Evolución geológica del continente europeo

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I. EUROPA. UNIDADES DE RELIEVE
1.1. EVOLUCIÓN GEOLÓGICA DEL CONTINENTE.
En Era Arcaica emergió el zócalo correspondiente a la zona noroccidental europea, también
llamada escudo fenoscandiano o báltico. En él se localizan las rocas más antiguas de la
Tierra: pizarras, gneis, granitos…, También aparecen resto arcaicos en la parte occidental de
Escocia e Irlanda.
En el primario o Era Paleozoica el solar europeo aumentará en superficie gracias a la acción
de dos grandes orogenias: la caledoniana y la herciniana. La orogenia caledoniana favorecerá
el surgimiento de Gales, Escocia y parte de los macizos escandinavos. La dirección de los
empujes de sudoeste a nordeste marcará la dirección de los pliegues de estas nuevas tierras.
La orogenia caledoniana también provocó la aparición de materiales en la Meseta castellana,
los Urales y en Cerdeña.
Los movimientos orogénicos hercinianos afectarán principalmente a los rebordes de las tierras
emergidos en la orogenia caledoniana, así se conformarán definitivamente las islas británicas,
la península escandinava, el basamento de la llanura centro-occidental europea, la gran
llanura rusa, el zócalo de la meseta hispánica, Bretaña, el Macizo Central francés y el remate
final de los Urales que unirá definitivamente Asia y Europa. Estos grandes macizos cuyos
pliegues siguen la dirección armoricana, dirección noroeste sureste, sufrirán desde su
aparición los procesos metamórficos erosivos que rebajarán su altura y favorecerán la
acumulación de grandes depósitos sedimentarios en las valles intramontanos y en los mares
circundantes. Dicha faja de cadenas montañosas recibe el nombre de relieve Armoricano, El
movimiento herciniano afectó también a la meseta rusa y a los Urales, y así, al unirse Europa
a la plataforma siberiana, formó con Asia un continente único.
El secundario o Era Mesozoica no soportará ningún movimiento orogénico de gran
importancia, por lo que dominaran los procesos de erosión transporte y sedimentación de
materiales a las cuencas sedimentarias interiores y circundantes. Se ha constatado la
existencia de movimientos de gran radio de curvatura, o isistáticos, de las placas, que tuvieron
como objeto el asentamiento de las mismas, y que provocaron que el mar invadiera grandes
superficies terrestres o se retirara varios centenares de metros, con lo que se superpusieron
gruesas capas de materiales sedimentarios de origen marino y terrestre.
El terciario o Era Cenozoica, Europa sufrirá la orogenia que conformará definitivamente su
relieve actual. Surgirá de los fondos marinos un gran arco montañoso que conformará el
paisaje mediterráneo, ya que, sin apenas pequeños valles intramontanos se suceden cadenas
montañosas como los Pirineos, los Alpes y los Cárpatos… hasta el Himalaya. Estas nuevas
cadenas alpinas se verán sometidas a un intenso trabajo de modelado glaciar.
Los movimientos alpinos también presionaran a los macizos antiguos, muy erosionados, y los
resquebrajarán creando nuevas cadenas montañosas y grandes depresiones intramontanas.
Esta tectónica es fácilmente reconocible en el zócalo hercínico de la península Ibérica donde
aparecen nuevos sistemas montañosos como el Sistema Central o los Montes de Toledo y
depresiones como la del Duero y Tajo-Guadiana, también cabe destacar las depresiones
germano-polaca, de la cuenca de París o la de Aquitania o del Garona.
El cuaternario, o Era Neozoica, es un periodo muy joven, apenas si tiene unos 2 millones de
años. Para muchos geólogos aún no ha concluido la formación del relieve europeo, pero si se
ha visto muy modificado por la acción de los hielos. Cuatro han sido las glaciaciones que
afectaron al continente europeo: Günz que se inició hace un 1.400.000 años y duró unos
700.000; la Mindel, que tras un periodo interglaciar cálido, comenzó hace unos 600.000 años
y perduró unos 300.000; la Riss que cubrió de hielo el continente europeo durante unos
80.000 años del 200.000 al 120.000 y la Würm que se mantuvo hasta hace unos 11.000 años.
En estos periodos glaciares un continuo manto blanco, se calculan espesores de más de 3000
m. de hielo, se extendía desde las regiones árticas hasta el paralelo 50º. A este casquete ártico
se unía los glaciares existentes en las grandes cadenas montañosas, especialmente las alpinas,
más recientes y con mayores alturas.
Con la gradual retirada de estos glaciares, por un lado, se verificó un ligero levantamiento de
tierras, por otro, un aumento del nivel de los mares circundantes. También quedaron en
resalte los relieves excavados por los glaciares: valles con su característica forma de U,
morenas, rocas aborregadas y, entre otros, los impresionantes fiordos noruegos, Los grandes
ríos que desembocan en el actual Mediterráneo formarán deltas porque la deposición de
materiales en disolución será superior a la capacidad erosiva del mar.
Por último, los volcanes cuaternarios y los terremotos centrarán su actividad sobre las tierras
emergidas en el terciario y localizadas en los bordes mediterráneos. Las penínsulas balcánica
e itálica y el conjunto de islas del Egeo y Sicilia muestran y sufren hoy día la presencia de
estos fenómenos.
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