Cercanía de Dios Jesús viene a establecer un nuevo tipo de relaciones entre Dios y la humanidad. Dios toma contacto con la historia humana. Camina a nuestro lado, sobre todo, de la mano de quienes sienten más baja su autoestima, o están cocidos a su dolor. Esta cercanía se hace fiesta, gozo, testimonio en Jesús resucitado. Él inaugura la fiesta que ya será definitiva. Esta cercanía establece nuevas reglas en nuestra convivencia. El evangelio denuncia todas las torpezas que cometemos a diario en nuestra carrera arribista y autopromocional. Jesús propone un cambio de actitud: Volver a retomar el sentido hondo de la humildad en donde el orden de la precedencia se ha invertido: “Los últimos serán primeros”. También la cercanía ensaya una nueva bienaventuranza: Bienaventurado “si invitas a quien no puede practicar contigo la reciprocidad”. Los pequeños, los pobres, los excluidos guardan el secreto de la grandeza. Sólo ellos pueden invitarte al banquete, sólo ellos, desde su soledad, nos pueden compartir el don de la comunión. Por último, este contacto o cercanía de Jesús plantea un cambio en cada uno/a de nosotros/as. La primera lectura nos aproxima a una visión de nueva humanidad que parte de la sabiduría. Es la profunda convicción de entender nuestra caminada desde lo pequeño, lo simple en rectitud y apertura a la aceptación gozosa de nuestra limitación. Cochabamba 29.08.10 jesús e. osorno g. mxy [email protected]