la satisfacción de los ciudadanos con el estado del bienestar

Anuncio
Número 3 (2013). Sección monográfica.
LA SATISFACCIÓN DE LOS CIUDADANOS CON EL ESTADO DEL BIENESTAR
FACTORES EXPLICATIVOS DE LA SATISFACCIÓN DE LOS CIUDADANOS CON LOS SERVICIOS EDUCATIVOS Y
SANITARIOS
IRENE SÁNCHEZ VÍTORES
Abstract: Este trabajo pretende aproximarse a los factores que mejor explican la satisfacción
de los ciudadanos con el estado del bienestar a través de la satisfacción que expresan con dos
de los servicios principales: la educación y la sanidad. En España, estas dos competencias
conforman el grueso del estado del bienestar y ambas han sido transferidas a las Comunidades
Autónomas. De este modo, se examina cómo reaccionan los ciudadanos a las distintas
estrategias adoptadas por los gobiernos autonómicos para abordar los issues relacionados con
la educación y la sanidad.
1. INTRODUCCIÓN
1.1 Propósito del estudio
El contexto político actual parece venir marcado por el descontento y la
desconexión de los ciudadanos respecto de sus gobernantes. Estos se ven obligados
a tomar medidas que aparentemente no aceptan pero que el contexto les impone. Los
gobernados, principales afectados por estas medidas, las rechazan abiertamente. Sin
embargo, llegado el momento electoral, en el que según los autores clásicos, los
ciudadanos combinan la exigencia de responsabilidades con la evaluación prospectiva
de los programas planteados, los resultados electorales favorecen al criticado partido
en el gobierno1.Dicho de otro modo, los políticos no se hacen responsables de las
medidas que implantan y los ciudadanos parecen no exigirles que lo hagan. En este
estudio trataremos de sumergirnos en esta paradoja y explicarla, identificando los
factores explicativos de la satisfacción del ciudadano y, por ende, qué issues deben
centrar la atención del político que busca mantenerse en su cargo (office-keeping) o
acceder a uno (office-gaining).
Para lograr el objetivo anteriormente mencionado sería importante estudiar todas
las políticas que conforman el estado del bienestar, es decir, todas las elaboradas por
el gobierno, sus relaciones dentro del esquema multinivel de organización territorial en
España y sus relaciones con distintas las organizaciones internacionales con las que
ha comprometido parcialmente su soberanía. Este análisis sería inabarcable para un
trabajo de esta naturaleza: exigiría una extensión muy superior a la de un artículo de
investigación, requeriría unos análisis mucho más complejos de los que puedo realizar
con mis conocimientos actuales y necesitaría de la disponibilidad de muchos más
datos de encuesta. Por este motivo, he decidido limitar mi análisis al estudio de las
políticas sanitarias y educativas. Estas son las que más recursos públicos consumen y
las que tienen un impacto más directo sobre los ciudadanos. Por este motivo
considero que la valoración de ambas puede dar una imagen aproximada de cómo los
ciudadanos perciben la actual configuración del estado del bienestar.
1
GALSTON, W. “Political feasibility” en MORAN, M., REIN, M., GOODIN, R. E. (eds.) The Oxford
Handbook of Public Policy. Oxford: Oxford University Press, 2006.
IMMERGUT, E. “Institutional constraints on policy” en MORAN, M., REIN, M., GOODIN, R. E. (eds.) The
Oxford Handbook of Public Policy. Oxford: Oxford University Press, 2006.
KLEIMAN, M. A. R. y TELES, S. M. “Market and non-market failures” en MORAN, M., REIN, M., GOODIN,
R. E. (eds.) The Oxford Handbook of Public Policy. Oxford: Oxford University Press, 2006.
2
1.2 Contextualización
Numerosos estudios abordan la cuestión de la racionalización del gasto público.
No se trata tan solo de disponer de recursos limitados para hacer frente a una lista
interminable de necesidades ineludibles, sino que la especial naturaleza que se les
atribuye, en tanto que proceden de la tributación de todos los ciudadanos exigen que
su aplicación se haga de una manera particularmente cuidadosa: buscando que
alcance al máximo número posible de sujetos2.
La búsqueda de una fórmula optimizadora del gasto público, tanto en lo referido
a aplicación de recursos económicos, como en la obtención de rédito político, se
convirtió en una suerte de santo grial de la ciencia política. Autores como KINGDON3
concentraron su atención en el acceso de temas a la agenda. La sintonía entre
políticos y ciudadanos es determinante para que los temas que acceden a la agenda
pública coincidan con los temas dominantes en la agenda social. La entrada de temas
importantes para la ciudadanía en la agenda pública mejora la imagen de eficacia de
los políticos y les facilita el camino hacia una victoria electoral. Más adelante, otros
autores como LINDBLOM4 pusieron de manifiesto la concurrencia de muchas otras
cuestiones. Así pues, una vez que un tema había pasado de issue social a entrar en la
agenda pública y se había introducido en el proceso de formación de una política
pública, experimentaba una profunda transformación que daría lugar a un resultado
totalmente inesperado. En el sistema político el problema atraviesa distintos juicios de
razonabilidad que redefinen los límites del problema y determinan los repertorios de
acción aceptables para atacar el problema5. Esta cuestión también es relevante
porque una actuación que sin impacto sobre el problema será percibida del mismo
modo que la falta de actuación, con la consiguiente reprobación de los ciudadanos.
2
BAÑÓN I MARTÍNEZ, R. “La evaluación de la acción pública como responsabilidad democrática” en La
evaluación de la acción y de las políticas públicas. Madrid: Ediciones Díaz de Santos, 2003.
ZAPICO, E. “Nueva aproximación a la reforma presupuestaria: hacia un modelo coherente con el contexto
y relevante para la disciplina de gasto a nivel agregado” en Presupuesto y gasto público. Nº 51, 2007.
3
KINGDON, J. W. “Agenda setting” en THEODOULOU, S. Z. y CAHN, M. A. Public policy: the essential
readings. Nueva Jersey: Prentice Hall Publishers, 1948/1995.
4
LINDBLOM, C. E. “The challenges facing policy-making” en LINDBLOM C. E. y WOODHOUSE, E. J. The
policy making process. Nueva Jersey: Prentice Hall Publishers, 1993.
5
SABATIER, P. A. y WEIBLE, C. M. “The advocacy coalition framework, innovations and clarifications” en
Sabatier, P. A. (ed.) Theories of the Policy process. Boulder: Westview, 2007.Pg. 194.
3
Sin embargo, esta materia todavía podía introducir un nuevo tema en el debate:
la eficiencia de los recursos aplicados. Los ciudadanos demandan de forma cada vez
más activa un buen uso de sus impuestos y lo introducen como un elemento de control
democrático a los poderes públicos6. Cada vez son más conscientes del gran número
de issues que deben abordarse con los limitados recursos públicos por lo que los
poderes públicos se han visto obligados a aplicar nuevas técnicas de control del gasto.
Particularmente relevantes son los estudios de control del gasto. Particularmente
relevantes son los estudios de coste-eficiencia, que han introducido análisis propios de
la empresa privada para controlar el impacto efectivo de las políticas públicas7.
Todos estos estudios vienen presididos por una cuestión fundamental: la
evaluación de las políticas públicas. Y es que, cuando un determinado programa se
implanta, tanto aquellos que se ocupan de su implantación, como aquellos que se ven
afectados por él, examinan las actuaciones que se llevan a cabo y qué consecuencias
tienen sobre el issue abordado. Esta evaluación puede basarse en criterios diferentes
según la realicen los ciudadanos o los técnicos pero es un elemento fundamental para
la continuidad de ese particular repertorio de actuación. Carecería de sentido, según
este marco teórico, mantener un programa de medidas que manifiestamente no
resuelvan el problema atacado o lo agraven. En particular, este estudio se interesa por
la evaluación que realizan los ciudadanos, su grado de satisfacción respecto del
funcionamiento de aquellos servicios con los que tienen contacto directo. Durante
mucho tiempo, las Administraciones no habían sentido ningún interés por esta
información, no obstante, la introducción de nuevos modelos de gestión introdujo un
importante cambio de perspectiva, sobre todo en los Estados democráticos, en los que
esta evaluación se considera uno de los determinantes del voto del ciudadano y de
exigencia de responsabilidad (entendida como accountability) a los poderes públicos8.
Precisamente, la existencia de esta exigencia de responsabilidad democrática
hacía que los gobiernos fueran reticentes a la implantación de medidas impopulares
puesto que les condenaba a perder las siguientes elecciones irremediablemente9. Sin
embargo, el cuestionamiento de los actuales modelos de Estado del bienestar exige
cambios profundos en la dinámica de las prestaciones ofrecidas y un diseño coherente
6
BAÑÓN: op. cit. Pg. 18.
7
VINING, A. R. y WEIMER, D. L. “Efficiency and cost-benefit analysis” en PETERS, G. y PIERRE, J. (eds.)
Handbook of Public Policy.Londres: SAGE Publications Ltd, 2006.
8
BAÑÓN: op. cit.
9
KLEIMAN y TELES: op. cit.
4
del gasto10. En este sentido, el ciudadano podría reaccionar de distintas maneras ante
el recorte en gasto social: rechazo de plano porque le supone un perjuicio, aceptación
de la medida como un ejercicio de solidaridad en el reparto de recursos limitados,
aplauso a una política que corrige el despilfarro de recursos, etc. No solo eso sino que
opinión puede materializarse en distintos comportamientos, desde la reelección hasta
la elección de una opción política alternativa que proponga otro uso de los recursos11.
En cualquier caso, aquí no evalúa el conocimiento del ciudadano sobre las políticas
públicas sino la opinión que le merecen.
2. DISEÑO DE INVESTIGACIÓN
2.1 Pregunta de investigación
La evaluación de las políticas públicas es una cuestión de gran interés, en tanto
que permite a los gobiernos conocer la eficacia en la aplicación de recursos que
realizan y si deben mantener el sentido de las políticas o cambiar el rumbo12. La
privatización de la sanidad madrileña o externalización de la gestión, como reza el
discurso gubernamental, parecen apuntar a un cambio en los marcos explicativos
anteriormente descritos. Se trata de una aparente racionalización del gasto sanitaria
intensamente defendida por el gobierno de la Comunidad de Madrid. Sin embargo,
tanto los profesionales que ejecutarán los planes de actuación como los ciudadanos,
ya sean usuarios habituales o usuarios potenciales, se movilizan y protestan contra
estas medidas. El conocimiento experto no alcanza un acuerdo sobre la adecuación
de las medidas a los fines pretendidos. El descontento se extiende sin que los
gobernantes modifiquen un ápice sus posturas y sin que perciban si hay riesgo para
sus cargos.
La ausencia de datos de encuesta, ya sean barómetros de opinión o encuestas
electorales, llevan a que cualquier estudio de la materia no pueda salir del marco de lo
normativo puesto que no habría datos que respaldaran las afirmaciones realizadas. No
obstante, la situación anteriormente descrita aporta una contextualización interesante
porque la satisfacción con las políticas en materia de sanidad y educación no es igual
en todas las Comunidades Autónomas. Además, se trata de una competencia
transferida por la Administración central por lo que las políticas implantadas también
10
ZAPICO: op. cit.
VEDUNG, E. “Evaluation research” en PETERS, G. y PIERRE, J. (eds.) Handbook of Public
Policy.Londres: SAGE Publications Ltd, 2006.
11
12
BAÑÓN: op. cit.
VEDUNG: op. cit.
5
presentan variaciones. ELOÍSA DEL PINO13ya se lanzó sobre la materia en distintos
estudios con otros autores, en los que apunta precisamente en esta dirección, sin
embargo, no aspiro aquí a replicar sus análisis por la complejidad de los modelos que
emplea. Así pues, mi pregunta de investigación quedaría formulada como sigue: ¿La
satisfacción de los ciudadanos con los servicios educativo y sanitario, considerados
como los más representativos del estado del bienestar, puede explicarse a través del
estilo de política pública que rige en su Comunidad Autónoma?
2.2 Hipótesis
Una vez delimitada la variable dependiente, la satisfacción de los ciudadanos
respecto del estado del bienestar, hay que definir las hipótesis que permitirán explicar
esta variable o, al menos, identificar qué variables tienen algún impacto sobre la
misma. Al examinar el panorama español, lo primero que llama la atención es que
buena parte de las políticas relacionadas con el estado del bienestar forman parte de
las competencias de las Comunidades Autónomas. En la mayoría de los casos, el
Estado central ha retenido una parte residual de la competencia para poder ejercer de
coordinador de los gobiernos autonómicos y garantizar un mínimo común a todos los
ciudadanos españoles, aunque la responsabilidad fundamental recae sobre estos
gobiernos. La existencia de gobiernos de colores distintos en las Comunidades
Autónomas que implantan políticas diferentes para un mismo issue puede ser una de
las variables que expliquen el fenómeno estudiado14pero no el único.
Distintos autores15apuntan a que se producirán variaciones en la satisfacción en
función de la ideología del ciudadano y de su acuerdo con el gobierno de su
Comunidad Autónoma. Respecto de la ideología, la teoría anterior parecía apuntar a
que los ciudadanos más de izquierdas, al preocuparse más por lo público, estarían
más descontentos con su funcionamiento, mientras que los de derechas deberían
estar más satisfechos ya que concentran su atención en el mantenimiento del statu
quo. Sin embargo, los datos de 2008 apuntaron a que no se trataba de una variable
explicativa porque los ciudadanos de derechas también presentaban unos niveles
13
DEL PINO, E., RAMOS, J. A. Y DÍAZ-PULIDO, J. M. “Retrenchment in theSpanishwelfarestate” en
Workingpapers del Seminario de Investigación de Ciencia Política de la UAM. Nº 136, 2012 (obtenido de
http://www.uam.es/ss/Satellite/Derecho/ es/1242658791834/listadoCombo/Working_Papers.htm)
14
DÍAZ-PULIDO, J.M., DEL PINO y E., PALOP, P. “Los determinantes de la satisfacción con las políticas
de bienestar del Estado autonómico” en REIS, nº 139, julio-septiembre 2012. Pp. 45-84
15
Arriba, A., Calzada, I., del Pino, E. “Las actitudes de los españoles hacia el Estado del bienestar (19852005)” en Opiniones y Actitudes. Nº 55. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, 2006
6
similares de descontento, aunque su motivación fuera distinta: eran muy críticos con la
gestión de lo público que se estaba realizando porque interpretaban que se estaban
despilfarrando recursos públicos. Dado que esta variable no le resultaba explicativa,
los autores introducen una escala alternativa en la cual los sujetos son más favorables
a una financiación individual de los servicios o una financiación por el Estado. Aquí me
limitaré a volver sobre la cuestión de la ideología.
Por otra parte, el recuerdo de voto nos permite crear una herramienta para
conocer si el ciudadano está o no de acuerdo con el gobierno en el poder. Se trata de
un proxy pero, intuitivamente, cabe proponer que aquellos ciudadanos que votaron a
partidos de derechas en Comunidades Autónomas en las que gobernara la derecha
deberían estar de acuerdo con las políticas implantadas. Aun cuando los gobiernos no
hubieran implantado su programa electoral al pie de la letra, los principios inspiradores
de las medidas proyectadas y las efectivamente aplicadas son comunes. Esta
herramienta lo que nos lleva a afirmar es que el acuerdo se produce con estos
principios y, por tanto, englobará estas medidas. En tanto que los ciudadanos evalúan
prospectivamente los programas deberían mostrar cierto acuerdo con las políticas que
luego se implantan como así ocurre16.
Las hipótesis que van a someterse a comprobación a lo largo de las siguientes
páginas quedarán formuladas de la siguiente manera:
1. Hipótesis 1. Comunidades Autónomas con gobiernos de distinto color
presentarán niveles diferentes de satisfacción entre sus ciudadanos dado que
cada partido tiene un estilo de gobierno propio.
2. Hipótesis 2. La autoubicación del ciudadano en la escala ideológica influye
sobre su grado de satisfacción con el estado del bienestar
3. Hipótesis 3. El grado de acuerdo con el gobierno autonómico, medido a través
del recuerdo de voto, opera sobre el grado de satisfacción de los ciudadanos.
2.3 Datos empleados
Los datos empleados para este trabajo han sido extraídos del Barómetro fiscal
realizado por el CIS en julio 2011 (Estudio nº2910). En este barómetro se estudió la
satisfacción de los ciudadanos respecto de distintos servicios públicos en función de la
imposición fiscal que soportaban y la eficacia percibida.
Para evaluar la pregunta de investigación y las hipótesis en las que la hemos
subdividido, deberíamos evaluar todas y cada una de las políticas en funcionamiento
en el momento en que se realizó la encuesta, en este caso, las de la segunda
16
DÍAZ-PULIDO, DEL PINOy PALOP: op. cit.
7
legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, hay varias matizaciones
relevantes a considerar. En primer lugar, como ya he afirmado anteriormente, es
imposible estudiar todas las políticas: no existen datos de encuesta y necesitaría una
extensión mucho mayor para abarcarlas todas. Por tanto, limitaré el objeto de mis
análisis a las que se consideran las grandes políticas del estado del bienestar, la
sanidad y la educación, que consumen la mayoría de los recursos públicos y tienen un
contacto más directo con el ciudadano. Por otra parte, en el sistema competencial
español se han descentralizado estas materias, por tanto, los gobiernos a considerar
no serán el central únicamente sino que habrá que poner el acento en los gobiernos
autonómicos, responsables del diseño e implantación de las políticas públicas. Podría
argumentarse que los ciudadanos no siempre saben de quién depende una política
pública, no obstante, la competencia lleva ya suficiente tiempo descentralizada como
para que la accountability sea exigida a estos gobiernos y no al gobierno central.
Las otras dos hipótesis se focalizan sobre la satisfacción de la actuación del
gobierno a los valores y comportamientos de los propios ciudadanos. En materia de
políticas públicas es interesante puesto que implica que la evaluación del ciudadano
no se realiza sobre las medidas efectivamente adoptadas sino sobre los principios que
las inspiran. La ideología se ha medido a través de la autoubicación ideológica de los
ciudadanos. Esta escala es problemática porque además de ser una valoración
subjetiva, existe un número notable de sujetos que no se autoubican, reduciendo el
número de casos que pueden estudiarse. Aún más problemático resulta medir el
acuerdo con el gobierno puesto que los ciudadanos se comportan de maneras
distintas: algunos, rara vez mantienen su opinión constante a lo largo del tiempo;
mientras que otros, no modifican su postura por mala que sea su valoración del
gobierno. Si nos perdiéramos en la discusión sobre los problemas de esta ficción sería
imposible estudiar los resultados de las encuestas por lo que se crea un artificio en el
que se identifica votar a un gobierno y el acuerdo con el mismo.
Para comparar las variables anteriormente descritas me he servido de análisis
bivariados, que muestran la distribución de los ciudadanos en las distintas categorías y
si presentan diferencias significativas entre ellos. Para conocer diferencias en la
satisfacción entre ciudadanos de distintas Comunidades Autónomas y entre
ciudadanos con voto en distinto sentido elaboré tablas de contingencia, mientras que
para la ideología utilicé la comparación de medias. En el caso de la tabla de
contingencia que estudia el voto, lo idóneo sería examinar el voto a cada partido. El
problema es que el número de casos en cada categoría sería tan pequeño que no
permitiría inferir resultados significativos por lo que los casos han sido agrupados
teniendo en cuenta partidos que gobernaban en alguna Comunidad Autónoma (PP,
8
PSOE y CiU) y creando otra categoría para todos los demás. Todos ellos están en la
oposición y, por tanto, el ciudadano que les votó se situaría entre el grupo de
discordantes con el partido en el poder. Una vez realizados estos análisis, la regresión
lineal permite conocer el poder explicativo del modelo propuesto. En la regresión se
introducen solo los resultados correspondientes a algunas Comunidades Autónomas,
las que tienen un mayor número de casos. Además, los casos se agruparon en función
del color del partido en el gobierno, de modo que generaran un número que pudiera
ser captado por la herramienta y que los resultados que arrojara fueran significativos.
3. ANÁLISIS DE LOS DATOS
3.1 ¿Cómo es la población descrita? ¿Cuál es su perfil ideológico? ¿Cómo
votan?
La población española se concentra territorialmente de forma mayoritaria en
Madrid, Cataluña, Andalucía y Valencia. En menor medida en otras Comunidades
Autónomas como País Vasco o Región de Murcia. Las encuestas tratan de replicar
esta distribución para que la muestra sea representativa, en el caso de esta encuesta,
el reparto de la muestra queda descrito en el siguiente mapa (Diagrama 1), que se
nutre de los datos de la Tabla 1 (ver Anexo).
Diagrama 1. Distribución de los encuestados por Comunidad Autónoma (elaboración propia).
9
Diagrama 2. Autoubicación ideológica de los ciudadanos por Comunidades Autónomas
(elaboración propia).
Ideológicamente, estos ciudadanos no presentan grandes diferencias entre
Comunidades Autónomas sino que se integran dentro del intervalo 3,5-6,5, sin que las
diferencias entre unas y otras resulten significativas. Los márgenes de error del
Diagrama 2 muestran que las medias obtenidas son un resultado de la selección de
casos. Por tanto, si se repitiese la misma encuesta con un grupo de población
diferente, aunque las medias se mantendrían dentro del mismo intervalo, podrían
producirse variaciones en su valor efectivo.
Por último queda la cuestión del grado de acuerdo con el gobierno autonómico.
Para ello, se ha comparado la dirección del voto con el color del gobierno. En el
diagrama 3, a efectos de guiar los análisis, se incluye un mapa con el color de los
gobiernos en España a julio de 2011, fecha en la que se realizó el estudio del CIS
empleado. A pesar de que habían tenido lugar elecciones en mayo de ese año, la
mayoría de los gobiernos no había tomado posesión y no habían iniciado sus
programas de actuación. Por este motivo, la evaluación que estamos analizando no es
la de las políticas de los gobiernos efectivamente en el poder sino la de las políticas de
los gobiernos salientes.
10
Diagrama 3. Color de los gobiernos autonómicos a julio de 2011, momento de realización de la
encuesta estudiada (elaboración propia a partir de los datos del Ministerio del interior –
www.interior.gob.es)
En la Tabla 3 (ver Anexo) podemos apreciar cómo se distribuye el voto entre las
distintas Comunidades Autónomas. Resultaría interesante, aunque se aleja del objeto
del estudio, comparar si las proyecciones de resultados que arrojaría el recuerdo de
voto concuerdan con los resultados efectivos o si hay algún mecanismo que lleve a los
votantes a ocultar sus preferencias. En todo caso, la mayor parte del voto en las
Comunidades Autónomas se distribuye entre PP y PSOE, aunque en Cataluña y País
Vasco también tienen una fuerte presencia partidos de corte nacionalista, CiU y PNV.
3.2 Bivariados
Una vez descrita la población, en función de las variables introducidas en el
modelo, hay que examinar los resultados que arrojan las hipótesis anteriormente
formuladas. Sin embargo, es importante realizar antes una consideración sobre el
número de casos examinados.
La población total de la encuesta comprende la muy respetable cantidad de 2468
encuestados. Al avanzar en los análisis e introducir más variables o análisis más
complejos el número de ciudadanos que conforman la N se va reduciendo. Este
fenómeno no se deriva solo de la reducción del número de casos por el incremento de
los requisitos o por la segmentación de la población en función de la Comunidad
Autónoma. Asimismo, es notable el número de sujetos que, por cualquier motivo, no
expresan su grado de satisfacción con los servicios públicos mencionados o no se
posicionan ideológicamente.
11
La primera hipótesis planteaba la existencia de diferencias en la satisfacción de
los ciudadanos de distintas Comunidades Autónomas porque las políticas públicas que
se están implantando son diferentes. Aunque en el verano de 2011 no había
comenzado el ciclo de reformas políticas que han llevado a la actual conflictividad en
materia de educación y sanidad, las políticas implementadas en las distintas
Comunidades Autónomas ya apuntaban en este sentido a través de estrategias como
la racionalización del gasto público y eran claramente diferentes en función de la
Comunidad Autónoma considerada. En esta hipótesis asumimos que gobiernos de
ideologías distintas plantean políticas públicas diferentes y que, por tanto, los
ciudadanos de Madrid (PP), Andalucía (PSOE) y Cataluña (CiU) expresarán distintos
niveles de satisfacción respecto de planes de actuación diferentes.
En los diagramas 5 y 6 (que corresponden a las Tablas 4 y 5 del Anexo) se
examina el grado de satisfacción en materia educativa y sanitaria respectivamente en
función de la Comunidad Autónoma. Antes de avanzar hacia cuestiones sustantivas,
resulta interesante poner de manifiesto que los niveles de satisfacción son mucho más
altos respecto de la sanidad que de la educación en todas las Comunidades
Autónomas. Los análisis de chi-cuadrado indican que estos porcentajes representan
diferencias significativas entre las distintas Comunidades Autónomas.
Diagrama 5. Satisfacción con la educación por Comunidades Autónomas
100%
90%
80%
70%
60%
50%
Nada
40%
Poco
30%
Bastante
20%
Muy
10%
0%
12
Diagrama 6. Satisfacción de los ciudadanos con la sanidad por Comunidades Autónomas
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Nada
Poco
Bastante
Muy
Los niveles más altos de satisfacción para ambas políticas se encuentran en
Navarra, una Comunidad Autónoma que representa una excepción. Su gobierno
(UPN), a pesar de formar coalición con el PP y situarse en un lugar similar del
espectro ideológico, en materia de políticas públicas disfruta de una posición
privilegiada. El concierto fiscal les permite unos márgenes de gasto mucho mayores y
una amplia cartera de prestaciones, por tanto, no será tenida en cuenta. Sin embargo,
de entre las Comunidades Autónomas que se sitúan en el régimen fiscal común,
aquellas que se encuentran en manos de gobiernos de tendencia conservadora, ya
sea del PP o de CiU, presentan niveles de satisfacción inferiores a aquellas que están
en manos de gobiernos socialistas. Así, Cataluña, Madrid, Galicia o Valencia
presentan niveles de satisfacción inferiores a los de Andalucía, Extremadura o
Asturias.
La segunda hipótesis plantea la posibilidad de que la satisfacción de los
ciudadanos venga mediada por su autoubicación ideológica. En este sentido, los
ciudadanos que se alinean a la izquierda deberían presentar niveles de satisfacción
distintos de los ciudadanos de derechas, tanto en materia sanitaria como educativa.
Los intervalos de error se superponen en los distintos diagramas, poniendo de
manifiesto que los resultados no son significativos, tanto en el análisis de los
ciudadanos considerados en conjunto o como en el que los agrupa por Comunidades
Autónomas como ponen de manifiesto los Diagramas 7, 8 y 9. Es decir, a pesar de
que los resultados parecen afirmar que los ciudadanos de izquierda tienen un mayor
grado de satisfacción respecto de los servicios públicos, éstos se deben al sesgo
13
introducido por la población encuestada y, por tanto, no arrojan resultados
extrapolables al conjunto de la población.
Diagramas 7 y 8. Autoubicación ideológica según la satisfacción con la educación y la sanidad.
Diagrama 9. Autoubicación ideológica agrupada según la satisfacción con la sanidad en algunas
Comunidades Autónomas.
14
Recuperando el trabajo de Arriba, Calzada y del Pino17, los ciudadanos tienen
distintas motivaciones para ser críticos con el funcionamiento de los servicios públicos.
Los argumentos son de lo más variado y responden a lógicas diferentes pero
conducentes a cierto equilibrio en el grado de satisfacción. Así, algunos ciudadanos se
posicionan a favor y otros en contra, esgrimiendo argumentos que abarcan desde el
despilfarro de recursos públicos hasta que, en el pasado, los servicios recibidos eran
peores. Entre los ciudadanos de izquierdas también existe dicha dualidad: los hay que
se preocupan por la gestión que se realiza de lo público y los hay que consideran que
con lo limitados que son los recursos disponibles, no es factible obtener unos servicios
de mejor calidad. No obstante, el hecho de autoubicarse a la izquierda o a la derecha
no tiene poder explicativo sobre la satisfacción con los servicios públicos estudiados.
Igual que en otras cuestiones sociales, la ideología sirve como un atajo para
posicionarse en un issue determinado18, aquí no ocurre lo mismo. Los dos servicios
considerados forman parte del día a día de los ciudadanos por lo que es posible que el
trabajo de la ideología pueda ser sustituido por la experiencia directa del ciudadano.
La tercera hipótesis plantea la existencia de alguna relación entre el acuerdo con
el gobierno y el grado de satisfacción con las políticas públicas implantadas. Podría
parecer que esta hipótesis encubre la influencia de la ideología sobre la variable
dependiente. Lo que realmente se examina es si los votantes tuvieron o no en cuenta
el programa electoral del candidato finalmente elegido y, por tanto, el grado de
satisfacción entre los votantes del partido en el gobierno tendría que ser mucho mayor
que el de los votantes de los partidos en la oposición (que se consideran globalmente
para facilitar la lectura de las tablas 7 y 8) puesto que media un cierto acuerdo con los
compromisos previamente adquiridos por el candidato.
Tabla 7. Distribución del voto en función de la satisfacción con la educación (en porcentajes)
Voto
Comunidad Autónoma
Andalucía
Aragón
Asturias
Baleares (Islas)
Canarias (Islas)
17
18
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
PSOE
PP
CIU
49,6
50,4
58,8
41,2
70,8
29,2
46,7
53,3
19,0
39,5
60,5
33,3
66,7
46,7
53,3
25,0
75,0
25,0
-
ARRIBA, CALZADA Y DEL PINO: op. cit.
Anduiza, E. y Bosch, A. Comportamiento político y electoral. Barcelona: Ariel, 2004, p. 214.
15
Otros
partidos en
la oposición
73,3
26,7
33,3
66,7
50,0
50,0
100,0
-
Cantabria
Castilla-La Mancha
Castilla y León
Cataluña
Comunidad
Valenciana
Extremadura
Galicia
Madrid
Murcia
Navarra
País Vasco
Rioja (La)
(pocos casos)
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
81,0
75,0
25,0
48,6
51,4
51,4
48,6
47,3
52,7
49,4
50,6
73,3
26,7
42,1
57,9
50,0
50,0
45,5
54,5
87,5
12,5
50,0
50,0
66,7
33,3
75,0
20,0
80,0
44,0
56,0
36,4
63,6
27,8
72,2
46,9
53,1
53,8
46,2
35,0
65,0
31,3
68,8
42,1
57,9
100,0
0,0
25,0
75,0
-
50,0
50,0
-
100,0
100,0
66,7
33,3
52,8
47,2
37,5
62,5
40,0
60,0
28,6
71,4
30,8
69,2
50,0
50,0
50,0
50,0
81,8
18,2
-
Tabla 8. Distribución del voto en función de la satisfacción con la sanidad (en porcentajes)
Voto
Comunidad Autónoma
Andalucía
Aragón
Asturias
Baleares (Islas)
Canarias (Islas)
Cantabria
Castilla-La Mancha
Castilla y León
Cataluña
Comunidad
Valenciana
Extremadura
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
PSOE
PP
CIU
52,2
47,8
80,0
20,0
70,8
29,2
62,5
37,5
22,7
77,3
75,0
25,0
68,4
31,6
71,4
28,6
47,5
52,5
55,8
44,2
82,4
52,6
48,4
82,4
17,6
47,1
52,9
54,5
45,5
69,2
30,8
40,0
60,0
46,4
53,6
43,2
56,8
34,8
65,2
49,3
50,7
57,1
57,1
42,9
-
16
Otros
partidos en
la oposición
78,6
21,4
66,7
33,3
75,0
25,0
100,0
66,7
33,3
100,0
83,3
16,7
57,5
42,5
62,5
37,5
60,0
Galicia
Madrid
Murcia
Navarra
País Vasco
Rioja (La)
(pocos casos)
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
Satisfechos
Insatisfechos
17,6
47,6
52,4
60,5
39,5
40,0
60,0
100,0
0,0
75,0
25,0
66,7
33,3
42,9
65,2
34,8
63,4
36,6
57,1
42,9
100,0
0,0
80,0
20,0
-
-
40,0
50,0
50,0
47,4
52,6
50,0
50,0
50,0
50,0
79,2
20,8
-
Como puede observarse en las tablas inmediatamente anteriores19, también se
ha agrupado a los ciudadanos en satisfechos e insatisfechos para disponer de un
número significativo de casos y, a la vez, ordenar los datos de una manera que
resulten intuitivos e inteligibles. Analizando los resultados, se observa que no hay
diferencias significativas en esta cuestión. Por ejemplo, en Andalucía, el porcentaje de
votantes del PSOE satisfechos con las políticas educativas es del 49.6% mientras que
entre los votantes del PP – partido en la oposición -, es del 39.5%. En materia
sanitaria, los porcentajes son algo más altos pero presentan una tendencia similar
(52.2% de votantes del PSOE satisfechos contra un 52.6% entre los votantes del
PP).Contrasta con los resultados en Madrid, donde en materia educativa, el mayor
porcentaje de votantes descontentos se encuentra entre los votantes del PP (68%)
frente al 50% que representan los votantes del PSOE.
3.3 ¿Cómo de explicativo resulta el modelo?
Una vez examinadas las hipótesis propuestas resulta conveniente elaborar una
regresión lineal para comprobar su capacidad explicativa. Sería interesante proponer
alguna causalidad pero los datos no dan respaldo suficiente para poder proponer
formulaciones que no sean meras conjeturas. Dado que el número de casos es muy
reducido y en la regresión se reduce aún más, he tenido que recurrir a distintas
estrategias para vencer el problema. En primer lugar, la tabla trabaja con un intervalo
de confianza del 95%, no es lo idóneo pero permite dar significatividad a los
resultados. En segundo lugar, recuperando la primera hipótesis, seleccioné cuatro
casos que pueden considerarse paradigmáticos, permitiendo que la herramienta
elegida detecte las diferencias entre los casos. Así, la satisfacción de los ciudadanos
de Valencia y Madrid será comparada con la satisfacción experimentada por los
19
Los resultados para La Rioja manejan un número de casos tan reducido que los resultados no son
significativos y, por tanto, no serán tenidos en cuenta en los análisis.
17
ciudadanos de Extremadura y Andalucía. En ambos grupos de casos, los gobiernos se
alinean en el mismo campo ideológico (socialistas en uno, conservadores en el otro) y,
por tanto, implantan políticas públicas similares dentro de cada grupo, permitiendo la
comparación entre unos y otros.
Tabla 9. Modelos de regresión lineal para la satisfacción con la educación
Autoubicación
ideológica
Voto al PP frente al
voto al PSOE
Ser de Extremadura o
Andalucía frente a ser
de Madrid o Valencia
R2
Modelo 1.
Autoubicación
ideológica y voto
Modelo 2.
Autoubicación
ideológica y ser de una
u otra Comunidad
Autónoma
Modelo 3. Todas las
variables
-0.008
0.036
-0.005
-0.259*
-
-0.178*
-
-0.241*
-0.296*
0.027
0.023
0.050
Tabla 10. Modelos de regresión lineal para la satisfacción con la sanidad
Autoubicación
ideológica
Voto al PP frente al
voto al PSOE
Ser de Extremadura o
Andalucía frente a ser
de Madrid o Valencia
R2
20
21
Modelo 1.
Autoubicación
ideológica y voto
Modelo 2.
Autoubicación
ideológica y ser de una
u otra Comunidad
Autónoma
Modelo 3. Todas las
variables
0.004
0.006
0.003
-0.021
-
-0.133
-
-0.074
-0.084
0.000
0.002
0.009
El modelo elaborado en el caso de la educación, a pesar de todos los problemas
anteriormente descritos presenta un cierto poder explicativo. El voto y ser de una
Comunidad Autónoma se presentan como fenómenos con algún impacto sobre la
satisfacción del ciudadano, no así su autoubicación ideológica. Resulta sorprendente
que el ser de una Comunidad Autónoma determinada tenga tanto peso como el voto
sobre la explicación, puesto que éste suele ser uno de los factores clásicos estudiados
y con mayor poder explicativo en esta materia. En este sentido, aquellos que viven en
20
Los datos empleados corresponden a las B. * para un nivel de confianza de más del 95%.
21
Los datos empleados corresponden a las B. * para un nivel de confianza de más del 95%.
18
Extremadura y Andalucía se posicionan como ciudadanos más satisfechos que los
madrileños y valencianos, del mismo modo que aquellos que votan PSOE. En el
modelo de regresión, existe una relación negativa como consecuencia de la
codificación de la variable, lo cual supone que los ciudadanos extremeños y andaluces
están menos descontentos que los valencianos y madrileños con el servicio público
estudiado.
Estos resultados no se replican en el caso de la sanidad, para la cual no hay
resultados significativos. Distintos motivos apuntan a las causas de estos resultados.
En primer lugar, las políticas realizadas en materia sanitaria a julio de 2011 no eran, en
apariencia, tan divergentes entre Comunidades Autónomas, de ahí que los ciudadanos
no se pronuncien de forma divergente. Todas las Comunidades Autónomas
examinadas contaban con una amplia cartera de servicios ofertados y unos niveles
relativamente altos de satisfacción entre los usuarios. Sería a partir de las elecciones
de 2011, con los gobiernos que tomaron posesión a continuación cuando se
introdujeron de forma masiva las estrategias de recorte del gasto sanitario. Desde julio
de 2011, las políticas públicas del Estado del bienestar y las sanitarias, en particular,
han experimentado importantes cambios por lo que, si se volviera a pasar el mismo
cuestionario, sería predecible que los resultados serían muy diferentes.
4. CONCLUSIONES
El estudio aquí realizado se concentraba en examinar algunos de los factores
que podrían tener alguna influencia sobre la satisfacción de los ciudadanos con dos
programas particularmente del estado del bienestar en España: la educación y la
sanidad. Para ello examiné los niveles de satisfacción en materia educativa y sanitaria,
que pueden considerarse los ejes fundamentales atendiendo al gasto que suponen y
su incidencia directa sobre la sociedad. Estos niveles de satisfacción podrían venir
determinados por factores muy diversos pero me decanté por aquellos que pueden
indicar con mayor intensidad si hay exigencia de responsabilidad de los ciudadanos,
de forma que los resultados pudieran ofrecer alguna pista sobre los fundamentos de la
evaluación que los ciudadanos hacen de las políticas públicas. No hay que caer en el
error de evaluar la evaluación puesto que este estudio ha trabajado el cambio de la
satisfacción no del análisis técnico. En otras palabras, no se trata de si los ciudadanos
saben quiénes son los responsables y los procesos de toma de decisiones sino cómo
perciben los resultados.
19
Así, mi modelo introduce como variables el estilo de política pública, la
autoubicación ideológica y el recuerdo de voto. Para medir la primera trabajé sobre la
asunción de que gobiernos ideológicamente distintos apuestan por programas de
actuación diferentes y, por tanto, son percibidos de forma distinta por los ciudadanos.
El recuerdo de voto operaba de forma similar, si un ciudadano ha optado por una
opción política estará más satisfecho con su repertorio de actuaciones que un
ciudadano que se hubiera decantado por otra opción. Los análisis apuntan
precisamente en este sentido, particularmente en las Comunidades Autónomas que
presentaban resultados más significativos: Madrid, Valencia, Andalucía y Extremadura.
La ideología, por el contrario, no tenía ninguna capacidad explicativa porque
ciudadanos de todo el espectro tenían motivos para estar satisfechos o insatisfechos
con los servicios públicos. Sin embargo, estos resultados nos plantean una paradoja:
Asturias, Castilla-La Mancha, Extremadura e incluso Andalucía, aunque en menor
medida, eran Comunidades Autónomas con unos niveles de satisfacción bastante
altos. Llegado el momento electoral, en todas ellas el PSOE sufrió una importante
reducción del voto, perdiendo en muchos casos el gobierno. Si la gestión había sido
satisfactoria, de acuerdo con los marcos teóricos en vigor, ¿no debería haberse
mantenido el voto? ¿No deberían los ciudadanos haber renovado su confianza en el
gobierno que tenían?
Los ciudadanos opinan sobre las políticas públicas pero los datos parecen
apuntar a que no conocen de ellas más que los resultados, aquello que les afecta. Así
pues, aunque el estilo de política pública ponga de manifiesto diferencias en la
satisfacción del ciudadano, en función del gobierno que las implementa, esta
información no parece ser decisiva a la hora de que formulen el voto. Este trabajo llega
hasta aquí pero no cierra la cuestión, sino que abre la puerta a nuevas preguntas:
¿Los cambios radicales en políticas públicas acaecidos en el último año han supuesto
cambios para el modelo? Parece que los ciudadanos conocen cuál es la parte que les
afecta de las políticas públicas pero no atribuyen (por falta de interés o de voluntad)
las responsabilidades correspondientes, ¿conocen los ciudadanos las políticas
públicas en su conjunto: actores, procesos, etc.?
20
5. BIBLIOGRAFÍA
Albareda, L., Lozano, J. And Ysa, T., (2007). “Public Policies on Corporate Social
Responsibility: The Role of Governments in Europe”. enJournal of Business Ethics, nº
74, 2007, pp. 391-407.
Anduiza, E. y Bosch, A. Comportamiento político y electoral. Barcelona: Ariel, 2004
Arriba, A., Calzada, I., del Pino, E. “Las actitudes de los españoles hacia el Estado del
bienestar (1985-2005)” en Opiniones y Actitudes. Nº
55. Madrid: Centro de
Investigaciones Sociológicas, 2006
Bañón i Martínez, R. “La evaluación de la acción pública como responsabilidad
democrática” en La evaluación de la acción y de las políticas públicas. Madrid:
Ediciones Díaz de Santos, 2003.
Bustelo, M. (2010). “La experiencia europea en evaluación de políticas públicas” en
Temas para el debate. Madrid: Ed. Iniciativas del Sistema, 2010.
Del
Pino,
E.,
Ramos,
J.
A.
y
Díaz-Pulido,
J.
M.
“Retrenchment
in
theSpanishwelfarestate” en Workingpapers del Seminario de Investigación de Ciencia
Política de la UAM. Nº 136, 2012 (obtenido de http://www.uam.es/ss/Satellite/Derecho/
es/1242658791834/listadoCombo/Working_Papers.htm)
Díaz-Pulido, J.M., del Pino y E., Palop, P. “Los determinantes de la satisfacción con
las políticas de bienestar del Estado autonómico” en REIS, nº 139, julio-septiembre
2012. Pp. 45-84
Fux, B. “Pathways of Welfare and Population-related Policies” en Hahn, C., Avramov,
D., Kotowska, I. (eds), People, Population Change and Policies. Springer Netherlands,
2008. pp. 59-90.
Galston, W. “Political feasibility” en Moran, M., Rein, M., Goodin, R. E. (eds.) The
Oxford Handbook of Public Policy. Oxford: Oxford University Press, 2006.
Immergut, E. “Institutional constraints on policy” en Moran, M., Rein, M., Goodin, R. E.
(eds.) The Oxford Handbook of Public Policy. Oxford: Oxford University Press, 2006.
21
Kingdon, J. W. “Agenda setting” en Theodoulou, S. Z. y Cahn, M. A. Public policy: the
essential readings. Nueva Jersey: Prentice Hall Publishers, 1948/1995.
Kleiman, M. A. R. y Teles, S. M. “Market and non-market failures” en Moran, M., Rein,
M., Goodin, R. E. (eds.) The Oxford Handbook of Public
Policy. Oxford: Oxford
University Press, 2006.
Lindblom, C. E. “The challenges facing policy-making” en Lindblom C. E. y
Woodhouse, E. J. The policy making process. Nueva Jersey: Prentice Hall Publishers,
1993.
Sabatier, P. A. y Weible, C. M. “The advocacy coalition framework, innovations and
clarifications” en Sabatier, P. A. (ed.) Theories of the Policy process. Boulder:
Westview, 2007.
Scott, C. “Privatization and regulatory regimes” en Moran, M., Rein, M., Goodin, R. E.
(eds.) The Oxford Handbook of Public Policy. Oxford: Oxford University Press, 2006.
Smith, K. “Economic techniques” en Moran, M., Rein, M., Goodin, R. E. (eds.) The
Oxford Handbook of Public Policy. Oxford: Oxford University Press, 2006.
Vedung, E. “Evaluation research” en Peters, G. y Pierre, J. (eds.) Handbook of Public
Policy.Londres: SAGE Publications Ltd, 2006.
Vining, A. R. y Weimer, D. L. “Efficiency and cost-benefit analysis” en Peters, G. y
Pierre, J. (eds.) Handbook of PublicPolicy.Londres: SAGE PublicationsLtd, 2006.
Zapico, E. “Nueva aproximación a la reforma presupuestaria: hacia un modelo
coherente con el contexto y relevante para la disciplina de gasto a nivel agregado” en
Presupuesto y gasto público. Nº 51, 2007.
22
Todas las tablas que se incluyen a continuación son de elaboración propia a partir
del análisis de los datos de la estudio nº2910 del CIS.
Tabla 1. Distribución del número de encuestados por comunidades
autónomas.
Porcentaje
Comunidad Autónoma Frecuencia Porcentaje Porcentaje
válido
acumulado
Andalucía
439
17,8
17,8
17,8
Aragón
74
3,0
3,0
20,8
63
2,6
2,6
23,3
Baleares (Islas)
46
1,9
1,9
25,2
Canarias
94
3,8
3,8
29,0
Cantabria
33
1,3
1,3
30,3
Castilla La Mancha
112
4,5
4,5
34,9
Castilla y León
142
5,8
5,8
40,6
Cataluña
405
16,4
16,4
57,1
271
11,0
11,0
68,0
Extremadura
59
2,4
2,4
70,4
Galicia
158
6,4
6,4
76,8
325
13,2
13,2
90,0
75
3,0
3,0
93,0
34
1,4
1,4
94,4
País Vasco
121
4,9
4,9
99,3
Rioja (La)
17
,7
,7
100,0
2468
100,0
100,0
Asturias (Principado
de)
Comunidad
Valenciana
Madrid (Comunidad
de)
Murcia (Región de)
Navarra (Comunidad
Foral de)
Total
Tabla 2. Autoubicación ideológica de los ciudadanos españoles distribuidos
por comunidades autónomas
Desv.
N
Mínimo Máximo
Media
típ.
Autoubicacionideologica 1877
1
10
4,85
1,940
N válido (según lista)
1877
Comunidad autónoma
Media
N
Desv. típ.
I
Andalucía
Aragón
Asturias (Principado de)
Baleares (Islas)
Canarias
Cantabria
Castilla La Mancha
Castilla y León
Cataluña
Comunidad Valenciana
Extremadura
Galicia
Madrid (Comunidad de)
Murcia (Región de)
Navarra (Comunidad Foral
de)
País Vasco
Rioja (La)
Total
4,90
4,87
5,50
5,57
5,23
4,31
5,14
5,10
4,46
4,96
4,76
5,09
4,80
5,67
3,92
319
56
44
35
65
26
77
117
320
225
46
128
245
51
24
1,895
1,674
1,732
2,033
2,403
1,408
2,069
1,764
1,989
1,915
1,662
2,004
1,865
2,269
1,349
4,21
4,22
4,85
90
9
1877
1,758
1,787
1,940
II
Tabla 3. Distribución del voto por comunidades autónomas
Comunidad autónoma
Andalucía
Aragón
Asturias (Principado de)
Baleares (Islas)
Canarias
Cantabria
Castilla La Mancha
Castilla y León
Cataluña
Comunidad Valenciana
Extremadura
PSOE
PP
IU/ICV
CiU
PNV
UPyD
ERC
BNG
CC
43,4% 28,4% 4,7%
39,6% 32,1% 3,8%
1,9%
Otros
En
NaBa
No
partido blanc
N.C.
i
recuerda
s
o
,6%
2,2%
6,3%
14,4%
3,8%
3,8%
1,9%
13,2%
4,0%
2,0%
4,0%
2,9%
2,9%
5,7%
8,2%
18,0%
12,0
%
4,0%
16,0%
5,6%
1,1%
13,3%
5,1%
3,4%
16,9%
1,7%
6,8%
3,7%
16,6%
48,0% 34,0% 8,0%
45,7% 31,4% 2,9%
8,6%
3,3
%
36,1% 21,3% 4,9%
8,2%
48,0% 20,0%
43,3% 31,1% 2,2%
2,2%
37,3% 32,2% 3,4%
1,7%
34,8% 7,8%
8,1% 14,9%
1,1%
5,7%
40,5% 33,0% 2,3%
1,4%
,9%
7,0%
1,4%
13,5%
35,4% 29,2% 8,3%
2,1%
2,1%
2,1%
2,1%
18,8%
III
Total
100,0
%
100,0
%
100,0
%
100,0
%
100,0
%
100,0
%
100,0
%
100,0
%
100,0
%
100,0
%
100,0
%
Galicia
Madrid (Comunidad de)
Murcia (Región de)
Navarra (Comunidad
Foral de)
País Vasco
Rioja (La)
Total
33,6% 38,4%
6,4%
33,1% 28,3% 9,6%
6,0%
1,6%
27,8% 38,9% 3,7%
52,4% 9,5%
9,5%
23,3% 7,0%
5,8%
9,5%
22,1%
4,0%
14,4%
3,2%
2,0%
16,3%
3,7%
7,4%
18,5%
4,8%
4,8%
7,0%
25,6%
9,5%
3,5%
5,8%
16,7
%
50,0%
37,7% 25,6% 5,2%
3,2%
2,4%
1,0%
1,3%
IV
,9%
,4%
,1%
,1%
1,6%
4,5%
33,3%
3,8%
15,4%
100,0
%
100,0
%
100,0
%
100,0
%
100,0
%
100,0
%
100,0
%
Tabla 4. Satisfacción de los ciudadanos con la educación en función de su
comunidad autónoma.
Comunidad
autónoma
Andalucía
Aragón
Asturias
(Principado
de)
Baleares
(Islas)
Canarias
Cantabria
Castilla La
Mancha
Castilla y León
Cataluña
Comunidad
Valenciana
Extremadura
Galicia
Madrid
(Comunidad
de)
Murcia
(Región de)
Navarra
(Comunidad
Foral de)
País Vasco
Rioja (La)
Total
Muy Bastante Poco
Nada
N.S.
N.C.
Total
3,2%
5,4%
38,7%
40,5%
41,5% 7,7% 8,9%
32,4% 6,8% 14,9%
100,0%
100,0%
6,3%
54,0%
28,6% 7,9%
3,2%
100,0%
2,2%
41,3%
39,1% 4,3% 13,0%
100,0%
28,7%
42,4%
46,8% 19,1% 5,3%
100,0%
33,3% 6,1% 15,2% 3,0% 100,0%
1,8%
40,2%
33,0% 10,7% 14,3%
2,1%
1,5%
36,6%
35,8%
39,4% 4,2% 16,9% ,7% 100,0%
37,8% 9,6% 14,8% ,5% 100,0%
3,3%
37,6%
39,9% 9,2% 10,0%
3,4%
1,3%
55,9%
31,0%
28,8% 3,4% 8,5%
100,0%
46,2% 4,4% 16,5% ,6% 100,0%
2,8%
29,8%
44,6% 10,5% 12,0% ,3% 100,0%
1,3%
36,0%
25,3% 16,0% 20,0% 1,3% 100,0%
5,9%
52,9%
20,6%
3,3%
52,9%
64,7%
38,0%
24,8% 3,3% 15,7%
100,0%
17,6% 5,9% 11,8%
100,0%
38,3% 8,4% 12,5% ,3% 100,0%
2,6%
20,6%
100,0%
100,0%
100,0%
Tabla 5. Satisfacción de los ciudadanos con la sanidad en función de su
comunidad autónoma.
Comunidad
Muy Bastante Poco Nada N.S. N.C. Total
autónoma
Andalucía
7,3% 46,9% 37,1% 7,5% 1,1%
100,0%
Aragón
9,5% 66,2% 21,6%
2,7%
100,0%
Asturias
7,9% 55,6% 30,2% 6,3%
100,0%
(Principado de)
V
Baleares
(Islas)
Canarias
Cantabria
Castilla La
Mancha
Castilla y León
Cataluña
Comunidad
Valenciana
Extremadura
Galicia
Madrid
(Comunidad
de)
Murcia (Región
de)
Navarra
(Comunidad
Foral de)
País Vasco
Rioja (La)
Total
10,9%
41,3%
41,3% 6,5%
100,0%
15,2%
7,1%
34,0%
48,5%
58,9%
45,7% 20,2%
24,2% 12,1%
26,8% 6,3% ,9%
100,0%
100,0%
100,0%
7,0%
3,2%
7,0%
57,0%
44,0%
43,9%
28,2% 5,6% 2,1%
100,0%
37,3% 13,6% 1,2% ,7% 100,0%
36,2% 11,1% 1,8%
100,0%
11,9%
1,9%
6,8%
52,5%
49,4%
52,0%
32,2% 3,4%
100,0%
41,1% 4,4% 3,2%
100,0%
30,5% 8,0% 1,8% ,9% 100,0%
1,3%
46,7%
32,0% 17,3% 2,7%
100,0%
11,8%
76,5%
11,8%
100,0%
8,3%
5,9%
6,2%
63,6%
70,6%
49,8%
23,1% 3,3% 1,7%
100,0%
11,8% 11,8%
100,0%
33,5% 8,8% 1,5% ,2% 100,0%
Tabla 5. Autoubicación ideológica de los ciudadanos en función de su
satisfacción con la educación.
La
enseñanza
Muy
Media
N
Desv. típ.
Muy
Bastante
4,60
4,71
53
730
1,974
1,855
Poco
Nada
4,83
5,35
746
159
1,922
2,202
N.S.
N.C.
5,14
5,00
185
4
1,978
3,559
N
Media
Desviació
n típica
Error
típico
53
4,60
1,974
,271
VI
Intervalo de confianza
para la media al 95% Mínim Máxim
o
o
Límite
Límite
inferior
superior
4,06
5,15
1
10
Bastant 730
e
Poco
746
Nada
159
N.S.
185
N.C.
4
Total
1877
4,71
1,855
,069
4,57
4,84
1
10
4,83
5,35
5,14
5,00
4,85
1,922
2,202
1,978
3,559
1,940
,070
,175
,145
1,780
,045
4,69
5,00
4,85
-,66
4,76
4,97
5,69
5,42
10,66
4,94
1
1
1
2
1
10
10
10
10
10
Tabla 6. Autoubicación ideológica de los ciudadanos en función de su
satisfacción con la sanidad.
La
enseñanza
Muy
Bastante
Poco
Nada
N.S.
N.C.
N
Desv. típ.
4,89
4,81
4,93
4,83
123
935
633
156
1,958
1,880
2,003
2,039
4,68
3,20
25
5
1,819
1,483
Media
Desviació
n típica
123
935
4,89
4,81
1,958
1,880
633
156
25
5
1877
4,93
4,83
4,68
3,20
4,85
2,003
2,039
1,819
1,483
1,940
N
Muy
Bastant
e
Poco
Nada
N.S.
N.C.
Total
Media
Intervalo de confianza
para la media al 95% Mínim Máxim
Error
típico
o
o
Límite
Límite
inferior
superior
,177
4,54
5,24
1
10
,061
4,69
4,93
1
10
,080
,163
,364
,663
,045
VII
4,77
4,50
3,93
1,36
4,76
5,08
5,15
5,43
5,04
4,94
1
1
1
1
1
10
10
10
5
10
Descargar