ENSUEÑO DESPIERTO Y ECP MI EXPERIENCIA PERSONAL Obtuve mi diploma de Médico en Agosto de 1974, pero desde un año antes había tomado la decisión de especializarme en Psiquiatría y formarme como psicoterapeuta. A lo largo de nueve años fui interiorizándome en las distintas escuelas y como suele ocurrir, la primera en la que abrevé fue la psicoanalítica, iniciando mi propio análisis, integrándome a grupos de estudio y utilizando sus herramientas técnicas en mi consultorio. Pasado algún tiempo y, al encontrar muchos puntos de discordancia entre mis ideas acerca de la relación terapeuta - paciente y el abordaje del Psicoanálisis, decidí abandonarlo, acercándome al Existencialismo, con el cual me sentí más consustanciado. De todas maneras, persistía mi insatisfacción, por lo que continué mi búsqueda, hasta que en determinada ocasión, recibí, en forma fortuita, información acerca de Carl Rogers. Al leer “Psicoterapia centrada en el cliente”, tuve la sensación de “haber llegado a puerto”, por lo tanto, luego de infructuosos intentos a lo largo de varios meses, logré contactarme con el Prof. Manuel Artiles, a la sazón Introductor del pensamiento de Rogers en nuestro país y Director de CEPOR (Centro de Estudios Psicológicos de Orientación Rogeriana). Tuve el privilegio de ser admitido por él para el curso de formación como terapeuta del Enfoque, el cual realicé entre los años 1982 y 1984, pudiendo afianzar mi convicción acerca de la línea elegida para desarrollar mi tarea profesional. Para ese entonces, estaba a cargo de la jefatura de la Sala Ayerza del Hospital Neuropsiquiátrico José A. Esteves, en la cual se internaban pacientes con patología grave y aguda. En un primer momento supuse que la formación como terapeuta del ECP podría verse limitada a mi consultorio particular. Con el tiempo pude corregir este error de apreciación, lo que dio lugar a un trabajo que presenté en el Encuentro Latinoamericano del ECP llevado a cabo en Aguas Calientes, México, en el año 1996. No obstante mi confianza en el ECP, sentí la necesidad de incorporar algún recurso adicional a mi tarea como terapeuta. Y fue en CEPOR donde tuve la ocasión de asistir a una excelente ponencia, por parte del Prof. Artiles acerca del Ensueño Despierto de Robert Desoille. En el año 1989 se abrió, en dicha institución, el Curso de Formación en E.D., el cual fue dictado por el Prof. Manuel Artiles y por el Lic. Andrés Sánchez Bodas, accediendo, por lo tanto al aprendizaje del mismo. Obviamente, al ser enseñado por profesionales del Enfoque, la técnica, aún respetando los lineamientos básicos y la idea original de Robert Desoille, se planteaba como Ensueño Despierto y no como Ensueño Despierto Dirigido. Es decir, que se la había despojado, en la medida de lo posible, de la directividad con la que había sido diseñada. Así mismo, en dicho curso, se ampliaba el espectro de imágenes generadoras. Si bien persistían las originales, se planteaban muchas más, dejando la puerta abierta a la creatividad de los terapeutas. No quisiera soslayar que la implementación del ED, generó algunos resquemores y no pocas discusiones. La mayor objeción apuntaba a que, si se consideraba que las actitudes básicas del ECP resultaban necesarias y suficientes, no cabía la incorporación de técnica adicional alguna. Si bien, en algunos ámbitos persiste esta idea, el tiempo y los resultados clínicos obtenidos fueron abonando el concepto de que, en la medida que el terapeuta hiciera su tarea con la correcta integración de las actitudes, no sólo no bastardeaba el espíritu del Enfoque, sino que lo enriquecía. Efectuaré una reseña biográfica de Robert Desoille y una apretada síntesis de los fundamentos y aspectos técnicos del ED. RESEÑA BIOGRÁFICA Robert Desoille nació en Besançon, Francia, el 29 de Mayo de 1890, en el seno de una familia de sólida posición económica. Su padre fue general del ejército y él mismo llegó a oficial durante la 1ª Guerra Mundial. Terminada la misma, ejerció como ingeniero en la Compañía de Gas y Electricidad primero y en la Compañía de Electricidad cuando la primera pasó a manos del estado. Realizó una brillante carrera, durante la cual, exhibió sus preocupaciones sociales. Su familia era católica y, si bien fue alejándose del aspecto litúrgico, retuvo el valor de la caridad, orientándose hacia una concepción marxista del mundo y de la sociedad. Al mismo tiempo, ponía el énfasis en la necesidad de que el hombre lograra su realización personal. En su trabajo profesional siempre le adjudicó una importancia decisiva a la energía psíquica, quizás marcado por una experiencia infantil, en la que tuvo ocasión de asistir a una sesión de hipnosis. Probablemente fue el germen de su interés en los fenómenos paranormales, el cual se acrecentó al tomar contacto, en 1923, con Eugene Caslant (ingeniero como él) quien estaba experimentando una práctica de imaginería mental para desarrollar facultades paranormales. A partir de esa circunstancia, Desoille comenzó a efectuar las investigaciones que dieron como resultado el diseño del EDD. En su trabajo se interesaron y le brindaron su apoyo, importantes intelectuales de la época, como Bachelard, Baudouin, Lagache, Dolto y otros. Luego de su muerte, acaecida en 1966, se constituyó el Grupo Internacional de Sueño Dirigido de Desoille (GIREDD), el cual se transformó, en el año 1987, en el Grupo Internacional de Sueño Despierto en Psicoanálisis (GIREP). En la Argentina, uno de los precursores del ED fue el psicoanalista Ernesto Cárcano. En 1987 se fundó la SASDAD (Sociedad Argentina de Sueño Despierto Analítico de Desoille), de la cual, el Prof. Manuel Artiles es miembro honorario. FUNDAMENTOS TÉCNICOS Sintetizando la opinión de diversos autores, podemos decir que el ED facilita: - el acceso al Inconsciente desde lo simbólico - la movilización de elementos patógenos alojados en el Inconsciente - la superación de conflictos en un nivel simbólico - la movilización de todas las dimensiones de la personalidad A través de este método se logra una producción de material simbólico que permite su posterior comprehensión en una relación Terapeuta – Paciente original. Dicho de otro modo, se puede definir el ED como la movilización de una problemática inconsciente, en un lenguaje simbólico específico, vivido por el Paciente en dos niveles: 1 – el escenario del ED propiamente dicho. 2 – el análisis posterior del material. METODOLOGÍA 1- Entrevista inicial con el paciente, quien expone su problemática. Algunos terapeutas trabajan exclusivamente desde el ED, sin proceso psicoterapéutico previo. Los que nos hemos formado en el ECP, preferimos incorporar esta técnica luego de haber trabajado un tiempo considerable con nuestros consultantes. 2- Información al paciente sobre la técnica y sus consignas. Se le explica al consultante que luego de la sesión de ED deberá transcribir del modo más fidedigno posible el material ensoñado y traer el escrito a la sesión de elaboración. 3- Sesión de ED. Se promueve en el consultante una relajación profunda, con los ojos cerrados. Se le ofrece una imagen, a partir de la cual, deberá dejarse llevar espontáneamente por el material que vaya surgiendo y desplazarse en el espacio de lo imaginario. El terapeuta toma nota, de ser posible, textual, de todo lo que expresa el consultante tratando de intervenir lo menos posible y absteniéndose de efectuar comentarios, señalamientos o reflejos 4- Sesión de elaboración del material. El consultante trae la transcripción del material ensoñado, el cual es cotejado con lo escrito por el terapeuta. Se trabaja el contenido simbólico del Ensueño, de un modo similar al de un sueño. IMÁGENES GENERADORAS Desoille diseñó una serie de imágenes generadoras que pretendían abarcar todos los aspectos evolutivamente significativos de las personas. En mi práctica utilizo la siguiente secuencia: 1 – La Copa (en mujeres) o la Espada (en hombres) 2 – La Escalera 3 – El Fondo del Mar 4 – La Cueva del Brujo y de la Bruja 5 – La Gruta del Dragón 6 – La Bella Durmiente del Bosque 7 – La Llave En determinado momento, los miembros de CEPOR que utilizamos el ED, coincidimos en que, para la gente joven de nuestro país, la figura del Dragón y de la Bella Durmiente no eran significativas o, hasta resultaban poco conocidas. Por lo tanto, podíamos reemplazar esas imágenes por: El Encuentro con un Extraterrestre y El Encuentro con una Mujer en el Bosque. En cuanto a los contenidos que se intentan explorar con los Ensueños mencionados, son los siguientes: Espada o Copa: identidad psicosexual. Escalera: capacidad de resolución de conflictos. Fondo del mar: perturbaciones de la afectividad y experiencias no asimiladas. Cueva del Brujo y de la Bruja: relación con figuras parentales. Integración psicosocial. Gruta del Dragón: temática de lo superyoico y de las prohibiciones. Dificultades de realización personal. Bella durmiente: maduración psicosexual. Llave: capacidad de resolución existencial y de proyectos futuros. Independientemente de las áreas que pretenden explorar estos temas de ensueño, el particular mundo interno de cada individuo, con sus diversas circunstancias históricobiográficas, suele condicionar los aspectos que habrán de movilizarse, por lo tanto no es conveniente “atarse” rígidamente a un supuesto material simbólico esperable. Una vez concluída esta serie, pueden darse por finalizados los Ensueños, teniendo en claro que se continuará trabajando psicoterapéuticamente todo el material movilizado, por un tiempo considerable. Así mismo, cabe la alternativa de que, luego de un período de recuperación conceptual de la experiencia vivida, sea retomada la actividad con ensueños menos pautados, pudiendo utilizarse una gama muy amplia de imágenes generadoras, entre las cuales pueden incluírse la primera que aparezca en el ensoñante, en estado de relajación o tomar como generador un sueño reciente, promoviendo su continuación. Obviamente, al desarrollarse la tarea en una situación de relax profundo, con la consigna de desplazarse libremente por el espacio imaginario, sin censura alguna, suelen movilizarse contenidos muy profundos, algunos de los cuales pueden haber estado férreamente reprimidos hasta ese momento, por parte del paciente. Por lo tanto, se han de tener los siguientes recaudos: 1 – Conviene que el consultante haya consolidado el vínculo con el terapeuta, confiando en el mismo. Por lo tanto, resulta importante que hayan sido elaborados terapéuticamente determinados conflictos vitales. 2 – No debería el consultante estar atravesando una situación de crisis personal de gran intensidad. 3 – Se debe tener la certeza de que el consultante no presente importantes núcleos melancólicos, rasgos paranoides marcados o trastornos de la personalidad. Tampoco suele dar frutos, esta técnica, en la personas con marcados rasgos histéricos y fóbicos. De acuerdo a lo expresado en los puntos anteriores, el profesional que decide utilizar el ED, no sólo debe poseer una adecuada y seria formación, que incluya una importante carga horaria de supervisión, sino también un gran conocimiento y manejo de Psicopatología. En su defecto, tanto la indicación de utilizar Ensueño Despierto como la supervisión del mismo deberá recaer en un profesional con la suficiente capacitación y experiencia. Por último, desearía resaltar que trabajar con E.D. desde el ECP lo considero como la instrumentación de un recurso que facilita la movilización de material profundo en los consultantes, para luego poder elaborar dicho material desde las actitudes básicas del Enfoque. ENSUEÑO DESPIERTO Y ENFOQUE CENTRADO EN LA PERSONA MI EXPERIENCIA PERSONAL RICARDO GUSTAVO VALDETTARO OCTUBRE DE 2007