Consigo Mismo - Asociación de Escribanos del Uruguay

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MOLLA, R.- Contraía consigo mismo.
A.E.U.. 74 (N= Extr.): 441 451, 1988.
Rev.
-
1.1. Contrato
por el Esc.
ESCRIBANA MARÍA WONSIAK.- En la noche
de
hoy
damos comienzo al Ciclo de este afio de las
organizadas por el Instituto de Investiga
ción de la Asociación de Escribanos del Uruguay.
Conferencias
Durante todo el
mes
de junio, éstas
van a estar a
cargo
de la Comisión de Derecho Civil y van a abarcar,
fundamentalmente, temas extraídos de las problemáti
cas
planteadas en las consultas que en número bastante
llegan permanentemente a esa Comisión.
elevado
Los temas, que van a estar a cargo de las distintas
no sólo se van a referir a aspectos prácti
Comisiones,
cos, sino que también se van a analizar nuevas
leyes
aprobadas -como es el caso de la Ley Forestal-, proyec
tos de ley en este momento en discusión en el Parlamen
to -como ocurre con el "leasing"- y a otros de interés
propuestos por las distintas Comisiones.
La conferencia de la noche de hoy va a estar a cargo
Roque Molla, que me voy a excusar de
presentarlo ya que es un colega ampliamente conocido
del Escribano
Consigo
Mismo
Roque Molla
ha
poco lo que más provecho nos pueda brindar, cuál
sido la aplicación práctica que ha tenido una y otra
posición doctrinaria y, fundamenlalmente, cuál viene a
un
ser
la
-porque
no
posición
podemos hablar en términos absolutos-
de la Comisión de Derecho Civil de la
Asociación de Escribanos del
Uruguay.
Con respecto a las precisiones que me permitía
señalar, debo hacer, en primer lugar, una fundamental y
es que la propia denominación del tema adolece, diría
yo, de un vicio congénito, ya que contrato consigo
mismo es una expresión antinómica porque justamente
nadie puede contratar consigo mismo, en el sentido
literal
o
etimológico de
la
expresión.
Por
su
propia
voluntad, nadie puede provocar traslados patrimoniales
dentro de
su
propia
esfera
patrimonial.
Es el
caso
del
famoso artículo de compraventa, en el sentido de que la
compra de cosa propia no vale.
Sin embargo, esta denominación de contrato
con
sigo mismo es la que se ha mantenido con mayor fuerza
lo que es el tratamiento doctrinario, inclusive en lo
que es la consagración de los Códigos modernos, justa
por las conferencias y disertaciones que ha dado, por los
trabajos que ha presentado, por su labor docente y por
en
su cargo de Coordinador de la Comisión de Derecho
Civil. Por lo tanto, con el fin de aprovechar el tiempo lo
más posible, damos ya la palabra al Escribano Molla
mente porque es
para que exponga sobre el contrato consigo mismo.
ESCRIBANO ROQUE MOLLA.- El tema que
nos ocupa en la noche de hoy es otro de aquellos que nos
visualizar
permiten confirmar lo que decimos en cada oportunidad
que nos corresponde dar este tipo de charlas, y es que el
Derecho demuestra -y lo ha demostrado con enjundia en
este siglo que está terminando- que es una ciencia, por
lo cual se impone una tarea de investigación y no tomar
porque a esta altura no corresponde todavía, sino que
será a modo de conclusión, expedirse en tomo a cuál es
"iure et de iure" supuestos que vienen siendo
tratados por los siglos, sino estar constantemente en la
co
como
tarea
de revisión de ellos.
realizar algunas precisiones previas con respecto a la
denominación del tema en sí; luego intentaremos, a
nivel dogmático, señalar las posiciones antagónicas que
él existen, fundamentalmente referidas
a
la naturale
jurídica del denominado contrato consigo mismo, y
lo que dice relación con los efectos; asimismo hacer
za
a
una breve referencia a las
legislaciones que están actual
vigentes y que ttatan el tema; qué sucede con las
se me ocurre debe ser
que no lo tratan; y luego, en lo que
mente
con
o de identificar la actuación de una persona
física que, por su sola voluntad, pretende provocar la
formación de un contrato. Y digo "pretende provocar"
la naturaleza
jurídica
de esta actividad que desarrolla
esta sola persona.
Pasando entonces al plano estrictamente dogmáti
y comenzando por lo que es la naturaleza jurídica del
instituto denominado contrato
consigo mismo,
auto-
autoacto, diremos que contrariamente a lo
que sucede con casi todos los institutos que están
tratados por el Código Civil y en general por el Derecho
privado, donde es fuente obligada en todo sentido -en el
contrato o
Quizá lo primero que corresponda -y quisiera
ceñirme a un plan en la exposición para procurar dar una
idea general de lo que entiendo por este fenómeno- es
en
la que identifica al fenómeno
mayorprecisión. También se habla de autocontrato o de
autoacto, que son expresiones que están tratando de
sentido de
lugar de conocimiento y, al mismo tiempo,
inicio de una investigación- el Derecho Romano,
en esta circunstancia, sin
perjuicio de señalar que el
Derecho Romano conoció este tipo de situaciones, no es
como
propiamente en él donde vamos a encontrar los inicios
de la teoría del contrato consigo mismo. Esto se debe a
una razón
muy sencilla, y es que el Derecho Romano, en
lo que hace relación con la teoría de la representación,
no se
preció, justamente, por su riqueza sino que, por el
442
REVISTA DE LA A.E.U.
contrario,
-
T. 74
(N= Extr.), 1988
no trató con favor al instituto, excepto en
situaciones excepcionales. Digo esto porque justamen
que más allá de toda consideración jurídica, hay un pre
supuesto que impide la existencia de este fenómeno, y
te donde se plantea con mayor enjundia el
ese
problema del
consigo mismo es cuando
siglo
pasado hace ebullición la teoría de la representación.
contrato
a
Para terminar
con
mediados del
el Derecho Romano, diremos
no identificó las situaciones
sucintamente que si bien
hoy manejamos como contrato consigo mismo, las
con la practicidad enorme que tenían los
romanos, con ese sentido jurídico que ellos identifica
ban con el sentido común, pudieron llegar a conclusio
nes que hoy por hoy están vigentes, e inclusive me
animo a decir que, en mi opinión, son las que conducen,
que
conoció, y
en
definitiva, a una solución armónica con los restantes
presupuesto que está impidiendo
que
una
es
razón
propio derecho positivo vigente:
un
el consentimiento
no
manifestación de voluntad unilateral sino que es
es una
resultado que el Código exige como producto de dos
una la que realiza la
manifestaciones de voluntad:
propuesta y la otra la que realiza la aceptación.
Por lo tanto, este antagonismo que vemos reflejado
Decíamos, entonces, que debemos recurrir
representación. ¿Por qué? Porque
a
la
sucede
que descartada la posibilidad de lo que sería el contrato
consigo mismo en sentido literal -o sea, que una persona
no
existencia
razón
querer pero lo que no se puede por sí solo es formar el
consentimiento. Esto también está confirmado por el
institutos.
teoría de la
esa
sicológica y, por ende,
hay
lógica por la cual un contrato no puede ser tal cuando
hay una sola voluntad.
Baudry-Lacantinerie dice en Francia que se puede
una
puede provocar
efectos
patrimoniales
en su
propia
esfera, de naturaleza contractual-, la ubicación natural
de este instituto
es
cuando
un
es, cuando necesariamente
intereses y de
sujeto actúa por otro, esto
estamos en presencia de
patrimonios distintos.
entre
la
posición
positiva,
es
-para llamarla de
alguna
manera-
decir, que acepta la figura, y la que la niega,
demuestra desde el inicio diferencias
en cuanto a su
luego -y en definitiva
también quizá en un plano práctico tenga su importan
naturaleza jurídica. Vamos a
ver
cia- si estas diferencias absolutamente inconciliables en
el plano estructural se repiten en sede de eficacia.
posición que admite la figura del autocontrato
Derecho, con la opinión sin ninguna duda
ilustre del Doctor Gamarra- maneja la propia definición
del artículo 1247, en el cual la exigencia no es que
existan dos voluntades, sino que el requisito -por lla
La
-en nuestro
son tres los elementos que entran en
al
decir
de
Cafaro y Camelli, voluntad, interés y
juego
patrimonio. Y el invitado de hoy tiene lugar, justamen
Entonces,
te, cuando tenemos intereses y patrimonios distintos,
pero se da la circunstancia de que tenemos una sola
voluntad. Ese es, entonces, el marco en el cual se debe
marlo así- que está encartado en la definición, es la
exigencia de dos partes. Dice el mencionado artículo:
desarrollar el tema que tratamos de exponer.
Acá surgen, en lo que hace referencia a su natura
obliga
leza jurídica, dos grandes vertientes. La primera maneja
la posibilidad de la existencia de este fenómeno conser
dar, hacer o no hacer alguna cosa".
Por supuesto, no se queda solamente y sería una
vando la típica definición de contrato que todos conoce
mos, o sea, como aquella convención en la que intervie
agresión,
nen
dos partes,
independientemente
de
manejar el
concepto de contrato en el sentido restringido como lo
hace el Código Civil, es decir, como fuente de obliga
ciones, o de manejarlo como lo hacen otros regímenes,
también como medio hábil para extingirlas simplemen
te en
lo que hace a su faz estática, esto es,
a
la estructura
que tiene el contrato.
Esta primera posición doctrinaria entiende que es
perfectamente posible conciliar la definición que de
contrato dan los Códigos tributarios del Derecho
Romano a través de sus intermediarios -el Código
francés y el Código alemán- con la existencia de dos
estén representa
partes, y el hecho de que ambas partes
"Contrato
es una
para
con
recíprocamente
convención por la cual una parte se
o ambas partes se obligan
la otra,
a una
prestación cualquiera,
esto es, a
-
sobre todo
a
la
figura
de Gamarra-
con
la
definición que da el artículo 1247 para manejar esta
teoría. Evidentemente, hay toda una construcción que
merece
el mayor de los respetos y que está basada,
justamente, como decía hace un momento, en la madu
rez de la teoría de la representación.
La teoría de la representación viene avanzando
desde Savigny hasta nuestros días, transitando por lo
que se llamaba la teoría del nuncio, que justamente es la
teoría de Savigny, hasta la verdadera teoría de la repre
sentación, con matices intermedios que fueron jalonan
do lo que en definitiva plasmó en la construcción hoy
por hoy indiscutida. Es decir, en la teoría savigniana este
tema ni siquiera se plantearía, porque Savigny, en todos
los casos de representación, entiende que la voluntad
das por una misma persona.
La otra posición parte no de un rigor jurídico, sino
de algo que está -y lo compajtimos- con antelación a
toda
jurídica, y es la situación de hecho, y
que está actuando es la del representado. De manera que
este eminente sabio alemán no vería ningún obstáculo
dicen -dicen bien, en mi concepto- que es imposible que
tener dos
una persona física pueda al mismo tiempo
señala
Se
se
contraponen.
voluntades que justamente
ha sido la
que a nivel de Derecho nacional
do, él siempre iba a tener, en su teoría, las dos voluntades
disquisición
opinión
-y
han vertido los eminentes Profesores Cafaro y Camelli-
para admitir la figura del autocontrato, porque en la
medida en que siempre la voluntad es la del representa
que
a
la vez, coincidentemente, forman las dos partes
que exige la definición de contrato. Por lo tanto, siempre
habría contrato en el sentido ortodoxo de la palabra.
Con el devenir de la teoría de la representación.
443
DERECHO OVIL
con
la
independización
-como
corresponde,
por otra
parte- de la voluntad del representante de la voluntad del
representado, y más aún
con
la
consagración
actual
voluntad.
porque, justamente, tenemos una sola
El tema ha transitado durante todo el siglo -aunque
ustedes piensen que tendría que haber sido resuelto,
representante, queda sin posibilidad de tránsito jurídico
sobre todo por los Códigos modernos- y ha sido y sigue
siendo discutido sobre estas bases.
El afio pasado tuve la suerte de recibir una obra
la teoría de
italiana, "El Contato", de Franco Caressi,
indiscutida de que la voluntad que está desple
gando en el contrato su hacer es exclusivamente la del
mente
Viene
Savigny.
de los sostenedores del manteni
ayuda
posición positiva -para la que existe real
mente la figura del contrato consigo mismo- la ficción
que emerge de la teoría de la representación. Esto es, ese
famoso salto a dos pies que se realiza cuando actúa un
representante en un negocio de gestión o en un negocio
final, por el cual por su voluntad logra algo que no es lo
normal en el negocio jurídico. O sea, investido de ese
poder de disposición que le fue conferido por la persona
interesada en determinado traslado patrimonial, logra
que los efectos del negocio pasen por encima de él y
repercutan directamente en el patrimonio de su repre
en
miento de la
sentado.
En esta construcción
se
basa toda la teoría que
pretende ver en esta figura un contrato.
Nos parece muy fundada la crítica que se le hace y,
la vez, de un peso imposible de rebatir. Justamente, el
propio hecho de tratarse de ima ficción es lo que está
en
el cual
absoluta vigencia las dos posiciones anta
replantea
gónicas e inconciliables en lo que hace a la estructura y,
con
en
definitiva,
Como
a
negocio.
seguimos la
la naturaleza jurídica de este
dijimos al comienzo,
nosotros
posición de Cafaro y Camelli a nivel de Derecho nacio
nal, porque entendemos fundamentalmente que
se
han
ceñido al método que corresponde para transitar en lo
que hace a la eficacia de un negocio. Es decir, en primer
lugar determinada la existencia de la capacidad jurídica,
el elemento que debe ser estudiado de inmediato es el
consentimiento. En un tránsito lógico de estudio meto
dológico corresponde hablar en primer lugar de capaci
dad, en segundo término de consentimiento, en tercer
lugar de causa y en cuarto término de objeto. Si en
alguno de estos estadios no logramos avanzar, el exa
men metodológico no puede proseguir. Y esto es lo que
a
sucede
destruyendo esta posición, porque la teoría de la repre
Al realizar la investigación y encontramos ante un
sujeto con plena capacidad de obrar, ello nos va a
con este
superar uno de los presupuestos que tiene el
estudio y el examen de un negocio. Y ya inmersos en él,
en realidad la que estaba
la voluntad de representante, dejó confir
mado sin ningún tipo de duda de que ésa era la voluntad
permitir
que estaba jugando en el contrato, la del representante,
y solamente su voluntad. De manera que si esa es
exclusivamente la voluntad que está funcionando en el
un
sentación, al desentrañar que
actuando
era
misma voluntad la que está
accionar la otra parte del contrato, nos
contrato y a la vez es esa
pretendiendo
encontramos con una
imposibilidad: ya no tenemos dos
voluntades. Si se quiere, podemos tener dos partes, pero
lo que no se puede discutir -y acá queda aherrojada esta
teoría- es que existe una sola voluntad.
Se recurre, entonces, a la propia definición -que es
bastante consecuente en todos los ordenamientos- de
que la exigencia no está vinculada a la existencia de dos
voluntades, sino exclusivamente a la existencia de dos
partes, y por lo tanto, existiendo las dos partes represen
tadas por una sola voluntad, la definición salva el
negocio
es
absolutamente viable.
Lo que sucede
es
que el Derecho consagra las
examen
y el
normas que
corresponde. Hay situaciones que están por
encima de toda declaración, y entendemos que ésta es
una. En nuestro concepto, sería absolutamente supera
bundante haber señalado en el Código que necesaria
mente debían concurrir dos voluntades para formar el
contrato, justamente porque el argumento que maneja la
posición negativista es a todas luces incontestable.
¿Cómo
vamos a
hablar de formación de
un
consenti
miento requiriendo dos manifestaciones de voluntad si
tenemos una sola? Ya se ha cerrado la discusión inclu
sive antes de poder entrar a su disquisición jurídica. No
hemos ixxlido llegar a la formación del consentimiento
fenómeno.
cuando
vamos a
negocio,
tarea
nos
analizar los
requisitos que debe reunir
detenemos
en
de desenü'aflar si
miento tiene
un
se
juicio
el consentimiento, y la
o no el consenti
ha formado
de valor
negativo,
porque el
el consentimiento, no ha podido for
marse por la inexistencia de dos manifestaciones de
voluntad. Es decir que hay una imposibilidad lógica que
resultado, que
es
es consecuencia de una imposibilidad sicológica: nadie
puede querer al mismo tiempo comprar y vender. Esto
es absolutamente imposible. Dicen algunos juristas
alemanes con un graficismo elocuente que nadie puede
partir su alma en dos. O como decía recién que señalaba
Baudry-Lacantinerie, una persona puede querer pero no
puede consentir en el sentido técnico de la expresión; es
decir, lograr un resultado para el cual la ley está exigien
do otra declaración de voluntad. Tampoco ha faltado la
crítica a esta posición, que no solamente viene dirigida
por la propia definición que de contrato da el Código,
sino también por un concepto dogmático que merece
respecto y que es el siguiente. Se dice -es la opinión de
Masnatta en la Argentina- que en realidad el error de
esta teoría está en
afincarse en la voluntad cuando lo que
interesa no es la voluntad intrínseca sino la declaración
de voluntad. Por lo tanto, existiendo las dos declaracio
nes de voluntad, no interesa si la voluntad ha sido
emitida por una misma persona.
Entiendo que es harto ingeniosa la posición de
Masnatta pero no ofrece realmente una crítica acertada
lo que ha sido esta construcción que en nuestro
país
han manejado Camelli y Cafaro, porque si bien es cierto
a
444
REVISTA DE LA A.E.U.
que la voluntad debe
ser
declarada, también decimos
que la declaración de voluntad es simplemente la
manifestación de ese querer y, por lo tanto, justamente
en el íter que debe
seguir el fenómeno, primero está el
querer y después la declaración. Es decir que la decla
ración tendrá exteriorización y aptitud en la medida en
que exista el querer; de lo contrario realmente no
declaración.
es
tal
-
T. 74
unánime sino que
la cuestión- la situación tampoco
es
existen básicamente dos
centros
grandes
(N^ Extr.). 1988
que han pre
arrojar luz sobre este asunto.
En primer lugar está el Código Civil alemán que,
como todo Código -como siempre decimos-, es el
producto de la actividad humana y, por lo tanto, es
susceptible de ertor. Por supuesto, no es la opinión
nuestra sino la de notables juristas alemanes e italianos,
tendido
Me permito adelantar que esta discusión a nivel de
naturaleza jurídica es de fundamental importancia por
que consideran que esta ha sido una de las instancias en
que se ha equivocado, ha errado, por inclinarse por una
que todos los institutos deben tener una correcta defini
ción en su naturaleza jurídica para poder desentrañar
de las teorías que hemos manejado.
Es decir, el Código Civil alemán, que es dable
mencionarlo como también al italiano y al francés -y
luego, sin
mayores dificultades, cuáles
cuencias de la misma.
En lo que dice relación
llamado
positivista,
las
son
conse
funcionamiento y la analiza en su dinámica, se
encuentra con un obstáculo insalvable que la va a
en
conducir
de la
dar
el
de la
plano
eficacia, en el de los efectos, los mismos resultados que
como
da la posición
el
error
que
mano a
en
negativista. En nuestro concepto, este es
se comete
desde el punto de vista metodo
lógico. Se está trasladando a la sede de la naturaleza
jurídica las consecuencias del fenómeno, y esto no
corresponde. Un instituto, un fenómeno, debe ser ana
lizado primero en función de su ser, y determinado su
ser, acaecen las consecuencias del mismo.
Al haber admitido el
negocio
consigo
contrato
mismo, tendría que sobrevenir, justamente por su exis
tencia, toda la regulación que conforme al Derecho
establece la
ley
materia civilde ningún
jurídica.
-en nuestro
con
esencia,
Código
Civil
vicio y, por lo tanto, ha nacido
a
la vida
inmediatamente invalidado
en
el sentido
para realizar un contrato en el cual también está enjuego
su propio interés, está determinando la aparición de la
ih'cila del
sujeto de la voluntad y su representado, provoca
la nulidad absoluta del negocio por causa ilícita. Causa
ilícita bien manejada por Gamarra, porque justamente el
sujeto de la voluntad está actuando con un instmmento
un fin ilícito;
que es el poder del que está investido para
ilícito porque
no es
el fin para el cual le fue conferido el
autocontrato.
Por supuesto,
siempre nos estamos manejando en
el campo de la representación voluntaria, no así en el de
la representación legal, justamente porque acá la situa
ta en
del
la medida de que no existe la posibilidad, por parte
-que es incapaz-, de manifestarse
sujeto del interés
idóneamente. Por eso, rechazado por la propia naturale
za del
cargo que tiene la representación legal, rechazaría
el autocontrato. Prohibición absoluta, entonces, para el
autocontrato en materia de representación legal y per
miso para realizarlo
en
lo que hace relación
con
la
representación voluntaria.
concepto provoca la confusión entre
lo que debe mantenerse estrictamente como la naturale
to que en nuestro
de instituto, de lo que es el funcionamiento del
mismo, y es el famoso conflicto de intereses. Es decir,
za
empezó a manejar la situación de conflicto que se iba
dar entre representante y representado, y ese conflicto
se
a
imposibilita, justamente -decían- la concreción del fin
perseguido, porque el representante nunca puede actuar
-y esto
es
absolutamente incontestable-
en
beneficio
propio.
poder.
general podemos
ha sido
decir que el tránsito que ha
pacífico en docttina ni en la
tenido la figura
no
legislación. En
lo que hace
a
la doctrina,
reseñado, la controversia sigue vigente, y
la
mados por la teoría de la representación, por esa ficción
jurídica llevada prácticamente a la realidad -y ese fue el
error- admitió la figura del autocontrato, esto es, la
actuación de una persona por sí como sujeto del interés
en su esfera patrimonial y a la vez en representación de
otra de la cual tenía poder de representación para provo
car un desplazamiento patrimonial. Entendió que era
harto suficiente la depuración que había tenido la doc
trina para sancionarlo a nivel de Derecho positivo y
permitir esta situación de representación, es decir, de
Pero sucede que en los estudios surge este elemen
entre el
a
Quebec, y los Estados norteamericanos de habla
española- tuvo un prinrier proyecto en el cual, entusias
na,
negocio.
Justamente, esta es la posición que maneja Gamarta. Es decir: no tiene inconveniente en admitir la figura,
se plantea
pero sucede que el conflicto de intereses que
En
aun
ción es manejada por todos como absolutamente distin
negocio, una vez admitido en su
técnico de la expresión, es considerado absolutamente
nulo porque -se dice- el sujeto de la voluntad que está
actuando en representación del sujeto del interés, de la
persona que le confirió el poder, al utilizar ese poder
causa
con excepción, por supuesto, de la sajona, y
dentro de esta zona de influencia a Escocia, Luisia-
occidental
en
respecto a un contrato que no adolece
Pero sucede que el
es
caso, el
que es dable mencionarlos porque son faros que
han iluminado prácticamente a toda la civilización
digo
la posición que hemos
cuando admitida la figura la pone
con
legislación
-que
es un
como
en
hemos
lo que hace
poco y mucho la que define
Esto
mente
trajo
como
consecuencia que
vuelta la cuestión y
se diera total
consagrara la posición
harto criticable, y es la
se
antagónica, que también es
norma que hoy está vigente en el Código Civil alemán
en
el artículo 181: "Salvo autorización
en
cnnirarin p1
445
DERECHO CIVIL
no podrá celebrar en nombre del repre
negocio jurídico ninguno consigo mismo, ya
de terminar con la parte dogmática, a nivel de Derecho
positivo alemán es absolutamente imposible. Es decir,
nombre
no es
representante
sentado
obre
en
propio
representante de
o como
un
tercero, a no ser que el negocio jurídico de que se trate
consista exclusivamente en el cumplimiento de una
obligación".
Como
puede apreciar, estamos ante una norma
corresponde resaltarlo, por
que la otra gran vertiente, que es la que viene precedida
por el Código Civil francés y por lo tanto tenemos que
tomar como punto de referencia porque está reflejada en
el nuestro, no se ha manifestado en forma tan categórica
en contra de la figura del autoconttato, sino que lo ha
prohibitiva.
se
Esto también
hecho, diríamos nosotros,
mucho más
ponderado,
con
y que
criterio racional,
definitiva es el que
debe mantenerse.
Esto es, el
Código Civil francés descartó por
corresponde, la figura del contrato
completo, como
consigo mismo en sede de representación legal; prohi
bió, para ser más claros, la contratación
el repre
de orden.
entre
legal y su representado. La razón es
En primer lugar, el poder que tiene el representante es un
poder que está sujeto, que es tributario del deber que
tiene de vigilar los intereses del menor. Por lo tanto, es
imposible que el representante legal pretenda celebrar
con su representado un negocio en el cual vaya ínsito su
propio interés.
En cambio, en lo que hace a la representación
sentante
voluntaria -que en definitiva es dentro de la representa
ción la especie que presenta los mayores problemas- no
prohibición. Se podrá decir que si no existe
ima prohibición existe una autorización. Creemos que
existe
una
esto no es así.
Lo que está claro es que no estamos regidos por un
como el Código Civil alemán, muy criticado,
sistema
llamado de Derecho
estricto, que ha cercenado la posi
bilidad del florecimiento del derecho de equidad porque
absolutamente monolítica y no permite el
más mínimo juego jurisprudencial. Así ha ocurrido en
la
norma es
siglo: situaciones que claramente,
inclusive para los detractores de la figura del contrato
consigo mismo, eran viables, en función de la disposi
el devenir de este
ción que acabamos de leer han tenido un juicio negativo
por parte de la jurisprudencia. En algún caso concreto
similar a uno que nos ha tocado en alguna consulta, la
jurispmdencia alemana no ha permitido la viabilidad
jurídica del negocio celebrado por el único socio de una
sociedad actuando por ella. Pido perdón a los comercialisias y al Coordinador de la Comisión de Derecho
Comercial Esc. Guillermo Servan Bauzón que esta
presente;
no es
si existe
o no
del
caso entrar
ahora
la sociedad de
un
en
la discusión de
socio, pero
como
supuesto para el ejemplo pongamos que existe. Es decir,
la posibilidad de que existiendo la persona jurídica, este
solo socio realiza un negocio de disposición que tiene
por efecto el ttaslado de un inmueble de la sociedad a su
patrimonio personal.
Esta situación, sobre la que
vamos a
volver
luego
hubiera tomado.
nunca
Pero tampoco es cuestión de echar las campanas al
vuelo y decir que en la medida en que el acto no está
está
prohibido,
permitido, y consecuentemente cortcs-
propugnar la validez
ponde
existencia, si ustedes quieren
contrato
consigo
todos los
en
antes que
casos o
la
la validez, del
mismo.
Esto, que puede parecer contradictorio
un
en
permitido este acto jurídico.
Como ustedes ven, el sancionar una prohibición
provoca una disyuntiva de hierro para el Juez y lo obliga
a tomar determinadas decisiones que sin ninguna duda
afirmado hasta hace
con
lo
momento, queremos pretender
lo es. Creemos que el Código Civil
un
demostrar que no
francés -y el nuestro, como tributario de él- en definitiva
lo que ha hecho es reconocer la situación de que la figura
como
tal,
como
ontológico.
una
En
contrato, no es posible en el plano
existe un contrato formado por
su ser no
sola voluntad. Pero ha tenido la sabiduría de
tener
la también sabia
posición
man
de los romanos, de
buscar el sentido útil, el sentido social de la situación del
fenómeno, de este acto jurídico, que sí tenemos que
definir. Diríamos, sin duda, que es un negocio jurídico
unilateral, vestido instrumentalmente con el ropaje de
un contrato, pero es un negocio jurídico unilateral
porque es producido por una sola voluntad.
Sucede que el Código -en nuestro concepto, sabia
mente-
ha encontrado la fórmula para mantener la
posibilidad de esta definición, y no obstante ello, poder
permitir el desencadenamiento de los efectos propios de
un contrato. Acá es donde quisiera hacer la distinción
con aquella posición que venía reseñando del Derecho
Romano, que veía, en la autocontratación
no un
dero contrato. El Derecho Romano nunca
se
verda
apeó de lo
que fueron sus formalismos o sus definiciones. Para
dicho Derecho, el contrato, durante toda su vida, fue un
acuerdo de
voluntades, y
figura. Claro:
no
obstante permitieron la
no como contrato.
Dijeron
-y
dijeron
bien- que era una situación jurídica que producía los
efectos del contrato. En pocas palabras, era un negocio
al contrato.
equivalente
A nuestro
criterio, esto es lo que sucede con los
elementos que tenemos a nivel de Derecho Positivo.
Claro está que corresponde, con total honestidad inte
lectual, decir que el Código de mayor envergadura de
los últimos tiempos, el que está irradiando a los nuevos
Códigos de este siglo, que es el Código Civil italiano de
1942, tiene
una norma
netamente a
que
en su
artículo 1395
se
afilia
la teoría
positiva y consagra, define y lo
rotula contrato consigo mismo, señalando que: "Es
anulable el contrato que el representante concluya
consigo mismo ..." -o sea que está presuponiendo la
existencia de la figura- "... en nombre propio o como
representante de otra parte, a menos que el representado
lo hubiese autorizado específicamente o que el conteni
do del contrato hubiera sido determinado de modo que
446
REVISTA DE LA A.E.U.
excluya
la
posibilidad
impugnación podrá
de
un
conflicto de intereses. La
propuesta solamente por el
ser
representado".
Con todos los respetos debidos, observen que, en
realidad, la aceptación de la figura es más aparente que
real, porque nos habla de que "Es anulable..." -punto
-
T. 74
(N= Extr.). 1988
del contrato, y que por lo tanto es posible, que tiene
eficacia y que despliega efectos. Pero hay otros que
dicen: "No; como estoy en la posición contraria, como
entiendo que la figura del autocontrato no tiene viabili
dad jurídica, no puede formarse el contrato consigo
mismo y, por consiguiente, todo negocio en el cual se dé
sobre el cual también corresponde hacer alguna aprecia
una
actuación de este
ción- "... el contrato que el representante concluya
consigo mismo, en nombre propio o como representan
con
el juicio de valor negativo más drástico que tiene el
te de otra parte, a menos que
autorizado
el representado lo hubiese
específicamente". Vemos acá, por un lado,
la voluntad del interesado. Habla de "autorizado espe
cíficamente", o -y es la segunda hipótesis para impedir
Ese contrato
que no
excluya
la
porque se está dando la unión de una
teníamos antes de la sanción de la
es contrato
voluntad,
como
norma, además de una autorización o, en su defecto, con
la posibilidad que la ley le da a esa única voluntad de
producir efectos jurídicos, porque justamente el conte
nido del contrato excluye la posibilidad del conflicto.
De manera que con distinto ropaje, desde el punto
de vista de la naturaleza jurídica del fenómeno -y lo
decimos con la más absoluta modestia, contra la opinión
de
o
esas
eminencias que
Stolfi-, seguimos
son
con
la
Cariota Ferrara, Messineo
imposibilidad de la que
principio. No tenemos un contrato. Sí
algo distinto; tenemos consagrada legislativa
hablábamos al
tenemos
a nivel de Derecho Positivo, una norma que, por
lado, ratifica el concepto y, por otro -que eso es
mente,
un
harina de
otro
costal- sanciona
con
nulidad relativa la
transgresión de la norma.
Viene al caso la opinión de Cariota Ferrara, quien
lógicamente se rinde ante la disposición legal, pero
apunta de que
en
realidad
se trata
de
una
decisión
político-legislativa. Acá no es que se haya plasmado en
la ley un concepto moderado doctrinariamente, sino que
ha habido una decisión
-como
hay muchas en Derecho-
alejandrina. El nudo no se desató sino que se cortó, que
son
dos cosas distintas. Y esto lo dice Cariota:
las dificultades de
avanzar en un
reconoce
plano estrictamente
conceptual con esta figura, pero señala que las dificul
tades han sido superadas por la ley y que a ella hay que
calificada
negativamente
como
decía hace un momento, las dos leonas vienen a coinci
dir
no
-
pero digamos en los aspectos
el terreno de la eficacia.
puntuahnente,
trascendentales-
en
Ustedes dirán: entonces, ¿qué importancia tiene la
Porque está bien que es un proble
naturaleza jurídica?
ma
tal, y decimos enfáticamente
no es
es
ordenamiento, que es la nulidad absoluta".
Esto no es así, y acá es donde, justamente,
la anulación del contrato- "que el contenido del contrato
hubiera sido determinado de modo que
posibilidad de un conflicto de intereses".
tipo
de método, pero si en el plano de la eficacia las
son las mismas, esta disquisición está de
soluciones
más.
Entendemos que no porque el habernos plegado a
niega la existencia de esta figura, va a
la teoría que
implicar
que
no
necesitemos,
como se
pretende,
una
prohiba la actuación, porque justamente el
negocio en sí es imposible. No necesitamos una norma
prohibitiva.
Los sostenedores de la posición que admite la
figura tendrían que decir: el Derecho Privado es el
terreno donde reina la autonomía privada, y el principio
rector de dicho Derecho es que se puede hacer todo lo
que no está prohibido. Por lo tanto, para poder impedir
el desarrollo o el despliegue de efectos de esta figura
admitida en su esencia, tengo que encontrar alguna
norma que me prohiba la actuación. Este es, digamos,
un razonamiento que a nivel simplista podría ser admi
norma
que
tido.
Por eso digo que es importante definirse en la
naturaleza jurídica, porque plegados a esa teoría que lo
niega, ya no tengo que destruir este apotegma del
Derecho Privado que es la autonomía privada. No tengo
que ir a buscar la norma prohibitiva, que además es muy
posible que no la encuentre o que figure para determi
nados actos, y alh' tenga que hacer jugar otro tipo de
mecanismos como interpretación extensiva, quizá para
algunos -entiendo que no, por supuesto- analogía, prin
cipios fundamentales, etcétera. Es decir que se puede ir
esfumando lo que es la contundencia de una razón, cual
inferir que no
corresponde el análisis como contrato,
ceñirse.
es
Es decir que, reiteramos, no es un argumento de
tanto peso el artículo 1395 del Código Civil italiano,
justamente,
como
para que nos lleve a decir que en el plano dogmá
tico la figura del contrato consigo mismo tiene viabili
coherente con lo que es la base, la esencia de la teoría de
dad jun'dica.
la representación -que es justamente ese elemento que
se llama "contemplatio domini", o sea, obrar en nombre
Sin
embargo, también corresponde señalar
con
énfasis que denostar como contrato a este fenómeno no
significa y creo que esto debe quedar bien claro-
privarlo de efectos jun'dicos, que es un poco la simbiosis
un lado se señala que el
que se maneja. Es decir, por
autocontrato
es una
figura jurídicamente existente
los términos tradicionales,
con
en
la fórmula tradicional
porque no puede existir.
Entonces sucede que para poder transitar en forma
ajeno, que es el elemento extemo de la representación
(sabido es que el elemento intemo es el poder)-, es
necesario, para quienes admiten la existencia del con
trato consigo mismo, comenzar una tarea de interpreta
ción que no siempre llega a buen puerto.
Observen que si hemos avanzado del consenti
vamos a la causa, no es tan firme la nosiríón
miento y
447
DERECHO CIVIL
de Gamarra cuando dice que es
realidad
vean
dificultoso y
que
en
causa ih'cita, porque en
el negocio -sin perjuicio de todo lo
que es el tema de la causa ih'ci
ta-, causa ilícita, en el sentido propio de la definición, no
existe. Entonces vemos que la teoría comienza a tamba
azaroso
lear y ahí se enfrenta con un verdadero rubicón que es
absolutamente insalvable para cualquier posición favo
rable para este negocio, que
entre
es
el conflicto de intereses
representante y representado.
Pero
digo, el conflicto de intereses no es
privativo del negocio de representación o del negocio de
gestión, en el cual actúa un sujeto representando a otro.
Por el contrario, el conflicto de intereses es justamente
como
de la esencia del conü-ato. Todo contrato, como dice
Cafaro, tiene abstractamente -aunque pueda no tenerlo
concretamente-, por definición, un conflicto de intere
ses. De manera que ya el tema está resuelto al inicio. En
un contrato
hay
conflicto de intereses. Cuando actúa
representante y representado pretendiendo con una sola
manifiesta su voluntad y el negocio queda absolutamen
te en ese aspecto. Todavía no ha habido ningún tipo de
El lo que ha hecho, técni
desplazamiento paüimonial.
camente
jugado
definido,
en esa
propuesta; lo único que ha
su voluntad, y como tal
es una
actuación fue
de vo
propone. Tiene que esperar otia manifestación
luntad, pero no es la de él, ni tampoco es la del sujeto del
interés representado por él, sino que es la del sujeto del
interés manifestando por
Se dice que aprobar
en
el
sí,
en
forma.
es un acto
de la voluntad que
plano de los hechos tiene como antecedente otios
hechos: el hecho anterior
es
la propuesta y el hecho
posterior es la aprobación que además, reitero, debe ser
respetando las formas. Y esta aprobación lo que hace,
sin más,
es
formar el consentimiento: propuesta más
aceptación.
Digo esto como una
permitido -y lo vamos a
advertencia que nos hemos
los casos prácticos-
ver en
señalar. La propuesta como elemento integrante del
es revocable. Es decir, nuestro Código
voluntad formar el contrato, el avance es muy corto
porque ya el conflicto le impide la actuación.
consentimiento
la eficacia, creo que interesa resaltar
cuál es el punto de vista de la teoría negativista, porque
la teoría positivista, evidentemente, se va a manejar con
proponente envía su propuesta al aceptante, éste la debe
remitir al proponente, y en el momento de llegar no al
conocimiento, que es un esladio más avanzado que
generales. ¿Pero qué hace la teoría nega
Porque se encuentra, según hemos dicho, con la
ausencia de contrato y dice que hay un negocio jurídico
recogen otros Códigos, sino al llegar a destino la acep
tación, ahí se forma el consentimiento. Esto es lo que se
unilateral. Pero sucede que si vamos a las causas efi
cientes de las obligaciones, si vamos a las fuentes de las
Digo
permitido
En cuanto
a
los principios
tivista?
obligaciones, nos encontramos en la definición, en
principio, con la ausencia de la posibilidad de un nego
cio jurídico unilateral como fuente de obligaciones. Y
decimos que no. En primer lugar, porque está esa
válvula de escape que es la ley: la ley es fuente de
obligaciones. Acá lo que está sucediendo es algo que
entendemos que es perfectamente armonizable con la
inexistencia de contrato, y es que la ley y la voluntad
están jugando de forma totalmente coherente y permi
tiendo que un negocio que no es contrato cumpla la
función de tal y provoque consecuencias jurídicas igua
les
a
las de
un conüato.
se
afilió
a
la teoría de la
llama la teoría de la
recepción,
y por lo tanto el
recepción.
advertencia que nos hemos
-y lo vamos a ver en los casos prácticosseñalar. La propuesta como elemento integrante del
esto como una
consentimiento
afilió
es
revocable. Es
la teoría de la
decir,
nuesfro
Código
y por lo tanto el
proponente envía su propuesta al aceptante, éste la debe
se
a
remitir al proponente, y
conocimiento, que
recogen otios
recepción,
en
el momento de
llegar no al
esladio más avanzado que
sino al llegar a destino la acep
es un
Códigos,
tación ahí se forma el consentimiento. Esto es lo que se
llama la teoría de la recepción.
Por definición, la propuesta, en su estado natural,
diríamos, es revocable. La propuesta puede ser irrevo
cable; pero ese no es su estado natural. De manera que
Esto está establecido en los arüculos 2070 y 207 1
El articulo 2070 le impide al mandatario realizar los
jando,
negocios de compra y venta aún por interpuesta perso
na, pero remata el artículo la prohibición con esa posi
bilidad de que el negocio sea viable en la medida en que
haya sido aprobado expresamente por el sujeto del
interés. O más precisamente porque en este caso los dos
-y justamente por eso no hay conüato- son sujetos del
interés, por el poderdante, si me permiten.
cómo sabemos que esa propuesta no ha sido retirada.
Lo ideal sería que cuando se actúa en este tipo de
.
Es decir que en la situación final comparece una
persona, manifiesta su voluntad, invoca la representa
ción de otra y realiza un desplazamiento paüimonial a
mérito de su declaración por sí, y además invocando el
poder.
Y acá
es
donde está el
error en
el estudio del
fenómeno. En realidad no estamos ante un caso de
representación sino que estamos fuera de la representa
ción. Acá está sucediendo que viene
una
persona.
la
mayoría de los casos que estamos mane
situaciones de propuestas simples, o
sea, con la posibilidad de su revocación. Digo esto
porque la aprobación, que llamamos ratificación, sobre
viene perfectamente en estado de vigencia de la pro
puesta, pero puede sobrevenircuando ya la propuesta ha
sido retirada. Y el problema en el orden de la prueba es
en
enorme
tenemos
relaciones se haga una propuesta irrevocable que, como
dice el
Código Civil,
es
aquella
en
la cual
se
obliga
el
proponente a esperar la contestación, que es distinta a la
otia
figura
de la propuesta
con
confundida y que, justamente,
ción.
es
plazo, que
el
reverso
es muy
de la situa
Luego de definir la propuesta revocable, el artículo
1265 establece: "Hasta ese momento, está en libertadel
448
REVISTA DE LA A.E.U.
proponente de retractar su propuesta, a no ser que al
hacerla se hubiere comprometido a esperar contesta
ción y ano disponer del objeto del contrato sino después
de desechada la oferta,
do
un
o
hasta que hubiere transcurri
plazo determinado"
.
La situación es distinta cuando el proponente envía
la propuesta con plazo. Este plazo está justamente
funcionando en beneficio del proponente. El realiza la
propuesta
con
comunicar,
tal
como
haber mediado
plazo, vencido el cual
sí tiene que hacerlo
no
tiene que
en caso
de
no
porque no olvidemos que la
respuesta tardía también permite la formación del con
sentimiento. Es el articulo 1266, que establece: "En
plazo,
de respuesta
tardía, el proponente que se ha
comprometido simplemente o sin plazo a esperar con
testación, debe participar su cambio de determina
caso
ción"
.
Observen la carga que existe en sentido técnico
El proponente que realiza la oferta sin plazo
cada
uno en su
esfera de interés,
-
T. 74
es
(N» Extr.), 1988
decir, por sí, sin
representación ninguna, pueden perfectamente en ese
negocio conferir poderes jurídicos de actuación en
beneficio exclusivo del apoderado; concretamente,
puede establecerse -que es muy común, además- que en
virtud de existir determinado embargo, se le confiere
poder jun'dico al comprador para que destine parte del
precio a satisfacer al acreedor embargante y desintere
sarlo. Esa es una actuación que está realizando el sujeto
investido del poder en su beneficio, porque justamente
está permitiendo el levantamiento de un vínculo de
indisponibilidad para poder acceder a un interés, que es
el goce del bien.
De lo que se tiata en materia de representación
cuando hablamos de autorización, es directamente de la
posibilidad de que una sola persona, un solo sujeto de la
voluntad, despliegue una actividad unilateral por defi
nición, que sumada a aquella autorización logre los
jurídico.
efectos que tiene el contiato. No es tampoco un contrato,
tiene que comunicar su cambio de determinación, por
que de lo contrario estará sujeto a la respuesta tardía y
pero se consigue, a mérito de la posibilidad que el
Derecho Privado permite, la producción de los efectos
la formación del consentimiento;
jurídicos del contrato. Como decían los romanos, es un
equivalente del contrato, pero sigue siendo un negocio
jurídico unilateral.
consecuentemente a
pero en el plano que estamos manejando de la propuesta
pretendida como consentimiento, y detectado que en la
realidad del consentimiento lo único que hay es uno de
sus elementos, si no se realiza en forma de propuesta
Esta situación,
cambio, a diferencia de la situa
en
irrevocable, la aceptación perfectamente puede llegar
ción anterior que hemos visto, no es una propuesta, y
ésta es la gran diferencia. Acá sí la autorización no tiene
cuando ha habido retiro de la oferta. Y
el contenido de
es
realiza el
esto lo que ü-ae
lo que no puede suceder en materia jurídica, que es la
incertidumbre. Ahí vemos, por lo tanto, un primer
en el plano de los efectos del negocio.
problema
Por ello decimos -y lo hemos señalado en las
resoluciones que hemos sacado últimamente- que per
fectamente puede formarse con aprobación que sigue
aquella oferta, pero debemos buscar los medios que nos
permitan acertar que no ha habido retiro de la oferta,
porque de lo contrario tampoco hay consentimiento.
Esta es la primera situación, entonces. Reiteramos
que no es autocontrato,
voluntad,
es
sino que es una manifestación de
propuesta,
a
la cual
sigue una aceptación,
conflicto
una
propuesta. El negocio final lo
de la voluntad, por sí y ante sí, y el
relevado por la propia voluntad del sujeto
sujeto
es
del interés al conferir el
poder.
prevista en el artículo 2071, que
también está directamente regulada por la ley, está
encartada dentro de los principios generales. Allí se
establece lo siguiente: "Si fuese encargado de tomar
dinero prestado, podrá prestarlo él mismo ..." -o sea, el
apoderado- "... al interés corriente..." -y observen que
La otia situación
ratifica el criterio que venimos expo
niendo- "... pero facultado para colocar dinero a interés,
no podrá tomarlo prestado para sí, sin aprobación del
nuevamente se
y estamos denü'o del esquema conü'actual tiadicional
clásico, sin ningún tipo de diferencia con lo que es
mandante".
nuestio método de
conflicto. Existe conflicto porque la posición de deudor
investigación.
¿Pero qué pasa si en lugar de aprobación hubiere
una autorización? ¿Es posible la autorización? El Códi
go no lo menciona, pero ahí sí juegan los principios de
Derecho Privado. Esta sí no está prohibida, y al no estar
prohibida la autorización, está permitida. En primer
lugar, porque en sede de representación voluntaria,
están enjuego intereses privados. El sujeto, al conferir
el poder -negocio jurídico también unilateral (algunos
hasta los califican de absttaclo)-, autoriza a su apodera
do a que realice determinados negocios en los cuales el
apoderado tenga interés.
Esta figura se distingue netamente de lo que se
llama el procurador "in rem suam". O sea, en el caso de
un negocio sinalagmático -un conü-ato; si quieren, una
compraventa- con dos sujetos de voluntad actuando
¿Por qué no puede? Porque justamente acá sí hay
supone
un
estudio de
responsabilidad patrimonial
-
eventualmente, pedir garantías reales o personales- y
este es un conflicto que no puede resolver por sí y ante
sí el representante.
Hemos pretendido, entonces, en un
mente
en sus
plano estiictadogmático, señalar cuál es la naturaleza jurídica
dos versiones, cuál ha sido el tránsito
a
nivel de
Derecho Positivo
principalmente en base a estos dos
grandes Códigos de este siglo, cuál es la posición del
codificador nacional, y fundamentalmente -que es lo
que realmente interesa en el plano consecuencial- cuá
les
son
los efectos
Nos
en una y otxa posición.
queda un poco, por simple inquietud intelec
tual, resaltar la poco técnica decisión del Código Civil
italiano, pero a la vez, en honor a la verdad -y quizá eso
449
DERECHO CIVIL
haya decidido la cuestión-,
son
lo que
la utilidad práctica al
la conformidad
las necesidades sociales
o
resolver con respecto a un instituto. Esto es:
con
en un
plano
estiictamentc dogmático y conceptual, si manejamos la
inexistencia
o
-si
quieren,
para el Derecho Positivo
umguayo- la nulidad absoluta,
alguna de salvar ese negocio.
Cuando
manejamos
no tenemos
posibilidad
la situación de ausencia de
el
negocio llamado de gestión sin poder
concretamente, para poner un ejemplo-, en realidad,
cuando actúa una persona sin poder de representación y
conttata con un tercero pretendiendo provocar efectos
patrimoniales en la esfera de su seudo-representado, en
voluntad,
en
-
manejado como caso de laboratorio, que es la actuación
del apoderado que infrigiendo los deberes que le corres
ponden realiza un negocio para su propia utilidad y que
nuli
es sancionado directamente por el Código con la
dad absoluta. Decíamos que había una diferencia en
cuanto a si era por falta de consentimiento o por causa
ilícita u objeto ilícito, que es la posición de Gamarra,
es el
pero como ustedes ven, el resultado siempre
mismo: la nulidad absoluta.
Hay oü-as situaciones que no son tan claras y a la
provocan espejismos en cuanto a la pretendida
sanción por nulidad absoluta. En el plano de la represen
tación voluntaria entre personas físicas, puede darse,
vez
ha presentado a nivel de consulta, una situación
verdad de lo que se trata es de un negocio válido -porque
como se
tiene todos los elementos necesarios para adquirir la
categoría de validez- pero es ineficaz. Es decir, no
que aparentemente encuadra en la hipótesis prohibida y
no obstante debe ser admitida y resuelta en forma
despliega eficacia por la sencilla razón de que nadie
puede agredir la esfera patrimonial de un ajeno sin su
conformidad. Recién cuando esa persona dispone por su
voluntad que esos efectos de ese negocio hasta ese
momento oponibles, y resuelve tomarlos para sí, recién
ahí, por efectos de la "ratificación", se va a producir el
desarrollo consecuencial, la eficacia, el despliegue de
positiva.
efectos del contato.
Indudablemente,
esta
tendría que haber sido la
solución a rigor dogmático. O sea, no es un problema de
anulabilidad, porque hubiera tenido que sancionarse
nulidad absoluta porque estamos ante un caso de
imposibilidad -más bien, de inexistencia que de nulidad
con
eventualmente podía haberlo trasladado,
pretendido algunos autores, al plano de la
ineficacia. Sin embargo lo ha dejado en un punto medio,
absolutacomo
o
han
que entiendo que
a
nivel técnico
es
absolutamente
inaceptable que es el de la nulidad relativa.
En pocas palabras: ha permitido que el negocio
naciera -como todo negocio, con la "espada de Damocles" de la nulidad relativa-
con un
vicio que, eventual
podrá provocarle su muerte retroactiva, si me
permiten la expresión; ha permitido que naciera inváli
do, por supuesto, desplegando sus efectos como todo
negocio relativamente nulo, y simplemente le tiaslada
la carga de vigilar por sus intereses al sujeto del interés.
Este es el único que puede impugnar la actuación en
mente,
consigo mismo.
Decíamos, entonces, que si bien a nivel dogmático
parecería carecer realmente de base científica sólida,
base
a esta
fórmula llamada conüato
indudablemente, en lo que hace al tránsito de las relacio
nes sociales, es una solución mucho menos drástica que
la que traería aparejada la sanción de nulidad absoluta,
o más técnicamente, la inexistencia.
¿Cuál ha sido, en el plano de las situaciones fácticas, el tiánsito de este negocio contato consigo mismo?
algunas situaciones que son
de
contrato
ü'picamente
consigo mismo en el sentido
que se ha pretendido dar a esta expresión, y a otras que
Nos
vamos a
referir
a
aparentan no serlo pero que no obstante tienen el mismo
tiatamiento por el ordenamiento jurídico.
Como primera hipótesis vamos a ver la que hemos
Existe un negocio preliminar actuando los dos
sujetos por sí, convienen incluso con pretensiones anti
cipadas, ya un poco transforman al negocio preliminar
en
anómalo
con
la famosa discusión que todos
conoce
quieren, para mayor pulcritud del desarro
llo, quedémosnos con el negocio preliminar típico en el
cual simplemente se asumen obligaciones de hacer y
mos; pero si
concretamente se
está difiriendo la manifestación de
voluntad del negocio definitivo para una ulterior instan
embargo sucede que en el ínterin uno de los
sujetos del interés y de la voluntad del negocio prelimi
nar resuelve conferir un poder a la otra parte contiatante.
La otia parte concurre al negocio final por sí e investido
de ese poder. Y acá en primera instancia se entiende que
estamos en la hipótesis normal, o si ustedes quieren, en
la anormal, es decir, en aquella en la cual esta actuación
no está permitida, en la cual justamente se da este
conflicto de intereses y, por lo tanto, este negocio no
puede realizarse. El sujeto de la voluntad solamente
puede manifestarla en función de su calidad de promi
tente comprador, pero no puede investir la representa
ción que pretende porque, justamente, hay un conflicto
cia. Sin
de intereses.
Diremos que acá el negocio final es debido. Indu
dablemente que el negocio preliminar puede ser incum
plido, pero es un negocio debido en el planojurídico. La
situación de estar vinculados por esa relación jurídica
que es el negocio preliminar, ya ha impedido el libre
juego de la autonomía privada, y las dos partes están
realmente sujetas a esa relación.
Por lo tanto, ese poder que le confiere el promitente
vendedor al promitente comprador, por ejemplo, en el
que le
dice, lisa y llanamente y sin
entrar en
mayores
precisiones, que puede disponer del bien, solamente
puede interpretarse en función de ese negocio debido
independientemente de que esté inscripta la promesa o
no, de que esté pagado el precio o no- solamente puede
-
entenderse
voluntad
como
la autorización para que
con su
sola
llegue al negocio final y concrete la realidad
que es, justamente, el objeto de ese negocio preliminar.
Decimos esto porque si nos afiliamos a la posición
450
REVISTA DE LA A.E.U.
negativista, no necesariamente el afiliarse a ella supone
negar la viabilidad de estas relaciones. Independiente
mente de que no sean contratos, tienen viabilidad jurí
dica y por lo tanto producen efectos jurídicos.
Mucho más tortuoso es el camino cuando estamos
manejando las personas jurídicas. Acá sí ha habido
disparidad de criterios ente la Comisión de Derecho
Civil y el informe de uno de los consultores extiaordinarios, el Escribano Walter Pardías, con referencia al
manejo
Concretamente, la consulta versaba sobre lo que si
nivel estiictamentc
descriptivo no pare
consigo mismo, debe por lo menos
encartarse como un autocontato en sentido amplio o, si
a
ce como un contiato
ustedes lo desean, indirecto. Es el caso de que el repre
sentante de una persona jurídica realiza un acto de
disposición en favor suyo, como sujeto o persona física.
nos manejamos con la teoría organicista, que
niega, y ratificándola decimos que la persona
Si
nadie
física en realidad lo que está realizando, investida de
su
calidad de representante estatutario, es accionar la vo
luntad de la persona jurídica -la voluntad jurídica,
decimos nosotios, de la persona jurídica-, sucede que no
hay tal autoconüato porque tenemos una persona jurídi
ca
y
una persona
física distintas que están realizando un
negocio, en el que simplemente se da la coincidencia de
la actuación de
se
El otio
ha dicho que
en este caso no
corresponde ahondar
no
(N« Extr.). 1988
existencia del conflicto de
caso
también
un
poco líder es, lamentable
juicio de valor negativo cuando aparen
temente tendría que serlo positivo. Es el caso de una
persona jurídica que enta en liquidación, cuyo liquida
dor, designado como conesponde, es el Presidente de la
sociedad y, a la vez, es el padre de los accionistas, de los
mente,
cuales
con un
uno
de ellos
es menor
de edad y está sometido a
patia potestad.
Más allá de la discusión de si
en
realidad lo que
conesponde es ir a la partición o si corresponde una
adjudicación en pago de acciones, y ubicándonos en la
posición más favorable para salvar el negocio, de que
fuere eventualmente
una
paga por entega de bienes -la
adjudicación en pago de acciones-, vemos que el nego
cio de enajenación que es seguido del modo conespondiente va a determinar el tiaslado paüimonial de un bien
del patimonio de la sociedad al de los ex-accionistas o
accionistas.
Acá también se puede decir que en realidad no hay
ningún tipo de conflicto porque el padre está actuando
la voluntad social y lo que está haciendo, cuando se
forma el contato, es concurriendo por la sociedad,
actuando a su voluntad, y además con su cónyuge, o
eventualmente si fuere él sólo el titular, en ejercicio de
en
la
patia potestad, representando al
una
voluntad jurídica
Y
sola persona física que actúa en la
de la persona jurídica y en la propia.
el criterio de la
es
T. 74
intereses.
su
de los institutos.
bien es cierto
niendo
-
Y ota
menor.
que volver al esquema inicial.
contatar con el hijo. La sociedad
vez tenemos
El
padre no puede
podría hacerlo, pero
sucede que actuar la voluntad
tavés de la voluntad sicológica del padre
investigaciones por la razón expuesta, porque no es
un caso de negocio consigo mismo, no solamente en el
plano estinctural sino directamente, en lo que hace a la
cuestión, ni siquiera hay conflicto de intereses. Se dice
social
la
que acá de lo que se trata es de la manifestación de
voluntad sicológica de la sociedad y de la manifestación
-también voluntad sicológica- de la persona física.
sanción de nulidad absoluta.
¿cómo puede hablarse de
una voluntad sicológica de una persona jurídica? Las
únicas personas que tienen voluntad, sicológicamente
la voluntad de la sociedad, y en ello estamos de acuerdo.
en
Y volvemos al principio:
hablando, son las personas físicas. Por lo tanto, el hecho
de aceptar la teoría del órgano, de aceptar que esa
la voluntad jurídica de
persona física está actuando en
la persona jurídica, no impide el desarrollo precedente
el sentido de que en el momento en que va a decidir
en el plano sicológico, se produce un conflicto de
intereses que él por sí y ante sí, no puede resolver, y por
lo tanto es procedente -no conveniente sino procedenteen
,
en
el estudio de la situación,
investigar cómo se formó
en función de la cual esa persona va
la voluntad jun'dica. Concretamente habrá que
indagar, si se tiata de un Directorio colegiado, si ha
de la Asamblea. Es decir,
habido un
la voluntad social
a actuar
todos
pronunciamiento
aquellos elementos que permitan
confirmar que
realmente de lo que se tata es de lo que se quiere, o sea,
la actuación de la voluntad jurídica de la persona jurídi
la teoría de la persona
ca. No es que se esté negando
lo que se está mante
sino
simplemente,
que,
jurídica,
a
determina el conflicto
ente
el
padre
y el
hijo,
y
ese
conflicto, además por estar en la zona de la representa
ción
legal,
Se
negocio
absolutamente insalvable y recibe la
es
como se ha hecho, que como
ha formado y que vale la manifestación de
puede decir,
no se
Adquirida la mayoría de edad por el menor, éste podría,
justamente actuando el artículo 2070, dar su aprobación
expresa al negocio y de esta forma salvarlo, si ustedes
quieren. Pero acá también reiteramos el problema que
un momento, de la certeza que debe
reunir la situación en la medida de no haberse producido
decíamos hace
revocación de la oferta, que en definitiva fue lo
único que hizo esta sociedad.
Por último, está el caso que mencionaba anterior
una
mente que en el Derecho alemán no es admitido debido
al arti'culo 181: la situación bastante común -y reitero,
a considerar y dar como presupuesto e hipó
tesis de tabajo la existencia de las sociedades de un solo
socio- de un socio único accionista y a la vez único
sin entar
Director que realiza un negocio por el cual se produce
el taslado del patimonio de un bien de la sociedad al de
la persona físicas socio y Director. Esto, formalmente,
estmcturalmente, debe ser calificado como un autocontato,
como un
negocio consigo mismo, como un nego
hay una sola voluntad sicológica
cio unilateral, porque
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DERECHO CIVIL
que está actuando. Pero de esta circunstancia no se
concluye -reitero- el juicio de valor negativo, sino que
corresponde realizar la investigación para determinar si
virtud de situaciones patológicas. Por
principio, los negocios jurídicos son verdaderos y váli
dos. Excepcionalmente, son simulados y nulos. En
natiiral y
no en
de
esa sustitución de poder, que en mi con
cepto implica la cesión de la calidad en otia persona y
Observen que un accionista, único socio. Director
de esa sociedad -más allá, reiteramos, de las teorías muy
de la relación
por lo tanto el alejamiento del sustituyeme
de poder, a pesar de poder revocar esa sustitución, lo
absolutamente incontestable es que sale de la relación
esa
actuación
es o no
adecuada
a
Derecho, y más
concretamente, si esa actuación está
conflicto o no lo está.
en
hipótesis
valederas que entienden que ni siquiera hay sociedad;
pero en la hipótesis de tabajo de que existiere-, está
actuando en una esfera en la cual no hay ningún conflic
de intereses porque él es el único titular de los
intereses de la sociedad y, por lo tanto, lo que está
realizando es adecuado. Es la única forma que tiene de
to
actuación. En definitiva, se está dando lo que conespon
con la teoría que sostiene que no hay
Simplemente se tata de un negocio declara
tivo de algo que ya estaba consumado, y era que el bien
había pasado a título universal al patrimonio de la
de de acuerdo
sociedad.
consecuencia,
justamente por la sustitución que ha verificado, deja de
ser apoderado, y al dejar de serlo no está en la situación
Por
que justamente le impedía su calidad de apoderado.
lo tanto, puede perfectamente realizar este negocio por
la razón de que ha dejado de investir esa calidad.
Lógicamente, podrá darse el caso -como se da en
cualquier negocio ente sujetos que actúan por sí- de
simulación, es decir, que se haga la sustitución por un
acuerdo simulatorio para provocar un desplazamiento
ficticio y, en definitiva, permitir lo que no podía hacer
directamente. Pero
son
dos situaciones absolutamente
persona física.
Una situación que también merece estudio y que ha
diferenciables y que por lo tanto, una, el estado natural,
y ota, el eslado patológico, deben ser resueltas de
sido criticada, es la hipótesis en la cual, cuando se otorga
acuerdo
el
negocio
de
apoderamiento
-como
sucede
en
la casi
totalidad de lo que vemos circular, y enhorabuena de
que sea así-, el poderdante faculta al apoderado a
sustituir el poder.
¿El
apoderado puede, para eliminar el conflicto de
intereses, sustituir el poder y de esa
manera llegar a un
negocio de gestión en el cual comparece él por sí y
comparece en representación de su ex-poderdante, el
apoderado sustituto? No tenemos ninguna duda en
contestar que sí, que puede hacerlo, porque las catego
rías jurídicas se deben resolver en función de su estado
con sus respectivas coordenadas.
Creo que la hora es un poco avanzada. No sé si
algún colega quiere dar alguna opinión sobre el punto,
que
creo
sigue todavía en estado fermental.
ESCRIBANA MARÍA WONSIAK.- Vamos
a
signo aceptación o de que la
exposición ha sido tan rica y tan llena de argumentacio
nes, que ha dejado a todo el mundo con una base de
pensamiento.
Por lo lanto, sólo nos resta agradecer al Escribano
Roque Molla por el estudio profundo que ha realizado
tomar
el silencio
como
sobre este instituto.
de
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