RELIEVES DEL ARA PACIS El Ara Pacis, “Altar de la paz” en latín, fue levantado por Augusto cuando terminó de conquistar el Mediterráneo. Los relieves de su interior representan un hecho real, se realizaron entre el año 13 y 9 a.C, y se clasifican dentro del relieve del arte romano. El estilo al que pertenece la obra es el romano imperial, una evolución del griego pero con algunas novedades introducidas por los romanos. Se desconoce el nombre del autor o los autores que realizaron esta obra, pues los artistas romanos no eran tan valorados como los griegos. Los relieves del Ara Pacis adornan el interior y el exterior del templo, con temas alusivos a la procesión del cortejo imperial dirigiendo sus ofrendas hacia el altar. Es un bajo relieve en piedra caliza con una gran técnica apreciable en los pliegues de los vestidos. El método utilizado en estos relieves es la talla. Existe un gran realismo en los rostros de las personas, todas ellas caracterizadas muy bien. Por otra parte, las figuras están talladas en diferentes planos, concretamente se dan tres planos distintos en este relieve: en el primero se sitúan los personajes más importantes, que destacan sobre el resto; en el segundo las figuras aparecen con distintas posiciones y actitudes y, por último, en el tercero, aparecen los individuos de menor importancia. Los personajes representados en este relieve son reales, por lo que se trata de un retrato. El Imperio Romano surge cuando en el año 30 a.C., Augusto es proclamado emperador después de César. Existió en el Imperio Romano un cambio radical de ideas: del platonismo helénico se pasa a un aristotelismo en Roma. No se buscaba al hombre como parte del cosmos sino como un individuo concreto. El individualismo romano se hace notorio en el artista, cuya personalidad se ve en la obra y en la temática. Asimismo, el arte romano es un producto de la sociedad que lo creó, condicionado por una estructura socio-económica diferente a la griega y por otras necesidades que debía satisfacer.