Picadura de Abeja

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PICADURA DE ABEJAS
El aparato inoculador venenoso de las abejas, utilizado como arma de defensa, es exclusivo
de las hembras infecundas u obreras ,(hallándose ausente en la reina y los zángano), tiene
forma de estilete con un perfil aserrado y dentado. Ésta es la razón por la que al picar queda
retenido en la víctima, no consiguiendo desprenderse del mismo cuando intenta retirarse,
resulta de esta manera arrancado, del cuerpo del insecto, junto con parte de su paquete
intestinal y anexos, produciéndole la muerte (por esta razón la abeja es el único heminóptero
que se puede identificar fácilmente).
En el veneno de la abeja se han podido identificar mediante filtración con gel una serie de
proteínas con actividad enzimática alergénica importante (hialuronidasa, fosfolipasa A2 y
fosfatasa ácida) y un polipéptido (melitina) con poder antigénico. También se ha descrito un
compuesto molecular alto. La fosfolipasa A2 es el principal alérgeno en el 95% de las
personas alérgicas al veneno de la abeja (la existencia de anticuerpos IgE específicos a este
antígeno corrobora este hecho).
La picadura de este género de insecto puede producir una serie de manifestaciones clínicas,
de aparición tanto inmediata como tardía, que dependen de la cantidad y acción propiamente
tóxica del veneno inyectado, la sensibilidad de la víctima y el lugar de la picadura.
Desde el punto de vista tóxico estas picaduras empiezan a ser graves cuando son más de
200.
REACCIONES LOCALES
En la mayoría de los pacientes los primeros síntomas son eminentemente locales y se
caracterizan por sensación de dolor urente en la zona afectada (dura escasos minutos) con
formación de una pápula pálida que rodea el aguijón. Posteriormente, toma un color
sonrosado (eritema local). Todo esto acompañado de prurito y sensación de calor. Estos
síntomas pueden desaparecer al poco tiempo (aunque en ocasiones pueden durar varias
horas) sin apenas tratamiento.
Aproximadamente un 10% de los casos pueden presentarse reacciones locales de tipo
moderado o graves, en que el área tumefacta que circunda la picadura sobrepasa los 5 cm de
diámetro o más, (parte del brazo o pierna), durando varios días.
En algunas personas estas reacciones preludian reacciones sistémicas.
Aunque las reacciones locales graves no presentan riesgo de mortalidad, su morbilidad es
importante, ya que la infección secundaria puede complicar y prolongar este tipo de
reacciones.
En niños existe la posibilidad de ingerir inadvertidamente una abeja o también una avispa al
comer una fruta caída en el piso que contiene tales insectos. En estos casos, el aguijón al
clavarse en la orofaringe puede dar lugar a un edema de glotis y posteriormente a asfixia.
REACCIONES SISTÉMICA O GENERALIZADAS
Estas reacciones son generalmente "anafilácticas" (resultado de la liberación o producción de
mediadores químicos secundarios a una reacción inmunológica).
El síndrome provocado es similar a cualquier reacción alérgica. Estas reacciones pueden
presentarse segundos o minutos después de la picadura, aunque en ocasiones el tiempo de
aparición es mayor (horas).
Aunque variables, los síntomas iniciales de este tipo de reacciones son de tipo cutáneo; luego
de la picadura, se produce en primer lugar eritema difuso, en la piel, seguido de sensación de
calor y prurito, que precede al desarrollo de una urticaria generalizada; más tarde esto
evoluciona hacia un trastorno grave, rápidamente progresivo, de la función respiratoria siendo
su causa el broncoespasmo y/o el angioedema de laringe.
El cuadro referido puede ir acompañado de síntomas gastrointestinales, con la presencia de:
vómitos, diarreas y calambres abdominales, etc.
El colapso vascular (shock anafiláctico) puede hacer su aparición siguiendo al complejo de
síntomas dermato-respiratorios, o bien en ocasiones puede aparecer, no siguiendo este
orden.
Generalmente, las reacciones sistémicas o generalizadas son menos graves en los niños que
en los adultos. El denominador común de esta reacción "anafiláctica" es un mecanismo
inmunológico mediado por la IgE [reacción tipo I]
CONDUCTA
>En el caso de que el insecto responsable de la picadura haya sido una abeja, con toda
seguridad el aguijón con la glándula, aún con el veneno, puede haberse quedado dentro, por lo
que debe retirarse, raspando cuidadosamente con unas pinzas, bien pegado a la piel
procurando no comprimir la glándula ni la zona afectada.
>Lavar la herida con agua y jabón, aplicar luego un antiséptico.
>No ponga barro u otras preparaciones caseras sobre la lesión, por el alto riesgo de infección.
>El edema que se presenta como exponente de la reacción local a la picadura, puede ser
tratado con bolsa de hielo, inmovilidad (reposo) y elevación del miembro afectado.
>Los antihistamínicos por vía oral pueden ser de utilidad para aliviar el prurito.
>En las reacciones locales severas es de utilidad el uso de corticoides
>En caso de infección sobre agregada (celulitis), consulte inmediatamente con su médico de
cabecera.
>Las picaduras de estos insectos puede dar lugar a reacciones generalizadas en un porcentaje
que oscila del 1% al 2% de los casos, pudiendo comprometer la vida de la víctima.
>Es vital el tratamiento de la urgencia médica que representa la reacción anafiláctica en las
personas alérgicas o sensibilizadas al veneno. El tratamiento debe iniciarse rápidamente, llame
inmediatamente al Servicio de Emergencia, ya que las reacciones más graves pueden
presentarse a los pocos segundos o minutos del accidente.
>Mantenga la víctima acostada, abríguela y procure una vía aérea permeable y adecuada
ventilación.
>De ser necesario aplique las maniobras de RCP hasta la llegado del equipo de Emergencia.
En estos casos es imprescindible la administración "Subcutánea de Adrenalina".
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