Progresión del deterioro cognitivo en pacientes con ictus Factores

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RESÚMENES
adecuado control tensional y la utilización de
combinaciones de fármacos antihipertensivos
para conseguir dicho control.
J. Segura
Progresión del deterioro
cognitivo en pacientes con ictus
El objetivo de este estudio fue examinar la progresión de los déficits neuropsicológicos en pacientes con ictus que presentan o no deterioro
cognitivo.
Se clasificaron los tests neuropsicológicos según
los diferentes dominios cognitivos, ajustados en
función de la edad y el nivel educativo. Se compararon los cambios en los tests cognitivos entre
los distintos grupos de pacientes y se analizaron
posibles predictores de cambios cognitivos.
Se incluyeron 128 pacientes con un deterioro
cognitivo medio de 0,83 (desviación estándar
[DE]: 2,2) puntos del test Mini-Mental en comparación con un aumento de 0,76 (1,3) en 78
sujetos controles (p < 0,0001). No se observaron
diferencias significativas en el empeoramiento
de un índice compuesto de función cognitiva
tras corregir para edad y nivel educativo. No
obstante, los pacientes con ictus isquémico o
accidente isquémico transitorio presentaban un
mayor empeoramiento en la memoria verbal y
en la función de construcción visual. La ocurrencia de un nuevo ictus (n = 14) aumentó de
forma significativa el deterioro cognitivo con un
promedio de 2 puntos del test Mini-Mental. La
tasa de dicho deterioro mostró una correlación
significativa (r = 0,24) con la hiperintensidad de
la sustancia blanca. El análisis de regresión mostró que la duración del período educativo era el
único factor predictor de cambios cognitivos,
mostrando cierta función protectora en aquellos
pacientes con un período educativo más largo.
En conclusión, los pacientes con enfermedad
cerebrovascular presentan un lento empeoramiento de las funciones cognitivas en ausencia
de nuevos episodios isquémicos. La recurrencia de
complicaciones cerebrovasculares acentúa dicho deterioro cognitivo. El nivel educativo del
paciente parece aportar cierto papel protector.
Sachdev PS, Brodaty H, Valenzuela MJ, Lorentz LM,
Koschera A. Progression of cognitive impairment
in stroke patients. Neurology 2004;63:1618-23.
Comentario
El deterioro cognitivo es común en pacientes
con antecedentes de ictus isquémico y es frecuente la presencia de demencia vascular. La
mayor parte de los estudios publicados han eva94
luado la función cognitiva en pacientes con ictus a partir de los 3 meses del evento, considerando que dicho período de tiempo es suficiente para que el deterioro cognitivo se estabilice.
Son escasos los estudios que han evaluado la
función cognitiva en estos pacientes en períodos prolongados de tiempo, y si bien algunos
muestran una mejora inicial, la evolución general es un empeoramiento de dicha función cognitiva.
La evolución del deterioro cognitivo vascular ha
sido recientemente analizada. La mayor parte
de los pacientes incluidos en estos estudios presentan una historia previa de ictus o accidente
isquémico transitorio. Dichos estudios sugieren
que los déficits cognitivos vasculares son progresivos, si bien dichos cambios pueden ser variables según la muestra de pacientes analizados. Aunque los primeros estudios sugerían que
las tasas de mortalidad eran más elevadas en pacientes con demencia vascular en comparación
con la enfermedad de Alzheimer, la tasa de deterioro cognitivo en la demencia vascular era
menor.
Cabe destacar el hallazgo de la capacidad protectora de un período educativo prolongado frente a la progresión del deterioro cognitivo en los
pacientes con ictus o accidente isquémico transitorio. Existen varias evidencias que identifican el
bajo nivel educativo como un auténtico factor de
riesgo para la pérdida de memoria progresiva en
sujetos de edad avanzada y en pacientes con demencia. Se ha sugerido que dicho nivel educativo podría ser un indicador de la reserva cognitiva que aumenta el margen de posible deterioro
antes de que los déficits se hagan clínicamente
patentes, o también un índice de la resistencia
del tejido cerebral a la lesión orgánica.
J. Segura
Factores asociados con las
diferencias de presión arterial
medidas en ambos brazos
en la población general
El objetivo de este estudio fue comprobar si
existe una diferencia natural en las medidas de
presión arterial (PA) en ambos brazos e identificar los factores asociados a dichas diferencias.
Se analizaron 1.090 individuos incluidos en un
programa de revisiones médicas en Ohasama
(Japón). La PA se midió de forma simultánea en
ambos brazos mediante un dispositivo automático. La diferencia de PA entre ambos brazos fue
expresada como la diferencia relativa (PA del
brazo derecho [D] menos PA del brazo izquier-
Hipertensión 2005;22(2):91-5
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RESÚMENES
do [I]: D-I) y como valor absoluto (|D-I|). Se utilizó el análisis univariable para estudiar la relación entre la diferencia de PA entre ambos
brazos y diversos factores. Las características de
los sujetos en los que la diferencia absoluta de presión arterial sistólica (PAS) era mayor de 10 mmHg
fueron analizadas mediante un análisis de regresión logística múltiple.
Las diferencias relativas en la PAS y presión arterial diastólica (PAD) fueron –0,6 ± 6,6 (media ±
desviación estándar [DE]) y 1,1 ± 4,7 mmHg,
mientras que las diferencias absolutas fueron
4,9 ± 4,4 y 3,7 ± 3,0 mmHg. La diferencia absoluta de PAS se correlacionaba significativamente
con la edad, el índice de masa corporal (IMC), el
índice tobillo-brazo y la presencia de hipertensión
arterial (HTA). Los sujetos con hipertensión, hipercolesteromia, obesidad, hemoglobina glucosilada
elevada y bajo índice tobillo-brazo presentaban
un incremento significativo e independiente del
riesgo de presentar una diferencia absoluta de PA
entre ambos brazos superior a 10 mmHg.
En conclusión, los resultados de este estudio sugieren la existencia de una considerable diferencia en la medida de PA entre ambos brazos, y
que las diferencias más marcadas en la medición
de la PAS se asocian con factores de riesgo de arteriosclerosis como la HTA, la hipercolesterolemia, la obesidad, anomalías del metabolismo hidrocarbonado y un bajo índice tobillo-brazo.
Kimura A, Hashimoto J, Watabe D, Takahashi H, Ohkubo T,
Kikuya M, et al. Patient characteristics and factors
associated with inter-arm difference of bloob pressure
measurements in a general population in Ohasama, Japan.
J Hypertens 2004;22:2277-83.
Comentario
Según las últimas guías de la Sociedad Europea
de Hipertensión y la Sociedad Europea de Cardiología se recomienda que la PA sea medida
en ambos brazos en la primera visita y que desde ese momento se utilice siempre para medir la
PA el brazo en el que obtienen cifras más elevadas. Algunos estudios han descrito que las diferencias de PA entre ambos brazos se relacionan
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con procesos asociados como aneurismas, aortitis sifilítica, coartación de aorta o enfermedad
de Takayasu. Otros trabajos han descritos diferencias de PA entre ambos brazos en pacientes
sin antecedentes de cambios arteriales patológicos, así como en sujetos aparentemente sanos.
Además es sabido que la incidencia y la magnitud de dichas diferencias están aumentadas en
los pacientes con HTA. La mayor parte de estos
estudios analiza grupos de poblaciones o de pacientes con diferentes características y metodologías. Para evaluar de forma fiable las diferencias de PA entre ambos brazos es necesario
medir ésta de forma simultánea en los dos brazos. Sin embargo, en algunos de ellos las mediciones se realizaban de forma consecutiva o no
protocolizada.
En este estudio la prevalencia de una diferencia
de PA entre ambos brazos fue menor de la descrita en trabajos previos. Dicha diferencia entre
este estudio y los previos puede deberse a la diferente metodología utilizada (medida sincronizada de PA en ambos brazos con dispositivo
automático frente a varios esfigmomanómetros y
varios observadores) o a la población analizada
(población general frente a sujetos atendidos en
urgencias). Los hallazgos de este trabajo muestran una posible relación entre los procesos de
arteriosclerosis y una mayor diferencia de PA
entre ambos brazos.
Estos resultados llevan a los autores a recomendar que la medida de PA debería realizarse en
ambos brazos de forma rutinaria. De forma específica la presencia de arteriosclerosis latente
debe considerarse si la diferencia de PA entre
ambos brazos supera los 10 mmHg.
Debe tenerse en cuenta que en este estudio la
PA no se determina mediante dispositivos intraarteriales, sino con un método indirecto oscilométrico, y que las medidas de PA se realizaron
en posición supina en lugar de en sedestación.
Además, la mayor parte de los sujetos analizados eran ancianos, por lo que los hallazgos descritos pueden no representar a otros grupos etarios y, por tanto, no pueden generalizarse.
J. Segura
Hipertensión 2005;22(2):91-5
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