Mi apuesta por muerte digna “Cuando una persona está gravemente enferma la sociedad tiende a dejarla de lado. Y se olvida de valorarla como persona completa, de estimarla en toda su dignidad. Los músicos y las personas que cuidan a los enfermos tenemos en común que apreciamos lo que otras personas no ven. Por eso he querido tocar en este concierto”, ha explicado Guillaume, uno de los jóvenes intérpretes que amenizó el concierto benéfico en favor de Laguna, un hospital que nació durante el centenario de San Josemaría Escrivá con la aspiración de servir a los más necesitados, con una calidad científica excelente”. Y, es que en los años 30 el joven sacerdote estuvo recorriendo las calles de esa zona para ayudar a personas enfermas a bien morir. Hoy, Laguna ofrece una atención escalonada según las necesidades del enfermo, desde la atención a domicilio, al centro de día y al ingreso en el hospital de cuidados paliativos. Los cuidados paliativos están hechos de cosas pequeñas y sencillas. La ausencia de ruidos es muy importante, silencio, luz, color y sonrisas son algunos de los aspectos más visibles para el visitante que por primera vez visita el edificio. Los relatos de los familiares son impresionantes, hay quién dice que hay que verlo para creerlo. ¡Es increíble! Decía la hija de un paciente, el cariño con el que tratan a las personas. Ha esto, se le puede llamar, tener una “muerte digna”. Elena Baeza Villena