Patología discal lumbar. ¿Hablamos todos el mismo idioma?

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Patología discal lumbar. ¿Hablamos todos el mismo idioma?
Poster no.:
S-0071
Congreso:
SERAM 2012
Tipo del póster: Comunicación Oral
Autores:
R. M. Fernández Quintero, M. E. Banegas Illescas, C. Pastor
Sánchez, A. Pérez Durán, R. M. Quintana de la Cruz, P. Esteve
Krauel; Ciudad Real/ES
Palabras clave:
RM, Columna dorsolumbar
DOI:
10.1594/seram2012/S-0071
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Objetivos
•
•
•
•
Dar a conocer la clasificación, nomenclatura, definición del concepto
y diferentes subtipos de la patología discal lumbar de acuerdo con el
documento de consenso de la Sociedad Norteamericana de Columna, la
Sociedad Norteamericana de Radiología Espinal y la Sociedad Americana
de Neurorradiología.
Incidir en aquellos términos que provocan mayor controversia entre las
diferentes especialidades médicas implicadas.
Promover la uniformidad y el consenso en los términos empleados para
describir la patología discal lumbar en nuestra especialidad.
Mostrar casos prácticos que sirvan de ejemplo para su aplicación.
Material y método
La Sociedad Norteamericana de Columna (NASS), la Sociedad Americana de
Radiología Espinal (ASSR) y la Sociedad Americana de Neurorradiología (ASNR)
trabajaron en un documento común en el que se pretendió definir cada uno de los
conceptos de la patología discal lumbar más frecuente.
Actualmente muchas sociedades médicas siguen estas recomendaciones; sin embargo,
la terminología de la enfermedad discal lumbar continúa siendo a día de hoy muy
variopinta y es objeto de debate, controversia y confusión entre clínicos, anatomistas
y radiólogos/as.
Este hecho no sólo tiene implicaciones médicas sino también socioeconómicas y
legales por cuanto se trata de una patología de alta prevalencia en nuestro medio, siendo
la lumbalgia una de las primeras causas de baja laboral en los países desarrollados.
En este trabajo se expone, de forma resumida e ilustrada la clasificación,
nomenclatura, definición del concepto y diferentes subtipos de las distintas
entidades implicadas, haciendo especial hincapié en los errores conceptuales más
frecuentes encontrados en la literatura médica.
Para ello se ha revisado lo recogido en el documento antes mencionado así como
el contenido de artículos recientes que tratan este tema lo que nos ha permitido
establecer diferencias y paralelismos entre las diferentes definiciones y conceptos
que quedan recogidos en el siguiente apartado.
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Se han recopilado estudios RM de columna lumbar realizadas en nuestro centro durante
los meses de Octubre y Noviembre del 2011 para ilustrar los diferentes tipos de lesiones
discales. Nuestros estudios constan de secuencia Turbo Espín Eco (TSE) sagitales T1 y
T2 , Espín Eco (SE) T1 y Fast Field Eco (FFE) T2 axiales a los espacios intervertebrales,
como protocolo habitual. Las imágenes se obtuvieron en un equipo Gyroscan Intera
(Philips, Holanda) de 1.5 Tesla utilizando una bobina de tipo Sinergy Spine (Philips).
Resultados
Las principales categorías diagnósticas de la patología discal lumbar de etiología no
infecciosa se clasifican en la actualidad según dos modelos muy diferentes entre sí,
que la abordan desde distintas perspectivas:
1.
2.
Modelo morfológico, en el que como único parámetro se describe la
posición del disco con respecto al espacio intervertebral. Establece como
diferentes categorías: disco normal, bulging disc o disco protuberante,
protrusión y extrusión.
Modelo anatomopatológico, que no hace referencia a la forma del
contorno del disco o a su desplazamiento sino que describe los cambios
anatomopatológicos del mismo estableciendo cinco categorías diagnósticas
que no son excluyentes entre sí: disco normal, cambios secundarios al
proceso de envejecimiento (espondilosis deformante), degeneración
discal secundaria a procesos patológicos (osteocondrosis intervertebral),
fisura o desgarro anular y herniación discal.
Para utilizar el modelo anatomopatológico es necesario conocer bien las diferencias
observables en los estudios de imagen entre los cambios anatomopatológicos
secundarios a envejecimiento y aquellos secundarios a patología discal; es por ésto que
su uso puede resultar algo más complicado que el modelo morfológico.
Por otro lado, hasta el momento no existen evidencias sobre cuál de las dos
clasificaciones es mejor. Algunos autores defienden que el modelo anatomopatológico
ofrece un acercamiento a través de la imagen de las cambios reales que sufre el disco sin
limitarse sólo a la descripción de su ubicación como ocurre con el modelo morfológico.
El mayor problema surge cuando se intentan combinar elementos de los dos
modelos. Por ejemplo, no es posible intentar diferenciar un disco protuberante (modelo
morfológico) de una herniación discal (modelo anatomopatológico) por cuanto el primero
es el resultado del proceso normal de envejecimiento discal junto con deterioro del mismo
y cierto grado de herniación posterocentral.
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Sin embargo ésto no siempre es así. Por ejemplo sí es posible diferenciar mediante
imagen una protrusión discal (modelo morfológico) de un desgarro radial sin herniación
discal (modelo anatomopatológico), aunque la primera suela ser secundaria a la
segunda.
Las sociedades Norteamericanas de Columna (NASS) y Neurorradiología (ASNR)
y la Sociedad Americana de Radiología Espinal (ASSR) establecieron hace años una
clasificación de la patología discal lumbar que integra ambos modelos.
En ella se establecen las siguientes categorías diagnósticas no excluyentes mutuamente
entre sí, de forma que son posibles diferentes combinaciones de las mismas:
•
•
•
A) Disco intervertebral normal.
B) Alteraciones discales congénitas o del desarrollo.
C) Patología discal degenerativa/traumática:
1.- Fisura anular:
Radial.
Transversal.
Concéntrica.
2.- Degeneración:
Espondilosis deformante.
Osteocondrosis intervertebral.
3.- Herniación:
Protrusión.
Extrusión.
•
•
•
D) Infecciosa/inflamatoria.
E) Neoplásica.
F) Variante morfológica de significado incierto.
Aunque esta clasificación hace referencia a la patología discal lumbar, también es válida
para los hallazgos en discos intervertebrales en la columna cervical y dorsal.
CATEGORÍAS DIAGNÓSTICAS EN LA PATOLOGÍA DISCAL LUMBAR:
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A) Disco intervertebral normal es aquel que presenta una morfología e intensidad de
señal normal, independientemente del contexto clínico que haya motivado el estudio.
Esto último hace referencia a que en ocasiones algunos pacientes presentan lumbalgia
o dolores radiculares con presencia de discos normales en el estudio morfológico.
Se excluyen las alteraciones degenerativas, del desarrollo y los cambios adaptativos
que, en algunos contextos (envejecimiento, escoliosis, espondilolistesis) podrían ser
considerados como normales.
B) Dentro de las alteraciones discales congénitas o del desarrollo se incluyen
tanto los discos congénitamente anormales como aquellos que presentan cambios
morfológicos secundarios a adaptación a crecimientos anormales de la columna
(escoliosis, espondilolistesis).
C) Dentro de la patología discal degenerativa/traumática se incluyen las fisuras
anulares, los cambios degenerativos y la herniación discal.
1.
- La fisura o desgarro anular consiste en una interrupción de las fibras
colágenas concéntricas que comprenden el anillo fibroso. Su aparición
no implica necesariamente un traumatismo previo. Presentan una alta
prevalencia, que aumenta con la edad y suelen presentarse como hallazgo
casual ya que habitualmente son asintomáticas. Normalmente se asocian a
degeneración discal. Se aconseja reservar el término rotura anular, para los
desgarros secundarios a eventos traumáticos con distracción violenta del
anillo fibroso.
Las fisuras o desgarros discales pueden ser:
•
Radiales: Son los más frecuentes. Implican una interrupción de las
láminas del anillo fibroso desde el núcleo pulposo al margen externo. No
se correlacionan con la edad. Se asocian a pérdida de matriz condroide,
pinzamiento discal e inestabilidad, considerándose el factor crítico en la
génesis de la osteocondrosis intervertebral Fig. 1 on page 11.
•
Transversas: Son fisuras horizontales que ocurren en los márgenes del
anillo fibroso próximos a la plataforma vertebral que provocan defectos de la
unión anular al borde del platillo Fig. 2 on page 11.
•
Concéntricas: Resultan de la separación de las láminas del anillo fibroso
Fig. 3 on page 12.
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Transversos y concéntricos son un hallazgo común en estudios de autopsia de
individuos mayores de 60 años y se consideran propios de la espondilosis deformante
o envejecimiento del disco.
2.- Degeneración discal:
•
La espondilosis deformante incluye los cambios discales secundarios
al proceso normal de envejecimiento con sustitución de la matriz mucoide
del núcleo pulposo por tejido fibroso con altura discal preservada. En los
estudios de RM se aprecian pequeñas protrusiones discales simétricas y
regulares con presencia ocasional de pequeña cantidad de gas (localizado
en fisuras transversales) y afectación de las apófisis adyacentes en forma
de osteofitos anteriores y laterales. Fig. 4 on page 12
•
Por osteocondrosis intervertebral se entiende una afectación discal
secundaria a procesos patológicos, no necesariamente sintomáticos, en
los que existe afectación del núcleo pulposo, fisuras extensas del anillo
fibroso y atrofia con pérdida de altura del disco. El contorno discal presenta
irregularidades y protrusiones y puede existir importante cantidad de gas
en el espacio discal central. Con frecuencia se aprecia afectación de
los platillos vertebrales con erosiones y esclerosis así como osteofitos
multidireccionales que comprometen el espacio del canal medular y de la
foramina. Fig. 5 on page 13
3.- El término hernia discal y sus subtipos es el que más variabilidad en su
interpretación presenta.
Conceptualmente se trata de un desplazamiento de material discal fuera de los límites
del espacio intervertebral con exclusión de los desplazamientos del mismo de una
localización a otra dentro del espacio intervertebral. Tampoco se considera hernia discal
al desarrollo del tejido conectivo que acompaña al crecimiento óseo de apófisis y platillos
vertebrales secundario a artrosis (osteofitos).
En este sentido, el término "hernia discal" no debería considerarse sinónimo de:
•
Disco herniado que hace referencia a la herniación del disco a través de
fractura del platillo o cuerpo vertebral. En estos casos sería conveniente
describir detalladamente la fractura y su relación con el disco para evitar
equívocos con hernia discal verdadera.
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•
Herniación del núcleo pulposo, que resulta un término incorrecto por
cuanto normalmente el material discal herniado se compone de éste y otros
componentes (núcleo, cartílago, tejido del anillo fibroso, hueso apofisario
fragmentado).
•
Rotura discal, que hace referencia a una etiología traumática con disrupción
del disco.
Los conceptos incluidos en el diagnóstico de hernia discal son protrusión, extrusión,
hernia discal migrada, secuestro, hernia intraesponjosa o de Schmorl y hernia
retromarginal o vértebra en limbo.
•
En la protrusión discal se produce una ruptura de parte de las fibras
internas del anillo a través de la cual se hernia el núcleo pulposo mientras
que las fibras externas permanecen intactas. Implica un desplazamiento
discal menor de 180º de la circunferencia del disco considerándose focal
cuando la base es menor del 25% de la circunferencia del disco y de base
amplia si ésta ocupa entre 25-50% de la misma. Conceptualmente la
distancia entre los bordes del material protruido en el plano sagital no debe
ser superior a la distancia entre los bordes del disco de procedencia y el
diámetro del material protruido en el plano axial no debe ser mayor que el
cuello o la base de la protrusión Fig. 6 on page 15.
•
En la extrusión el núcleo pulposo se hernia a través de una rotura completa
del anillo fibroso de forma que sólo lo contiene el ligamento longitudinal
posterior. El segmento herniado sigue unido al disco del que procede
aunque puede extenderse en sentido craneal o caudal. Conceptualmente
la distancia entre sus bordes en el plano sagital es superior a la altura del
disco de procedencia, o bien el fragmento discal extruido presenta al menos
una de sus dimensiones mayor que la base Fig. 7 on page 15.
En numerosas ocasiones se hace referencia exclusivamente a hernia discal sin
especificar si se trata de una protrusión o una extrusión.
Desde un punto de vista clínico es importante diferenciar entre una u otra ya que las
extrusiones suelen ser sintomáticas con mayor frecuencia que las protrusiones.
El material extruido puede migrar en su posición con respecto al disco original e incluso
puede llegar a separarse de él, lo que lleva a su clasificación en:
•
Hernia discal migrada es aquella en la que el material extruido migra en
dirección dorsal, craneal o caudal con respecto al disco originario. Es un
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concepto que hace referencia exclusivamente a la posición del material
extruido y no a la continuidad del mismo con el disco. Fig. 8 on page 15 y
Fig. 9 on page 16.
•
Secuestro es una extrusión discal en la que el material nuclear extruido
pierde el contacto con el núcleo pulposo original pudiendo migrar en sentido
craneal o caudal con respecto al disco originario Fig. 10 on page 16.
Otros tipos de herniación discal son:
•
La hernia intraesponjosa o de Schmorl es una herniación del núcleo
pulposo en las plataformas vertebrales lo que provoca un defecto óseo de la
plataforma en la que se introduce el disco Fig. 11 on page 17.
•
Por último la hernia retromarginal o vértebra en limbo es una herniación
del núcleo pulposo entre la plataforma vertebral y el anillo epifisario Fig. 12
on page 17.
Mención especial merece el concepto de "bulging disc" o "disco protuberante", que
hace referencia a una extensión generalizada del disco (> 50% de la circunferencia del
mismo) fuera de los límites del espacio intervertebral en una distancia normalmente
menor de 3 mm Fig. 13 on page 18.
Otras distinciones posibles usadas con menor frecuencia al describir una hernia de disco
son:
•
Hernia contenida es aquella en la que la región más externa del anillo
fibroso se encuentra distendido pero íntegro de forma que no existe ningún
tipo de comunicación con el espacio epidural o con el canal espinal.
•
Hernia no contenida, aquella en la que la región más externa del anillo
fibroso no se encuentra íntegra.
•
Los términos subligamentoso o subcapsular hacen referencia a que
el material herniado se encuentra cubierto por el ligamento longitudinal
posterior (LLP) y mantiene una posición ventral con respecto al mismo.
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•
Los términos transligamentoso o extraligamentoso se refieren a que el
material herniado transpasa el LLP en el primer caso y ocupa una posición
dorsal al mismo en el segundo.
Estas clasificaciones con respecto a la posición del material herniado y el LLP son
complicadas en la práctica ya que con frecuencia no es posible distinguir el LLP del anillo
fibroso o de la duramadre. Es por esto que su uso no es frecuente.
•
Los términos comunicante y no comunicante se refieren a la interrupción
de de la periferia del disco que permite que el fluido inyectado en el mismo
alcance el canal espinal. Son términos empleados en el contexto de
infiltraciones terapeúticas discales.
•
Hernia submembranosa es aquella en la que tan sólo la duramadre
recubre el material herniado.
Localización de las hernias de disco:
Al margen de lo mencionado, cuando se describe una hernia discal es necesario
determinar su localización en el plano axial Fig. 14 on page 18 y Fig. 15 on page
19 . Para ello la mayoría de los/las radiólogos/as emplean referencias anatómicas
que permiten diferenciar las siguientes:
•
•
•
•
•
posterocentral.
posterolateral, del receso lateral o zona subarticular.
foraminal.
lateral o extraforaminal.
anterior.
De todas ellas las dos primeras son las más frecuentes (90%) y la terminología empleada
no suele provocar controversias en la comunidad radiológica.
La descripción de la localización de las hernias en los planos sagital y coronal es
usada con menor frecuencia. La clasificación más aceptada las ubica a nivel:
•
•
•
•
discal.
infrapedicular.
pedicular.
suprapedicular.
Volumen del material herniado:
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Inicialmente la Sociedad Americana de Columna planteó clasificar el volumen de
material herniado en leve, moderado, moderadamente severo y severo en función de la
ocupación en diferentes grados del canal medular.
Sin embargo esta clasificación resulta dificultosa en los casos en los que el canal
vertebral presenta importante reducción de su calibre, lo que hace inviable su división
imaginaria en cuatro compartimentos.
Es por esto que en general se aconseja clasificar el volumen herniado estableciendo 3
grados en relación con la afectación del canal medular:
•
•
•
leve, si afecta a menos de 1/3 del mismo.
moderada, entre 1/3 y 2/3.
severa, si afecta a más de 2/3.
Por otro lado, el material herniado se clasifica en focal, de base amplia o
circunferencial en función de que el desplazamiento del disco en el plano axial sea
menor del 25% de la circunferencia discal, entre el 25 y 50% o entre el 50-100%
respectivamente Fig. 16 on page 20 .
Afectación radicular secundaria a herniación discal:
Como información interesante para el clínico es necesario describir la afectación
radicular (desplazamiento, compresión) secundaria a la herniación.
En términos generales cuando la hernia discal tiene una localización pósterocentral o
subarticular (por ejemplo a nivel L1-L2) la raíz nerviosa más afectada es la que lleva el
nombre de la vértebra situada en situación más caudal a ese nivel (L2).
Si la hernia discal tiene una localización foraminal o extraforaminal, la raíz nerviosa
afectada será la que lleva el nombre de la vértebra situada en posición más craneal a
ese nivel. Es por esto que las hernias discales foraminales y extraforaminales (menos
frecuentes) suelen simular la clínica de hernias posterocentrales y subarticulares (mucho
más frecuentes) de un nivel inmediatamente superior Fig. 17 on page 21 .
Por último la clasificación inicial hace también referencia a la afectación infecciosa/
inflamatoria de los discos intervertebrales (discitis), así como neoplásica (en relación
con tumor primario y enfermedad metastásica) incluyendo en último lugar una
subclasificación llamada variante morfológica de significado incierto para aquellos
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procesos que afectan al disco intervertebral que no se enmarcan en ninguno de los
subtipos anteriormente expuestos.
Images for this section:
Fig. 1: Izda: Esquema ilustrativo de desgarro radial (en verde). Interrupción de las
láminas del anillo fibroso desde el núcleo pulposo al margen externo. Dcha: RM sagital
potenciada en T2 turbo spin eco (TSE). Desgarro concéntrico (flecha superior) y radial
(flecha inferior).
Fig. 2: Izda: Esquema ilustrativo de desgarro transverso (en verde). Fisuras horizontales
que ocurren en los márgenes del anillo fibroso próximos a la plataforma vertebral que
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provocan defectos de la unión anular al borde del platillo. Dcha: RM sagital potenciada
en T2 turbo spin eco (TSE). Desgarro transverso con extrusión discal (flecha).
Fig. 3: Izda: Esquema ilustrativo de desgarro concéntrico. Separación de las láminas
del anillo fibroso (en verde). Dcha: RM sagital potenciada en T2 turbo spin eco (TSE).
Desgarro transverso (flecha vertical) y pequeño desgarro concéntrico (flecha horizontal).
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Fig. 4: RM sagital potenciada en T2 turbo spin eco (TSE). Espondilosis deformante
de columna lumbar con afectación de L3-S1. Disminución de intensidad de señal con
altura conservada de los discos. Pequeñas protrusiones discales simétricas y regulares.
Afectación de las apófisis adyacentes en forma de osteofitos anteriores.
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Fig. 5: RM sagital potenciada en T2 turbo spin eco (TSE). Osteocondrosis intervertebral
de columna lumbar con afectación de L2-S1. Disminución de la intensidad de señal de
los discos intervertebrales asociado a pérdida de altura e irregularidad de los mismos
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asociada a protrusiones de su contorno. Osteofitos multidireccionales de predominio
anterior en platillos vertebrales superiores de L3 y L4.
Fig. 6: Izda: Esquema ilustrativo de protrusión discal en corte sagital. Ruptura de parte
de las fibras internas del anillo (en rojo) a través de la que se hernia el núcleo pulposo (en
verde) con fibras externas intactas. La distancia entre los bordes del material protruido
en el plano sagital no debe ser superior a la distancia entre los bordes del disco de
procedencia. Centro: Esquema ilustrativo de protrusión discal corte axial. El diámetro del
material protruido en el plano axial (línea roja) no debe ser mayor que el cuello o la base
de la protrusión (línea negra). Dcha: RM potenciada en T2 turbo spin eco (TSE) en corte
sagital. Protrusión discal (disco afectado entre líneas negras).
Fig. 7: Izda: Esquema ilustrativo de extrusión discal corte sagital. Ruptura de parte de
las fibras internas del anillo (en rojo) a través de la que se hernia el núcleo pulposo (en
verde) con desgarro de fibras externas. La distancia entre los bordes del material extruido
en el plano sagital es superior a la distancia entre los bordes del disco de procedencia.
Centro: Esquema ilustrativo de extrusión discal en corte axial. El diámetro del material
extruido en el plano axial (línea roja) es mayor que el cuello o la base de la extrusión
(línea negra). Dcha: RM potenciada en T2 turbo spin eco (TSE) en corte sagital con
extrusión discal a nivel L5-S1.
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Fig. 8: Izda: Esquema ilustrativo de extrusión discal migrada caudalmente. Dcha: RM
potenciada en T2 turbo spin eco (TSE) en corte sagital. Migración caudal de extrusión
discal (flecha blanca).
Fig. 9: Izda: Esquema ilustrativo de extrusión discal migrada cranealmente. Dcha: RM
potenciada en T2 turbo spin eco (TSE) en corte sagital. Migración craneal de extrusión
discal (flecha blanca).
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Fig. 10: Izda: Esquema ilustrativo de secuestro. Extrusión discal en la que el material
nuclear extruido pierde el contacto con el núcleo pulposo original y migra en sentido
caudal con respecto al disco originario. Dcha: RM potenciada en T1 tras la administración
de gadolinio. Secuestro discal migrado caudalmente con fragmento secuestrado alojado
entre el cuerpo vertebral de L5 y el ligamento longitudinal posterior (LLP)(cabezas de
flechas). Realce periférico tras la administración de contraste.
Fig. 11: Izda: Esquema ilustrativo se hernia o nódulo de Schmorl en el que se aprecia
una herniación del núcleo pulposo en la plataforma vertebral inferior de vértebra superior
lo que provoca un defecto óseo en la misma. Centro: RM potenciada en T2 turbo spin
eco (TSE) en corte sagital en el que se aprecia un defecto óseo en la plataforma inferior
de L4 en relación con hernia de Schmorl. Dcha: RM potenciada en T1 spin eco (SE)
corte axial, en la que se aprecia una visión axial del defecto óseo mencionado.
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Fig. 12: Izda: Esquema ilustrativo de una hernia retromarginal o vértebra en limbo.
Herniación del núcleo pulposo entre la plataforma vertebral y el anillo epifisario. Dcha:
RM sagital potenciada en T2 turbo spin eco (TSE). Herniación del núcleo pulposo entre
la plataforma vertebral anterosuperior de L3 y el anillo epifisario (vértebra en limbo).
Fig. 13: Izda: RM potenciada en T2 turbo spin eco (TSE) en corte sagital a la altura
de bulging disc o disco protuberante. Centro: RM fast field eco (FFE) en corte axial a
la altura de bulging disc o disco protuberante. Extensión generalizada del disco (> 50%
de la circunferencia del mismo). Dcha: En rojo se indica el contorno del platillo vertebral
superior de vértebra inferior. En verde se indica el contorno del disco protuberante
sobrepasando al anterior, de forma generalizada, en una distancia menor de 3 mm.
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Fig. 14: Posibles localizaciones de las hernias en el plano axial. •Posterocentral:
rojo. •Posterolateral, del receso lateral o zona subarticular: verde. •Foraminal: amarillo.
•Lateral o extraforaminal: rosa. •Anterior: negro.
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Fig. 15: Ejemplos prácticos de imágenes de RM fast field eco (FFE) en cortes axiales
que muestran las diferentes localizaciones de las hernias discales en plano axial: A:
Pósterocentral. B: Pósterolateral. C: Foraminal. D: Extraforaminal. E: Pósterolateral. F:
De base amplia.
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Fig. 16: Esquema ilustrativo de la clasificación de hernias discales según el
desplazamiento del disco en el plano axial. Focal: menor del 25% de la circunferencia
discal. Base amplia: entre el 25 y 50% de la circunferencia discal. Circunferencial: entre
el 50-100% de la circunferencia discal.
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Fig. 17: Esquema ilustrativo de la afectación radicular secundaria a herniación discal.
Corte sagital de columna lumbar. En términos generales cuando la hernia discal tiene una
localización pósterocentral o subarticular (en el ejemplo a nivel L1-L2) la raíz nerviosa
más afectada es la que lleva el nombre de la vértebra situada en situación más caudal
a ese nivel (L2). Si la hernia discal tiene una localización foraminal o extraforaminal, la
raíz nerviosa afectada será la que lleva el nombre de la vértebra situada en posición
más craneal a ese nivel (L2 en el ejemplo). Es por esto que las hernias discales
foraminales y extraforaminales (menos frecuentes) suelen simular la clínica de hernias
posterocentrales y subarticulares (mucho más frecuentes) de un nivel inmediatamente
superior.
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Conclusiones
Hace años distintas sociedades médicas norteamericanas (NASS, ASSR y ASNR)
establecieron una clasificación única para la patología discal lumbar que integraba
los modelos morfológico y antomopatológico ya existentes.
Esta clasificación resulta ser, a día de hoy, la que mayor aceptación tiene en la
comunidad médica, quedando recogida en la práctica totalidad de los artículos de
revisión más recientemente publicados.
Sin embargo, la terminología de la enfermedad discal lumbar continúa siendo a día
de hoy muy variopinta y es objeto de debate, controversia y confusión entre clínicos,
anatomistas y radiólogos/as.
Conocer y aplicar esta clasificación en nuestros informes permite una mayor
uniformidad de criterios entre distintos observadores lo que favorece el entendimiento
dentro de la comunidad radiológica y entre ésta y el resto de especialidades
implicadas en el diagnóstico y el tratamiento de esta patología.
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