El dinamismo axiológico derivado del nihilismo Nietzscheano Por; Gerardo Aazahél Chávez Juárez Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844-1900) fue un filósofo y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores contemporáneos más influyentes del siglo XIX; a su vez fue influenciado por el filósofo alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860) y el músico Richard Wagner (1813-1883). Nietzsche introduce nuevas visiones a la filosofía que cambian el panorama de pensamiento, como la muerte de Dios, que causa la pérdida de los valores, adentrándonos en un paradigma nihilista de la existencia , la idea del superhombre (quien produce los valores), el eterno retorno de lo igual, como también el concepto de vitalismo y la voluntad de poder. (J.marias. 1980. P.352) Nietzsche cambió la visión que se tenía de los griegos desde el siglo XVIII y que había sido establecida por filósofos como Hegel y Schiller, quienes consideraban a Grecia como un pueblo feliz y sin problemas por tener un contacto inmediato con la naturaleza. En su obra “El origen de la tragedia” Nietzsche hace una distinción entre el dios Apolo, como figura de la representación y al dios Dionisio tomado como la voluntad en donde se pueden vislumbrar los orígenes de su concepción del nihilismo, pero ¿en qué consiste el nihilismo? Por un lado, en sentido negativo, designa el largo y penoso proceso de decadencia de la cultura occidental que inició con Sócrates para continuar con Platón. “El nihilismo es una perspectiva axiológica que se encuentra cuestionando la crisis de los valores, y la ausencia del sentido de la vida.” (M.Ferraris.2000.P.6) el nihilismo no designa el no-ser sino, el valor de la nada. En su libro “El origen de la tragedia” Nietzsche comienza Distinguiendo dos principios, lo apolíneo y lo dionisiaco, es decir, lo que corresponde a los dos dioses griegos Apolo y Dionysos. “El primero es el símbolo de serenidad, estabilidad, de la claridad, de la medida, del racionalismo; es la imagen clásica de Grecia; en el dionisiaco, en cambio, encuentra lo impulsivo, lo excesivo y desbordante, la afirmación de la vida, el erotismo, la orgía como culminación de ese afán de vivir, de decir ¡sí! A la vida, a pesar de todos sus dolores.”1(Nietzsche.2007.P.9) Lo apolíneo se da en el arte, de modo que se representa la realidad, donde se puede contemplar la apariencia. Hace una redención de la realidad mediante la apariencia, lo apolíneo diviniza la individuación. “Titánico y bárbaro parecíanle al griego apolíneo también el efecto producido por lo dionisiaco: sin poder disimularse, sin embargo, que a la vez el mismo estaba emparentado también íntimamente con aquellos titanes y héroes abatidos. Incluso tenía que sentir algo más: su existencia entera, con toda su belleza y moderación, descansaba sobre un velado substrato de sufrimiento y de conocimiento, substrato que volvía a serle puesto al descubierto por lo dionisiaco.”2(Nietzsche.2007.P.11) La tragedia griega reúne esta duplicidad entre lo apolíneo y dionisiaco, siendo la música el arte de lo dionisiaco y la poesía lo apolíneo (el orden). En las tragedias se representa la relación entre los hombres y los dioses, deriva del rito; en ella el inocente muere y se cae en lo peor. Para Nietzsche, Sócrates es quien rompe el equilibrio en la tragedia, con un optimismo ético, pues introduce a la ignorancia como un error intelectual, lo cual podría entenderse un poco más claro si nos referimos a la ignorancia como errar tanto como “No acertar”(RAE.1992) como “Andar vagando de una parte a otra” (RAE.1992) en un sentido de movimiento, de dinamismo “el socratismo condena tanto el arte vigente como la ética vigente: cualquiera que sea el sitio a que dirija sus miradas inquisidoras, lo que ve es la falta de inteligencia y el poder de la ilusión (por su fugacidad, igualmente dinámica ) , y de esa falta infiere que lo existente es íntimamente absurdo y repudiable…Sócrates creyó tener que corregir la existencia: él, sólo él, penetra con gesto de desacato y de superioridad, como precursor de una cultura, un arte y una moral de especie completamente distinta”3(Nietzsche.2007.P.28) Sócrates acepta solo lo claro y explicable dando lugar a un realismo que niega lo dionisiaco; “a Sócrates le parecía que el arte trágico ni siquiera dice la verdad: prescindiendo de que se dirige a quien no posee mucho entendimiento, por tanto, no al filósofo”4(Nietzsche.2007.P.29) descarta como criterio de bondad ética, la utilidad, el placer y el poder. Su concepto de bien lo toma del mundo de la técnica, de las artes manuales, el buen zapatero, el buen albañil es el que sabe hacer zapatos o casa, y desprecia la tragedia por ser no útil, de igual manera lo hace su discípulo Platón, al condenar el arte como imitación (mimesis) de la imagen aparente. Pero a Nietzsche le parece que ,"no hay que sustraer nada de lo que existe, nada es superfluo —los aspectos de la existencia rechazados por los cristianos y otros nihilistas pertenecen incluso a un orden infinitamente superior, en la jerarquía de los valores, que aquello que el instinto de decadencia pudo lícitamente aprobar, llamar bueno" (Nietzsche, 1998: 77) Al referirnos a la Axiología nietzscheana hemos de considerarla como una Axiología que no se reduce a conducta psicológica, ni a su estructura lógica. Tampoco se preocupa tanto de la comprensión ontológica o en sí, sino de Una axiológica antropológica, una apreciación y diferenciación de acciones y Cosas, en cuanto afectan al hombre. La axiología antropológica hay que apreciarla dentro de la característica de la subjetividad, no arbitrariedad, ni puro relativismo de la filosofía contemporanea, para conocer gnoseológicamente y para valorar positiva, negativa, gradual y axiológicamente.(L.Jimenez. PDF.pag.170) Para Nietzsche, el “hombre teórico”, cuyo iniciador sería Sócrates, es aquel que trabaja en servicio de la ciencia, quien está preso en la cultura Helénica; esté sería también el hombre moderno, quien intenta negar la tragedia. "Una cuestión fundamental es la relación del griego con el dolor, su grado de sensibilidad, su, anhelo de belleza, surgió de una carencia, de una privación, de la melancolía, del dolor" (Nietzsche, 2003: 30). La relación que existe entre el dolor y el griego origina sólo su anhelo estético. Este movimiento crea una interpretación que se consolida como la doctrina cristiana. “La doctrina cristiana, quiere ser sólo moral, y con sus normas absolutas, relega el arte, todo arte, al reino de la mentira, lo niega, lo reprueba, lo condena. Detrás de semejante modo de pensar y valorar, percibía yo también desde siempre lo hostil a la vida, la rencorosa, vengativa aversión contra la vida misma, El cristianismo fue desde el comienzo, de manera esencial y básica, náusea y fastidio contra la vida sentidos por la vida, náusea y fastidio que no hacían más que disfrazarse, ocultarse, ataviarse con la creencia en «otra» vida distinta o mejor. El odio al «mundo», la maldición de los afectos, el miedo a la belleza y a la sensualidad, en el fondo un anhelo de hundirse en la nada, en el final, en el reposo“(Nietzsche, 2003: 33) Es decir, según Nietzsche, “hay más razón en el cuerpo que en la mejor sabiduría." (Nietzsche, 2007: 63) Considera siempre tanto el conocer como el valorar desde el hombre y para el hombre. Para Nietzsche el ser es la realidad, y ésta es un antagonismo de contrarios, por esto, el error de la metafísica es haber postulado al cuerpo como el error que amerita ser olvidado. No existe una separación entre la razón y el cuerpo, de hecho se deduce que todo lo que acontece en el cuerpo es válido, dicho de otra forma, no sólo el cuerpo, también los sueños y la imaginación tienen un lugar importante. De esta forma se esboza su concepto vital, el vitalismo, muy importante en el pensamiento de Nietzsche, hace referencia a la importancia de la vida y de la salud física y psicológica en los hombres. La guerra es considerada un remedio radical para fortalecer a los débiles y enfermos; esta sería la única forma de “progreso”, pues después de la destrucción que causa una guerra, surge un optimismo de cambio. ¿Pero porque es que de la guerra, de la destrucción, del caos, deriva un optimismo de cambio? Sencillamente porque detrás de esta aparente negación de la vida, por parte de esta idea que se opone a el concepto vitalista que Nietzsche concibe, se encuentra un concepto aún más fundamental, este concepto es el de la “voluntad de poder”. La esencia de la virtud es la voluntad de poder, la acción (dynamos): tendrá que ser la encarnada voluntad de poder, querrá crecer, extenderse, atraer a sí, obtener preponderancia, - no partiendo de una moralidad o inmoralidad cualquiera, sino porque vive, y porque la vida (y poder.”(Nietzsche.1990.p29) la muerte) es cabalmente voluntad de Esto nos remonta a su obra “La genealogía de la moral”, en donde busca la ética para la creación de los valores. En este libro contrapone al “Sacerdote” con el “Guerrero” de modo similar al que hace en su primer libro “El origen de la tragedia” donde contrapone a Apolo y Dionisio. El sacerdote sería la figura intelectual, que crea sus valores racionalmente, más este sufre de una enfermedad, tal enfermedad que le estorbaría al guerrero en su actuar. Pues los sacerdotes son los resentidos, los que habían sido conquistados por los guerreros: “Desde el comienzo hay algo no sano en tales aristocracias sacerdotales y en los hábitos en ellas dominantes, hábitos apartados de la actividad, hábitos en parte dedicados a incubar ideas y en parte explosivos en sus sentimientos, y que tienen como secuela aquella debilidad y aquella neurastenia intestinales que atacan casi de modo inevitable a los sacerdotes de todas las épocas”(Nietzsche.2005.p.43) Y son a la ves los creadores de los valores cristianos, comenzando por los judíos, estos valores que llegaron a establecerse en occidente sobre todos los individuos y que sepultaron la moral del guerrero; así Nietzsche nos conduce a pensar que en la modernidad es el odio del resentido el que crea la moral. El cristianismo hace que los miserables, los pobres, los débiles, sean los buenos. Comienza observando la definición de los conceptos de bueno y malo desde una perspectiva epistemológica y hermenéutica, analiza el vocablo «malo» en alemán (schlecht), que significó originariamente el “simple” el hombre vulgar y bajo. En cambio, el concepto «bueno» (gut) se refería al hombre de rango superior, al noble, al poderoso, al señor, al Aristócrata original. (Nietzsche.2005.p.37) Sobre la moral del guerrero: “Los juicios de valor caballeresco–– aristocráticos tienen como presupuesto una constitución física poderosa, una salud floreciente, rica, incluso desbordante, junto con lo que condiciona el mantenimiento de la misma, es decir, la guerra, las aventuras, la caza, la danza, las peleas y, en general, todo lo que la actividad fuerte, libre, regocijada lleva consigo…que toda moral noble nace de un triunfante sí dicho a sí mismo, la moral de los esclavos dice no, ya de antemano” (Nietzsche.2005.p.45) El hombre común, es un animal que evalúa, que tiene la capacidad de hacer juicios, por lo tanto es generador de valores. Para Nietzsche no se puede hablar de algo bueno o malo, de algo justo o injusto pues la vida solo actúa, sin evaluar. “Hablar en sí de lo justo y lo injusto es algo que carece de todo sentido; en sí, ofender, violentar, despojar, aniquilar no puede ser naturalmente “injusto” desde el momento en que la vida actúa esencialmente, es decir, en sus funciones básicas ofendiendo, violando, despojando, aniquilando, y no se la puede pensar en absoluto sin ese carácter.” (Nietzsche.2005.p.45) Finalmente, el nihilismo también otorga la misma posibilidad de observar la muerte de Dios, lo cual significa que no hay propiamente un sentido, y que aquellos que habían sido considerados los valores supremos se desvalorizan dando paso a la concepción del superhombre, creador de sus propios valores y seguidor del sentido de la existencia. Por lo que el nihilismo, no es más que una instancia en la que se recae cíclicamente, es el eterno devenir, la expresión paradójica del dinamismo, de la voluntad que se manifiesta sin piedad, sin contemplaciones, en la cual tiene cabida, por pequeños instantes, el sentido de la permanencia creando nuevos valores, seguido de la destrucción de los mismos. Es el orden inmerso en el caos. Bibliografía: * Julián Marías (1980) “Historia de la filosofía” Ed. Revista de Occidente. Madrid * Maurizio Ferraris (2000) “Nietzsche y el nihilismo”. Madrid. Ed. Akal * Luis Jiménez Moreno. La axiología Nietzscheana (valorar es crear). Universidad complutense. http://revistas.ucm.es/index.php/RESF/article/viewFile/RESF9595120165A/1 1241 * Nietzsche, Friedrich:(2007) “El origen de la tragedia” Ed. Espasa Calpe S.A. España. * Nietzsche, Friedrich (2003), El nacimiento de la tragedia, Madrid, Alianza Editorial * Nietzsche, Friedrich (1990), Más allá del bien y del mal, Madrid, Alianza Editorial * Nietzsche, Friedrich. Genealogía de la moral”. Madrid. (2005) Alianza editorial * Real Academia Española (1992). Diccionario de la lengua española (21ba Ed.) Madrid, España: Espasa-Calpe.