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Rev. Esp. de Cir. Ost., 12, 321-334 (1977)
CIUDAD SANITARIA VIRGEN DEL
Rocío
DE LA S. S. SEVILLA.
DEPARTAMENTO DE TRAUMATOLOGÍA y ORTOPEDIA
Jefe:
Dr.
JUAN LAZO ZBIKOWSKI
Osteosíntesis percutánea en
fracturas diafisarias de antebrazo en niños y adolescentes
J. E. PEREZ SICILIA,I J. L. MonOTE JUnADO,2 J. M.a CORBACHO GIRONES,l
J. A. HEnNANDEZ CABnEnÁ 1 y n. GONZALEZ BUENDIA 2
RESUMEN
Se expone la técnica del enclavijamiento percutáneo intramedular de cúbito
y radio. detallando modelación de la aguja y posición final de ésta, con 10 que
se consigue una buena alineación y contención de los fragmentos, demostrado
en los buenos resultados obtenidos en las estad~sticas.
Descriptores: Enc1avijamiento percutáneo. Fractura de cúbito. Fractura
de radio.
SVMMARY
The tecnique of percutaneous closed nailing in fractures 'of the radius and
ulna is described in detail as well as the results of the alineament and con=
tention 01 the fragments.
Key words: Percutaneous nailing. Radius, fracture of. Villa, fractures of.
Fore=arm, fractures of.
Nos identificamos plenamente con el siguiente concepto de GÜNTZ (10), que afirma: «Es imperdonable confiar el tratamiento de las fracturas del niño a la curación natural y fuerza creadora,apoyándanos en la buena tendencia curativa de
los tejidos infantiles».
Introducción
La patología traumática diafisaria de
los huesos del antebrazo es muy frecuente
en los niños y adolescentes. Esta frecuencia disminuye con la edad.
Las solicitaciones especiales del ante(1)
Médico adjunto. (2) ] efe de Sección.
brazo y los diversos criterios existentes
para su tratamiento, unidos a dicha frecuencia, nos encausaron a revisar y reconsiderar este tipo de patología en aquella
edad.
Nosotros exponemos aquí solamente la
patología traumática diafisaria del antebrazo en el niño y adolescente menor. En
este sentido queremos aportar nuestro criterio, nuestra experiencia y la del Centro
de Traumatología en el que estamos ubicados, con un simple método de tratamiento: «La Osteosíntesis percutánea».
Hablar de osteosíntesis en estas edades es sumamente peligroso y se puede
prestar a múltiples polémicas. No obstante, la «Osteosíntesis percutánea» con agu-
322
REVISTA ESPAÑOLA DE CIRUGÍA OSTEOARTICULAR
jas de Kirschner, tratamiento seguido por
nosotros en los tipos de fracturas que
luego veremos, no es en su concepto mecánico o biomecánico una verdadera osteosíntesis. Es una osteosíntesis «a mínima». Es en definitiva, una osteosíntesis de
alineación.
Considerada así, representa un método
intermedio entre el tratamiento cruento
(con osteosíntesis verdadera o no), y el
incruento u ortopédico convencional. Método a nuestro juicio en muchos tipos de
fracturas enormemente eficaz en estas edades y de fácil ejecución si se conoce su
técnica.
Este método de «Osteosíntesis percutánea» en sí mismo, es relativamente moderno, pues la generalización de su uso
viene determinada por la aparición en los
centros hospitalarios de la «radioscopia
con intensificador de imagen». Su aplica~
ción en el campo de la traumatología le
ha abierto a ésta una extraordinaria colaboración, en que, con un mínimo de radiación y un poco de habilidad, han
aumentado enormemente sus posibilidades,
evitándose los tremendos perj uicios nocivos que antiguamente, con la radioscopia
usual, producían en el cirujano y en el
enfermo.
Casuística
En nuestro Departamento de Traumatología y Cirugía Ortopédica representan
las fracturas de los huesos del antebrazo
uno de los mayores porcentajes de la patología traumática. En el espacio de tiempo comprendido entre 1969 y 1974, ambos
inclusives, se han asistido un total de
5.881 fracturas de antebrazo, que representan un 4'05 por 100 del número total
de enfermos asistidos en los Servicios de
Urgencias de dicho Centro, que fue de
145.103. (Cuadro 1).
Con arreglo a la clasificación que luego veremos, se trataron mediante el mé-
todo de «Osteosíntesis percutánea» 973
fracturas de la diáfisis de los huesos del
antebrazo, que representan el 16'05 por
100 del total de las fracturas de antebrazo.
Como podemos apreciar nos enfrentamos a una casi progresión aritmética, que
no sólo viene motivada por el aumento del
número de enfermos, sino también por los
buenos resultados que vamos consiguiendo.
1969 :
Asistencias generales......
Fracturas de antebrazo ...
Enclavados percutáneos..
9.801
277
45
1970 :
Asistencias generales... ...
Fracturas de antebrazo ...
Enclavados percutáneos...
14.545
632
103
1971:
Asistencias generales... ...
Fracturas de antebrazo ...
Enclavados percutáneos...
21.097
910
148
1972 :
Asistencias generales... ...
Fracturas de antebrazo ...
Enclavados percutáneos...
26.959
1.215
198
1973 :
Asistencias generales... ...
Fracturas de antebrazo ...
Enclavados percutáneos...
34.229
1.407
229
1974 :
Asistencias generales... ...
Fracturas de antebrazo ...
Enclavados percutáneos...
38.472
1.440
251
Número total de asistencias generales ...
145.103
=
100
por 100
Número total de fracturas de antebrazo.
5.881 =
4'05 por 100
Número total de enclavijamientos per
cutáneos
.
973 =
16'05 por 100
Cuadro l. - Del total de urgencias traumatológicas asistidas entre 1969 y 1974, 973 fracturas de antebrazo fueron tratadas con enclavijamiento percutáneo.
Conceptos generales
En la bibliografía repasada por nosotros, la mayoría de los autores consideran
a las fracturas de antebrazo en su diáfisis
de muy compleja solución y tratamiento.
Reducciones perfectamente conseguidas e
inmovilizadas el primer día, se asiste una
J. PÉREZ
y
OTROS. -
OSTEOSÍNTE818
o dos semanas después a verdaderos desastres dentro del yeso. Estos desastres
muchas veces pueden tener una solución
fácil, pero en gran número de casos precisarán de una actitud quirúrgica para
corregirlas si se puede, o bien, esperar en
la supuesta confianza de que el crecimiento solucione el problema.
BC)HLER (2), consideraba que el gran
problema de las fracturas de la diáfisis del
antebrazo era su. contención. El yeso se
queda holgado formándose cámar as de
aire, lo que daría lugar a un desplazamiento de la fractura dentro de é1. En
estos casos, justificaba sobradamente la
introducción de alambres de Kirschner
para :mantener la alineación.
La. recuperación espontánea con el crecimiento es un factor de extraordinaria
importancia, pero requiere a su vez una
larga y constante vigilancia e incluso, puede resultar un arma de doble filo, ya que
en múltiples ocasiones corrige menos de
lo que esperamos. Gran parte de la cirugía
ortopédica yatrógena practicada en secuelas de fracturas de antebrazo, vienen motivadas de una mala traumatología al querer esperar demasiado de la corrección
espontánea de defectos con el crecimiento.
Mantenemos el criterio de consider.ar
el antebrazo como una articulación (CAMPBELL, 4, M. FERRER, 9, y colaboradores,
etcétera). El antebrazo no tolera el decalage, la angulación ni el acabalgamiento,
pues se alteran sus ejes dañando la función. lEI acortamiento primario, que puede
ser favorable en otros lugares de la economía, no lo es en el antebrazo. En este
sentido, debemos tener siempre presente
que todos los músculos del antebrazo producen acortamiento, a excepción del pronador cuadrado (P. PIULACHS, 13). Un
buen ejemplo lo tenemos en las fractur.as
aisladas de estos huesos o en la fractura
de Monteggia, en que el acortamiento o
la excesiva angulación da lugar a afecta-
PERCUTÁNEA
323
ciones frecuentes de las articulaciones radiocubitales o humerorradial.
ZARAPICO (14), llega a conclusiones
más contundentes en su trabajo, afirmando
que no admite la dislocación lateral.
Para W. EHALT (8), las angulaciones
importantes (más de 10°) y el decalage
no los corrige el crecimiento «per se», sobre todo si tienen lugar en el tercio medio
de la diáfisis. A este nivel, a pesar del
remodelamiento en grosor y longitud, no
podemos esperar una recuperación espontánea como en las fracturas cerca de las
metáfisis. Pero aún aquí, la angulación
dej ada a este nivel en espera del crecimiento puede emigrar en sentido proximal
con el mismo.
Fisiopatología
El hueso infantil tiene, en líneas generales, como características principales las
siguientes:
l. Un grueso tejido perióstico de gran
capacidad.
2. Un mayor grosor de la capa cortical.
3. Un cartílago de crecimiento en epífi3Ís y apófisis (característica fundamental).
Así mismo, la corrección espontánea
en la edad infantil, según BLOUNT ( 1),
depende de tres factores principales:
a) La edad del niño.
b) La localización de la fractura.
c) El grado de angulación.
Tanto aquellas características como estos factores representan los pi 1a r e s que
condicionan la traumatología del niño e
incluso de la primera adolescencia. Al aplicarlos ,a los cuatro desplazamientos principales de una fractUra : dislocaci ón lateral, acabalgamiento, angulación y decalage,
las conclusiones son de una importancia
extrao rdinaria.
De acuerdo con la ley de Wolf, si no
hay pérdida de alineación ni deformidad
324
REVISTA ESPAÑOLA DE CIRUGÍA OSTEOARTICULAR
en rotación, las alteraciones residuales se
corrigen con el crecimiento. Esto es cierto
y tanto más, cuanto más cerca de la metáfisis de un hueso largo se encuentre la
fractura, pero siempre se tienen que cumplir esas condiciones. Así mismo, siguiendo los postulados de BLOUNT (1), estaría
también en función de la edad.
M6ESNER (12), en 1966 y DAU (5) Y
FLACH (6), en 1967, afirman que el crecimiento alinea y remodela pequeñas dislo~aciones y angulaciones en los extremos
de un hueso largo, pero en su diáfisis es
más problemático.
Existe una aceleración del crecimiento
durante seis-ocho semanas en las fracturas
cerca de las metáfisis, siendo mayor cuanto mayor es el callo de fractura o la dislocación. Este fenómeno ocurre si la reducción no es idónea. Ahora bien, si la
reposición de la fractura es perfecta el fenómeno no ocurre o lo hace en menor
grado, pues se estimula mucho menos el
cartílago de conjunción (LINDHOLM, 11, y
colaboradores).
Creemos importante señalar que una
dislocación lateral supuestamente remodelable con el crecimiento, conlleva con mucha frecuencia un cierto grado de angulación o lo favorece. Si no lo tenemos en
cuenta, al corregirse la dislocación con el
crecimiento podrá perdurar la ,angulación,
con el consiguiente peligro funcional e
íncluso estético o morfológico.
CAMPBELL (4), refiere que sólo se corregirá un acabalgamiento espontáneamente
en un niño die 6-8 años, siempre y cuando
la angulación sea mínima y en la metáfisis. Ahora bien, si esta dislocación y acabalgamiento existen en la diáfisis acompañándose de angulación más o menos importante, es muy difícil que el crecimiento
lo corrija espontáneamente por encima de
los 7 años.
La mayoría de autores concede como
límite de edad los 6-8 años para una po-
sible recuperación espontánea. Por encima
de esta edad, las deformidades residuales
es muy difícil que las corrija el crecimiento.
Por último, es unánime el criterio de
que el decalage no lo corrige el crecimiento, por lo que no entramos en su consideración ya que participamos enteramente
del concepto.
Todo este conjunto de criterios reseñados motivan sobradamente la «Osteosíntesis percutánea», sobre todo a partir de
los 6-7 años. Ambos huesos del antebrazo
están recubiertos de un conjunto muscular
de complej a disposición y que actúan con
funciones tan variadas, que ante una fractura pueden traccionar de los fragmentos
en diferentes direcciones. Así mismo, la
membrana interósea juega un importante
papel en este terreno ya que es un elemento de primer ordien en el movimiento prineeps del antebrazo: la pronosupinación.
Por todo lo expuesto, es de fundamental importancia la conservación y restauración de las estructuras anatómicas del
antebrazo así como la corrección de las
rotaciones anormales, con la finalidad de
una correcta función del codo,antebrazo,
muñeca y mano, debido a la transcendental relación entre ellas (BUNNELL-BoYES, 3).
En resumen, es preciso garantizar la
contención de la perfecta reducción fracturaria en condiciones idóneas hasta la
completa consolidación. Es decir, respetar
y conservar al máximo las siguientes estructuras:
l. La forma incurvada fisiológica del
radio, que permitirá que se arrolle alrededor del cúbito permitiendo la pronosupinación al girar sobre éste como eje.
2. El restablecimiento de la longitud
de los dos huesos.
3. La conservación más perfecta posible del espacio interóseo entre cúbito y
radio.
4. La incurvación, menos evidente
J. PÉREZ y OTROS. -
OSTEOSÍNTESIS
pero real del cúbito, muchas veces despreciada, que va a permitir que el eje de la
pronosupinación se mantenga indemne, facilitándo~e con ello la recuperación completa de este fundamental movimiento.
Indicaciones y clasificación
Como veíamos claramente en el cuadro 1, no todas las fracturas del antebrazo
son susceptibles del tratamiento mediante
«Osteosíntesis percutánea)). El tratamiento
ortopédico convencional sigue siendo el de
elección en muchos tipos de fracturas.
Indicamos el tratamiento mediante «OSteosíntesis percutánea)) en determinados
tipos de fracturas de la diiáfisis de los
huesos del antebrazo con la siguiente finalidad:
a» Mantener la alineación después de
la reducción. Como consecuencia, evitar
las dislocaciones laterales dentro del yeso.
b) Evitar que al llegar el período de
disminución de la inflamación postraumática, atrofia del miembro y osteolisis, se
reproduzca la fractura dentro del yeso
(yeso holgado).
c) Mantener el paralelismo entre cúbito y radio para conseguir una indemnidad del espacio interóseo., pues nos permite la inmovilización del antebrazo en
ligera supinación., es decir, que la palma
de la mano mire al hombro contralateral,
sin peligro de desplazamientos intrayeso.
Esto facilitará la recuperación del movimiento de supinación más rápidamente al
término de la inmovilización, pues como
sabenlos es más difícil de recuperar que
el de pronación ya que es antigravitatorio.
d) Evitar las angulaciones y rotaciones., pues junto a la osteosíntesis de alineación es imprescindiible dentro de la
sistenlática de este método de tratamiento.,
el colocar un ye30 moldeado braquial completo entre los 6-10 días posteriores a la
PERCUTÁNEA
325
reducción y osteosíntesis percutánea de
alineación.
e) Evitar en lo posible el tratamiento
cruento al que muchas veces hay que acudir para solucionar desastres producidos
dentro de los yesos y que consideramos
poco ortodoxos y peligrosos en esta edad.
Es decir, evitar el peligro diel tratamiento
ortopédico simple que no podemos vigilar
tan periódicamente como quisiéramos.
En este sentido, nos identificamos plenamente con DE MIGUEL (7), el cual añade
a los tres postulados de BOLER un cuarto
que define cargado de razón «el problema
circunstancial)), motivado en la masividad
de enfermos en nuestros centros hospitalarios y las situaciones sociales que conllevan y que no nos permiten un control
más periódico y frecuente de ellos.
Basándonos en la clasificación que de
las fracturas de antebrazo hace P. PIULACHS (13)., nosotros hemos clasificado las
mismas en función de las indicaciones de
la «Osteosíntesis percutánea)). En este sentido dividimos las fracturas de antebrazo
en dos grandes apartados como se puede
apreciar en el cuadro JI.
Dejamos a propósito excluidas de d[-
A)
Fracturas incompletas:
1. Por impactación o en rodete.
En "tallo verde" o inflexión.
Fracturas transversales.
2.
3.
Subperiósticas. Dobles o aisladas, a igual
o distinto nivel.
B)
Fracturas completas:
Tipo l. Completas sin desviación ni angulación.
Tipo 11. Completas con desviación y angulación.
Subperiósticas o no. Transversales, oblicuas y conminutas. Dobles o aisladas,
a igualo distinto nivel.
Cuadro 11. - Clasificación de las fracturas
diafisarias de antebrazo en función de su tratamiento.
326
REVISTA ESPAÑOLA DE CIRUGÍA OSTEOARTICULAR
cho cuadro las fracturas de Monteggia,
pues si bien son susceptibles del tratamiento mediante "Osteosíntesis percutánea»,
Modelación de la aguja de Kirschner
que se introduce en canal medular del radio.
FIG. 1. -
las consideramos una entidad clínica diferente por su propia nosología.
En todas las fracturas del apartado A
(cuadro 11), sean del tipo anatomopatológico que sean, deberán ser tratadas mediante tratamiento ortopédico simple, tanto
si son ¿,obles como aisladas.
En relación con las fracturas del apartado B del cuadro 11 actuamos de la siguiente manera:
1. En las fracturas completas tipo 1,
no desviadas, hacemos tratamiento ortopédico simple. No obstante, adoptamos una
actitud expectante controlando la evolución
durante 15-20 días mediante dos controles
radiológicos cada ocho días. Si aparece
sintomatología de dislocación o angulación
Detalle de la angulación del extremo
de la aguja de Kirschner (muletilla).
FIG. 2. -
procedemos a la "Osteosintesis percutánea». Son, pues, este tipo de fracturas las
que más requieren nuestra atención por
parecer en principio muy estables, sorprendiéndonos después desagradablemente.
2. En las fracturas completas tipo 11
(ver cuadro 11 y figur3s 6 y 7), ,·3an
dobles o aisladas y del tipo anatomopatológico que sean, las consideramos susceptibles del tratamiento mediante "OSteosíntesis percutánea» como método de
elección.
Sin embargo, queremos hacer en este
grupo una sola excepción en aquellas fracturas dobles localizadas en el tercio d~stal,
en las cuales en muchas ocasiones sólo
enclavijamos el cúbito después de la reducción, pero no así el radio, pues la aguja
de Kirschner a este nivel tiene que hacer
una curva que puede mantener la dislocación en vez de la reducción perfecta.
No obstante, en la mayoría de los casos
solucionamos el problema haciendo la introducción de la aguja radial más dorsalmente en la muñeca o metáfisis radial,
pero sin la pequeña preparación (curvatura y muletilla en la punta de la aguja
como veremos en la técnica), que en todos
los demás casos requiere la aguja a introducir en el radio.
Por regla general, indicamos el enclavijamiento de los dos huesos en las fracturas dobles, ya que si sólo se enclava
uno, el efecto de férula que realiza para
el otro puede ser perjudicial, pues llegado
el período de osteolisis, el hueso enclavado no permitirá la compresiáu axial
del otro y por efecto de tracción de la
membrana interósea se desplaza o angula,
dando lugar a deformidades en K, etc.
Por último, dentro de las indicaciones,
consideramos imprescindible y condición
indispensable la inmovilización en yeso
completo. La pauta que seguimos es la
siguiente:
1. Realizada la reducción y «Osteo-
J. PÉREZ y OTROS. -
OSTEOSÍNTESIS
síntesis percutánea», inmovilizamos e!
miembro superior en ángulo recto me.diante férula dorsal de escayola, desde
e! tercio superior del brazo hasta la raíz
de los dedos.
2. Entre los seis-diez días posteriores pasamos a colocar un yeso moldeado
braquial, el cual se mantendrá durante
todo el tiempo que dure la consolidación.
Técnica del tratamiento
El instrumental que se requiere para
realizar este método es muy simple:
a) Un juego de agujas de Kirschner
completo.
b) Un mango en T.
c) Un «cortafríos».
El grosor de las agujas a introducir
en ambos huesos dependerá del grosor de
la medular, del cual nos da idea el estudio
radiológico de la fractura. Ahora bien,
dada la rectitud de! cúbito la aguja a
PERCUTÁNEA
327
introducir eJl éste debe ser del mayor
diámetro posible. En el rad~o, debido a
su curvatura fisiológica, usamos una aguja
de menor diámetro no sólo para facilitar
su introducción, sino para que su elasticidad se adapte mejor a su curvatura.
Si bien la aguja de Kirschner a introducir en el cúbito no requiere preparación
alguna, la aguja a introducir en el radiÓ
precisa:
1.0 Una íncurvación en el sentido de
su eje similar a la fisiológica del radio
(ver figura 1), para que una vez introducida se adapte mejor al mismo, pero
sobre todo, para facilitar su introducción
a nivel del tercio distal (figura 3).
2.° Así mismo, una angulación en la
propia punta de la aguja (ver figura 2),
de unos 15-30° y en el mismo sentido de
la incurvación anterior, que nosotros llamamos «muletilla» y que tiene como finalidad facílítar la introducción de la misma
en el tercio distal de! radio, evitando con
b~
OOOCJ~
'"
ij
FIG. 3. -
fb~
OOOCJ~
Importancia de la angulación de la aguja de Kirschner para un mejor deslizamiento en el canal medular.
328
REVISTA ESPAÑOLA DE CIRUGÍA OSTEOARTICULAR
dicha angulación la penetración en la cortical contraria (figura 3) al orificio de
entrada, pues al colocarse en su plano se
desliza por ella y no la perfora (ver figura
7). Esta «muletilla» nos sirve también para
facilitar el enganche del segmento proxi.
mal de la fractura a nivel del foco, pues
al aumentar el diámetro de la punta con
los movimientos de rotación, aumentan
las posibilidades del engarce. Práctica·
mente, todo esto es sumamente sencillo y
de fácil ejecución.
El enfermo se coloca en decúbito-supino. Anestesia general intubada o no a
criterio del anestesista. El miembro afecto
se coloca en ángulo recto con apoyo en
cara anterior del codo mediante el rodete
de contratracción. Asepsia rigurosa como si
de una intervención quirúrgica reglada se
tratara.
Colocamos en los cuatro primeros dedos del enfermo unos dediles hechos con
una simple venda que nos servirán de
tractores, los cuales pueden ser sostenidos
por un ayudante, o bien por el propio
cirujano atándoselos a la cintura en el
momento radial de la intervención.
Según el tipo de fractura enclavijamos
primero uno u otro hueso. Por regla general, e n el a v i j a m o s en primer lugar el
radio, pues el cúbito al ser más recto nos
dificulta ligeramente la reducción poste·
rior de aquel. (Hemos apreciado que la
reducción y enclavijado primario del radio
nos ha dificultado menos la reducción del
cúbito, aunque en algunos casos nos haya
ocurrido al contrario).
Co.n una aguja de Kirschner de gran
calibre y doblada convenientemente, hacemos una perforación en la cara externa
de la metáfisis radial (ver figura 4), a
1 ó 2 cm. por encima del cartílago de
crecimiento. Esta perforación sólo atraviesa una sola cortical. Con la aguja así
introdueÍda hacemos movimientos de circunducción para agrandar el orificio de entrada. Se consigue sin más dada la elasticidad ósea a esta edad. Es interesante
M---------t1J7b~
_ _ _ _ _ _----..J000~~
,.r--------t\r)
b~
~c:::::::==::::====~OO'J~
O
FIG. 4. -
Lugar idóneo y técnica para la perforación de la cortical externa de la metáfisis
radial.
J. PÉREZ y OTROS. -
OSTEOSÍNTESIS
reseñar que la perforación debe hacerse
en un sentido oblicuo, con lo que se facilita el camino de la aguja definitiva (figuras 3 y 5).
Hacemos la perforación a 1 ó 2 centímetros por encima del cartílago de crecimiento por dos razones obvias:
a) Evitar dañar el propio cartílago
de crecimiento, aunque fuera mínimo.
b) Evitar también la rica zona celular
metafisaria.
A continuación se procede a la introducción de la aguja radial definitiva preparada como dijimos anteriormente, me·
diante suaves movimientos de rotación e
impulsión. Una vez engranado el segmento
proximal de la fractura, se sigue la penetración de la aguja hasta la tuberosidad
bicipital del radio, tratando siempre que
329
PERCUTÁNEA
la punta de la aguja mire hacia ella (ver
figura 5).
Esta aguja raJial podemos introducirla con el mango en «T», si bien nosotros en la mayoría de los casos usamos
de mango la propia aguja para lo cual
doblamos su e xtre mo distal unos 90"
(figura 1), en el sentido de las incurvaciones realizadas. Con esto conseguimos
no sólo que la aguja nos sirva de mango
sino también de guía para conocer en todo
momento el eje de la aguja, y por tanto
del radio, así como también obtener una
mayor sensibilidad de penetración intramedular, que no es tan notoria con el
mango en «T».
Introducida la aguja radial pasamos al
enclavijamiento del cúbito. Colocamos la
aguja previamente elegida en el mango
.>
~ IOC.
~--:-t--====:::::===--n7 b~
"""'--_ _-
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_ _- - - - - . J 0 O
FIG. 5. - Esquema de los movimientos de impulsión y rotación que se imprimen a la
aguja para mejor estabilización de los fragmentos.
FrG. 6. - Fractura diafisaria de cúbito y radio. Control postoperatorio y resultados.
FIG. 7. - Resultados de fractura diafisaria de antebrazo, tratada con enclavijamiento
percutáneo.
332
REVISTA ESPAÑOLA DE CIRUGÍA OSTEOARTICULAR
en «T» y penetramos a través de la punta
del olécranon, en su parte más externa,
y mediante movimientos de rotació\n e
impulsión realizamos el enclavado. El relieve cubital favorece este tiempo y lo
hace más sencillo. Laaguja se deja introducida a 1 cm. por encima del cartílago
de crecimiento distal cubital.
Se cortan a continuación las agujas a
ras de la piel y se dejan incluidas subcutáneamente. Hacemos compresión axial
externa manual y pasamos a inmovilizar
el miembro como ya hemos descrito.
Las agujas se retirarán una vez consolidada la fractura, mediante anestesia local
o sin ella, pues hacen relieve en la piel y
se extraen con suma facilidad.
En la figura 6, correspondiente a uno
de nuestros casos, podemos apreciar radiológicamente cuanto hemos descrito, en
diversas proyecciones antes y después de
la reducción y «Osteosíntesis percutánea».
En la figura 7, presentamos otro caso. En
ambos casos se extrajeron posteriormente
las agujas.
~esultados
Hemos hecho una revisión de 100 casos
eseogidos al azar, es decir, según el concepto estadístico de «muestreo», repartidos en los diferentes años objeto de esta
revisión lo más equilibradamente posible.
De estos 100 casos, 46 corresponden a
edades comprendidas entre los 5 y 10 años,
y los 54 casos restantes entre los 11 y 15
años.
En cuanto al sexo, 86 fueron varones
y sólo 14 fueron hembras.
En 94 casos fueron fracturas cerradas
y 6 lo fueron abiertas, si bien la mayoría
de ellas simples punturas que no contraindicaron la «Osteosíntesis percutánea».
En 87 casos encontramos fracturas del
cúbito y radio. En los 13 restantes fueron
fracturas aisladas de un solo hueso.
En cuanto al tipo de fractura, los 100
casos corresponden al tipo II de nuestra
clasificación.
En sólo 2 casos, con fracturas del
cúbito y radio, hubo que hacer reducción
abierta del radio en uno y reducción
abierta del cúbito en el otro, pues fracasó
el intento de «Osteosíntesis percutánea».
Pertenecen ambos casos al período inicial
del método.
Se realizó «Osteosíntesis percutánea»
de ambos huesos con aguja de Kirschner
en 63 casos. En 35 casos se hizo «Osteosíntesis percutánea» en un sólo hueso, de
los que 13 casos fueron fracturas aisladas
como dijimos anteriormente.
El tiempo de inmovilización osciló entre seis-diez semanas. El tiempo total de
tratamiento incluida la recuperación funcional osciló entre ocho-doce semanas. El
material de osteosíntesis se e x t r a j o en
todos los casos una vez consolidada la
fractura.
En el capítulo de complicaciones tenemos que en 8 casos aparecieron pequeñas
ulceraciones, granulomas o pequeños higromas en los puntos de entrada de las agujas, pero que sólo requirieron un simple
antiséptico para su curación.
En 1 caso apareeieron parestesias en
cuarto y quinto dedos debidas seguramente a mala técnica, pero desaparecieron
posteriormente sin secuelas.
Hubo retardo de consolidación (más
de tres meses) en 2 casos, pero no necesitaron otro tipo de tratamiento y se solucionaron sin problemas.
Encontramos en 1 caso intolerancia a
la aguja cubital en foco ,de entrada olecraneano, equivalente a las infecciones atenuadas que se presentan en las tracciones
continuas con agujas de Kirschner. Retirada la misma se solucionó perfectamente.
Apareció callo exuberante en 2 casos
que no dieron patología funcional alguna.
En resumen, en 14 casos aparecieron
pequeñas complicaciones que se resolvie-
J. PÉREZ
y
OTROS. -
OSTEOSÍNTESIS PERCUTÁNEA
ron fácilmente en un corto espacio de
tiempo.
En 99 casos hubo recuperación funcional y morfológica total del miembro
superior. El caso restante figura en la historia clínica con limitación de los últimos
grados de la flexoextensión y pronosupinación, no volviendo más a revisión en
consulta por lo que no sabemos el resultado final.
En definitiva, un elocuente 99 por 100
de buenos resultados.
Conclusiones
La introducción de la radioscopía con
intensificador de imagen en traumatología
le ha abierto a ésta un amplio campo de
posibilidades, dentro de las cuales está la
«Osteosíntesis percutánea». Son muchas
las regiones de la economía ósea que se
pueden beneficiar y de hecho ya lo hacen
de esta «Osteosíntesis percutánea», que en
muchos casos (codo por ejemplo), es verdadera osteosíntesis.
Consideramos que es precisamente en
el niño y adolescente menor donde está
su nlayor y más eficiente indicación y
beneficio, pues en estas edades no son muy
ortodoxos los tratamientos cruentos traumatológicos, ni en todos los casos el simple
tratarniento ortopédico o la corrección espontánea con el crecimiento solucionan los
problemas que entran en el ámbito de la
traunlatología infantil. Por supuesto, que
no todo está resuelto con la «Osteosíntesis
percutánea» en el compIejo y difícil antebrazo. Pero un 99 por 100 de buenos resultados nos animan a seguir por este
campo, considerándolo un excelente método de tratamiento y no uno más.
Nos llama la atención con este método
la ausencia de síndromes isquémicos, sinostosis, etc., que sí aparecían con los tratamientos convencionales. Así también, nos
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da la tranquilidad y casi seguridad de que
la fractura no se nos desplaza dentro del
yeso en la primera revisión que hacemos
al enfermo.
Por último, consideramos la «Osteosíntesis percutánea» un método de fácil
ejecución y sencillez si se conoce su técnica. Método cómodo para el médico y el
enfermo, así como económico de cara a
la hospitalización, pues una vez realizado
y el enfermo recuperado de la anestesia,
puede ser dado de alta y revisado periódicamente en consultorio. Así mismo, el
material quirúrgico que se precisa es sencillo y de bajo coste.
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