CCSS. - Binasss

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IV.- CONSULTORIA JURIDICO-ADMINISTRATIVA
En esta sección se reproduce parte de la
producción doctrinaria contenida en los dictámenes
de la Dirección Jurídica de la CCSS y de otros
órganos competentes, ante consultas formuladas
por funcionarios, autoridades y dependencias de la
Institución.
Igual que en las dos secciones anteriores, esa
doctrina es parte importante del
Costarricense de la Seguridad Social.
Derecho
1.- LA EXONERACION GENERICA DE LA CCSS
Por la naturaleza de su función social y conforme con las disposiciones constitucionales, la
CCSS está investida de una exoneración genérica
de impuestos y contribuciones.
Históricamente, el Estado no ha podido honrar
sus obligaciones para con la Seguridad Social, lo
que va en detrimento del derecho a la salud que
tienen todas las personas. Si además de no recibir
los aportes estatales, la CCSS tuviera que pagar
impuestos, ello afectaría aún más las finanzas de
la Institución y, consecuentemente, habría necesariamente que afectar la calidad de los servicios
médico-asistenciales y previsionales, en claro
perjuicio de la situación económica del país.
Ahora bien, por ser la Seguridad Social un
cometido del Estado, resultaría evidentemente
contradictorio que sus fondos y reservas, a cuya
constitución está formalmente obligado el Estado,
estén afectas al pago de impuestos.
No es lógico que la CCSS deba pagar tributos,
y que al mismo tiempo deba acudir al Estado para
enjugar sus déficit de operación. Esos faltantes
tendrían que financiarse ni más ni menos que con
nuevas cargas impositivas, lo que llevaría al absurdo de tener que financiar con impuestos los déficit
de operación causados en parte por impuestos que
se vio obligada a pagar la Caja.
Asilo sostiene el Presidente Ejecutivo de la
CCSS, Dr. Alvaro Salas Chaves, en exposición de
25 de noviembre de 1994, dirigida a la
Procuraduría General de la República, en uso de
audiencia señalada para conocer del tema.
@INDICE4 = ASUNTO: Audiencia sobre solicitud
de reconsideración dictamen que extrae principio
institucional de exoneración genérica a favor de la
Caja Costarricense de Seguro Social.
Dentro del término de la audiencia que usted
se ha servicio conferirnos... expongo a usted con
120
mi mayor consideración y respeto: SISTEMA DE
FINANCIAMIENTO DE LA SEGURIDAD SOCIAL
EN COSTA RICA. El artículo 73 de la Constitución
Política de 1949 es reproducción, casi idéntica, del articulo 63 de la Constitución Política de 1871, según
quedó reformado en 1943 con motivo de introducirse el
capítulo de Garantías Sociales. Esa reforma tuvo
propósitos de indudable interés público, cuya
importancia ha sido confirmada por la historia reciente
de este país. La existencias de instituciones como la
Caja Costarricense de Seguro Social y la Universidad
de Costa Rica, han sido fundamentales para la actual
institucionalidad democrática de Costa Rica. No se
equivocó el Dr. Rafael Angel Calderón Guardia,
cuando en un mensaje al país, dijo:
...cualesquiera que sean los intereses que se
opongan, la ciudadanía debe comprender que la
importancia que tiene para la comunidad una
conquista como la de los seguros sociales
obligatorios,
es
verdaderamente
decisiva...
Entonces se habrá logrado crear verdadera
conciencia sobre estos problemas, y se tendrá la
noción de que la estabilidad y la paz internas de la
nación dependen del éxito, desarrollo y
funcionamiento de las instituciones que vengan a
regular la actividad de los distintos grupos
económicos representados por las clases sociales,
desgraciadamente
colocadas
en
posiciones
antagónicas pero no irreconciliables”. (1)
Esa norma constitucional, en lo conducente a la
letra dice:
“Se establecen los seguros sociales en beneficio
de los trabajadores manuales e intelectuales, regulados
por el sistema de contribución forzosa del Estado, patro-
1/ HIDALGO BRENES, Mario: Dr. Rafael Ángel
calderón Guardia, Reformador Social de Costa Rica,
s/e, México, 1983, p80.
N°6 Febrero de 1996
-
nos y trabajadores, a fin de proteger a éstos contra los
riesgos de enfermedad, maternidad, invalidez, vejez,
muerte v demás contingencias que la ley determine.
“La administración y el Gobierno de los seguros
sociales estarán a cargo de una institución autónoma,
denominada Caja Costarricense de Seguro Social. (2)
No podrán ser transferidos ni empleados en
finalidades distintas a los que motivaron su creación,
los fondos y las reservas de los seguros sociales...”
En el párrafo primero se crean los seguros sociales
en beneficio de los trabajadores manuales e intelectuales,
bajo el sistema de contribución forzosa del Estado,
patronos y trabajadores. El párrafo segundo pone esos
seguros bajo el cuidado de una institución autónoma en
materia de gobierno y de administración, llamada Caja
Costarricense de Seguro Social. El párrafo tercero, con
una indudable sagacidad de parte del constituyente, se
establece una prohibición: los fondos y las reservas de los
seguros sociales (creados en el párrafo primero, puestos
al cuidado de la Caja en el párrafo segundo), no deben ser
transferidos ni empleados en finalidades distintas a las
que motivaron su creación. Para tratar de desentrañar el
espíritu de este último párrafo, nos referimos más
adelante a su fuente material.
El principio de solidaridad es fundamental para el
Seguro Social. Nuestro constituyente estudió que era
imposible concebirlo sin una participación activa del
Estado en el orden financiero. No sólo eso. La reforma del
artículo 177 constitucional fue mucho más allá, al
establecer, para hacer viable la universalización de los
seguros, un nuevo principio: el de subsidiariedad del
Estado. Dice esa norma constitucional en su tercer
párrafo:
“Para lograr la universalización de los seguros
sociales y garantizar cumplida2/ La Ley N°2737 de 12 de mayo de 1961, adicioné el
párrafo segunde con la frase “denominada Caja
Costarricense de Seguro Social, después de
“institución autónoma”. Esa reforma fue aprobada en
primera legislatura por Ley N°2731 de 1° de mayo de
1961.
Revista Jurídica de Seguridad Social
mente el pago de la contribución del Estado como tal y
como patrono. se crearán a favor de la Caja
Costarricense de Seguro Social rentas suficientes y
calculadas en tal forma que cubran las necesidades
actuales y futuras de la Institución. Si se produjera un
déficit por insuficiencia de esas rentas, el Estado lo
asumirá, para lo cual el Poder Ejecutivo deberá incluir
en su próximo proyecto de Presupuesto las partidas
respectiva que le determine como necesaria la citada
Institución para cubrir la totalidad de las cuotas del
Estado”. (3)
El Legislador ordinario reiteró el principio de la triple
contribución, concretamente en el artículo 22 de la Ley
Constitutiva de la Caja.
Es así como hoy día, tenemos el siguiente esquema
contributivo en la Caja:
Seguro de Enfermedad y Maternidad:
- Cuota patronal:
9,25% (sobre la
planilla de salarios)
- Cuota obrera:
5,50% (sobre su
salario)
-Cuota del Estado como tal: 1,25% (sobre
la masa cotizante)
Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte:
- Cuota patronal:
4,75% (sobre la
planilla de salarios)
- Cuota obrera:
2,5% (sobre su
salario)
-Cuota del Estado como tal: 0,25% (sobre
la masa cotizante)
En términos económicos, los ingresos por concepto
de contribuciones, dependiendo de su fuente, los
podemos ver, con base en el presupuesto del presente
año de 1994, así: en millones de colones (Política
Presupuestaria Seguros Sociales).
3/ Párrafo agregado por Ley N°2738 del 12 de mayo de
1961. Aprobado en primer legislatura por Ley N°2730
de
1°
de
mayo
del
mismo
año.
121
Enfermedad y Maternidad, que sería el más
afectado con una eventual reconsideración como
la que ha solicitado el Ministerio de Hacienda. En
los últimos años, se ha visto desmejorado el nivel
cualitativo de la atención médica en el país, pese
a los ingentes esfuerzos de racionalización que
ha llevado a cabo la administración de la Institución: día con día han aumentado las lista de
espera para especialistas, lo que nos ha obligado
a tomar decisiones paliativas en la presente
administración, pero sin poder garantizar
soluciones definitivas: el problema de la demanda
en consulta externa, sigue sin resolver por
superar la demanda a la oferta. etc.
El comportamiento de las contribuciones
estatales ha generado faltante de recursos en el
Seguro de Enfermedad y Maternidad, según se
presenta en el siguiente detalle, en miles de
colones.
Hasta el 30 de setiembre de este año, la
deuda acumulada del Estado con el Régimen de
Enfermedad y Maternidad ascendió a ¢26.757
millones. El no recibir oportunamente esa suma,
ha representado grandes limitaciones para el
Seguro Social, en particular el Régimen de
122
De acuerdo con nuestras estimaciones, de
acogerse la tesis del Ministerio de Hacienda, la
Caja tendría que traspasarle al Estado alrededor
de ¢1.500 millones al año, tomando como
referencia las sumas que actualmente se gastan
en insumos y activos necesarios para lograr la
atención debida a la población. Esa suma
obviamente se tomará -porque no existe otra
fuente para ello- de las contribuciones forzosas
de los patronos, y de los trabajadores, porque el
Estado como tal -ya ha sido dicho no ha sido un
fiel cumpliente de sus obligaciones. Una
disminución de tal cuantía, como es obvio,.
redundará en un mayor sacrificio de los
asegurados y de los ciudadanos en general, pues
en la misma medida tendrán que disminuirse las
prestaciones médicas y las económicas.
LA CONSULTA CONCRETA PLANTEADA
POR EL MINISTERIO DE HACIENDA Es
importante, a nuestro juicio, tener muy claro cuál
es el contenido concreto, de lo que consulta el
señor Ministro de Hacienda a esa Procuraduría
General de la República. Ese contenido se
encuentra en el último párrafo del oficio DJH1794-94, del 19 de octubre. que a la letra dice:
“En razón de lo señalado, solicito se nos
indique
si
es
posible
sustraer,
por
N°6 Febrero de 1996
-
interpretación de la Constitución, el principio
de exoneración general en favor de la Caja
Costarricense de Seguro Social, se
establezca su contenido, tanto normativo
como doctrinario del mismo, así como sus
alcances.”
El tema central -desde nuestro punto de
vista- consiste en definir si es posible extraer
principios generales de la Constitución. Creemos que este asunto es incuestionable, y corresponde a esa Procuraduría confirmarlo de
una vez por todas. A partir de ahí la determinación del contenido del principio será una labor
simple: exoneración general significa dispensa
de cualquier tipo de impuesto a favor de la Caja,
en aplicación de la prohibición que contiene el
artículo 73 constitucional.
EL CASO CONCRETO
ORIGEN A ESTA CONSULTA
QUE
DIO
Esta consulta se origina en una petición
para poder desalmacenar 37 vehículos, tipo pick
up doble cabina, marca Nissan D21, cuya
necesidad se determinó con toda seriedad,
como instrumentos de trabajo para el normal
desenvolvimiento del Seguro de Enfermedad y
Maternidad. Se trata de vehículos sencillos, con
los cuales se satisfarán dos requerimientos: por
una parte, transporte de pacientes sentados; y
por la otra, apoyo logístico a los hospitales en
sus diversas necesidades, como por ejemplo
traslado de cilindros de oxígeno, de materiales e
implementos médicos, de ropa, e incluso de
funcionarios.
Se ha determinado que ese tipo de vehículo es el más indicado, además, para el
traslado de los equipos básicos de atención
integral en salud (EBAIS) compuesto en lo
medular por un Médico General, un Técnico en
Atención Primaria y una Auxiliar de Enfermería,
y reforzados por el Equipo de Apoyo, cuya
integración es un Médico Familiar, una
Trabajadora Social, un Odontólogo, un
Farmacéutico, un Microbiólogo, una Enfermera
Graduada y una Nutricionista.
Un paréntesis para un comentario conducente. La misión de ofrecer salud se ha
actualizado. Hoy se enfatiza la importancia de la
medicina preventiva, antes que la curativa: hoy
Revista Jurídica de Seguridad Social
se considera que la clínica y el hospital ha que
abrirlos y llevarlos a la comunidad, antes que
cerrarlos para recibir y “encarcelar” pacientes.
De modo que la ambulancia de hoy puede ser
vista como el vehículo que transporta servicio
medico a la comunidad saludable para efectos
preventivos, trascendiendo y superando el
concepto restringido de transportar pacientes ya
enfermos al hospital.
Para la compra de dichos vehículos se
presupuestó la partida correspondiente, pero al
tramitarse la exoneración, al amparo del
dictamen de la Procuraduría General de la
República, cuya reconsideración ahora se solicita pero que en su oportunidad fue formalmente aceptado por el Ministerio de Hacienda
-como se verá adelante-, la gestión fue denegada. En el caso concreto los impuestos -suponiendo que fuere procedente su pago- ascienden a la suma de ¢73 .000.000 (setenta y
tres millones de colones).
Lo anterior coloca a la Caja en la siguiente
situación:
Se tiene la partida presupuestaria requerida para pagar el precio de los vehículos. Los
vehículos ya ingresaron al país, pero no ha sido
posible desalmacenarlos. Mientras tanto,
estamos pagando el costo del almacenaje en un
almacén fiscal. Además la empresa vendedora
ya ha anunciado su pretensión de cobrar
intereses sobre el monto de la compra, toda vez
que (no) ha recibido el pago, en virtud de la
posición asumida sorpresivamente por la
administración tributaria. Si el pago de esos
intereses fuere procedente, estaríamos hablando de casi un millón cuatrocientos mil
colones por mes. Ese seria un gravamen más
para el país en general.
El costo del Almacén Fiscal, que asciende
a la suma de ¢7.101,11 millones por mes, más
los interese, si fueren procedentes, los tendría
que asumir materialmente la Caja. Pero es el
país el que o estaría asumiendo en última
instancia, por razones obvias, en forma
innecesaria, pues el Ministerio tiene fundamento
suficiente, en el dictamen de la Procuraduría,
para
acoger
la gestión. En caso de
interpretarse lo contrario a lo que ya dijo la
123
Procuraduría General de la República, la Caja
no podrá completar la compra, que se tramitó
mediante el expediente de la licitación privada
N° 93.269.
Si no se concreta la compra, obviamente
la compañía vendedora, que resultó adjudicataria, tendrá que devolver los vehículos o
nacionalizarlos por su cuenta, para venderlos a
otros clientes. El incumplimiento, podría dar pie
a una reclamación por daños y perjuicios. Al
final, terminaría la Caja y consecuentemente el
país asumiendo esos daños y perjuicios. ¿Quién
gana? Absolutamente nadie. ¿Quién pierde? El
país, o sea, todos los ciudadanos, y en
particular los cotizantes al Seguro Social,
incluido el propio Estado.
UN REPASO DE LOS ANTECEDENTES
EN CUANTO A LA EXONERACION DE
IMPUESTOS A FAVOR DE LA CAJA
La Caja nació exenta de impuestos directos e indirectos, inclusive de las contribuciones municipales, presentes y futuras. Así lo
estableció expresamente la Ley Constitutiva de
la institución en su artículo 58. Inicialmente no
se dieron problemas, pues las administraciones
tributarias no tuvieron dificultad de interpretar
textos claros en su letra y en su espíritu, muy
cercanos entonces al del constituyente. Aparte
de ello, en una clara coincidencia con esa
constituyente, diferentes leyes impositivas
establecieron expresas exenciones a favor de la
Caja Costarricense de Seguro Social.
El inciso a) del artículo 58 de la Ley
Constitutiva fue objeto de reforma por la Ley
2151 del año 57, en cuyo artículo 1° se suprimieron las exenciones de derechos de aduana y
sus recargos, y de servicios de muellaje y
bodegaje que por ley anterior tuvieran las
instituciones autónomas y semiautónomas del
Estado y las municipalidades. El artículo 2° de
esa misma ley dijo, en contra del principio de
reserva legal generalmente admitido en esta
materia por la doctrina, que quedaba a juicio del
Poder Ejecutivo, conceder las exenciones
suprimidas en casos debidamente justificados.
Empero, ese gazapo legislativo fue advertido en
fecha posterior, y concretamente por Ley
124
N°3003 del año 62, se repitió la norma que
suprimía la exención de derechos de aduana y
sus recargos, y de servicios de muellaje y
bodegaje, que por leyes anteriores disfrutaban
las instituciones autónomas y semiautónomas
del Estado y municipalidades, dejando a juicio
de la Asamblea Legislativa conceder las
exenciones mencionadas.
La norma en que la Asamblea Legislativa
se reservó la facultad de conceder exenciones,
no era estrictamente necesaria, pues el Poder
Tributario es privativo de ese Poder de la
República en términos generales (salvo norma o
principio constitucional en contrario), de modo
que puede conceder exenciones hoy y
eliminarlas mañana o viceversa. La doctrina
nacional e internacional son coincidentes en
este punto. Pero lo realmente trascendente es
que en dicha Ley N°3003, en su artículo 3°,
párrafo primero, se dispuso que las Juntas de
Protección Social y la Caja Costarricense de
Seguro Social continuaran exentas, respecto de
la importación de aquellos artículos necesarios
para el cumplimiento de sus funciones médicoasistenciales.
O sea que fue clara la intención del
legislador en el sentido de que la Caja continuara plenariamente exenta de dichos derechos, respecto de la importación de artículos
necesarios para el cumplimiento de sus funciones médico-asistenciales. Esa norma desarrolla acertadamente la filosofía que está detrás
de la prohibición constitucional de destinar los
fondos y las reservas de los Seguros Sociales a
finalidades o cometidos diferentes de aquellos
que motivaron su creación. Ahora bien, ¿cuáles
son los bienes, de los que adquiere la Caja, que
no son necesarios para el cumplimiento de sus
funciones médico-asistenciales?
El artículo 58. inciso a), párrafo final, de la
Ley Constitutiva de la Caja, exonera a la
institución de toda clase de impuestos directos e
indirectos inclusive de las contribuciones
municipales, presentes y futuras, en una norma
que se encuentra vigente con igual redacción
desde octubre de 1943. Resulta entonces
clarísimo el propósito de exonerar a
N°6 - Febrero de 1996
la Caja de todo tipo de impuestos durante toda
su sida.
La Ley Constitutiva de la Caja N°17 del 22
de octubre de 1943, se dictó pocos meses
después de la reforma constitucional que dio
nacimiento a los seguros sociales bajo la administración de esta institución.
Múltiples leyes posteriores desarrollaron el
espíritu y el texto de la norma constitucional.
Por ejemplo, la Caja fue expresamente
exonerada del impuesto sobre la renta, del
impuesto general sobre ventas en cuanto a
medicinas incluidas en el cuadro básico: la Ley
de Consolidación del Impuesto Selectivo de
Consumo, según reforma del año 82, exoneró
las adquisiciones de mercancía realizadas por el
Gobierno Central, las Municipalidades y la Junta
de Protección Social; la ley de consolidación de
impuesto de ruedo, exoneró las ambulancias del
sistema hospitalario nacional; la ley del
impuesto territorial exoneró las propiedades del
Estado, así como las destinadas a la
beneficencia pública, incluso a las destinadas a
producir ingreso a esas instituciones, la Ley
N°7088, de Reajuste Tributario, exoneró del
impuesto sobre la propiedad de vehículos
automotores, a las ambulancias del sistema
hospitalario nacional; y en cuanto al impuesto de
transferencia
de
vehículos,
estableció
exoneración
expresa
respecto
de
los
adquirentes de vehículos propiedad del Estado.
Con el tiempo sobrevinieron las dificultades,
cuando diferentes leyes posteriores no hicieron
mención de esas exoneraciones.
La cuestión preocupó, como es lógico, a la
Junta Directiva de mi representada. Se
efectuaron diferentes estudios, y en el año 90,
bajo una interpretación teleológica del artículo
73 de la Constitución Política, en relación con el
50 y el 177 constitucionales, se fijó
preliminarmente la tesis de la institución.
El estudio fue ampliado, también por
mandato de la Junta Directiva, en el año 91,
concluyéndose ahí que la Caja goza de una
Revista Jurídica de Seguridad Social
exoneración genérica de rango constitucional,
con base en los siguientes argumentos:
“Por el artículo 73 de la Constitucion Política
se crearon los seguros sociales en beneficio de
los trabajadores de este país. Ahí mismo se
establece el sistema de contribución forzosa del
Estado, patronos y trabajadores, a efecto de
proteger a estos últimos de los riesgos de
enfermedad, invalidez, maternidad, vejez y
muerte, y de cualquier otra contingencia que
llegare a determinar la ley. La Ley de
Asignaciones Familiares ha venido a incluir el
riesgo de la indigencia -si es que así lo
pudiéramos bautizar- y dispone su cobertura
mediante el régimen no contributivo de
pensiones por monto básico, como un programa
adicional al Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte.
En el artículo 177 constitucional se ordena la
universalización de los Seguros Sociales.
En cuanto al artículo 73, interesa destacar
dos aspectos; uno, que el Estado es un
contribuyente forzoso de los seguros sociales,
con lo cual queda clara la conciencia del
constituyente en cuanto a que la seguridad
social es un cometido típicamente estatal; dos,
que los fondos y las reservas de los seguros
sociales (producto de aquella contribución
forzosa del Estado. patronos y trabajadores), no
pueden ser transferidos ni empleados en finalidades distintas a las que motivaron su
creación.
En cuanto al artículo 177, interesa destacar
el principio de subsidiaridad estatal que ahí se
consagra. Al punto de que, para lograr la
universalización y garantizar cumplidamente el
pago de las contribuciones del Estado como tal
y como patrono, el Estado está obligado a crear
a favor de la Caja las rentas suficientes y
calculadas en forma tal que se cubran las
necesidades actuales y futuras de la institución,
en función a su cometido constitucional.
Dispone además esa norma constitucional, que
el Estado está en la obligación de asumir
cualquier déficit por insuficiencia de esas rentas.
Aquí es donde en forma más acabada se
concreta el indicado principio de subsidiaridad
estatal,
propio
de
los
seguros
125
sociales, principio que después es retomado por
la Ley 5349, en su artículo 7º, al prever la
misma obligación estatal para contemplar el
costo de la atención de los indigentes, frente a
la insuficiencia de las rentas señaladas en la
legislación actual.
En la interpretación de cualquier norma
jurídica, sin excepción, pero por especial causa
la de rango Constitucional, se impone el “logos
de lo razonable”, expresión excelentemente
desarrollada por el filósofo del derecho don Luis
Récasens Siches. La lógica de lo razonable va
más allá de la lógica racional pura de tipo
matemático y de la lógica fisico-matemática. Ese
logos, de la interpretación jurídica, tiene, entre
otras, las siguientes características:
“A) Está circunscrito por la realidad concreta
del mundo social humano en el cual opera. B)
Está regido por valoraciones. C) Tales
valoraciones son concretas, es decir, están
referidas a una determinada situación, y, por lo
tanto, toman en cuenta las posibilidades de una
cierta realidad, y las limitaciones que ésta impone. D) Está regido por razones de congruencia o adecuación: primero, entre la
realidad social y los valores (cuáles sean los
valores pertinentes para la regulación de una
determinada realidad social): segundo, entre los
valores y los fines (cuáles sean los fines
valiosos): tercero, entre los fines y la realidad
social concreta (cuáles son los fines de
realización posible): cuatro, entre los fines y los
medios, en cuanto a la conveniencia de los fines
para los medios: quinto, entre los fines y los
medios respecto de la corrección ética de los
medios: y sexto, entre los fines y los medios en
lo que se refiere a la eficacia de los medios. E)
Está orientado por las enseñanzas sacadas de
la experiencia vital e histórica -esto es-. de la
experiencia individual y social-. y se
desenvuelve al calor de esta experiencia”.., ese
especial logos de lo humano o de lo razonable debe impregnar y dirigir la labor de
interpretación encomendada al jurista... la
126
tarea interpretadora del jurista está empapada
de juicios de valor, de estimaciones, aún
moviéndose, como debe hacer, dentro de los
marcos del Derecho positivo, y sometida a las
limitaciones por éste establecidas” (RECASENS
SICHES. Filosofía del Derecho, Editorial Porrúa.
SA.. México. 1961. p.7). (Lo destacado no es del
original).
Cuando, como en este caso, estamos frente
a normas omisas, e incluso contradictorias,
juega de manera especial esa lógica de lo
razonable, en términos de zanjar las
contradicciones entre preceptos que tienen la
pretensión de estar igualmente en vigor; y tiene
el jurista la obligación de llenar las lagunas, y
suplir los vacíos que encuentre en el conjunto
de normas formuladas. Esa labor, a veces
obliga a excluir aquello que no es congruente
con la unidad jerarquizada del ordenamiento
jurídico, porque el sistema total no puede dar
respuestas diversas e incompatibles a un mismo
problema. En otros términos. “...el jurista debe
hallar la norma inexpresada para resolver esos
casos no previstos en las normas formuladas
antes”. (Idem ant.. op. cit. p.3). (Lo destacado no
es del original).
Sobre estas bases de interpretación
inteligente, que he querido enfatizar con el
propósito expreso de evitar que alguien pudiera
verse tentado a endilgarme improvisaciones
teóricas, es dable afirmar, como primera
conclusión, que en nuestro ordenamiento
jurídico de rango constitucional, las exenciones
no sólo son legítimas, sino más aún obligatorias.
¿Por qué? En primer lugar, porque la Seguridad
Social, es un cometido fundamental del Estado
costarricense. Ese cometido estatal ha sido
desarrollado en forma tal, que difícilmente este
país podría ostentar la estabilidad social de que
se ufana, a no ser por los desarrollos prácticos
que se han logrado en el cumplimiento de ese
cometido, íntimamente ligado al contenido
programático del artículo 50 constitucional. Hoy
día nadie pone en tela de juicio el efecto redistri-
N°6 Febrero de 1996
-
buidor de la riqueza que encama en sí misma la
seguridad social. (4)
En segundo lugar, porque históricamente -y
ello es público y notorio- el Estado costarricense
no ha podido honrar sus obligaciones para con
la seguridad social de este país. En tercer lugar,
porque la mecánica impositiva tendría un efecto
directo en las finanzas de la Caja, y
consecuentemente habría necesariamente que
afectar la calidad de los servicios médicoasistenciales y previsionales, en claro perjuicio
de la situación económica del país. En cuarto
lugar, porque la imposibilidad estatal de honrar
sus obligaciones, según el rumbo tendencia! de
nuestra economía, pareciera acrecentarse
conforme avanza el tiempo. En quinto lugar,
porque la exención genérica de impuestos a una
institución como la Caja, como un medio para
incrementar la posibilidad de lograr los
cometidos
constitucionales,
no
contiene
implicaciones de orden ético ni es algo
imposible, en el contexto de la realidad nacional.
Y en sexto lugar, porque el espíritu del ordenamiento jurídico, en sus distintas manifestaciones concretas, históricamente dadas,
han reiterado el afán de esa exención genérica:
artículo 58 de la Ley Constitutiva de la Caja,
artículo 1° de la Ley 3787. Decreto Ejecutivo
N°5275-SPPS, y todas las demás exenciones
específicas -desde mi punto de vista
innecesarias, dada la potencia misma de la
normativa constitucional.
Como lo he dicho en otra parte. “por ser la
seguridad social un cometido del Estado,
resultaría evidentemente contradictorio que sus
fondos y reservas -a cuya constitución
contribuye
obligatoriamente,
al
menos
formalmente, el mismo Estado- estén afectas al
pago de impuestos. En efecto, no pareciera
lógico que la Caja deba pagar tributos, y que al
mismo tiempo deba acudir al Estado para
enjugar sus déficit de operación. Esos faltantes
tendrían que financiarse ni más ni menos que
con nuevas cargas impositivas, lo que llevaría al
absurdo de tener que financiar con impuestos
déficit de operación causados en parte por
impuestos que se vio obligada a pagar la Caja.”
He dicho que ha sido históricamente clara la
intención del legislador, haciendo una traducción
correcta del espíritu del constituyente al
concebir la norma que se expresa en el párrafo
tercero del artículo 73 de la Constitución
vigente, en el sentido de que la Caja estuviera
plenariamente exenta de impuestos para mejor
cumplimiento de sus funciones médicoasistenciales y previsionales. Ello se confirma
con sólo ver la evolución normativa: artículo 58
de la Ley Constitutiva. Ley 2547, Ley 3003, Ley
3787, etcétera.
Tendríamos entonces necesariamente que
concluir en la existencia de una norma
exonerativa general, a favor de la Caja
Costarricense de Seguro Social, de rango
constitucional, quizá inexpresada claramente,
pero perfectamente anclada, de modo necesario
bajo la aplicación del “logos de lo razonable”, en
los artículos 50, 73 y 177 constitucionales.
En abono de esta tesis, cabe señalar
marginalmente que el proyecto de ley de
exenciones que se tramita hoy día en la
Asamblea Legislativa, contempla excepciones.
Entre ella sobresale una, que viene a dar un
soporte particular a nuestra posición; aquella
que habla de las exenciones tributarias
establecidas
“por
el expreso mandato
constitucional...” Se reconoce ahí que hay
exenciones previstas en la Constitución Política,
(inciso a- del proyecto de ley “De la Derogatoria
Genérica de Exenciones y sus Excepciones”).
Así las cosas es enteramente dable sostener
que está plenamente vigente el artículo 58,
inciso a) de la Ley Constitutiva de la Caja, al
igual que la Ley N°3787 de 18 de noviembre
de 1966, y el Decreto Ejecutivo 5275-SPP, por
4/ La redistribución de la riqueza es un principio
programático constitucional. Articulo 50 de la
Constitución Política. Esta nota no es del original.
Revista Jurídica de Seguridad Social
127
constituir esas normas una excelente
traducción de lo que ordena el párrafos
tercero del artículo 73 constitucional, en
relación con el párrafo tercero del artículo
177, también de la Constitución Política.
Conocemos la posición de la Procuraduría
General de la República, en el sentido que
una exención genérica de rango legal,
queda virtualmente sin vigencia respecto de
un nuevo tributo anterior, salvo que se
incluya en la ley posterior, en que se crea el
tributo, una exoneración expresa. Esa
postura es técnicamente correcta, y no la
objetamos, particularmente en cuanto
pudiera estar referida a exenciones legales
previstas en favor de los particulares. Tiene
fundamento en la más difundida doctrina,
sobre todo en el principio de interpretación
restrictiva de la norma tributaria y en la
prohibición de aplicar la analogía. Pero el
caso de la Caja es diferente y especial, por
provenir la exención de normas de rango
constitucional, tal como aquí se ha
demostrado. Sí la exención genérica es del
rango constitucional, la exención legal -que
no fue estrictamente necesaria, dada
aquella circunstancia- mantiene su vigencia
mientras permanezca la exención constitucional. Como la exención es genérica en
la orden constitucional, no se requiere
exención expresa específica de rango legal”. (5)
Dado el nivel de inseguridad creado,
frente a un Estado incumpliente que al mismo
tiempo pretendía financiar en parte sus gastos
por medio de impuestos cobrados a los seguros
sociales, se sometió a la Procuraduría General
de la República, la cual se pronunció en el
dictamen cuya reconsideración se ha solicitado.
Creemos que ese pronunciamiento tiene un
análisis riguroso, con base en el cual justifica
con meridiana claridad la interpretación
teleológica a que ahí se llegó. Por ser su
contenido claro en sí mismo, y por contener una
fortaleza argumentativa que se sostiene por sí
sola, no entramos a analizarlo. Solamente,
5/ ARIAS VALVERDE, Oscar: Dictamen N°DJ1235-91 del 31 de octubre de 1991.
128
encontramos del caso, en apoyo a la
construcción finalista que ahí se hizo, agregar
que el espíritu del constituyente no puede
admitir ninguna duda. El espíritu de una norma
jurídica, de cualquier rango, se escruta en su
motivación. En el caso concreto, ninguna fuente
mejor que el mensaje del Presidente Rafael
Ángel Calderón Guardia al presentar el Proyecto
de Incorporación del Capítulo de Garantías
Sociales en la Constitución de la República. Dijo
entonces el Doctor Calderón Guardia:
“Los seguros sociales son ya una realidad en nuestro medio, y aunque la
institución encargada de administrarlos no
ha podido aún otorgar los beneficios que la
ley da, ello sólo se debe al escaso tiempo
que de funcionar tiene. Pero es evidente
que la intensa propaganda que se ha
hecho, con fines educativo-sociales que
nadie puede negar, lo mismo que el
empeño puesto por sus dirigentes han
creado un estado de conciencia popular
muy favorable a su implantamiento, hasta el
punto de que ésta ha sido la medida
gubernamental más elogiada por parte de
amigos opositores de nuestra gestión.
Falta, pues, completar la obra dando a la
Caja Costarricense de Seguro Social las
necesarias condiciones de autonomía, para
que puedan llegar a su plenitud, sin que
éste se vea entorpecido por intereses
políticos susceptibles de poner en peligro su
estabilidad. En consecuencia, sentamos el
principio correspondiente y lo acabalamos
con la disposición que prohibe a la
institución transferir sus fondos o emplearlos
en finalidades distintas a las previstas por la
ley que le dio origen”. (6) (Lo destacado no
es original).
Faltaba, ajuicio del estadista completar la
obra. Para ello era necesario darle autonomía,
la que se le dio, la cual fue acabalada “con la
disposición que
prohíbe a la institución
transferir sus fondos o emplearlos en
6/ Asamblea Legislativa, República de Costa
Rica. Revista Parlamentaria. Vol. 1 N°2,
Setiembre 1993, p.p 102-103.
N°6 Febrero de 1996
-
finalidades distintas a las previstas por la ley
que le dio origen.”
Acabalar es completar. Completar es
integrar, hacer cabal una cosa, hacerla perfecta
en su clase. La institución ya autónoma, tenía
que ser acabalada con un principio fundamental:
la prohibición de transferir sus fondos o
emplearlos en finalidades distintas a las propias.
Esta prohibición es un principio general del
derecho que no era necesario poner en la
Constitución Política, salvo - como lo
entendermos - que se quisiera robustecer, enfatizar ese principio en el caso concreto. Si
pagar impuestos no es transferir fondos, no
podríamos entender qué entonces pueda serlo.
Esa norma ha salvado a los fondos de la Caja
ante la voracidad que a veces ha mostrado el
mismo Estado: traspaso de propiedades para
efectos de indudable interés público, pero
ajenos a los de seguridad social, donaciones de
partidas, etc. La protección de fondos de
naturaleza pública que no son parte del
patrimonio público, puede además hacerse
derivar como un principio, del articulo 45 de la
Constitución Política. Las cuotas no son de la
Caja, pertenece a los asegurados y tales son
indisponibles para propósitos ajenos a su razón
de ser: servicios de salud y pensiones.
Si estimamos del caso referirnos al
planteamiento del Ministerio de Hacienda, con
vista del dictamen jurídico que se aporta,
suscrito por la Lic. Eugenia Benavides Quirós.
Ese dictamen, aunque respetable, no lo
podemos compartir, Veamos las razones:
1. En su introducción, se afirma que la
Caja gestionó exoneración con base el artículo
8° de la Ley 7293.
Nuestro comentario: esa afirmación no es
cierta. La Caja se fundó en la exoneración
genérica de rango constitucional, de que goza
según pronunciamiento de la Procuraduría
General de la República del 14 de enero de
1992, suscrito por el señor Procurador Fiscal
Lic. Román Solís Zelaya, y que - como se veráfue acogido formalmente por el Ministro de
Hacienda.
Caja,
El artículo 8° de la Ley 7293, no afecta a la
por gozar esta institución de una
Revista Jurídica de Seguridad Social
exoneración general de rango constitucional. Al
haberse extraído de una expresa norma
constitucional, un principio de exoneración
general a favor de la CCSS, la ley indicada no
afecta la situación de esa exoneración en lo
tocante a la Caja, pues su artículo 2°, inciso a),
la dejó a salvo. En todo caso, ese mismo
artículo, en su inciso 1). hacer exclusión de las
exenciones que “se hayan otorgado al Poder
Ejecutivo, al Poder Legislativo, al Tribunal
Supremo de Elecciones, a las instituciones
descentralizadas, a las municipalidades, a las
empresas públicas estatales y municipalidades y
a las universidades estatales”.
2.- Dice la Directora Jurídica del Ministerio
de Hacienda:
“En cuanto a la importación y compras
locales de mercancías y servicios que
requiera la Caja Costarricense de Seguro
Social para el cumplimiento de sus fines,
establece la ley referida en su artículo 4º in
fine, una exoneración de todo tributo y
sobretasas,
determinando
como
excepciones a la misma “lo referente a
vehículos, los cuales se exonerarán de
conformidad con lo dispuesto en el artículo
16 de la Ley N° 1088 del 30 de noviembre
de 1987 y sus reformas. En este último
aspecto es claro que el remitir la Ley 7293 a
otra norma, es este el fundamento legal
para sustentar cualesquier (sic) solicitud de
aplicación de exoneración sobre vehículos
que pretenda realizar la Caja Costarricense
de Seguro Social, de forma tal que toda
aquella petición expresa que no coincida
con el objeto dispensado de la obligación
tributaria, sea vehículos de dos toneladas
según establece el artículo 16 de la Ley
7088 y sus reformas, resulta improcedente
y por lo tanto impertinente toda petición que
contravenga la hipótesis contenida en la
norma citada.”
Nuestro comentario: esa norma no hacía
falta en la Ley 7293, tal como lo dijo la Caja en
su oportunidad. Si la Caja goza de una
exoneración general de rango constitucional, la
referencia era innecesaria. La gestión estuvo
bien fundada entonces en la exoneración
129
genérica de rango constitucional reconocida por
la Procuraduría General de la República en un
dictamen vinculante. Ese dictamen fue acogido
por el Ministro de Hacienda mediante el oficio
DVM- 112-92 del 13 de febrero de 1992, que a
la letra dice:
“Señor Lic. Alan Saborío Soto. DIRECTOR GENERAL DE HACIENDA.
Presente. Estimado señor: Mediante pronunciamiento de fecha 14 de enero del
presente año, suscrito por el Lic. Román
Solís Zelaya, Procurador Fiscal y con la
aprobación del señor Procurador General
de la República, se establece que la Caja
Costarricense de Seguro Social disfruta de
exención tributaria general. Lo anterior
tomado en consideración particularmente
que por disposición de la Constitución
Política, los fondos asignados para esa
Institución no pueden Destinar-se a
finalidades distintas de las que motivaron
su creación, que el Estado debe dotar de
recursos suficientes a la Caja v además
asumir cualquier déficit, de modo que se
garantice el cumplimiento de su cometido.
En razón de lo expuesto. tornando en
consideración razones de conveniencia,
oportunidad, y compartir totalmente el
pronunciamiento de la Procuraduría,
sírvase
girar
las
instrucciones
correspondientes a efecto de que se le
otorguen las exenciones a la Caja Costarricense de Seguro Social”. (7)
Lo transcrito constituye un acto jurídicoadministrativo válido y eficaz, que surtió efectos
en derecho. Sorprende que ahora, el nuevo
jerarca recurra a la Procuraduría para obtener
un pronunciamiento diferente, y que el Ministro
haya rechazado una gestión concreta por no
compartir dicho pronunciamiento, a pesar de
haber aceptado con toda formalidad y con pleno
conocimiento de lo que hacía. Para rechazar lo
gestionado el Ministerio debió haber recurrido al
juicio ordinario de lesividad, conforme a lo que
dispone el ordenamiento jurídico aplicable. Independientemente de lo que ahora pudiera decir
la Procuaduría, teniendo a la vista esa fuente de
derecho, no seria dable rechazar la gestión de la
Caja, salvo que se quisiera tirar por la borda
todo principio de seguridad jurídica.
3.- En las circunstancias reales de nuestro
país, destinar los recursos y las reservas de los
seguros sociales, aunque sea en parte, al pago
de impuestos a un Estado que no ha podido
sostener sus obligaciones económicas para con
la Seguridad Social, sí viola la norma del artículo
73 constitucional, en relación con los artículos 5º
y 74 ibídem. La ideología de nuestro sistema
constitucional, entendido éste como un Estado
Social de Derecho, así lo sostiene.
4.- Nos pronunciamos enteramente de
acuerdo con el ex-diputado don Otto Brenes,
cuando al ofrecer su informe afirmativo de
minoría respecto de la Ley de Exoneraciones
(expediente N°11037). afirmó con gran precisión
doctrinaria:
“No siempre... se puede afirma que una
exoneración es sinónimo de “privilegio”, pues
cuando se trata, por ejemplo, de
instituciones estatales lo que se pretende es
que el servicio público que prestan llegue al
menos costo posible al usuario. Algunos
economistas sostienen la tesis radical de
que todas las entidades públicas deben
pagar sus impuestos, pues es la única forma
de saber exactamente cuál es el costo real
del servicio que prestan, y que en el tanto
eso no se haga nos estamos engañando
porque el costo se mantiene bajo
artificialmente, ocultando la ineficiencia de la
Institución. Podría pensarse que como
ejercicio intelectual eso resulta cierto, pero la
verdad es que, sin perjuicio de que se debe
atender con mucho interés la eficiencia en
la prestación del servicio público, debemos preocuparnos antes porque el
usuario no resulte más castigado de lo
que ya está. Aplicar los impuestos exonerados a los costos de un servicio público, sin atender los aspectos internos del
mismo, conlleva a aplicarle al particular
esa carga tributaria. ¿Puede el usuario
soportar esa carga? Obviamente no, y por
7/ Oficio N° DVM-112-92 del 13 de febrero de
1992... (Lo destacado no es del original)
130
N°6 - Febrero de 1996
eso me opongo a ese enfoque radical y
generalizante, además de divorciado de la
realidad’. (8)
Si aquí no se efectúa un análisis que
contemple la realidad de la constitución material,
es posible llevar adelante la tesis del Ministerio
de Hacienda. Pero si se analiza la normativa
constitucional en función del sustrato de la
realidad, la conclusión de la Procuraduría no
admite ningún cuestionamiento y debe ser
sostenida hasta sus últimas consecuencias. Así
lo pedimos, en aras de la estabilidad social que
han promovido sin duda los seguros sociales
que tiene bajo su tutela la Caja Costarricense de
Seguro Social.
CUESTION DE TRAMITE PREVIO
Respetuosamente sugerimos que esa
Procuraduría comunique a la Administración
Tributaria, en forma previa, que la consulta
hecha a esa dependencia no tiene la virtud de
dejar sin efecto el oficio DVM 112-92 del 13 de
febrero de 1992, cuyo contenido constituye un
acto válido y eficaz, mientras por la vía
correspondiente no sea anulado. Ello es fundamental para evitar el incremento de costos
(bodegaje y eventuales intereses), a que arriba
hicimos referencia.
Atentamente.
Dr. Alvaro Salas Chaves
Presidente
Ejecutivo
2.- CONFIDENCIALIDAD DE LA INFORMACION
DE PLANILLAS
Corresponde a la Junta Directiva de la
CCSS determinar, en cada caso concreto,
si se está o no en presencia de un interés
público y, por consiguiente, si procede o no
suministrar los datos solicitados.
Así lo dictamina la Procuraduría General
de la República, en nota de 29 de
noviembre de 1994, dirigida al Diputado
Gonzalo Fajardo Salas.
ASUNTO: Criterio sobre la existencia de
excepciones al 2° párrafo del art. 63 de la
Ley Constitutiva de la CCSS.
Con la aprobación del señor Procurador
General de la República, me refiero a su atento
oficio GFS-168 de 7 de noviembre último,
mediante el cual solicita el criterio de este
Organismo respecto de la existencia de
excepciones en el segundo párrafo del artículo
63 de la Ley Constitutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social.
De conformidad con el texto de su oficio,
su interés es precisar si es posible que la CCSS
se niegue a dar un informe sobre las planillas en
los últimos cinco años de X persona, que en la
actualidad ocupa un cargo público. Señala usted
que la CCSS afirma que el artículo 63 de su Ley
Constitutiva
protege
la
privacidad
de
informaciones y relaciones particulares de la
Caja, los asegurados y los patronos, por lo que
la información solicitada sólo puede ser
brindada si fuera solicitada por el propietario o a
requerimiento de los Tribunales de Justicia.
Considera Ud. que dicha confidencialidad no
puede ser absoluta, debiendo ceder cuando la
información requerida afecte los intereses
públicos. Que en el presente caso, la
información fue solicitada de conformidad con lo
que dispone el artículo 140, inciso 11 de la
Constitución Política y el 111 del Reglamento de
la Asamblea Legislativa, que facultan al
diputado a requerir de la Administración toda
clase de informes. Que lo solicitado es de
interés público porque el funcionario ocupa el
cargo de Presidente Ejecutivo del INCOP.
De previo a referirnos a su solicitud, es
preciso indicar que el posible conflicto entre
información confidencial e interés público que
Ud. plantea concierne un caso determinado. Al
respecto, ha sido criterio reiterado de este
Organo Asesor que no corresponde emitir
criterio sobre casos concretos. excepto si
8/ Expediente legislativo 11037. Informe
afirmativo de minoría Comisión Especial Mixta “para
que investigue todas las exoneraciones vigentes
otorgadas por vía de ley, y la problemática que las
mismas representan para la economía nacional” (p3).
(Lo destacado no es del original)
Revista Jurídica de Seguridad Social
131
se está ante los supuestos del articulo 1 73 de la
Ley General de la Administración Pública.
Criterio que se impone máxime si no se está
ante el ejercicio de la función consultiva prevista
por el artículo 4° en relación con el 2° de
nuestra Ley Orgánica. En ese sentido, cabe
señalar que la presente consulta no ha sido
planteada por la Administración interesada. Lo
anterior, unido al hecho mismo de que la
condición de Diputado excluye la existencia de
una Administración Pública consultante (artículo
4° de nuestra Ley Orgánica) determinan que el
criterio que se emita no tenga carácter de
dictamen en los términos del artículo 2° de esta
misma Ley. Se trata, como se ha indicado en
reiteradas ocasiones, de una opinión consultiva
emitida como una forma de colaboración con las
altas funciones que la Constitución reserva a los
diputados, que no afecta directamente el
ejercicio de las competencias constitucional o
legalmente atribuidas a la Administración
Pública.
Tomando en cuenta lo anterior, procedemos a evacuar su consulta.
A.- UNA INFORMACION CONFIDENCIAL
Dispone el artículo 63 de la Ley Constitutiva de la Caja Costarricense de Seguro
Social, en lo conducente:
“La Gerencia no podrá divulgar ni
suministrar a particulares, salvo autorización expresa de la Directiva, los datos y
hecho referentes a asegurados y patronos
de que tenga conocimiento en virtud del
ejercicio de sus funciones: pero podrá
publicar cualquier información estadística o
de otra índole que no se refiera a ningún
asegurado o patrono en especial.”
De conformidad con dicha disposición,
tanto los asegurados como los patronos tienen
derecho a que la información que suministran a
la Caja Costarricense de Seguro Social o que
aquella información que ésta conozca por
cualquier otro medio, no sea comunicada a
terceros. Es decir, la Ley consagra la confidencialidad de esa información.
132
El establecimiento de esa confidencialidad
significa que la Ley consideró que la información
suministrada era de interés privado, por lo que
el conocimiento por terceros de dichos datos
sólo puede tener lugar en los casos
expresamente previstos por el ordenamiento:
sea cuando lo requieran los tribunales de justicia
en el cumplimiento de su función jurisdiccional o
a solicitud expresa del interesado. No obstante,
la Ley previó una tercera posibilidad: la Junta
Directiva de la Institución puede decidir que se
comunique la información.
Es claro que esa posibilidad no justifica
que en cualquier supuesto la Junta Directiva
pueda comunicar esos informes, ya que si fuere
así se podría vulnerar fácilmente el carácter de
la confidencialidad y no tendría objeto que ésta
se garantizara por la ley. Corresponde, así,
determinar bajo qué supuestos podría esa Junta
autorizar la comunicación de los datos
confidenciales.
B.- LA INFORMACION CONFIDENCIAL
SOLO PODRIA SUMINISTRARSE SI FUERE
DE EVIDENTE INTERES PUBLICO
Como esta Procuraduría ha indicado en
dictámenes anteriores (C-126-93 de 17 de
setiembre de 1993. C-172-90 de 16 de octubre
de 1990. C-126-87 de 17 de junio de 1987 y C127 de 2 de mayo de 1983), en los entes y
oficinas se mantiene información que no es de
interés público, sino privado. Es decir, la
información que un organismo público posea
sobre un ente o persona privado no necesariamente es de interés público y en caso de que
sea de interés privado, goza, por principio, del
privilegio de la confidencialidad. En este caso,
ninguna persona u organismo puede alegar un
derecho a la información en los términos del
artículo 30 de la Constitución. precisamente
porque no existe interés público. No existe,
entonces, libre acceso a la información. El
derecho a ese acceso cede ante el derecho
constitucional a la protección de la intimidad.
Puesto que el carácter privado de la
información actúa como una excepción al
derecho de informarse, se requiere precisar el
N°6 Febrero de 1996
-
citado concepto, que se ubica entre lo que la
doctrina conoce como conceptos indeterminados. La Sala Primera de la Corte Suprema de
Justicia, al conocer de un Recurso de Amparo
contra el Presidente de la República y su
Ministro de Seguridad Pública, concluyó:
“En lo que ahora interesa, el artículo 30
de la Constitución Política garantiza el libre
acceso a los departamentos administrativos con propósitos de información
sobre asuntos de interés público, lo que a
contrario sensu significa que esa garantía
no comprende los asuntos de interés
privado. Corrientemente se define el interés
privado como: 1° la conveniencia individual
de una persona frente a otra, y 20 el bien
de los particulares contrapuesto al de la
colectividad, al social. Por su parte, el
interés público es la utilidad, la
conveniencia de la colectividad o sociedad
ante los particulares, o de los más ante los
menos: también se le entiende como
conveniencia o necesidad de carácter
colectivo en el orden moral o material...”“
Sala Primera de la Corte Suprema de
Justicia, N°29 de las 14:30 hrs. del 13 de
abril de 1984. (El subrayado es del
original).
Al referirse a esta jurisprudencia, la
Procuraduría en dictamen C-130-93 de 28 de
setiembre de 1993 señaló:
“Conforme lo cual, el asunto de interés
privado es el que no concierne a la
colectividad y sólo es de conveniencia
individual. Por el contrario, habrá interés
público si la información es útil a la colectividad. Pero en la medida en que una
información solo sea necesaria y útil para
un particular, no puede concluirse que sea
de interés público. Lo anterior no significa,
empero, que cualquier persona pueda
tener acceso a esa información, porque si
la Constitución o la ley la califican como
confidencial gozará de la protección
correspondiente,
no
pudiendo
ser
divulgada salvo autorización del interesado o de darse los supuestos establecidos en el artículo 24 de la Carta Política,
que entre otros aspectos protege el dere-
Revista Jurídica de Seguridad Social
cho de intimidad y la vida privada de los
habitantes de la República.”
A contrario sensu, es de interés público
la información que interesa a la colectividad,
por estar en relación directa con el cumplimiento de los fines públicos. Una información
que es útil para la colectividad, por lo que es
conveniente que ésta tenga acceso a esa
información.
Por lo que para decidir si puede suministrar informe sobre las planillas de un funcionario público, la CCSS tendría que determinar si dicho suministro por el periodo que
se solicita permite el cumplimiento de un fin
público o no. Es decir, en qué se beneficia el
interés público porque se dé esa información.
En el mismo orden de idea, si los datos con
que cuenta en sus archivos son de necesario
conocimiento y utilidad para terceros (C- 12693 de 17 de setiembre de 1993), para que se
justifique no respetar el límite señalado por
artículo 63 de su Ley Constitutiva.
No obstante, que en el caso amparado
no se estaba ante información confidencial,
puede resultar de interés lo resuelto por la
Sala Constitucional en resolución N°880-90
de las 14:25 hrs. del 1° de agosto de 1990, al
conocer de un recurso de amparo por no suministro de información concerniendo un
funcionario público en su calidad de tal:
“Para efectos de una correcta resolución,
en el caso, cabe advertir que si bien las
normas
y
principios
constitucionales
atinentes deben apreciarse en su conjunto ante el planteamiento determinado- y no
aisladamente, para su correcta aplicación
debe estarse también a la calidad o no de
funcionario público que la persona, de quien
se solicita información, tenga. Así, el
derecho a la información sobre determinada
actividad, ventaja o derecho que un
particular ostenta estaría vedado por lo
dispuesto en el artículo 24 de la Constitución Política, cosa que no sucede en
cuanto al funcionario público, por el evidente interés que para la comunidad representa el poder estar debidamente informada de su actividad, del buen o mal
desempeño en su cargo, de las ventajas o
133
no que el nombramiento conlleva y de los
derechos que como tal obtiene, fundamentalmete
en cuanto estos sean de índole económico salarios, en dinero o especies, pluses, dietas, etc.
- pues en tratándose de fondos públicos son los
administrados en general -o corno usuarios del
servicio- los que pagan con sus contribuciones y
tienen el derecho de saber cómo se administran y
se gastan estos. Toda actividad del funcionario
público es evidentemente de interés público -no
solo en buena lógica- sino por propia definición
del articulo 113 de la Ley General de la
Administración Pública, ya que el desempeño de
sus
funciones
debe
estar
encaminado
primordialmente a la satisfacción de aquél y en
cuanto se separe de aquella finalidad -que la
envuelve como tal- estaría faltando a lo que
constituye la esencia de su función. Sería
conveniente, tal vez, para algunos funcionarios
que pasara inadvertida su actividad, para que
ésta no pudiera ser calificada así por la
colectividad, pero desde la aceptación del cargo
ello no es posible pues sobre aquella
conveniencia privan los valores de seguridad
jurídica y de justicia, no solo para la comunidad
sino también para todos y cada uno de los
individuos que la forman... Conlleva, pues, lo
expuesto, el derecho que tiene todo
administrado de obtener información en
cuanto se refiera a la actividad del funcionario
en el desempeño de sus funciones, de sus
emolumentos y de la forma en que se
administran los fondos públicos en general y
la obligación del servidor público de rendirlos
a la comunidad -y a cualquier ciudadano
como representante de aquella- de quien el
funcionario depende, con la única salvedad de
que se trate de un secreto de Estado o de
información suministrada a la administración
por particulares, para gestiones determinadas,
que
conservarán
siempre
su
confidencialidad siempre y cuando ésta esté
constitucional o legalmente protegida...”
Reafirmada por la N°249-91 de las 15:58 hrs. de
2 de enero de 1991. El énfasis no es del original.
134
C.- LA INFORMACION SOLICITADA POR
UN DIPUTADO
En su consulta se recalca que la información
fue solicitada con base en la condición de
diputado y amparándose en lo dispuesto por el
Reglamento Interior de la Asamblea. Porque
atañe directamente al punto, consideramos
conveniente transcribir lo dispuesto por la Sala
Constitucional en su resolución N°1771-91 de las
9:00 hrs. del 6 de setiembre de 1991:
“1. El extremo debatido en este amparo es
si los bancos están obligados a suministrar
información de sus operaciones comerciales
a un diputado. Este insiste en que el art. 18
del Reglamento de Orden, Dirección y
Disciplina Interior de la Asamblea Legislativa
le otorga la facultad de “solicitar toda clase
de informes a las instituciones del Estado”,
así como que deberán atender sus
peticiones prioritariamente. Los bancos
demandados, por su parte, señalan que se
trata de información confidencial que no
puede ser suministrada sino con autorización
del interesado incluso. Porque les podría
acarrear responsabilidad penal a los funcionarios que así lo hicieren. Desde esta
perspectiva, el análisis se dirige a establecer
si el carácter del legislador es de tal
importancia que ante su petición deba ceder
cualquier obstáculo para ser informado. II.No obstante la limitación del debate que se
plantea en su proceso de amparo, la Sala
debe primeramente señalar que si bien el
artículo 18 del citado reglamento otorga a los
diputados en lo personal el derecho a
petición ante los órganos públicos, también
lo es que ello debe entenderse rectamente
normado para asuntos en donde haya
interés público de por medio. En tratándose
de las comisiones legislativas, no queda
duda de que por virtud del artículo 121.23 De
la constitución política, la sola existencia de
una comisión investigativa reviste ese
carácter. Pero, en cuanto a la petición
Nº6 - Febrero de 1996
individual que le formule un diputado, debe
discriminarse, el
tipo de información que
requiera. En el caso concreto de los bancos, hay
normativa suficiente (art. 24 de la Constitución
Política, 265 del Código de Comercio y 203 del
Código Penal), que hacen razonable lo actuado
por lo bancos al contestar al señor diputados
Vargas Castillo. No puede entenderse que el
art.105 de la Constitución, por su parte,
bonifique cualquier petición formulada por un
legislador, sino que la entidad requerida deberá
actuar conforme con lo estatuido para el caso
concreto... III. La Sala entiende que sin que el
diputado pierda su derecho de petición, como
persona, es decir, con el atributo que el
ordenamiento le otorga a cualquier persona, si
acude a su condición o carácter oficial, entonces
deberá probar el interés que le asiste para pedir
la información. En todo caso, la privacidad, o
confidencialidad de la información solicitada, no
desaparece por virtud de lo dispuesto por el
Reglamento de Orden, Dirección y Disciplina
Interior de la Asamblea Legislativa y son
atendibles los razonamientos que aducen las
entidades demandadas para negarse a ello. (El
énfasis no es del original)
Lo que significa que el diputado, al igual
que cualquier administrado, puede solicitar
información en tanto ésta sea de interés público,
en los términos antes indicados. Pero que este
no se presupone por el simple hecho de que la
información sea solicitada por un diputado.
CONCLUSION
Conforme lo expuesto, es opinión no vinculante de la Procuraduría General de la República, que corresponde a la Junta Directiva de la
CCSS el determinar, con base en los elementos
reseñados, si en el caso de la información
solicitada se está o no en presencia de un
interés público. Por consiguiente, si procede o
no suministrar los datos solicitados.
Dra. Magda Inés Rojas Chaves
Procuradora Asesora
3.- NORMAS APLICABLE A LA RELACION LABORAL
CON LOS MEDICOS
A la relación de servicio entre los médicos y
la Administración Pública le es aplicable el
ordenamiento jurídico en su globalidad.
del Lic. Alvaro Blanco Brenes, Asistente
Ejecutivo de la Presidencia Ejecutiva de la
Institución, fundamentó el criterio anterior.
Sin embargo, son las condiciones concreta
de cada caso, las que determinarán la normativa
aplicable, ya sea el Estatuto de Servicios
Médicos, la Ley General de la Administración
Pública, la Ley de la Administración Financiera
de la República, la Ley Constitutiva de la Caja,
el Reglamento General de Hospitales, el Código
Penal, cualquier otra ley o reglamento.
ASUNTO: Criterio respecto de la ley aplicable
a la relación de servicio entre médicos y
Caja.
Me refiero a sus instrucciones del 30 de
junio. Ahí se anexa una copia de la comunicación del 26 de junio, suscrita por la Dra.
Magda Inés Rojas Chaves, Procuradora Asesora de la Procuraduría General de la República, en la que se da audiencia para que esta
institución, si a bien lo tiene, se refiera a una
consulta formulada por el Colegio de Médicos y
Cirujanos de Costa Rica.
PROBLEMA PLANTEADO:
En lo medular, conforme a la transcripción hecha por la misma Procuraduría, se
plantea la cuestión de si “...los servicios médicos están regulados única y exclusivamente
por la Ley del Estatuto de Servicio Médico y
Lo anterior sin perjuicio de que, en cuanto
hace concretamente a la relación de servicio,
frente
a
disposiciones
eventualmente
contradictorias entre el Estatuto de Servicios
Médicos y alguna otra norma de su misma
categoría, prevalezca en principio aquél dada su
especialidad.
La Dirección Jurídica de la CCSS, en
dictamen de 6 de julio de 1995, ante consulta
Revista Jurídica de Seguridad Social
135
ésta es la que se debe aplicar”, o si cabe aplicar
a esa relación alguna otra normativa (por
ejemplo, la Ley General de la Administración
Pública).
Ley General de la Administración Pública, es
aplicable esta última y cualquiera otra norma
que conserve el sentido unitario del
ordenamiento jurídico, todo dentro de la lógica
de lo razonable.
NORMATIVA APLICABLE:
Artículo 11 de la Constitución Política, y
principios generales del derecho, entre ellos el
de plenitud hermética.
ANALISIS:
El Colegio de Médicos y Cirujanos de
Costa Rica opina que “... en materia de servicios
médicos, debe aplicarse siempre la Ley del
Estatuto de Servicio Médico y no la Ley General
de la Administración Pública”. Debe ponerse a
prueba, entonces, si esa conclusión es correcta
en el orden estrictamente técnico-jurídico.
El argumento seguido por el Colegio de
Médicos y Cirujanos de Costa Rica para llegar a
esa conclusión, hasta donde es dable extraerlo
del dictamen rendido por su asesor legal Lic.
Alberto Raven R.. pareciera ajustarse al
siguiente silogismo:
a) Premisa Mayor: La Ley de Estatuto de
Servicios Médicos y su reglamento regulan
los servicios médicos en el Estado y en las
instituciones descentralizadas o entes públicos, en virtud de que esa materia (los servicios médicos) por su complejidad y particularidad de la materia que trata. “no es susceptible de ser cubierta en todos sus
extremos por la Ley General de la Administración Pública”.
b) Premisa Menor: Hay algunos institutos en la
Ley General de la Administración Pública que
no son aplicables a los servicios médicos.
c) Conclusión: Ergo. la Ley General de la
Administración Pública no es aplicable a los
servicios médicos.
No puedo estar de acuerdo con la conclusión a que se llega en el anterior silogismo,
precisamente porque la conclusión lógica sería
necesariamente diferente, en el sentido de que
ambos ordenamientos son complementarios, y
por ende debe aplicarse en forma armónica. En
lo no previsto expresamente por la Ley de
Estatuto de Servicios Médicos, ley anterior a la
136
La Ley de Estatuto de Servicios Médicos,
antecedente histórico de lo que ha venido
recientemente a declarar la Sala Constitucional
en el sentido de que entre el Estado y sus
servidores se da una relación de naturaleza
estatutaria, sujeta consecuentemente al derecho
administrativo, prevé una serie de hipótesis
relacionadas directamente con esa relación de
servicio. No se entra a analizar ahí, por ejemplo,
lo referente a la organización de los servicios, lo
referente a la responsabilidad de los servidores,
lo referente a los principios fundamentales
mismos del servicio público (continuidad,
eficiencia, adaptación, igualdad...).
Es en otros instrumentos jurídicos en
donde aparecen las normas referentes a esos
temas.
Así tenemos, por ejemplo, que la Ley
Constitutiva de la Caja contiene normas que
directa o indirectamente tienen que ver con la
prestación de los servicios médicos, con la
relación de servicios que se da entre los médicos y las instituciones públicas contratantes de
esos servicios, como el 15, que creó una
Gerencia de División Médica, como el 68 que
establece el principio de que el servicio y cuerpo
médico de la Caja actuarán con absoluta
independencia de cualquier otra entidad
administrativa ajena a esta institución (consecuencia directa de la autonomía que en materia
de administración y gobierno se le confiere a la
Caja en el articulo 73 de la Constitución Política,
la propia Ley Orgánica del Colegio de Médicos y
Cirujanos, según la cual ningún médico puede
prestarle servicios remunerados al Estado en
más de dos cargos, y que define cuestiones
relacionadas con la jornada ordinaria de trabajo.
etc.
En virtud de la necesaria unidad y plenitud
implícitas a todo ordenamiento jurídico
(conocida en uno de sus aspectos como la
“plenitud hermética del derecho”), debe analizarse cada situación particular, para determinar
en la hipótesis concreta cuál es la nor-
N°6 Febrero de 1996
-
ma aplicable, o si es dable conjugar dos o más
normas de diferentes cuerpos normativos, en
tanto puedan conjugarse armónicamente, sin
violentar principios fundamentales. No es posible en abstracto decidir cuándo se aplica un
instrumento normativo y cuándo el otro, o
cuándo ambos u otros. Las circunstancias
concretas son las que lo dirán. Para eso, dependiendo de esas circunstancias concretas, los
operadores del derecho pueden y deben recurrir
a los principios hermenéuticos desarrollados por
la doctrina.
CONCLUSION:
Por lo expuesto, sin necesidad de ahondar
en el análisis, y sin tener por falsas las dos
premisas de que parte el Colegio, la conclusión
necesaria es que a la relación de servicio entre
los médicos y la Administración Pública le es
aplicable el ordenamiento jurídico en su
globalidad, y que la circunstancia concreta
frente a la cual se esté, es la que dirá si la
norma aplicable es la del Estatuto de Servicios
Médicos, o la de la Ley General de la
Administración Pública, o la de la Ley de la
Administración Financiera de la República, o la
Ley Constitutiva de la Caja, o el Reglamento
General de Hospitales, o el Código Penal, o
cualquier otra ley o reglamento. Lo anterior sin
perjuicio de que, en cuanto hace concretamente
a la relación de servicio, frente a disposiciones
eventualmente contradictorias entre el Estatuto
de Servicios Médicos y alguna otra norma de su
misma categoría, prevalezca en principio aquél
dada su especialidad, lo cual es bien diferente a
afirmar que ese instrumento es el único que
debe considerarse para la regulación de la
relación de servicio entre los médicos y el
Estado.
Si este criterio fuere compartido por esa
Presidencia Ejecutiva, el procedimiento podría
ser el de hacer una manifestación en ese
sentido y remitir una copia a la Procuraduría
General de la República, con la indicación
expresa de que ello se hace para atender la
audiencia conferida.
De Ud. con mi mayor consideración.
DIRECCION JURIDICA
Oscar Arias Valverde
Director General
4.- PAGO DE SERVICIOS POR PACIENTES
PARTICULARES
En el caso de que un paciente, aún
siendo asegurado, haya ingresado bajo la
condición de paciente particular, y si
además
aceptó
expresamente
esa
condición antes de ser sometido a la
intervención quirúrgica, es procedente el
cobro que se le hizo y, por ende, no procede
la devolución de lo pagado.
Adoptar solución distinta violaría el
principio de igualdad, pues se colocaría al
asegurado en desventaja relativa respecto
de su posición en la secuencia de espera.
Este criterio se encuentra fundamentado
en Dictamen D.J. 1029-95, emitido por la
Dirección
Jurídica, el 20 de julio de 1995, ante
consulta de la Dra. Julieta Rodríguez R.,
Revista Jurídica de Seguridad Social
Gerente de División
Médica.
ASUNTO: Solicitud de devolución de
dinero pagado por quien
siendo asegurada ingresó a cirugía
como paciente particular.
Me refiero a su oficio N°9687 del 17 de
mayo de este año, en que usted pide asesoría
para resolver un reclamo presentado por la
señora L.C.R., en que pretende la devolución de
lo que a ella se le cobró en el Hospital San Juan
de Dios el año pasado, con motivo de una
intervención quirúrgica dentro del programa de
cirugía ambulatoria.
PROBLEMA PLANTEADO
Se
plantean
dos
cuestiones:
137
a) Cual es la situación legal del reglamento” con base en el cual se tramitó el cobro.
b) Si es o no procedente legalmente dicho
cobro.
Aunque el orden de las cuestiones en la
consulta es inverso, las he querido reacomodar
en la forma indicada, porque de lo que resulte
en cuanto a lo primero, dependerá la solución
de lo segundo.
NORMATIVA APLICABLE
Artículos 11 y 73 de la Constitución
Política: artículo 14 inciso f), y artículo 68 de la
Ley Constitutiva de la Caja Costarricense de
Seguro Social: artículos 6, 7, 8 y 9 de la Ley
General de la Administración Pública: y artículo
1022 del Código Civil.
ANALI SIS
La asegurada L.C.R. requirió tratamiento
médico. Acudió a la consulta privada de un
profesional, quien la refirió al Hospital San Juan
de Dios, en donde fue intervenida como
paciente particular dentro del programa de
cirugía ambulatoria, de conformidad con el
manual respectivo. Ella aceptó expresamente el
cobro anticipado que se le hizo.
El ordenamiento jurídico lo conforman la
Constitución Política, los tratados internacionales y las normas de la comunidad centroamericana, las leyes y demás actos con valor
de ley, los decretos ejecutivos, los reglamentos
del Poder Ejecutivo, los estatutos y los
reglamentos de los entes descentralizados, y las
demás normas subordinadas a los reglamentos
centrales
o
descentralizadas
(actos
administrativos,
resoluciones,
acuerdos,
prácticas...).
En ausencia de norma escrita viene a
integrar el ordenamiento, entre otras fuentes, la
costumbre (artículos 6 y siguientes de la Ley
General de la Administración Pública).
El Procedimiento para cirugía ambulatoria,
aprobado por el Hospital San Juan de Dios en
1990, es una normativa interna que no alcanza
el rango de reglamento, en el sentido que
138
técnicamente éste tiene, el cual -para su
validez- requiere ser dictado por la Junta
Directiva de la Caja (artículo 14 inciso f) de la
Ley Constitutiva). La potestad reglamentaria no
puede ser delegada. No obstante ello, el
procedimiento para la cirugía ambulatoria se
puede tener por consagrado como una
costumbre administrativa, y como tal tiene la
virtud de integrar el ordenamiento jurídico
institucional (artículos 7º y 8º Ley General de la
Administración Pública).
En ese documento se define la cirugía
ambulatoria como “el servicio que se presta al
paciente referido de Consulta Externa del
hospital, con estudios completos preoperatorios...”
Se establecen como objetivos dos muy
concretos: en primer lugar. “agilizar el tratamiento de pacientes con ciertos padecimientos
quirúrgicos, que por su naturaleza no requieren
de períodos de hospitalización prolongados”.
con lo cual a su vez se pretende
descongestionar el internamiento respecto de
otros pacientes que si requieren, por la complejidad de sus padecimientos, mayores períodos de hospitalización: en segundo lugar, se
pretende “dar a los pacientes, que por sus
condiciones socio-culturales y geográficas, la
ventaja de evitar períodos de hospitalización
pre-postoperatoria, y mantenerse en su ambiente familiar natural durante las etapas de
preparación y recuperación”.
El reglamento hace una clasificación de
tres tipos de pacientes: una primera categoría la
constituyen los pacientes asegurados propiamente dichos, que se sujetan al examen
previo por parte de la consulta externa del
mismo hospital, y que son referidos a la cirugía
ambulatoria. En tal caso se da que el paciente.
al ser referido, ha sido sometido a los exámenes
de laboratorio necesarios para dicho efecto. Una
segunda categoría es la de los pacientes no
asegurados, que está constituida por no
asegurados propiamente dichos. entre los que
se incluye a quienes llegan sin haber acreditado
su condición de asegurados por cuenta del
Estado, y aquellos otros que, siendo
asegurados, no han sido sometidos a los
exámenes previos de la consulta externa y
tienen capacidad de pago. Una tercera categoría es la de los pacientes particulares, que
para los efectos del análisis podríamos enten-
Nº6 Febrero de 1996
-
der como lo que tradicionalmente se ha entendido “pacientes de pago directo”
En cuanto a los pacientes asegurados se
establece que si son referidos de consultorios
particulares, en el tanto cumplan los requisitos
de ser vistos o examinados en consulta externa
y referidos por el especialista, y haberse
sometido a los exámenes de laboratorio y
haberse revisado toda la documentación,
conservan los derechos de asegurado en sus
diferentes categorías, y por lo tanto no deben
pagar suma alguna: en cambio, cuando esos
requisitos no son cumplidos, reciben —en tanto
tengan capacidad de pago— el tratamiento de
pacientes particulares.
El principio de mayor importancia que se
establece en el orden jurídico, es que “los
pacientes remitidos de consultorios particulares
o privados, no tendrán prioridad en su atención
y tratamiento sobre los beneficiarios propios de
la Institución, a quienes se haya indicado fecha
y‘ hora para su intervención quirúrgica. Estos
pacientes estarán sujetos a la disponibilidad de
campo dentro de la programación de la cirugía
ambulatoria para los asegurados de la Caja”.
servicio”, es mi conclusión que si la paciente,
aún siendo asegurada, ingresó bajo su
condición de paciente particular, en los términos
ahí previstos, y si ella aceptó expresamente esa
condición antes de ser sometida a la
intervención quirúrgica, es procedente el cobro
que se le hizo y que, por ende, no procede la
devolución reclamada.
RECOMENDACION MARGINAL
Para evitar conflictos como el referido,
cabe recomendar que en estos casos la solicitud
de asistencia incluya la autorización expresa en
cuanto a la condición bajo la cual se hará la
intervención quirúrgica. Lo anterior, sin perjuicio
de cualquier revisión que pudiera estimarse
conducente en cuanto a la práctica que ha dado
origen a este reclamo. Un análisis muy somero
permite establecer, de entrada. que el principio
de igualdad estaría siendo violado, pues se
coloca al asegurado en desventaja relativa
respecto de su posición en la secuencia de
espera. En el caso concreto creo dable entender
que la reclamante pagó precisamente para
aprovecharse de esa prioridad que se ha dado
en la práctica, lo cual obviamente no debiera
darse.
CONCLUSION
Atentamente.
Con vista de lo expuesto, pudiendo entenderse como una costumbre la práctica establecida en el Hospital San Juan de Dios desde
1990, según el documento denominado “Cirugía
Ambulatoria. Procedimientos para los diferentes
tipos de pacientes que requiere de este
DIRECCION JURIDICA
Oscar Arias Valverde
Director General
5.- PRESCRIPCION DE VIATICOS, GUARDIAS Y OTROS
El viático en el sector público no es salario, sino una
prestación cuyo propósito es compensar los costos en que
incurre el trabajador que presta sus servicios en un lugar
diferente al habitual, la prescripción es de tres años, según
la Ley General de la Administración Pública.
En canto a la prescripción de salarios y sus derivados
que participan de su misma naturaleza, es de seis meses a
partir de la conclusión de la relación laboral.
Ese criterio se encuentra fundamentado en el Dictamen
D.J. 888-95, de 16 de junio de 1995, emitido por la Dirección
Jurídica, ante solicitud del Dr. Zeirith Rojas Cerna, Director
Regional de Servicios Médicos de la Región Central Norte.
Revista Jurídica de Seguridad Social
ASUNTO: Los plazos
de prescripción de viáticos y otros
Me refiero a su oficio D.R.S.M.C.N. 117595 del 22 de mayo, recibida aquí el 29 del
mismo mes.
PROBLEMAS PLANTEADOS
a) ¿Cuál es el plazo de prescripción
aplicable al pago de viáticos?
139
b) ¿Cual es el plazo de prescripción de las
extras,
guardias,
disponibilidades
otros
(conceptos salariales)?
Para la formulación de la consulta, se tuvo
a la vista la circular 11.860 de fecha 28 de abril
de 1968, y viene a propósito de la sentencia de
la Sala Constitucional por cuya virtud se anuló el
artículo 607 del Código de Trabajo.
NORMATIVA APLICABLE
Artículo 74 de la Constitución Política,
artículos 15 y 17 del Código de Trabajo,
principio de legalidad y Reglamento de gastos
de viaje y transporte para Funcionarios Públicos.
ANALISIS JURIDICO
a) Primer problema:
Se plantea la cuestión de la prescripción
del pago de viáticos. La prescripción es un
instituto desarrollado con miras a garantizar la
seguridad jurídica. Pretende que ciertos
derechos no se mantengan en forma indefinida
contra un sujeto, y que cada quien en un
momento determinado, sepa a ciencia cierta a
qué atenerse en relación con sus obligaciones.
Hay prescripciones adquisitivas y prescripciones
negativas. Por las primeras, el mero transcurso
del tiempo permite consolidar un derecho
determinado; por las segundas, el paso del
tiempo es el que determina la pérdida del
derecho.
En el presente caso, debe entenderse que
el problema está referido a una prescripción
negativa o extintiva. Para ello, conviene revisar
algunos conceptos:
1. De acuerdo con el respectivo reglamento, viático es: “. ..aquella suma destinada a
la atención de gastos concretos de hospedaje,
alimentación, traslado y otros gastos menores
que los entes públicos reconocen a sus
servidores cuando estos deban desplazarse en
forma transitoria de su centro de trabajo con el
fin de cumplir con las obligaciones de su cargo.
(art.2° del Reglamento)
Por estar previsto ese auxilio económico
en un instrumento de derecho público, como lo
es el Reglamento de gastos de Viaje y
Transporte para Funcionarios Públicos, su
140
naturaleza es administrativa y no laboral.
Esta conclusión se refuerza con el hecho
de que excepcionalmente es dable reconocer el
viático a personas que no están ligados al ente
público o al Estado por una relación de
servicios, (art.4° del Reglamento)
Una situación diferente se da en el mundo
de las relaciones laborales privadas, cuando en
ciertos casos se pagan sumas fijas, no sujetas a
liquidación, bajo el nombre de “viáticos”. En
tales casos, siempre se ha entendido que son
parte del salario para todos los efectos (cargas
sociales, liquidación de cesantía, Prescripción,
etc.).
2. Para que nazca a la vida jurídica el
derecho al viático en el sector público, se
requiere un acto de autorización del jerarca
competente (art.7° del Reglamento). Por su
naturaleza, la autorización es necesariamente
previa o anterior en el tiempo al momento en
que se realiza el viaje.
3. La prescripción en el derecho administrativo es de tres años, de conformidad con el
artículo 198 de la Ley General de la Administración Pública.
Ese término se cuenta desde el acaecimiento del hecho que motiva la responsabilidad,
o sea a partir de la fecha en que se adopta, en
relación con los viáticos, el acto de autorización
del viaje.
Al quedar nulo el artículo 607 del Código
de Trabajo, por haberlo declarado así la Sala
Constitucional, la prescripción aplicable a todos
los derechos derivados de la relación (salario y
todos sus derivados), es la del artículo 602 del
Código de Trabajo, o sea seis meses a partir de
la conclusión de la relación de servicio. Al
declarar la Sala Constitucional la nulidad del
artículo 607 dimensionó sus efectos, en forma
tal que se encuentran totalmente prescritos los
derechos anteriores al 14 de julio de 1992.
CONCLUSIONES:
a) En cuanto al primer problema:
Por no constituir el viático en el sector
público un salario, sino por tratarse de una
N°6 Febrero de 1996
-
prestación cuyo propósito único es compensar
los costos en que incurre el trabajador que
presta sus servicios en un lugar diferente al
habitual, gasto cuya obligación de reconocimiento nace en el momento de su autorización,
la prescripción que le es aplicable es la prevista
en el articulo 198 de la Ley General de la
Administración Pública.
b) En cuanto al segundo problema:
La prescripción de los salarios y de todos
sus derivados que participen de su misma
naturaleza, es de seis meses a partir de la
conclusión de la relación laboral. Dado el
dimensionamiento de los efectos de la nulidad
pronunciada por la Sala Constitucional, todo
derecho anterior al 14 de julio de 1992, se
encuentra irremisiblemente prescrito.
terado de que esa Dirección Regional ha
contratado a una profesional en derecho para
asesorar en la materia jurídica. A ella en lo
personal le hemos ofrecido el apoyo que pudiera
requerir.
Con el propósito de ir creando la cultura de
instancias en esta materia, veríamos de muy
buen grado que, cuando esa Dirección tenga
consultas, ya sea por no compartir el criterio de
su propia asesoría o por considerar prudente
algún reforzamiento en sus tesis o enfoques, se
nos facilite, junto con el texto de la consulta una
copia o transcripción del criterio no compartido o
que se desea reforzar.
Atentamente.
DIRECCION JURIDICA
COMENTARIO FINAL:
Oscar Arias Valverde
Con mucha satisfacción nos hemos en-
DIRECTOR
6.- SITUACION DE VENDEDORES ESTACIONARIOS
No hay norma que impida dar una determinada
área de un centro asistencial en préstamo gratuito u
oneroso, para la prestación de un servicio. Pero es
importante que este tipo de concesión se conceda
por períodos cortos y que se debidamente tutelada
para garantizar la higiene y la estética.
Tal es la opinión de la Dirección Jurídica, emitida
el 14 de julio de 1995 y contenida en nota D.J.
1022-95, en respuesta a una consulta formulada por
los Drs. Guillermo Santiesteban Avila y Marvin
Thompson Robinson, Director General y Administrador, respectivamente, el Hospital San Vicente de
Paul.
ASUNTO: La situación jurídica de
los vendedores estacionarios
El Consejo Asesor de la Dirección Juradica, en su artículo 11º de la sesión N°404-95,
celebrado el lunes 19 de junio, conoció el oficio
A-HSVP-148-95, de fecha 7 de junio de 1995,
referente al asunto antes indicado. Sobre el
particular, el Consejo se pronunció así:
Santiesteban Avila y del Sr. Marvin Thompson
Robinson. Director General y Administrador
respectivamente del Hospital San Vicente de
Paul, en donde solicitan criterio en cuanto al
puesto móvil establecido en ese hospital para la
venta de café capuchino y de bocadillos que fue
autorizado mediante un documento que se
aporta. En realidad la consulta está dirigida a
determinar la viabilidad legal del proyecto,
teniendo a la vista el informe de la Auditoria
A.H.C.120-95 “Evaluación normas de control
interno, Clínica Dr. Clorito Picado”. Este informe
se menciona toda vez que ahí se tocó el
problema de las ventas ambulantes. Deliberado
el asunto el Consejo se pronuncia así:
No existe norma alguna que impida la
posibilidad de dar una determinada área de un
centro asistencial en préstamo gratuito u
oneroso, para la prestación de un servicio como
la provisión de café capuchino y la venta de
bocadillos. Lo importante es que se garantice en
toda situación que aquello no se va a convertir
en un derecho ad perpetuam, difícil de ser sus-
”ARTICULO DECIMO PRIMERO:
Conoce el Consejo la consulta del Dr.Guillermo
Revista Jurídica de Seguridad Social
141
tituido. Por ello se recomienda que este tipo de
concesión sea dado por períodos cortos de
tiempo, por ejemplo un año, y que se renueven
periódicamente, con lo cual la administración
tendrá la oportunidad de decidir lo pertinente
tomando en cuenta la oportunidad y
conveniencia del servicio prestado. Se
considera que una relación debidamente
tutelada podría garantizar aspectos importantes
como los de orden higiénico y estético”.
Atentamente.
DIRECCION JURIDICA
Oscar Arias Valverde
Director General
7.- TRASLADO DE PACIENTES
Si está de por medio la salud de un ser
humano, y por ello se considera que el médico
de guardia debe acompañar al paciente durante
su traslado, esa orden es de acatamiento
obligatorio y su incumplimiento podría dar
motivo a sanciones.
Esta opinión se encuentra fundamentada en
Dictamen de la Dirección Jurídica, D.J.1021-95,
de 14 de julio de 1995, emitido ante solicitud del
Dr. Homero Claros Cassab, Jefe Servicio de
Pediatría del Hospital “Dr. Tony Facio” de
Limón.
ASUNTO: Obligación del médico
acompañar el traslado de pacientes
de
El Consejo Asesor de la Dirección Jurídica, en su artículo 9º de la sesión Nº404-95,
celebrado el lunes 19 de junio, conoció su oficio
de fecha 13 de junio de 1995, referente al
asunto antes indicado. Sobre el particular, el
Consejo se pronunció así:
“ARTICULO NOVENO: Se da lectura a la
nota del 13 de junio de 1995, en donde el
Dr. Homero Claros Cassab, Jefe de
Servicio de Pediatría de un hospital que no
se identifica, pero que por el número de
teléfono del fax con el cual se remitió, hace
presumir que es de la zona sur, consulta
“Por la condición obligatoria o no del
médico de guardia, de ser ordenado en un
traslado interhospitalario de un paciente por
vía terrestre, aerea o marítima...”. A pesar
de tratarse de una cuestión planteada en
una forma sumamente escueta, presume el
142
Consejo, para los efectos de este dictamen.
que lo consultado es, si se puede obligar
aun médico de guardia a acompañar a un
paciente en un traslado a otro centro
hospitalario. ya sea por la vía terrestre,
aérea o marítima. El Consejo se pronuncia
así:
El médico de guardia es un médico que tiene
la obligación de atender todo aquello que se
presente en el período de esa contratación, con
carácter de emergencia. La determinación de
una emergencia es responsabilidad de la
jefatura técnica correspondiente del Centro Hospitalario de que se trate. Si está de por medio la
salud de un ser humano, y esa es la razón de
orden técnico por la que se considera que el
médico de guardia debe acompañar al paciente
durante su traslado, esa orden es de
acatamiento obligatorio y su incumplimiento
podría dar motivo a las sanciones laborales
correspondientes, sin perjuicio de las demás
obligaciones de orden penal o civil que pudieran
derivarse de una desobediencia no justificada.
El principio en esta materia es que frente
al interés individual prevalece el interés de
la colectividad, y la salud está dentro de
los
derechos
sociales
admitidos
constitucionalmente en este país”.
Atentamente,
DIRECCION JURIDICA
Oscar Arias Valverde
Director General
N°6 Febrero de 1996
-
8.- PAGO POR DOCENCIA A FUNCIONARIOS
No existe norma que impida contratar
servicios docentes a funcionarios de la
propia institución, ni inconveniente para
que, mediante los procedimientos legales
correspondientes, tales servicios sean
pagados en forma complementaria.
Tampoco existe disposición que impida
contratar servicios docentes con otros
funcionarios de instituciones públicas o del
sector privado.
Tal es la opinión de la Dirección
Jurídica, contenida en Dictamen D.J.102095, de 13 de julio de 1995, emitido ante
consulta de la Dra. Jessie Orlich M.,
Directora del CENDEISSS.
ASUNTO: Pago a funcionarios
que ejercen la docencia
como recargo a sus funciones
normales
El Consejo Asesor de la Dirección Jurídica, en su articulo 8° de la sesión N°404-95,
celebrado el lunes 19 de junio, conoció su oficio
N° D-CEN DEISSS-0249-95, de fecha 8 de junio
de 1995, referente al asunto antes indicado.
Sobre el particular, el Consejo se pronunció así:
ARTICULO OCTAVO: Se conoce la
consulta formulada por la Dra. Jessie Orlich
M.. Directora del CENDEISSS, en oficio
N°D. -CENDEISSS-02-49-95 del 08 de
junio, que a la letra dice:
“Ha surgido la inquietud sobre la posibilidad que permita el pago a funcionarios
de la institución, quienes ejercen la
docencia como recargo a sus funciones
normales. Además, desearíamos conocer
hasta dónde llega la responsabilidad institucional en el caso de funcionarios de otras
instituciones públicas o privadas que sean
contratados por el CENDEISSS, dentro de
sus horas laborales, para impartir docencia”.
Revista Jurídica de Seguridad Social
Deliberado el asunto, el Consejo entiende
que el objeto, de lo consultado es el siguiente:
a) Si es dable que la Institución contrate
servicios de docencia con funcionarios regulares
de la Institución y que consecuentemente, se les
pague esos servicios como recargo o en forma
adicional a su salario ordinario.
b) Si es dable contratar iguales servicios
con funcionarios de otras instituciones, públicas
o privadas, dentro de sus horas laborales.
En opinión del Consejo la solución a las
dos interrogantes es la siguiente:
a) No existe norma alguna que impida la
contratación de servicios docentes a funcionarios de la propia institución. Consecuentemente, cuando ello se hace siguiendo los
correspondientes procedimientos legales, no
existe inconveniente, alguno para que tales
servicios sean pagados en forma complementaria o anexa al salario ordinario. Debe entenderse que no podrían ser contratados aquellos
funcionarios que tengan poder de decisión
respecto del objeto mismo de la contratación.
b) No existe disposición en el ordenamiento jurídico que inhiba la posibilidad de
contratar servicios docentes con otros funcionarios de instituciones públicas o del sector
privado. En tales casos es responsabilidad de la
institución pública o de la empresa del sector
privado de donde provengan, velar porque tales
trabajadores cumplan lo contratado con ellas. La
responsabilidad de la Caja se contrae a velar
porque ellos se ciñan estrictamente, en lo
tocante a jornadas, a horarios y a otros aspectos
de forma y de fondo, a lo que se les contrató
expresamente”.
Atentamente,
DIRECCION JURJDICA
Oscar Arias Valverde
Director General
143
9.- EL TIMBRE MEDICO
No le asiste derecho alguno al Colegio
de Médicos y Cirujanos para pretender el
cobro del timbre médico por constancias
de incapacidad extendidas por la Caja
para los efectos laborales y de la
Seguridad Social.
Tal es el criterio de la Dirección
Jurídica, contenido en el Dictamen D.J.
N°916-95, de 27 de junio de 1995, emitido
ante consulta de la Dra. Julieta
Rodríguez, Gerente de la División
Médica.
ASUNTO: Si existe obligación legal
de cancelar el timbre médico en las
constancias
Doy respuesta a sus instrucciones dell0 de
diciembre de 1994. en que usted pide análisis y
recomendación sobre el oficio 1165 del it) de
noviembre del mismo año, suscrito por la Dra.
Nuria Alvarado Chaves. Secretaria de la Junta
de Gobierno del Colegio de Médicos y
Cirujanos. pido su comprensión por la tardanza
en emitir este dictamen, lo cual se justifica en la
necesaria priorización que debemos hacer de
los asuntos puestos a nuestro cuidado,
dependiendo de su importancia y su urgencia.
PROBLEMA PLANTEADO
¿La obligación de cancelar el llamado
timbre médico, afecta o no a las constancias de
incapacidad extendidas a pacientes de la Caja
Costarricense de Seguro Social, para los
efectos de ejercer sus derechos como sujetos
beneficiarios de la Seguridad Social?
NORMATIVA APLICABLE
Artículo 73 Constitución Política. Decreto
XX de la Junta Fundadora de la Segunda
República, 31 de agosto de 1949. Artículo 70 de
la Ley Constitutiva de la Caja Costarricense de
Seguro Social, N° 17 del 22 de octubre de 1943,
Artículo 10 de Código de Trabajo. Artículo 136
de la Ley Orgánica del Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social. Artículo 58 de la Ley de la
Caja Costarricense de Seguro Social y dictamen
de la Procuraduría General de la República
referido al tema.
Interesa transcribir en lo conducente las
normas citadas:
144
ARTICULO 73 DE LA CONSTITUCION
POLITICA
Caja Costarricense de Seguro Social:
finalidad de los seguros: destino de los fondos:
riesgos profesionales
Se establecen los seguros sociales en
beneficio de los trabajadores manuales e intelectuales, regulados por el sistema de contribución forzosa del Estado, patronos y trabajadores, a fin de proteger a estos contra los
riesgos de enfermedad, invalidez, maternidad,
vejez, muerte y demás contingencias que la ley
determine.
La administración y el gobierno de los
seguros sociales estarán a cargo de una institución autónoma, denominada Caja Costarricense de Seguro Social.
No podrán ser transferidos ni empleados
en finalidades distintas a las que motivaron su
creación, los fondos y las reservas de los
seguros sociales.
Los seguros contra riesgos profesionales
serán de exclusiva cuenta de los patronos y se
regirán
por
disposiciones
especiales.
(Constitución Política de 7 de noviembre de
1949,. II-724. art. 73; N° 2731 de 1° de mayo de
1961, art. único N°. 2737 de 12 de mayo de
1961, I-283, art. único, publicada en 17 de mayo
de 1961.
ARTICULO 70 DE LA LEY CONSTITUTIVA DE LA CAJA COSTARRICENSE DE
SEGURO SOCIAL
Créase la Carrera Administrativa de la
Caja Costarricense de Seguro Social, para
regular la cual, la Junta Directiva establecerá las
condiciones referentes al ingreso de los
empleados al servicio de la Institución, garantías
de estabilidad, deberes y derechos de los
mismos, forma de llenar las vacantes, promociones, causas de remoción, escala de sanciones, trámite para el juzgamiento de las infracciones y demás disposiciones necesarias.
En cuanto a la integración del cuerpo de
Inspectores y Visitadores Sociales, se dará
N°6 - Febrero de 1996
preferencia, en igualdad de circunstancias, a los
alumnos de la Escuela de Servicio Social.
ARTICULO 10, CODIGO DE TRABAJO
Quedan exentos de los impuestos de
papel sellado y timbres todos los actos jurídicos,
solicitudes y actuaciones de cualquier especie
que se tramiten ante el Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social, ante los funcionarios que
actúen en su representación y ante los
Tribunales de Trabajo, así como para las
legalizaciones que los trabajadores tuvieren que
hacer en juicios de sucesión, insolvencia,
concurso o quiebra.
Igual exoneración regirá para los contratos
y convenciones de trabajo. individuales o
colectivos, que se celebren y ejecuten en el
territorio de la República. (Así adicionado el
párrafo primero por Ley N°3351 de 7 de agosto
de 1964. Reforma en su nomenclatura por Ley
N°5089 del 18 de octubre de 1972).
ARTICULO 136, LEY ORGANICA DEL
MINISTERIO DE TRABAJO
Quedan exentos de los impuestos de
papel sellado, de timbre y de cualquier otra
naturaleza, todos los actos jurídicos, solicitudes
y actuaciones de cualquier especie que se
tramiten ante el Ministerio de Trabajo y Bienestar Social.
Todas las dependencias del Estado, municipalidades y organismos autónomos o semiautónomos, extenderán las certificaciones o
copias de documentos de carácter público, sin
derecho alguno y a la mayor brevedad, que
soliciten trabajadores, patronos y organizaciones sociales, para efecto de actuaciones o
presentaciones ante este Ministerio.
ARTICULO 58. LEY CONSTITUTIVA
DE LA CAJA COSTARRICENSE DE
SEGURO SOCIAL.
Se conceden a la Caja los siguientes
beneficios:
a) Exoneración de derechos de importación y sus recargos y de servicio de
muellaje sobre las mercaderías u objetos que
importe la Caja exclusivamente para su
servicio
y
funcionamiento.
También
exoneración de toda clase de impuestos
145
directos o indirectos, inclusive de las
contribuciones municipales, presentes, y
futuras.
b) Exoneración del uso del papel sellado,
timbre y derechos de registro. Este beneficio
comprenderá también a los particulares
respecto de aquellos contratos que celebren con
la Caja siempre que no se trate de colocación
de fondos.
c) Exención de prestar fianza de costas y
de hacer depósitos para obtener embargos.
d) Inembargabilidad de sus bienes, fondos
y rentas.
e) Franquicia postal de y para la Institución
y telegráfica solo en favor de ésta.
f) Libre transporte en las empresas del
Estado para los Directores, Gerentes de División
y personal de la Caja, y exención del pago de
fletes en las mismas, siempre que viajen al
servicio de la Institución y en el ejercicio de sus
funciones; y
g) Iguales facilidades que las otorgadas a
Bancos del Estado para la
cancelación
de
créditos
hipotecarios
ANALISIS JURIDICO
ANTECEDENTES
Se plantea esta cuestión de nuevo por
causa del acuerdo que adoptó la Junta de
Gobierno del Colegio de Médicos y Cirujanos en
el artículo 23 de la sesión del 1° de noviembre
de 1994, según ese acuerdo con base en un
“exhaustivo estudio” hecho por el Dr. Jorge
Aguilar Alvarez. “(a) toda boleta de incapacidad
que se extienda se le debe agregar los timbres
que la ley exige para los certificados médicos”.
Se tiene allí a la vista el artículo 2 de la sesión
946. celebrada por el mismo órgano del Colegio
de Médicos el 5° de enero de 1993, en que
textualmente se dijo:
“Enviar a la Gerencia Médica de la Caja Costarricense de Seguro Social, comunicación de
que las llamadas constancias de incapacidad
son verdaderos certificados de incapacidad, ya
que:
1.
Son expedidas por un funcionario
autorizado solamente para ello, que es el mé-
Revista Jurídica de Seguridad Social
dico. Una constancia la podría expedir cualquier
persona.
2. Tiene valor vinculante, para la Caja
Costarricense de Seguro Social, para el patrono,
y para el enfermo que lo recibe. Por lo tanto,
cada certificado de incapacidad deberá llevar un
timbre del Colegio de Médicos y Cirujanos de la
República de Costa Rica”.
uso como medio de recaudar impuestos sin
duda alguna es un impuesto indirecto y no
podría catalogarse ni como tasa o derecho, ni
como contribución especial; hay algunos timbres
como el de derechos de registros que si
constituyen una tasa o derecho.
EL HECHO GENERADOR DEL TIMBRE
MEDICO
QUE ES UNA INCAPACIDAD
“Puede entenderse por incapacitación
laboral, el acto profesional mediante el cual se
declara con base absolutamente científica, que
un trabajador no está en condiciones de laborar
en su ocupación habitual o en otra compatible
con ella. La incapacitación se materializa en un
documento o certificado de incapacidad que
tiene dos efectos en nuestro derecho: en primer
lugar, justificar la inasistencia o la ausencia del
trabajador a sus labores; y en segundo lugar,
darle al trabajador el derecho de cobrar un
subsidio económico a cargo de la seguridad
social”. (Oscar Arias Valverde, Dictamen D.J.
291-88 del 21 de noviembre de 1988)
¿QUE ES UN TIMBRE
“La doctrina distingue tres grandes grupos
de imposiciones conforme igual número de
grandes principios de distribución de las cargas
públicas: los impuestos, los derechos o tasas y
las contribuciones especiales, en términos muy
generales el elemento diferenciador del
impuesto es que es genérico y que su producto
no financia nada en particular, sino que financia
todo: el derecho o tasa en cambio es una
contraprestación por un determinado servicio
(ejemplo: la recolección de basura) y la
contribución especial es la contraprestación que
el Estado fija unilateralmente, con carácter
obligatorio a uno o varios sectores de la
población como contraprestación por recibir un
beneficio o una ventaja especial por una obra
pública o por un servicio de interés general. Las
contribuciones especiales se encuentran
íntimamente ligadas con las mejoras de que se
benefician sus obligados, precisamente en
aplicación del principio de distribución
proporcional de las cargas públicas, el llamado
timbre médico, sin que entremos aquí a su
análisis crítico en cuanto a si conviene o no su
146
De acuerdo con la ley el hecho generador
del timbre médico, es la expedición de un
documento médico.
EXONERACION DE IMPUESTOS EN
MATERIA ATINENTE AL SEGURO SOCIAL
Tanto el Código de Trabajo como el
artículo 58 de la Ley Constitutiva de la Caja
contemplan una exoneración genérica, aquí las
cosas si el Colegio pretendiera obligar a los
pacientes asegurados a pagar el timbre con
motivo una constancia de incapacidad se estaría
frente a la exención subjetiva prevista en la ley,
si lo que se pretende es que sea la Caja la que
lo haga se estaría frente a la exoneración
genérica de rango constitucional desarrollada en
el artículo 58 de la Ley Constitutiva de la Caja.
CONCLUSION
No le asiste derecho alguno al Colegio de
Médicos y Cirujanos para pretender el cobro del
timbre médico por constancias de incapacidad
extendidas por la Caja para los efectos laborales
y de la Seguridad Social.
INFORMACION ADICIONAL
Este asunto ha sido discutido por la Junta
de Gobierno del Colegio de Médicos y Cirujanos
en otras oportunidades; en lo personal tuve el
gusto de sentarme con esa Junta de Gobierno
hace por ahí de cinco o seis años, si mi
memoria no me falla, en la que en presencia del
Lic. Alberto Rayen, distinguido asesor legal de
ese colegio, se expusieron verbalmente los
razonamientos precedentes en forma muy
resumida y general, hasta donde recuerdo él los
compartió
en
alguna
medida,
pero
prudentemente fue más allá al hacer
N°6 Febrero de 1996
-
valoraciones en cuanto a la oportunidad y
conveniencia de que ese colegio profesional
después de nunca en la historia, haber cobrado
el timbre médico sobre las constancias de
incapacidad, extendidas por médicos de la Caja,
pretendiera de un día para otro establecer la
obligatoriedad de esa imposición.
De usted con mi mayor consideración.
Atentamente,
DIRECCION JURIDICA
Oscar Arias Valverde
DIRECTOR
10.- ANOTACIONES EN EL EXPEDIENTE CLINICO
Al expediente clínico tiene acceso
cualquier profesional en ciencias médicas
cuya actuación tenga que ver con la
evolución del paciente que es sujeto de
atención. Las únicas restricciones que al
efecto debieran darse son las de
naturaleza puramente ética.
El anterior es el criterio de la Dirección
Jurídica, contenida el Dictamen D.J.N°
0991-95, de 12 de julio de 1995, en
respuesta a consulta formulada por la Dra.
Teresita Chacón Ramírez, Directora de
Farmacia del Hospital Dr. Enrique
Baltodano Briceño de Liberia.
ASUNTO: Legalidad de hacer anotaciones
en exprediente clínico
En el artículo quinto de la sesión N°40895, celebrada por el Consejo Asesor de la
Dirección Jurídica el 6 de los corrientes, se
conoció su consulta del 5 de junio. Sobre el
particular se resolvió lo siguiente:
“Se recibe el oficio HDREBB-0072-06-95
del 5 de junio de este año, suscrito por la
Dra. Teresita Chacón Ramírez, Directora de
la Farmacia del Hospital Dr. Enrique
Baltodano de Liberia, en que solicita
“...asesoría respecto a la legalidad de hacer
anotaciones en el expediente clínico del
paciente
como
integrantes
de
los
Profesionales en Ciencias de la Salud”.
Se delibera al respecto y en primer lugar
se determina que la consulta es bastante
abstracta no expone situación alguna
concreta que pudiera hacerse objeto de
análisis desde el punto de vista jurídico. No
obstante ello, para lo que pudiere ser de
utilidad a la consultante, el Consejo
considera oportuno expresar la tesis que se
ha desarrollado en la Dirección Jurídica en
el sentido de que, en principio, al expediente
clínico tiene acceso cualquier profesional en
ciencias médicas cuya actuación tenga que
ver con la evolución del paciente que es sujeto de atención. Las únicas restricciones
que al efecto debieran darse son las de
naturaleza puramente ética.
Para lo que pudiere interesar a la consultante, se remitirá anexo a la comunicación de
esta resolución, una copia del oficio D.J.075594, así como una copia del trabajo que sobre el
expediente clínico quedó publicado en la
Revista Jurídica de Seguridad Social N°4”.
Atentamente.
Lic Oscar Arias Valverde
Director Jurídico
COMPENSACION DE VACACIONES
Aún cuando la Sala Constitucional declaró la
nulidad de la prescripción laboral de tres meses,
se mantienen las prescripciones de derechos
acaecidas con anterioridad al 14 de julio de
1992, por tanto, no se pueden compensar
derechos prescritos antes de esa fecha.
Así la opinión emitida por la Dirección Jurídica,
manifestada en Dictamen D.J.N°1039-95, de 14
de julio de l995, en respuesta a consulta
Revista Jurídica de Seguridad Social
formulada por el Lic. Roger Aguilar Gutérrez,
Gerente División Financiera de la Institución.
ASUNTO: Solicitud de compesación de
las vacaciones
A fin de atender consulta que enviara a la
Dirección Jurídica el Gerente de la División
Financiera, mediante oficio 18.416 del
147
1º de setiembre de 1994, y que fue asignada a
la suscrita por el Consejo Asesor, relacionada
con la solicitud de compensación de vacaciones
del señor E.O.G., Director Regional de
Sucursales Huetar Norte; hago de su conocimiento lo siguiente:
1. Se debe proceder en este caso, de
acuerdo con el oficio D.J. 0542-95 del 28 de
marzo de 1995, que envió el señor Oscar Arias
Valverde a la Directora de Recursos Humanos
del que adjunto copia, mediante el cual se
refiere a la no prescripción de vacaciones, y
hace del conocimiento de esta el Voto de la Sala
Constitucional N°0280-1-94 en gestión de
adición y aclaración interpuesta por el
Procurador General Adjunto, en relación con el
voto de la Sala Constitucional N°5969-93, que
declara inconstitucional el artículo 607 del
Código de Trabajo.
2. El Voto N°5969-93, de la Sala Cons-
148
titucional de la Corte Suprema de Justicia de las
quince horas veintiún minutos del 16 de
noviembre de 1993, declara inconstitucional el
artículo 607 del Código de Trabajo y se
dimensionan sus efectos en el sentido de que se
mantienen las prescripciones de derechos
acaecidas con anterioridad a la publicación del
primer edicto de esta acción, el 14 de julio de
1992.
De acuerdo con lo anterior y a fin de
resolver el reclamo del señor E.O.G.. deben
tenerse por prescritos todos aquellos periodos
que tenían esa condición al 14 de julio de 1992.
Quedo a su disposición para aclarar o
ampliar cualquier punto al respecto y suscrito
atenta servidora.
DIRECCION JURIDICA
Licda. Gloria Martina Monge Fonseca
Abogada
N°6 - Febrero de 1996
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