Doctrina Corporate LA EXTINCIÓN Y RESOLUCIÓN DEL CONTRATO DE DISTRIBUCIÓN EN LA JURISPRUDENCIA ENCARNA CORDERO LOBATO Catedrática de Derecho Civil Universidad de Castilla-La Mancha Of Counsel de PEREZ-LLORCA [email protected] Tel: (+34) 91 436 06 00 Fax: (+34) 91 436 04 30 www.perezllorca.com Resumen La terminación de los contratos de distribución, así como sus consecuencias, es desde hace algunos años una cuestión de enorme litigiosidad en nuestro Tribunales, que, más allá del efímero régimen a que fueron sometidos los contratos de distribución de vehículos a motor, hasta la fecha no ha sido objeto de una regulación. Caducó el Proyecto de Ley que fue presentado en la pasada Legislatura y no puede augurarse que vaya a prosperar la Proposición de Ley que, con idéntico contenido que el Proyecto caducado, ha presentado el Grupo Socialista. De este modo, a la hora de valorar las posibilidades y consecuencias asociadas a la terminación del contrato, así como el diseño de los contratos, sigue siendo esencial atender a la jurisprudencia existente sobre la materia. 1. A LA ESPERA DE UNA REGULACIÓN SOBRE LOS CONTRATOS DE DISTRIBUCIÓN Desde marzo de 2010 el Gobierno está obligado a promulgar una Ley que regule los contratos de distribución1. Este requerimiento fue parcialmente atendido al promulgar la Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible, cuya disposición adicional decimosexta introdujo una regulación exclusivamente aplicable a los contratos de distribución de vehículos a motor2, que habría de mantener su vigencia hasta la promulgación de la futura Ley de Contratos de Distribución. No obstante, esta parcial regulación fue flor de pocos días, pues su vigencia fue suspendida mediante la disposición final cuarta de la Ley 7/2011, de 11 de abril, hasta la entrada en vigor de la futura Ley, cuyo Proyecto de Ley llegó a presentarse en la pasada Legislatura3, y que en la actual ha sido retomado por el Grupo Socialista mediante la correspondiente Proposición de Ley4. El objeto de estas páginas es ofrecer al lector cuál es el panorama existente sobre uno de los extremos que mayor litigiosidad plantea en los contratos de distribución: la extinción de los mismos y sus consecuencias. Obsérvese que la diversidad de modelos regulatorios a los que hemos hecho referencia (a los que habrá que sumar la propia Ley 12/1992, reguladora del contrato de agencia, que tantas veces fue objeto de aplicación analógica por el TS a los contratos de distribución) no facilita la predicción sobre cuál será la regla de decisión finalmente aplicada. A lo largo del texto expondremos las diversas soluciones propuestas en los distintos modelos regulatorios en aspectos tan necesitados de una norma segura como, por ejemplo, plazos de preaviso, duración del contrato, costes indemnizatorios en caso de extinción o incumplimiento, etc. Por último, de conformidad con lo previsto en la disposición final cuarta de la Ley 7/2011, el Gobierno suscribió el 10 junio 2011 un código de buenas prácticas con las principales asociaciones del sector de automoción. No obstante, en el aspecto que ahora nos ocupa, en su conjunto este código no pasa de ser un conjunto de principios informadores del sector que no están concretados en modo alguno. Ni siquiera es de prever un descenso de la litigiosidad judicial en este ámbito, pues el procedimiento de mediación previsto no tiene por objeto ninguno de los aspectos relativos 1 Éste fue el mandato que se impuso al Gobierno a través de la Ley 1/2010, de 1 marzo, de reforma de la Ley 7/1996, de 15 de enero, de Ordenación del Comercio Minorista. 2 A juicio de algunos autores, esta norma no regulaba los contratos de distribución, pues su definición del núm. 1 de la citada disposición adicional era más propia de los contratos de agencia que de los de distribución (CARRASCO PERERA, Regulación de los contratos de distribución de vehículos automóviles e industriales. ¿Pero de verdad se ha derogado el régimen de los contratos de distribución de automóviles de la Ley de Economía Sostenible?, Diario La Ley núm. 7615, de 20 abril 2011). 3 Proyecto de Ley de Contratos de Distribución, BOCG, serie A, núm. 138-1, de 29 de junio de 2011. Proposición de Ley de Contratos de Distribución, BOCG, serie B, núm. 8-1, de 27de diciembre de 2011. 4 1 Doctrina Corporate a la extinción del contrato y a sus consecuencias. 2. EL INCUMPLIMIENTO RESOLUTORIO EN CONTRATOS DE DURACIÓN DETERMINADA E INDEFINIDA El incumplimiento de obligaciones esenciales del contrato de distribución faculta a la otra parte para resolverlo por incumplimiento, con derecho a ser indemnizada de los daños y perjuicios que se le hayan irrogado (art. 1124 CC, se prevé también en el art. 24 de la Proposición de Ley de Contratos de Distribución). Lógicamente, la parte que resuelve justificadamente no debe indemnizar a la otra por ningún concepto: ni por falta de preaviso, ni por daños y perjuicios de ninguna clase, ni por clientela [así se prevé también en el contrato de agencia, cfr. art. 30 a) de la Ley 12/1992; y se contempla igualmente en el art. 25.7 de la Proposición de Ley de Contratos de Distribución]. Ahora bien, no todo incumplimiento del distribuidor reúne las condiciones exigidas por la jurisprudencia para resolver. Los Tribunales no han considerado que los siguientes incumplimientos constituyan causa suficiente de resolución: - En la STS 13 mayo 2009 se consideró que el hecho de que los pedidos de la demandada no alcanzaran el mínimo pactado en el contrato no era de por sí constitutivo de incumplimiento resolutorio si este descenso obedecía a circunstancias de mercado y era objeto de conocimiento y consentimiento por el proveedor. Se estimó, además, que en todo caso no sería un incumplimiento total sino tan sólo parcial del contrato, y que no habría frustrado el fin económico del mismo. - El hecho de que se contravenga un acuerdo de marca única no siempre significa que el acreedor esté facultado para resolver por incumplimiento: en la AP de Madrid se decidió que no hay incumplimiento resolutorio si el distribuidor vende productos de otras marcas en una cantidad ínfima y es una práctica común en el sector de que se trate (en el caso se trataba de un 2% en ventas de cerveza, es la SAP Madrid 6 febrero 20065). Por otra parte, como después exponemos, es muy posible que las partes hayan establecido justas causas de desistimiento. Lo que interesa resaltar ahora es que no existe una completa ambivalencia de justas causas de resolución y de desistimiento, pues el desistimiento es procedente incluso ante incumplimientos que no revistan las cualidades exigibles para resolver conforme al artículo 1124 CC, por lo que puede desistirse ante incumplimientos que no facultarían para resolver por no tratarse de incumplimientos cualificados (prestaciones no principales, incumplimiento no grave, etc.). Por ejemplo: si así se ha pactado, es justa causa de desistimiento el descenso no acusado en las ventas, aunque tal circunstancia no faculte para resolver por incumplimiento del contrato (cfr. SAP Pontevedra 26 enero 20056, SAP Pontevedra 1 diciembre 20067). Por otra parte, en los contratos de distribución conviene pactar una cláusula penal, pues al tratarse de un contrato de tracto sucesivo, la resolución sólo puede tener efectos hacia el futuro, sin alcanzar a los efectos que se hayan agotado y sin que, por tanto, se pueda volver a la situación patrimonial inicial (cfr. STS 20 marzo 20078), por lo que el distribuidor no tendrá que devolver el beneficio que haya obtenido durante la vigencia del contrato. 3. DESISTIMIENTO Y PREAVISO Es jurisprudencia reiterada que en los contratos de distribución sólo han de indemnizarse los daños y perjuicios causados por el desistimiento cuando el mismo se produce sin justa causa o con abuso de derecho (entre otras muchas: STS 31 octubre 20029, STS 20 mayo 200410, STS 21 noviembre 200511, STS 21 marzo 200712, STS 25 abril 201113), circunstancias que ha de probar la parte que reclame la indemnización (STS 3 octubre 200214). Aunque la mayoría de los pronunciamientos están referidos a contratos de duración indefinida, también en los contratos de duración determinada podría ser posible el desistimiento con justa causa (cfr. arts. 1586, 1737, 1707, 1749, 1776 del CC; 5 JUR 2006\120086. JUR 2006\23125 7 JUR 3006\24660. 8 RJ 2007\2622. 9 RJ 2002\227. 10 RJ 2004\2786. 11 RJ 2005\7677. 12 RJ 2007\2620. 13 La Ley 44717/2011. 14 RJ 2002\9789. 6 2 Doctrina Corporate arts. 639 y 640 del Código de Comercio; art. 153 RRM/1996; arts. 252, 264.3, 266 y 380 del Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio, por el que se aprueba la Ley de Sociedades de Capital; art. 13 Ley 2/2007, de Sociedades Profesionales, se prevé también en el art. 22.1 de la Proposición de Ley de Contratos de Contratos de Distribución, etc.), posibilidad admitida para los contratos de distribución en la SAP Madrid 11 julio 200615 y también comprendida en el art. 16.3 a) Ley 3/1991, de Competencia Desleal, que al tratar este problema no distingue entre relaciones comerciales determinadas e indefinidas. En cualquier caso, debe distinguirse el desistimiento de la oposición a las prórrogas del contrato, pues esta última no está sujeta a los rigores temporales del preaviso, aunque en ambos casos se produce el mismo efecto: la terminación del contrato conforme a lo previsto sin derecho a indemnización (cfr. STS 23 enero 200716, STS 13 febrero 2009). Naturalmente, cuando el desistimiento esté justificado no sólo no hay derecho a indemnización por falta de preaviso, sino tampoco a la indemnización de cualquier coste asociado al ejercicio legítimo del derecho de desistimiento, como, por ejemplo, pérdida de imagen o reestructuración de personal (STS 28 enero 200217). Tampoco habrá lugar a indemnización por clientela si esta indemnización se excluyó en el contrato en los términos que después veremos, ni tampoco, entendemos, cuando el percibo de esta indemnización no sería posible de conformidad con lo dispuesto en la Ley 12/1992, reguladora del contrato de agencia. De este modo, no habrá lugar a indemnización por clientela cuando la justa causa de desistimiento consista precisamente en el incumplimiento contractual por parte del distribuidor [STS 23 junio 201018; cfr. art. 30 a) Ley 12/1992] o haya sido el distribuidor quien hubiese denunciado el contrato sin que concurra ninguna de las circunstancias contempladas en el artículo 30 b) de la Ley 12/1992 (denuncia por causas imputables al empresario o fundada en la edad, invalidez o enfermedad del agente que le impidan la continuidad de sus actividades). De acuerdo con la jurisprudencia, son justas causas de desistimiento del contrato de distribución, cuya concurrencia excluye la indemnización por falta de preaviso, las siguientes: - La más importante es, seguramente, el desistimiento con preaviso. En los contratos de duración indefinida esta posibilidad se admite aunque nada se haya pactado. No obstante, incluso en estos casos, el pacto será muy conveniente para establecer la cuantía de la indemnización por desistimiento abusivo, pues no hay modelo legal cuya aplicación analógica pudiera ser considerada (nada prevé al respecto el art. 25 de la Ley 12/1992) y también para evitar la incertidumbre sobre el plazo de preaviso que deba regir, ya que no hay un criterio jurisprudencial uniforme al respecto: en ausencia de plazo pactado, y aunque no sea aplicable analógicamente, se considera que el plazo del artículo 25 de la Ley 12/1992 es un modelo razonable (STS 28 enero 200219, STS 21 noviembre 200520), que determina lo irrazonable del plazo de dos meses (STS 28 enero 200221), pero no del plazo de tres meses (SAP Valencia 31 marzo 200622). Téngase en cuenta también que la legislación sobre competencia califica como desleal la ruptura de una relación comercial sin que haya existido preaviso por escrito y preciso con una antelación mínima de seis meses, salvo incumplimiento grave de las condiciones pactadas o fuerza mayor [art. 16.3 a) Ley 3/1991, de Competencia Desleal]. En la Proposición de Ley de Contratos de Distribución el plazo de preaviso es de 1 mes por cada año de vigencia del contrato con un máximo de 6 meses. Por otra parte, los Tribunales estiman que si hay preaviso y se trata de un contrato de duración indefinida, no es necesario que el desistimiento esté justificado en ninguna otra causa (STS 18 marzo 2004, STS 13 febrero 2009, 28 enero 2009, 22 mayo 2009). Por cierto, no creemos que sea admisible la previsión contractual de un desistimiento sin justa causa, sin preaviso y sin indemnización, no sólo por la proclividad de los Tribunales a recurrir al modelo del contrato de agencia, sino sobre todo porque ello sería contrario al artículo 1256 CC (cfr. el FD 2º de STS 21 noviembre 200523). 15 AC 2007\118. RJ 2007\594. 17 RJ 2002\2305. 18 La Ley 104020/2010. 19 RJ 2002\2305. 20 RJ 2005\7677. 21 RJ 2002\2305 22 AC 2006\1675. 23 RJ 2005\7677. 16 3 Doctrina Corporate En la Proposición de Ley de Contratos de Distribución la justificación del desistimiento es exigida de modo imperativo para admitir un desistimiento sin indemnización (cfr. sus arts. 22, 23 y 25). concurso [art. 26.1 b) Ley 12/1992], , con lo que no sería de aplicación la prohibición establecida en el art. 61.3 de la Ley 22/2003, excluida en aquellos casos en que las leyes permiten pactar la extinción del contrato en situaciones concursales o de liquidación administrativa de las partes (art. 63.2 Ley 22/2003). - También se ha admitido que es justa causa de desistimiento el incumplimiento del distribuidor [cfr. art. 16.3 a) Ley 3/1991, de Competencia Desleal; STS 31 mayo 200624; STS 20 mayo 200425]. Por ejemplo, que el distribuidor vulnere el acuerdo de marca única aceptando la representación de productos competidores (STS 10 marzo 200026); los impagos del distribuidor (STS 27 noviembre 200627, STS 17 mayo 199928); el descenso en las ventas (cfr. STS 17 mayo 199929), incluso aunque, por no revestir las especiales condiciones para ser calificado de incumplimiento contractual, el mismo no faculte para resolver el contrato por incumplimiento (cfr. SAP Pontevedra 26 enero 200530, SAP Pontevedra 1 diciembre 200631). - También se admite como justa causa de desistimiento la desestructuración de la empresa por muerte de socio fundador y administrador único, con la consiguiente pérdida de confianza en un contrato intuitu personae como es el de distribución (STS 22 diciembre 200634). - Es justa causa de desistimiento la toma de control del concedente por otra entidad mercantil que tiene su propia red de distribución (STS 18 julio 200035). - En los contratos de duración indefinida, también es justa causa de desistimiento la modificación - Se ha admitido como justa causa de desistimiento la situación patrimonial de crisis y quiebra técnica de las partes (STS 27 noviembre 200632). También la SAP Barcelona 7 marzo 200533, en un caso en que la crisis y quiebra del concedente se debía a la pérdida de la licencia de la marca distribuida, lo que impedía la continuidad en la distribución. Las justas causas de desistimiento fundadas en la situación financiera del distribuidor podrían reputarse válidas, pues hay que interpretar restrictivamente la prohibición contenida en el artículo 61.3 de la Ley 22/2003, Concursal, que sólo se refiere a la declaración de concurso. Aunque dado lo absurdo de esta consecuencia, no hay que descartar una futura interpretación distinta de la norma con el argumento a maiore ad minus. En cualquier caso, las mismas razones relativas a la similitud entre los contratos de distribución y de agencia que fundaron la aplicación analógica a los contratos de distribución de la indemnización por clientela establecida para los contratos de agencia, podrían justificar que pudiera ser de aplicación analógica a los contratos de distribución la regla sobre extinción de los contratos de agencia por declaración de unilateral del contrato que comporte una variación de elementos sustanciales y que no sean aceptadas justificadamente por la contraparte, singularmente en aquellos casos en los que las nuevas condiciones son inaceptables por rebasar los límites de la lógica comercial (STS 15 marzo 201136). No sucede lo mismo cuando la modificación unilateral de condiciones es razonable y justificada (SAP Pontevedra 7 febrero 2011, La Ley 16921/2011, donde se estima que la variación de las condiciones de pago está justificada en el acusado descenso de las ventas). Exponemos a continuación algunos supuestos en los que la jurisprudencia ha apreciado la existencia de un desistimiento abusivo: - Es abusivo el desistimiento sin preaviso cuando el distribuidor cuenta con un copioso stock (STS 31 mayo 200637) y, muy especialmente, si estaba obligado a ello por contrato y no hay obligación de recompra a cargo del proveedor. 24 32 25 33 RJ 2006\3509. RJ 2004\2786. 26 RJ 2000\2479. 27 RJ 2007\272. 28 RJ 1999\4046. 29 RJ 1999\4046. 30 JUR 2006\23125. 31 JUR 2006\24660. RJ 2007\272. JUR 2005\116765. 34 RJ 2007\263. 35 RJ 2000\6809. 36 RJ 2011\3321. 37 RJ 2006\3509. 4 Doctrina Corporate - Igualmente es abusiva la conducta del proveedor que poco a poco va reduciendo el ámbito territorial de la distribución exclusiva alegando unos incumplimientos infundados con el fin de resolver el contrato sin indemnización (STS 30 noviembre 199938). 4. EL DAÑO INDEMNIZABLE POR FALTA DE PREAVISO Si el desistimiento está justificado sólo procede el resarcimiento de los daños causados por la falta de preaviso, no de los daños que provoque la resolución (justificada) del contrato (STS 16 septiembre 200339, 21 noviembre 200540, SAP Barcelona 14 septiembre 200641; se prevé así también en el art. 23.4 de la Proposición de Ley de Contratos de Distribución). Por ello no hay derecho a indemnización por falta de preaviso si el distribuidor cesa automáticamente su actividad sin aprovechar el (insuficiente, en el caso) tiempo de preaviso (STS 28 enero 200242). Y también por no ser propiamente un daño por falta de preaviso sino un daño de resolución no son indemnizables por aquel concepto los gastos no amortizados a los que se refiere el artículo 29 de la Ley 12/1992 (cfr. STS 22 diciembre 200643). No obstante, en la STS 21 marzo 200744 se concedió al demandante, como indemnización por daños y perjuicios en un caso de desistimiento sin preaviso, una cantidad que reflejaría incluso el incremento de clientela debido al esfuerzo empresarial del demandante, en un caso en que no se había pedido la indemnización por clientela del artículo 28 Ley de Contrato de Agencia. Por otra parte, en muchas sentencias la indemnización se estima procedente por el solo hecho de que no se haya desistido con justa causa, sin que se discuta en casación si existió o no daño. Pero el TS también ha declarado que para que haya lugar a indemnización hay que acreditar que el escaso margen temporal de preaviso causó un daño específico o una agravación que no se hubiera producido con un plazo ligeramente superior (STS 18 julio 200045, STS 22 abril 200246, STS 16 diciembre 200347, STS 9 febrero 200448). 38 RJ 1999\8439. RJ 2003\8665. 40 RJ 2005\7677. 41 AC 2006\542. 42 RJ 2002\2305. 43 RJ 2007\263. 44 RJ 2007\2620. 45 RJ 2000\6809. 46 RJ 2002\3311. 39 El TS ha entendido (STS 24 abril 200249) que entre los daños indemnizables se encuentra el del valor que representen los productos que el distribuidor tenga en stock en el momento en que se produzca el desistimiento (o, también, la resolución del contrato por incumplimiento del concedente). Además, en la SAP Madrid 20 de diciembre de 200450, en un caso de resolución de un contrato de distribución de vehículos por necesidad de reorganizar la red de distribuidores, se estimó que la limitación temporal de la obligación de recompra del stock, que contractualmente se había limitado a los productos adquiridos en los seis meses anteriores a la resolución del contrato, no era adecuada ni a la buena fe ni al justo equilibro de las prestaciones, debiendo entenderse la obligación de recompra sin dicho límite temporal con el fin de no dañar al contratante cumplidor. No obstante, los criterios anteriores no son de aplicación generalizada, pues en algún caso en que no existía pacto de recompra, no se condenó al productor a recomprar los productos en stock ni se estimó que hubiera enriquecimiento injusto por su parte (v. SAP Barcelona 14 septiembre 200651). Lo que sí es evidente es que si se condena a la readquisición del stock y, además, se concede indemnización de los daños y perjuicios, habrá enriquecimiento si el precio de readquisición del stock incluye el beneficio comercial (STS 12 diciembre 199052). En cuanto a la cuantía de la indemnización, todo parece posible, pues el TS ha admitido que la cuantía se fije acudiendo al criterio de promedio de ingresos anuales del distribuidor derivados de su relación con el demandado (STS 16 octubre 199553), pero también es posible (como se hizo en la STS 21 marzo 200754) que la cuantía ascienda a una cantidad equivalente a los beneficios netos que el distribuidor obtuvo por la distribución de los productos de aquél durante el año inmediatamente anterior a la extinción del contrato. 47 RJ 2003\8665. RJ 2004\1189. 49 RJ 2002\5244. 50 JUR 2005\33919. 51 AC 2007\542. 52 RJ 1990\9995. 53 RJ 1995\7408. Se utiliza también este criterio para fijar otras partidas indemnizatorias (v. STS 15 marzo 2011, RJ 2011\3321). 54 RJ 2007\2620. 48 5 Doctrina Corporate 5. EL DAÑO DE RESOLUCIÓN El daño de resolución es distinto al daño causado por la inobservancia del plazo de preaviso (entre muchas otras, STS 21 enero 2009, STS 20 mayo 2009). Mediante el daño de resolución se indemnizan los gastos no amortizados a los que se refiere el artículo 29 LCA, que es aplicado analógicamente al distribuidor, esto es, los gastos causados para poner en marcha o adecuar la empresa conforme a las instrucciones del proveedor que no hayan podido ser amortizados al extinguirse anticipadamente la relación (STS 20 febrero 2009 y las allí citadas). Además, y aunque no esté mencionado en el artículo 29 LCA, también es indemnizable el lucro cesante, cuyo resarcimiento está previsto en el artículo 1101 CC (entre las últimas, 30 abril 2010, STS 20 mayo 2009). La indemnización por daños y perjuicios es distinta y compatible con la indemnización por clientela (entre las últimas, STS 3 marzo 201155). No obstante, hay que tener en cuenta que el TS ha estimado que la indemnización del lucro cesante comprende necesariamente la indemnización por clientela (STS 15 mazo 201156). 6. OTRAS CONSECUENCIAS DERIVADAS DE LA EXTINCIÓN Y RESOLUCIÓN DEL CONTRATO Junto al eventual pacto de no competencia que se estipule (tal como vimos al tratar los acuerdos de inhibición de la competencia), a la eventual exclusión de la indemnización por clientela (como después veremos) y a lo relativo a la indemnización en caso de desistimiento unilateral, que acabamos de exponer, el contrato de distribución debería establecer a qué régimen van a estar sujetos los diversos elementos que han ligado a las partes durante la relación contractual. En particular: Ha de establecerse el cese en el uso de la propiedad industrial e intelectual que fue cedido en el contrato, equivalente a la del contrato57, con el fin de evitar que se aplique supletoriamente la regla que determina que las licencias de marcas y patentes tienen la misma duración que la que tenga el registro, incluidas sus renovaciones (cfr. art. 48.4 de la Ley 17/2001, de 7 de diciembre, de Marcas y art. 75.4 de la Ley 11/1986, de 20 de marzo, de Patentes). Además, el contrato también puede determinar cuáles sean las indemnizaciones correspondientes por el incumplimiento de la obligación de cesar en el uso de estos bienes, sobre todo si no se desea que se aplique el régimen establecido en la legislación de propiedad industrial. No obstante, no habrá utilización ilegítima si el distribuidor discute que exista una legítima extinción del contrato (STS 15 noviembre 199958). El contrato también debería referirse a la obligación de devolver la posesión de las instalaciones y maquinaria que pertenezcan al proveedor, el modo en que la misma se realizará, e incluso la indemnización que corresponderá al proveedor por la injustificada privación de la posesión (un caso en la STS 27 febrero 198959). Sería razonable que el contrato prohibiese que, una vez extinguido el contrato, el distribuidor pudiera realizar cualquier clase de publicidad o promoción que indujera a sus destinatarios a pensar que todavía comercializa los productos contractuales. Habrían de comprenderse aquí las siglas, signos e indicios de todo tipo que se asocien a la red de distribución. Igualmente, debería convenirse la restitución del material publicitario y documentación de los productos que haya sido facilitada por el suministrador. Para evitar la eventualidad de una condena a indemnizar las inversiones efectuadas por el distribuidor en los productos contractuales, en particular cuando el contrato obliga a mantener un cierto stock, pueden contenerse previsiones específicas relativas al mismo: o bien se permite que el distribuidor continúe en el uso de las marcas tras la finalización del contrato hasta que revenda el stock, con un máximo temporal, o bien se pacta que los productos en stock serán adquiridos por el proveedor al precio de suministro. 55 La Ley 4436/2011. RJ 2011\3321. 57 Sobre la litigiosidad en este ámbito, cfr. la STS 22 mayo 2009. 58 RJ 1999\8865. 59 RJ 1989\1402. 56 6 Doctrina Corporate 7. LA INDEMNIZACIÓN POR CLIENTELA Como es sabido, aun a falta de pacto, los tribunales han venido estimando procedente la indemnización por clientela en los contratos de distribución60 (entre las últimas, STS 21 enero 2009, STS 21 marzo 200761), incluidos aquéllos de duración determinada (STS 2 marzo 201162). Incluso sin estar comprendida en el artículo 28 de la Ley Contrato de Agencia, esta indemnización se orientaría por los criterios indicados en este precepto (un completo resumen de la jurisprudencia en este punto, en la STS 29 septiembre 2006, RJ 2006\6515). En muchos casos, la concesión de esta indemnización se funda en una aplicación analógica del artículo 28 LCA, aunque también se reconoció esta indemnización antes de la aprobación de la LCA, con fundamento en la prohibición de enriquecimiento injusto63. En la jurisprudencia no existen criterios seguros que permitan determinar con certeza en qué casos procede la indemnización y, en particular, cuándo hay que estimar que la clientela generada no se debe al trabajo del distribuidor sino a las inversiones y costes asumidos por el concedente o al prestigio de la marca64. Además, también se ha reconocido que la captación de clientes no genera por sí sola el derecho del distribuidor a una compensación por clientela, pues ésta es precisamente su primera obligación contractual, cuyo incumplimiento justificaría la resolución del contrato65. Más allá del límite máximo al que se refiere el artículo 28.3 LCA, tampoco está cuantitativamente determinada la cantidad a que el proveedor puede ser obligado a indemnizar al distribuidor por pérdida de la clientela66. Por otra parte, el TS ha estimado que, pese a la analogía, no procede la aplicación analógica del plazo de prescripción establecido en el artículo 31 LCA67. Este plazo coincide con el que se contempla en la Proposición de Ley de Contratos de Distribución (v. su art. 25.6). En todo caso, el TS ha admitido -y de una forma constante y firme, como venía exigiendo la doctrina68- que esta indemnización por clientela pueda excluirse por pacto (entre las últimas, STS 30 diciembre 201069). 60 En contra de lo que la doctrina había considerado correcto: v. RUBIO TORRANO, para quien el silencio normativo y negocial sobre la indemnización por clientela no debería ser suplido con una aplicación analógica de la Ley 12/1992, ni tampoco por aplicación de los principios generales del Derecho, como el del enriquecimiento sin causa (“Contratos de distribución: indemnización por clientela”, Aranzadi Civil, 1998-II, p. 17). 61 RJ 2007\2620. 62 La Ley 4436/2011. 63 Un amplio resumen de esta jurisprudencia en CORDERO LOBATO, CCJC 76 (2008) § 2026, pp. 270-271. Incluso se ha admitido que, pese a la inexistencia de una cláusula expresa de exclusión de la indemnización por clientela, la misma pueda entenderse convencionalmente excluida por la circunstancia de que el aprovechamiento de la clientela por el proveedor esté expresamente previsto en el contrato, lo que, a juicio del TS, sucede cuando el mismo prevé que el distribuidor esté obligado a suministrar periódicamente información al proveedor sobre los clientes de la marca y cuando se ha establecido que los beneficios derivados del uso de las marcas corresponden sólo al proveedor, sin que el distribuidor adquiera ningún derecho sobre el fondo comercial o cualquier otra propiedad inmaterial del proveedor (STS 31 julio 2007, RJ 2007\5093). Es, pues, función del contrato determinar, en su caso, el alcance de esta indemnización o excluirla expresamente por completo. En la Proposición de Ley de Contratos de Distribución la regla general es que la extinción del contrato no obliga al proveedor a compensar por la clientela generada salvo los casos “excepcionales” (incremento sustancial del tipo de operaciones o de clientes y existencia de un pacto de no competencia) previstos en el artículo 25.4 de la Proposición de Ley. Se prevé, además, que la indemnización no podrá exceder, en ningún caso, de la media anual del importe neto de la cifra de negocios del distribuidor durante los últimos cinco años o, durante todo el periodo de duración del contrato, si éste fuese inferior. 64 Hemos expuesto ampliamente esta jurisprudencia en CCJC 76 (2008) § 2026, pp. 274-275. 65 STS 22 junio 2010 (La Ley 109991/2010). 66 Cfr., por ejemplo, la STS 20 mayo 2009, conforme a la cual el criterio máximo del precepto no condiciona imperativamente la decisión del Tribunal en el sentido de tener que conceder necesariamente una cifra equivalente a la media de las retribuciones percibidas durante los últimos cinco años. Sin criterio concluyente, también la STS 22 febrero 2010 (La Ley 3085/2010). 67 STS 16 febrero 2010 (La Ley 2368/2010). 68 V. RUBIO TORRANO, “Resolución contractual e indemnización por clientela en los contratos de agencia y concesión”, Aranzadi Civil 10/2004. 69 La Ley 244475/2010. Con anterioridad, STS 26 abril 2004 (RJ 2004\2714), STS 28 enero 2002 (RJ 2002\2305), STS 5 febrero 2004 (RJ 2004\639), STS 18 marzo 2004 (RJ 2004\2147), STS 28 marzo 2002 (RJ 2002\2849), 15 enero 2008 (RJ 2008\1393), 10 marzo 2010 (RJ 2010\2337). 7