Número 3 (2013). Sección monográfica. LA SATISFACCIÓN DE LOS CIUDADANOS CON EL ESTADO DEL BIENESTAR FACTORES EXPLICATIVOS DE LA SATISFACCIÓN DE LOS CIUDADANOS CON LOS SERVICIOS EDUCATIVOS Y SANITARIOS IRENE SÁNCHEZ VÍTORES Abstract: Este trabajo pretende aproximarse a los factores que mejor explican la satisfacción de los ciudadanos con el estado del bienestar a través de la satisfacción que expresan con dos de los servicios principales: la educación y la sanidad. En España, estas dos competencias conforman el grueso del estado del bienestar y ambas han sido transferidas a las Comunidades Autónomas. De este modo, se examina cómo reaccionan los ciudadanos a las distintas estrategias adoptadas por los gobiernos autonómicos para abordar los issues relacionados con la educación y la sanidad. 1. INTRODUCCIÓN 1.1 Propósito del estudio El contexto político actual parece venir marcado por el descontento y la desconexión de los ciudadanos respecto de sus gobernantes. Estos se ven obligados a tomar medidas que aparentemente no aceptan pero que el contexto les impone. Los gobernados, principales afectados por estas medidas, las rechazan abiertamente. Sin embargo, llegado el momento electoral, en el que según los autores clásicos, los ciudadanos combinan la exigencia de responsabilidades con la evaluación prospectiva de los programas planteados, los resultados electorales favorecen al criticado partido en el gobierno1.Dicho de otro modo, los políticos no se hacen responsables de las medidas que implantan y los ciudadanos parecen no exigirles que lo hagan. En este estudio trataremos de sumergirnos en esta paradoja y explicarla, identificando los factores explicativos de la satisfacción del ciudadano y, por ende, qué issues deben centrar la atención del político que busca mantenerse en su cargo (office-keeping) o acceder a uno (office-gaining). Para lograr el objetivo anteriormente mencionado sería importante estudiar todas las políticas que conforman el estado del bienestar, es decir, todas las elaboradas por el gobierno, sus relaciones dentro del esquema multinivel de organización territorial en España y sus relaciones con distintas las organizaciones internacionales con las que ha comprometido parcialmente su soberanía. Este análisis sería inabarcable para un trabajo de esta naturaleza: exigiría una extensión muy superior a la de un artículo de investigación, requeriría unos análisis mucho más complejos de los que puedo realizar con mis conocimientos actuales y necesitaría de la disponibilidad de muchos más datos de encuesta. Por este motivo, he decidido limitar mi análisis al estudio de las políticas sanitarias y educativas. Estas son las que más recursos públicos consumen y las que tienen un impacto más directo sobre los ciudadanos. Por este motivo considero que la valoración de ambas puede dar una imagen aproximada de cómo los ciudadanos perciben la actual configuración del estado del bienestar. 1 GALSTON, W. “Political feasibility” en MORAN, M., REIN, M., GOODIN, R. E. (eds.) The Oxford Handbook of Public Policy. Oxford: Oxford University Press, 2006. IMMERGUT, E. “Institutional constraints on policy” en MORAN, M., REIN, M., GOODIN, R. E. (eds.) The Oxford Handbook of Public Policy. Oxford: Oxford University Press, 2006. KLEIMAN, M. A. R. y TELES, S. M. “Market and non-market failures” en MORAN, M., REIN, M., GOODIN, R. E. (eds.) The Oxford Handbook of Public Policy. Oxford: Oxford University Press, 2006. 2 1.2 Contextualización Numerosos estudios abordan la cuestión de la racionalización del gasto público. No se trata tan solo de disponer de recursos limitados para hacer frente a una lista interminable de necesidades ineludibles, sino que la especial naturaleza que se les atribuye, en tanto que proceden de la tributación de todos los ciudadanos exigen que su aplicación se haga de una manera particularmente cuidadosa: buscando que alcance al máximo número posible de sujetos2. La búsqueda de una fórmula optimizadora del gasto público, tanto en lo referido a aplicación de recursos económicos, como en la obtención de rédito político, se convirtió en una suerte de santo grial de la ciencia política. Autores como KINGDON3 concentraron su atención en el acceso de temas a la agenda. La sintonía entre políticos y ciudadanos es determinante para que los temas que acceden a la agenda pública coincidan con los temas dominantes en la agenda social. La entrada de temas importantes para la ciudadanía en la agenda pública mejora la imagen de eficacia de los políticos y les facilita el camino hacia una victoria electoral. Más adelante, otros autores como LINDBLOM4 pusieron de manifiesto la concurrencia de muchas otras cuestiones. Así pues, una vez que un tema había pasado de issue social a entrar en la agenda pública y se había introducido en el proceso de formación de una política pública, experimentaba una profunda transformación que daría lugar a un resultado totalmente inesperado. En el sistema político el problema atraviesa distintos juicios de razonabilidad que redefinen los límites del problema y determinan los repertorios de acción aceptables para atacar el problema5. Esta cuestión también es relevante porque una actuación que sin impacto sobre el problema será percibida del mismo modo que la falta de actuación, con la consiguiente reprobación de los ciudadanos. 2 BAÑÓN I MARTÍNEZ, R. “La evaluación de la acción pública como responsabilidad democrática” en La evaluación de la acción y de las políticas públicas. Madrid: Ediciones Díaz de Santos, 2003. ZAPICO, E. “Nueva aproximación a la reforma presupuestaria: hacia un modelo coherente con el contexto y relevante para la disciplina de gasto a nivel agregado” en Presupuesto y gasto público. Nº 51, 2007. 3 KINGDON, J. W. “Agenda setting” en THEODOULOU, S. Z. y CAHN, M. A. Public policy: the essential readings. Nueva Jersey: Prentice Hall Publishers, 1948/1995. 4 LINDBLOM, C. E. “The challenges facing policy-making” en LINDBLOM C. E. y WOODHOUSE, E. J. The policy making process. Nueva Jersey: Prentice Hall Publishers, 1993. 5 SABATIER, P. A. y WEIBLE, C. M. “The advocacy coalition framework, innovations and clarifications” en Sabatier, P. A. (ed.) Theories of the Policy process. Boulder: Westview, 2007.Pg. 194. 3 Sin embargo, esta materia todavía podía introducir un nuevo tema en el debate: la eficiencia de los recursos aplicados. Los ciudadanos demandan de forma cada vez más activa un buen uso de sus impuestos y lo introducen como un elemento de control democrático a los poderes públicos6. Cada vez son más conscientes del gran número de issues que deben abordarse con los limitados recursos públicos por lo que los poderes públicos se han visto obligados a aplicar nuevas técnicas de control del gasto. Particularmente relevantes son los estudios de control del gasto. Particularmente relevantes son los estudios de coste-eficiencia, que han introducido análisis propios de la empresa privada para controlar el impacto efectivo de las políticas públicas7. Todos estos estudios vienen presididos por una cuestión fundamental: la evaluación de las políticas públicas. Y es que, cuando un determinado programa se implanta, tanto aquellos que se ocupan de su implantación, como aquellos que se ven afectados por él, examinan las actuaciones que se llevan a cabo y qué consecuencias tienen sobre el issue abordado. Esta evaluación puede basarse en criterios diferentes según la realicen los ciudadanos o los técnicos pero es un elemento fundamental para la continuidad de ese particular repertorio de actuación. Carecería de sentido, según este marco teórico, mantener un programa de medidas que manifiestamente no resuelvan el problema atacado o lo agraven. En particular, este estudio se interesa por la evaluación que realizan los ciudadanos, su grado de satisfacción respecto del funcionamiento de aquellos servicios con los que tienen contacto directo. Durante mucho tiempo, las Administraciones no habían sentido ningún interés por esta información, no obstante, la introducción de nuevos modelos de gestión introdujo un importante cambio de perspectiva, sobre todo en los Estados democráticos, en los que esta evaluación se considera uno de los determinantes del voto del ciudadano y de exigencia de responsabilidad (entendida como accountability) a los poderes públicos8. Precisamente, la existencia de esta exigencia de responsabilidad democrática hacía que los gobiernos fueran reticentes a la implantación de medidas impopulares puesto que les condenaba a perder las siguientes elecciones irremediablemente9. Sin embargo, el cuestionamiento de los actuales modelos de Estado del bienestar exige cambios profundos en la dinámica de las prestaciones ofrecidas y un diseño coherente 6 BAÑÓN: op. cit. Pg. 18. 7 VINING, A. R. y WEIMER, D. L. “Efficiency and cost-benefit analysis” en PETERS, G. y PIERRE, J. (eds.) Handbook of Public Policy.Londres: SAGE Publications Ltd, 2006. 8 BAÑÓN: op. cit. 9 KLEIMAN y TELES: op. cit. 4 del gasto10. En este sentido, el ciudadano podría reaccionar de distintas maneras ante el recorte en gasto social: rechazo de plano porque le supone un perjuicio, aceptación de la medida como un ejercicio de solidaridad en el reparto de recursos limitados, aplauso a una política que corrige el despilfarro de recursos, etc. No solo eso sino que opinión puede materializarse en distintos comportamientos, desde la reelección hasta la elección de una opción política alternativa que proponga otro uso de los recursos11. En cualquier caso, aquí no evalúa el conocimiento del ciudadano sobre las políticas públicas sino la opinión que le merecen. 2. DISEÑO DE INVESTIGACIÓN 2.1 Pregunta de investigación La evaluación de las políticas públicas es una cuestión de gran interés, en tanto que permite a los gobiernos conocer la eficacia en la aplicación de recursos que realizan y si deben mantener el sentido de las políticas o cambiar el rumbo12. La privatización de la sanidad madrileña o externalización de la gestión, como reza el discurso gubernamental, parecen apuntar a un cambio en los marcos explicativos anteriormente descritos. Se trata de una aparente racionalización del gasto sanitaria intensamente defendida por el gobierno de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, tanto los profesionales que ejecutarán los planes de actuación como los ciudadanos, ya sean usuarios habituales o usuarios potenciales, se movilizan y protestan contra estas medidas. El conocimiento experto no alcanza un acuerdo sobre la adecuación de las medidas a los fines pretendidos. El descontento se extiende sin que los gobernantes modifiquen un ápice sus posturas y sin que perciban si hay riesgo para sus cargos. La ausencia de datos de encuesta, ya sean barómetros de opinión o encuestas electorales, llevan a que cualquier estudio de la materia no pueda salir del marco de lo normativo puesto que no habría datos que respaldaran las afirmaciones realizadas. No obstante, la situación anteriormente descrita aporta una contextualización interesante porque la satisfacción con las políticas en materia de sanidad y educación no es igual en todas las Comunidades Autónomas. Además, se trata de una competencia transferida por la Administración central por lo que las políticas implantadas también 10 ZAPICO: op. cit. VEDUNG, E. “Evaluation research” en PETERS, G. y PIERRE, J. (eds.) Handbook of Public Policy.Londres: SAGE Publications Ltd, 2006. 11 12 BAÑÓN: op. cit. VEDUNG: op. cit. 5 presentan variaciones. ELOÍSA DEL PINO13ya se lanzó sobre la materia en distintos estudios con otros autores, en los que apunta precisamente en esta dirección, sin embargo, no aspiro aquí a replicar sus análisis por la complejidad de los modelos que emplea. Así pues, mi pregunta de investigación quedaría formulada como sigue: ¿La satisfacción de los ciudadanos con los servicios educativo y sanitario, considerados como los más representativos del estado del bienestar, puede explicarse a través del estilo de política pública que rige en su Comunidad Autónoma? 2.2 Hipótesis Una vez delimitada la variable dependiente, la satisfacción de los ciudadanos respecto del estado del bienestar, hay que definir las hipótesis que permitirán explicar esta variable o, al menos, identificar qué variables tienen algún impacto sobre la misma. Al examinar el panorama español, lo primero que llama la atención es que buena parte de las políticas relacionadas con el estado del bienestar forman parte de las competencias de las Comunidades Autónomas. En la mayoría de los casos, el Estado central ha retenido una parte residual de la competencia para poder ejercer de coordinador de los gobiernos autonómicos y garantizar un mínimo común a todos los ciudadanos españoles, aunque la responsabilidad fundamental recae sobre estos gobiernos. La existencia de gobiernos de colores distintos en las Comunidades Autónomas que implantan políticas diferentes para un mismo issue puede ser una de las variables que expliquen el fenómeno estudiado14pero no el único. Distintos autores15apuntan a que se producirán variaciones en la satisfacción en función de la ideología del ciudadano y de su acuerdo con el gobierno de su Comunidad Autónoma. Respecto de la ideología, la teoría anterior parecía apuntar a que los ciudadanos más de izquierdas, al preocuparse más por lo público, estarían más descontentos con su funcionamiento, mientras que los de derechas deberían estar más satisfechos ya que concentran su atención en el mantenimiento del statu quo. Sin embargo, los datos de 2008 apuntaron a que no se trataba de una variable explicativa porque los ciudadanos de derechas también presentaban unos niveles 13 DEL PINO, E., RAMOS, J. A. Y DÍAZ-PULIDO, J. M. “Retrenchment in theSpanishwelfarestate” en Workingpapers del Seminario de Investigación de Ciencia Política de la UAM. Nº 136, 2012 (obtenido de http://www.uam.es/ss/Satellite/Derecho/ es/1242658791834/listadoCombo/Working_Papers.htm) 14 DÍAZ-PULIDO, J.M., DEL PINO y E., PALOP, P. “Los determinantes de la satisfacción con las políticas de bienestar del Estado autonómico” en REIS, nº 139, julio-septiembre 2012. Pp. 45-84 15 Arriba, A., Calzada, I., del Pino, E. “Las actitudes de los españoles hacia el Estado del bienestar (19852005)” en Opiniones y Actitudes. Nº 55. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, 2006 6 similares de descontento, aunque su motivación fuera distinta: eran muy críticos con la gestión de lo público que se estaba realizando porque interpretaban que se estaban despilfarrando recursos públicos. Dado que esta variable no le resultaba explicativa, los autores introducen una escala alternativa en la cual los sujetos son más favorables a una financiación individual de los servicios o una financiación por el Estado. Aquí me limitaré a volver sobre la cuestión de la ideología. Por otra parte, el recuerdo de voto nos permite crear una herramienta para conocer si el ciudadano está o no de acuerdo con el gobierno en el poder. Se trata de un proxy pero, intuitivamente, cabe proponer que aquellos ciudadanos que votaron a partidos de derechas en Comunidades Autónomas en las que gobernara la derecha deberían estar de acuerdo con las políticas implantadas. Aun cuando los gobiernos no hubieran implantado su programa electoral al pie de la letra, los principios inspiradores de las medidas proyectadas y las efectivamente aplicadas son comunes. Esta herramienta lo que nos lleva a afirmar es que el acuerdo se produce con estos principios y, por tanto, englobará estas medidas. En tanto que los ciudadanos evalúan prospectivamente los programas deberían mostrar cierto acuerdo con las políticas que luego se implantan como así ocurre16. Las hipótesis que van a someterse a comprobación a lo largo de las siguientes páginas quedarán formuladas de la siguiente manera: 1. Hipótesis 1. Comunidades Autónomas con gobiernos de distinto color presentarán niveles diferentes de satisfacción entre sus ciudadanos dado que cada partido tiene un estilo de gobierno propio. 2. Hipótesis 2. La autoubicación del ciudadano en la escala ideológica influye sobre su grado de satisfacción con el estado del bienestar 3. Hipótesis 3. El grado de acuerdo con el gobierno autonómico, medido a través del recuerdo de voto, opera sobre el grado de satisfacción de los ciudadanos. 2.3 Datos empleados Los datos empleados para este trabajo han sido extraídos del Barómetro fiscal realizado por el CIS en julio 2011 (Estudio nº2910). En este barómetro se estudió la satisfacción de los ciudadanos respecto de distintos servicios públicos en función de la imposición fiscal que soportaban y la eficacia percibida. Para evaluar la pregunta de investigación y las hipótesis en las que la hemos subdividido, deberíamos evaluar todas y cada una de las políticas en funcionamiento en el momento en que se realizó la encuesta, en este caso, las de la segunda 16 DÍAZ-PULIDO, DEL PINOy PALOP: op. cit. 7 legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, hay varias matizaciones relevantes a considerar. En primer lugar, como ya he afirmado anteriormente, es imposible estudiar todas las políticas: no existen datos de encuesta y necesitaría una extensión mucho mayor para abarcarlas todas. Por tanto, limitaré el objeto de mis análisis a las que se consideran las grandes políticas del estado del bienestar, la sanidad y la educación, que consumen la mayoría de los recursos públicos y tienen un contacto más directo con el ciudadano. Por otra parte, en el sistema competencial español se han descentralizado estas materias, por tanto, los gobiernos a considerar no serán el central únicamente sino que habrá que poner el acento en los gobiernos autonómicos, responsables del diseño e implantación de las políticas públicas. Podría argumentarse que los ciudadanos no siempre saben de quién depende una política pública, no obstante, la competencia lleva ya suficiente tiempo descentralizada como para que la accountability sea exigida a estos gobiernos y no al gobierno central. Las otras dos hipótesis se focalizan sobre la satisfacción de la actuación del gobierno a los valores y comportamientos de los propios ciudadanos. En materia de políticas públicas es interesante puesto que implica que la evaluación del ciudadano no se realiza sobre las medidas efectivamente adoptadas sino sobre los principios que las inspiran. La ideología se ha medido a través de la autoubicación ideológica de los ciudadanos. Esta escala es problemática porque además de ser una valoración subjetiva, existe un número notable de sujetos que no se autoubican, reduciendo el número de casos que pueden estudiarse. Aún más problemático resulta medir el acuerdo con el gobierno puesto que los ciudadanos se comportan de maneras distintas: algunos, rara vez mantienen su opinión constante a lo largo del tiempo; mientras que otros, no modifican su postura por mala que sea su valoración del gobierno. Si nos perdiéramos en la discusión sobre los problemas de esta ficción sería imposible estudiar los resultados de las encuestas por lo que se crea un artificio en el que se identifica votar a un gobierno y el acuerdo con el mismo. Para comparar las variables anteriormente descritas me he servido de análisis bivariados, que muestran la distribución de los ciudadanos en las distintas categorías y si presentan diferencias significativas entre ellos. Para conocer diferencias en la satisfacción entre ciudadanos de distintas Comunidades Autónomas y entre ciudadanos con voto en distinto sentido elaboré tablas de contingencia, mientras que para la ideología utilicé la comparación de medias. En el caso de la tabla de contingencia que estudia el voto, lo idóneo sería examinar el voto a cada partido. El problema es que el número de casos en cada categoría sería tan pequeño que no permitiría inferir resultados significativos por lo que los casos han sido agrupados teniendo en cuenta partidos que gobernaban en alguna Comunidad Autónoma (PP, 8 PSOE y CiU) y creando otra categoría para todos los demás. Todos ellos están en la oposición y, por tanto, el ciudadano que les votó se situaría entre el grupo de discordantes con el partido en el poder. Una vez realizados estos análisis, la regresión lineal permite conocer el poder explicativo del modelo propuesto. En la regresión se introducen solo los resultados correspondientes a algunas Comunidades Autónomas, las que tienen un mayor número de casos. Además, los casos se agruparon en función del color del partido en el gobierno, de modo que generaran un número que pudiera ser captado por la herramienta y que los resultados que arrojara fueran significativos. 3. ANÁLISIS DE LOS DATOS 3.1 ¿Cómo es la población descrita? ¿Cuál es su perfil ideológico? ¿Cómo votan? La población española se concentra territorialmente de forma mayoritaria en Madrid, Cataluña, Andalucía y Valencia. En menor medida en otras Comunidades Autónomas como País Vasco o Región de Murcia. Las encuestas tratan de replicar esta distribución para que la muestra sea representativa, en el caso de esta encuesta, el reparto de la muestra queda descrito en el siguiente mapa (Diagrama 1), que se nutre de los datos de la Tabla 1 (ver Anexo). Diagrama 1. Distribución de los encuestados por Comunidad Autónoma (elaboración propia). 9 Diagrama 2. Autoubicación ideológica de los ciudadanos por Comunidades Autónomas (elaboración propia). Ideológicamente, estos ciudadanos no presentan grandes diferencias entre Comunidades Autónomas sino que se integran dentro del intervalo 3,5-6,5, sin que las diferencias entre unas y otras resulten significativas. Los márgenes de error del Diagrama 2 muestran que las medias obtenidas son un resultado de la selección de casos. Por tanto, si se repitiese la misma encuesta con un grupo de población diferente, aunque las medias se mantendrían dentro del mismo intervalo, podrían producirse variaciones en su valor efectivo. Por último queda la cuestión del grado de acuerdo con el gobierno autonómico. Para ello, se ha comparado la dirección del voto con el color del gobierno. En el diagrama 3, a efectos de guiar los análisis, se incluye un mapa con el color de los gobiernos en España a julio de 2011, fecha en la que se realizó el estudio del CIS empleado. A pesar de que habían tenido lugar elecciones en mayo de ese año, la mayoría de los gobiernos no había tomado posesión y no habían iniciado sus programas de actuación. Por este motivo, la evaluación que estamos analizando no es la de las políticas de los gobiernos efectivamente en el poder sino la de las políticas de los gobiernos salientes. 10 Diagrama 3. Color de los gobiernos autonómicos a julio de 2011, momento de realización de la encuesta estudiada (elaboración propia a partir de los datos del Ministerio del interior – www.interior.gob.es) En la Tabla 3 (ver Anexo) podemos apreciar cómo se distribuye el voto entre las distintas Comunidades Autónomas. Resultaría interesante, aunque se aleja del objeto del estudio, comparar si las proyecciones de resultados que arrojaría el recuerdo de voto concuerdan con los resultados efectivos o si hay algún mecanismo que lleve a los votantes a ocultar sus preferencias. En todo caso, la mayor parte del voto en las Comunidades Autónomas se distribuye entre PP y PSOE, aunque en Cataluña y País Vasco también tienen una fuerte presencia partidos de corte nacionalista, CiU y PNV. 3.2 Bivariados Una vez descrita la población, en función de las variables introducidas en el modelo, hay que examinar los resultados que arrojan las hipótesis anteriormente formuladas. Sin embargo, es importante realizar antes una consideración sobre el número de casos examinados. La población total de la encuesta comprende la muy respetable cantidad de 2468 encuestados. Al avanzar en los análisis e introducir más variables o análisis más complejos el número de ciudadanos que conforman la N se va reduciendo. Este fenómeno no se deriva solo de la reducción del número de casos por el incremento de los requisitos o por la segmentación de la población en función de la Comunidad Autónoma. Asimismo, es notable el número de sujetos que, por cualquier motivo, no expresan su grado de satisfacción con los servicios públicos mencionados o no se posicionan ideológicamente. 11 La primera hipótesis planteaba la existencia de diferencias en la satisfacción de los ciudadanos de distintas Comunidades Autónomas porque las políticas públicas que se están implantando son diferentes. Aunque en el verano de 2011 no había comenzado el ciclo de reformas políticas que han llevado a la actual conflictividad en materia de educación y sanidad, las políticas implementadas en las distintas Comunidades Autónomas ya apuntaban en este sentido a través de estrategias como la racionalización del gasto público y eran claramente diferentes en función de la Comunidad Autónoma considerada. En esta hipótesis asumimos que gobiernos de ideologías distintas plantean políticas públicas diferentes y que, por tanto, los ciudadanos de Madrid (PP), Andalucía (PSOE) y Cataluña (CiU) expresarán distintos niveles de satisfacción respecto de planes de actuación diferentes. En los diagramas 5 y 6 (que corresponden a las Tablas 4 y 5 del Anexo) se examina el grado de satisfacción en materia educativa y sanitaria respectivamente en función de la Comunidad Autónoma. Antes de avanzar hacia cuestiones sustantivas, resulta interesante poner de manifiesto que los niveles de satisfacción son mucho más altos respecto de la sanidad que de la educación en todas las Comunidades Autónomas. Los análisis de chi-cuadrado indican que estos porcentajes representan diferencias significativas entre las distintas Comunidades Autónomas. Diagrama 5. Satisfacción con la educación por Comunidades Autónomas 100% 90% 80% 70% 60% 50% Nada 40% Poco 30% Bastante 20% Muy 10% 0% 12 Diagrama 6. Satisfacción de los ciudadanos con la sanidad por Comunidades Autónomas 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Nada Poco Bastante Muy Los niveles más altos de satisfacción para ambas políticas se encuentran en Navarra, una Comunidad Autónoma que representa una excepción. Su gobierno (UPN), a pesar de formar coalición con el PP y situarse en un lugar similar del espectro ideológico, en materia de políticas públicas disfruta de una posición privilegiada. El concierto fiscal les permite unos márgenes de gasto mucho mayores y una amplia cartera de prestaciones, por tanto, no será tenida en cuenta. Sin embargo, de entre las Comunidades Autónomas que se sitúan en el régimen fiscal común, aquellas que se encuentran en manos de gobiernos de tendencia conservadora, ya sea del PP o de CiU, presentan niveles de satisfacción inferiores a aquellas que están en manos de gobiernos socialistas. Así, Cataluña, Madrid, Galicia o Valencia presentan niveles de satisfacción inferiores a los de Andalucía, Extremadura o Asturias. La segunda hipótesis plantea la posibilidad de que la satisfacción de los ciudadanos venga mediada por su autoubicación ideológica. En este sentido, los ciudadanos que se alinean a la izquierda deberían presentar niveles de satisfacción distintos de los ciudadanos de derechas, tanto en materia sanitaria como educativa. Los intervalos de error se superponen en los distintos diagramas, poniendo de manifiesto que los resultados no son significativos, tanto en el análisis de los ciudadanos considerados en conjunto o como en el que los agrupa por Comunidades Autónomas como ponen de manifiesto los Diagramas 7, 8 y 9. Es decir, a pesar de que los resultados parecen afirmar que los ciudadanos de izquierda tienen un mayor grado de satisfacción respecto de los servicios públicos, éstos se deben al sesgo 13 introducido por la población encuestada y, por tanto, no arrojan resultados extrapolables al conjunto de la población. Diagramas 7 y 8. Autoubicación ideológica según la satisfacción con la educación y la sanidad. Diagrama 9. Autoubicación ideológica agrupada según la satisfacción con la sanidad en algunas Comunidades Autónomas. 14 Recuperando el trabajo de Arriba, Calzada y del Pino17, los ciudadanos tienen distintas motivaciones para ser críticos con el funcionamiento de los servicios públicos. Los argumentos son de lo más variado y responden a lógicas diferentes pero conducentes a cierto equilibrio en el grado de satisfacción. Así, algunos ciudadanos se posicionan a favor y otros en contra, esgrimiendo argumentos que abarcan desde el despilfarro de recursos públicos hasta que, en el pasado, los servicios recibidos eran peores. Entre los ciudadanos de izquierdas también existe dicha dualidad: los hay que se preocupan por la gestión que se realiza de lo público y los hay que consideran que con lo limitados que son los recursos disponibles, no es factible obtener unos servicios de mejor calidad. No obstante, el hecho de autoubicarse a la izquierda o a la derecha no tiene poder explicativo sobre la satisfacción con los servicios públicos estudiados. Igual que en otras cuestiones sociales, la ideología sirve como un atajo para posicionarse en un issue determinado18, aquí no ocurre lo mismo. Los dos servicios considerados forman parte del día a día de los ciudadanos por lo que es posible que el trabajo de la ideología pueda ser sustituido por la experiencia directa del ciudadano. La tercera hipótesis plantea la existencia de alguna relación entre el acuerdo con el gobierno y el grado de satisfacción con las políticas públicas implantadas. Podría parecer que esta hipótesis encubre la influencia de la ideología sobre la variable dependiente. Lo que realmente se examina es si los votantes tuvieron o no en cuenta el programa electoral del candidato finalmente elegido y, por tanto, el grado de satisfacción entre los votantes del partido en el gobierno tendría que ser mucho mayor que el de los votantes de los partidos en la oposición (que se consideran globalmente para facilitar la lectura de las tablas 7 y 8) puesto que media un cierto acuerdo con los compromisos previamente adquiridos por el candidato. Tabla 7. Distribución del voto en función de la satisfacción con la educación (en porcentajes) Voto Comunidad Autónoma Andalucía Aragón Asturias Baleares (Islas) Canarias (Islas) 17 18 Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos PSOE PP CIU 49,6 50,4 58,8 41,2 70,8 29,2 46,7 53,3 19,0 39,5 60,5 33,3 66,7 46,7 53,3 25,0 75,0 25,0 - ARRIBA, CALZADA Y DEL PINO: op. cit. Anduiza, E. y Bosch, A. Comportamiento político y electoral. Barcelona: Ariel, 2004, p. 214. 15 Otros partidos en la oposición 73,3 26,7 33,3 66,7 50,0 50,0 100,0 - Cantabria Castilla-La Mancha Castilla y León Cataluña Comunidad Valenciana Extremadura Galicia Madrid Murcia Navarra País Vasco Rioja (La) (pocos casos) Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos 81,0 75,0 25,0 48,6 51,4 51,4 48,6 47,3 52,7 49,4 50,6 73,3 26,7 42,1 57,9 50,0 50,0 45,5 54,5 87,5 12,5 50,0 50,0 66,7 33,3 75,0 20,0 80,0 44,0 56,0 36,4 63,6 27,8 72,2 46,9 53,1 53,8 46,2 35,0 65,0 31,3 68,8 42,1 57,9 100,0 0,0 25,0 75,0 - 50,0 50,0 - 100,0 100,0 66,7 33,3 52,8 47,2 37,5 62,5 40,0 60,0 28,6 71,4 30,8 69,2 50,0 50,0 50,0 50,0 81,8 18,2 - Tabla 8. Distribución del voto en función de la satisfacción con la sanidad (en porcentajes) Voto Comunidad Autónoma Andalucía Aragón Asturias Baleares (Islas) Canarias (Islas) Cantabria Castilla-La Mancha Castilla y León Cataluña Comunidad Valenciana Extremadura Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos PSOE PP CIU 52,2 47,8 80,0 20,0 70,8 29,2 62,5 37,5 22,7 77,3 75,0 25,0 68,4 31,6 71,4 28,6 47,5 52,5 55,8 44,2 82,4 52,6 48,4 82,4 17,6 47,1 52,9 54,5 45,5 69,2 30,8 40,0 60,0 46,4 53,6 43,2 56,8 34,8 65,2 49,3 50,7 57,1 57,1 42,9 - 16 Otros partidos en la oposición 78,6 21,4 66,7 33,3 75,0 25,0 100,0 66,7 33,3 100,0 83,3 16,7 57,5 42,5 62,5 37,5 60,0 Galicia Madrid Murcia Navarra País Vasco Rioja (La) (pocos casos) Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos Satisfechos Insatisfechos 17,6 47,6 52,4 60,5 39,5 40,0 60,0 100,0 0,0 75,0 25,0 66,7 33,3 42,9 65,2 34,8 63,4 36,6 57,1 42,9 100,0 0,0 80,0 20,0 - - 40,0 50,0 50,0 47,4 52,6 50,0 50,0 50,0 50,0 79,2 20,8 - Como puede observarse en las tablas inmediatamente anteriores19, también se ha agrupado a los ciudadanos en satisfechos e insatisfechos para disponer de un número significativo de casos y, a la vez, ordenar los datos de una manera que resulten intuitivos e inteligibles. Analizando los resultados, se observa que no hay diferencias significativas en esta cuestión. Por ejemplo, en Andalucía, el porcentaje de votantes del PSOE satisfechos con las políticas educativas es del 49.6% mientras que entre los votantes del PP – partido en la oposición -, es del 39.5%. En materia sanitaria, los porcentajes son algo más altos pero presentan una tendencia similar (52.2% de votantes del PSOE satisfechos contra un 52.6% entre los votantes del PP).Contrasta con los resultados en Madrid, donde en materia educativa, el mayor porcentaje de votantes descontentos se encuentra entre los votantes del PP (68%) frente al 50% que representan los votantes del PSOE. 3.3 ¿Cómo de explicativo resulta el modelo? Una vez examinadas las hipótesis propuestas resulta conveniente elaborar una regresión lineal para comprobar su capacidad explicativa. Sería interesante proponer alguna causalidad pero los datos no dan respaldo suficiente para poder proponer formulaciones que no sean meras conjeturas. Dado que el número de casos es muy reducido y en la regresión se reduce aún más, he tenido que recurrir a distintas estrategias para vencer el problema. En primer lugar, la tabla trabaja con un intervalo de confianza del 95%, no es lo idóneo pero permite dar significatividad a los resultados. En segundo lugar, recuperando la primera hipótesis, seleccioné cuatro casos que pueden considerarse paradigmáticos, permitiendo que la herramienta elegida detecte las diferencias entre los casos. Así, la satisfacción de los ciudadanos de Valencia y Madrid será comparada con la satisfacción experimentada por los 19 Los resultados para La Rioja manejan un número de casos tan reducido que los resultados no son significativos y, por tanto, no serán tenidos en cuenta en los análisis. 17 ciudadanos de Extremadura y Andalucía. En ambos grupos de casos, los gobiernos se alinean en el mismo campo ideológico (socialistas en uno, conservadores en el otro) y, por tanto, implantan políticas públicas similares dentro de cada grupo, permitiendo la comparación entre unos y otros. Tabla 9. Modelos de regresión lineal para la satisfacción con la educación Autoubicación ideológica Voto al PP frente al voto al PSOE Ser de Extremadura o Andalucía frente a ser de Madrid o Valencia R2 Modelo 1. Autoubicación ideológica y voto Modelo 2. Autoubicación ideológica y ser de una u otra Comunidad Autónoma Modelo 3. Todas las variables -0.008 0.036 -0.005 -0.259* - -0.178* - -0.241* -0.296* 0.027 0.023 0.050 Tabla 10. Modelos de regresión lineal para la satisfacción con la sanidad Autoubicación ideológica Voto al PP frente al voto al PSOE Ser de Extremadura o Andalucía frente a ser de Madrid o Valencia R2 20 21 Modelo 1. Autoubicación ideológica y voto Modelo 2. Autoubicación ideológica y ser de una u otra Comunidad Autónoma Modelo 3. Todas las variables 0.004 0.006 0.003 -0.021 - -0.133 - -0.074 -0.084 0.000 0.002 0.009 El modelo elaborado en el caso de la educación, a pesar de todos los problemas anteriormente descritos presenta un cierto poder explicativo. El voto y ser de una Comunidad Autónoma se presentan como fenómenos con algún impacto sobre la satisfacción del ciudadano, no así su autoubicación ideológica. Resulta sorprendente que el ser de una Comunidad Autónoma determinada tenga tanto peso como el voto sobre la explicación, puesto que éste suele ser uno de los factores clásicos estudiados y con mayor poder explicativo en esta materia. En este sentido, aquellos que viven en 20 Los datos empleados corresponden a las B. * para un nivel de confianza de más del 95%. 21 Los datos empleados corresponden a las B. * para un nivel de confianza de más del 95%. 18 Extremadura y Andalucía se posicionan como ciudadanos más satisfechos que los madrileños y valencianos, del mismo modo que aquellos que votan PSOE. En el modelo de regresión, existe una relación negativa como consecuencia de la codificación de la variable, lo cual supone que los ciudadanos extremeños y andaluces están menos descontentos que los valencianos y madrileños con el servicio público estudiado. Estos resultados no se replican en el caso de la sanidad, para la cual no hay resultados significativos. Distintos motivos apuntan a las causas de estos resultados. En primer lugar, las políticas realizadas en materia sanitaria a julio de 2011 no eran, en apariencia, tan divergentes entre Comunidades Autónomas, de ahí que los ciudadanos no se pronuncien de forma divergente. Todas las Comunidades Autónomas examinadas contaban con una amplia cartera de servicios ofertados y unos niveles relativamente altos de satisfacción entre los usuarios. Sería a partir de las elecciones de 2011, con los gobiernos que tomaron posesión a continuación cuando se introdujeron de forma masiva las estrategias de recorte del gasto sanitario. Desde julio de 2011, las políticas públicas del Estado del bienestar y las sanitarias, en particular, han experimentado importantes cambios por lo que, si se volviera a pasar el mismo cuestionario, sería predecible que los resultados serían muy diferentes. 4. CONCLUSIONES El estudio aquí realizado se concentraba en examinar algunos de los factores que podrían tener alguna influencia sobre la satisfacción de los ciudadanos con dos programas particularmente del estado del bienestar en España: la educación y la sanidad. Para ello examiné los niveles de satisfacción en materia educativa y sanitaria, que pueden considerarse los ejes fundamentales atendiendo al gasto que suponen y su incidencia directa sobre la sociedad. Estos niveles de satisfacción podrían venir determinados por factores muy diversos pero me decanté por aquellos que pueden indicar con mayor intensidad si hay exigencia de responsabilidad de los ciudadanos, de forma que los resultados pudieran ofrecer alguna pista sobre los fundamentos de la evaluación que los ciudadanos hacen de las políticas públicas. No hay que caer en el error de evaluar la evaluación puesto que este estudio ha trabajado el cambio de la satisfacción no del análisis técnico. En otras palabras, no se trata de si los ciudadanos saben quiénes son los responsables y los procesos de toma de decisiones sino cómo perciben los resultados. 19 Así, mi modelo introduce como variables el estilo de política pública, la autoubicación ideológica y el recuerdo de voto. Para medir la primera trabajé sobre la asunción de que gobiernos ideológicamente distintos apuestan por programas de actuación diferentes y, por tanto, son percibidos de forma distinta por los ciudadanos. El recuerdo de voto operaba de forma similar, si un ciudadano ha optado por una opción política estará más satisfecho con su repertorio de actuaciones que un ciudadano que se hubiera decantado por otra opción. Los análisis apuntan precisamente en este sentido, particularmente en las Comunidades Autónomas que presentaban resultados más significativos: Madrid, Valencia, Andalucía y Extremadura. La ideología, por el contrario, no tenía ninguna capacidad explicativa porque ciudadanos de todo el espectro tenían motivos para estar satisfechos o insatisfechos con los servicios públicos. Sin embargo, estos resultados nos plantean una paradoja: Asturias, Castilla-La Mancha, Extremadura e incluso Andalucía, aunque en menor medida, eran Comunidades Autónomas con unos niveles de satisfacción bastante altos. Llegado el momento electoral, en todas ellas el PSOE sufrió una importante reducción del voto, perdiendo en muchos casos el gobierno. Si la gestión había sido satisfactoria, de acuerdo con los marcos teóricos en vigor, ¿no debería haberse mantenido el voto? ¿No deberían los ciudadanos haber renovado su confianza en el gobierno que tenían? Los ciudadanos opinan sobre las políticas públicas pero los datos parecen apuntar a que no conocen de ellas más que los resultados, aquello que les afecta. Así pues, aunque el estilo de política pública ponga de manifiesto diferencias en la satisfacción del ciudadano, en función del gobierno que las implementa, esta información no parece ser decisiva a la hora de que formulen el voto. Este trabajo llega hasta aquí pero no cierra la cuestión, sino que abre la puerta a nuevas preguntas: ¿Los cambios radicales en políticas públicas acaecidos en el último año han supuesto cambios para el modelo? Parece que los ciudadanos conocen cuál es la parte que les afecta de las políticas públicas pero no atribuyen (por falta de interés o de voluntad) las responsabilidades correspondientes, ¿conocen los ciudadanos las políticas públicas en su conjunto: actores, procesos, etc.? 20 5. BIBLIOGRAFÍA Albareda, L., Lozano, J. And Ysa, T., (2007). “Public Policies on Corporate Social Responsibility: The Role of Governments in Europe”. enJournal of Business Ethics, nº 74, 2007, pp. 391-407. Anduiza, E. y Bosch, A. Comportamiento político y electoral. 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Porcentaje Comunidad Autónoma Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido acumulado Andalucía 439 17,8 17,8 17,8 Aragón 74 3,0 3,0 20,8 63 2,6 2,6 23,3 Baleares (Islas) 46 1,9 1,9 25,2 Canarias 94 3,8 3,8 29,0 Cantabria 33 1,3 1,3 30,3 Castilla La Mancha 112 4,5 4,5 34,9 Castilla y León 142 5,8 5,8 40,6 Cataluña 405 16,4 16,4 57,1 271 11,0 11,0 68,0 Extremadura 59 2,4 2,4 70,4 Galicia 158 6,4 6,4 76,8 325 13,2 13,2 90,0 75 3,0 3,0 93,0 34 1,4 1,4 94,4 País Vasco 121 4,9 4,9 99,3 Rioja (La) 17 ,7 ,7 100,0 2468 100,0 100,0 Asturias (Principado de) Comunidad Valenciana Madrid (Comunidad de) Murcia (Región de) Navarra (Comunidad Foral de) Total Tabla 2. Autoubicación ideológica de los ciudadanos españoles distribuidos por comunidades autónomas Desv. N Mínimo Máximo Media típ. Autoubicacionideologica 1877 1 10 4,85 1,940 N válido (según lista) 1877 Comunidad autónoma Media N Desv. típ. I Andalucía Aragón Asturias (Principado de) Baleares (Islas) Canarias Cantabria Castilla La Mancha Castilla y León Cataluña Comunidad Valenciana Extremadura Galicia Madrid (Comunidad de) Murcia (Región de) Navarra (Comunidad Foral de) País Vasco Rioja (La) Total 4,90 4,87 5,50 5,57 5,23 4,31 5,14 5,10 4,46 4,96 4,76 5,09 4,80 5,67 3,92 319 56 44 35 65 26 77 117 320 225 46 128 245 51 24 1,895 1,674 1,732 2,033 2,403 1,408 2,069 1,764 1,989 1,915 1,662 2,004 1,865 2,269 1,349 4,21 4,22 4,85 90 9 1877 1,758 1,787 1,940 II Tabla 3. Distribución del voto por comunidades autónomas Comunidad autónoma Andalucía Aragón Asturias (Principado de) Baleares (Islas) Canarias Cantabria Castilla La Mancha Castilla y León Cataluña Comunidad Valenciana Extremadura PSOE PP IU/ICV CiU PNV UPyD ERC BNG CC 43,4% 28,4% 4,7% 39,6% 32,1% 3,8% 1,9% Otros En NaBa No partido blanc N.C. i recuerda s o ,6% 2,2% 6,3% 14,4% 3,8% 3,8% 1,9% 13,2% 4,0% 2,0% 4,0% 2,9% 2,9% 5,7% 8,2% 18,0% 12,0 % 4,0% 16,0% 5,6% 1,1% 13,3% 5,1% 3,4% 16,9% 1,7% 6,8% 3,7% 16,6% 48,0% 34,0% 8,0% 45,7% 31,4% 2,9% 8,6% 3,3 % 36,1% 21,3% 4,9% 8,2% 48,0% 20,0% 43,3% 31,1% 2,2% 2,2% 37,3% 32,2% 3,4% 1,7% 34,8% 7,8% 8,1% 14,9% 1,1% 5,7% 40,5% 33,0% 2,3% 1,4% ,9% 7,0% 1,4% 13,5% 35,4% 29,2% 8,3% 2,1% 2,1% 2,1% 2,1% 18,8% III Total 100,0 % 100,0 % 100,0 % 100,0 % 100,0 % 100,0 % 100,0 % 100,0 % 100,0 % 100,0 % 100,0 % Galicia Madrid (Comunidad de) Murcia (Región de) Navarra (Comunidad Foral de) País Vasco Rioja (La) Total 33,6% 38,4% 6,4% 33,1% 28,3% 9,6% 6,0% 1,6% 27,8% 38,9% 3,7% 52,4% 9,5% 9,5% 23,3% 7,0% 5,8% 9,5% 22,1% 4,0% 14,4% 3,2% 2,0% 16,3% 3,7% 7,4% 18,5% 4,8% 4,8% 7,0% 25,6% 9,5% 3,5% 5,8% 16,7 % 50,0% 37,7% 25,6% 5,2% 3,2% 2,4% 1,0% 1,3% IV ,9% ,4% ,1% ,1% 1,6% 4,5% 33,3% 3,8% 15,4% 100,0 % 100,0 % 100,0 % 100,0 % 100,0 % 100,0 % 100,0 % Tabla 4. Satisfacción de los ciudadanos con la educación en función de su comunidad autónoma. Comunidad autónoma Andalucía Aragón Asturias (Principado de) Baleares (Islas) Canarias Cantabria Castilla La Mancha Castilla y León Cataluña Comunidad Valenciana Extremadura Galicia Madrid (Comunidad de) Murcia (Región de) Navarra (Comunidad Foral de) País Vasco Rioja (La) Total Muy Bastante Poco Nada N.S. N.C. Total 3,2% 5,4% 38,7% 40,5% 41,5% 7,7% 8,9% 32,4% 6,8% 14,9% 100,0% 100,0% 6,3% 54,0% 28,6% 7,9% 3,2% 100,0% 2,2% 41,3% 39,1% 4,3% 13,0% 100,0% 28,7% 42,4% 46,8% 19,1% 5,3% 100,0% 33,3% 6,1% 15,2% 3,0% 100,0% 1,8% 40,2% 33,0% 10,7% 14,3% 2,1% 1,5% 36,6% 35,8% 39,4% 4,2% 16,9% ,7% 100,0% 37,8% 9,6% 14,8% ,5% 100,0% 3,3% 37,6% 39,9% 9,2% 10,0% 3,4% 1,3% 55,9% 31,0% 28,8% 3,4% 8,5% 100,0% 46,2% 4,4% 16,5% ,6% 100,0% 2,8% 29,8% 44,6% 10,5% 12,0% ,3% 100,0% 1,3% 36,0% 25,3% 16,0% 20,0% 1,3% 100,0% 5,9% 52,9% 20,6% 3,3% 52,9% 64,7% 38,0% 24,8% 3,3% 15,7% 100,0% 17,6% 5,9% 11,8% 100,0% 38,3% 8,4% 12,5% ,3% 100,0% 2,6% 20,6% 100,0% 100,0% 100,0% Tabla 5. Satisfacción de los ciudadanos con la sanidad en función de su comunidad autónoma. Comunidad Muy Bastante Poco Nada N.S. N.C. Total autónoma Andalucía 7,3% 46,9% 37,1% 7,5% 1,1% 100,0% Aragón 9,5% 66,2% 21,6% 2,7% 100,0% Asturias 7,9% 55,6% 30,2% 6,3% 100,0% (Principado de) V Baleares (Islas) Canarias Cantabria Castilla La Mancha Castilla y León Cataluña Comunidad Valenciana Extremadura Galicia Madrid (Comunidad de) Murcia (Región de) Navarra (Comunidad Foral de) País Vasco Rioja (La) Total 10,9% 41,3% 41,3% 6,5% 100,0% 15,2% 7,1% 34,0% 48,5% 58,9% 45,7% 20,2% 24,2% 12,1% 26,8% 6,3% ,9% 100,0% 100,0% 100,0% 7,0% 3,2% 7,0% 57,0% 44,0% 43,9% 28,2% 5,6% 2,1% 100,0% 37,3% 13,6% 1,2% ,7% 100,0% 36,2% 11,1% 1,8% 100,0% 11,9% 1,9% 6,8% 52,5% 49,4% 52,0% 32,2% 3,4% 100,0% 41,1% 4,4% 3,2% 100,0% 30,5% 8,0% 1,8% ,9% 100,0% 1,3% 46,7% 32,0% 17,3% 2,7% 100,0% 11,8% 76,5% 11,8% 100,0% 8,3% 5,9% 6,2% 63,6% 70,6% 49,8% 23,1% 3,3% 1,7% 100,0% 11,8% 11,8% 100,0% 33,5% 8,8% 1,5% ,2% 100,0% Tabla 5. Autoubicación ideológica de los ciudadanos en función de su satisfacción con la educación. La enseñanza Muy Media N Desv. típ. Muy Bastante 4,60 4,71 53 730 1,974 1,855 Poco Nada 4,83 5,35 746 159 1,922 2,202 N.S. N.C. 5,14 5,00 185 4 1,978 3,559 N Media Desviació n típica Error típico 53 4,60 1,974 ,271 VI Intervalo de confianza para la media al 95% Mínim Máxim o o Límite Límite inferior superior 4,06 5,15 1 10 Bastant 730 e Poco 746 Nada 159 N.S. 185 N.C. 4 Total 1877 4,71 1,855 ,069 4,57 4,84 1 10 4,83 5,35 5,14 5,00 4,85 1,922 2,202 1,978 3,559 1,940 ,070 ,175 ,145 1,780 ,045 4,69 5,00 4,85 -,66 4,76 4,97 5,69 5,42 10,66 4,94 1 1 1 2 1 10 10 10 10 10 Tabla 6. Autoubicación ideológica de los ciudadanos en función de su satisfacción con la sanidad. La enseñanza Muy Bastante Poco Nada N.S. N.C. N Desv. típ. 4,89 4,81 4,93 4,83 123 935 633 156 1,958 1,880 2,003 2,039 4,68 3,20 25 5 1,819 1,483 Media Desviació n típica 123 935 4,89 4,81 1,958 1,880 633 156 25 5 1877 4,93 4,83 4,68 3,20 4,85 2,003 2,039 1,819 1,483 1,940 N Muy Bastant e Poco Nada N.S. N.C. Total Media Intervalo de confianza para la media al 95% Mínim Máxim Error típico o o Límite Límite inferior superior ,177 4,54 5,24 1 10 ,061 4,69 4,93 1 10 ,080 ,163 ,364 ,663 ,045 VII 4,77 4,50 3,93 1,36 4,76 5,08 5,15 5,43 5,04 4,94 1 1 1 1 1 10 10 10 5 10