El derecho a una indemnización por el retraso en el cobro del salario

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El derecho a una indemnización por el retraso en el cobro
del salario
Una trabajadora que percibía su retribución con retrasos de entre quince y veinte días pide la extinción
indemnizada de su contrato, sin que previamente hubiera reclamado a la empresa el pago puntual de sus
nóminas.
El Tribunal Supremo resuelve esta cuestión señalando que la falta de pago del salario o los retrasos continuados en su
abono autorizan la extinción causal del contrato, aunque no medie culpa empresarial. El requisito de la gravedad del
comportamiento es el que modela en cada caso el incumplimiento empresarial.
La culpa no sólo no es requisito, sino que incluso es indiferente que el impago o retraso continuado del salario venga
determinado por la mala situación económica de la compañía. Para que prospere la resolución del contrato de trabajo es
necesaria ?exclusivamente? la concurrencia del requisito de "gravedad" en el incumplimiento empresarial. A los efectos
de determinar si existe tal "gravedad" debe valorarse sólo si el retraso o impago es grave o trascendente en relación con
la obligación de pago puntual del salario, partiendo de un criterio objetivo, temporal y cuantitativo. Así, concurre tal
gravedad cuando el impago de los salarios no es un mero retraso esporádico, sino un comportamiento persistente, como
en este caso.
Por otra parte, el Supremo discrepa con el planteamiento de la compañía que señalaba que la trabajadora nunca se quejó
a la empresa, lo que convertía la demanda en intempestiva. Y discrepa porque con ella se introduce gratuitamente un
requisito inexistente en la Ley, puesto que la facultad de extinción del contrato no requiere intentos previos del
trabajador dirigidos a que el empresario cumpla con su obligación, sino que opera la causa extintiva de manera
totalmente objetiva; por otro lado, la normativa permite al perjudicado por el incumplimiento ajeno "escoger entre exigir
el cumplimiento o la resolución de la obligación, con el resarcimiento de daños y abono de intereses en ambos casos",
sin condicionar en forma alguna la solicitud de resolución del contrato a la previa exigencia de que la obligación sea
cumplida; además, comportaría inseguridad jurídica para el trabajador, que se vería en la impuesta y desconcertante
situación de esperar a que el retraso en el pago tenga la suficiente gravedad por su reiteración como para justificar la
resolución del contrato; admitir esto, no solamente supone la inválida renuncia al derecho de instar judicialmente la
extinción del contrato, sino que es una invitación a la litigiosidad, por sancionarse al trabajador más paciente con los
incumplimientos.
Enlace a la sentencia completa
José María Carpena, abogado
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Fecha artículo: vie 25 sep 2009 06:30:00 CEST
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