invierno y caluroso en estío, es rigurosamente estepario en esta región. La laguna de Salinas, en la provincia de Alicante (fig. 24), hoy en vías de desecación y muy reducida de perímetro, antiguamente llegaba á tener más de 5.000 metros de longitud máxima y más de 2.500 metros de anchura mayor. En ella vive la Ruppia marítima L. var. trichodes (R. tríchodes Dur.), que existe en la Argelia (1). Las salinas de Torrevieja y La Mata, sobre todo la primera, son también grandes lagunas estepario-litorales, destinadas al beneficio de la sal común. En las Estepas granadinas no existen más que algunas charcas pequeñas de escaso interés al lado de las mencionadas sucintamente; lo mismo acontece con las de la Estepa catalana. Ríos, riachuelos y arroyos salinos. Ríos, riachuelos y arroyos salados que reciben este nombre con propiedad se encuentran repartidos pródigamente en todas las estepas, llamándose salobrales sus lechos y cuencas, que, secos en gran parte ó en su totalidad en gran parte del ano, se cubren de abundante y peculiar flora halófila. El río salado que pasa cerca de Belinchón (Cuenca) y desemboca en el Tajo. Los tres riachuelos que con el nombre de Ramblas saladas tienen su desagüe en el río Segura, cerca de Molina, Alcantarilla y Beniel, en la Estepa litoral murciana. Los ríos salados que en las Estepas béticas occidental y oriental desembocan en el Genil y en el Guadajoz, respectivamente. Los dos ríos salados de más de 40 kilómetros de curso de la Estepa de Jaén, que desaguan en el Guadalquivir y sus numerosos afluentes. El río salado que es afluente del Valderaduey ó Araduey en la Estepa zamorana, y tiene más de 30 kilómetros de longitud. (1) Esta especie era desconocida como de nuestro país.