- 37 - CAPITULO V TERMINACIONES ANORMALES DEL JUICIO

CAPITULO V
TERMINACIONES ANORMALES DEL JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL
A) EL SOBRESEIMIENTO.
Puede el deudor librar los bienes embargados por haberse satisfecho de la deuda y costas,
por acuerdos de pago o arreglos extrajudiciales que puedan tener el demandante y
demandado. En este caso el deudor pedirá el sobreseimiento en el procedimiento. El
tribunal mandará a cancelar las inscripciones que haya en cualquier registro, así como
levantar el embargo decretado en bienes propios del demandado y mandar a cancelar el
embargo si hubieran embargado muebles o inmuebles o salario, ordenando que se le
devuelva lo embargado al demandado y se declara extinguida la obligación que se le
reclama.
Una vez haya sobreseimiento ya no podrá interponerse ninguna demanda con éste mismo
documento base de la acción, ya que se le devuelve a la parte actora y el tribunal le margina
al dorso del mismo una razón de ley. (Ver anexo 5)
B) DESISTIMIENTO.
El desistimiento es el apartamiento o la renuncia de alguna acción o recurso. Cualquiera
puede desistir de su acción o recurso en los juicio mercantiles. El desistimiento debe ser
hecho y aceptado por las partes o por sus procuradores con poder especial. Ya que es la
parte actora presenta el escrito de desistimiento al Tribunal y el Tribunal manda a oír a la
parte demandada para que se pronuncie del desistimiento y éste en el escrito tiene que decir
que acepta el desistimiento, y es cuando en auto después de este escrito que el Tribunal dice
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que se tiene por hecho y aceptado el desistimiento y se dejan las cosas de una y otra parte
en el mismo estado que tenían antes de la demanda. Si lo fuere en segunda instancia o en
cualquier recurso, importará un expreso consentimiento de las sentencias apeladas o
suplicadas, o de que se ha recurrido. (Ver anexo 6)
C) LA DESERCION.
En toda demanda en primera instancia se tendrá por acabada y extinguida la acción, por no
proseguirse en el término señalado por la ley para la prescripción, la parte actora ha dejado
en abandono el proceso, la parte demandada pide por escrito que se declare desierta la
acción.22
De la solicitud de pedir que se declare la deserción se le mandará a correr traslado por
tercero día a la parte actora, a fin de que impulse el proceso y haga lo que conforme a
derecho corresponde, sí la parte actora no impulsara el proceso se declarara desierta la
acción, en caso contrario que impulsara el proceso se seguirá con la etapa correspondiente,
y no habrá deserción alguna.
Con la deserción declarada en Primera Instancia, no podrá volverse a intentar la acción
abandonada. (Ver anexo 7)
Por la deserción declarada en segunda instancia o en cualquier recurso, quedará irrevocable
y pasada en autoridad de cosa juzgada la sentencia apelada, suplicada o de que se recurrió.
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Artículo 469 del Código de procedimientos Civiles. TITULO VI, DEL DESISTIMIENTO, DE LA EXTINCION DE LA ACCION Y
DE LA DESERCION EN LOS JUICIOS.
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D) LA CADUCIDAD DE LA INSTANCIA.
El abandono de procesos por parte de los litigantes ha provocado una acumulación excesiva
de procesos estancados en los archivos de los Tribunales, lo que trae consigo un sobre
esfuerzo por administrar dichos procesos junto a los que si se encuentran en movimiento.
Dicho abandono puede tener diversas causas, tales como el desinterés en proseguir el juicio
por no convenir más a las partes, o pudiera ser, que exista negligencia por pare del litigante.
En vista de que este abandono ha venido en incremento y siendo uno de los intereses del
Estado el de cumplir con el principio de pronta y cumplida justicia, es que a éste le interesa
descongestionar los Tribunales de Justicia, a fin de lograr la observancia de este principio.
En este sentido, es que se adicionó el veintidós de diciembre del año dos mil por medio del
decreto 213, al Código de Procedimientos Civiles la figura denominada CADUCIDAD DE
LA INSTANCIA, la cuál esta incorporada a muchos textos legales en el ámbito
internacional, y que en mayor o menor medida ha logrado dar eficacia a la administración
de justicia.
En toda clase de juicios caducará la instancia por ministerio de ley, si no se impulsare su
curso dentro del término de seis meses, tratándose de la primera instancia, o dentro de tres
meses, si se tratare de la segunda instancia.
Los términos anteriores se contarán desde el día siguiente a la notificación de la última
providencia o diligencia que se hubiese dictado o practicado, según el caso El
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Procedimiento para declarar la caducidad en los tribunales es que la parte demandada o ya
sea por ministerio de Ley, el Tribunal pide al Secretario del Tribunal que de informe del
juicio, el Secretario informa desde cuando se ha dejado de impulsar el juicio, y de este el
Juez resuelve si procede la caducidad o no, emite un auto en el que declara la caducidad,
ésta no admite apelación, solo admite. Solo admite error en el computo, fuerza mayor y los
que deberá interponer un incidente dentro del plazo de ocho días contados a partir del día
siguiente al de la notificación respectiva, el Juez admite y revisa los autos sí este procede
revoca la caducidad y en caso contrario, quedará firme la resolución que declara la
caducidad de la instancia, pasados ocho días contados a partir del día siguiente al de la
notificación. Para los efectos de la presente disposición, la notificación de la providencia
que declara la caducidad deberá practicarse personalmente. (Ver anexo 8)
E) LA PRESCRIPCION
La prescripción de la acción es una excepción que le compete a la parte demandada
alegarla al contestar la demanda ya que la prescripción comienza desde el último
reconocimiento de la obligación y el emplazamiento de la demanda interrumpe la
prescripción, ahora es de hacer notar como se cuenta la prescripción dentro de los títulos
valores, en las letras de cambio y pagarés es de tres años, en los Contratos es de cinco
años, todos contándose a partir de la fecha de la suscripción de cada uno, y en la sentencia
definitiva se resolverá de dicha excepción si opera o no. Que en caso que si opere se
declarara prescrita la acción y se absolverá al demandado, levantándose el embargo.
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