El martirio de San Lorenzo de Bronzino en Florencia

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San Lorenzo
Diario del AltoAragón - Sábado, 10 de agosto de 2013
referentes al martirio, de los
nombres, el tiempo de su triun‑
fo, añadiendo la estrechez de
las lápidas en la que sólo que‑
daban mayoritariamente un
recuerdo borroso y muy poco
escrito.
San Jerónimo refiere cómo
Dámaso desde muy joven, se
acercaba todos los domingos
junto a otros estudiantes a visi‑
tar las tumbas de los mártires.
“Al recorrer ‑dice‑ aquellas ga‑
lerías subterráneas cuyos mu‑
ros encierran por uno y otro
lado los despojos de los muer‑
tos, y cuya oscuridad desvane‑
ce apenas un rayo de luz que se
filtra por una estrecha abertu‑
ra, unos a otros nos repetíamos
el verso de Virgilio: “Pavor por
doquiera, por doquiera llanto
y múltiple imagen de la muer‑
te”. Su obsesión, no obstante,
fue hacer investigaciones pese
a los pocos datos disponibles,
honrarlos con bellas inscripcio‑
nes métricas y darles venera‑
ción en los mismos lugares de
su enterramiento.
Pero la construcción más des‑
tacada de Dámaso fue la basíli‑
ca de San Lorenzo o “Casa de
Dámaso”, dedicada al diácono
romano y mártir San Lorenzo,
construida bajo su propio man‑
dato y convertida en su propia
casa en el año 380. Aunque la
Iglesia iba dedicada a Cristo,
con el recuerdo del mártir es‑
pañol (San Dámaso había naci‑
do en Roma el año 305, de una
familia de ascendencia espa‑
ñola) puso el “título” del santo
diácono como una invitación
a honrarle más especialmen‑
te, sentando el precedente de
dedicar las Iglesias a los santos
como hoy las conocemos.
Consideremos también que
este actuar respecto a restaurar
los cementerios suburbanos
donde reposaban los cuerpos
de tantos mártires en sus tum‑
bas olvidados, le ha merecido
el nombre de “Papa de las ca‑
tacumbas”, siendo el patrón de
la arqueología y de los arqueó‑
logos.
Hoy 10 de agosto, día en que
tenemos más presente y recor‑
damos con más fervor su mar‑
tirio, nos arrodillamos ante su
capilla de la Basílica de San Lo‑
renzo de Huesca y traemos a
nuestra mente lo que se lee en
la tumba del Diácono y Mártir
que el Papa Dámaso hizo im‑
primir: “Los flagelos del verdu‑
go, las llamas, los tormentos,
las cadenas, han podido ser
vencidos solamente con la fe
de Lorenzo”.
Tumba de San Lorenzo
Basílica de San Lorenzo en Florencia
El martirio de San
Lorenzo de Bronzino
en Florencia
Julia EMPERADOR
Escritora
A
GNOLO di Cosimo, lla‑
mado il Bronzino pintó
en 1569 un espléndido
cuadro “El martirio de San Lo‑
renzo” ubicado en la Basílica
dedicada al Santo en la irrepe‑
tible Florencia, cuna del huma‑
nismo. Anexa a la Basílica se
encuentra la magnífica Biblio‑
teca Laurenciana diseñada por
Miguel Ángel.
Llegamos a Florencia un ca‑
luroso día de comienzo de ve‑
rano, de tardes largas, ocasos
infinitos y cielos incendiados.
Florencia, la ciudad de Brune‑
lleschi, Alberti, Donatello, Bot‑
ticelli, Da Vinci, Miguel Ángel.
Por sus calles se pierden los pa‑
sos de Dante y el poeta Stend‑
hal sufrió un desfallecimiento
al contemplar tanta belleza. Su
centro histórico fue declarado
Patrimonio de la Humanidad en
1982.
Se dice que la Santa Croce for‑
ma junto con el Duomo y San‑
ta María Novella los símbolos
sacros primordiales del orgullo
florentino.
Comenzamos el recorrido en
la Iglesia de Santa María Novella, con su preciosa fachada de
mármol y la magnífica Cruz de
Giotto en su interior presidien‑
do la entrada. Ante el altar de
la Capilla Tornabuoni, decora‑
da con los frescos de Domeni‑
co Ghirlandaio, una mujer reza
postrada de rodillas. Sus manos
curtidas están juntas, imploran‑
tes y sus labios susurran pala‑
bras quedas. Al salir baja los
ojos al suelo, como si buscase
su alma perdida entre las juntu‑
ras de las baldosas.
De ahí nos dirigimos al con‑
junto monumental de Santa
María dei Fiore, en la plaza del
Duomo, centro religioso floren‑
tino. El Duomo fue erigido en
el esplendor de la República de
Florencia. Su gigantesca cúpula
de teja, anuncia cierta ampulo‑
sidad, pero el interior es de una
gran sobriedad y belleza. Está
Martirio de San Lorenzo de Bronzino.
En el interior
hay trabajos
y pinturas de
importantes
artistas, como
“El martirio de
San Lorenzo”
de Bronzino
9
decorado con frescos que repre‑
sentan el Juicio Final.
El Baptisterio románico, con
puertas de Ghiberti que el mis‑
mísimo Miguel Ángel las de‑
finiría como “las puertas del
paraíso” y otros han dicho que
“de su bronce nació la escultura
renacentista”.
Camino de la franciscana iglesia de San Marco, creo oír las
pisadas de Dante que me acom‑
pañan en mi visita al bello Mu‑
seo de San Marco y se emociona
como yo ante la pureza de los
frescos de Fra Angélico por su
colorido y emotividad.
Estoy delante de La Santa
Croce, donde se dice que Stend‑
hal sintió una extraña angustia
y vértigos, un médico le visitó
diagnosticándole “una sobre‑
dosis de belleza”.
Alberga las tumbas de Mi‑
guel Ángel, custodiada por un
conjunto escultórico, Lorenzo
Ghiberti, Maquiavelo, Rossini,
Vasari, Galileo Galilei y Dante,
aunque esta tumba está vacía
ya que sus restos descansan en
Ravena. Me llama la atención la
viveza de los frescos de Giotto,
que ha sido denominado el pri‑
mer pintor moderno.
Es de especial valor la capilla
de los Pazzi, un pequeño edifi‑
cio realizado por Brunelleschi
para esta familia noble.
Antes de abandonar la pla‑
za entramos en un bello café a
tomar un capuchino. La deco‑
ración es cuidada, tulipanes
frescos en las mesas. Suena la
primavera de Vivaldi mientras
saboreo el café y aspiro su in‑
tenso aroma. A través del vio‑
lín, oigo el canto de los pájaros,
el murmullo del torrente y los
truenos en la tormenta. Fuera la
ciudad muestra sus sueños de
belleza.
Continuamos nuestro paseo
hacía el corazón de la ciudad,
la plaza de la Signoria, con su
fuente de Neptuno, el palacio
Vecchio y la Logia con estatuas
maravillosas como “El rapto de
las sabinas” de Giambologna y
me seduce el “Perseo” de Celli‑
ni, el arrogante héroe que trans‑
mite la violencia del momento
representado, o la copia del Da‑
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