LA POESÍA HÍMNICO-CULTUAL DE ÉPOCA HELENÍSTICA E IMPERIAL. ESTADO DE LA INVESTIGACION Y RECIENTES HALLAZGOS Como señala Fraser l , en la época helenística la composición de himnos a deidades continuó en considerable escala e incluso se incrementó. Su afirmación puede hacerse extensible a la tardía época helenística o época romana. Aparte de que son muchos los himnos que pertenecen a este período, las características de publicación, transmisión y la propia función de gran parte de esta poesía impiden fijar una fecha que nos permita adscribirla con exclusivo derecho a la época helenística: son textos en su mayoría transmitidos en inscripciones o papiros (algunos son de transmisión indirecta), que sirvieron en el culto, para los que en ocasiones es posible fijar una larga vida entre la fecha de su composición y la de la fuente escrita que los ha conservado. La perduración de antiguos himnos en el culto está fuera de duda en las dos colecciones epidáuricas y en la colección ateniense de la piedra de Cassel, como Maas ha demostrado en Epidaurische Hymnen (Halle, 1933), así como en otros himnos conservados aisladamente 2. Modelos de las más recientes inscripciones pueden haber sido otras más antiguas o libros litúrgicos 3, 1 Ptolemaic Alexandria, Oxford, 1972, vol. 1, p. 650. Entre los ejemplos aislados que con seguridad son anteriores y en muchos siglos a las inscripciones que los transmiten están el peán de Sófocles a Asclepio (DIEHL,Anth. Lyr. I ~ p., 80): cf. J. H. OLNIER,«The Sarapion monument and the Paean of Sophocles», Hesperia 5, 1936, pp. 91122; el peán anónimo a Asclepio (POWELL, Coll. Alex., p. 136) compues.toprobablemente en la primera mitad del siglo I V en Atenas y transmitido con variantes en cuatro inscripciones de diferente fecha y lugar: Entras (s. I V a. C.), Ptolemaide (comienzos del s. 11 d. C.), Dión (finales del s. 11 d. C.), Atenas (s. 111 d. C); cf. P. BUELOW, «Ein vielgesungener Asklepiospaean», Xenia Bonnensia, BOM, 1929, pp. 35-49; el himno al Curos (POWELL, Coll. Alex., p. 160), que el análisis lingüístico ha permitido fecharlo en el siglo IV/III a. C., mientras que la inscripción que lo conserva es del siglo 111 d. C.; cf. M. L. WEST,«The Dictaean Hymn to Kouros)), JHS 85, 1965, pp. 150-159; M. GUARDUCCI, «Ancora sull'imo cretese a Zeus Dicteo)),Studi Levi, Vol. 11, Catania, 1974, pp. 3238 (= Scritti sceíti sulla religione greca e romana e su1 Cristianesimo, Leiden, 1983, pp. 38-44). 3 Colecciones de himnos a los dioses en los archivos de los templos parece que existieron desde muy pronto: vid. W. SCHMID-O. STAHLIN, Gesch. d. Gr. Lit., 1, p. 341, n. 3. P. Lit. Goodspeed 2 (inv. 101) (=PACK', 1620; POWFLL, Coll. Alex., pp. 82-89) del siglo 11 d. C. contiene fragmentos de una colección de himnos a los dioses (Afrodita-Isis, Apolo, Dioniso y Artemis-Hécate) en hexametros, de época ptolemaica. P. Berol. 21 160 del siglo 11 d. C. parece ser también una colección de himnos a diferentes dioses (Anubis, Afrodita); los himnos, muy fragmentarios, muestran un estrecho parentesco estilístico con la poesía cultual helenística: vid. H. MAEHLER, «Griechische Literarische Papyri», ZPE 4, 1969, pp. 81-122. 2 384 FRANCISCA PORDOMINGO e incluso no sería aberrante postular, sin excluir lo anterior, una ocasional tradición oral de los mismos. La importancia de estos textos para la historia de la religión griega es innegable en la medida en que atestiguan todavía cultos a deidades tradicionales en fiestas públicas, a pesar del creciente auge de la religión más intimista y de tipo mistérico; pero, al mismo tiempo, en sus contenidos religiosos observamos nuevas orientaciones y un creciente sincretismo. La nueva orientación religiosa se deja sentir en el hecho de que las deidades que gozan del privilegio de ser cantadas siguen siendo olímpicas, pero aquellas más populares y en sus facetas más populares: Dioniso y Apolo, éste no sólo como dios de la música y de la mántica, sino que, acentuando su ya primitiva faceta de dios preservador del peligro, aparece ahora muy vinculado a Asclepio, el dios de la medicina, que gozará en esta época de auténtico protagonismo junto con las divinidades salutíferas de su círculo. Dioses agrarios como Deméter, Pan, el Curos o los Dáctilos Ideos. El sincretismo se deja sentir ya en el tratamiento de la figura de la dea mater (Maas, Ep. Hymn., n.' 3 ) , por citar un ejemplo temprano y significativo, así como un cierto carácter cósmico en los himnos a todos los dioses (Maas, Ep. Hymn., n. O 1; P. Col. inv. 1174 4). Al mismo tiempo llaman la atención, como algo característico de la época, los himnos dedicados a abstracciones divinizadas o a personajes políticos de acuerdo con el nuevo culto a los monarcas helenísticos. Pero su importancia no es menor para la historia literaria y la del género hímnico. Se presentan como un islote en medio del carácter libresco de la poesía helenística y ello en el doble sentido del término, poesía erudita y destinada a la lectura. Aunque en mayor o menor grado tiene influencia de la lírica culta, esta poesía es heredera directa de la vieja poesía sacra de los griegos, de la que conservamos algunas muestras muy primitivas (el himno de las mujeres eleas a Dioniso, el de las leneas al mismo dios o la plegaria a Zeus de los atenienses, entre unos pocos ejemplos más: Page, PMG, Carminapopularia, nums. 8 , 25, 26) y en la que se inspiró la hímnica culta de los poetas monódicos y corales y la hímnica del drama. Su entronque popular y ritual parece bastante claro, situándose en una línea, dentro del género hímnico, paralela a la de los himnos de Calímaco, herederos más directos de la tradición de los himnos homéricos. A pesar de ello, estos textos han adolecido, con honrosas excepciones S, de un cierto abandono. Suelen estar ausentes incluso de tratados 4 Kolner Papyri 1 (Papyrologica Coloniensia VII), Opladen, 1976, p. 24. S Además de los trabajos monográficos sobre cada texto, mencionados en otros lugares de este artículo, como tratamientos de conjunto muy útiles, aunque nunca totalmente abarcativos, han de ser citados: J. U. POWELL, New Chapters in ¿he History of Greek Li- monográficos de la poesía helenística e imperial 6 y, lo que es más grave, falta una presentación conjunta del material. Ello puede explicarse por la falta de atractivo literario que algunas muestras presentan (se ha hablado de subliteratura), pero quizá más por la dispersión de su origen: es necesario rastrear en publicaciones epigráficas, papirológicas y ediciones de fuentes para la recogida del material, así como en publicaciones de muy distinto tipo para la bibliografía sobre el mismo 7. Pero, justamente por esta razón, se hace más perentoria la necesidad de una edición comentada de todos ellos, en la que el comentario filológico individualizado vaya precedido de una introducción en la que se recojan conclusiones generales sobre forma literaria (quizá es posible establecer una tipología dentro del género), lengua, métrica, temas religiosos y función en el culto, con reproducciones fotográficas o facsírniles de originales y un léxico-índice, que ayudaría en la identificación de textos muy fragmentarios que a su vez proporcionarían útiles paralelos. La mayor parte de los himnos de la época helenística aparecen editados en J. U. Powell, Collectanea Alexandrina, Oxford, 1925 (reimpr. 1970) y los de la época imperial en E. Heitsch, Die Grieckiscken Dickterfragmente der romiscken Kaiserzeit, 2 vols., Gottingen 19632; unas pocas muestras rescatadas de papiros o de la transmisión directa posteriormente a la edición de Powell, en el recientemente publicado Supplernenturn Hellenisticum, por H. Lloyd-Jones y P. Parsons, Berlín-N. York, 1983 (no incluye epigrapkica); los himnos epidáuricos (IG IV 12, 129-134) y los de la piedra de Cassel (IG 111 1, 171) en la ya citada edición comentada de Maas, Epidauriscke Hyrnnen, modélica para textos epigráficos. Diehl, en la última parte de su Antkologia Lyrica, Leipzig, 19422 (11 6, pp. 48 SS.), dedicada a textos helenísticos, recoge himnos de esta época, y en 11 5, pp. 145 SS. algunos de los epidáuricos que quizá terature, Oxford, 3 vols., vol. l." 1921, pp. 41-45;vol. 2.O 1929, pp. 61-62;vol. 3.O 1933, pp. 195-210.F. R. ADRADOS, Lírica griega arcaica, Madrid, 1980,con introducción y notas a la traducción de esta poesía hímnica en el capítulo «Lírica coral ritual de tipo hímnico» (pp. 57-88). Respecto a su significado religioso vid. fundamentalmente, E. DES PLACES,«La priere cultuelle dans la Crece ancienne)), RSR 33, 1959, pp. 343-359; ~ H y m n e sgrecs au seuil de l'kre chrétienne)), Biblica 38, 1957,pp. 1 13-129;M. P. NILSSON,Gesch. der griech. Rel., 112, pp. 57 SS. y 360 SS. 6 Están ausentes de A. KORTE-P. HANDEL,La poesía helenística, Barcelona, 1973 Geschichte der griechischen Literatur in der Alexandri(l.=ed. al. 1925); de F. SUSEMIHL, nerzeit, 2 vols., Leipzig, 1891-1892(Olms, 1965). En cambio, encontramos un capítulo dedicado a ellos en R. CANTARELLA, La literatura griega de época helenística e imperial, Buenos Aires, 1972 (l.= ed. it. 1968), pp. 129-136. 7 Para los años 1895-1905contamos con dos reseñas bibliográficas: J. SITZLER (18951898), JAW 104, pp. 144-145;0. GRUPPE(1898-1905),JAW 137, pp. 115-118. 386 FRANCISCA PORDOMINGO sean de un momento ligeramente anterior (y por ello recogidos también en Page, PMG, 935, 936, 937), así como el peán de Arifrón de Sición a Higía (Page, PMG, 813). Muy útil para los textos papirológicos recogidos, por sus notas y traducción, es Select Papyri 111, Literary Papyri Poetry, Cambridge-London, 1941, de Page. Ahora bien, hay textos hímnicos que no aparecen en ninguna de las ediciones anteriormente mencionadas; unos desde hace tiempo conocidos, tal el himno a Apolo de una inscripción de Susa (SEG VII, 1934, 14) 8 0 el himno de Nicíades a una diosa (quizá Ártemis) inscrito en Paros (IG XII, 5, 229) 9; otros más recientemente editados o que han recibido importantes añadidos: un himno a todos los dioses (P. Col. inv. 1171, cit. 19, los himnos muy fragmentarios de P. Berol. 21160 (cit.), el himno a Atenea IG 112, 4347, aumentado por nuevos fragmentos 11, y el peán de Macedónico a Apolo y a Asclepio (Coll. Alex. pp. 138 SS.),que se ha visto enormemente completado tras la reciente aparición de un nuevo fragmento de la estela en la que está grabado. Se hace asimismo necesaria una revisión de los corpora de epigramas (G. Kaibel, Epigrammata Graeca, Berlín-Frankfurt, 1879, dedica una pequeña sección a Hymni, donde está recogido el citado texto de la piedra de Cassel, pero en el resto del libro aparecen ejemplos quizá de himnos, como los núms. 818 y 796, que corresponden a los himnos a Ártemis y Atenea que acaban de ser citados también) y de la Anthologia Palatina. En R. A. Pack, The Greek and Latin Literary Textsfrom Greco-Roman Egypt, Ann Arbor, 19652,hay referencias a textos cuyo carácter hímnico es dudoso: n." 1814 (Lepilio o himno?), 1858 (quizá un himno a Pan), 1859 (quizá un himno a Deméter), 1920 (quizá un canto ritual), 1934 (un himno a Helios o a uno de los Ptolomeos) y 1928, 1938 (dos peanes muy fragmentarios = Page, PMG, 1035 y 922). De especial interés es el nuevo hallazgo epigráfico del peán de Macedónico a Apolo y a Asclepio. El peán había sido transmitido en una estela hallada en el Asclepieion de Atenas, publicada por Kournanoudes (AthenaZon 6, 1877, p. 143), a la que, además de estar dividida en tres trozos, le faltaba todo el ángulo superior derecho. Peek, en un reciente trabajo epigráfko, daba el nuevo texto del peán tras la incorporación de 8 Cf. A. J. FESTUGIERE, «Une formule conclusive dans la prikre antique)), SO 28, 1950, pp. 89-94; POWELL, New Chapters 111, p. 202. F. QUEYREL, «Un hymne parien a Artémis Polo: ZG XII 5, 229», ZPE 44, 1981, PP. 103-104. lo Cf.L. KOENEN-J. KRAMER, ((Adespotum: Hymnus auf den Allgott)), ZPE 4, 1969, pp. 19-21. l1 D. PEPPAS-DELMOUSOU-R. S. STROUD, Ath. Ann. Arch. 6,,1973, pp. 293-295; W. PEEK,«ZU einem athenischen 'Hymn to Athena')), ZPE 15, 1974, pp. 225-226, que propone una nueva reconstrucción. un gran fragmento publicado por Woodhead en SEG XXIII, 1968, 126 12. El peán, a pesar del nuevo hallazgo, sigue siendo ligeramente fragmentario en su margen derecho, pero el nuevo fragmento completa el epígrafe, dándonos completo el nombre del poeta MaxsSov~.xÓ~ -hasta ahora sólo se leía Maxs ..., que los editores completaban MaxsSóvto~(Bergk MaxsSóv) e identificaban con el epigramatista de la Corona de Filipo (AP IX 275; XI 27, 39)- y el étnico, y llena casi completamente la gran laguna de las ocho primeras líneas 13. El hallazgo, como hace notar Peek, ha pasado desapercibido. Aparte de la necesaria integración en un Corpus monotemático, está la necesidad de un estudio actualizado. El conocimiento de los textos hírnnicos de transmisión directa comienza en las Últimas décadas del siglo pasado, a raíz de la recuperación de los papiros y de las excavaciones de Delfos, Atenas, Epidauro, Eritras, Palaikastro, etc., importantes centros de culto todavía en época helenística e imperial, con los consiguientes hallazgos epigráficos. Algunos de estos textos, tras la editio princeps, recibieron especial atención, como los peanes délficos de Limenio y anónimo a Apolo (Coll. Alex., pp. 141 y SS.), con sus anotaciones musicales; el peán de Filodamo de Escarfia a Dioniso (Coll. Alex., pp. 165 SS.)l4 o el de Isilo de Epidauro a Asclepio 15. Otros han seguido despertando interés, como el himno al Curos de Palaikastro (Coll. Alex., pp. 160 SS.)l6 l2 W. PEEK,Attische Versinschriften,Abh. d. Sach. Akad. d. Wiss. z. Leipzig 69, 2, Berlin, 1980, p. 45. El fragmento fue publicado por N. PLATON,Delt. Arch. 18 (B/l), 1963, Chronica, p. 20, quien lo identificó con el resto de la estela. 13 F. PORDOMINGO, «El Peán de Macedónico a Apolo y a Asclepio. Un nuevo hallazgo epigráfico», Corolla Londiniensis 111 (en prensa). Se trata de una edición comentada y un estudio de la lengua, métrica y forma literaria del peán. 14 H. WEIL,Études de littérature et de rythmique grecques, Paris, 1902, pp. 29 y SS., recoge sus trabajos sobre el peán de Filodamo, el de Aristonoo y los dos himnos délficos con ocasión de la editio princeps: BCH 19, 1895, p. 403 y SS., 548, 21, 1897, pp. 510-513; BCH 17, 1893, p. 561 y SS.; BCH 17, 1893, p. 569 y SS., 18, 1894, p. 359 y SS.; BCH 18, 1894, p. 345 y SS. O. CRUSIUS,Die delphischen Hymnen, Gottingen, 1894; F. D. F. ALLEN,«The Delphian hymn to Apollo~,HSPh, 1898, pp. 55-60; W. WOLGRAFF, «Le péan delphique a Dionysos)), BCH, 1924, p. 97 y SS.; 1925, p. 104 y SS.; 1926, pp. 263-304; 1927, pp. 42368; P. W. MOENS,De twe delphische hymnen met musieknoten, Diss. UtrCcht, 1930; E. MARTIN,Essai de restitution rythmique de quelques fragments notés de la musique grecque, Paris, 1952, c. 11 dedicado a los himnos délficos; E. POHLMAN,Denkmaler altgriechischer Musik, Nürnberg, 1970, pp. 58-76. 15 U. v. WILAMOWITZ-MOELLENDORF, Isyllos von Epidauros, Berlin, 1886, un estudio muy completo sobre los poemas de Isilo, su significado histórico y religioso y sobre la métrica. 16 Además del comentario de WESTy el art. de GUARDUCCI cits. (n. l), cf. J. HARRISON, Themis, Cambridge, 1972', c. 1 «The Hymn of the Kouretew; GUARDUCCI, «L'inno a Zeus Dicteon, Studi e Materiali di Storia delle Religioni, 1939, pp. 1-22; C. M. BOWRA, «A Cretan 388 FRANCISCA PORDOMINGO o el himno a la Madre de los dioses (Maas, Ep. Hymn., n.' 3) 17. Pero, sin entrar ahora en una relación detallada del estado de la investigación de cada texto, son muchos más los que desde entonces han recibido una atención mínima (así el peán a Apolo y el himno a Hestia délficos, de Aristónoo de Corinto (Coll. Alex., pp. 162 SS.),y aquellos comentarios o estudios, a veces muy breves, necesitan una actualización a la luz de los nuevos hallazgos y trabajos en otros géneros de poesía lírica durante este siglo. Somos conscientes de que la formación de un corpus de poesía hímnica de época helenística e imperial, de generalizado carácter cultual, exige unas delimitaciones no fáciles de trazar. Una delimitación con respecto a los himnos de Calímaco, herederos de la tradición representada por los himnos homéricos, que a pesar de los toques de realismo difícilmente pudieron servir en el culto, quizá con la excepción del Himno a Delos; de la poesía hímnica filosófica, representada entre otros ejemplos por el himno a Zeus de Cleantes (Coll. Alex., p. 227 s.) 18,de los Himnos Órficos, que constituyen un corpus formalmente bastante homogéneo 19;de los himnos y aretalogías a divinidades orientales y de los himnos mágicos. Los límites son borrosos, tanto por el sincretismo en los contenidos religiosos como por la evolución hacia formas aretalógicas o de tipo órfico en la hímnica griega tardía, y, en situaciones tales, sólo el análisis detallado aconsejará alinearlos según el tema de interés aquí expresado por nosotros. Se hace asimismo necesaria una delimitación con el himno cristiano primitivo, portador de una nueva espiritualidad 20. Dos grupos de composiciones, sin embargo, como ya indicamos, deberían ser incluidas como características de la poesía hímnica helenística e imperial: los himnos a abstracciones divinizadas (Higía, la Fortuna, la Virtud [Page, PMG, 813, 1019, 842; en Coll. Alex., p. 196 otro himno a la Fortuna], Eutéleia [Suppl. Hell., 3611) y los dedicados a personalidades políticas o monarcas helenísticos de ejecución ocasional 21. Hymnn, Essays in honor of F. Letters, Melbourne, 1966, pp. 31-46; A. MOTTE,Prairies et Jardins de la Gr2ce Antique, Bruxelles, 1971, pp. 50-60. 17 K. MCTNSCHER,«ZU den neuen Hymnen aus Epidaurosn, Ph W 52, 1932, pp. 10311046; W. S. W. KOSTER,De Epidaurische Hymne op de Magna Mater, Amsterdam, 1962. l8 D. GIORDANO, Inni filosofici greci, Bolonia, 1957; E . DES PLACES,«La priere des (Xleanthes philosophes grecs», Gregorianum 41, 1960, pp. 253-272; U. v. WILAMOWITZ, Zeushymnus~,Hellenistiche Dichtung in der Zeit des Kallimachos, 2 vols., Berlin, vol. 11, 1924, pp. 257 y SS.; G. ZUNTZ,«Zum Hymnus des Kleanthes)), RhM 94, 1951, pp. 337-41. l9 E. ABEL,Orphica, Leipzig, 1885 (reimpr. 1971). 20 Cf.M. BRIOSO,Aspectos y problemas del himno cristiano primitivo (Investigación sobre las formas de los himnos en lengua griega), Salamanca, 1972. 21 Además del himno itifálico a Demetrio Poliorcetes (cf. F. PORDOMINGO, «El Himno itifálico a Demetrio Poliorcetes~,Homenaje al Prof. F. R. Adrados [en prensa], los Hay algunos aspectos de la investigación de estos himnos que quiero destacar. En primer lugar, el aludido carácter ritual o de himnos litúrgicos que a una parte de ellos, creemos que con bastante derecho, les pertenece, pero que no es unánimemente aceptado por los críticos. En época helenística e imperial sabemos por las inscripciones de la existencia de gremios de himnodas que sustituyeron a los antiguos coreutas amateurs: los molpoí en Mileto al servicio de Apolo, el más antiguo conocido; además de los technftae, que atendían las celebraciones de Dioniso (pero no sólo éstas, también cultos a monarcas), tenemos noticias de los Eunefdae en Atenas, un genos orchestdn kai kitharistdn. Según Polibio, IV 20, 8, el canto hímnico todavía en época helenística era especialmente cultivado en Arcadia y era aquí objeto de la enseñanza de los jóvenes 22. Y hay datos obtenidos de las propias inscripciones que transmiten nuestros textos hímnicos: en el monumento a Sarapion que transmite, entre otros textos, el peán de Sófocles a Asclepio (IG 111, 1, Add. 1719, aparece una lista de los paianistaí que cantaron el peán en el 174/175. En la inscripción que transmite el peán de Filodamo de Escarfia a Dioniso (Dittenberger, ~ ~ l l o270) ~ e figura ~ , a continuación de éste un decreto honorífico de la ciudad de Delfos a favor del poeta y de sus hermanos, quizá ejecutores del peán. En la larga inscripción de Isilo de Epidauro (IG IV, 12, 128) el poeta explica la ocasión y el rito de la fiesta, la institución del culto de Apolo maleata y sus relaciones con Asclepio. Algunos estudiosos, ante la evidente ejecución pública en fiestas religiosas de estos textos, han pensado en textos de competiciones poéticas, que los poetas coronados gustaban de depositar en los santuarios y grabarlos para que pasaran a la posteridad 23. Pero, ante estas dudas y sin excluir que algunos pudieron ser himnos premiados en un concurso, otros argumentos y noticias pueden ser añadidos a favor de nuestra hipótesis: el decreto honorífico de Cleócares (Dittenberger, Sylloge3, 450) menciona entre los honores concedidos al poeta ateniense, compositor peanes a Seleuco y Tito Flaminino (Coll. Alex., pp. 173 y SS.), el peán a Lisandro (DIEHL, Anth. Lyr., 11, 52, p. 103), el canto coral de Seirón de Solos a Demetrio de Falero (Suppl. Hell., p. 145) y el himno a Antínoo (MITFORD, The Znscriptions of Kourion, Philadelphia, 1971, n.O 104), comentado por W. D. LEBEK,«Ein Hymnus auf ~ntinoos»:ZPE 12, 1973, pp. 101-137. 22 Cf. W. SCHMID-O. STAHLIN, Gesch. d. Gr. Lit., 1, pp. 340-41 y n. 1; F. POLAND, Geschichte des griech. Vereinswesens, Leipzig, 1909, pp. 40 y SS., que recoge los testimonios en las inscripciones de los gremios de himnodas en Grecia. 23 WEIL, o.c., p. 29. MAAS,o.c., p. 155, n. 1, a propósito de los peanes de Filodamo, Aristónoo, Isilo y Limenio, piensa que fueron hechos grabar por ellos mismos o en su honor y que sólo esporádicamente fueron utilizados en el culto. 390 FRANCISCA PORDOMINGO de un prosodio, un peán y un himno en alabanza de Apolo, el hecho de que cada año el maestro del coro enseñará a los jóvenes aquellos tres poemas para que sean ejecutados en Delfos en las Teoxenia, fiesta de primavera. Hemos aludido ya a la perduración de estos himnos en el culto, como parece deducirse del largo período de tiempo que media entre su composición y la fecha de las inscripciones en las que están grabados. Hay testimonios en la literatura que apuntan a lo mismo: Luciano, Demosth. 27; Porphyr, de abst. 2, 18; Juliano, ep. 89b, p. 301d Hertlein. Algunos datos pueden ser obtenidos del propio texto de los himnos. Entre las variantes del peán a Asclepio de Eritras (Coll. Alex., pp. 136 SS.) hay una significativa a propósito del topos de la petición por la ciudad: XaTpÉ pot, 'ihaoc 6' Entvío~o/ zav Epav nóhtv E U ~ Ú X O ~ O V (Eritras); r5pszÉpav nóhtv EUPÚXOPOV (Ptolemaide); A ~ í o v nóhtv ~UpÚ~opov (Dión); las tres con problemas métricos. Esto apunta, en opinión de Powe1124, a que las copias de un peán apropiado a Asclepio eran suplidas desde algún centro para uso de la ciudad que las requería, con un blanco para ser rellenado con el nombre específico de la ciudad. Si la copia ateniense estuviera completa, encontraríamos algo como 'AzOiGa K~xponiavnóhtv, que encontramos en el peán ateniense de Macedónico (Coll. Alex., pp. 138 SS.). Hay que añadir además las alusiones al ritual, dentro de la narración mítica, que aparecen en algunos himnos, como en el peán de Filodamo de Escarfia a Dioniso (Coll. Alex., pp. 165 SS.). Los decretos de proxenia dados por los delfios a poetas compositores de himnos para las grandes celebraciones del santuario nos introducen en otro aspecto, que es el de la autoría de estos textos. M. Guarducci, en un interesante artículo 25, ha reunido los testimonios epigráficos de lo que ella denomina el género de la cultura ambulante, característico de la época helenística: poetas, músicos, filósofos, eruditos, que por el deseo ya de gloria ya de lucro vagaban de ciudad en ciudad ofreciendo sus servicios. Los étnicos que acompañan a los nombres de los poetas en las inscripciones delatan lugares de proveniencia dispares: Macedónico de Antípolis, autor del peán ateniense a Apolo y a Asclepio; Aristónoo de Corinto, autor de himnos délficos; Limenio, ateniense, autor de uno de los peanes délficos que ha conservado notación musical. Hay, sin embargo, cuestiones de paternidad que hpy que elucidar: ¿fue Cleócares, 24 New Chapters, 1, p. 49. 25 «Poeti vaganti e conferenzieri dell'eta ellenistica. Ricerche di epigrafia greca nel campo della letteratura e del costume)), Memoria della R. Accademia Nazionale dei Lincei, VI (2), 9, Roma, 1929, pp. 629-665. destinatario del decreto honorífico ,de la inscripción 662 Dittenberger (Sylloge2), autor del himno délfico anónimo? ¿fue Hermocles de Cízico, o Hermipo, el autor del himno itifálico a Demetrio Poliorcetes? ¿ha de ser identificado Castorión de Solos, poeta de finales del siglo IV a. C. conocido como autor de himnos (Ath. X, 455a ha conservado fragmentos de un himno a Pan, XII 542e de un poema en elogio de Demetrio Poliorcetes), con Seirón de Solos, autor de un himno en el que celebraba a Demetrio de Falero y del que quedan dos versos (Page, PMG, 845 = Suppl. Hell., 312)? ¿fue Demetrio de Falero autor de peanes (Diog. L. V 76)? La negación de Arión, como pensaron Bergk y Diehl, de la autoría del Himno a Poseidón hoy parece clara (Page, PMG, 939). Son muchos los textos anónimos. Las cuestiones de contenido, puesto que han sido las más tratadas en los diversos trabajos, no las abordamos aquí. Por el contrario, una investigación minuciosa de la lengua se hace muy necesaria, entre otras razones para poder fechar estos textos. Es communis opinio el uso generalizado en ellos del dorio literario heredado de la lírica coral culta. Sin embargo, la casuística en este campo es muy variada: en el Peán de Macedónico a Apolo y a Asclepio, por ejemplo, hay ausencia de todo dorismo, y la lengua es Koiné con influjo épico. Y, sin negar la herencia culta en la lengua, y en la métrica -en general metros líricos- 26,tanto en estos aspectos como en particulares tratamientos del mito -cf., por ejemplo, el tratamiento del mito de Asclepio hecho por Isilo, vinculándolo a la historia de Epidauro, o el de Limenio del mito de Apolo en el Peán délfico, adaptándolo a la historia de su patria Atenas- se deja sentir el influjo local. Son textos, en ultima instancia, con un status especial a medio camino entre la poesía popular y la culta. Francisca PORDOMINGO Universidad de Salamanca 26 Para el análisis métrico de estos textos vid. U. v. WILAMOWITZ, Griechische Verskunst, Berlin, 1921; M . L. WEST, Greek Metre, Oxford, 1982, pp. 138 y SS., 165 y SS. y ((Metrical analyses: Timotheos and others)), ZPE 45, 1982, pp. 1-13 así como los citados ZsylIus..., pp. 125-61 y MAAS,Epid. Hymn. trabajos de WILAMOWITZ,