LOS INDICADORES DE BIENESTAR DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN ESPAÑA Margarita Vega Rapun y Juana Lamote de Grignon Pérez Diciembre 2008 1 Índice Introducción ................................................................................. 4 1. Indicadores de bienestar .......................................................... 6 1.1. Indicadores tradicionales de bienestar ................................................................6 1.1.1. Algunos indicadores ‘objetivos’ de bienestar ..............................................7 1.1.2. Los indicadores subjetivos de bienestar.....................................................13 1.2. Indicadores de bienestar en España ..................................................................14 2. Indicadores de bienestar desde género .................................. 19 2.1. Indicadores de bienestar desde género..............................................................19 2.2 Indicadores de bienestar subjetivo con perspectiva de género ..........................26 2.3 Indicadores de género en España.......................................................................31 2.3.1. Instituciones en España que realizan estudios de género...........................31 2.3.2 Indicadores de género en España................................................................36 2.3.3. Indicadores sintéticos y algunos estudios sobre género……………….....50 2.3.4. Nuevas propuestas .....................................................................................54 3. A modo de balance…. .......................................................... 66 4. Referencias............................................................................. 69 2 3 Introducción Un indicador es una medida, un número, un hecho, una opinión o una percepción que señala una situación o condición específica y que mide cambios en esa situación o condición a través del tiempo. Los indicadores de género tienen la función especial de señalar la situación relativa de mujeres y hombres, de mostrar las distintas experiencias de ambos y su cambio en el tiempo. Los indicadores de género sólo han comenzado a tener presencia de manera muy reciente. A principios de los 80 se empieza a tener en cuenta el impacto que las decisiones políticas estaban teniendo sobre la pobreza y sobre las personas y es entonces cuando se ponen en marcha un conjunto de indicadores sociales con el objeto de seguir la evolución en áreas como la salud, la educación o el empleo, entre otros. No obstante, estos indicadores no tenían en cuenta las diferencias de género hasta bien iniciada la década de los ochenta cuando comienza una verdadera preocupación por registrar estas diferencias. A partir de entonces se empiezan a demandar indicadores desagregados por sexo y la creación de indicadores específicos que muestren las realidades y las necesidades de ambos sexos. El año 1995 es un año clave en este proceso, pues es en ese año cuando se celebra en Pekín la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, donde se marcan las directrices que deben seguir los esfuerzos para la consecución de igualdad de oportunidades. En concreto se recomienda la recogida y análisis periódico de indicadores de bienestar desagregados por sexo con el fin de utilizarlos en la planificación y aplicación de políticas y programas (Dávila, 2004: 5). Los primeros pasos en la producción de indicadores sensibles al género se producen de la mano de organismos internacionales como el Banco Mundial (BM), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) o las Naciones Unidas quien promueve, a partir de 1995 dos indicadores: el Índice de Desarrollo de Género (IDG) y el Índice de Potenciación de Género (IPG), que ordenan a los distintos países en función de la situación de desigualdad entre sexos. A nivel europeo también se han hecho esfuerzos en este sentido pues el género es cada vez más tenido en cuenta la 4 planificación, seguimiento y evaluación de los Fondos Estructurales y otros fondos europeos.1 El objetivo de este trabajo es proporcionar al lector una visión panorámica de los indicadores de bienestar con perspectiva de género existentes en España y los principales retos a los que este tipo de indicadores se enfrenta. Para ello, el documento está estructurado del siguiente modo. La primera parte está dedicada a los indicadores de bienestar en general: primero se dan a conocer los indicadores de bienestar más usados y de cobertura internacional (punto 1.1), y después se introducen los indicadores bienestar existentes en España (punto 1.2). En la segunda parte nos referimos a los indicadores con perspectiva de género: cuál es la importancia de los mismos, tipos de indicadores y ventajas e inconvenientes de cada uno (2.1) y después presentamos los indicadores con perspectiva de género para el caso español (2.2 y 2.3). En la última parte se presentan las conclusiones. 1 Ver por ejemplo, Comisión Europea (2002). Gender in Research. Gender Impact Assessment of the Specific Programmes of the Fifth Framework Programme. http://europa.eu.int/comm/research/rtdinfo.html 5 1. Indicadores de bienestar. 1.1. Indicadores tradicionales de bienestar. Un indicador es una medida de resumen de algún aspecto de la sociedad que facilita su comprensión. Los indicadores permiten entender la realidad y analizarla, requisito imprescindible para tomar medidas para intervenir en un sentido u otro. Es decir, que se necesitan indicadores que detecten las preferencias, necesidades y prioridades de los ciudadanos para poder planificar correctamente la acción política. Debe tenerse en cuenta sin embargo que los indicadores muestran la realidad de acuerdo con los parámetros considerados validos dentro de la sociedad en la cual se enmarcan y que no son del todo objetivos. En esta sección vamos a explicar qué son los indicadores de bienestar y para qué sirven. También describiremos cuál ha sido la evolución que han seguido en su desarrollo, cómo se ha pasado de un casi exclusivo uso de indicadores de tipo económico a prestar cada vez más atención a otros indicadores de bienestar que tienen en cuenta otros aspectos. En la medida en que nuestro entorno, la realidad, afecta a nuestras vidas, cualquier indicador que refleje un aspecto de la misma puede considerarse un indicador de bienestar, desde la violencia de nuestra ciudad hasta la calidad de nuestras instituciones financieras (o incluso las de otros países). No obstante, generalmente cuando se habla de indicadores de bienestar se hace referencia a indicadores que capturan aspectos más directamente relacionados con la calidad de vida de las personas, donde la conexión entre un determinado aspecto de la realidad y la vida de las personas es más visible, como por ejemplo el grado de respeto de los derechos humanos u otros derechos y libertades de orden menor, o el acceso a bienes y servicios considerados básicos. Los ‘indicadores de bienestar’ tratan de capturar de manera adecuada el estado de situación de una serie de factores que participan o determinan la calidad de vida de la persona y que hacen que su existencia posea todos aquellos elementos que dan lugar a la tranquilidad y satisfacción humana. En general se podría decir que hay una serie de indicadores que son universalmente considerados de bienestar y esta lista se extiende a medida que países más 6 desarrollados son considerados. Conviene tener presente también que cuando se habla de bienestar se hace referencia al bienestar social u objetivo de las condiciones de vida de las personas, como por ejemplo si tienen o no acceso a salud gratuita o a educación, o si se respeta o no sus derechos. Sin embargo, no podemos olvidar que una parte importante del bienestar es subjetivo, es decir, cómo se siente el individuo de feliz o de satisfecho con su vida. Bienestar ‘objetivo’ y ‘subjetivo’ están bastante correlacionados, pero no son lo mismo e indicadores de bienestar como la felicidad o satisfacción con la vida en general y en ámbitos específicos no pueden dejarse de lado si estamos preocupados por el bienestar de los individuos. A continuación presentamos algunos de los indicadores más conocidos y usados en la literatura. La lista de indicadores e instituciones que presentamos a continuación no pretende de ningún modo ser exhaustiva pero esperamos que al menos dé a los lectores una idea de los indicadores existentes y, sobre todo, de dónde empezar a buscar en caso de que estén interesados en algún tipo de indicador o ámbito concreto. Prácticamente todos los indicadores que presentamos a continuación estarían dentro de los que hemos llamado ‘indicadores objetivos’ pero al final concluimos haciendo mención a algunos de los indicadores de bienestar subjetivo más importantes. 1.1.1. Algunos indicadores ‘objetivos’ de bienestar. Hoy en día se hacen muchos esfuerzos por medir el progreso de las sociedades en muy distintos ámbitos: económico, social, culturales, etc. A medida que pasa el tiempo se cuenta con más indicadores y de más variada naturaleza. En unos casos se trata de indicadores sencillos que reflejan un determinado aspecto de la realidad mientras que otros son agregados o compuestos (una combinación de varios indicadores) como, por ejemplo, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que es una medición por país que combina información de tres aspectos: la esperanza de vida al nacer, educación y el nivel de ingresos. A medida que ha ido pasando el tiempo los indicadores han aumentado en número, complejidad, así como en cuanto a las áreas de la realidad que tratan de reflejar. Desde hace ya tiempo que existen muchos indicadores de muchos aspectos de las sociedades más allá de los puramente económicos, pero cabe destacar que estos 7 indicadores de aspectos no económicos están ganado importancia y como resultado han proliferado. Un buen ejemplo de ello son los indicadores de tipo medioambiental como por ejemplo la huella ecológica. Existe una clara tendencia hacia la inclusión de indicadores de progreso mas allá de los puramente económicos que hasta hace poco predominaban. Un perfecto ejemplo claro de esta toma de conciencia de que los indicadores económicos como el PIB no lo son todo y de que hay otros factores que afectan mucho al progreso de las sociedades es la celebración de la conferencia ‘Beyond GDP. Measuring progress, true wealth, and well-being of nations’. Esta conferencia tenía como objeto avanzar en el desarrollo de indicadores de bienestar para eventualmente sustituir al GDP como principal indicador de progreso. En la página web de la misma: http://www.beyond-gdp.eu/ se recogen los frutos de este encuentro, se resumen muy bien los distintos indicadores de bienestar existentes, sus ventajas y sus inconvenientes y la dirección en la que se deber hacer esfuerzos de cara al futuro para construir indicadores que permitan asesorar el progreso social, económico y medioambiental, entre otros. Gran parte de la información que exponemos a continuación procede de esta página. Para que los gobiernos dejen de estar tan centrados en el PIB o PIB per cápita hacen falta dos cosas, por un lado, el deseo de considerar otros aspectos, más allá de lo económico, y por otra parte, el poder hacerlo. Para lo segundo deben existir indicadores alternativos que sean sencillos y sintéticos para que cumplan la función que hasta ahora ha tenido el GDP. De hecho, en parte, el objetivo de esta conferencia era avanzar en la construcción de indicadores que puedan eventualmente sustituir al GDP como medida de progreso. Hay que saber que el PIB nunca se creó con el objeto de medir el bienestar de las sociedades ni su nivel de progreso, pero la ausencia de alternativas y su simplicidad (además de su alta correlación con otras variables que recogen distintos aspectos del desarrollo) llevaron a su extenso uso en la práctica. Es necesario por tanto que se creen nuevos indicadores que eventualmente sustituyan al PIB o que al menos lo complementen. Este proceso ya está en marcha pero no es tarea fácil pues el bienestar de la sociedad incluye muchos aspectos y además lo anterior exige inevitablemente priorizar unos objetivos sobre otros (Torras, 2008). Esta inevitable carga de subjetividad no facilita el proceso pero es inevitable. 8 Se podría decir que existen indicadores de bienestar con distinto grado de agregación aunque no tiene mucho sentido hablar de indicadores agregados y no agregados o sencillos, pues la distinción entre ambos es en realidad un poco arbitraria o artificial, dado que todo indicador por sencillo que sea agrega información sobre varios aspectos de la realidad. Por ejemplo, la esperanza de vida es un indicador que resume la salud de las personas y todo lo que se nos ocurra que puede afectar a la salud de las mismas. Aun así es cierto que algunos indicadores son más agregados que otros. El más famoso de los indicadores más agregados es probablemente el Índice de Desarrollo Humano (IDH), elaborado por las Naciones Unidas y que combina información sobre la esperanza de vida, el acceso a la educación y el nivel de renta y que está inspirado en el enfoque de Amartya Sen sobre las capacidades. Otro indicador agregado que trata de medir la calidad de vida y parecido al anterior es el Physical Quality-of-Life Index (PQLI, Índice de Calidad de Vida Física) y que se obtiene haciendo el promedio de la tasa de alfabetismo, la mortalidad infantil y la esperanza de vida a la edad de un año. Otro indicador agregado que aparece frecuentemente en la literatura es el Índice de Capacidades (Capability Index). Otros indicadores compuestos que aparecen con frecuencia en la literatura y que se refieren a las libertades políticas son el Democracy Index y el Freedom House. En relación al cuidado del medioambiente tenemos el Living Planet Index, Ecological Footprint (o Huella Ecológica). En general estos indicadores agregados, los llevan a cabo las grandes instituciones como Banco Mundial, Naciones Unidas, entre otros. Estas instituciones además tienen entre sus cometidos la recopilación de indicadores de bienestar en muy distintas áreas. Por ejemplo, la OCDE tiene un sin fin de indicadores de bienestar organizados por áreas. Si visitamos por ejemplo la página web de esta institución y pinchamos en el apartado de ‘sociedad’ por ejemplo, encontramos indicadores como por ejemplo: ingreso per cápita, ratio de dependencia, tasa de fertilidad, empleo, desempleo, beneficios de desempleo, gasto publico social, pensiones, esperanza de vida, gasto en salud, población encarcelada y suicidios entre otros. Otras secciones que recogen indicadores que nos pueden interesar son pensiones, beneficios y salarios, salud, medioambiente, educación y empleo. 9 (http://www.oecd.org/document/31/0,3343,en_2825_293564_40671007_1_1_1_1,00. html). Sin embargo, estas grandes instituciones no son la única fuente de este tipo de indicadores. A menudo para áreas concretas existen instituciones públicas o privadas que recopilan información de muy distintas fuentes y que sobre un aspecto determinado son a menudo la mejor manera de acceder a este tipo de información y de saber qué es lo que hay disponible. Un buen ejemplo de esto es el proyecto Polity IV para datos de calidad de instituciones políticas y gobiernos de países de todo el mundo (http://www.systemicpeace.org/polity/polity4.htm). Otra fuente importante de indicadores de bienestar son los Calvert-Henderson Quality of Life Indicators (Índices de Calidad de Vida Calvert-Henderson). Esta institución pretende recoger indicadores de bienestar organizados en las siguientes áreas: educación, empleo, energía, medioambiente, salud, derechos humanos, infraestructura, seguridad nacional, salud pública, entretenimiento y abrigo (shelter). Pinchando en educación por ejemplo vemos indicadores que hacen referencia a los inputs educativos como las tasas de escolarización y el gasto público así como de los resultados (outcomes), eg. tasas de alfabetismo, además de otros indicadores relevantes como la discriminación y la segregación (http://www.calvert- henderson.com/). Tampoco podemos olvidar los Institutos Nacionales de Estadística de cada país, pues éstos son en general los encargados de crear las estadísticas que después otros recopilan y utilizan con muy diversos fines. Antes de pasar al listado de indicadores e instituciones, recordar que la página web de la conferencia ‘Beyond GDP’ es un buen punto de partida para conocer los últimos avances en la materia. De hecho gran parte de las listas que se muestran a continuación proceden de la misma. Basta con pinchar en cada uno de ellos para obtener más información (http://www.beyond-gdp.eu/). Instituciones a nivel gubernamental: • Commission on the Measurement of Economic Performance and Social Progress (Stiglitz Commission, France). 10 • OECD Global Project – Measuring the Progress of Societies (including the Istanbul Declaration). • OECD Indicator Initiatives. • OECD Knowledge Base – Measuring Progress Around the World. • EC Joint Research Center (JRC) Composite Indicators. • United Nations Organisations’ Indicators (System-wide Earth Watch). • Eurostat’s Sustainable Development Indicators. ONGs y Universidades: • European System of Social Indicators. • International Institute for Sustainable Development (IISD) The Compendium of Sustainable Development Indicator Initiatives. • The Project on Human Development (Boston University, Massachusettes, USA). • World Database of Happiness (Erasmus University, Rotterdam, The Netherlands). Otras organizaciones no gubernamentales y agencias de gobierno: • Club of Rome. • European Commission, DG Environment. • European Environment Agency. • Eurostat. • Global Footprint Network. • Global Reporting Initiative. • Happy Planet Index. • International Institute for Sustainable Development. • Jacksonville Community Council Inc. • Joint Research Centre of the European Commission. • Mapping Worlds. • New Economics Foundation. • OECD. • Transparency International. • World Economic Forum (WEF). 11 Y a continuación algunos ejemplos de los indicadores que podemos encontrar en las fuentes anteriores (de: http://www.beyond-gdp.eu/links.html, 16 de Noviembre de 2008). • Adjusted net savings (Genuine Savings) and Wealth of Nations. • Calvert-Henderson Quality of Life Indicators (USA). • Canadian Index of Well-Being. • Composite Learning Index. • Corruption Perceptions Index. • Ecological Footprint. • EEA Core Set of Indicators. • European Benchmark Indicators. • Ecological Footprint. • Environmentally Sustainable National Income. • EU set of Sustainable Development Indicators. • European Commission environment-related indicators. • European Environment Agency’s Core Set of Indicators. • Environmental Performance Index and the related Environmental Performance Measurement Project. • European Values Survey. • EU Lisbon Strategy, structural indicators. • EU sustainable development indicators. • Genuine Progress Indicator. • Happiness. • Happy Planet Index. • Human Development Index (reports, UN). • Human Development Index (HDI), Human Poverty Index (HPI), Gender Related Development Index (GDI), Gender Empowerment Measure (GEM). • JFS Sustainability Vision and Indicators. • MDG Dashboard of Sustainability. • The Natural Capital Index Framework. 12 • (Regional) Index of Sustainable Economic Welfare. • System of Environmental-Economic Accounting. • Sustainable Society Index. • Time Distance Method. • Sustainable Society Index. • Index of Individual Living Conditions. • Index of Sustainable Economic Welfare (ISEW). • Living Planet Index. • Measure of Domestic Progress (NEF). • Natural Capital Index. • Sustainable National Income (SNI). 1.1.2. Los indicadores subjetivos de bienestar. Todos lo que hemos descrito hasta ahora son los que podríamos llamar indicadores objetivos de bienestar. Conviene saber que también hay otro tipo de indicadores de bienestar llamados subjetivos porque hacen referencia a la satisfacción o evaluación de la vida que hacen los propios individuos. Como se avanzó antes, indicadores objetivos y subjetivos de bienestar están en parte relacionados, pues en la medida en que los indicadores objetivos hagan referencia a la cobertura de necesidades básicas, es de esperar que los indicadores objetivos y subjetivos guarden una estrecha relación. Sin embargo, a medida que los países se desarrollen y el ingreso se destine a cubrir necesidades menos básicas, esta menos clara la relación entre unos y otros. Es precisamente por esto que los indicadores de bienestar subjetivos han ganado importancia en los últimos años. Cada vez es más común oír hablar de medidas de felicidad y satisfacción con la vida. En la lista anterior había algunos indicadores subjetivos como por ejemplo el World Happiness Index, el Happy Life Years o el Happy Planet Index. Para aquellos interesados en medidas de felicidad además de saber que se ha hecho y dicho al respecto, un excelente punto de partida es la World Database of Happiness, accesible en: http://worlddatabaseofhappiness.eur.nl/. Algunos libros interesantes de introducción a la materia son: ‘Happiness and Economics’ de Bruno Frey y Alois 13 Stutzer (2002) y ‘Economics and Happiness’ editado por Luigino Bruni y Pier Luigi Porta (2005). Otro excelente libro sobre bienestar subjetivo desde una perspectiva psicológica es ‘Well-being: The Foundations of Hedonic Psychology’ (1999) editado por Daniel Kahneman, Ed Diener y Norbert Schwartz. En la siguiente sección, en la que nos referiremos a los indicadores de bienestar con perspectiva de género, profundizaremos un poco más en este tipo de indicadores. 1.2. Indicadores de bienestar en España. En esta sección vamos a analizar cuáles son los indicadores de bienestar que existen en España. Como veremos, la fuente principal de este tipo de datos es el Instituto Nacional de Estadística (INE) que publica periódicamente una gran cantidad de indicadores en su página web: http://www.ine.es/. Todos los indicadores y estudios que hace el INE sirven de base para la realización de otros estudios más completos o simplemente más detallados sobre áreas concretas, como por ejemplo el Informe del Consejo Económico y Social (CES) sobre Pobreza y Exclusión Social en Andalucía o el Informe sobre Capital Humano y Desarrollo Humano en España de Bancaja. Hablaremos un poquito de cada uno de éstos pero antes empezamos por el INE. A continuación presentamos sus indicadores más relevantes, están organizados en dos grupos: indicadores estructurales y sociales. Los indicadores estructurales más importantes son los siguientes. El PIB por habitante en PPA y la tasa de crecimiento real del PIB, productividad del trabajo por persona ocupada y por hora trabajada general, crecimiento del empleo (total y por sexo), tasa de inflación, crecimiento de los costes laborales unitarios, déficit público, deuda pública, empleo, tasa de empleo (total y por sexo) y tasa de empleo de los trabajadores de 55 a 64 años (total y por sexo), edad media efectiva de salida del mercado de trabajo (total y por sexo), diferencias salariales entre hombres y mujeres, presión fiscal en asalariados con sueldos bajos y trampa del paro, formación continua (participación de adultos en formación y educación, total y por sexo), accidentes laborales graves (total y por sexo) y mortales, tasa de paro (total y por sexo), gasto en recursos humanos (gasto público en educación respecto al PIB) investigación, gasto en I+D en porcentaje del PIB y su distribución por origen de fondos (empresas, administraciones públicas y extranjero), porcentaje de hogares/empresas con acceso a 14 internet, nuevos titulados superiores en ciencia y tecnología por cada 1.000 habitantes entre 20 y 29 años de edad (total y por sexo), demandas de patentes por millón de habitantes en la oficina europea de patentes y en la oficina de Estados Unidos de Patentes y Marcas, inversión en capital-riesgo como porcentaje del PIB en fase inicial y en fase de expansión, gasto en TIC en porcentaje del PIB, desagregado entre telecomunicaciones (equipos y servicios) y tecnologías de la información (hardware, software y servicios), comercio electrónico (porcentaje de la cifra de negocios de las empresas procedente del comercio electrónico), nivel de educación de los jóvenes (porcentaje de jóvenes de 20 a 24 años con al menos educación secundaria de segunda etapa, total y por sexo), niveles de precios relativos y convergencia de precios entre los estados miembros económicos de la UE, precios de las telecomunicaciones, de la electricidad y del gas (a hogares e industria), licitaciones públicas en porcentaje del PIB, ayudas sectoriales y ad-hoc del estado, convergencia de tipos de interés (hipotecas, préstamos a empresas inferiores y superiores a un año), integración del comercio de bienes y de servicios e intensidad de inversiones exteriores directas, inversión empresarial (formación bruta de capital fijo del sector privado en porcentaje del PIB), demografía empresarial (tasas de creación, de supervivencia y de cierre de empresas), distribución de la renta (cociente entre el total de renta recibida por el 20% de la población con mayor nivel de renta neta equivalente y el total de renta recibida por el 20% con menor nivel de renta), tasa de riesgo de pobreza antes y después de las trasferencias sociales (porcentaje de personas cuya renta neta equivalente es inferior al umbral del riesgo de pobreza, fijada en el 60 por ciento de la renta neta mediana nacional equivalente después de transferencias, total y por sexo), tasa de riesgo de pobreza persistente (porcentaje de personas cuya renta equivalente está por debajo del umbral del riesgo de pobreza en el año actual y en al menos dos de los tres años anteriores, total y por sexo), dispersión de las tasas de empleo regionales o cohesión regional (coeficiente de variación de las tasas de empleo regionales dentro de cada país, total y por sexo), abandono escolar temprano (proporción de la población de entre 18 y 24 años de edad con nivel de estudios de primera etapa de secundaria o inferior, y que no siguen ningún tipo de enseñanza o formación, total y por sexo), tasa de paro de larga duración (parados que llevan 1 año o más en paro en porcentaje de la población activa, total y por sexo), proporción de niños de 0 a 17 años y de adultos de 18 a 59 años (total y por sexo) que viven en hogares en los que no trabaja ninguno de sus miembros, índice de emisiones de gas de efecto invernadero (año 1990=100), 15 intensidad energética de la economía (consumo interior bruto de energía -carbón, electricidad, petróleo, gas y fuentes de energía renovables- con relación al PIB), volumen de transporte de mercancías y de pasajeros con relación al PIB, porcentaje del transporte interior de mercancías realizado por carretera y porcentaje del transporte interior de viajeros realizado en automóvil, porcentaje de población urbana expuesta a contaminación por ozono o por partículas, residuos municipales recogidos, vertidos e incinerados (en kilogramos por persona y año), cuota de la electricidad producida por fuentes de energía renovables en el consumo nacional bruto de electricidad, entre otros. En cuanto a los indicadores sociales que elabora el INE, están agregados a nivel nacional y regional y están organizados en las siguientes áreas: población, familia y relaciones sociales, educación, trabajo, renta, distribución y consumo, protección social, salud, entorno físico, cultura, cohesión y participación social. A continuación hemos seleccionado aquellos indicadores que consideramos más directamente relacionados con el bienestar dentro de los ámbitos antes mencionados. • Cultura: actividades culturales, medios de comunicación social, vacaciones de los residentes en España, equipamiento de cultura y ocio deporte. • Cohesión y participación social: pobreza y desigualdad económica, parados de larga duración, hogares con mayor riesgo de exclusión social, infancia y juventud, personas con problemas de salud de carácter crónico, mayores extranjeros. • Protección social: gastos corrientes, ingresos corrientes, cobertura del sistema de protección social. • Renta y distribución del consumo: gastos corrientes, ingresos corrientes cobertura del sistema de protección social, ingresos anuales de los hogares, gasto anual de los hogares en bienes y servicios, consumo anual por persona de alimentos. Los indicadores y estudios que publica el INE sirven de base para la realización de estudios más completos como el libro Pobreza y Exclusión Social en Andalucía. Éste analiza el bienestar cualitativamente tomando en cuenta los siguientes indicadores: 16 salud, trabajo, vivienda, sistemas de servicios sociales y, los analiza por grupos específicos de edad, sexo, etc. En relación a los indicadores cuantitativos estudian características generales, laborales, situación económica, nivel de estudios, salud, características de la vivienda, relaciones con el sistema de protección social, junto con la encuesta de presupuestos familiares. En los estudios de vulnerabilidad introducen la variable género para estimar cuáles son las relaciones entre genero y pobreza, y explican cuáles pueden ser las características que expliquen la vulnerabilidad que sufren las mujeres, por ejemplo: si tienen estudios, si se han separado y tienen hijos a su cargo, si son maltratadas, si se dedican a la prostitución, si se quedan embarazadas siendo adolescentes, entre otros. Estos estudios los veremos con más detalle en la segunda parte de este trabajo dedicada a los indicadores de bienestar con perspectiva de género. El Consejo Económico y Social (CES) realiza el Informe sobre Pobreza donde analiza los índices de pobreza y los de pobreza persistente entre 1994-2001. En este estudio la mayoría de las variables se clasifican por sexo, nivel de estudios, edad, si son o no cabeza de familia, actividad laboral, etc. Se estima el riesgo de ser pobre de acuerdo a unas determinadas características y se diseñan unos patrones de vulnerabilidad de lo que implica ser pobre, tales como: ser mujer, condiciones de vida, equipamiento básico de los hogares, problemas estructurales, problemas de entorno, entre otros. Se muestran a continuación algunos de los indicadores en sus correspondientes ámbitos. • Pobreza: tasa de desempleo, porcentaje de población por debajo del umbral de pobreza, salario promedio por sexo, ingresos desiguales. • Población: tasa de crecimiento de la población, tasa neta de inmigración, tasa de fecundidad, densidad de población. • Educación: tasa de población en edad escolar, tasas de escolaridad según nivel de educación, tasa de alfabetización de adultos, años de escolaridad, tasa diferencial de permanencia en la escuela entre hombres y mujeres, gasto en educación en porcentaje del PIB. • Salud: porcentaje de población con acceso a sistemas de saneamiento, acceso a sistemas de agua potable, esperanza de vida, peso adecuado al nacer, tasa de mortalidad infantil, inmunización contra enfermedades infecciosas, uso de métodos anticonceptivos, proporción de elementos químicos peligrosos en los 17 alimentos, gasto público en salud en porcentaje del PIB. • Asentamientos humanos: tasa de crecimiento de la población urbana, pérdidas económicas y humanas debidas a desastres naturales, porcentaje de población que habita en áreas urbanas, gasto en vivienda, superficie de tierra ocupada por persona, gasto per cápita del gobierno en servicios de infraestructura urbana. Otro estudio interesante es el realizado por Bancaja sobre capital humano y desarrollo humano en España. Este estudio cubre el periodo 1980-200 y hace un análisis a nivel nacional, de Comunidades Autónomas y también por provincias vinculando el capital humano con el bienestar. Toma los índices de desarrollo humano, de desarrollo de género y de pobreza humana, y además de hacer un análisis a nivel nacional y situar a España en el panorama internacional, compara el mayor o menor desarrollo humano en las comunidades autónomas y provincias. El desarrollo humano en España entre 1980 y 2000 ha tenido una tendencia claramente positiva. Se observa convergencia en los niveles de desarrollo entre las distintas Comunidades Autónomas y provincias españolas. Además, se percibe una reducción en la discriminación femenina gracias al aumento de la participación de la mujer en el mercado laboral, que analizaremos con más detalle en la siguiente sección. 18 2. Indicadores de bienestar desde género. 2.1. Indicadores de bienestar desde género. A menudo los indicadores de bienestar no representan de manera adecuada la realidad de hombres y mujeres y por ello es necesario utilizar indicadores que tengan en cuenta las distintas experiencias de cada uno. El género del individuo puede afectar de manera muy significativa a su bienestar desde el mismo momento de su nacimiento e incluso antes. Ser consciente de esas diferencias es un primer paso imprescindible para hacer algo al respecto y así garantizar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. A continuación explicaremos qué son exactamente los indicadores de género y porqué es tan importante hacer uso de los mismos, los principales tipos que hay, así como sus ventajas e inconvenientes. Haremos también mención al enfoque de capacidades de Amartya Sen y porqué es tan adecuado para analizar las desigualdades de género así como sus limitaciones (capabilities versus functionings). Una vez hecho esto, en la siguiente sección se presentan los indicadores de este tipo disponibles para el caso español. Existen grandes y persistentes gender gaps en numerosos indicadores de bienestar en todo el mundo y en diversos aspectos como por ejemplo el control de recursos económicos, la educación, ingresos, mortalidad, acceso al trabajo remunerado, salarios, empleo del tiempo, seguridad y poder en las esferas pública y privada (UNDP 1995, Banco Mundial 2001). Es decir que indicadores tan básicos como la tasa de alfabetismo o la esperanza de vida esconden a menudo, las distintas experiencias de hombres y mujeres. No tener en cuenta el género es quedarse con una imagen poco fiel de la realidad y es por eso precisamente que se han creado indicadores que tienen en cuenta las diferencias de género. Sin embargo, esta tarea no es tan fácil como pudiera parecer pues cuando el diseño de estas medidas debe hacer frente a numerosas dificultades. A este punto que hay que añadir problemas de medición típicos de este tipo de medidas como, por ejemplo, el hecho de que la mayoría de la información sobre recursos económicos está disponible a nivel de hogares, y eso hace difícil ver cómo se distribuyen los recursos dentro del mismo. 19 ¿Por qué preocuparse por las desigualdades de género? En la literatura se encuentran múltiples explicaciones a esta pregunta, pero todas ellas se pueden ordenar en dos grupos. Por un lado aquellas que defienden las consideraciones de género porque la igualdad es un objetivo en sí mismo, y por otro, las que la defienden por el papel instrumental tan importante que ela igualdad posee. Para estos últimos, la igualdad debe conseguirse dado que la existencia de grandes desigualdades puede poner barreras al desarrollo. Numerosos trabajos han puesto de manifiesto que la existencia de grandes gender gaps en aspectos críticos del bienestar como la educación, la salud y el empleo no sólo perjudica a las mujeres, sino que además tiene efectos muy perjudiciales en toda la sociedad en términos de crecimiento económico, desarrollo humano y de reducción de la pobreza, reducción o control de la mortalidad y mejoras de educación (ver por ejemplo Sen 1999, Ranis and Stewart 2000, World Bank 2001, Klasen 2002, Ravallion y Datt 2002, Klasen y Lamanna 2003, citado en Klasen 2004). Según este enfoque la intervención para la reducción de estas desigualdades está justificada incluso si no se tienen en cuanta las injusticias que se cometerían contra las mujeres si no se hiciese nada al respecto. Para muchos la erradicación de desigualdades es un fin en sí mismo por dos motivos. Por un lado las diferencias por género en los indicadores de bienestar son tan grandes que no pueden ni deben ser ignoradas cuando se evalúa el bienestar. Los ejemplos quizás más notorios de este tipo de desigualdades o discriminación serían los que se observan en dos indicadores de bienestar muy importantes como son la supervivencia y la educación. Mujeres y niñas en los países en desarrollo sufren grandes desigualdades en cuanto a la supervivencia debido a su distinto acceso a recursos o simplemente el aborto selectivo de fetos femeninos (ver por ejemplo D’Souza and Chen 1980, Sen 1989, Klasen 1994, Klasen and Wink 2002, 2003 y Klasen, 2003, citado en Klasen). En cuanto a la desigualdad de acceso a la educación, ésta varía mucho según las regiones y en general se ha reducido, pero aún es muy significativa (ver por ejemplo Abu-Ghaida and Klasen 2004). Por otro lado, las desigualdades por género son a menudo el resultado de una categoría biológica: el sexo del individuo, algo que no se elige y no se puede cambiar (en general) y que acarrea una serie de consecuencias positivas y negativas para la 20 vida de una persona por una condición de nacimiento. Si se aspira a tener una sociedad justa, este tipo de desigualdades son inadmisibles, al igual que lo son desigualdades de tipo étnico y otras de la misma naturaleza. Para poder construir estos indicadores se necesita información desagregada por sexos y ésta no está a menudo disponible. A lo anterior hay que añadir que en muchos casos es muy difícil conseguir esta información porque una parte muy importante de las desigualdades entre hombres y mujeres tiene lugar (o su origen) en el hogar, que es como una especie de caja negra, y por tanto resulta muy difícil ver lo que sucede dentro de él. Sin embargo, una vez que tenemos la información necesaria, viene lo más difícil: diferenciar entre lo que es discriminación y lo que no lo es. Existen diferencias que son en parte inevitables, desde el hecho de que las mujeres sean más longevas que los hombres a derivadas de distintos gustos y más o menos influenciadas por la cultura, como podría ser, por ejemplo, la menor presencia de mujeres en carreras técnicas como las ingenierías. Cómo saber qué desigualdades son el resultado de elecciones libres de hombres y mujeres y cuáles por el contrario son resultado de discriminación o son el resultado de otra cosa. Es decir, ¿qué desigualdades deben ser eliminadas y cuáles no? Lo que sucede dentro de los hogares ocurre en cierto dentro de una caja negra y ésta es una de las mayores dificultades a las que los investigadores en esta área se enfrentan. Hombres y mujeres tienen distintas dotaciones, distintas necesidades, gustos distintos y por ello las diferencias que por género se observan en muchos de los indicadores no necesariamente reflejan una mala desigualdad, una discriminación o una situación en las que las mujeres ven su bienestar disminuido. Lo anterior puede poner en duda que la igualdad de outcomes sea el objetivo, sin embargo, parece claro que tiene sentido aspirar a la igualdad de oportunidades. Esto hace que el enfoque de capacidades de Sen (1980, 1985, 1990, 1992) sea muy adecuado para analizar los problemas de género. El enfoque de capacidades hace un llamamiento a la igualdad de capacidades de todos, sin embargo, es increíblemente difícil observar las capacidades; lo que generalmente se observa es el resultado de las capacidades y de la decisión del individuo. Es muy importante tener esto presente cuando se analizan los indicadores 21 de género, pues desigualdad en los outcomes no necesariamente significa discriminación. A pesar de lo anterior, el enfoque de las capacidades que propone Sen (1990, 1992) se presenta como muy conveniente para evaluar las desigualdades de género, pues este enfoque plantea como punto de referencia o ideal el que hombres y mujeres deben tener las mismas oportunidades, es decir las mismas capacidades de elegir lo que quieran, con independencia de que después tomen una decisión u otra. El enfoque de capacidades aboga por que las personas tengan el mayor número posible de valiosos functionings que les permitirán tener una vida valiosa. Entre esas capacidades están la capacidad de tener una vida larga y con salud, estar bien nutrido, educado, con una vivienda y vestido e integrado en la comunidad. Se reconoce por tanto que hombres y mujeres pueden, por razones de naturaleza o crianza acabar con outcomes muy distintos a pesar de disfrutar de las mismas capacidades. En la práctica, la mayoría de las aplicaciones de el enfoque de capacidades de Sen para medir el bienestar de los individuos (tener en cuenta que indicadores agregados como el IDH), miden los functionings en vez de las capacidades pues éstas son muy difíciles de observar (eg. Klasen, 2000). Cabe destacar el trabajo de Nussbaum y Robeyns (añadir referencias) en el desarrollo de este enfoque para tratar el género. En las últimas décadas, las Naciones Unidas y otras instituciones se han preocupado de recopilar información para construir indicadores de bienestar con perspectiva de género. Eso nos ha permitido saber cuál es el bienestar de hombres y mujeres así como su evolución. Por su parte, los gobiernos de cada país y otras instituciones han hecho esfuerzos en esa misma dirección. En la siguiente sección por ejemplo presentaremos que es lo que se ha hecho en España al respecto. ¿Y antes de eso? Gracias al trabajo de historiadores (económicos y sociales) y el análisis de estaturas y otros indicadores antropométricos sabemos algo al respecto (ver Harris). Este tipo de trabajos usan en su mayoría datos de niños y hombres, pero nueva evidencia sobre mujeres y niños de ambos sexos está permitiendo hacer averiguaciones sobre la distribución de recursos dentro del hogar y sobre las deferencias de género. 22 Afortunadamente hoy en día disponemos de más y mejores fuentes de información. A continuación pasamos a explicar cuáles son los tipos de indicadores de bienestar con perspectiva de género, sus ventajas e inconvenientes y algunos de los ejemplos más conocidos. Distinguimos tres tipos: 1) medidas de bienestar desagregadas por género 2) índices de gender gap y 3) medidas agregadas sensibles al género Medidas de bienestar desagregadas por género. Se trata simplemente de hacer un seguimiento de las medidas de bienestar de manera separada para hombres y mujeres. La principal ventaja de este tipo de medidas es que proporcionan directamente la medida de bienestar de hombres y mujeres sin necesidad de definir qué es la igualdad, simplemente describen cuál es la situación. El mayor inconveniente tiene que ver con lo anterior, pues precisamente por el hecho de que no se valora, sino que sólo se describe no está muy claro cómo hay que interpretar estas medidas. Es decir, cómo saber si la desigualdad observada debe ser objeto de intervención o no. Indices de gender gap. Se trata de crear índices simples compuestos de los gender gaps. Es decir, se obtiene un promedio de los gender gaps en diferentes dimensiones del bienestar. Este tipo de medidas han proliferado recientemente en el ámbito académico y político como por ejemplo el Gender Equity Index (GEI) elaborado por el Social Watch (Social Watch 2005) contiene tres dimensiones: actividad económica, ‘empoderamiento’ (empowerment) y educación. El índice puede toma valores entre 0 y 100 tomando valores más bajos para indicar más desigualdad. Otro indicador de este tipo es el Gender Gap Index (GGI) del Foro Económico Mundial (WEF, 2005), o el African Gender Status Index de la Comisión Económica para África (ECA 2004), el Índice de Status Relativo de las Mujeres (Relative Status of Women Index) creado por Dijkstra and Hanmer (2001), y el Índice de Igualdad de Género Estandarizado (SIGE) de Dijkstra (2002). La principal ventaja de este tipo de indicadores es que proporcionan mucha información sobre el bienestar por géneros en una sola cifra, y la principal desventaja que en ellos, al igual que en todas las medidas compuestas, el peso asignado a los indicadores de desigualdad es arbitrario. Además, por los motivos explicados anteriormente, no está claro que las desviaciones que se producen del uno (que representaría la igualdad de outcomes) sean indicativas de existencia de una desigualdad eliminada. 23 Por último están las medidas sensibles al género. Se trata de ajustar medidas agregadas para tener en cuenta las desigualdades por género. Al igual que las anteriores, estas medidas imponen arbitrariamente una medida o parámetro de aversión a la desigualdad de cada sociedad. En este sentido son subjetivas pero por otro lado, en la medida en que este parámetro sea adecuado, el indicador ya indica si hay algo que corregir o no. El mejor ejemplo de este tipo de medidas es el Genderrelated Development Index (GDI) que es un indicador del nivel de vida en un país. Su elaboración depende de las Naciones Unidas y es uno de los cinco indicadores que el Programa para el Desarrollo de las Naciones (PNUD) incluye en su informe de desarrollo humano que se publica cada año. Tiene como objetivo mostrar la existencia de desigualdades entre hombres y mujeres en los siguientes ámbitos: una vida larga y saludable, conocimiento y un nivel de vida digno (o decente). Para más detalles sobe esta medida ver UNDP (1995), Atkinson (1970) o Bardhan y Klasen (1999). Una ventaja adicional de este tipo de medidas es que no sólo dan cuenta de la desigualdad y de su indeseabilidad para los que la sufren, sino para la sociedad en su conjunto. Además, a diferencia de las medidas del segundo tipo, no compensa desigualdades en una dirección con desigualdades en dirección opuesta. El principal problema de esta medida, al igual que en las segundas, es que asigna un valor al coste de las desigualdades, que asume que desigualdad de outcomes es desigualdad y además asigna un valor al coste de esas desigualdades para la sociedad, lo que es igualmente controvertido (Klasen). Fruto del Informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas de 1995, surgen dos medidas destinadas a hacer un seguimiento de las medidas de bienestar con enfoque de género a lo largo del tiempo y del espacio. Estas medidas están discutidas en detalle en Bardhan y Klasen (1999, 2000) pero resumiremos a continuación sus principales rasgos. La primera de ellas sería el Índice de Desarrollo Humano relativo al Género (GDI). Se trata de un indicador de bienestar general que simplemente ajusta el Índice de Desarrollo Humano hacia abajo, es decir que penaliza por presencias de desigualdades en los componentes del Índice de Desarrollo Humano. De este modo, incorpora el coste en términos de bienestar derivado de la existencia de desigualdades en ámbitos 24 críticos, poniendo de manifiesto que la presencia de desigualdades reduce el desarrollo de toda la sociedad y no sólo el de aquellos que la sufren. El GDI suele diferir bastante del IDH y eso se debe fundamentalmente a desigualdades en el ingreso. El componente de longevidad del GDI asume una ventaja de longevidad para las mujeres de 5 años, lo cual es más o menos discutible pero en esencia pone de manifiesto que las mujeres viven más en promedio que los hombres. En cuanto a la educación el problema es el que antes avanzamos de capabilities versus functionings. Es decir, que se observan diferencias en el acceso a la educación pero a diferencia de lo que ocurre en la longevidad, en este caso es muy difícil saber si el desigual acceso a la educación de hombres y mujeres se debe a diferencia en las oportunidades de unos y otros para acceder a la educación o si en cambio es el resultado de la elección libre, informada y racional de ambos. El componente de ingreso del GDI es más problemático de todos debido al menor acceso de la mujer al trabajo remunerado, pues este componente se calcula teniendo en cuenta las tasas de participación en el mercado laboral. Se supone que este componente aproxima el acceso de los individuos a los bienes que obtienen a través del mercado, sin embargo, es bien sabido que las mujeres tienen acceso a ingresos aunque no sean ellas las que los obtienen y por ello este índice probablemente subestima el acceso de las mujeres a todos estos recursos que se obtienen vía mercado. De todos modos es cierto que este componente del índice pone de manifiesto una desigualdad de acceso al ingreso, una situación de menos independencia de las mujeres que podría tener un impacto en otros aspectos del bienestar de las mujeres y por ello está bien que se ponga en evidencia (UNDP 1995). Otra crítica que se puede hacer a este componente es que no incluye la producción que queda fuera del mercado (ver Bardhan y Klasen, 1999 para una discusión más detallada de estas críticas). Otro indicador de este tipo es el Índice de Potenciación de Género (Gender Empowerment Measure, GEM en inglés), que pretende medir las oportunidades relativas de hombres y mujeres a nivel político, económico y del hogar. Ni que decir tiene que el empowerment de las mujeres tiene suma importancia intrínseca e 25 instrumental en el bienestar. Conviene saber que el GEM proporciona una imagen muy distinta del IDH y del GDI pues muchos países en desarrollo que están evolucionando con éxito en el terreno económico y en términos humanos, presentan una imagen desastrosa en términos de GEM, como por ejemplo Corea del Sur debido a la poca presencia de mujeres en los sectores políticos y económicos. Klasen (185) discute las principales críticas que se han hecho a este indicador, pero se puede decir que a pesar de las mismas este indicador ha sido muy eficaz en proporcionar comparaciones entre países acerca del empoderamiento de las mujeres, a diferencia del GDI que ha resultado ser muy problemático y poco fiable. 2.2 Indicadores de bienestar subjetivo con perspectiva de género. Hasta ahora hemos visto que cuando se trata de evaluar el bienestar, la atención suele centrarse en indicadores objetivos. Sin embargo, hace ya tiempo que se vienen utilizando indicadores subjetivos como son, por ejemplo, las tasas de depresión o suicidio. Se trata en realidad de indicadores negativos o, si se quiere, de indicadores de ‘malestar subjetivo’ o de ‘infelicidad’. Conviene recordar, sin embargo, que la salud mental hace referencia no sólo al alivio de enfermedades sino también a la consecución de la felicidad. Es importante tener en cuenta la felicidad y medirla, entre otras cosas, porque felicidad e infelicidad no son lo mismo. La felicidad no es simplemente la ausencia de infelicidad y viceversa. Desde los años 70 se ha producido una verdadera revolución en los enfoques sobre la salud caracterizada por el fuerte énfasis en la prevención y sobre todo en la promoción de la salud. Este importante cambio ha llegado también al mundo de la salud mental que muy recientemente está desarrollando un nuevo campo de estudio de los estados mentales positivos, de la felicidad (Seligman, 2005: 11-12). En concordancia con estos enfoques positivos, los gobiernos estén cada vez más interesados en conocer la felicidad de sus ciudadanos y, en la medida de lo posible, sus causas para así contribuir a construir una sociedad más feliz. Al igual que sucede en los demás indicadores de bienestar, puede suceder que los promedios escondan importantes diferencias de género. Éstas podrían ser el resultado de nuestros genes o del entorno. Además, dadas las importantes diferencias de género 26 en los demás indicadores objetivos, es posible que éstas causen diferencias en el bienestar subjetivo de hombres y mujeres. Incluso si no se observasen diferencias por género, sería interesante entender porqué es así a pesar de las diferencias en el bienestar objetivo de unos y otros. A continuación presentamos muy brevemente lo que se sabe sobre las diferencias por género en indicadores de bienestar subjetivo, tanto positivo como negativo. Gran parte del material aquí recogido proviene del capítulo que sobre este tema escriben Susan Nolen-Hoeksema y Cheryl L. Rusting en el libro ‘Well-being: The Foundations of Hedonic Psychology’ (1999) editado por Daniel Kahneman, Ed Diener y Norbert Schwartz. Antes dijimos que la felicidad no es simplemente la ausencia de infelicidad y viceversa. Puede que esto no quede muy claro, pero desde luego un buen ejemplo de ello y muy adecuado para empezar esta revisión es el hecho de que hay una mayor prevalencia de enfermedades mentales en las mujeres que en los hombres, en especial mayor número de casos de depresión (Nolen-Hoeksema 1987; Russo and Green 1993), y sin embargo, las mujeres se declaran en general más felices que los hombres aunque las diferencias son pequeñas (ver por ejemplo Inglehart 1990 o White 1992). Se observan diferencias por género en varios estados de ánimo negativos y comportamientos relacionados, incluyendo tristeza, miedo, ansiedad, trastornos de personalidad antisocial, trastornos de conducta y abuso y dependencia de sustancias tóxicas. También se observan diferencia por género en la presencia (o prevalencia de) de mal humor, comportamiento diario agresivo y hostilidad. Los anteriores estados de ánimo negativo y comportamientos relacionados se dividen en dos grupos: interiorizados y exteriorizados. Las psicopatologías interiorizadas son por ejemplo la depresión y trastornos de ansiedad, y los estados de ánimo asociados serian la tristeza, el miedo, nerviosismo, la vergüenza y la culpa. Las psicopatologías exteriorizadas incluyen la agresión y el abuso de sustancias toxicas y el enfado o ira. Las mujeres experimentan más a menudo los problemas interiorizados mientras que los exteriorizados son diagnosticados mucho más en hombres que en mujeres. 27 En relación a los estados de ánimo positivos, una serie de estudios han puesto de manifiesto que las mujeres declaran una mayor felicidad que los hombres y que experimentan emociones positivas más intensamente que los hombres (Cameron 1975; Diener, Sandvik and Larsen 1985; Fujita, Diener and Sandvik 1991; Grossman and Word 1993; Woods, Rodhes y Whelan 1989). Otros sin embargo no han encontrado diferencias significativas entre unos y otros (Diener 1984; Gurin, Veroff and Feld 1960; Larson 1978) y otros estudios apuntan a que los hombres son más felices que las mujeres (Harring, Stock and Okun, 1984). Wood, Rhodes y Whelan 1989 intentaron resolver este debate haciendo uso de un meta-análisis y concluyeron que las mujeres declaraban más felicidad que los hombres. Las explicaciones que se ofrecen para estas diferencias de género son muy diversas: biológicas, relacionadas con la personalidad y también con el contexto. Algunas de estas explicaciones están mejor documentadas que otras, pero en cualquier caso todas ellas se han derivado del estudio de estados de ánimo y comportamientos negativos y no de estudios específicos sobre estados de ánimo positivos como el buen humor o la felicidad. Esto limita mucho las explicaciones que podemos dar a las diferencias observadas en la felicidad de hombres y mujeres (Nolen-Hoeksema and Rusting, 1999: 334). Uno de los argumentos más frecuentes en la literatura es el de las hormonas para explicar la mayor presencia de trastornos interiorizados en las mujeres. A pesar de la creciente popularidad de las explicaciones biológicas para explicar diferencias por género en estados de ánimo y comportamiento, lo cierto es que la evidencia que apoya este tipo de explicaciones es bastante débil. Las explicaciones relacionadas con la personalidad parecen mejor sustentadas, pero nos queda la duda de hasta qué punto las diferencias en la personalidad son el resultado de diferencias biológicas o el resultado de la distinta socialización de hombres y mujeres (Nolen-Hoeksema and Rusting, 1999: 334-6). Las explicaciones de contexto están ganando importancia. Por ejemplo, la mayor prevalencia de abusos físicos y sexuales que sufren las mujeres parece ser en parte responsable de la mayor tendencia a la interiorización de trastornos en ellas. Sin embargo, ¿por qué frente a los abusos no exteriorizar más? Es posible que esto se 28 deba a los distintos roles de género pues, por ejemplo, parece que los estereotipos hacen que se espere de las mujeres que interioricen sus problemas mientras que de los hombres se espera que reaccionen de una manera visible, exteriorizando y mostrando agresividad. Cabe destacar que los roles de género pueden influenciar la expresión de las emociones e incluso la experiencia de las mismas (343-344). Pero no se debe olvidar que sigue sin estar claro hasta qué punto estas diferencias son el resultado de diferencias en el contexto o derivan de la distinta biología de hombres y mujeres. En cualquier caso, mucho queda aún por investigar en cuanto a los estados mentales positivos. Pues por el momento, poco se sabe además de que las mujeres parecen ser más felices que los hombres. Hecho curioso si se tiene en cuenta, además, la mayor vulnerabilidad de las mujeres a estados depresivos y el hecho de que las mujeres disfrutan en muchas ocasiones de menor bienestar objetivo que los hombres. Inglehart (2002) sugiere que la aparente igualdad en las medidas de bienestar subjetivo esconde importantes diferencias por género como resultado de la interacción de la variable género con la variable edad. Según el autor, las mujeres menores de 45 tienden a ser más felices que los hombres, pero en menor medida después de los 45, neutralizándose progresivamente ambas diferencias. ¿Y porque estas diferencias con la edad? Según Inglehart, esto se debe al ajuste de aspiraciones o expectativas, que podría resumirse del siguiente modo. Cambios recientes afectan a nuestro bienestar pero, con el tiempo, nuestras expectativas se reajustan y nos acostumbramos a la nueva situación, de manera que después de algún tiempo nuestro bienestar es igual al que teníamos antes del cambio (para más detalles sobre ese modelo ver Campbell, Converse, and Rodgers 1976; Andrews and Withey 1976, y para la set-point theory ver Lykkens and Tellegen 1996 y Costa, McCrae, and Zonderman 1987). En consecuencia, en una determinada sociedad, el bienestar subjetivo varía relativamente poco en relación a distintos atributos más o menos estables como es el género (y también en torno a otros atributos más inestables). Es decir, que de alguna manera las mujeres se acostumbran a las desventajas de ser mujer y, al no esperar ser tratadas igual, no sufren por ello. Teniendo en cuenta lo anterior, el motivo por el que las mujeres disfrutan de un bienestar subjetivo igual o superior al de los hombres a pesar de las continuas 29 desventajas de las mujeres en términos de ingreso, status y poder, se debe a que se ha tendido a la igualdad de los sexos en los últimos años, algo con lo que estas mujeres no contaban y por ello su bienestar subjetivo ha aumentado. Sin embargo, al mismo tiempo que lo anterior, y en especial en los países más industrializados que es en aquellos en los que se ha producido más igualdad, se da una sistemática tendencia a devaluar a las mujeres mayores en los medios de comunicación (Bluhm 2000) y por ello su felicidad disminuye después de los 45 años. Sin embargo las expectativas también pueden jugar en contra, por ejemplo, en EEUU ante la creciente igualdad entre hombres y mujeres las expectativas creadas fueron demasiado altas o simplemente más allá de los cambios reales, y puede ser que ésa sea la explicación de que en EEUU las mujeres experimentaran un deterioro de su bienestar subjetivo desde principios de los 70 hasta fines de los 90, cosa que no ha sucedido entre los hombres (Blanchflower y Oswald 2000). Muy recientemente Tesch-Römer, Motel-Klingebiel y Tomasik (2008) han puesto de manifiesto la importancia de las expectativas cuando tratan de estudiar la relación entre indicadores objetivos y subjetivos de bienestar. Los autores esperaban encontrar una correlación entre el grado de desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y las diferencias en el bienestar subjetivo entre los sexos en una muestra que contenía varios países con la consiguiente variedad cultural, pero tuvieron que modificar su hipótesis pues se encontraron que sólo en aquellos lugares con una cultura que no toleraba o que al menos penalizaba las desigualdades de género, existía una correlación entre ambas variables. 2 Es decir, que en países donde se entiende normal que hombres y mujeres tengan distintas oportunidades las mujeres no son más infelices que los hombres. 2 Para medir esta tolerancia simplemente se dividió a todos los países en dos grupos según si estaban de acuerdo o no con la siguiente afirmación: ‘‘ante la escasez de trabajo, los hombres deberían tener más derecho a éste que las mujeres”. 30 2.3 Indicadores de género en España En esta sección vamos a revisar que instituciones españolas se dedican a realizar estudios desde una perspectiva de género y en la segunda parte vamos revisar los indicadores que se usan en estos estudios. 2.3.1. Instituciones en España que realizan estudios de género. Organizaciones gubernamentales de mujeres: En primer lugar destacamos la creación en España en este año el Ministerio de Igualdad cuyo objetivo es la búsqueda a través de las políticas la igualdad entre hombres y mujeres. http://www.migualdad.es/ Instituto de la Mujer http://www.migualdad.es/mujer/index.htm Instituto Andaluz de la Mujer http://www.juntadeandalucia.es/institutodelamujer/ Instituto Aragonés de la Mujer http://tematico.asturias.es/imujer/ Instituto Vasco de la Mujer (Emakunde): http://www.emakunde.es/ Instituto Balear de la Mujer http://www.caib.es/govern/organigrama/area.do?lang=es&coduo=232 Instituto Catalán de la Mujer http://www.gencat.net/icdona/ Instituto de la Mujer de Castilla la Mancha 31 http://www.jccm.es/imclm/ Instituto Canario de la Mujer http://www.gobiernodecanarias.org/icmujer/index.html Servicio Gallego de Igualdad http://www.xunta.es/auto/sgi/ Instituto de la Mujer de Extremadura http://www.mujerextremadura.com/ Instituto de la Mujer de la Región de Murcia http://imrm.es/im007.asp?ipag=16 Instituto de la Mujer de Navarra http://www.cfnavarra.es/INAM/INDEX.HTM Consejo de la Mujer de la Comunidad de Madrid http://www.consejomujer.es/ Estudios sobre Mujeres: Asociación Universitaria de Estudios de la Mujer (AUDEM): http://www.audem.com/ Asociación Española de Investigación de Historia de las Mujeres (AEIHM): http://www.aeihm.org/ Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT): http://www.amit-es.org/ Asociación de Mujeres Científicas y Técnicas: http://www.unizar.es/mutem/ 32 Fundación Isonomía para la igualdad de oportunidades, Universitat Jaume I: http://isonomia.uji.es/html.php?file=docs/spanish/isonomia/index.php Centro de Estudios sobre la Mujer (CEM). Universidad de Alicante: http://www.ua.es/cem/ Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad de la Laguna (CEM): http://webpages.ull.es/users/cem/index.html Instituto Universitario de Estudios de la Mujer (IUEM). Universidad Autónoma de Madrid: http://portal.uam.es/ Foro Mujeres Investigadoras Región de Murcia: http://www.fomim.com/ Unidad de Igualdad y de Género en Andalucía: http://www.unidadgenero.com/ Periódico feminista Mujeres en red: http://www.nodo50.org/mujeresred/ Feminismos, Géneros e Identidades: http://webs.uvigo.es/pmayobre/ Ciudad de las Mujeres en la Red: http://www.e-leusis.net/ Instituto de Estudios de la Mujer. Universidad de Granada: http://www.ugr.es/~iem/ Cátedra de Estudios de Género de la Universidad de Valladolid: http://www.fyl.uva.es/~wceg/ Historia de las Mujeres de España: 33 http://www.historiasiglo20.org/sufragespana/index.htm Universidad de Barcelona. Centro de Investigación de las Mujeres (DUODA): http://www.ub.es/duoda/ Universidad de Barcelona. Centro Mujer y Literatura: http://www.ub.es/cdona/ Asociación Española de Filosofía María Zambrano: http://www.geocities.com/Athens/Parthenon/8947/index.html Woman Emprende: http://www.womanemprende.org/ Dones i ciència a la (UAB): http://www.bib.uab.es/ciencies/expo/cientifiques/cientifiques.htm Centro de Estudios Demográficos: http://www.ced.uab.es/index.php Mujeres en los Sistemas de Ciencia y Tecnología, Universidad de Cantabria: http://www.unican.es/Aulas/aitem/muj_sist_cienc_tec.htm Salud: Observatorio de Desigualdades de Género en Salud: http://genero.sespas.es/ Observatorio de Salud y Mujer: http://www.obsym.org/ Red de Investigación en Salud y Género / Health and Gender Researching Net: http://www.easp.es/redgenero/web/esp/quees.asp 34 Grupo de Género y Salud Pública (SESPAS): http://genero.sespas.es/indice.html Trabajo: Women’s association for the labour insertion (SURT): http://surt.org/en/quisom.html Mujeres de Empresa: http://www.mujeresdeempresa.com/ Grupo de Investigación Trabajo, Instituciones y Género: (TIG) http://www.ub.edu/tig/ Distribución del ingreso y pobreza: Grupo de investigación sobre la distribución del ingreso Vigo: http://webs.uvigo.es:80/idru/ Economics of Gender: http://webs.uvigo.es/idru/ Políticas sociales: Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS): http://www.icps.cat/default.asp Urbanismo: Foro Genero Urban: http://www.generourban.org La Mujer Construye: http://www.lamujerconstruye.org/ 35 Violencia de Genero: Red Feminista contra la Violencia de Género: http://www.redfeminista.org/ Observatorio de la Violencia de Género: http://www.observatorioviolencia.org/ Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia: http://www.gva.es/violencia/crs/crs/crs.html Observatorio de la Violencia de Género en Bizkaia: http://www.bizkaia.net/gizartekintza/Genero_Indarkeria/ca_definicion.html Fundación Mujeres: http://www.fundacionmujeres.es/ Red de Ciudades Contra la Violencia: http://www.redciudades.org/ 2.3.2 Indicadores de género en España. A continuación presentamos una lista más o menos exhaustiva de los indicadores de género que se utilizan en España. España posee diversas instituciones que se dedican a realizar estudios de género, la más importante de ellas en el Instituto Nacional de Estadística (INE), seguido de los Institutos de Estadística de las distintas Comunidades Autónomas. Además hay otras por otras instituciones públicas y privadas y centros de investigación que elaboran indicadores a los que también haremos referencia. Los indicadores que presentamos son recogidos tantos para mujeres y hombres, y es por esto que estos indicadores nos permiten una primera aproximación entre las 36 diferencias entre hombre y mujeres, pero como ya hemos señalado, estos indicadores no revelan toda la información que es necesaria para poder analizar de una manera exhaustiva las diferencias entre hombre y mujeres. El Instituto Nacional de Estadística (INE), en su último Informe sobre Mujeres y Hombres en España de 2008, realiza un desglose de las diferentes estadísticas diferenciando las siguientes áreas: población y familia, educación, empleo, renta, salud, delito y violencia, poder y toma de decisiones. Este informe es puramente descriptivo, pues se presentan sin más las cifras y se comparan con las de la Unión Europea, pero no se explican los orígenes de estas diferencias. A continuación hemos seleccionado los indicadores que consideramos más importantes organizados en las áreas antes mencionadas (en la página web del INE se pueden encontrar muchos más: http://www.ine.es/inebase/cgi/um?M=%2Ft25%2Fp442%2Fa2001&O=pcaxis&N=& L=0). Población y familia: • Evolución del saldo vegetativo de la población según sexo. • Evolución del movimiento natural de la población según sexo. • Relación número de mujeres y número de varones por grupos de edad. • Evolución de la distribución porcentual de la población por grupos de edad y sexo. • Pirámides de la población española y extranjera por sexo y grupos de edad. • Evolución de la población española y de la población extranjera residente. • Distribución porcentual por sexo, 2000-2007. • Población extranjera residente por sexo y país de nacimiento, 2007. • Distribución porcentual de la población extranjera residente por sexo. • Porcentaje de la población extranjera residente por sexo y país de nacimiento. • Proyecciones de población. Distribución porcentual por sexo. • Proyecciones de población de 65 y más años según sexo. • Edad media al matrimonio según sexo,1980-2006. • Disoluciones matrimoniales según sexo y edad media de los cónyuges, 2006. • Evolución del número de matrimonios y del número de disoluciones matrimoniales. 37 • Familias monoparentales por sexo de la persona principal. Educación: • Alumnado matriculado por tipo de enseñanza y sexo, curso 2005-06. • Tasa neta de escolaridad por sexo y edad (porcentaje). • Tasas netas de escolaridad por sexo y edad. • Porcentaje de mujeres matriculadas en educación universitaria por rama o disciplina científica. • Población de 20 y más años por sexo y distribución porcentual según el nivel de formación alcanzado. • Distribución porcentual por nivel de formación alcanzado en la población de 25 a 34 años, por sexo. • Porcentaje de población de 25 a 64 años con titulación superior en la Unión Europea, por sexo, 2006. • Población de 20 y más años con estudios universitarios de primer y segundo ciclo por sexo y grupos de edad. • Porcentaje de mujeres en el profesorado por enseñanza que imparten. • Porcentaje de mujeres en el profesorado de educación universitaria por categoría. • La brecha digital de género (diferencia de porcentajes de uso de TIC), 20042007. • Personas que realizaron determinadas actividades culturales. Empleo: • Evolución de la población en relación con la actividad económica según sexo. • Tasa de actividad de la población según nacionalidad y sexo (porcentaje). • Porcentaje de personas inactivas por clase principal de inactividad según sexo. • Personas inactivas que no buscan empleo por razones familiares según sexo. • Porcentaje de personas con discapacidad según sexo y relación con la actividad. • Población ocupada por jornada laboral y sexo, 2007. • Tasa de ocupación en función al número de hijos/as. 38 • Parejas con edades comprendidas entre 25 y 49 años por tipo de jornada y por edad del hijo. • Tasas de actividad según sexo y estado civil. • Excedencias por cuidado e hijos/as, 2000-2006. • Personas de 50 a 69 años (miles) según años trabajados a lo largo de su vida laboral por sexo y situación profesional, 2006. • Número medio de horas efectivas trabajadas por las personas ocupados según sexo. Renta: • Salario bruto medio anual por actividad económica. • Salario bruto medio anual (euros), por ocupación y sexo, 2005. • Porcentaje de salario bruto anual de las mujeres respecto del de los hombres, por grupos de edad, 2005. • Salario bruto anual, por tipo de contrato y sexo, 2005. • Salario bruto anual, por tipo de jornada y sexo. • Salario bruto mensual y por hora (índices), por sexo, 2006. • Porcentaje de salario bruto por hora de las mujeres respecto del de los hombres, por nivel de formación. • Ingreso neto anual medio (euros), por hogar y por persona, según sexo de la persona de referencia. • Porcentaje de ingreso neto anual medio por hogar según sexo y edad de la persona de referencia. • Tasa de pobreza relativa por edad y sexo. • Personas sin hogar por sexo y su distribución por nivel de ingresos Índice de Desarrollo Humano, 2004 (Naciones Unidas). Salud: • Valoración del estado de salud percibida según sexo. • Tiempo transcurrido desde la última consulta a un médico. Porcentaje de población de 0 y más años según sexo. • Tiempo transcurrido desde la última consulta a un médico. • Porcentaje de población de 0 y más años según sexo. 39 • Vacunación de la gripe en la última campaña. Porcentaje de población según sexo y edad. • Índice de masa corporal. Porcentaje de población de 18 y más años según sexo. • Ejercicio físico en el tiempo libre. Porcentaje de población de 16 y más años según sexo y edad. • Consumo de tabaco. Porcentaje de población de 16 y más años según sexo. • Consumo de alcohol en las últimas dos semanas. • Porcentaje de población de 16 y más años según sexo y edad. • Principales causas de muerte según sexo, 2006. • Defunciones por enfermedad de Alzheimer según sexo. • Muertes por accidentes de transporte según sexo y edad, 2006. • Defunciones por Alzheimer según sexo y edad, 2006. • Esperanza de vida libre de discapacidad por sexo, 2003. • Esperanza de vida al nacimiento. • Casos de SIDA por año de diagnóstico y sexo, 1981-2007. Delito y violencia: • Personas condenadas según sexo, 2006. • Personas condenadas según sexo y edad y distribución porcentual por sexo, 2006. • Distribución porcentual de las personas condenadas por sexo según grupos de edad. • Personas condenadas por tipo de delito y sexo. • Extranjeros/as condenados/as. • Porcentaje de mujeres y varones por continente de nacionalidad. • Personas condenadas según nacionalidad y sexo, 2006. • Evolución de la población reclusa penada por sexo, 2001-2006. • Distribución de la población reclusa penada por sexo. • Denuncias por malos tratos en el ámbito familiar, 2002-2006. • Víctimas de delitos según tipo de delito y sexo. • Denuncias por malos tratos en el ámbito familiar, según relación con el/la autor/a. 40 • Denuncias por violencia de género, 2002-2006. • Denuncias por malos tratos producidos por la pareja o ex-pareja, según nacionalidad y sexo. • Porcentaje de mujeres maltratadas, según grupo de edad, 1999-2006. • Porcentaje de mujeres maltratadas, según nacionalidad, 2006. • Mujeres muertas por violencia de género a manos de su pareja o ex-pareja, según nacionalidad. • Delitos conocidos de abuso, acoso y agresión sexual, 2000-2006. Poder y toma de decisiones: • Porcentaje de mujeres en el Parlamento. • Participación de mujeres en los Parlamentos Autonómicos según Comunidad Autónoma, 2007. • Porcentaje de alcaldesas según Comunidad Autónoma, 2003 y 2007. • Evolución del porcentaje de alcaldesas, 1983-2007. • Porcentaje de mujeres en los Parlamentos nacionales de los países europeos. • Porcentaje de mujeres en el Parlamento Europeo. • Participación de mujeres en el Gobierno Parlamentario, 2004-2007. • Distribución por sexo de Altos Cargos de la Administración Pública, 2006. • Participación de mujeres en representantes del Gobierno en provincias y Comunidades Autónomas, 2007. • Distribución por sexo en embajadas, 2007, • Participación de mujeres en diversos órganos constitucionales, 2007. • Participación de mujeres en diversos órganos constitucionales, 2007. • Participación de mujeres en el Poder judicial, 2006. • Participación de mujeres en los ingresos en la Carrera Judicial, según el sistema de acceso. • Porcentaje de mujeres en los efectivos en servicio activo de las Fuerzas Armadas, según rango y ejército, 2005 y 2006. • Participación de mujeres en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, 2005 y 2006. • Porcentaje de mujeres en la dirección y gerencia de empresas. • Distribución por sexo de los miembros numerarios de las Reales Academias. • Distribución por sexo de los premios literarios. 41 Como hemos señalado antes, este tipo de indicadores se encuentran también en los Institutos de Estadísticas de las distintas Comunidades Autónomas. Por ejemplo, para el caso andaluz, el Instituto Andaluz de Estadística desglosa por género los siguientes indicadores: población y migraciones, estructura de la población, familias y hogares, estructura de los hogares, educación, recursos, escolarización, resultados educativos mercado de trabajo, ocupados, población desempleada, condiciones de trabajo, conciliación vida laboral y familiar, salud y sanidad, recursos humanos, protección social, prestaciones sociales, servicios sociales y acción social, participación política, participación pública, seguridad y defensa, marginación y violencia doméstica. Cabe destacar también que los Institutos de la Mujer de las distintas Comunidades Autónomas son también una fuente importante producción de indicadores de género. Además, en relación a estos institutos, conviene decir que generalmente no se limitan a la producción y presentación de indicadores sino que además llevan a cabo un proceso de análisis de estos indicadores, ayudándonos por tanto a saber cómo interpretarlos. Probablemente, de entre todos los indicadores de este tipo, los que se hacen más eco entre el gran público son aquellos que hacen referencia a la violencia de género tales como el número de mujeres muertas víctimas de la violencia de género. En ellos intervienen el Ministerio de Igualdad y los muchos Institutos de la Mujer. Como es de esperar, el Ministerio de igualdad no se limita a presentar las cifras sino que trata además de explicarlas, pues comprender el origen de este fenómeno es imprescindible para resolver el problema. Desafortunadamente, en años anteriores no se contabilizó tanto como hubiera sido deseable y eso dificulta el estudio del fenómeno. Instituciones públicas como el Consejo Económico y Social realizan informes periódicamente en los que analizan la situación del mercado laboral de los jóvenes hombres y mujeres en España. Para ello estudian por ejemplo la brecha salarial existente entre hombres y mujeres y la evolución de la misma, el tiempo que las mujeres dedican a tareas domesticas y el cuidado de los hijos, sus causas y las consecuencias sobre el uso del tiempo de las mujeres. 42 El Instituto de la Mujer de Murcia ha realizado un estudio muy interesante de las el papel de la mujeres en el entorno rural, donde incluyen además de los indicadores tradicionales, otros indicadores tales como colaboración en las tareas del hogar o las razones de no haber acudido a un curso de formación. Esta información no está disponible a nivel nacional pero es sin duda de gran ayuda para comprender el comportamiento de hombres y mujeres. A continuación algunos de los indicadores que utilizan. Características generales: localización geográfica, edad, estado civil, hijos, número de hijos de las mujeres rurales, número de hijos menores de 6 años y personas encargadas de su cuidado, edad de la mujer rural que es madre por primera vez, nivel de estudios de los hijos/as, actividad laboral realizada por las hijas e hijos de las mujeres del medio rural, núcleo familiar, número de personas que viven en el núcleo familiar, relación de parentesco de los integrantes de la unidad familia, pareja, nivel de estudios de la pareja, personas dependientes, personas dependientes a cargo de la mujer rural, número de horas que dedican al cuidado permanente de personas, dedicación a la atención de familiares. Formación: aspectos relacionados con el nivel de estudios de la mujer, nivel de estudios alcanzado satisfacción con el nivel de estudios razón por la que no alcanzó el nivel de estudios deseado, edad a la que alcanzó el nivel de estudios, opciones desarrolladas al terminar los estudio, formación de la mujeres, cursos de formación realizados, lugar de impartición y duración media de los mismos, grado de utilidad de los cursos de formación realizados, centro informativo sobre los cursos de formación a realizar, posesión del carnet de conducir, tipo de formación que le gustaría recibir, modalidad de formación más atractiva para la mujer, razones de no haber asistido a ningún curso de formación. Actividades domesticas de la mujer: horas de dedicación a las tareas del hogar, personas contratadas para la ayuda en la realización de las actividades domésticas, colaboración de los integrantes del núcleo familiar en la realización de las tareas domésticas y familiares, tareas en las que colaboran los integrantes del núcleo familiar. 43 Situación profesional actual de la mujer y experiencia profesional previa: situación profesional de la mujer, actividad profesional de la mujer, actividades desarrolladas en el ámbito laboral, satisfacción con las actividades que desempeña, condiciones laborales, horario de trabajo, tipo de jornada, lugar de realización de la actividad laboral, días de trabajo al cabo del año, trabajo en fines de semana, cotización a la seguridad social, índice de cotización a la seguridad social, tipo de contrato, régimen de cotización a la seguridad social, desplazamiento, medio de locomoción utilizado en el desplazamiento hasta el lugar de trabajo, duración del desplazamiento hasta el lugar de trabajo, búsqueda de otra situación profesional, razones por las que las mujeres buscan otra situación profesional, antigüedad en el puesto de trabajo actual, influencia de acontecimientos familiares en la situación profesional de la mujer, influencia del matrimonio en la situación profesional de la mujer, influencia de la maternidad en la situación profesional de la mujer, experiencia profesional previa de la mujer, actividad desarrollada en el trabajo anterior de la mujeres, condiciones contractuales del trabajo anterior, razones por las que se abandona el empleo anterior. Actividades extralaborales: actividades de tipo social, cultural y/o lúdica, lugar de realización de actividades extralaborales, asociacionismo, tipo de asociaciones a las que se afilian las mujeres rurales, ventajas que obtienen las mujeres rurales de las asociaciones a las que está afiliada. Hasta ahora hemos hablado de los indicadores de género, pero no hemos dicho nada de los planes del gobierno al respecto. Es importante saber cuál es la postura del gobierno pues esta marcara en gran medida los esfuerzos que se hagan en la construcción de indicadores y en general sobre las medidas para conseguir la igualdad de oportunidades de hombres y mujeres en España. Revisamos seguidamente los pasos más relevantes que ha dado el gobierno en este sentido para lo cual repasamo el Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades y destacamos algunas de sus medidas. Medidas para mejorar la educación y capital humano. Tienen como objetivo sensibilizar a la población en general en materia de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Facilitar a mujeres y hombres profesionales de diferentes ámbitos de formación metodologías que les permitan incorporar el enfoque de género en el ámbito de sus actividades. Indicadores a destacar: 44 • Formación continua a lo largo de la vida. Medidas para incrementar la integración social y la empleabilidad de las mujeres en situación de riesgo de exclusión social. Persiguen mejorar la calidad de vida de las mujeres inmigrantes mediante una mejor capacitación para la participación social y en particular para el empleo. También, incrementar la empleabilidad de las mujeres en situación o riesgo de exclusión social y fomentar la participación social y la integración laboral de las mujeres gitanas. Indicadores estructurales a destacar: • Tasa de riesgo persistente de pobreza – mujeres. • Crecimiento del empleo femenino. • Tasa de empleo femenina. • Tasa de empleo. • Riesgo de pobreza in work. • Inmigración/integración. Otras medidas hacen referencia al uso nuevas tecnologías. Se trata de medidas para aumentar la tasa de empleo femenina, mediante acciones tendentes a facilitar formación y cualificación a las mujeres en el ámbito de las nuevas tecnologías. Algunos indicadores al respecto son: • Indicadores estructurales. • Crecimiento del empleo femenino. • Tasa de empleo femenina. • Demografía empresarial - tasa de creación. • Demografía empresarial - tasa de supervivencia. • Tasa de empleo. • Brecha de género en paro. Es también interesante estudiar los indicadores de género que cada vez están más presentes en los presupuestos del estado. En el informe de los presupuestos de la Comunidad Autónoma de Andalucía para el 2007 se señala la importancia y la necesidad de considerar el género en los presupuestos. En la introducción del documento se establecen las pautas que cada Consejería debe seguir al respecto. En 45 concreto, algunos de los indicadores de carácter general que aparecen en la mayoría de las Consejerías en relación a su funcionamiento son: • Número de efectivos en la plantilla. • Efectivos reales por sexo y grupo. • Efectivos reales según sexo y nivel. • Números de efectivos según plantilla. • Parto, adopción o acogimiento. • Permiso adicional por parto y adopción. • Reducción de jornada laboral por guarda legal. • Prestación de acción social. Consejería de la Presidencia: Al estar incluido el género desde una perspectiva transversal va incluido en la mayoría de los proyectos. La política de cooperación incluye siempre la perspectiva de género al igual que los programas de acción exterior, por ejemplo: • Becas de formación concedida a hombres. • Becas de formación concedida a mujeres. • Número de mujeres participantes por cada 100 alumnos de cursos financiadas. • Número de mujeres por cada 10 profesores de cursos financiado. • Número de proyectos destinadas a fomentar la igualdad de género. • Porcentaje de hombres destinatarios de los proyectos de cooperación. • Porcentajes de mujeres de los proyectos de cooperación. Consejería de Gobernación: • Subvenciones que financian proyectos que tengan en cuenta la temática de género. • Actividades que tengan preferencia por la temática de género. • Personal que imparte las actividades formativas sobre género. • Personas que participan en actividades formativas género. • Estudios que tengan en cuenta la temática formativa género. • Personas que participan en jornadas y congresos sobre género. 46 Consejería de Empleo: • Número de efectivos según nivel y sexo. • Beneficiarios de proyectos según sexo. • Beneficiarios en beca. • Trabajadoras constituidas como autónomas. • Mujeres que participan en talleres. • Tele-formación. • Intermediación en la gestión laboral por sexo. • Número de contratos para mujeres y hombres. • Participantes en programas de inserción laboral de mujeres. • Personas usuarias de los servicios de orientación. • Discapacitados mujeres. • Mujeres beneficiarias de ayudas a empresas. • Hombre beneficiarios de ayudas a empresas. • Beneficiarias ayudas previas a prejubilación por sexo. Instituto Andaluz de la Mujer: • Participación en seminarios. • Subvenciones a la mujer. • Observatorio de publicidad. • Personas formadas en genero e igualdad. • Número de empresas subvencionadas. • Número de empresas formadas en TIC. • Número de participante en acciones de orientación laboral. Es tumben interesante el estudio sobre Salud y Género que realiza El Observatorio de Salud de la Mujer, cuyo fin es promover la disminución de las desigualdades en salud por razón de género. Actúa de manera participativa y colaborativa para generar y difundir conocimiento que permita el análisis de género y promueva la inclusión del enfoque de género y la equidad en las políticas y sistemas de salud. 47 Este Informe Salud y Género2005 es una de las 45 medidas adoptadas en el Consejo de Ministros de marzo del 2005 para favorecer la igualdad entre mujeres y hombres. Las áreas de estudio son las siguientes: • Aspectos demográficos. • Salud autopercibida. • Patrones de vida. • Consumo de tabaco, alcohol y drogas ilegales. • Enfermedades prevalentes o graves. • Utilización de los servicios de salud. • Condiciones de vida y de trabajo. • Violencia contra las mujeres. • Planes de salud y Planes de igualdad. La incidencia y consecuencias de las enfermedades en hombres y mujeres presentan diferencias en función de las características biológicas y también desigualdades por razones de género. Distinguir lo que se debe al sexo o al género no es fácil. Por tanto, lograr la plena equidad de género en salud no se traduciría, necesariamente, en tasas iguales de mortalidad y morbilidad en mujeres y hombres, sino en la eliminación de diferencias evitables en las oportunidades de disfrutar de salud y de no enfermar, de no sufrir discapacidad o de no morir por causas prevenibles. Vamos a ver algunos de los indicadores que nos servirán para analizar la salud en las mujeres y hombres. • Aspectos demográficos. Fecundidad. Envejecimiento. Esperanza de vida. Salud auto-percibida por sexo y clase social. Esperanza de Vida Libre de Incapacidad. Esperanza de Vida Libre de Enfermedad Crónica. Esperanza de Vida en Buena Salud. Discapacidad. 48 • Salud autopercibida: la auto-percepción del estado de salud es un indicador subjetivo y sumario que refleja el estado físico, las enfermedades padecidas y a la vez, los factores sociales, económicos y del entorno de la persona. A pesar de su sencillez, es un buen predictor de la mortalidad y útil para comparar entre diferentes poblaciones. • Patrones de vida: Alimentación, actividad física y sueño. Salud afectiva-sexual de las mujeres. Obesidad. Actividad física. Sedentarismo en el tiempo libre. • Consumo de tabaco, alcohol y drogas ilegales por edades, tipo y sexo. • Enfermedades prevalentes o graves: Cardiovasculares. Factores de riesgo cardiovascular. Demora en recibir tratamiento. Letalidad. Atención médica. Cáncer. Incidencia. Tipos de cáncer. Diabetes. Mortalidad. Factores de riesgo. Trastornos mentales. Prevalencia de depresión. Tasas de suicidio. Búsqueda de ayuda. VIH/Sida. a) Frecuencia de SIDA. 49 b) Casos de SIDA atribuidos a transmisión heterosexual. Distribución de los casos de SIDA por categorías de: a) Transmisión. b) Violencia ejercida contra las mujeres. Mortalidad. Lesiones por tráfico. Lesiones domésticas y de ocio. Signos y síntomas que se abordan como enfermedades en las mujeres (osteoporosis y la fibromialgia y fatiga crónica, la endometriosis y la disfunción sexual, entre otros). • Utilización y satisfacción con los servicios sanitarios: Ha sido hospitalizada en los últimos 12 meses. Atención al parto. Consumo de medicamentos, tipos. Satisfacción con el sistema sanitario. Nuevos medicamentos. • Condiciones de vida y de trabajo: Tasa de ocupación femenina. Tasa de desempleo. Tasa de fecundidad. Niveles educativos. Riesgos laborales. Permisos. Excedencias por cuidados de hijo/as. Tiempo de cuidados a hijos y a mayores y sus efectos sobre la salud psíquica y física. • Violencia contra las mujeres: Número de denuncias. Muertes de mujeres producidas por sus parejas o exparejas, España 1999-2005. 50 Índice Epidémico sobre la Violencia del Compañero permite ponderar los casos en función de lo sucedido en los años anteriores. Durante noviembre de 2005 el índice epidémico por violencia del compañero íntimo presentó un valor de riesgo superior. • Planes de salud y Planes de igualdad. 2.3.3. Indicadores sintéticos y algunos estudios sobre género. En el estudio sobre la pobreza y su feminización en España que llevaron a cabo Irene Maestro Yarza y Javier Martínez Peinado se hace una crítica el excesivo énfasis puesto en la variable ingreso para medir el bienestar en España. Estos autores crean un índice de pobreza de género donde se incluyen las diferencias de género y observan que en España las mujeres son más vulnerables a la pobreza que los hombres. En relación a estos indicadores encontramos el estudio realizado por Gemma Cairo: ‘Gender and territorial inequality in human development: the case of Spain’, publicado en Feminist Economics en 2004. El mismo analiza el Índice de desarrollo humano y el Gender related Development Index (GDI) en las Comunidades Autónomas de España. Conviene tener presentes las limitaciones del índice antes de interpretar los resultados. Como es habitual, este índice es menor que el IDH, lo que pone de manifiesto que existen desigualdades por sexos en materia de desarrollo humano. Los autores desglosan el índice en sus distintas componentes (ingreso, educación y esperanza de vida) y proponen dos alternativas para el cálculo del GDI. La primera es la división de acuerdo al sector productivo donde se trabaja, y la segunda, usar la media aritmética de los ratios entre hombre y mujeres para cada uno de los componentes del Índice de Desarrollo Humano. Otros estudios se basan en otros indicadores de naturaleza más cualitativa como es el informe ‘La situación de las mujeres en el sistema educativo de ciencia y tecnología en España’ que analiza las situación de las mujeres en la universidad, valorando en número de universitarias, doctoras, catedráticas, cargo que ocupan, carrera estudiada, etc. y se comparan estos datos con los de los hombres. Este estudio incluye además 51 unas entrevistas muy interesantes en las que se les pregunta a las mujeres el porqué de estas diferencias: si son el resultado de un trato discriminatorio, el resultado de una decisión libre de dedicarse otras actividades, o si se han visto obligadas a ello ante la imposibilidad de compaginar la vida laboral y familiar, entre otros. Ni que decir tiene que esta información es valiosísima porque ayuda a entender si el outcome observado refleja diferentes oportunidades u otra cosa. Otro estudio interesante es ‘El impacto de cuidar en la salud y la calidad de vida de las mujeres’ que analiza el impacto que tiene para las mujeres en el hecho de tener personas a su cargo mayores en al ámbito laboral, personal y de su salud psicológica. Este estudio se hace para España y para otros países de la Unión Europea y concluye con unas recomendaciones sobre la necesidad creciente de profesionalizar este cuidado y la necesidad de diseñar políticas para evitar esta situación. Los indicadores para valorar las repercusiones del cuidado son los siguientes: • Tiene gastos extras. • No dispone de tiempo suficiente para sí misma. • Consecuencias en su situación laboral. • Dificultad para compatibilizar cuidados y otras responsabilidades. • Su vida social se ha visto afectada. • Dificultades económicas. • Falta de intimidad. • Su salud se ha visto afectada. • Cambios en el domicilio de residencia. • Repercusiones en su relación con familiares. • Repercusiones en su relación con amigos. En cuanto al impacto de los cuidados sobre la salud, las relaciones sociales y la disponibilidad de tiempo: • Presencia de problemas crónicos físicos. • Presencia de problemas emocionales. • Limitación de actividad. • Uso servicios sanitarios. • Hospitalización. 52 • Uso de medicamentos. • Satisfacción con la vida: poca o ninguna. Impacto laboral y económico: • Optó por un trabajo compatible. • Falta al trabajo. • Ha modificado el horario de trabajo. • Tuvo que dejar de trabajar temporalmente. • Tuvo que dejar de trabajar definitivamente. • Ha limitado sus posibilidades de trabajar. • Le ha impedido acceder a un empleo. Para estudiar el fenómeno de la exclusión social en Andalucía Àngela Gabàs i Gasa toma en cuenta una serie de indicadores que incluyen algunos datos sobre oportunidades como son la posibilidad de tener acceso a ingresos o el reconocimiento de su nivel educativo. • Ingresos económicos: bajos ingresos económicos, ingresos irregulares pocas posibilidades de ganar acceso a ellos. • Derechos de ciudadanía: no tener acceso a los derechos de ciudadanía, depender de la relación familiar para acceder a los derechos de ciudadanía. • Empleo: trabajo de baja calidad y fuera del mercado de trabajo regulado, condiciones laborales precarias y socialmente desprotegidas, limitaciones para ganar acceso al empleo fuera de determinados guetos ocupacionales, salarios más bajos por trabajar en posiciones ocupacionales de gran concentración femenina, desempleo, desempleo de larga duración, carreras profesionales intermitentes, edad no preferente según el mercado laboral. • Relaciones familiares y laborales: redes familiares débiles o no existentes, redes de apoyo social débiles o no existentes, familias desestructuradas o tensiones familiares, responsabilidad no compartida para cuidar a personas dependientes, pertenecer a un modelo familiar diferente al modelo hegemónico, ninguna posibilidad de tener acceso a áreas de tiempo libre o relaciones sociales, no poder participar en la “red social” en condiciones de igualdad. 53 • Formación: bajo nivel educativo, no tener acceso a una formación ocupacional adecuada a sus necesidades y que realmente las cualifique para el empleo y para competir en el mercado de trabajo, ningún reconocimiento de su carrera educativa y profesional previa a la inmigración, llevar a cabo ciclos de formación que conducen a guetos ocupacionales, trabajos no cualificados. • Vivienda: dificultades para obtener y mantener una vivienda decente, vivir en vecindarios-guetos, en áreas degradadas. • Salud: desatención a la salud específica de las mujeres, dificultades de acceso a los recursos preventivos, dificultades de comunicación con los servicios y personal sanitarios, dificultades de acceso a los servicios de cuidado. 2.3.4. Nuevas propuestas: Los indicadores de género más novedosos y sofisticados son los propuestos por Cristina Carrasco en el estudio que la autora realiza para el Instituto Catalán de la Mujer titulado: ‘Estadísticas bajo sospecha: propuesta de nuevos indicadores de la experiencia femenina’ (en catalán en el original). La propuesta está claramente inspirada en el enfoque de capacidades de Amartya Sen (aunque también está influenciada por las demandas del Instituto Catalán de la Mujer). Se distinguen 10 capacidades y cada una de ellas contiene a su vez varios indicadores. Las capacidades son: acceso a la salud, a la educación y el conocimiento, a un espacio domestico seguro y adecuado, a la obtención de ingresos monetarios, a una movilidad y planificación territorial adecuadas, acceso a cuidados adecuados, a una vida libre de violencia, a la participación social y política en la comunidad, y por último los indicadores específicos de la población de inmigrantes. Con la excepción de algunos indicadores que son específicamente femeninos, como las facilidades de aborto, todos los demás son indicadores de los dos primeros tipos de indicadores que explicamos en la parte teórica. Es decir, o bien se calcula el indicadores de bienestar para hombres y mujeres por separado o se hace un ratio entre hombres y mujeres de manera que la desigualdad de observa en una sola cifra. Cabe destacar que Carrasco (2006) incluye bastantes indicadores de bienestar subjetivos. Se trata de una lista de indicadores ‘posibles y deseables’, haciendo por tanto una sugerencia a las Administraciones Públicas sobre los tipo de datos deberían recoger en el futuro. 54 Acceso a la salud: 1. Esperanza de vida al nacer: esperanza de vida al nacer de las mujeres-Esperanza de vida al nacer de los hombres. 2. Realización regular de mamografías preventivas entre los 50 y los 64 años. . 3. Interrupción voluntaria del embarazo: tasa de interrupciones voluntarias del embarazo (IVE). 4. Estado de salud percibido: Razón de prevalencia de mal estado de salud percibido de mujeres/hombres. 5. Estado de salud mental: razón de prevalencia de mal estado de salud mental (GHQ12) mujeres/hombres, mujeres/mujeres, hombres/hombres. 6. Movilidad reducida: razón de prevalencia de dependencia para caminar mujeres/hombres en personas mayores de 64 años. 7. Tabaquismo: razón de prevalencia de tabaquismo mujeres/hombres. 8. Actividad física con beneficios para la salud: porcentaje de personas que han realizado actividad física de intensidad alta (moderada) en el tiempo de ocio durante al menos 30 minutos cinco o más días a la semana (20 minutos tres o más días a la semana). 9. Sobrepeso: prevalencia de sobrepeso u obesidad en mujeres/hombres. 10. Perspectiva no androcéntrica en el Plan de Salud de Cataluña: Porcentaje de conductas relacionadas con la salud y trastornos de salud que en el apartado de descripción incluyen el análisis de las desigualdades entre hombres y mujeres cuando es aplicable. Acceso a la educación y al conocimiento: 1. Proporción de abandono en los tres niveles educativos: tanto por ciento de niñas, niños y jóvenes de ambos sexos que dejan los estudios en los tres niveles educativos. En particular, el tanto por ciento de abandono por embarazo. 2. Titulaciones superiores por carrera, relación entre el número de tituladas y el número de tituladas superiores anuales por carrera. 3. Educación de personas adultas, número de mujeres adultas en relación al número de hombres adultos matriculadas/os en educación de personas adultas. 4. Investigadoras/es por área de conocimiento, número absoluto y tanto por ciento por sexo del total de investigadoras e investigadores que estén realizando su investigación en alguna universidad o centro de investigación de Cataluña. 55 5. Estudios de personas activas e inactivas, promedio de años de estudio de personas activas e inactivas en edad laboral (16 a 65 años). 6. Participación en acciones de capacitación dirigidas a personas desempleadas e inactivas por incorporarse al trabajo asalariado: relación entre el número de mujeres (desempleadas e inactivas) y el número de hombres (desempleados e inactivos) inscritos en cursos de capacitación para incorporarse al mercado de trabajo. 7. Personas beneficiarias de becas, ayudas a la formación e investigación: número absoluto y tanto por ciento por sexo del total de personas beneficiarias de becas, ayudas a la formación e investigación privadas o públicas. 8. Personal docente en los tres niveles educativos: tanto por ciento de mujeres y hombres del personal docente en primaria, en secundaria, en formación profesional y en la universidad por áreas. 9. Direcciones y carreras de responsabilidad de centros docentes de los tres niveles educativos: tanto por ciento de mujeres y hombres en las direcciones y cargos de responsabilidad de centros docentes de los tres niveles educativos. 10. Expectativas de padres y madres respecto al nivel máximo de estudios de sus hijos e hijas, tanto por ciento de madres y tanto por ciento de padres que manifiestan sus expectativas respecto al nivel máximo (expresar por niveles educativos) que esperan de sus hijas y de sus hijos. 11. Currículo y materiales libres de estereotipos en los diferentes niveles de educación: tanto por ciento de profesoras y tanto por ciento de profesores que manifiestan hacer referencia a los saberes de las mujeres, que no desarrollan contenidos estereotipados o que visibilizan el femenino en el lenguaje. 12. Contenidos de salud sexual y reproductiva en los programas de estudio: tanto por ciento de centros que dedican un tiempo específico a trabajar la salud sexual y reproductiva y la formación afectivo-sexual del alumnado. 13. Prevención de la violencia sexista, autoestima, gestión de conflictos: tanto por ciento de centros que dedican un tiempo específico a trabajar la autoestima de chicas y chicos, las relaciones, la gestión de conflictos. Acceso a un espacio domestico adecuado y seguro: 1. Régimen de tenencia de la vivienda principal: régimen de tenencia o titularidad de la vivienda de propiedad o de alquiler en función de que la persona de referencia sea mujer u hombre. 56 2. Superficie del hogar por persona según la persona de referencia sea mujer u hombre: relación entre metros cuadrados de espacio habitable por número de habitantes en función de que la persona de referencia sea mujer u hombre. 3. Ingresos brutos del hogar dedicados a la compra o alquiler de la vivienda: porcentaje de los ingresos brutos del hogar dedicado a la compra o alquiler de la vivienda en función de que la persona de referencia sea hombre o mujer. 4. Ubicación de hogares monoparentales y monomarentales: porcentaje de hogares en barrios de baja o de alta calidad en función de que la persona de referencia sea hombre o mujer. 5. Instalaciones y servicios del hogar: número de hogares unipersonales y monoparentales o monomarentales que disponen de agua caliente, baño o ducha, gas, teléfono, ascensor (si es necesario) en relación al hecho de que la persona sea mujer u hombre. 6. Percepción de problemas en el hogar: porcentaje de personas que manifiestan problemas en el hogar relativos a luz insuficiente, ruidos producidos por vecinas/vecinos o en la calle, contaminación y/u otros problemas ambientales, delincuencia y/o vandalismo. 7. Titularidad de vivienda de protección oficial: relación de porcentaje de mujeres que acceden a vivienda de protección oficial en relación con el porcentaje de hombres. 8. Ayudas para el alquiler de la vivienda: relación de mujeres que solicitan ayudas para pagar el alquiler de la vivienda en relación al número de hombres que ha hecho esta demanda. 9. Espacios propios dentro del hogar: relación entre mujeres y hombres de 18 y más años que consideran que disponen de espacio propio dentro del hogar. 10. Responsabilización en tareas de reciclaje dentro del hogar: relación entre el número de hombres y el número de mujeres que se hace responsable de organizar y seleccionar los residuos domésticos para facilitar la recogida y eliminación selectiva de residuos. Acceso a un trabajo remunerado en condiciones adecuadas: 1. Relación de tiempo total de trabajo: relación entre el tiempo total de trabajo de cuidados realizado por toda la población y el tiempo total de trabajo de mercado realizado por toda la población. 57 2. Relación de medias de tiempo de trabajo: relación entre la media de tiempo social de trabajo de cuidados y la media de tiempo social de trabajo de mercado de mujeres y de hombres. 3. Doble presencia: relación entre el porcentaje de hombres y el porcentaje de mujeres que hacen los dos trabajos, a menos a tiempo parcial. 4. Tasas de ocupación: relación entre la población ocupada y la población de 16 a 64 años. 5. Tasas de ocupación en situación específica de cura: tasa de ocupación a tiempo completo y con presencia de menores de 10 o menos años (en relación al total de hogares en que hay menores de 10 o menos años). 6. Tiempo de trabajo remunerado: relación entre la media de tiempo por participante dedicado a trabajo de mercado por parte de las mujeres y la media de tiempo por participante dedicado a trabajo de mercado por parte de los hombres. 7. Preferencia de ocupación del tiempo: porcentaje de mujeres y hombres que querrían dedicar más tiempo a determinadas actividades: trabajo remunerado, trabajo de cuidados, relaciones personales, ocio, actividades comunitarias, etc. 8. Ocupación en cargos de responsabilidad: porcentaje de personas (por sexo) que ocupan puestos de responsabilidad en relación con el total de personas ocupadas. 9. Tasa de temporalidad: relación entre la población ocupada con contrato temporal y el total de la población asalariada. 10. Tasa de parcialidad: relación entre la población ocupada con contrato a tiempo parcial y el total de la población ocupada. 11. Tasa de paro: relación entre la población parada y la población activa. 12. Tasa de paro oculto: el paro oculto hace referencia a grupos de población que pueden considerarse en paro, pero que habitualmente son recogidos como tal. 13. Tasa de ocupación en sectores mayoritarios de 'el otro sexo': tasas de ocupación de un sexo en un sector tradicionalmente mayoritario del otro sexo. 14. Tasa de feminización de la ocupación en el servicio doméstico y de cuidados remunerados: relación entre el porcentaje de mujeres y el porcentaje de hombres en el servicio doméstico y en otros tipos de cuidados remunerados. Acceso a la obtención de ingresos monetarios: 1. Relación de salarios mensuales: salario medio bruto mensual de las mujeres en relación con el salario medio bruto mensual de los hombres. 58 2. Relación de salario bruto por hora: salario medio bruto por hora de las mujeres en relación con el salario bruto de los hombres. 3. Personas que reciben pensiones contributivas: porcentaje de personas que reciben pensión de jubilación en relación con el total de población de 65 y más años por sexo y porcentaje de personas que reciben pensión de viudedad en relación con el total de la población de 65 años y más por sexo. 4. Valor relativo de las pensiones contributivas: valor medio bruto de las pensiones de viudedad en relación con el valor medio bruto de las pensiones de jubilación. 5. Personas que reciben pensiones no contributivas: porcentaje de personas que reciben una pensión no contributiva en relación con el total de población de 65 y más años. 6. Valor relativo de las pensiones no contributivas y de las pensiones contributivas de jubilación: valor medio bruto de las pensiones no contributivas que perciben personas de 65 años y más en relación con el valor medio bruto de las pensiones contributivas de jubilación. 7. Control de las finanzas del hogar: porcentaje de mujeres y porcentaje de hombres que toman el control de las finanzas en el hogar, en hogares constituidos por parejas con o sin otras personas. 8. Toma de decisiones respecto a los gasto del hogar: porcentaje de mujeres y porcentaje de hombres que toman la decisión de comprar determinados bienes duraderos: nevera, congelador, lavadora, lavaplatos, microondas, ordenador personal, televisión, vídeo, coche. Acceso a una movilidad y a una planificación territorial adecuada: 1. Titulares de nuevos permisos de conducción: relación entre el número de nuevos permisos de conducción anuales concedidos a las mujeres sobre los concedidos a los hombres. 2. Índice de motorización: distribución de los titulares de los vehículos por sexo/1000 habitantes. 3. Acceso a vehículo privado: porcentaje de mujeres que consideran poder disponer de un vehículo privado de manera autónoma. 4. Motivos de los desplazamientos: porcentaje de personas que realizan habitualmente desplazamientos por: trabajo; estudios; actividades relacionadas con la gestión del hogar y el cuidado de las personas. 59 5. Medio utilizado en los desplazamientos: porcentaje de personas que se desplazan habitualmente: a pie; en bicicleta; en transporte público; en vehículo privado (como conductor o acompañante). 6. Distancia de los desplazamientos: relación entre la distancia media de los desplazamientos de las mujeres y la de los hombres. 7. Autoposicionamiento (como se definen) según medio de desplazamiento: porcentaje de personas que se identifican básicamente como viandantes y porcentaje de personas que se identifican básicamente como conductores/as. 8. Índice de seguridad percibida en las estaciones y vehículos de transporte público: porcentaje de personas que manifiestan sentirse inseguras en horas de baja demanda en las estaciones y vehículos de transporte público. 9. Valoración de los medios de desplazamiento: índice de satisfacción de los diferentes medios de transporte. 10. Estaciones de metro y FGC adaptadas para personas de movilidad reducida en Cataluña: porcentaje de estaciones de metro y FGC que disponen de ascensor o escaleras mecánicas. 11. Inversión pública en transporte público y transporte privado en Cataluña: relación entre la inversión pública e infraestructuras viarias y la inversión pública en ferrocarriles y en servicios de transporte por carretera según la administración implicada. 12. Espacio público destinado al tránsito rodado y al tránsito de viandantes en las capitales catalanas: porcentaje de espacio público que se destina al tránsito rodado en relación al espacio destinado al tránsito de viandantes, en las ciudades de Barcelona, Lérida, Gerona y Tarragona. 13. Nuevas viviendas en urbanizaciones y nuevas viviendas en núcleo urbano: porcentaje que representan las nuevas viviendas construidas en urbanizaciones en relación con las nuevas viviendas construidas en el núcleo urbano, en las comarcas del Vallès Oriental, Tarragonès, Segarra, Alt Empordà y Baix Ebre, en los últimos diez años. Acceso al tiempo libre y a actividades deportivas: 1. Percepción de angustia por falta de tiempo: proporción de personas que manifiestan falta de tiempo para las actividades que tienen que desarrollar en la vida diaria. 60 2. Tasa de realización de actividades culturales y de ocio: proporción de personas que han realizado de forma regular la actividad al menos una vez el último mes. 3. Tasa de realización de actividades sociales: proporción de personas que han realizado la actividad al menos una vez el último mes. 4. Tasa de realización de actividades deportivas: proporción de personas que han realizado la actividad al menos una vez el último mes. 5. Tiempo de actividades de ocio, culturales o deportivas: media del tiempo semanal dedicado a actividades de ocio, culturales o deportivas. 6. Personas asociadas y personas federadas en entidades deportivas: porcentaje de mujeres y hombres del total de personas asociadas y personas federadas en entidades deportivas. 7. Deporte de acompañamiento: número de mujeres y de hombres que acompañan a los hijos e hijas cuando hacen algún deporte escolar; y entre ellos, porcentaje que hace algún deporte durante el acompañamiento. 8. Deporte de ocio: número de mujeres y de hombres abonados a un gimnasio. Acceso a cuidados: 1. Tiempo de trabajo de cuidados: relación entre la media de tiempo de trabajo de cuidados realizado desde los hogares por las mujeres en relación con el de los hombres. 2. Tiempo de cuidados directos: relación entre el tiempo de cuidados directos hechos por las mujeres y hechos por los hombres, en hogares donde viven personas de 70 y más años, o niñas y niños de 10 y menos años. 3. Ocupación en trabajo de cuidados: relación entre el porcentaje de hombres y el porcentaje de mujeres que hace trabajos de cuidados con una dedicación mínima de 20 horas semanales. 4. Ocupación en actividades de limpieza y cocina: relación entre el porcentaje de hombres y el porcentaje de mujeres que hace, al menos, el 80% del total de trabajos de limpieza y cocina del hogar. 5. Cuidado a personas con problemas de salud: relación entre la media de tiempo social dedicado a trabajo de cuidados entre hombres y mujeres que no tienen problemas de salud, pero que viven en hogares donde hay al menos una persona que tiene. 61 6. Personas cuidadoras no remuneradas: relación entre el número de mujeres que cuidan del hogar, como cuidadores principales no remuneradas, algún miembro de la familia mayor de 65 años con dificultades para desarrollar las actividades básicas de la vida cotidiana y el número de hombres en la misma actividad. 7. Tasa de escolarización del primer ciclo de educación infantil (0-3 años): proporción de niños y niñas de 0-3 años escolarizados en centros públicos en relación con el total de niños y niñas de 0-3 años. 8. Cobertura de las becas de comedor : oferta en relación con la demanda de becas de comedor en la escuela pública por niños y niñas de 3 a 12 años. 9. Cobertura de la atención residencial: número de plazas en centros residenciales públicos y privados para personas dependientes de 65 o más años en relación con la demanda de estas plazas. 10. Cobertura de los centros de día: proporción de personas dependientes de 65 o más años atendidos en centros de día públicos y privados en relación con el total de personas de las mismas características. 11. Cobertura de la atención domiciliaria: proporción de personas dependientes atendidas a domicilio en relación con el conjunto de personas lo solicitan. 12. Demanda de plazas en residencias, centros de día o atención domiciliaria: porcentaje de mujeres cuidadoras principales y porcentaje de hombres cuidadores principales de personas de más de 65 años que solicitan plazas privadas o públicas en residencias, centros de día, o atención domiciliaria. 13. Utilización de licencias de paternidad: porcentaje de hombres ocupados en el mercado laboral, con hijos e hijas menores de 3 años, que se han acogido en los últimos años a alguna clase de licencia a la cual tienen derecho por dedicarse al cuidado de los hijos e hijas. Acceso a una vida libre de violencia: 1. Autopercepción de la violencia: número de mujeres que manifiestan haber padecido violencia con independencia de que los actos de violencia hayan sido o no denunciados. 2. Incidencia o prevalencia de la violencia contra las mujeres: número y porcentaje de mujeres sometidas a situación de violencia, tanto de las mujeres que se auto clasifican como maltratadas, como de las mujeres que se encuentran en una situación objetiva de violencia y no reconocen su situación. 62 3. Grado de satisfacción con el sistema policial y judicial: porcentaje de mujeres que manifiestan satisfacción en su experiencia con el sistema policial y la Administración de Justicia. 4. Detección de abusos emocionales y físicos en los centros de atención primaria: número de mujeres que padecen abusos y violencia física detectados indirectamente en los centros de atención sanitaria primaria. 5. Victimización a medio plazo: proporción de mujeres que no padecen secuelas por causa de violencia, una vez han pasado cinco años desde que presentaron la primera denuncia. 6. Percepción de la violencia según el barrio en el que se vive: porcentaje de mujeres que manifiestan sentirse seguras en el barrio donde viven. 7. Número de porteros automáticos en los edificios y visibilidad de los vestíbulos: porcentaje de agresiones sexuales cometidas contra las mujeres por parte de desconocidos en edificios urbanos con carencias de seguridad en los vestíbulos y sin porteros automáticos sobre el total de mujeres agredidas en el espacio público. 8. Violencia contra las mujeres en los espacios públicos: proporción de las agresiones sexuales cometidas a las mujeres en los pasadizos del metro, en las paradas de autobús, en los aparcamientos, en los parques o en las zonas no urbanizadas. Participación social y política en la comunidad: 1. Participación en los órganos de decisión y trabajo de las AMPAs : relación entre el número total de madres y el número total de padres que participan en los órganos de decisión y trabajo de las AMPAs (asociaciones de madres y padres) de los centros escolares públicos de Cataluña. 2. Participación en los órganos de decisión y de trabajo de las Asociaciones de Vecinos y Vecinas: relación entre el número total de mujeres y el número total de hombres que forman parte de los órganos de decisión y participan en las actividades directivas de las Asociaciones Vecinales de Cataluña. 3. Mujeres y hombres en las alcaldías desde 1979: número de alcaldesas electas en relación con el número de alcaldes electos en Cataluña desde 1979 hasta la actualidad. 4. Cargas familiares de las alcaldesas y alcaldes: número de niños de 10 o menos años y personas de más de 75 años que conviven con los alcaldes y alcaldesas durante, como mínimo, la tercera parte de su mandato. 63 5. Cabezas de lista municipales con representación desde 1979: número de mujeres cabezas de listas municipales que han obtenido representación en relación con el número de hombres, desde 1979. 6. Mujeres y hombres electos al Parlamento de Cataluña desde 1980: número se Diputadas al Parlamento de Cataluña desde 1980, en relación con el número de Diputados en mismo periodo. 7. Mujeres y hombres en las Consejerías del Gobierno de la Generalitat, desde 1980: número de mujeres que han ejercido como Consejeras del Gobierno de Cataluña en relación con el número de hombres en los mismos cargos, desde 1980. 8. Cargas familiares de las Consejeras y los Consejeros del Gobierno de la Generalitat: número de niños de 10 o menos años y personas de más de 75 años que conviven con las Consejeras y los Consejeros del Gobierno de Cataluña durante, como mínimo, una tercera parte de su mandato. 9. Mujeres y hombres en los órganos de los sindicatos de trabajadores: porcentaje de mujeres que participan en los órganos directivos de los sindicatos mayoritarios (Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores), en relación con el número de hombres dirigentes. 10. Cargas familiares de las y los dirigentes sindicales: número de niños de 10 o menos años y personas de más de 75 años que conviven con los y las dirigentes sindicales durante, como mínimo, una tercera parte de su mandato. 11. Mujeres organizadas en grupos de mujeres: número de mujeres que participan en toda clase de grupos de mujeres que tienen alguna actividad en Cataluña en relación con la población femenina total de Cataluña. Indicadores específicos de la población migrada: 1. Obtención de permiso de trabajo: porcentaje de mujeres y porcentaje de hombres que tienen derecho a trabajar (legalmente y con los consecuentes derechos sociales). 2. Temporalidad en la obtención de permisos administrativos: media de tiempo que tardan las mujeres y media de tiempo que tardan los hombres hasta conseguir poder trabajar regularmente y con derechos sociales. 3. Temporalidad en las renovaciones de los permisos: porcentaje de mujeres y porcentaje de hombres que consiguen renovar sus permisos iniciales (que son de un año). 64 4. Tramitación de la nacionalidad: porcentaje de mujeres migradas y de hombres migrados que obtienen la nacionalidad española. 5. El trabajo sexual, el trabajo doméstico, el trabajo en servicios: porcentaje de mujeres migradas y porcentaje de hombres migrados que trabajan en estos sectores en relación con la población total de mujeres migradas y hombres migrados, respectivamente. 6. Morbilidad/patología o dolencia migratoria (síndrome de Ulises): porcentaje de mujeres y porcentaje de hombres a quien afecta el llamado síndrome de Ulises o consecuencias sobre su salud a causa del proceso migratorio inicial. 7. Grado de satisfacción en la atención sanitaria: porcentaje de mujeres migradas que utilizan el sistema sanitario y, entre ellas, porcentaje de las que se consideran atendidas sin discriminación. 8. Enfermedades derivadas de las tipologías laborales: porcentaje de mujeres migradas que padecen enfermedades relacionadas con los trabajos de servicios doméstico y de cuidados remunerados en relación con el total de mujeres migradas que hacen este tipo de trabajo. 9. Violencia institucional (expulsiones, sanciones, tramitaciones): porcentaje de mujeres migradas y porcentaje de hombres migrados con expedientes de expulsión o sanciones administrativas policíacas 10. Incidencia del ‘racismo residencial’ en mujeres inmigradas/inmigrantes: número de denuncias presentadas por mujeres, en oficinas para la no discriminación, ONG, etc. por haber sido víctimas de discriminación en el acceso a vivienda de alquiler libre por el hecho de ser inmigradas. 65 3. A modo de balance. Cuando se contemplan los indicadores de bienestar desde una perspectiva de género se observan grandes diferencias en prácticamente todos los ámbitos, diferencias en la mortalidad, acceso a educación, acceso al mercado de trabajo, entre otros. No obstante, no está del todo claro cuáles de estas desigualdades o diferencias que se observan por género son el resultado de decisiones libres e informadas de los individuos y cuáles el resultado de diferencia de oportunidades entre hombres y mujeres. Probablemente hay un poco de todo. En cualquier caso, con independencia de que explique esas diferencias, el primer paso es ser consciente de estas desigualdades y por ello es muy importante disponer de indicadores de bienestar con perspectiva de género si se aspira a tener una sociedad justa. Por si lo anterior no fuese poco, además está bien documentado que la presencia de desigualdades de género es una barrera importante al desarrollo. En este trabajo se ha pretendido hacer una recopilación de los indicadores de género que se están usando para el caso español pero antes hemos revisado la literatura para ver cuál es el estado de situación de los indicadores a nivel teórico. El enfoque de capacidades se presenta como adecuado para analizar los problemas de género pero aún queda mucho trabajo por hacer, pues aunque este enfoque resuelve el problema a nivel teórico, la dificultad en la medición de las capacidades dificulta la creación de indicadores así como su interpretación. Hay muchos tipos de indicadores de género y cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes pero, como se complementan, en la medida de lo posible deben ser usados conjuntamente. Es conveniente tener presente una dificultad añadida cuando se diseñan este tipo de indicadores, el hecho de que la mayoría de las desigualdades tienen lugar o su origen dentro del hogar, lo cual dificulta significativamente el trabajo de los investigadores. En relación a los indicadores de bienestar con perspectiva de género hemos visto que los indicadores agregados como el Índice de Desarrollo de Género (IDG) o el Índice de Potenciación de Género (IPG), a pesar de sus limitaciones, son muy valiosos por la gran cantidad de información que proporcionan en una sola cifra. Estos indicadores los elaboran los organismos internacionales como Naciones Unidas que a su vez 66 obtienen la información necesaria de los Institutos Nacionales de Estadística de cada país. Estos son la principal fuente de producción de indicadores de bienestar y de indicadores de bienestar con perspectiva de género (el INE en España), aunque no son los únicos, pues hay otros organismos como los Institutos de la Mujeres de las distintas Comunidades Autónomas, univerdades y otras instituciones públicas y privadas, que no sólo contribuyen a la creación de indicadores, sino que además, su menor escala les permite obtener indicadores muy interesantes y novedosos (ver Carrasco, 2006 o el Instituo de la Mujer de Murcia) y llevar a cabo el análisis de los mismo lo cual es de suma importancia. Es necesario seguir haciendo esfuerzos para mejor los indicadores de bienestar y así parece estar sucediendo, o eso es lo que se deduce de la creciente explosión de indicadores de bienestar subjetivo y de su creciente uso en muy diversos ámbitos. El bienestar objetivo es importante pero como se sienten las personas no lo es menos. Estudiar la relación entre ambos tipos de bienestar es por tanto muy importante, especialmente ahora que en muchos países los niveles de bienestar subjetivo parece haberse estancado y los trastornos mentales van en aumento. Tener en cuanta este tipo de indicadores es un ejercicio de reflexión interesante. También es necesario mejorar los indicadores de bienestar con perspectiva de género, mejorar los ya existentes y crear otros nuevos de manera que permitan medir las distintas oportunidades de hombres y mujeres y no sólo las desigualdades de outcomes, pues son las primeras las que deben ser objeto de acción política. Por ello en este trabajo hemos prestado bastante atención a los indicadores de bienestar subjetivo con perspectiva de género. Aunque no está del todo claro si las mujeres son realmente más felices o no que los hombres, se puede decir que las grandes diferencias que se observan en muchos indicadores de bienestar y que están muy hábilmente recogidas en Sen (1996) no tienen su reflejo tal y como cabria esperar en el bienestar subjetivo de las mujeres. El bienestar subjetivo es una variable compleja pero muy importante y debe ser estudiada con sumo cuidado pues las conclusiones apresuradas y las simplificaciones al respecto podrían ser perjudiciales. Por ejemplo, la impresionante capacidad de adaptación de los seres humanos hace posible que las mujeres que sufren 67 desigualdades no sufran tanto como cabría esperar, e incluso que no sufran en absoluto, si su cultura tolera la existencia de desigualdades. Es importante conocer el grado de felicidad de las personas y las causas que la explican para no confundir la capacidad de adaptación con la inexistencia de desigualdades. Además, con independencia de que en conjunto las mujeres sean o no más felices que los hombres, la experiencia subjetiva de unos y otros es distintad. Por ejemplo, en relación a los problemas o estados de ánimo negativos y las conductas relacionadas, hemos visto como cada uno es más vulnerable a un tipo determinado de trastornos: los hombres a los exteriorizados y las mujeres a los interiorizados. Contar con indicadores que registren estas diferencias es la única manera de saber qué hacer para proporcionar a ambos sexos las mismas oportunidades para ser felices. 68 4. Referencias Abu-Ghaida, D. and S. Klasen (2004). The economic costs to missing the millennium development goal on gender equity, World Development, 32: 1075-107. Andrews, Frank M. and Steven B. Withey. 1976. Social Indicators of Well-being: Americans’ Perceptions of Life Quality. New York: Plenum. Atkinson, A. (1970) ‘On the Measurement of Inequality’, Journal of Economic Theory, 2: 244-63. 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