26 ANTONIO DE BOLOS Y VAYREDA tera calcárea, excepto en' su base, formada por sedimentos triásicos 3' cretáceos. Las calizas y dolomías del cretáceo inferior están en superficie en la mayor parte del macizo. Los demás materiales geológicos solamente afloran en la vertiente septentrional, donde aparece cortada toda la formación estratigráfica. En la ascensión al macizo, siguiendo la carretera de Gavá a Begas, se observa el fin del paleozoico en Bruguers. Sobre esta localidad se yergue el rojo acantilado triásico coronado por el castillo de Aramprunyá. Esta escarpa está formada en su base por conglomerados, que al ascender pasan a areniscas, materiales todos "pobres en carbonates. En el altiplano, las rocas, que aun corresponden al triásico hasta más allá de Begas, son, en cambio, preponderantemente calcáreas. En cuanto a clima, las condiciones no son uniformes. En los valles meridionales, protegidos de los vientos del N . , las temperaturas invernales deben ser superiores a las de Barcelona. Es conocida la fama de Sitges como población de invierno templado. En cambio, la altiplanicie superior, abierta a todos los vientos y relativamente elevada, es bastante más fría. En cuanto a pluviosidad, los datos contenidos en «Atlas pluviométric de Catalunya» de J. F E B R E R (Barcelona, 1930), muestran un débil descenso de precipitaciones en relación con Barcelona. Faltan observatorios situados en el interior del macizo. De los situados en su periferia, mientras los de la vertiente septentrional suelen dar cifras próximas a 550 mm. anuales : San Boi, 542'2 (verano 85*4), Gélida, 569'5 (verano 95'2) (obsérvese, pero, que a Martorell, con 13 años de observaciones, corresponden sólo 497'0, de los que caen en verano 82'0), los de la vertiente sur no pasan mucho de 500 : Sitges, 485'7 (verano 100'7), San Pedro de Ribas, 500'7 (verano 97'0). L a diferencia es pequeña. En la pluviosidad estival, de capital importancia en la región mediterránea, insensible. Mejor que por este lado, habrá que buscar en la consideración de las condiciones cársticas del país la explicación de la aridez de sus valles meridionales. E n Garraf, el carácter de la roca tiene una influencia decisiva sobre la naturaleza del suelo; en toda la región de subsuelo calcáreo el suelo lo es también. Pero los suelos maduros tienen muy poca extensión en el país. Algunos pequeños restos de suelo descalcificado que se observan en las partes más elevadas, restos cuya importancia y número va en aumento a medida que nos aproximamos a los montes de Ordal y Corbera, permiten suponer que al menos en el altiplano superior y en la vertiente norte el suelo maduro climax sería el suelo descalcificado correspondiente al encinar, la térra rossa de B R A U N B L A N Q U E T (que no corresponde al suelo que HuGUET denomina del mismo modo). Las diferencias litológicas repercuten fuertemente en el paisaje vegetal. Por un lado están las garrigas calcícolas de acusado carácter meridional que ocupan la mayor parte del macizo y por. otro una vegetación calcífuga análoga a la del Tibidabó.