Despido indirecto por omisión del empleador de ingresar los

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DESPIDO INDIRECTO POR OMISION
APORTES DE LA SEGURIDAD SOCIAL
DEL
EMPLEADOR
DE
INGRESAR
LOS
El empleador, al disponer un despido con causa de un
dependiente a su cargo, o el trabajador, al considerarse despedido
en forma indirecta, deben realizar una valoración de la injuria
que imputan a la contraparte, a los efectos de determinar si la
misma justifica disponer el distracto.
En tal sentido, si bien la Corte Suprema de Justicia viene
sosteniendo invariablemente que “el concepto de injuria responde a
un criterio objetivo que se refleja en un incumplimiento
inmotivado de las obligaciones emergentes del contrato de
trabajo” 1 , lo cierto es que no todo incumplimiento de dichas
obligaciones constituye una injuria de tal gravedad que justifique
el despido.
Es que, como también han resuelto los tribunales,
en el
sistema legal se pueden distinguir un momento subjetivo y uno
objetivo en la evaluación de la injuria. El primero tiene lugar en
la conciencia del contratante y se expresa en la comunicación del
despido. El segundo, en la convicción del juez y se expresa en la
sentencia 2 .
Al momento de resolver el distracto, el empleador o el
trabajador sólo pueden determinar en forma objetiva la existencia
de un incumplimiento de las obligaciones contractuales, pero la
gravedad de la misma es valorada, necesariamente, en forma
subjetiva y provisoria, porque sólo la resolución judicial
determinará si dicho incumplimiento contractual resultó una
injuria suficiente a los fines de disponer el distracto.
No obstante, debe tenerse en cuenta que el sistema legal
vigente tiende a privilegiar la subsistencia de las relaciones
laborales, ya que “En caso de duda las situaciones deben
resolverse a favor de la continuidad o subsistencia del contrato”
(art. 10 LCT), por lo que
la parte que asume la iniciativa de
ponerle
fin,
carga
con
la
demostración
de
una
conducta
inexcusablemente incompatible con la prosecución del vínculo 3 .
El fallo de la Sala II de la CNAT que aquí se publica,
establece que la omisión del empleador de ingresar a los
organismos administrativos correspondientes, los aportes de la
seguridad social, retenidos a la trabajadora, por no causar un
perjuicio actual e insuperable no constituye una injuria de tal
gravedad que justifique la decisión de la empleadora, de
considerarse despedida.
1
Fallos 316:145; 319:636 (disidencia de los doctores Moline O’Connor,
López y Vázquez); 324:2272.
2
3
CNAT, Sala VIII, “Hauret, Marcelo Daniel c/ Orígenes AFJP”, 19/10/2001
CNAT, Sala V, “Verón, Víctor A. c/ Celulosa Recuperada”, 31/10/88, DT1989-A-66.
2
Para llegar a tal conclusión, el Tribunal no sólo tiene en
cuenta que no existe un perjuicio actual para la trabajadora, sino
también que la misma
contaba con medios legales idóneos para
obtener la regularización de su situación previsional, en tanto la
retención de los aportes surgía de los recibos de sueldo que se le
entregaban todos los meses 4 . Además, consideró que la empleadora no
era renuente a la regularización, ya que pocos meses después del
distracto procedió en tal sentido, al acogerse a un plan de
facilidades.
Sin embargo, el mismo Tribunal reconoce que la valoración que
efectúa no es pacífica, ya que existe jurisprudencia encontrada
sobre la materia.
En sentido contrario a lo resuelto en el fallo en análisis,
la Sala VI de la CNAT ha
dicho que “El incumplimiento de
depositar
en
término
los
aportes
previsionales
retenidos
constituye, por sí solo, una injuria suficientemente grave como
para dar justa causa al despido indirecto” 5 , en el entendimiento de
que resolver de otro modo significaría otorgar un “bill” de
inmunidad a los empleadores o supeditar el incumplimiento laboral
a la no existencia de una moratoria futura, y dando a entender que
en todos los casos dicha falta justifica la decisión de disponer
el despido indirecto. También dicho Tribunal ha
resuelto que la
falta de depósito de aportes previsionales retenidos es asimilable
a la falta de pago del salario, por lo que puede configurar la
injuria justificativa del despido indirecto 6 .
En igual sentido se ha pronunciado la Sala VII de la CNAT, al
disponer que “La obligación del empleador de ingresar los fondos
de la seguridad social conforme el art. 80 LCT constituye una
obligación contractual cuya omisión configura injuria en los
términos del art. 242 del mismo cuerpo legal. Tal hecho no es un
incumplimiento meramente formal, sino un verdadero agravio desde
el momento en que el trabajador puede verse perjudicado al perder
el derecho a que se le computen los períodos trabajados y por los
cuales el empleador no hizo los depósitos correspondientes” 7 .
4
Además de realizar las denuncias pertinentes, debe tenerse en cuenta que
conforme lo dispuesto por el art. 132 bis LCT, si al finalizar el vínculo
laboral
el empleador no hubiere ingresado aportes retenidos al
trabajador, deberá a partir de ese momento y hasta que acredite de modo
fehaciente haberlos ingresado, pagar
una sanción conminatoria a favor
del trabajador, equivalente a la remuneración que devengaba mensualmente
al momento de operarse la extinción.
5
CNAT, Sala VI, “Díaz,
Empresaria”, 24/10/86.
6
Graciela
CNAT, Sala VI, “Gómez Martínez,
Producciones SA”, 28/12/88.
7
Mónica
Mario
c/
de
Springbok
los
Angeles
SA
c/
Medicina
Strassa
CNAT, Sala VII, “Lifchitz, Mirta c/ Confort Belgrano 2802 SA”,
13/5/91, Lexis Nº 13/3705)
3
En otros precedentes, también se ha resuelto que la falta de
depósito de aportes previsionales retenidos es asimilable a la
falta de pago de salarios, pero supeditando la existencia de
injuria justificativa del despido indirecto a la gravedad del
hecho 8 , lo que puede asimilarse a lo expuesto sobre el punto por la
Sala II y lleva a analizar en cada supuesto las particularidades
del caso.
Así, si la falta de integración de los aportes es una
conducta inveterada de la patronal, que fue consentida durante
varios años por parte del dependiente, no puede constituir por sí
sola y repentinamente, una injuria grave que no consienta la
continuidad del vínculo 9 .
Mariano H. Mark
8
CNAT, Sala VIII, “Duarte, Domingo c/ Supbga SA”, 21/5/86. En sentido
análogo, Sala III, “Monzón, Tomasa c/ Deutsche Aufzug SRL”, 28/10/96.
9
CNAT, sala III, “Simonelli, Miguel c/ El Hogar Obrero Coop. Ltda.”,
31/10/1995, Lexis Nº 13/1288). En igual sentido, voto en disidencia del
doctor Morando, CNAT, Sala VI, “Cantero Carlos c/ Alberto Sbaraglia”,
14/9/89, Lexis Nº 13/4680)
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