“Cuando alguien busca, fácilmente puede ocurrir que su ojo sólo se fije en lo que busca; pero como no lo halla, tampoco deja entrar en su ser otra cosa; no puede absorber ni una otra cosa, pues se concentra en lo que busca.” Comienzo con una cita del libro Siddharta, donde se narra la historia de un joven hindú que decide seguir su propio camino y emprende una travesía en la busca de la sabiduría; Durante el transcurso de este viaje se va desprendiendo gradualmente de los bienes materiales, pues se da cuenta de que la sabiduría se encuentra en las cosas simples de la vida. Hoy en día vivimos en un constante bombardeo de elementos tecnológicos, basta con encender el televisor para que por nuestros ojos crucen decenas de comerciales mostrándonos las ultimas modas, el auto mas nuevo, etc. Y es fácil cegarse por todas aquellas imágenes, pues hacen creer que serás verdaderamente feliz si adquieres ese producto, y lo que es más, te hacen ver que para encajar en la sociedad se debe ir a la par con las tendencias, sin embargo, como no todos poseen los mismos recursos (en términos socioeconómicos somos un mundo muy desigual), la persona naturalmente comienza a ansiar aquello que no tiene y cae al mismo tiempo en la frustración. Digo esto porque, si lo ideamos matemáticamente se podría formular que las ansias de satisfacer la sed materialista más el tiempo que se pasa en ese anhelo, es igual a la acumulación de estrés y frustración de no tenerlo. Esto mismo sucede con las expectativas de vida que se le da al ser humano, ya que muchas veces las decisiones del futuro personal es influenciado por otras personas; es como se dice en ocasiones que todos tenemos una mochila psicológica con vivencias que cargamos en la espalda. Cada vez que callamos una opinión, cada vez que nos hieren o incluso cuando algo no sale como se ideaba, esa carga se va haciendo más pesada. Incluso un ejemplo real es el mencionar que muchos jóvenes no estudian aquello que en verdad les gustaba porque a alguien más no le parecía lo correcto para él; Es en ese momento cuando se deja de lado la vocación y aparece la obligación. Ahora bien, se puede elegir el continuar cargando un una mochila cada vez más pesada o bien comenzar a preguntarse, ¿Qué hacer para alivianarla aún cuando la vida siempre presenta tantos obstáculos? Como se dijo en clases, los obstáculos son un tipo de belleza, lo que significa que si la vida está llena de obstáculos, está a la vez llena de belleza; Quizás al igual que Siddharta deberíamos apartar por un momento la vista del anhelo y comenzar a observar con atención las cosas más simples de la vida, porque partiendo de los pequeños gestos se podrá ir conociendo al otro y también descubrirse a uno mismo, ya que no hay que considerar el yo, sino el nosotros. Por ejemplo, la forma en la que yo trate a la otra persona, es cómo estoy tratando conmigo mismo. Una cita de Buddha dice que “Es fácil ver las faltas de los demás, pero ¡qué difícil es ver las nuestras propias! Exhibimos las faltas de los demás como el viento esparce la paja, mientras ocultamos las nuestras como el jugador tramposo esconde sus dados”. El convivir sin criticar al otro es algo que el mundo necesita, sobre todo cuando se está viviendo en el individualismo (poquísimas personas se dan el tiempo de hacerse una introspección, por lo que están en constante negación de su propio yo). Tomando en cuenta esta situación, se debería comprender que los errores que comete una persona, son de todos, ya que podemos aprender de ella para crecer como persona- De eso se trata la experiencia. ¿Qué se obtiene de vivir una vida larga si no se ha aprendido nada en ella? La necesidad de ser alguien, de sentirse superior e imponerse sobre los otros, está haciendo que cada vez aumenten más los porcentajes de personas que sufren de algún tipo de agresión psicológica o física. Es suficiente con abrir un libro de historia y nos hallaremos con que desde el descubrimiento y evangelización de América, el racismo que se mantiene incluso en la actualidad aunque en menor grado (teniendo sus orígenes desde tiempos en que las personas de color eran maltratadas siendo esclavos) hasta la segunda guerra mundial cuando se creía que la raza aria era la superior, todas ellas han traído consigo grados de violencia. Ya es momento de que se tome conciencia que aquellos otros no son más que la extensión de uno mismo (el yo) y que tenemos que respetarlos y acogerlos al igual como se ama lo propio. Lo que hay que entender es que Yo soy yo, pero también soy el otro, porque el otro está dentro de uno mismo. Siguiendo con los bellos conocimientos que entrega Buddha, menciono lo siguiente: “El odio nunca se extingue por el odio en este mundo; solamente se apaga a través del amor. Tal es una antigua ley eterna.” Sumándose a esto deseo nombrar la autoestima, y esque todo se relaciona al final. Si tomamos en consideración la definición de esta palabra como - “Es la valoración positiva o negativa que una persona hace de sí misma en función de los pensamientos, sentimientos y experiencias acerca de sí propia. Es un término usado en la psicología aunque se utiliza en el habla cotidiana para referirse, de un modo general, al valor que una persona se da a sí misma. Está relacionada con la autoimagen, que es el concepto que se tiene de uno propio, y con la autoaceptación, que se trata del reconocimiento propio de las cualidades y los defectos. La forma en que una persona se valora está influida en muchas ocasiones por agentes externos y puede cambiar a lo largo del tiempo”-. Me refiero a esto porque es bien sabido que para amar a otro, primero se debe amar uno mismo. Cuando se logra aceptarse y aceptar a los demás como parte propia, se podría decir que es irse completando hasta lograr la plenitud; aquella que no crece junto a nuestros ingresos materiales ni tampoco con el tamaño de la casa o de las joyas que se lleven, pues es algo mucho más valioso que todo eso. Es la clave de la verdadera libertad. Recuerdo que cuando leí Siddharta al principio me pareció casi una locura que dejara su hogar junto a las comodidades y que emprendiera aquella travesía sin un rumbo fijo; Él sólo vagaba sin pertenecer ni a lugar ni a nadie. Sin embargo, y el motivo por el cual causó una profunda impresión no solo en mí, sino que también en muchos, fue la transformación espiritual que tuvo durante el transcurso de la historia, pues pasa de tener un hogar a ser un deambulante; de tener riquezas y reconocimiento a la humildad que encuentra en el momento en que se queda a vivir al lado del río, pues su sonido era más reconfortante y bello que cualquier tesoro en el mundo. La manera en que Hermann Hesse narra la historia es inspiradora, ya que enseña a apreciar que encontramos más bondades que penurias si vemos todo con ojos distintos, con los ojos bien abiertos, pues retornando a la cita propuesta en el principio, si nos fijamos un objetivo y solo nos enfocamos en alcanzarlo, entonces nos podríamos pasar la vida buscándolo sin darle espacio al encuentro, como cuando el desconocido se presenta frente a nosotros. Ahora bien, ¿por qué elegí basarme en este libro para el encargo? Leyendo los apuntes se me vino a la mente la similitud entre la travesía de este joven y el viaje que emprendemos como taller, puesto que en ambas se obra con gratuidad y se padecen emociones similares; incertidumbre, cansancio, pero también alegría y paz. Cuando se finaliza y se mira aquello que ha sido obrado con esfuerzo, se despierta la satisfacción de desprenderse y entregar un bien construido por nosotros, para otros. Es este concepto el que otorga además la característica de libertad, puesto que se actúa sin requerimientos ni intereses, sino que por el bien del yo que quizás no conozca, pero que aún así forma parte de mí. Es una expresión del ser puesto en un regalo que se aprecia en tiempos en que la gratuidad se ha ido perdiendo. Para finalizar cito a Mahatma Gandhi, un abogado, pensador y político hinduista indio quien dijo que: “Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio”