Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. CARTAS AL DIRECTOR REMIFENTANILO INTRAVENOSO EN EL PARTO DE UN ÓBITO FETAL Sr. Director: La retención de un feto muerto es una de las causas que pueden llegar a producir coagulación intravascular diseminada (CID). La CID es un estado patológico donde se generan grandes cantidades de trombina por la activación del sistema coagulante, pudiendo producirse una trombosis generalizada, además de gravísimas hemorragias por consumo de factores de la coagulación y activación del sistema fibrinolítico. En el caso de feto muerto retenido, la CID más frecuentemente se presenta de forma crónica (50% en feto muerto retenido más de 5 semanas), aunque puede evolucionar agudamente como consecuencia de la inducción del parto o de las manipulaciones necesarias para evacuar el útero. Los datos clínicos (gingivorragia, equimosis, etc.) y las pruebas de laboratorio (TTPA, TP, plaquetas, fibrinógeno) suelen estar alteradas, aunque en la CID crónica, de intensidad leve pero prolongada en el tiempo, puede presentarse “compensada”. En este caso, las pruebas del laboratorio pueden ser normales o estar discretamente alteradas, con la posibilidad de evolucionar tras manipulación del útero o evacuación del mismo a un cuadro de CID aguda. Habitualmente, en nuestro medio, el método de elección para aliviar el dolor del parto es la analgesia epidural por su eficacia y seguridad. No obstante, puede estar contraindicada cuando se presentan alteraciones de la hemostasia por el riesgo de hematoma peridural (1 de cada 150.000 analgesias epidurales), produciendo una lesión neurológica permanente si no se trata precozmente. En otras ocasiones, ésta puede ser rechazada por la paciente, por no querer asumir los posibles riesgos que supone la analgesia epidural en su caso. La analgesia del parto por vía intravenosa con opioides fue muy popular durante años, pero cayó en desuso desde el desarrollo de técnicas de analgesia regional. Con la introducción en anestesia de fármacos como remifentanilo, junto con la mayor precisión y seguridad para administrarlos, nos ha llevado a reconsiderar la analgesia del parto vía endovenosa como un alternativa a la analgesia regional. Aunque actualmente no es una indicación, sus características farmacocinéticas y farmacodinámicas le otorgan ventajas respecto a otros opiáceos, siendo el opioide sistémico más adecuado en obstetricia. Presentamos el caso de una gestante con feto muerto retenido a la que se realizó analgesia intravenosa con remifentanilo. Paciente de 27 años, primigesta de 62 kg de peso, ingresada por retención de feto muerto en la semana 22 de gestación. Tenía antecedentes de alergia a metilprednisolona y fotosensibilidad. Al ingreso se realizó analítica con recuento de plaquetas, tiempo de protrombina, tiempo parcial de tromboplastina activado y plaquetas que fueron normales. Se procedió a instaurar una pauta con misoprostol por el servicio de obstetricia y se programó para la extracción manual fetal al día siguiente del ingreso. Tras ser informada la paciente y de acuerdo con el ginecólogo a cargo de la gestante, especialmente de las posibles alteraciones en la coagulación que podría presentar la manipulación del útero en un feto muerto, como era su caso, la paciente se decidió 69 por la analgesia intravenosa con remifentanilo. Se informó a la paciente de posibles complicaciones de la técnica y se obtuvo el consentimiento informado. Se administró una perfusión de remifentanilo a 0,1 µg kg–1min–1 previa monitorización de la paciente mediante presión arterial no invasiva, electrocardiograma y pulsioximetría. Al inicio de la perfusión de remifentanilo, se encontraba en periodo de dilatación, con cuello uterino borrado, 3 cm dilatado, y contracciones cada 3-5 minutos. Las dosis utilizadas de remifentanilo oscilaron entre 0,1-0,2 µg kg–1min–1, aumentando hasta 0,25 µg kg–1min–1 en el expulsivo. La valoración en la EVA (0-10) fue de 2 en el periodo de dilatación, siendo el máximo dolor en el expulsivo, con un EVA de 4. Administramos una perfusión continua dada la poca colaboración y estado de ansiedad que presentaba la paciente. Se mantuvo estable durante todo el proceso, en cuanto a hemodinámica, FC y SpO2 que osciló entre 97-100%, con oxígeno suplementario mediante cánulas nasales a 3 l/min. La paciente se mantuvo con una puntuación de 4 en la escala de sedación de Ramsay (dormida, con despertar fácil), pasando a 3 (dormida, de forma intermitente) en el momento del expulsivo. La analgesia fue suficiente durante las seis horas de trabajo de parto, sin periodos de desaturación arterial de oxígeno ni efectos adversos. Mediante la escala de satisfacción verbal (0 = insatisfecha; 1 = satisfecha; 2 = muy satisfecha), valoramos el nivel de satisfacción de la paciente y su pareja en todo el proceso, siendo la calificación en ambos casos de muy satisfactoria (puntuación 2). Finalizó el parto con extracción manual fetal (parto no instrumentado) y con buen estado general de la paciente. Al ingreso en la sala de hospitalización la paciente se encontraba consciente, orientada, obedeciendo órdenes y con menor estado de ansiedad. Presentaba buena mecánica respiratoria, manteniendo SpO2 del 99-100%, sin oxígeno suplementario. La evolución fue favorable, con analítica posterior al parto normal ni evidencia de sangrado, por lo que fue dada de alta del hospital a los tres días del parto. El remifentanilo tiene una semivida de tres minutos, es metabolizado rápidamente por las esterasas no específicas en sangre y otros tejidos, independientemente de la función renal y hepática. Se recomienda un seguimiento de la dosis administrada y adecuada monitorización de la paciente durante su uso por sus posibles efectos secundarios (depresión respiratoria, bradicardia, hipotensión, rigidez muscular). Es otra alternativa de analgesia del parto1-4, cuando la paciente puede presentar contraindicaciones para la analgesia neuroaxial, no quiere asumir posibles riesgos de la analgesia neuroaxial en su caso, y ante una paciente ansiosa y poco colaboradora. Es una opción válida y segura para la analgesia del parto, asumiendo las posibles complicaciones de la administración de opiáceos vía intravenosa. En nuestro caso, también ayudó a mantener a la paciente en un ambiente confortable, sedada, en una situación nada grata como es el expulsivo de un feto muerto. M. Del Río Vellosillo, J. Gallego García, A. Abengochea Cotaina, M. Barberá Alacreu Servicio de Anestesiología y Reanimación. Hospital Maternal. Hospital La Fe. Valencia. 327 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. CARTAS AL DIRECTOR BIBLIOGRAFÍA 1. Hill D. The use of remifentanil in obstetrics. Anesthesiol Clin. 2008;26(1):169-82. 2. Hill D. Remifentanil in obstetrics. Curr Opin Anaesthesiol. 2008;21(3):270-4. 3. Volmanen P, Sarvela J, Akural EI, Randaskoski T, Korttila K, Ala- 328 nuhta S. Intravenous remifentanil vs epidural levobupivacaine with fentanyl for pain relief in early labour: a randomised, controlled, double blinded study. Acta Anaesthesiol Scand. 2008;52(2):24955. 4. Balki M, Kasodekar S, Dhumme S, Bernstein P, Carvalho JC. Remifentanil patient controlled analgesia for labour: optimizing drug delivery regimens. Can J Anesth. 2007;54(8):626-33. 70