Fracturas del cuello del fémur

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15• Jornadas- 35-39, 2001
Fracturas del cuello del fémur
DR. A. HERNÁNDEZ LECUONA; DR. M. ALMENARA MARTÍNEZ; DR. J.A. MEDINA HENRÍQUEZ;
DR. E. NAVARRO GARCÍA; DRA. S. SILVA BORREGO
Introducción
Las fracturas de cuello femoral son práctica clínica diaria de cualquier hospital.
El envejecimiento paulatino de la población incrementa su incidencia año tras año.
Si bien el terreno y el pronóstico vital es el mismo que en las fracturas del macizo trocantérico, el tratamiento va a estar condicionado por las malas condiciones
mecánicas y vasculares de consolidación, haciéndonos temer la aparición de una
pseudoartrosis o necrosis, seguidas de artrosis postraumática.
Anatomía de la cadera
La articulación de la cadera es una enartrosis con un amplio grado de movilidad,
cuya estabilidad viene dada en su mayor parte por los relieves óseos. El acetábulo
tiene forma de herradura con una fosa más profunda, teniendo el cartílago articular
forma de herradura cerrándolo esta herradura se encuentra el ligamento transverso
del que sale el ligamento redondo que discurre hasta la fosita de la cabeza femoral.
Este ligamento tiene como función principal vehicular la arteria foveolar que se
encarga de la vascularización de una pequeña zona de la cabeza femoral.
El cuello se dispone con una inclinación de 125 a 130° y en anteversión de
15°(±8).
Estructura ósea
La cortical interna del cuello va a ser muy gruesa a nivel de la unión cervicodiafisaria, soportando grandes tensiones, Koch calculó que por debajo del
trocánter menor esta zona soporta fuerzas de compresión de hasta 540 Kg.
En el extremo proximal de fémur la trabéculas óseas se encuentran organizadas
siguiendo las líneas de fuerza que se originan a este nivel. La primera descripción
del patrón trabecular interno corresponde a Ward en 1839(1). El patrón trabecular
principal consiste en trabéculas de compresión primarias y trabéculas de tensión
primarias (Figura1). Confluyendo hacia el centro de la cabeza femoral, originando
una zona de mayor densidad ósea y resistencia donde debe de implantarse el
material de osteosíntesis. El área triangular del cuello que está delimitada por las
trabéculas de tensión y compresión primarias se denomina triángulo de Ward,
siendo una zona de escasa resistencia a este nivel el material de osteosíntesis tiene
una mal integración.
Figura 1.
A nivel del trocánter existe un grupo secundario de tensión y de compresión
Con edad estas trabéculas se van reabsorbiendo debilitando esta zona .
El grado de osteoporosis que presenta el paciente se puede observar por la
disminución de la densidad de las trabéculas de compresión y tensión primarias y secundarias. Se ha intentado cuantificar el grado de osteoporosis. Uno
de los sistemas más difundidos es el de Sing (2) que divide el grado de pérdida de densidad ósea en seis estadios. El estadio VI corresponde a hueso normal y el estadio 1 a la osteoporosis mayor.
La subjetividad de estos sistemas hace que tengan poca utilidad y no se
empleen en la práctica diaria. Primero se pierden las trabéculas de tensión lo
que refleja una osteoporosis moderada. La pérdida de las trabéculas de compresión refleja grados más avanzados de osteoporosis.
Vascularización de la cadera
Al contrario que el macizo trocantérico que presenta una rica vascularización, la cabeza femoral presenta una vascularización mucho más vulnerable,
que ha sido estudiada principalmente por Trueta y Harrinson (3). Existen tres
pedículos vasculares de importancia decreciente:
Pedículo principal posterosuperior: Nace en la arteria circunfleja posterior
dividiéndose en ramas posteriores y posterosuperiores subsinoiviales frágiles
en caso de fractura. Penetrando en la cabeza cerca del reborde cartilaginoso.
Irriga los tres cuartos superiores de la cabeza femoral.
Pedículo inferior: Nace de la arteria circunfleja anterior. Sus ramas avanzan
por los frénulos capsulares y no se suelen ver afectadas en caso de fractura.
Pedículo interno: Lo forman las arterias presentes en el ligamento
redondo. Encargándose de la irrigación solamente de una zona próxima
a' la inserción femoral del ligamento.
La mayor parte de la irrigación va a corresponder a las arterias del pedículo
posterosuperior que se comportan como arterias terminales siendo muy vulnerables sobretodo en caso de fracturas en la unión hueso-cartílago o con un
desplazamiento importante (Figura 2). Sólo en un 20% de los casos la circulación colateral va poder hacerse cargo de la irrigación de esta zona si los vasos
resultan dañados.
Figura 2.
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Las fracturas del cuello del fémur representan el 19.24% de todas las fracturas y el 45.5% de las fracturas de cadera (4). Es una fractura de ancianos, la
edad media es de 74 años y menos de un 10% se dan en menores de 50 años.
Existe un predominio femenino de 2/1.
El mecanismo de producción clásico en el anciano es la caída casual. A
menudo cabe la duda si la fractura se produjo por la caída o la caída por la
fractura secundaria a una debilidad extrema de la estructura ósea.
En el joven la causa más común son accidentes de alta energía como los
accidentes de tráfico, apareciendo hasta en un 50% lesiones asociadas y en un
20% fracturas de la diáfisis del fémur. En el politraumatizado debido a un accidente de alta energía es imprescindible la realización de una radiografía de
pelvis sobretodo si el paciente se encuentra inconsciente, con el objeto de
descartar la existencia de este tipo de fracturas o de pelvis que de otra manera
pueden pasar desapercibidas.
En el anciano estas lesiones se asocian a una alta mortalidad, en el primer
trimestre llega a ser entre el 15 y el 25%. No sé a podido demostrar que existan tratamientos con menor mortalidad que otros, así tampoco la deambulación precoz se han podido relacionar con una disminución de la mortalidad,
otro tema sería la calidad de vida del paciente. Lo que va a ser determinante
en la tasa de mortalidad, van a ser las patologías asociadas que presenta el
paciente.
Entre las complicaciones orgánicas responsables de la muerte las insuficiencias cardiorrespiratorias ocupan el primer lugar (45%), seguido por los
trastornos neurológicos (20%).
83.2: Desplazamiento moderado con traslación vertical y rotación
externa.
83.3: Desplazamiento notable.
Clasificación
Existen tres métodos de clasificación principales, La clasificación de Garden (5)
que mide el grado de desplazamiento y suele ser la más utilizada en la bibliografía.
La clasificación de Pauwels (6) basada en el ángulo de la fractura a nivel del cuel lo
femoral con la horizontal, siendo sólo posible clasificar las fracturas muy desplazadas una vez reducidas. Y la clasificación AO (7) en la que estas fracturas se encontrarían en el grupo 31 (Fémur proximal), Tipo 8, este tipo se divide en 3 grupos y
cada grupo en tres subtipos.
Figura 3.
Clasificación de Garden. (Figura 3).
• Tipo 1: Fracturas incompletas en las que la cortical inferior permanece
intacta• Tipo 11: Fracturas completas sin desplazamiento.
• Tipo 111: Fractura con desplazamiento parcial. Existiendo todavía un contacto parcial entre los dos fragmentos mayor del 50%.
• Tipo IV: Fracturas con desplazamiento completo o contacto menor del
50% entre los dos fragmentos.
Figura 4.
Clasificación de Pauwels. (Figura 4)
• Tipo 1: La línea de fractura forma un ángulo con la horizontal inferior a 30°.
• Tipo 11: Forma un ángulo entre 30 y 50°.
• Tipo 111: Con un ángulo >de 50°.
Clasificación AO (Tipo 8):
Signos y síntomas
El paciente tipo con esta fractura que va a llegar a un servicio de urgencias,
va a ser un anciano que refiere una caída casual tras la cual ha sido incapaz de
levantarse. Presentando dolor a nivel inguinal que aumenta a la movilización
activa o pasiva del miembro afecto, a la palpación del trocá nter y percusión
del talón . El miembro se va encontrar desplazado y en rotación externa en las
fracturas desplazadas.
La sintomatología de una fractura de cuello incompleta o desplazada en
valgo pueden ser poco importantes, pudiendo llegar el paciente deambulando
y referir sólo dolor al mover o apoyar el miembro afecto.
Grupo 81 :Fractura de cuello, subcapital, con desplazamiento leve:
81.1: Impactada en valgo >15°.
81.2: Impactada en valgo <15°.
81.3: No impactada.
Grupo 82: Fractura de cuello, transcervical.
82.1: 8asicervical.
82.2: Mediocervical en abducción.
82.3: Mediocervical por cizallamiento.
Pruebas complementarias:
Grupo 83: Fractura de cuello, transcervical, no impactada, desplazada:
83.1: Desplazamiento moderado en varo y rotación externa.
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Diagnóstico
En muchos casos una radiografía simple antera-posterior de la cadera afecta va a ser suficiente para el diagnóstico y clasificación de la fractura. En caso
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Epidemiología
Fracturas del cuello del fémur
Tratamiento
En la actualidad el tratamiento ortopédico de estas fracturas se reserva sólo
en el caso de pacientes inoperables por su mal estado general o que previamente estaban encamados y la fractura está impactada o presenta escaso desplazamiento. Aunque no se ha demostrado que la deambulación precoz mejore las cifras de mortalidad si va ha existir un aumento de la calidad de vida del
paciente pudiéndole movilizar sin dolor.
Podemos dividir las posibilidades de tratamiento en dos grandes grupos:
- Osteosíntesis: Conseguir la consolidación de la fractura mediante un
montaje que si es estable permite la movilización precoz y en algunos
casos el apoyo. Las complicaciones más comunes son el desmontaje del
sistema como inmediato y la pseudoartrosis y necrosis como tardías.
Artroplastias: En todos los casos permite que el enfermo se levante y
recupere el apoyo precozmente, evitando los riesgos de la osteosíntesis.
Las complicaciones y la durabilidad no están tampoco garantizadas.
Osteosíntesis
El clavo trilaminar de Smith-Petersen fue el primer sistema que se usó con
éxito en estas fracturas. En la actualidad existen diversos sistemas que podemos usar. Para su colocación colocaremos al paciente en la mesa ortopédica
y tras la reducción de la fractura procederemos a la osteosíntesis. Conseguir
una adecuada reducción es fundamental para evitar complicaciones, una
reducción deficiente va a aumentar las tasas de necrosis avascular y pseudoartrosis de manera importante. En un primer momento intentaremos la
reducción cerrada bajo visión del intensificador de imágenes en la mesa de
tracción, si no se consigue procederemos a la reducción abierta si está indicado.
seguimos una buena reducción cerrada habrá que realizarla abierta o colocar
una prótesis de cadera.
Maniobras de reducción cerrada
Existen diversos métodos descritos no siendo ninguno efectivo en todos
los casos. Con la intención de preservar el aporte sanguíneo los movimientos
deben ser suaves y no está recomendado intentarlo más de 2-3 veces.
El método más sencillo es la aplicación de tracción suave y rotación interna
siendo descrito por Green y Gray (10) y también por Garden.
Leadbetter describió otra técnica en la que realiza una flexión de la cadera a
90° con liguera rotación interna del muslo, a continuación aplica tracción en el
eje del fémur. Luego realiza un movimiento de circunducción en abducción
del miembro, manteniendo la rotación interna y lo coloca en extensión en la
mesa. Algunos autores prohíben el uso de maniobras de fuerza como esta,
por el daño que puedan causar en la vascularización (11).
Otro método es el descrito por Whitman, consistente en aplicar tracción
sobre el miembro en extensión, seguido de rotación interna en extensión y
abducción, acabando con adducción en rotación interna.
Reducción abierta
La vía de abordaje más común es la de Watson-Jones, Tras abrir la cápsula
obtendremos una visión directa de la fractura. La manipulación de la cabeza
es en ocasiones muy complicada y más si tenemos el miembro en tracción
excesiva. La flexión de la cadera unos 20°-30° nos puede ayudar en la tarea.
Para conseguir la reducción podemos ayudarnos insertando una aguja de
kirschner en el hueso esponjoso de la cabeza o apalancarla con un peristotomo . Una vez conseguida la reducción procederemos a la osteosíntesis con
algunos de los sistemas que empleamos a continuación.
Métodos de osteosíntesis
Los dos métodos más utilizados van a ser los tornillos canulados y los sistemas tornillos-placas tipo DHS o similares.
Los tornillos canulados son adecuados para casi todas las facturas una vez
reducidas (Figura 5). Su colocación se hará en donde más densidad ósea hay,
en el centro de la cabeza, intentando evitar zonas con poca consistencia como
la porción inferior. La colocación de tres tornillos en triángulo es suficiente en
las fracturas Garden tipo 11, en las de tipo 111 y IV sería recomendable la colocación de 4. Hay que tener cuidado en colocar los tornillos intraarticularmente,
siendo esto más frecuente en las fractures tipo Garden 1 (12).
Parámetros de reducción adecuada
El ángulo entre diáfisis y cuello tiene que quedar comprendido entre130° y
150°. Se puede tolerar un valgo de hasta 15° mayor, esto puede dar una mayor
estabilidad excepto en los casos con conminución pastero-medial, valgas
excesivos van a dar un aumento de la necrosis avascular y de cambios artrósicos degenerativos a medio-largo plazo derivados de la falta de congruencia
articular. Para reducir el valgo reduciremos la tracción .
Una reducción en varo nos va a dar un aumento de las pseudoartrosis, un
aumento de la tracción nos puede reducir convenientemente la fractura .
Según Chua D (9) y otros autores el factor de peor pronóstico para la pseudoartrosis y el desmontaje de la osteosíntesis es el varo.
En la rad iografía la axial la anteversión del cuello femoral debe estar entre
0°-15°, no son tolerables reducción con un margen> a10° de estos límites.
Un método para evaluar la reducción es usando el índice de alineación de
Garden, este es el ángulo comprendido entre la cortical medial de la diáfisis y
el sistema de trabéculas de compresión principal. La reducción será adecuada
cuando este ángulo esté comprendido entre 160° y 180° en la proyección antero-posterior. En la proyección axial este ángulo puede tener un margen de 20°
de la línea de rectitud de 180° a lo largo del cuello del fémur.
Cuando sea necesario proceder a una nueva reducción pondremos primero
el miembro en reducción externa forzada ya que la reducción interna bloquea
los fragmentos y nos impiden que se movilicen. Si en 2 o tres intentos no con-
Figura 5.
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de duda o que queramos ver si existe conminución posterior (lo que irá asociado a una alta inestabilidad), una proyección axial va a ser de utilidad.
Si las radiografías son negativas pero existe un diagnóstico de sospecha
mantendremos al paciente en descarga hasta la realización de otras pruebas
diagnósticas. La tomografía puede ser de utilidad pero ya está desfasada por
otras pruebas. La RMN ha demostrado ser la prueba más útil en estos casos
teniendo una muy alta sensibilidad, en caso de que sea negativa podemos
casi asegurar que el paciente no tiene fractura (8). En algunos pacientes lo que
veremos en la RMN será una lesión ósea que no podremos asegurar que sea
una fractura. En estos casos si persiste el dolor dejaríamos al paciente en
observación y realizaríamos una gammagrafía con Tecnecio 99 entre los 3
días y una semana después.
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días puede empezar a deambular incorporándose a su vida previa en poco
tiempo. A largo plazo aquellos pacientes en los que se ha practicado una
osteosíntesis y esta ha consolidado convenientemente van a tener una gran
ventaja con respecto con respecto a aquellos que se les ha colocado una
prótesis.
Las ventajas de una artroplastia serían:
Movilización precoz, con menos complicaciones derivadas del encamamiento.
Elimina las complicaciones más frecuentes de estas fracturas, la necrosis avascular y la pseudoartrosis. Se ha intentado evaluar preoperatoriamente el estado vascular de la cabeza femoral . La gammagrafia no
ha demostrado tener sensibilidad ni especificidad suficientes, pero
parece ser que la RMN potenciada con gadopentetato de dimeglumina,
realizada en las primeras 24 horas podría diferenciar las cabezas femorales bien prefundidas mediante angiografía de sustracción de aquellas
que no lo están. En un futuro esta técnica diagnóstica nos podría dar la
indicación.
La artroplastia reduce el riesgo de reintervenciones debidas a complicaciones. Mientras que a los pacientes a los que se les ha practicado una
osteosíntesis sé reintervienen los 2 primeros años entre el 20 y el 36%,
la tasa de reo pe ración tras artroplastia es entre el 6 y el18%.
Las desventajas:
Cuando aparece un fallo mecánico de la prótesis o una infección las
intervenciones que hay que realizar son complicadas y los resultados
van en sentido descendente. En pacientes jóvenes una artroplastia
puede significar en el tener que reoperarse un buen número de veces a
lo largo de su vida.
Las artroplastias son operaciones más traumáticas para el paciente que
las osteosíntesis. Teniendo un mayor tiempo de exposición y un mayor
sangrado. La mortalidad inmediata para estos pacientes es algo mayor
llegando a igualarse al mes.
Los dos tercios de los pacientes tratados mediante osteosíntesis tendrán un resultado aceptable que durará el resto de sus vidas.
Figura 6Como complicaciones, la necrosis avascular se presenta en menos de un
10% en las fracturas sin desplazar y hasta en un 80% en las Garden Tipo IV. A
veces es sintomática y no tiene porque acompañarse de pseudoartrosis. Es
necesaria la reintervención en una tercera parte de los pacientes.
La pseudoartrosis va a aparecer al año en el 10-30% de los casos, siendo necesaria la reintervención en tres de cada cuatro pacientes.
Artroplastias
Artroplastia parcial cefálica: es la más utilizada, ideal en un paciente con un
cotila sano y poca demanda funcional y/o esperanza de vida. Normalmente
cementada es estable e indolora desde el primer momento (Figura 7). En pacientes
que han tenido una mayor demanda funcional pueden llegar a afectar al cartílago
acetabular teniendo que reconvertir a una prótesis total. En algunos modelos, en
este caso, no es necesario cambiar el vástago femoral sino sólo la cabeza.
Artroplastia parcial bipolar: Interpone entre el cotila y la cabeza femoral una
cúpula móvil, con el fin de reducir la fricción entre la cabeza femoral y el cotila y
tener mayor duración. Las indicaciones serían similares que en las prótesis parciales cefálicas. No estando demostrado que aporten ventajas significativas.
Artroplastia total: Dan buenos resultados sobretodos en pacientes ancianos
activos y con un buen estado general. Por el contrario la intervención es más complicada, el componente acetabular se fija más peor que en los pacientes intervenidos por coxartrosis, ya que estos tienen una mayor capa dura de hueso subcondral debido a la coxartrosis.
Indicaciones
Diversos estudios comparando osteosíntesis vs artroplastias a corto
plazo, dan mejores resultados a las artroplastias, el paciente a los pocos
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Existen diversos algoritmos para el tratamiento de estas fracturas, en
general todos coinciden que en pacientes menores de 65 años de edad, con
buen estado general se procedería a realizar una reducción abierta si fuera
necesario(11) (19) (20), estando la artroplastia descartada en principio,
excepto que el paciente tuviera previamente una degeneración de la articu lación coxofemoral importante.
Con pequeñas variaciones los diferentes protocolos suelen ser similares.
Fractura no desplazada o impactada en valgo:
Tornillos canulados
Fractura desplazada:
Fisiológicamente < de 75 años:
Reducción cerrada + osteosíntesis
Si no es posible:
o < 65 años reducción abierta + osteosíntesis
o >65 años artroplastia
Fisiológicamente > de 75 años:
Artroplastia
Artroplastias:
Poco deambulante y poco colaborador ,LE prótesis parcial cefálica
Deambulante y colaborador ,LE prótesis parcial bipolar
Coxartrosis, AR, tumor, fracaso de osteosíntesis ,LE prótesis total
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Existen tornillos absorbibles que en diversos estudios no se han encontrado diferencias con respecto al uso de tornillos metálicos (13).
Si existe osteopenia importante o conminución de la cortical lateral es más
estable la colocación de un sistema tornillo-placa, acompañado de tornillos
accesorios para controlar las fuerzas torcionales (Figura 6). En jóvenes no es
un sistema recomendable pudiéndose producir una diástasis de los fragmentos debido a la dureza del hueso.
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