33 MORENO MARQUEZ, César, ÚI intención comunicaliva. Ontologfa e intosubjetivitúu:l en /Q fenomenologfq, de Husserl, Thémata (Suplementos, serie mayor 1), Universidad de Sevilla, Sevilla, 1989,368 págs. por Agustín Rodríguez Serrano Investigar prolijamente el difícil problema fenomenológico de la intersubjetividad en el pensamiento de Husserl (sin despreciar los detalles e infinitos pormenores y vericuetos del mismo), ofrecer una perspectiva personal del problema (que se expresaría en la misma expresión de intención comunicativa, en el doble sentido de intencionalidad y pretensión) y, a la vez, aportar un camino para completar y perfeccionar los logros husserlianos, que el autor no duda en confirmar, constituyen los méritos de este trabajo, que no podría ser encuadrado simplemente bajo la rúbrica de "Historia de la Filosofía". Desde el principio de la investigación, que nos sitúa frente a "los infortunios del yo" (entre el psicologismo y el sociologismo), hasta su sección final (parte IV), donde se aborda el tránsito desde la "intención comunicativa" a la "praxis dialógica", se detecta en este trabajo un afán de pensar problemas, buscar hilos conductores y, en defmitiva, construir un modo de pensar lo intersubjetivo y, derivadamente, la relación interhumana: el problema del Otro, en suma. Con estudios como éste -aparecido, desgraciadamente, en una editorial con poca difusión-, vieQe a confirmarse la enorme relevancia, no ya sólo en el pensamiento husserliano, sino en el panorama global de la filosofía del siglo XX, del problema de la intersubjetividad y de lo que Husserl denominó Fremderfahrung. Frente a tópicos interpretativos que despachan el esfuerzo husserliano como inútil, en la medida en que no sería posible superar en él el fantasma del solipsismo, César Moreno se esfuerza por mostrar no sólo que dicho fantasma es a su vez un fantasma, efecto desgraciado de un enfoque defectuoso del ámbito de intereses de Husserl, sino que en los análisis de Husserl podemos encontrar una riquísima materia prima de pensamiento y logros fundamentales, así como múltiples posibles derivaciones (incluso, por supuesto, más allá de Husserl), que es de esperar y desear que aborde en futuras investigaciones. La perspectiva adoptada por César Moreno es básicamente ontológica (de aquí el interés preferente que presta a la welterfaltrendes Leben y al interesante problema de la evidencia en el contexto fenomenológico), pero también, si acaso implícitamente, antropológica. En gran medida, buena parte de su investigación se articula en torno a la tesis, defendida por Husserl, según la cual «el universo de posibilidades de 34 mi ser-de-otro-modo se recubre con el universo de posibilidades de un yo en general». A partir de aquí, se considera al Otro como el posible ser-de­ otro-modo del yo, lo que obliga -muy esforzadamente- a prestar atención a los problemas suscitados por la Eigenheitssphiire husserliana, la reciprocidad de perspectivas (HusserljSchñtz), la normalidad, la proyección eidética de lo intersubjetivo, la relevancia experiencial de la monadología, etc. A .pesar de reconocer el rendimiento de la intersubjetividad trascendental monadológica, el autor evita la tentación de pensar que desde el Otro como ser-de-otro-modo del yo podría transitarse sin dificultades ni riesgos al Otro como Otro-que-yo, en la plenitud o cima de su alteridad y extrañeza. Son esa dificultad y tal riesgo los que le obligan a introducir la cuña, digámoslo así, de la praxis dialógica (que no es sólo una exigencia ética, sino racional, en la medida en que contribuye decisivamente a la verificación de lo intersubjetivo), en lo que César Moreno se declara deudor de, entre otros, Emmanuel Lévinas, de cuya metaontología se ocupó en anteriores trabajos. No basta, por tanto, a su juicio, la mera (y básica, a la vez que fundamental) intención comunicativa, siendo necesario preguntar al Otro por su propia perspectiva. No sería suficiente, así pues, la mera visión sin la escucha de la trascendencia del Otro, capaz de decirse a sí misma. Por otra parte, otro de los /eiv-motiv del estudio lo encuentra el autor en las tres máximas del sensus communis logicus kantiano: el pensar por sí mismo, el pensar en lugar de cada otro, y el pensar de acuerdo consigo mismo. El proyecto global de la fenomenología husserliana de la intersubjetividad podría encuadrarse fructíferamente en esos parámetros. El tratamiento que del problema de lo intersubjetivo lleva a cabo César Moreno no alcanza -seguramente por las exigencias impuestas por una delimitación clara y prudente de su objeto de estudio- a las cuestiones suscitadas por el lenguaje (p.ej., los actos de habla), los mundos posibles, el reto de la extrañeza (empírica, concreta) del Otro hombre, etc. Sin embargo, ello es comprensible a la vista de la enjundia específica del problema de la intersubjetividad en Husserl, que merece este libro, sin duda importante en el panorama filosófico español, y otros que se sumen a su intento. Obligemos al autor, así pues, a que prosiga e insista él mismo en el esfuerzo emprendido.