sesenta grados celestes, con una velocidad aproximada á cua

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BOLETÍN D.E LA E E A L SOCIEDAD E S P A Ñ O L A
sesenta grados celestes, con una velocidad aproximada á cuarenta kilómetros por segundo.
El deslumbrante color verde que presentaba y el rojo que
tomaron los fragmentos después del estallido, permitieron presumir que podría estar compuesto de gran cantidad de níquel
y algo de hierro.
Muchas personas que lo vieron en el momento de estallar
creyeron se trataba de un enorme cohete volador.»
Noticias bibliográficas.—El Sr. Calderón comunicó las siguientes:
1." J. Almera et J. Bergeron: Sur les nappes de recouvrement
des environs de Barcelone (Espagne). Compt. rend. de l'Académie des Sciences, t. 138, p. 1.627. Séance du 20 Juin 1904.
El macizo montañoso paleozoico del Tibidabo, que corre entre los valles del río Besos y del Llobregat, al N. de Barcelona,
ha ofrecido á los autores notables superposiciones anormales,
que solo se explican por la teoría moderna de los corrimientos.
Está constituido aquel macizo por la serie casi completa de
los terrenos primarios. En la vertiente septentrional, en los
alrededores de Papiol, se hallan dos mantos cuya composición
varía, según los sitios examinados, á consecuencia de estiramientos de las capas, y en la extremidad del macizo, cerca de
Moneada, se ven jirones de un tercer manto cogidos en los
pliegues del segundo. Otra vez en la vertiente meridional vuelven á aparecer los dos mantos inferiores, si bien á una altitud
muy inferior á la que ocupaban en la otra vertiente y sumamente plegados, disposición consiguiente á un proceso de hundimiento.
La edad de semejantes accidentes es, según los autores, posterior al dinantiense y, con toda probabilidad, anterior al estefaniense, como sucede en los casos análogos de Cévennes. Una
erupción de granito surgida por los labios de la falla que p r o vocó el hundimiento de la vertiente meridional, metamorfizando las pizarras ordovicienses que halló en su contacto, es posterior, por tanto, á la formación de estas últimas.
El sentido de los estiramientos de estos mantos y la facies de
los terrenos primarios que entran en su constitución indican
que vendrían del N., es decir, de una depresión que fué ocupada por el mar durante la época paleozoica, y que, continúan-
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