TEMA 5: LA ARQUITECTURA Y EL RACIONALISMO. 1

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TEMA 5: LA ARQUITECTURA Y EL RACIONALISMO.
1-ADOLF LOOS Y EL ORNAMENTO COMO DELITO.
Adolf Loos (1870-1940). Precursor del racionalismo arquitectónico frente al modernismo de su época. Su
arquitectura es funcional y pondera las cualidades de los nuevos materiales. Introdujo un nuevo concepto
en la arquitectura doméstica, el “Raumplan”, en el que cada habitación tiene unas características según su
importancia dentro de la unidad. Formado en Dresde, permaneció tres años en EEUU, donde pudo conocer
las propuestas de la Escuela de Chicago y leer a Louis H. Sullivan. Cuando volvió a Viena, editó la revista Lo
otro, en la que publicó su famoso artículo que dio paso de manera definitiva a la arquitectura moderna.
En 1908 escribió su famoso artículo “Ornamento y Delito”, dura crítica a la decoración gratuita
(propia del modernismo defendiendo que no es propia de la época). Según Loss, el hombre tiene que
aspirar a un lenguaje libre de las ataduras del ornamento, un añadido inútil que sólo aumenta el coste y no
el valor. Es necesario despojar a los objetos de todo aquello que no cumpla función alguna en ellos, llegar a
la esencia de su uso y entonces poder apreciar su verdadera belleza. Para Loos la evolución cultural
equivale a la eliminación del ornamento del objeto usual. Cada época tiene un estilo, pero ornamento no
significa estilo. El ornamento no pertenece a nuestra civilización, no es capaz de evolucionar. La carencia
de ornamento conduce a una cultura imprevista, un signo de fuerza que exalta el conocimiento de la
materia en sí misma.
Le Corbusier volvió a publicar el artículo en la revista L’Esprit Noveau en 1920.
2- LE CORBUSIER Y L’ESPRIT NOVEAU
Charles Edouard Jeanneret-Gris, Le Corbusier (1887-1965). Teórico de la arquitectura, arquitecto,
diseñador y pintor suizo nacionalizado francés. Formó junto a Frank Lloyd Wright, Walter Gropius, Alvar
Aalto y Mies van der Rohe el Movimiento Moderno en la Arquitectura. Miembro fundador del Congreso
de Arquitectura Moderna, y junto a Mies van der Rohe, Gropius y otros contribuyó al llamado Estilo
Internacional. La obra tanto práctica como teórica, de este arquitecto es una de las más influyentes de
todo el siglo XX
Tras el final de la I Guerra Mundial, la arquitectura moderna rechazó las tendencias historicistas del
siglo anterior y asumió las transformaciones de un nuevo mundo caracterizado por el desarrollo técnico e
industrial. El culto a la máquina marcó el signo de la arquitectura y surgió un nuevo estilo arquitectónico
casi simultáneamente en Holanda, Francia y Alemania, conocido como estilo internacional, que rechazaba
la ornamentación de todo tipo y renegaba del concepto tradicional del edificio como una masa y no
utilizaba materiales naturales como la piedra o la madera. Para sus espacios abiertos, usaban materiales
modernos, especialmente acero y hormigón armado. Superficies planas y blancas, alternando sólo con
áreas de cristal (más para encerrar volúmenes que para crear masas). Los principios del cubismo, con su
exaltación del plano, son muy importantes en la creación del Estilo Internacional.
Para Le Corbusier, el defensor más importante del funcionalismo, la funcionalidad en la
arquitectura debe estar destinada al “vivir” y a generar belleza para repercutir en la vida de los ocupantes.
Su arquitectura es funcional con líneas depuradas, sin elementos superfluos: el cuadrado en superficie, y
el cubo y el cilindro desde el punto de vista volumétrico, con aprovechamiento de la luz. La importancia de
las proporciones es el lenguaje de la arquitectura y se expresa mejor en el sistema octogonal. En 1926,
publicó Los cinco puntos de la nueva arquitectura, libro en el que sistematizó los principios básicos de la
arquitectura funcionalista: el empleo de pivotes o columnas que separan la vivienda del suelo; la
eliminación de los muros exteriores como muros de carga, dando lugar con ello a la planta y fachada libres
que no necesitan ordenarse según los muros, sino según las necesidades; y, como consecuencia de lo
anterior, la ventana a lo largo de toda la fachada -ventana cinta-, y la sustitución de la cubierta por azoteas
que transformó en jardín, solárium, piscina o simple lugar de recreo. Todas estas aportaciones quedan
reflejadas en su conocida Ville Savoye (1930)
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Además, fue capaz de aplicar los conceptos funcionalistas en el terreno urbanístico, en las iglesias
(iglesia de Nôtre-Dame de Ronchamp, 1950-54) y en las viviendas de pisos de las grandes ciudades (unidad
habitacional de Marsella, 1945), utilizando como principal material el hormigón visto.
L’ESPRIT NOVEAU
A fin de divulgar sus ideas sobre arquitectura y pintura, fundó en 1920 junto a Amédée Ozenfant y Paul
Dermée una revista artística L’esprit Noveau (1920-1925) con gran resonancia internacional.
En 1923 recopiló artículos de la revista y publicó Vers una Architecture, una reflexión para
mostrarnos los problemas de un nuevo lenguaje, un lenguaje moderno para la nueva cultura de la
máquina. Le Corbusier nos guía a través de las soluciones del ingeniero (matemáticas, geometría…) y los
errores que pueden cometer los arquitectos si no siguen las directrices del orden moderno con el fin de
crear un estilo propio para la nueva época, en donde el contorno y el perfil son la creación pura del espíritu
que requiere al artista. La economía y la industria deben ayudar a la creación en serie que nos dará como
resultado la “casa-Máquina” con elementos puros y rigurosos. Y, con ello, podemos constatar que los
“estilos” ya no existen para nosotros, sino que se ha elaborado un estilo de época; una revolución. La clave
del equilibrio, actualmente roto, está en el problema de la vivienda: arquitectura o revolución. El 1924
publicó Urbanismo. En 1948 teorizó sobre la importancia de los medios de comunicación urbanos, las
redes viarias con grandes arterias y cinturones concéntricos en “regla de las siete V” (siete vías).
3-ARQUITECTURA, DISEÑO Y PEDAGOGÍA ARTÍSTICA: LA BAUHAUS. IDEAS ARTÍSTICAS, ENSEÑANZA E
INTEGRACIÓN DE LAS ARTES. GROPIUS Y LA ARQUITECTURA INTEGRAL. LOS ARTISTAS DE LA BAUHAUS.
Al finalizar la guerra, Gropius, en su papel de director de la Escuela de Artes y Oficios y de la Escuela
superior de Bellas Artes, decide fusionarlas en una sola escuela que combinará los objetivos académicos de
cada una y a la cual se la agregaría una sección de arquitectura. En 1919, y siguiendo la tradición de
escuelas de Artes y Oficios existente en Alemania, Walter Gropius fundó la Bauhaus (casa de construcción)
en Weimar. Esta escuela fue determinante para la evolución de la arquitectura moderna.
Gropius tuvo el gran acierto de reunir en la Bauhaus a grandes pintores -como Vassily Kandinsky o
Paul Klee- con los más avanzados arquitectos de su tiempo y de crear en su escuela el ambiente de libertad
que la arquitectura y el diseño precisaban para consolidar nuevas formas y nuevos planteamientos
teóricos. Todo ello quedó plasmado en el revolucionario plan de estudios de la Bauhaus, correspondiente a
la etapa en la que ésta estuvo en Dessau, es decir, desde 1925 a 1930. El plan organizado por Gropius y por
Hans Meyer (1889-1945) establecía una fuerte vinculación entre el aspecto artesanal y el creativo. Así, la
disposición de talleres a cargo de maestros artesanos y de maestros de configuración dio a los alumnos la
posibilidad de entender cuanto habían de diseñar como algo que debía cumplir una función y que al
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tiempo podía resultar armonioso. Los estudiantes en la Bauhaus se iniciaban con un curso preparatorio de
seis meses de duración, que servía para poner a los alumnos en contacto con todo tipo de elementos
formales, materiales y técnicas. Después, cada estudiante elegía taller y allí permanecía tres años,
pudiendo con posterioridad prolongar los estudios hasta lograr el título de maestro de la Bauhaus,
equivalente al de arquitecto. El diseño fue un capítulo importante de la escuela lo que reforzó la tendencia
al funcionalismo. Uno de los principios establecidos por la Bauhaus desde su fundación: “La forma sigue a
la función”. Los proyectos se realizaban artesanalmente, pero se hacía conocer a los alumnos el proceso
de producción industrial que debía seguirse para cada objeto diseñado.
La Bauhaus sentó las bases normativas y patrones de lo que hoy conocemos como diseño industrial
y gráfico. Sentó las tendencias más predominantes de la nueva arquitectura moderna, incorporando una
nueva estética que abarcaría todos los ámbitos de la vida cotidiana. Dada su importancia, las obras de la
Bauhaus en Weimar y Dessau fueron declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996.
Desde 1930-1933, la escuela estuvo bajo la dirección de Mies van der Rohe (1886-1969), quien se
interesó por los nuevos materiales y entendía la arquitectura como un proceso industrial, y se trasladó a
Berlín donde cambió por completo la orientación de su programa de enseñanza.
La Bauhaus cerró sus puertas en 1933 bajo la presión nazi, pero su influencia continuó, ya que lo
que la escuela predicaba era una idea y, por ello, se propagó con facilidad. Desde el punto de vista
arquitectónico, la obra de los tres directores consolidó el racionalismo funcional. Sus principales
preocupaciones se orientaron hacia aspectos tales como: distribución de espacios, módulos prefabricados,
urbanismo racional, viviendas sociales, abaratamiento de costos, control de calidad y, por encima de todo
ello, el carácter funcional como definidor de la forma.
La fase Weimar. Podemos hablar de una primera etapa, desde 1919 a 1923, que se calificaría como
de romántico-expresionista. Una segunda fase, también en Weimar, en la que se contempla el auge de las
ideas racionalistas, desde 1923 a 1925, año en el que el centro se ve obligado a desplazarse a Dessau;
donde permaneció hasta 1932. Será en esta ciudad donde la Bauhaus conozca su más pleno desarrollo,
donde complete su lista de talleres y donde sus alumnos destaquen como grandes diseñadores.
También en Dessau podemos hablar de fases, desde 1925 a 1929 – siempre con Gropius como
director- se trabaja más que nunca, se solicitan continuamente encargos. No obstante, a principios de 1929
Gropius deja el cargo para traspasarlo a Meyer, quien potenciaría un modo de hacer que supusiera el
máximo beneficio para la mayoría. Pero Meyer, también debido a divergencias políticas, se vio obligado a
dimitir en 1930 y ocupó el cargo otro arquitecto, Mies van der Rohe. Pero muy pronto, en 1932, la escuela
tuvo que trasladarse a Berlín. Un año más tarde fue clausurada por las autoridades, que la consideraban un
foco subversivo.
La Bauhaus se organizaba en forma de talleres: tejidos, cerámica, metal, muebles, decoración mural
y sobre vidrio, tipografía y gráfica, más tarde aparecería el taller de arquitectura. Todos ellos contaban con
un “maestro de taller” y un “maestro de forma”, con clases teóricas y prácticas.
Uno de los primeros maestros destacados es Johannes Itten, con su teoría de que todos somos
creativos. También Wassily Kandinsky articuló enseñanzas sobre color y las líneas. Paul Klee destaca por
hacer comprender al alumno la diferencia entre “creación” e “imitación”. Moholy-Nagy introduce los
nuevos materiales que la industria proporciona.
4- MIES VAN DER ROHE.
Bajo la influencia inicial de Gropius, el arquitecto alemán Ludwig Mies van der Rohe (1886-1969) desarrolló
una nueva y purificada versión personal del Estilo Internacional, al lado del cual la obra de Gropius e
incluso le Corbusier parecen duras. El pabellón alemán de la Exposición Internacional de Barcelona de
1929 reinstaura con delicadeza el uso de materiales naturales como el mármol. Su famosa frase “menos es
más” se expresa aquí con toda contundencia, su extraordinario refinamiento del espacio, el plano y la
proporción, todo reducido a lo más esencial. El ojo pasea serenamente de los espacios interiores a los
exteriores, unidos por el movimiento de planos y separados sólo por el vidrio cilindrado. El mármol, el
hormigón, el agua, el cromo y el aire forman tanta armonía como un cuadro de blanco sobre blanco de
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Malevich. Al terminar la II Guerra Mundial emigró a EEUU, donde construyó el Seagram de NY, edificio
apoyado en pilares metálicos y revestido de vidrio que parece una gigantesca escultura que permite que se
reflejen los edificios circundantes, lo que crea una sensación ilusionista.
BIBLIOGRAFÍA
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Hª Universal del Arte. El siglo XX. Jose Milicua. Ed.Planeta
Hª del Diseño Industrial .Ed. Universitat Jaume I
Hª del Arte. VVAA. Ed. SM
Historia de la pintura, escultura y arquitectura. Federick Hartt. Ed.Akal
Hª de la Cultura y de las Ciencias. J.R.Brotons. Ed. Biblograf.
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