Otorga 1 crédito para la recertificación profesional Código: 2.01.06 DO-10412-0613-0 Actualización en la gestión de la farmacia Módulo 5 Segmentación de mercado y posicionamiento efectivo Quinta entrega del curso que desarrollará las estrategias en la gestión de la farmacia, tanto internamente como en la relación con clientes, proveedores y competencia. Serán ocho módulos especiales. En la edición 208 (junio 2012), el cuestionario de evaluación. Por Roly Boussy* N . ecesidades Dentro de las definiciones estratégicas que las farmacias deben considerar, se encuentran la segmentación y el posicionamiento. Es imposible satisfacer las necesidades de grupos indiferenciados y es por eso que la segmentación es indispensable para la gestión en un mercado hípercompetitivo como el actual. El posicionamiento es la otra cuestión crucial, porque la decisión de adonde comprar se toma dentro del cerebro y no afuera, en función del lugar que cada competidor ocupe en lamente del público. “Ningún viento resulta favorable para aquel que no sabe a qué puerto se dirige” (Séneca). En este quinto encuentro nos enfocaremos fundamentales para el negocio que suelen no contar con la valoración que merece su importancia. En algunos casos, se accede al significado de éstos, pero sin superar el plano teórico, quedando pendiente su aplicación práctica, y aquí lo importante es poder descubrir para que nos sirve: concretamente para la gestión del negocio. Comenzaremos con la segmentación y, para acercarnos a la idea, vamos a recorrer una analogía: la pesca. Bien saben los pescadores de segmentación, aún sin ser conscientes de eso. A ningún pesca- dor se le ocurriría ir a pescar sin saber qué puede o quiere pescar, sobre todo si la pesca tiene requerimientos de productividad, además del placer de la práctica. Toda la preparación del equipo se realiza en función de la especie que se pretende capturar, para lo cual primero hay que identificar qué se quiere pescar, para luego preparar todos los elementos pertinentes para ese tipo de pez y no para otro. Los anzuelos, las cañas, señuelos, reels, etc., son generalmente específicos para distintas especies. No es lo mismo lo que se necesita para pescar pejerreyes, truchas, bogas, tarariras, dorados o surubíes. Luego viene el lugar específico donde se encuentra el pez deseado. No todos se mueven en los mismos lugares ni de la misma forma. Sus hábitos son diferentes y su hábitat también. Se deberá actuar en las zonas donde potencialmente haya más probabilidades de encontrar lo que se busca. Remansos, correntada, superficie, profundidad, cada uno tiene su lugar y es el pescador el que debe conocer donde encontrar lo que busca. Finalmente, viene la pesca misma. Cada especie tiene su propio método de pesca y el pescador deberá adecuar su técnica y habilidad en función del espécimen a capturar. Toda esta descripción simplificada del método de pesca pretende explicar por analogía, la segmentación y su utilidad. Grupos. “Correr tras dos perdices al mismo tiempo es perder a ambas” (proverbio español). La segmentación, por definición, es la técnica que nos permite determinar los diferentes grupos que componen un mercado, o sea, separar una población global en diferentes grupos con aspectos similares entre sus componentes, dife- rentes de los de otros grupos. Toda la gente que está dentro del radio de alcance de nuestros negocios no es igual, ni se comporta de igual manera ni tiene los mismos gustos y preferencias. Las personas son diferentes y, si podemos entender esas diferencias, agruparlos en función de similitudes, entonces podremos elegir aquel o aquellos grupos que intentaremos “pescar” con nuestro negocio. Ese grupo específico al que nos dirigiremos es el blanco o target de mercado. La pregunta que no podemos eludir es: ¿A qué segmento de mercado se dirigen los esfuerzos de nuestro negocio? Por lo general, la respuesta de los responsables es: a todos los que nos quieran comprar! Obviamente que atenderemos las demandas de todos los que ingresen al local, pero la cosa va más allá, no se trata de a quien atender y a quien no, sino de qué tipo de cliente quiero que vea en mi negocio, la mejor respuesta a sus expectativas. Veamos a modo de ejemplo una segmentación de clientes en función de sus valoraciones para la decisión de compra: - Clientes economicistas: compran barato. El parámetro excluyente es el precio. Todos los demás atributos se subordinan a éste y tienen escasa o nula relevancia. - Clientes marquistas: compran, como su denominación indica, “la Marca”. El precio no es que no sea importante, pero está subordinado al valor que le asignan a la marca, sea de los productos o del negocio al que concurren. - Clientes racionales: compran la mejor relación entre precio y valor. Analizan y determinan racionalmente cuál es la mejor combinación de ambos y allí toman su decisión de compra. Ahora bien, la pregunta del millón: ¿Se puede desarrollar una farmacia que atienda eficientemente a las expectativas de los tres segmentos? Definitivamente no, aunque cueste aceptarlo y seguramente el lector se resista y siga buscando el ejemplo que contradiga mi afirmación. La razón por la cual no es posible ofrecer un negocio que aplique a los tres segmentos de igual manera es que los atributos de cada negocio son necesariamente diferentes. Por otro lado, difícilmente un marquista concurra a un negocio economicista, por simple hecho que no lo reconocerá como el destino donde podrá satisfacer su expectativa respecto a su experiencia de compra. Cada responsable deberá evaluar su mercado, segmentarlo y luego elegir el o los segmentos objetivos para después estructurar su negocio en función de las necesidades de ese segmento y no de otro. Veamos este tema en otro negocio para tratar de ejemplificarlo mejor. Las estaciones de servicio. Si una estación de servicio decide captar taxistas, deberá entender las necesidades de los taxistas y armar su negocio en función de éstas. Si en cambio quiere captar público joven, deberá hacer lo mismo, lo que derivará en otro tipo de local y de oferta. Lo mismo para familias, camioneros u otras tribus de consumidores. De hecho esto pasa en la realidad y uno puede ver estaciones habitadas por los diferentes grupos descriptos. Ahora bien, si uno puede elegir, ¿decidirá concurrir con su familia a una estación de servicio estructurada y habitada por taxistas en la ciudad o camiones en la ruta? Generalmente no, aunque no significa que en algún caso de necesidad lo haga, pero no sentirá que ese lugar es para él. Los productos, la organización, el lay out, la atención, etc., será diferente en uno y otro lugar y donde habitan unos, no suelen sentirse cómodos los otros. Suele darse que buscando la quimera de los negocios, algunos intentan generar un espacio para que todos convivan, pero el resultado suele ser que ninguno se siente identificado con la oferta, no lo eligen y simplemente no van. El negocio fracasa. Nuestras farmacias deben tener muy en claro para qué tipo de clientes son, debe trabajar para satisfacer sus expectativas específicas y aceptar que otras especies simplemente no reconocerán o elegirán nuestra propuesta. Para esto sirve la segmentación, para entender que el mercado no es una masa homogénea de compradores iguales, para determinar y calificar esas diferencias en distintos grupos, para elegir el grupo con más potencial y para trabajar luego en la construcción del negocio que lo satisfaga. Así es que “bueno, bonito y barato” es una expresión popular inconsistente, porque todos sabemos que no son compatibles, por lo menos dentro de un marco de rentabilidad aceptable que permita la supervivencia del negocio. En su lugar. Luego y asociado al concepto de segmentación, viene el de posicionamiento. El posicionamiento es el lugar que quiero ocupar, u ocupo, en la mente de los clientes. Esto es, el significado, la construcción mental asociada a mi marca o a mi negocio. Debo pensar muy claramente qué quiero que piensen de mí los públicos objetivos, la gente que me interesa, el segmento target, para luego trabajar con mucha consistencia y coherencia en la materialización de una realidad que sustente esa idea. Mi posicionamiento será la consecuencia de mis acciones, no de mis intenciones. La gente va a construir una idea acerca de mi negocio a partir de los estímulos que reciba, y esa es la razón por la que el posicionamiento debe ser el motor de la estrategia, sencillamente porque todo lo que yo haga y deje de hacer en mi negocio, impactará el posicionamiento que tenga. La batalla comercial con la competencia es una batalla que se libra dentro de la mente de los clientes, es una batalla neuronal, ya que allí se toman las decisiones de compra. A la hora de intentar satisfacer una necesidad, los clientes buscarán en sus mentes a los posibles satisfactores, compararán posicionamientos y en función de ellos elegirán al que crean más adecuado. Volviendo a la pesca, suelen haber varias especies en cada lago, río o mar, y de cada especie hay diversos ejemplares. Los mejores serán el objeto de muchos pescadores que intentarán con sus herramientas y habilidades competitivas, capturarlos, pero sólo el que los encuentre, mejor los interprete y actúe con mayor habilidad y determinación, tendrá la posibilidad de capturarlo. Con el negocio pasa algo similar, los segmentos de mercado con mayor capacidad y potencial, son deseados tanto por nosotros como por nuestros competidores y se desarrollará una feroz lucha competitiva por conquistarlos y no hay posibilidad de éxito sin una segmentación clara y un posicionamiento efectivo. Todas las acciones comerciales, la oferta de pro- ductos, las comunicaciones, la ubicación, la publicidad y la atención deberán ser coherentes con el posicionamiento buscado. Ante la mínima disociación entre intención y conducta, se impondrá esta segunda e impactará sobre el posicionamiento. No puedo ni debo realizar absolutamente ninguna acción que vaya en contra del posicionamiento buscado y debo mantenerlo vigente y vivo, actuando como un faro que guía mis decisiones y acciones. Una consideración extra sobre el posicionamiento, sobre todo para quienes están comenzando. El posicionamiento logrado es muy difícil de cambiar. Una vez que se genera una idea en lamente del mercado, ésta tiende a perpetuarse y si bien, puede modificarse, por lo general es muy complejo y lento el proceso, ya que espontáneamente los consumidores tienden a volver a esa idea o posicionamiento inicial. Por esta razón, es muy importante que el posicionamiento sea el resultado de una decisión estratégica anticipada y estudiada y no la mera consecuencia de acciones espontáneas sin reflexión. “El que no sabe lo que busca, no entiende lo que encuentra” (Claude Bernard). A quiénes se dirige mi negocio, quiénes son los destinatarios de mis acciones y qué piensa ese segmento de mi. Allí se empieza a construir la respuesta a la pregunta del éxito. * Consultor Director del Grupo Boussy [email protected]