166 FERDINANDO CASADIEGOS CÁCERES 7. EL IUS RESPONDENDI “Las respuestas de los prudentes –dice GAYO– son las sentencias y consultas de aquellos a quienes se ha concedido crear el Derecho. Si sus opiniones concuerdan, su sentencia tiene fuerza de ley; en caso contrario, el juez es libre de seguir la sentencia que quiere: Es lo que decide un rescripto del Divino Adriano”. Por su parte, JUSTINIANO en las Instituciones precisa: “las respuestas de los prudentes son las opiniones y sentencias de los que habían recibido el poder de fijar el Derecho. Porque se había establecido antiguamente que las leyes fuesen públicamente interpretadas por ciertas personas, llamadas jurisconsultos, que recibían del príncipe el Derecho de responder. Era tal la autoridad de sus opiniones y sentencias unánimes, que, según las constituciones, no era permitido al juez separarse de sus respuestas”. El jurista podía contribuir al progreso del Derecho buscando su aplicación con cualquiera de éstas formas: Agere: indicando a los litigantes los medios procesales para hacer valer sus pretensiones. Cavere: sugiriendo esquemas de resoluciones a las partes contrayentes. Respondere: Dando respuestas a las consultas de particulares y magistrados. Judicare: oficio de los jueces y magistrados, quienes pronunciaban la sentencia oído el derecho de las partes y probados los hechos. a) Las escuelas. Las encontradas opiniones que tuvieron algunos juristas acerca de trascendentales aspectos jurídicos, ha llevado a conformar dos escuelas jurídicas en las cuales se ubican a los eminentes juristas: Escuelas de los proculeyanos. Fundada por Antistio Labeón, seguía los principios de Próculo. Escuela sabiniana. Fundada por Capitón en honor a Masurius Sabinus y Cassius Longinus, Cónsul en el año 30, seguía los principios de Sabino.