¿Se puede gobernar cercano a la gente?

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¿Se puede gobernar cercano a la gente?
Jueves, 20 de Agosto de 2009 18:56
Raymundo Vega Crespo
Justo el día en que recriminó a los críticos del país, que incluso viven de mostrar a la nación
en un clima de caos e inseguridad, el presidente Felipe Calderón se apersonó en el centro
histórico de Puebla y ni los medios de comunicación ni mucho menos los ciudadanos, supieron
bien a bien a que obedeció la visita.
Resignados a imaginar que el protocolo de la investidura se impone en estos casos,
excepcionales sin duda en la solemnidad del presidencialismo que persiste, lo cierto es que la
cercanía con la gente si que es un mito genial que debería de intentarse, al menos mediante
estrategias de comunicación que generen confianza.
El presidente dejó pasar esta oportunidad pese a que finalmente encaró a la prensa, a su
salida del museo de arte religioso de Santa Mónica en donde, se especula, filmó un
promocional de su tercer informe de gobierno, conoció del avance de algún programa de
empleo temporal de la SEDESOL, envió su saludo a los poblanos y dijo que se enteró que en
Puebla nacieron los chiles en nogada.
Nada más. Ni una palabra para alentar el levantamiento de la huelga en la Volkswagen, para
posicionar el trabajo de su gobierno en la generación de empleos, aunque sean temporales,
para invitar a los poblanos a redoblar esfuerzos creativos y productivos para salir adelante.
Sin el ánimo de inscribirme en ese segmento crítico que tanto daña al país, es evidente que los
mexicanos todos, en cualquier parte y oportunidad, esperamos de nuestro gobernante ese
mensaje de aliento que empuje a la solidaridad.
Es de suponerse, sin embargo, que en los futuros mensajes con motivo del informe
presidencial, se subraye la cercanía con la gente, se vea con optimismo el futuro, se ponderen
los avances aún en la adversidad.
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Esa cercanía del gobernante con la gente, tan de uso común en el discurso del poder en
cualquier parte del mundo, tan necesaria incluso en la mercadología de gobierno, parece en
nuestro caso diluirse en la misma medida en que se pierde el oficio político, la razón de ser del
ejercicio del poder.
Gobernar implica, ante todo, coordinar esfuerzos, despertar voluntades, promover adhesiones,
buscar que la confianza entre todos se convierta en solidaridad activa para enfrentar los
problemas.
Así lo dijo Tulio Hernández Gómez en enero de 1981 cuando inició su gestión en Tlaxcala, y
así gobernó, sin echar mentiras a la gente, sin propuestas demagógicas pero con la visión de encarrilar el trabajo colectivo por el camino de convertir a las desventajas en oportunidades.
Considerado entonces, allá en los ochentas, como un gobernante sui géneris, incluso folklórico,
Tulio construyó acuerdos con sus gobernados allá en sus comunidades, en sus oficinas e
incluso en el patio del palacio de gobierno. Para llegar a acuerdos y aprovechar mejor lo que
hay, le decía a la gente, con esa cercanía, hay que reconocer lo que no tenemos. No tenemos mares, no tenemos bosques, no tenemos minas, no tenemos petróleo y nuestros
campesinos tienen unos cuantos surcos por parcelas.
Lo que si tenemos, subrayaba, es la fortaleza de la voluntad, del orgullo ciudadano, lo que si
tenemos es optimismo, entusiasmo, alegría y coraje, ganas de vivir mejor y corazón para
trabajar.
Así goberné, dijo al concluir su gestión, con mucha alegría y pasión, a veces con corajes y
tristezas pero nunca con solemnidades y siempre cercano a mi pueblo.
Miguel de la Madrid, entonces presidente, reconoció a ese gobierno cercano a la gente como
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una tarea política completa, emocionada, de alto contenido humano, de habilidad y talento
político con visión integral y equilibrada que es ejemplo de política moderna.
Iniciaba el año de 1987 y México vivía, para variar, una severa crisis económica. En ese
escenario, por desgracia recurrente, el presidente ponía el trabajo colectivo y la tarea política
del gobernante del estado más pequeño del país, como ejemplo para enfrentar esa crisis con
un federalismo moderno y renovado que a su vez impulse y aliente la estructura municipal.
¿Se podrá retomar al ejercicio de gobierno como una tarea política completa que por su
cercanía con la gente mueva voluntades, promueva acuerdos y enfrente problemas?
Creo que todos esperamos que sí. *Director General de Creativa/Sabemos cómo, empresa especializada en inteligencia
mediática y marketing político. [email protected]
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