Vuelve la instrucción cívica en la escuela francesa

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23 Abril 2008
Vuelve la instrucción cívica en la escuela
francesa
En primaria se impartirán desde las reglas de cortesía a los principios
de organización de la vida democrática
La instrucción cívica y moral vuelve a la escuela francesa con el fin de dar a los
alumnos un fondo común de valores. Este es uno de los cambios principales de los
nuevos programas para la escuela primaria, sobre los que se ha abierto un periodo de
consultas con los profesores.
En la presentación de los programas, el ministro de Educación, Xavier Darcos,
afirmó que “esta enseñanza permite al niño descubrir progresivamente los valores, los
principios y las reglas que rigen la organización de las relaciones sociales, desde el
respeto de las normas elementales de cortesía hasta las reglas de organización de la vida
democrática”.
Los sindicatos de profesores, entre los que predominan las ideas de izquierda,
ven este cambio como una forma de nostalgia por la escuela de la III República (18751940). Tras la instauración de la escuela laica y obligatoria en 1882, la enseñanza de la
moral cívica tenía como objetivo transmitir los valores republicanos en la Francia de
mayoría católica. En el siglo XX, sobre todo a raíz de mayo del 68, esta enseñanza cayó
en desuso, a la vez que se extendían la pérdida de autoridad del profesorado y el
menosprecio de las reglas.
Ahora, los vientos soplan en otra dirección. En la era Sarkozy se trata de reforzar
la autoridad en la escuela, rehabilitar las reglas de buena educación e inculcar el
sentimiento de la identidad francesa.
Según lo expuesto en los nuevos programas, los alumnos “descubren los
principios de la moral, que pueden ser presentados bajo forma de máximas ilustradas y
explicadas por el profesor”. Por ejemplo, “la libertad de uno acaba donde empieza la del
otro”, “no hagas a otro lo que no quisieras que te hicieran a ti”, “nunca se supone la
ignorancia de la ley”, etc.
Los alumnos deben aprender las reglas de cortesía cuando se dirigen a un adulto
o a un compañero, tratar de usted al profesor, aplicar los usos sociales de respeto (no
interrumpir al que habla, levantarse cuando el profesor entra en el aula, cooperar en la
vida de la clase, con la distribución y ordenación del material).
También se impartirá instrucción sobre reglas de higiene y de seguridad, los
riesgos ligados al uso de Internet y las diferentes formas de maltrato y el rechazo de la
discriminación.
Igualmente los alumnos recibirán una primera enseñanza sobre los símbolos de
la República y, por primera vez, de la Unión Europea. Entre otras cosas, aprenderán a
reconocer el himno La Marsellesa y a ponerse de pie cuando lo oigan.
A los sindicatos de profesores no les entusiasma esta vuelta a la instrucción
cívica y moral, que sustituye a la actual materia de educación cívica. Unos dicen que
estas reglas están ya anticuadas: “Es volver al catecismo republicano”, a las formas
exteriores de respeto. Otros aseguran que si en la escuela de la III República se podía
invocar una moral ampliamente compartida, en la sociedad pluralista no es así. Por parte
de la enseñanza católica, Claude Berruer, adjunto al secretario general, comenta que “la
moral no se aprende memorizando una máxima, sino haciendo que los alumnos adopten
un comportamiento”.
ACEPRENSA
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