COMPETIR PARA... SEGUIR COMPITIENDO Competir parece tener mala prensa fuera del deporte, del alto rendimiento. Muchos reniegan de competir, lo rechazan, no tienen espíritu competitivo y les gustaría bajarse de esta vida tan competitiva. No soy uno de esos. Con todo el respeto hacia otros puntos de vista pienso que es momento de reivindicar el competir como la expresión de diferentes valores. COMPETIR es la expresión de los valores 1) SUPERACIÓN PERSONAL, 2) ESFUERZO, 3) RESILIENCIA y 4) TRABAJO EN EQUIPO. Estar siempre abierto a aprender y mejorar, superarse uno mismo en sus tareas, trabajar mejor hoy que ayer, esforzarse, superar las propias barreras (temores, enfados, estrés, desánimo), superar las dificultades, contratiempos y adversidades, y utilizar al otro como argumento para seguir aprendiendo y mejorando son actitudes propias de “saber competir”. Competir consiste en vivir un DUELO, enfrentamiento, pelea, rivalidad, competencia con un RIVAL al que has de superar para que él no lo haga contigo. El mayor rival siempre es UNO MISMO, sus barreras internas que le impiden desatar todo su talento, desarrollar todo su potencial y le restan bienestar emocional. Compites contra ti mismo por mejorar tu trabajo, desarrollar tus habilidades o competencias, erradicar las excusas, superar temores, inseguridades, enfados… por ser más autónomo como persona y por incrementar tu propio bienestar emocional. Vivir el duelo es mucho más que pensar en mejorar, es SENTIR la disputa interna en tu enfrentamiento contigo mismo, en el que te gusta superarte (ganar) y lamentas no hacerlo. Conforme “ganas” en este duelo interno vas superando tus barreras y vas estando en disposición de abrirte a otras personas y encontrar cómplices para trabajar en EQUIPO. Competir NO consiste en tratar de superar al otro de cualquier manera, incluso traicionando la ética personal. Competir NO es querer ganar a cualquier precio, ganar sí o sí, ganar como sea, ni enfurecer cuando se pierde. Competir NO consiste en ser un egoísta recalcitrante, insolidario, pendiente solo de lograr las metas individuales. Competir, entendido de esta forma, NADA tiene que ver con lo que es realmente competir, superación personal. ¿Qué ACTITUDES se identifican detrás del concepto de COMPETIR? • Darlo lo máximo, conducirse siempre desde el máximo esfuerzo. • Poner los cinco sentidos, máxima concentración, para hacer el mejor trabajo posible. • Tratar de hacerlo hoy mejor que ayer, mañana mejor que hoy. • Ser proactivo, tomar iniciativas para provocar aquello que uno quiere que suceda. • Tomar decisiones de envergadura con rapidez, incluso desde la intuición, no desde la impulsividad. • Utilizar al otro como un estímulo para trabajar cada día más y mejor, quiero trabajar tan bien como los mejores. • Superar las propias barreras internas (dudas, temores, nervios, enfados, exceso de responsabilidad…), entendiendo que el mayor rival es uno mismo. • Gestionar el cambio, adversidad, contratiempo, imprevisto como un reto que abre nuevas oportunidades. • Vivir la dificultad y la exigencia como retos, nunca como amenazas. • Ser un buen estratega en la dificultad, moverse con inteligencia, tranquilidad y eficacia. • Perseverar, insistir, tener paciencia hasta lograr el objetivo. • Valorar los propios recursos o competencias, potenciar la autoconfianza, recordar quién es uno y cómo es capaz de trabajar, saberse capaz de hacer un buen trabajo. • Proyectar confianza y credibilidad, desde el esfuerzo y el trabajo bien hecho. No se puede esperar que apoyo y confianza si uno no es merecedor de ella. • Ser práctico, centrar la atención y poner toda la energía en aquello sobre lo que se tiene todo el control, siendo tolerante con aquello que queda fuera del propio margen de maniobra. • Aceptar la competencia interna como un estímulo, nunca como una amenaza. El compañero es un cómplice que ayuda, de la colaboración se beneficia el rendimiento del equipo • No se trata de ser el mejor, basta con saberse capaz de trabajar más y mejor que los “mejores”. • Moverse por ilusión, poner pasión en lo que uno hace. • Contagiar ilusión y motivación. • Vincular máximo esfuerzo y máxima satisfacción. • Moverse por metas próximas, por nuevos y sucesivos retos. • Respetar al rival o adversario. Éste examina, obliga a la superación, ayuda a desarrollar competencias o habilidades. • Entender, tolerar y neutralizar la frustración sin permitir que pase factura, disminuyendo la motivación o renunciando a las propias metas, sino utilizándola como estímulo para corregir y mejorar. • Erradicar la cultura de las excusas y autoengaños. • Buscar cómplices para hacer un trabajo común, trabajar en equipo. • Ser generoso y agradecido ante el esfuerzo del compañero. • Delegar, dejar hacer o dar asistencias para que otro marque el “gol”. • Ser afable, generar un clima cordial. • Resolver la discrepancia y conflicto desde el diálogo. • Buscar el protagonismo para el equipo por encima del personal. • Disponer de autodisciplina personal para impulsar un estilo de vida saludable. • Ser autónomo a nivel emocional de forma que las circunstancias dejan de zarandear y de influir en el estado de ánimo y en el rendimiento. COMPETIR consiste en entrenar y desarrollar una mentalidad de “todo terreno” o “superviviente” ante la dificultad o la exigencia La vida es un continuo devenir de situaciones a las que se ha de hacer frente gestionándolas con eficacia, superándolas. Es una carrera de fondo con obstáculos de mayor o menor dificultad. El examen para el estudiante, el conflicto con el amigo, la entrevista de trabajo, la lectura de la tesis, la oposición, los retos profesionales, la crisis de pareja, dirigir a un equipo de trabajo… siempre hay alguna situación que afrontar y superar. La vida exige una superación permanente de la que hay que llegar hacer un hábito, un estilo de vida, una fuente de satisfacción permanente. Lo contrario de competir es el lamento por el lamento, el desánimo, la excusa, el enfado, la envidia, rendirse y abandonar en ese afán de superación personal. Desde esta perspectiva competir se convierte en una meta, competir para seguir compitiendo, mejorar para seguir mejorando, competir para sentir la satisfacción inherente a cada una de las pequeñas o grandes victorias en los múltiples duelos consigo mismo. La meta no es tanto ganar como sentir cómo se avanza en el proceso de mejorar, sentir la satisfacción intrínseca a cada paso adelante y de llevar los propios límites cada vez más lejos. Competir para seguir compitiendo y así acercarse a la excelencia. José Carrascosa (Psicólogo del Deporte y Director de www.sabercompetir.com) www.futbolsesion.com