A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA Sobre voto de la Sala IV que anula el Decreto Ejecutivo Nº 31078-S del 5 de marzo de 2003 denominado "Reglamento para las Investigaciones en que participan seres humanos" y el “Reglamento para la Investigación Clínica en los servicios asistenciales de la Caja Costarricense de Seguro Social”. La Sala Constitucional, mediante voto 2010-1668, anuló por inconstitucionales el Decreto Ejecutivo Nº 31078-S del 5 de marzo de 2003 denominado "Reglamento para las Investigaciones en que participan seres humanos", el “Reglamento para la Investigación Clínica en los servicios asistenciales de la Caja Costarricense de Seguro Social”, adoptado en la sesión de la Junta Directiva el 16 de enero del 2003 por los efectos que produjo esta normativa mientras estuvo vigente, y en virtud de lo dispuesto en el artículo 89 de la Ley de Jurisdicción Constitucional, por conexión y consecuencia, también el reglamento actual para la investigación biomédica en los servicios asistenciales de la Caja Costarricense del Seguro Social adoptado en la sesión de la Junta Directiva del 17 de noviembre del 2005, atendiendo a idénticas razones. Considera la Sala que este tipo de estudios deben estar regulados por una ley de la República y no un reglamento. Los efectos de la resolución se aclaran en el sentido de que la inconstitucionalidad declarada no afecta los experimentos clínicos ya autorizados con anterioridad a la publicación del primer edicto publicado referente a la admisión de la acción de inconstitucionalidad en el Diario Oficial La Gaceta, lo cual ocurrió en el Boletín Judicial Nº 100 del 27 de mayo del 2003. Lo anterior quiere decir que toda investigación posterior en seres humanos realizada en hospitales con pacientes de la CCSS, se ve afectada, en principio, por el pronunciamiento. No obstante lo anterior, debe señalarse que esta Vicerrectoría, en términos generales, y la Universidad como un todo deben analizar los alcances del mencionado voto y las implicaciones reales que puede tener para el desarrollo de la investigación universitaria, de manera reposada y crítica, toda vez que se presentan varias situaciones, a saber: El voto aún no ha sido redactado íntegramente, ni ha sido notificado. Resulta pertinente esperar los resultados de la gestión de adición y aclaración presentada por la señora Ministra de Salud, a la Sala Constitucional en la que expone las implicaciones de la anulación de la normativa en cuestión – la cual obra en poder de esta Vicerrectoría-; asimismo se ha informado que ese Ministerio no reconocerá eficacia a la resolución hasta que le sea notificada oficialmente; por lo tanto, continuará con los estudios en curso, aunque sí ha suspendido la concesión de nuevos permisos para investigaciones y el reclutamiento de nuevos pacientes. Es importante considerar que la Ley General de Salud ofrece un marco regulatorio para la investigación en seres humanos que norma el consentimiento informado (art. 25, 67 y 68), prohíbe las investigaciones clínica, terapéutica o científica peligrosa para la salud de los seres humanos (art. 26), la división en fases de la investigación terapéutica o científica (art. 68) y la prohibición de importación, comercio, uso o suministro de medicamentos que se encuentran en proceso de experimentación, salvo en las condiciones y circunstancias y por el tiempo que el Ministerio lo autorice (art. 108). Esta ley se mantiene absolutamente vigente. Es menester analizar y sopesar concienzudamente los efectos y alcances que tiene la declaratoria de la Sala Constitucional respecto de la Universidad de Costa Rica, la cual posee su propio régimen autonómico, la investigación como actividad sustancial y el respaldo para su realización en la propia Constitución Política así como en la Ley General de Salud (art. 345.11), la cual le otorga un sitial privilegiado junto al Ministerio de Salud en la determinación de normas para la investigación médica, clínica, terapéutica y científica en seres humanos, entre otras. De tal forma que esta podría ser una coyuntura positiva para ejercer, de manera efectiva y enérgica, nuestra propia competencia en materia de emisión de normativa nacional, la cual nos es otorgada por esta ley, superando algunas experiencias del pasado. Es necesario y urgente evaluar el impacto sobre las actividades de investigación y docencia que requieren los estudiantes como requisito de sus respectivos programas de estudio para tomar las medidas del caso. De igual forma los efectos económicos que podría tener en las modalidades de investigación contratada, co-financiadas o financiada con fondos externos en los que existan obligaciones o compromisos pendientes de algún tipo, a fin de tomar las medidas de contingencia que resulten oportunas y pertinentes. Por lo expuesto les invito a hacer llegar sus preocupaciones, inquietudes y propuestas formalmente a esta Vicerrectoría, canalizándolas a través de las Direcciones, Consejos Científicos o Asesores de las Unidades Académicas o Unidades Académicas de Investigación, o individualmente si así lo prefieren, a fin de poder recogerlas y considerarlas en el análisis que se está efectuando. Atentamente, Dr. Henning Jensen Pennington Vicerrector de Investigación 2