acreedores y se le perdone
el saldo que no pudo pagar; o bien
generar un programa de pago asociado a su nivel de gastos y de ingresos, sobre cuánto de la deuda puede pagar en un plazo de 3 a 5 años y
se le perdone el saldo, pero a condición de que cumpla el plan. Además,
el juez tiene facultades para detener
esa aprobación si estima que hay
un abuso o un fraude en el procedimiento, y son muchas las obligaciones que no pueden ser condonadas. En Chile, la Ley no hizo ninguna distinción al respecto y opera
además, en forma automática; sin
contar que si bien una persona no
puede usar el procedimiento de renegociación siempre, sino cada 5
años, se les olvidó precisarlo también en casos de liquidación.
¿Y en el caso de las empresas?
—En materia de las empresas, la
Ley está llena de trampas pensadas
en beneficio del deudor en los procedimientos de reorganización; y
del acreedor en los procedimientos
de liquidación, porque resulta bastante fácil pedir este tipo de procesos. Esto se presta para ser un poderoso instrumento de presión a
una empresa deudora no insolvente, porque basta un documento
para pedirle la quiebra, ante lo cual
tiene muy poca capacidad de defensa. Y eso se va a prestar para
abusos. Pero también la empresa
deudora, cuando es notificada de
un procedimiento concursal de liquidación forzosa, puede decir que
se va a someter a un procedimiento de reorganización, pero nadie
entiende el alcance de esa norma
porque claramente se refiere a una
excepción para parar el procedimiento de liquidación. La Ley no
fija plazos, ni las condiciones para
acogerse a este proceso, lo que se
presta también para abusos. Además, como hoy existe la extinción
pronta de las obligaciones, muchas
veces el deudor corre a pedir la
quiebra, porque tiene avales personales y garantías hipotecarias externas.
Desde esa perspectiva, ¿esta
Ley ha cumplido las expectativas planteadas?
—Me llama la atención lo distinto
que fue el pronóstico a lo que fue la
realidad. El ex subsecretario de
Economía, Tomás Flores, dijo que
Chile aprobando esta ley iba a subir del puesto 39 al 34 de competitividad y Chile hoy día está en el
MAYORES COSTOS
“Es una ley que está
obsesivamente
inclinada a rescatar las
empresas insolventes y
ese costo lo pagan los
acreedores”.
AHORRO FISCAL
“Uno de los elementos
de nuestro proyecto
era que fuera un
procedimiento desde el
punto de vista de la
billetera fiscal más
liviano”.
VOLUNTAD POLÍTICA
“La ley tiene errores
muy gruesos, pero
podrían ser fácilmente
corregibles si hubiera
voluntad política
para ello”.
puesto 41. Lo otro que se preveía
para 2015 es que los casos de personas deudoras iban a llegar a 17 mil
y no pasó eso (se han registrado a
a agosto 2.200 casos) .
¿Qué se debería hacer entonces?
—La ley tiene errores muy gruesos, pero podrían ser fácilmente
corregibles si hubiese voluntad política. A muchas leyes después se
les ajusta con una ley corta. Creo
que el mejor pulso para ver cómo
está funcionando el sistema es consultar a los bancos y retail, que son
los principales acreedores, y su
evaluación es mala.P
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