CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA

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CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD
DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA
1.- INTRODUCCIÓN.
En el estudio de las fuentes del crecimiento agrario ha sido habitual la
descomposición de los cambios en la producción en dos grandes bloques
de factores determinantes. El primero correspondería a la variación en las
cantidades empleadas de los factores productivos clásicos, tanto primarios
superficie agrícola, capital y trabajo, entre ellos , como intermedios fertilizantes, semillas, plaguicidas, piensos y otros. El segundo de los determinantes del crecimiento agrario integraría a un conjunto heterogéneo de elementos que influyen en el avance de la producción, pero que no pueden atribuirse directamente al mero aumento cuantitativo en el uso de factores productivos, y que deben relacionarse, en cambio, con circunstancias como el
progreso técnico, la difusión de prácticas agrícolas más eficientes, las mejoras en la organización de la producción y, también, en la cualificación de los
recursos humanos, así como otros aspectos difíciles de medir. Este segundo bloque representa por tanto una especie de cajón de sastre que recibe el
nombre convencional de Productividad Total de los Factores (PTF en lo sucesivo) y presenta, como es sabido, notables ventajas con respecto a los índices parciales de productividad la productividad parcial del trabajo, o de la
tierra son quizá los más habituales a la hora de medir la repercusión sobre
la producción de las mejoras procedentes de un uso más eficiente de los
recursos productivos o de la aplicación de innovaciones técnicas.
La literatura basada en la denominada contabilidad del crecimiento e s
abundante, y sus contribuciones al análisis de los cambios en la producción
agraria son ya numerosas, de tal modo que en la actualidad es posible disponer de un número significativo de estimaciones de la PTF para distintos
países y períodos de tiempo, e incluso para España con desglose regional.
Sin embargo, la mayoría de estos cálculos no toma suficientemente en
cuenta el hecho de que el desarrollo agrícola debe analizarse atendiendo
también a las interrelaciones de la agricultura con el resto de la economía,
tanto a través de los mercados de factores productivos, como en su papel de
abastecimiento de los mercados de alimentos y materias primas. Un aspecto central de las contribuciones que el crecimiento de la producción agrícola realiza al desarrollo económico general, tanto en España como en otros
países, es precisamente la transferencia de una parte sustancial de las gaPágina 1
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nancias de productividad que se obtienen en la agricultura a los consumidores y también a aquellos sectores que utilizan los productos agrícolas como
inputs intermedios en sus procesos de producción. El mecanismo que sirve
de vehículo a esta transferencia es el deterioro de la Relación Real de Intercambio de la agricultura, medido a través de la evolución de los precios agrarios respecto a los precios del conjunto de bienes y servicios producidos en
la economía.
El objetivo de esta investigación es ilustrar empíricamente cómo e s
posible integrar la diferente evolución de los precios agrícolas y del nivel general de precios de la economía en el análisis convencional del crecimiento
de la producción agrícola; para ello se emplea el enfoque metodológico propuesto inicialmente por Gopinath, Arnade, Shane y Roe (1997) y se analizan
las fuentes del crecimiento de la producción agraria española entre los años
1973 y 1998. Esta aproximación permite una visión de los cambios en la productividad más acorde con la relación que se produce a lo largo del proceso
de desarrollo económico entre el sector agrario y el resto del sistema económico.
En el segundo apartado, tras esta introducción, se describen la metodología y los datos; en el tercero se presentan los resultados y se comparan
con los obtenidos en otros estudios; finalmente, el apartado cuarto recoge
las conclusiones.
2-.- METODOLOGÍA.
Los aspectos básicos de la aproximación metodológica seguida en
este trabajo propuesta, como se ha apuntado en la introducción, por Gopinath, Arnade, Shane y Roe (1997) pueden exponerse considerando a una
economía donde se producen dos tipos de outputs, agrario (A) y no agrario
(N) representados genéricamente por el vector yj, siendo j = A,N, a partir
del uso de tres categorías diferentes de inputs, xA, xN y xE, donde xj son inputs
específicos del sector j, mientras que xE es un vector de factores comunes al
conjunto de la economía. La representación de la tecnología puede realizarse a partir de la siguiente función de producción agregada para el conjunto
de la economía (Woodland, 1982):
G(pA, pN , x A, xN , x E; γ ) …max X
{
j =A ,N
(
p jY j x j , x Ej ; γ j
)}, donde
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X =
{(x , x
A
N
(
j
siendo Yj x j , x E ;γ
, x EA, x EN ): x A ≤ x A, xN ≤ xN , xEA + x NE ≤ xE
}
(1)
) una función de producción con rendimientos constantes .
1
j
Los precios del output agrario y no agrario están representados por p j
j = A,N, mientras que el término γj es una variable externa a
las decisiones de la empresa y, en un sentido amplio, representa el estado
de la tecnología en el sector j.
nuevamente
El objetivo del programa de optimización matemática (1) es, como
puede observarse, encontrar la combinación de factores productivos que,
dadas las restricciones impuestas por el estado del conocimiento o tecnología en cada uno de los sectores considerados, y por la propia dotación de
factores específicos y comunes  con que cuenta la economía, representada por el vector (x A ,x N , x E ), permite maximizar el output agregado, definido
como la suma de la producción de los sectores agrario y no agrario. Una vez
obtenidas las soluciones del programa (1), dadas por el vector
(x
j*
E
, x *A , x *N ; λA , λN , λE ) , este puede redefinirse en los siguientes términos:
2
G(pA, pN , x A, xN , x E; γ ) …max X
X =
{(x , x
A
N
{
j =A ,N
(
p jY j x j , x Ej ; γ j
)}, donde
, x EA, x EN ): x A ≤ x A, xN ≤ xN , xEA ≤ xEA* , x EN ≤ xEN*
}
(2)
El programa (2) busca, por su parte, maximizar la producción agregada de la economía agraria y no agraria, considerando las restricciones
impuestas por la tecnología y, también, por la dotación de factores específicos con que cuenta cada sector. Sin embargo, ahora se introduce la restricción de que cada sector puede, como máximo, hacer uso de la cantidad de
inputs comunes al conjunto de la economía que le corresponde de acuerdo
con la solución al programa (1), que expresa la asignación óptima de estos
factores entre los sectores agrario y no agrario.
3
La solución al programa (2) viene dada en este caso por :
1
Ver Diewer, W.E. (1980).
Los multiplicadores de Lagrange, variables λ A, λN y λ E representan los precios sombra de
los factores de producción.
2
3
Para probar esta proposición, Gopinath, Arnade, Shane y Roe (1997) remiten al apéndice
2 de Gopinath y Roe (1995).
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G(pA, pN , x A, xN , x E; γ ) …
j =A,N
(
g j p j , x Ej* , x j ;γ j
…gA (pA , xEA*, xA ; γ A )+ gN (pN , x EN* , x N ; γ N )
)
(3)
donde gj j = A,N es la función de producción del sector j, la cual, bajo ciertas condiciones de regularidad, representa una completa caracterización de
la tecnología (Diewer, 1974).
La función de producción de la agricultura es, en consecuencia, gA
 por comodidad expositiva, a partir de este momento nos referiremos a ella
como simplemente g, y puede ser utilizada para definir el siguiente índice
de productividad en el momento del tiempo t (Diewert y Morrison, 1986):
R (p, x , xA ) =
t
A
E
g(p, xEA, x A; γ At )
g(p, xEA, xA ; γ At−1)
,
(4)
El término Rt mide el incremento porcentual en la producción agraria
que puede ser obtenido con la tecnología disponible en t representada por
γt respecto al alcanzado con el nivel tecnológico disponible en el período
t-1
anterior t-1 variable γ , dados un vector de inputs específicos de la agricultura y un vector de inputs comunes al conjunto de la economía, así como
unos precios reales p. Los precios reales de la agricultura miden la evolución
relativa de los precios agrarios en relación a los precios del conjunto de la
economía y una manera directa de calcularlos consiste en deflactar un índice
de precios agrarios por el deflactor general del PIB.
El índice de productividad de la expresión (4) puede formularse de diferentes formas, entre ellas las siguientes:
R =
t
L
R =
t
P
g(pt −1, x EAt, −1, x At−1; γ t )
g(p t −1, xEA,t −1, x tA−1;γ t −1) , o bien
g(pt , x EA,t , x tA;γ t )
g(p t , x AE,t , x At; γ t −1)
(5)
(6)
El primero de los índices de productividad expresión (5) es un índice de tipo Laspeyres, que utiliza como referencia los precios reales y las cantidades de inputs del período t-1, mientras que la expresión (6) representa un
índice de productividad de tipo Paasche, que toma como base los precios y
los factores productivos del momento t. Estos dos índices no son directamente observables; sin embargo, suponiendo que la función de producción
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agraria adopta una forma funcional translogarítmica, puede construirse un
nuevo índice de productividad como la media geométrica de ambos. Bajo
este supuesto y asumiendo que las empresas tienen como objetivo maximizar sus beneficios se cumple que (Gopinath y Roe, 1995):
g(p t , x t ; γ t ) …
H
h= 1
λtA,h x tA,h +
H'
h' = 1
λEt ,h ' x tE,h ' …
K
k =1
pkt y kt ,
(7)
donde el término y es una medida física de la producción en cada una de las
K categorías de output consideradas, y λ representa el precio de los H y H’
factores de producción específicos de la agricultura y comunes al conjunto de
la economía, respectivamente.
La media geométrica de las expresiones (5) y (6) puede expresarse
como (Diewert y Morrison, 1986):
(R
t
L
1/ 2
RPt ) =
a
,
b *c *d
t
donde:
a=
t
p y
p t − 1 y t− 1
ln b =
1
2
(8)
p tk y tk p tk−1 y kt −1  pkt
+ t −1 t −1 √ ln t −1 √ , y
t
t
p y ↵
pk ↵
k =1 p y
(9)
K
λ tA,h xAt ,h λtA−,1h x tA−,h1  x tA,h
1 H 
lnc =
+ t −1 t −1 √ ln t −1 √
2 h =1 p t y t
p y ↵ x A,h ↵
t
t −1
t −1
t
t
1 H' λE,h ' x E,h' λE,h ' x E,h '  x E,h '
lnd =
+ t −1 t −1 √ ln t −1 √
2 h '=1 p t y t
p y ↵ x E,h ' ↵
(10)
(11)
(12)
La expresión (9) recoge el crecimiento de la producción real de la agricultura, entendiendo por tal el valor de la producción nominal deflactado por
el deflactor general del PIB. El término b es, por su parte, un índice translog
de precios del output y, finalmente, c y d son dos índices translog de cantidades de inputs específicos y comunes, respectivamente. En consecuencia, la
expresión (8) es un índice de productividad; además, esta misma expresión
permite descomponer el crecimiento del producto real de la agricultura en
tres efectos, a saber: (i) un efecto precio, recogido por el término b, (ii) el
efecto del cambio en el uso de los inputs, recogido conjuntamente por los
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términos c y d, y, por último, (iii) un residuo que es la Productividad Total de
los Factores.
Los efectos precio individuales de cada output k pueden medirse a
partir de cada ln bk, del mismo modo que el efecto sobre el crecimiento de la
producción real del cambio en el uso de cada uno de los h inputs específicos
4
de la agricultura viene recogido por ln ch , mientras que la contribución de los
h’ inputs comunes estará dada por ln dh’.
Variables y fuentes estadísticas.
La fuente principal de los datos utilizados en el análisis está constituida por la base Spel de Eurostat (1973-1998). Esta fuente estadística ha sido
utilizada para obtener la información sobre precios y cantidades de los distintos outputs del sector agrario, así como las cantidades y valores unitarios
de la mayoría de los inputs.
Las diferentes producciones agrícolas consideradas han sido 58, in5
6
cluyendo las producciones agrícolas y ganaderas , tanto finales como intermedias. En una primera etapa, para desagregar el efecto precio, estas
7
producciones han sido agrupadas en 12 categorías y, en segundo término,
4
A título de ejemplo, ch debe ser interpretado como el cambio en el output real, que tendría
lugar manteniendo constantes los precios reales y el uso del resto de los factores de producción, debido al cambio en el uso de la cantidad del factor productivo específico h de
a x At ,h .
x t -1
5
Las produciones agrícolas finales son: trigo blando, trigo duro, centeno, cebada, avena,
maíz, otros cereales, arroz, legumbres, patatas, semillas de colza, semillas de girasol, hojas
de soja, otras semillas y frutos oleaginosos, aceitunas para aceite, coliflor, tomates, otras
hortalizas, cítricos, manzanas peras y melocotones, otras frutas, uva de mesa, aceitunas de
mesa, uvas para vino de mesa, uvas para otro vino (calidad), remolacha azucarera, tabaco
en rama, lino y cáñamo, otros cultivos industriales, plantas de vivero, flores y plantas ornamentales, otras producciones vegetales finales. Por su parte, las producciones agrícolas
intermedias son: otras raíces y tubérculos , pastos, plantas forrajeras, heno, y, finalmente,
paja.
6
Las producciones ganaderas finales son: leche de vaca, carne de vacuno, ternera, cerdo,
oveja y cabra, y, por último, ave, leche de oveja y cabra, huevos, lana cruda y, por último,
otros productos animales. Por su parte, las produciones ganaderas intermedias son: terneros de engorde, novillas, vacas lecheras, lechones, corderos, polluelos, toros de engorde,
otras vacas, nitrógeno de estiércol, fósforo de estiércol, y, en último lugar, potasio de estiércol.
7
Estas doce categorías son: cereales y arroz, legumbres y patatas, semillas oleaginosas,
aceitunas para aceite, hortalizas y frutas, uva de vino, resto de producciones agrícolas
finales, producciones agrícolas intermedias, leche de vaca, carne de vacuno y ternera,
resto de producciones ganaderas finales y, en último lugar, producciones ganaderas intermedias.
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en dos grandes grupos que se corresponden con los productos agrícolas y
los productos ganaderos, respectivamente. Las cantidades producidas de
los diferentes outputs proceden directamente de la base de datos Spel,
mientras que sus precios reales han sido obtenidos dividiendo los respectivos valores unitarios corrientes, proporcionados asimismo por la citada base
de datos, por el deflactor del PIB.
En relación a los factores productivos, se han considerado un total de
24 inputs intermedios y 3 inputs primarios. Los factores de producción intermedios han sido agrupados en seis categorías que a, a su vez, se han agre8
gado posteriormente en inputs agrícolas fertilizantes , semillas y productos
9
10
fitosanitarios y ganaderos  piensos , animales de engorde y, por último,
productos farmacéuticos. La información necesaria para realizar el análisis
procede asimismo de la base Spel de Eurostat (1973-1998). Los inputs primarios incluidos en el análisis son trabajo  asalariado y familiar y capital;
las series sobre el uso del factor trabajo  medido en Unidades de Trabajo
Año (UTAs) proceden de New Cronos base COSA de Eurostat. La participación de los costes del trabajo en el valor de la producción se ha obtenido a
partir de las cifras de remuneración a asalariados de la fuente citada; dado
que éstas se refieren únicamente al trabajo asalariado, se ha supuesto el
mismo coste por UTA para el trabajo familiar. Finalmente, las series de capital tienen su origen en las estimaciones sobre el stock de capital en España de la Fundación BBV (2000); la participación de los costes de uso del capital en el valor de la producción se ha obtenido de forma residual.
3.- RESULTADOS.
El enfoque metodológico cuyos principales rasgos se han descrito en
el epígrafe precedente, ha permitido analizar las fuentes de crecimiento de la
producción agraria española en el período 1973-98; asimismo, se han obtenido los resultados para las etapas 1973-85 y 1985-98. El criterio de demarcación de estos períodos ha sido el acceso de España a la Unión Europea el
8
Esta categoría incluye siete tipos de fertilizantes según su composición –nitrógeno, fosfato y potasio– y su procedencia –industrial o de estiércol–; además del fertilizante de cal.
9
Incluyendo siete categorías de piensos según su procedencia y riqueza –ver la fuente
original para mayor detalle.
10
Esta categoría de inputs intermedios incluye terneros, novillos, vacas, cerdos, toros, corderos y, por último, pollos.
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CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA
primero de enero del año 1986. El hecho de que la incorporación española al
proceso de integración europea supusiera la aplicación progresiva de la Política Agraria Común, con sus consiguientes efectos sobre precios y producciones, se ha considerado justificación suficiente para distinguir ambas etapas.
La producción agraria española valorada en términos reales recuérdese nuevamente, deflactada con el deflactor general del PIB disminuyó a
una tasa media anual del 1,54 por ciento entre los años 1973 y 1998, siendo
la caída más acusada en la segunda etapa años 1985-98, respecto al
período precedente (Cuadro 1). En la reducción del valor real de la producción, la responsabilidad principal correspondió a la desfavorable evolución
de los precios de los productos agrarios en relación al comportamiento tendencial de los precios del conjunto de bienes y servicios producidos por la
economía española. La caída media de la Relación Real de Intercambio del
sector agrario español efecto precio agregado se ha mantenido alrededor
del 3 por ciento anual durante los veinticinco años contemplados, lo que da
cuenta, no sólo de la magnitud de la pérdida de poder de compra de los productos agrícolas, sino también de la elevada continuidad con que esta circunstancia ha venido produciéndose a lo largo del tiempo.
El segundo de los elementos explicativos del cambio de la producción
agraria la contribución en términos agregados de los inputs productivos
también resulta ser negativa y además de una magnitud importante. La evolución en términos cuantitativos de los inputs resta aproximadamente 0,7
puntos porcentuales a la tasa de crecimiento de la producción, como media
del período 1973-98, aunque la contribución es más desfavorable entre los
años 1973 y 1985, en relación a la segunda de las etapas estudiadas.
Finalmente, la PTF obtenida residualmente como la parte del cambio
del producto real no explicada por el efecto precio y, tampoco, por el cambio
en el uso de los inputs aporta una contribución positiva al crecimiento de la
producción real agraria del 2,11 por ciento anual en 1973-98, observándose,
también aquí, un sustancial cambio de ritmo entre las dos etapas consideradas. Así, el crecimiento de la productividad es más notable hasta mediados
de los ochenta período en el que alcanza una tasa media anual del 3,0 por
ciento, frente a la etapa posterior, en la que el crecimiento de la PTF se reduce hasta el 1,3 por ciento de media anual.
(INSERTART CUADRO 1)
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CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA
Conviene, después de estudiar los grandes rasgos del crecimiento de
la producción real agraria española, indagar en cada uno de sus elementos
determinantes. La trayectoria de los precios relativos de la agricultura en relación a los del resto de la economía no constituye en modo alguno una sorpresa. Únicamente el sector servicios ha experimentado a lo largo del último
cuarto de siglo una elevación de sus precios reales en el sentido de que
sus precios han crecido por encima de los del conjunto de la economía,
mientras la industria y, especialmente, la agricultura los han visto declinar.
Este hecho es el resultado de la interacción de un conjunto de fuerzas de
oferta y demanda, que tienen que ver con las mayores o menores posibilidades de lograr incrementos de la productividad en unas u otras actividades
productivas, aunque también con las diferentes elasticidades que los bienes
 agrícolas e industriales y los servicios pueden mostrar ante cambios en la
renta. La agricultura se enfrenta, por una parte, a las bajas elasticidades de
la demanda respecto a la renta que caracterizan a la demanda de alimentos
en los países desarrollados, con valores netamente inferiores a la unidad e
incluso negativos para algunos productos, y, por otra, a una rápida asimilación de innovaciones tecnológicas que determinan notables elevaciones de
los rendimientos agrícolas y ganaderos. La carencia de poder de mercado
de las explotaciones agrícolas, dada la estructura atomística de la producción, implica que las ganancias de productividad se trasladan con prontitud a
los precios de mercado y no generan, sino muy transitoriamente, beneficios
extraordinarios a los productores.
El deterioro de los precios relativos agrarios es un reflejo de las ganancias que el conjunto de consumidores finales de productos agrarios y la
industria transformadora de materias primas y alimentos de origen agrícola,
obtienen como resultado del poder adquisitivo que la agricultura les transfiere, y representa, en definitiva, la forma en que el resto de la sociedad participa de las ganancias de productividad que tienen lugar en la producción de
bienes agrícolas y ganaderos. El hecho de no tomar en consideración estos
aspectos oscurece, sin duda alguna, el papel que juega la agricultura en el
conjunto del sistema económico y puede reducir el cómputo de la rentabilidad social del gasto público en I+D, infraestructuras agrarias y formación
profesional de los agricultores, cuando este se limita a contemplar el impacto de este gasto sobre la productividad de la agricultura y no tiene suficientemente en cuenta el desbordamiento de sus beneficios hacia los consumidores finales y otros sectores de la economía.
Página 9
CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA
El papel jugado por los precios relativos puede contemplarse con un
mayor nivel de detalle analizando la contribución particular que hacen al
efecto precio agregado cada uno de los subsectores agrícolas y ganaderos
(Cuadro 2). Esta contribución es el resultado combinado de la evolución de
los precios reales de cada subsector, y del peso relativo de cada uno ellos
en el agregado de la producción agrícola y ganadera. En el conjunto del período, las contribuciones de signo negativo más importantes por su orden de
magnitud corresponden a los sectores de cereales y arroz, frutas y hortalizas, y el grueso de las producciones ganaderas con excepción de la leche.
Conviene tener presente, no obstante, que se trata de las ramas que más
ponderan en la producción agrícola y ganadera agregada, ya que conjuntamente representan, como media del período 1973-98 las tres cuartas partes
de la producción agraria, lo que explica en gran medida lo elevado de s u
contribución negativa. Las contribuciones sectoriales de signo positivo al
efecto precio agregado se limitan a las aceitunas para aceite y las uvas para
vino, y únicamente en algunas etapas; sin embargo, dado que conjuntamente sólo representan el 6,6 por ciento del valor agregado de la producción,
su repercusión en la determinación del efecto precio agregado es ciertamente escasa.
(INSERTAR CUADRO 2)
En cuanto a la contribución agregada de los inputs, resulta asimismo
conveniente analizar su efecto atendiendo a los diversos tipos de factores
productivos manejados por la agricultura (Cuadro 3), con el fin de observar
en qué medida esta tendencia general viene influida por los cambios en los
niveles de utilización de los diferentes inputs, y por la importancia relativa de
cada uno de ellos en la estructura de costes del sector. En conjunto, los
inputs intermedios agrícolas y ganaderos crecen a un ritmo próximo al 1,5 por
100 a lo largo del período 1973-98 (Cuadro 4). Diferente es, por su parte, la
evolución de la utilización de los inputs primarios; en la etapa estudiada, el
sector adquiere una dimensión crecientemente intensiva en capital, a la vez
que se contrae el uso del factor trabajo. El stock de capital crece con la mecanización de la agricultura, la expansión de la cabaña ganadera y, también,
de la superficie ocupada por los cultivos permanentes, o la transformación
en regadío de un sustancial número de hectáreas, entre otros factores; este
aumento de la dotación de capital se produce, básicamente en el primer período 1973-85, en el que el ritmo de crecimiento medio anual es del 3,5 por
ciento; posteriormente, las cifras muestran una estabilización del valor real
del capital agrario.
Página 10
CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA
(INSERTAR CUADROS 3 y 4)
El trabajo agrario presenta, en cambio, una tendencia continua a la reducción continua en su utilización, fruto, en un primer momento, de la intensa
emigración hacia actividades urbanas, y, posteriormente, de una caída en la
actividad a medida que se reduce la población activa por la jubilación de la
población de mayor edad y la escasa entrada en el sector de activos más
jóvenes. La caída del empleo agrario es más intensa para el trabajo familiar
4,3 por ciento en 1973-98, que para el trabajo asalariado 2,9 por ciento.
Esta circunstancia se debe, fundamentalmente, al mantenimiento de un
fuerte ritmo de caída del empleo de los cabezas de explotación y ayudas familiares en las dos últimas décadas, al tiempo que se ralentiza la reducción
del número de trabajadores asalariados.
La elevación de la PTF representa la ganancia que el cambio tecnológico y las mejoras en la eficiencia productiva aportan a quienes detentan los
factores de producción en la agricultura, y ha sido la única vía de variación
positiva de la producción real agraria española en las últimas tres décadas
del siglo XX. La trascendencia de este hecho se pone de relieve, si se tiene
en cuenta que, bajo la hipótesis de que en el período 1973-98 no hubiesen
variado el volumen de inputs productivos utilizados y tampoco la Relación
Real de Intercambio inicial del sector, la producción agraria española en
términos reales habría sido en el último de los años 1998 un 69 por ciento
superior a la existente en 1973, en vez de ser un 47 por ciento inferior, como
muestran las cifras. La aportación de la PTF ha mostrado, sin embargo, una
tendencia decreciente conforme discurría el período analizado.
Esta ralentización puede deberse a múltiples causas, aunque resulta
sintomático que el mismo tipo de evolución se haya registrado en otros países desarrollados, y, en particular, en la agricultura norteamericana, en la
que la llegada de los años ochenta marca también un cambio de tendencia
hacia una menor tasa de incremento en la productividad agregada de los
factores de producción. En este último caso la agricultura norteamericana,
la razón principal se ha adscrito a la caída en el esfuerzo público en I+D a
partir de los últimos años sesenta, lo que se habría hecho notar con un retraso del orden de quince años en el ritmo de aplicación de innovaciones
productivas al sector. Otros estudios han mostrado que la caída en la intensidad del esfuerzo tecnológico se produjo con carácter bastante general en
los países desarrollados en los años ochenta, en relación a la década de los
sesenta. Puesto que la investigación financiada con fondos públicos, por s u
carácter más fundamental, proporciona oportunidades de desarrollo y adapPágina 11
CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA
tación a las empresas privadas que llevan a cabo actividades de I+D, resulta
plausible la hipótesis de que también el esfuerzo privado se haya resentido
11
como consecuencia .
A modo de contraste con el análisis de los determinantes del crecimiento cuyos principales rasgos se han presentado en los párrafos precedentes, puede resultar de interés estudiar los resultados de calcular la variación de la producción agraria de la manera convencional, es decir, deflactando los valores nominales por los índices sectoriales de precios al productor
para cada uno de las categorías de productos (Cuadro 5). Con esta aproximación, a lo largo de los veinticinco años transcurridos entre 1973 y 1998, la
tasa de crecimiento del conjunto de la producción agraria española se ha
movido en el entorno del 1,5 por ciento anual a precios constantes de
1990. Por la magnitud de sus tasas de crecimiento, destacan la producción
de cereales y arroz, y la de semillas oleaginosas y aceitunas para aceite, y
sólo muestran tasas de variación negativas las legumbres y patatas y las
producciones agrícolas intermedias.
La diferencia entre el 1,5 por ciento de crecimiento de la producción
agrícola a precios constantes y el -1,5 por ciento de variación negativa de la
producción real agraria tal como se define en este trabajo, esto es, deflactando la producción nominal con el deflactor del PIB, coincide, aproximadamente, con el efecto precio agregado que es del -3 por ciento anual, al recoger este último el deterioro de los precios recibidos por los productores
agrícolas en relación a los precios del conjunto de bienes y servicios producidos.
(INSERTAR CUADRO 5)
11
La importancia de las externalidades del esfuerzo de Estados Unidos y otros países
avanzados en I+D, sobre las innovaciones tecnológicas aplicadas en otros países, entre
ellos España, podría vincular la caída en el ritmo de crecimiento de la productividad española con una reducción en el ritmo de generación de nuevas tecnologías en Estados Unidos. Como es natural, se trata solamente de una hipótesis de trabajo. Otro aspecto que
merece atención es la coincidencia en el tiempo entre la reducción del ritmo de variación
del stock de capital agrario en la economía española y la caída en la contribución de la
Productividad Total de los Factores al crecimiento de la producción. La literatura económica
ha destacado abundantemente el papel de los bienes de capital e inputs intermedios como
vía de transmisión de las innovaciones tecnológicas incorporadas en los medios de producción, por lo que la ralentización en la formación de capital en la agricultura o el menor ritmo
de crecimiento en el uso de inputs como fertilizantes, semillas y piensos en el período
1985-98 respecto al período 1973-85 podría haber influido también en el ritmo de avance
de la productividad.
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CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA
Comparaciones con los resultados de otros estudios
Los valores numéricos obtenidos para la tasa de crecimiento de la
PTF en la agricultura española se sitúan plenamente dentro de la horquilla
de resultados plausibles, en función de los que se han alcanzado en otros
estudios. Así, Fernández y Herruzo (1995) obtienen una tasa del 2,57 por
ciento en el período 1962-89, con valores que oscilan entre el 3,44 por ciento
para la etapa 1970-80 y el 0,38 por ciento en el período 1980-89. En estos
resultados también se observa, aunque a escala distinta a la obtenida en
esta investigación, una reducción en la tasa de variación de la PTF en los
años ochenta; del mismo modo, la contribución de los inputs al crecimiento
de la producción también mejora en la década de los ochenta en relación a
la década anterior. Aldaz y Millán (1996) utilizan, por su parte, distintos índices
para medir la evolución de la PTF y obtienen tasas de crecimiento situadas
entre el 3,1 y el 3,6 por ciento anual para el período 1977-87. Observan, además, que el uso de inputs primarios muestra globalmente una notable contracción, que alcanza una mayor magnitud en el caso del factor trabajo, y e s
mucho más moderada para el capital y la tierra, mientras que los consumos
intermedios aumentan a una tasa media anual del 2,4 por ciento.
Entre los estudios de ámbito internacional, que llevan a cabo comparaciones entre países, debe citarse, en primer lugar, a Henrichsmeyer y Ostermeyer-Schloëder (1988), donde se analiza el período 1965-85 y el conjunto
de los países de la Comunidad Europea de nueve miembros. Los resultados
obtenidos muestran que la principal fuerza impulsora del incremento registrado en la producción agrícola y ganadera fueron los avances en la PTF, que
creció a un ritmo medio anual del 1,7 por ciento para el conjunto del período,
tasa que, de nuevo, resume una tendencia decreciente, registrándose los
avances más destacados en la década de los sesenta y las tasas más reducidas en los años ochenta. Las diferencias entre países no son muy importantes, destacando el mayor ritmo de avance de la PTF en Italia y el Reino
Unido 2,2 por ciento de variación media anual, en ambos casos, y la tasa
más reducida en Alemania, con tan solo un incremento medio anual del 1,4
por ciento.
Múltiples trabajos en relación al cálculo de las fuentes de crecimiento
de la productividad agrícola, han visto posteriormente la luz, elaborados principalmente para países desarrollados y apoyándose en diferentes enfoques
metodológicos. Un estudio de la OCDE (1995) revisó las diferentes estimaciones de la PTF llevadas a cabo hasta el año 1992 para los países de la
Unión Europea, concluyendo que desde la segunda mitad de los años sePágina 13
CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA
senta hasta finales de la década de los noventa, la tasa media de crecimiento de la PTF en la producción agrícola se situó ligeramente por debajo
del 2 por ciento y explicó la práctica totalidad del crecimiento de la producción
agrícola. Recientemente, San Juan y Decimavilla (1998) han estimado la PTF
agrícola en la Comunidad Europea de doce miembros para el período 198694. Los resultados obtenidos apuntan hacia tasas de variación medias situadas entre el 1,06 y el 2,67 por ciento anual. Francia y Dinamarca aparecen
a la cabeza en orden de magnitud de las ganancias de productividad agrícola, y los resultados para España son muy diferentes según el tipo de índice
12
que se considere .
Es necesario referirse, por último, a aquellos estudios que se han
elaborado haciendo uso del mismo enfoque teórico que se desarrolla en
este capítulo; se trata, en particular, de Gopinath y Roe (1997) y Gopinath,
Arnade, Shane y Roe (1997). El punto de referencia en estos trabajos es la
evolución de la agricultura de Estados Unidos entre los años 1974 y 1991,
así como la de un grupo de países europeos que incluye a Alemania, Dinamarca, Francia y Reino Unido en este caso, el análisis se lleva a cabo para
el período comprendido entre los años 1974 y 1993. En consecuencia, s e
trata de estudios más recientes que aquellos cuyos resultados se han descrito con anterioridad, y que, además, en el caso de los países europeos, s e
asemejan al presente trabajo, no sólo por su enfoque metodológico, sino
también por hacer uso básicamente de la misma fuente de información estadística.
Como puede observarse (Cuadro 6), existe una notable coincidencia
en cuanto a las fuentes de crecimiento de la producción agraria en todos
estos países. El dinamismo expansivo procede siempre de la PTF; en cambio, la contribución de la variación cuantitativa de los inputs y del efecto precio
es siempre negativa cuando se considera el período más largo 1974-93
para los países europeos y 1974-91 para Estados Unidos. Ocasionalmente, y para períodos más cortos de tiempo, cambia de signo la contribución de
estos factores al avance de la producción.
Comparando los resultados obtenidos en esta investigación para la
agricultura española con los derivados de los estudios anteriores para otras
agriculturas europeas, se advierte que existen puntos de coincidencia, pero
12
Con un índice de Fisher se obtiene una tasa media de crecimiento anual de la PTF del
2,43 por ciento, con uno de Tornquist-Theil del 0,49 por ciento y, finalmente, con un índice
de Hulten el crecimiento es del 0,81 por ciento.
Página 14
CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA
también de discrepancia. La principal coincidencia se da en el signo de las
contribuciones de precios relativos, inputs y PTF, así como en el declive de la
aportación positiva de la PTF desde los años ochenta. Las diferencias son,
sin embargo, bastante importantes y dignas de mención. En primer lugar, la
variación de la producción real registra tasas negativas en la agricultura española y positivas en el resto de los países; ello es consecuencia fundamentalmente de que el efecto precio tiene un orden de magnitud mucho mayor en el caso español. No obstante, en segundo término, la reducción de los
inputs agrarios es también mucho más intensa en España, quizás como
consecuencia del retraso con que se produce el ajuste estructural de la agricultura española, en relación a los demás países europeos, en los que ya
había operado previamente sobre un período temporal más dilatado. En particular, la caída en el uso del factor trabajo es muy fuerte en el caso español y
mucho más moderada en los demás países; asimismo, la relación capital/trabajo se eleva con rapidez en la agricultura española, circunstancia a la
que contribuye, no sólo la mencionada reducción en la población ocupada en
el sector, sino una tasa media de crecimiento del uso de capital que supera
con mucho las modestas tasas positivas que ocasionalmente registra la
agricultura de los demás países. Finalmente, la tasa de variación de la PTF
en la agricultura española es comparable a la registrada en Estados Unidos,
pero resulta ser netamente inferior a la obtenida en los otros países europeos estudiados.
4.- CONCLUSIONES.
En el análisis de las fuentes del crecimiento de la producción agraria,
no siempre se toman suficientemente en consideración las relaciones de la
agricultura con el resto del sistema económico. Una contribución
particularmente relevante de la agricultura es la que tiene lugar a través de la
transferencia a los consumidores y también a otras actividades productivas
 en especial, las que utilizan productos agrícolas como inputs intermedios 
de una parte sustancial de las ganancias de productividad que tienen lugar
en el sector. El mecanismo de transmisión opera a través de un crecimiento
de los precios de los productos agrarios inferior a los del conjunto de bienes
y servicios producidos por la economía, lo que deteriora la Relación Real de
Intercambio de la agricultura.
Página 15
CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA
En esta investigación se utiliza una aproximación metodológica
propuesta por Gopinath, Arnade, Shane y Roe (1997) a la descomposición
del avance de la producción agraria que, además de los determinantes
habituales cambio en el nivel de uso de los inputs y avances en s u
productividad conjunta, incluye el efecto de la variación de los precios
relativos de la agricultura. Los resultados muestran que la única fuente de
crecimiento de la producción real agraria definida como la producción
nominal deflactada con el deflactor general del PIB en la etapa 1973-98 ha
sido la Productividad Total de los Factores que ha mejorado a una tasa
media anual del 2,11 por ciento, mientras que la aportación negativa de los
inputs ha sido del –0,68 por ciento anual. Si, alternativamente, la producción
agraria se hubiese valorado a precios constantes la contribución al avance
de la producción agraria de la PTF y del cambio en el uso de los inputs hubiese sido la misma; sin embargo, la Relación Real de Intercambio de la
agricultura con el resto de la economía ha caído a una tasa media anual cercana al 3 por ciento ello implica que parte de las ganancias de productividad en la agricultura se han trasladado a consumidores, finales e intermedios, de productos agrarios, por lo que el crecimiento de la producción real
agraria ha sido del –1,54 por ciento anual.
Estos resultados ponen de manifiesto que el crecimiento de la
producción agraria española en las tres últimas décadas del siglo XX se ha
visto seriamente afectado por el deterioro de la Relación Real de Intercambio
del sector con el resto de la economía; además, este efecto precio resulta
ser en la economía española, a tenor de la comparación con los resultados
obtenidos en otros estudios, significativamente mayor que en otras
agriculturas europeas.
5.- BIBLIOGRAFÍA.
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factores en las agriculturas de las comunidades autónomas españolas”. Revista
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CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA
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agricultura y la ganadería españolas: un análisis regional”. Investigación Agraria
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Woodland, A.D. (1982): International trade and resource allocation. North-Holland. Amsterdam.
Página 17
CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA
Cuadro 1.Fuentes del crecimiento de la producción agraria. 1973-98.
(tasas medias de crecimiento anual)
1973-98
1973-85
1985-98
CRECIMIENTO DE LA PRODUCCIÓN REAL (1)
-1,54
-1,21
-1,85
Efecto precio agregado
Contribución agregada de los inputs
Crecimiento de la PTF
-2,97
-0,68
2,11
-2,90
-1,31
3,00
-3,04
-0,11
1,30
1973-98
1973-85
1985-98
Cereales y arroz
Legumbres y patatas
Semillas oleaginosas
Aceitunas para aceite
Hortalizas y frutas
Uva para vino
Otras producciones agrícolas finales
Producciones agrícolas intermedias
-0,25
-0,10
-0,05
0,01
-0,53
-0,13
-0,11
-0,08
-0,05
-0,22
-0,02
0,08
-0,58
-0,30
-0,10
-0,16
-0,44
0,00
-0,08
-0,06
-0,47
0,03
-0,11
-0,01
TOTAL PRODUCCIONES AGRÍCOLAS
-1,25
-1,37
-1,14
Leche de vaca
Carne de vacuno y ternera
Otras producciones ganaderas finales
Producciones ganaderas intermedias
-0,14
-0,28
-0,62
-0,68
-0,08
-0,46
-0,34
-0,65
-0,18
-0,11
-0,89
-0,72
TOTAL PRODUCCIONES GANADERAS
-1,72
-1,53
-1,90
EFECTO PRECIO AGREGADO
-2,97
-2,90
-3,04
(1) Producción agraria deflactada con el deflactor del PIB.
Fuente: elaboración propia con datos de la base Spel (EUROSTAT).
Cuadro 2.Descomposición del efecto precio agregado. 1973-98.
(tasas medias de crecimiento anual)
Fuente: elaboración propia con datos de la base Spel (EUROSTAT).
Página 18
CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA
Cuadro 3.Descomposición de la contribución agregada de los inputs. 1973-98.
(tasas medias de crecimiento anual)
1973-98
1973-85
1985-98
Fertilizantes
Semillas
Productos Fitosanitarios
0,07
0,01
0,04
0,09
0,02
0,03
0,05
0,00
0,04
TOTAL INPUTS AGRÍCOLAS
0,12
0,14
0,10
Pienso
Animales de engorde
Productos farmacéuticos
0,38
0,15
0,02
0,39
0,13
0,02
0,38
0,17
0,02
TOTAL INPUTS GANADEROS
0,55
0,54
0,57
Trabajo asalariado
Trabajo familiar
Capital
-0,29
-1,21
0,15
-0,54
-1,74
0,30
-0,05
-0,73
0,01
TOTAL INPUTS PRIMARIOS
-1,36
-1,98
-0,78
CONTRIBUCIÓN AGREGADA DE LOS
INPUTS
-0,68
-1,31
-0,11
Fuente: elaboración propia con datos de la base Spel (EUROSTAT).
Cuadro 4.Evolución de los inputs agrarios. 1973-98.
(tasas medias de crecimiento anual en pesetas constantes de 1990)
1973-98
1973-85
1985-98
Fertilizantes
Semillas
Productos Fitosanitarios
1,2
1,0
4,1
1,5
1,8
4,3
1,0
0,2
4,0
INPUTS AGRÍCOLAS
1,5
1,8
1,3
Pienso
Animales de engorde
Productos farmacéuticos
1,7
3,1
1,0
2,0
3,2
0,9
1,5
3,0
1,2
INPUTS GANADEROS
1,4
1,5
1,4
-2,9
-4,3
1,7
-5,4
-5,4
3,5
-0,6
-3,4
0,0
Trabajo asalariado (1)
Trabajo familiar (1)
Capital
(1) Medido en Unidades de Trabajo Año (UTAs).
Fuente: elaboración propia con datos de la base Spel (EUROSTAT) y Fundación BBV.
Página 19
CRECIMIENTO Y PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA
Cuadro 5.Evolución de la producción agraria. 1973-98.
(tasas medias de crecimiento anual en pesetas constantes de 1990)
1973-98
1973-85
1985-98
5,5
-0,9
9,9
13,8
2,1
1,7
2,7
-0,5
7,1
-0,4
13,2
14,2
1,8
0,9
3,7
0,1
4,0
-1,3
7,0
13,3
2,3
2,5
1,9
-1,2
PRODUCCIONES AGRÍCOLAS
1,9
2,1
1,6
Leche de vaca
Carne de vacuno y ternera
Otras producciones ganaderas finales
Producciones ganaderas intermedias
1,6
1,9
1,6
1,1
2,0
1,0
1,3
1,2
1,2
2,8
1,9
1,0
PRODUCCIONES GANADERAS
1,4
1,3
1,5
PRODUCCIÓN AGRARIA TOTAL
1,6
1,7
1,5
Cereales y arroz
Legumbres y patatas
Semillas oleaginosas
Aceitunas para aceite
Hortalizas y frutas
Uva para vino
Otras producciones agrícolas finales
Producciones agrícolas intermedias
Fuente: elaboración propia con datos de la base Spel (EUROSTAT).
Cuadro 6.Fuentes del crecimiento de la producción agraria.
(1)
Comparaciones internacionales. 1973-93 .
(tasas medias de crecimiento anual)
España Alemani
Francia
Reino Dinam Estados
Unido
arca Unidos
CRECIMIENTO DE LA PRODUCCIÓN REAL
-1,54
a
1,76
5,24
7,02
4,40
0,93
Efecto precio agregado
Contribución agregada de los inputs
Crecimiento de la PTF
-2,97
-0,68
2,11
-0,11
-0,13
2,00
-0,62
-0,18
6,04
-0,04
-0,08
6,90
-0,65
-0,04
5,09
-1,23
-0,01
2,17
(1) período 1973-91 para Estados Unidos y 1973-98 para España.
Fuente: Gopinath, Arnade, Shane y Roe (1997) y elaboración propia con datos de la base Spel
(EUROSTAT) y Fundación BBV.
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