TEMA 6 – BIENES PREFERENTES Y LA REDISTRIBUCIÓN DE LA RENTA. I.- INTRODUCCIÓN. - - La sociedad considera que determinados bienes y servicios deben ser accesibles a todas las personas, o que debe haber un mínimo nivel de renta para todos, como esencia del modelo de Estado de Bienestar prevalente en la mayor parte de los países europeos. En tales cuestiones, la presencia del sector público y los medios de que dispone para llevar a cabo sus políticas, deben estar justificados. II.- BIENES PREFERENTES Y BIENES PROHIBIDOS. - - Se trata de dos tipos de bienes en los que la presencia del sector público se explica por la existencia de un juicio de valor previo emitido por la sociedad: o En unos casos los considera accesibles a todos los ciudadanos, con independencia de sus recursos económicos. o En otros casos, los considera “males”, más que “bienes”, por lo que su consumo debe verse dificultado o incluso prohibido. El sector público debe intervenir en la regulación de la distribución o no, de dichos bienes: o 1º.- La sociedad obliga al consumo de un determinado producto (la educación) hasta un determinado nivel de enseñanza; o impide el consumo de otro, como acontece con las drogas ilegales; afectando a las decisiones libres de los individuos, que podrían optar por otro orden de valores. ¿qué circunstancias justifican coartar esas libertades y qué motivos puede tener el sector público para saber mejor que el individuo, cuál es la forma óptima de cuidar de sus intereses? o 2º.- La sociedad percibe que determinados servicios son esenciales a la dignidad del hombre, no pudiéndose ver su acceso limitado por la carencia o insuficiencia de medios económicos. Los casos de abusos de estos servicios son tan frecuentes y excesivos que pueden llegar a poner en peligro la propia capacidad pública para seguir prestándolos. P.ej.: el fraude fiscal. o 3º.- En el caso de la prohibición de determinadas drogas, podemos seguir dos planteamientos: a) Las decisiones de un ser humano racional, aunque perjudiquen a su salud (material o espiritual), tan sólo le competen a él como individuo, según Stuart Mill. Ello conduce a la despenalización del tráfico de las actuales drogas prohibidas o de otros productos potencialmente dañinos (medicamentos, etc.). Se afirma, que las numerosas consecuencias de la prohibición causan más daño que la propia prohibición. Se insiste en que dicha prohibición ha fracasado dada la facilidad de acceso a dichos productos. b) Las drogas prohibidas causan daño no sólo a la salud del usuario de las mismas, sino también a terceros. Se añade el argumento de los costes de salud, la pérdida de producción,…, que acaban influyendo sobre la sociedad en su conjunto. Debemos preguntarnos si dichos efectos son más graves en las drogas ilegales que en las consideradas como legales (alcohol, tabaco, etc.). III.- EL DERECHO A LA SALUD Y LA SANIDAD PÚBLICA. - - - Las prestaciones sanitarias ofrecidas por el sector público tienen una doble justificación: o 1ª.- Es un servicio que genera efectos externos positivos, por lo que la solución que alcanzaría el mercado no sería óptima. o 2ª.- La existencia de elementos de carácter redistributivo, pues la entrega gratuita o casi gratuita, de estos servicios, permite asegurar que nadie será desprovisto, por falta de medios económicos, de este bien, considerado como esencial en nuestra CE. La prestación gratuita puede plantear problemas, incluso sobre a qué tipo de prestación puede aplicarse tal gratuidad. Existe el dilema sobre si es preferible el suministro de estos servicios a través de centros públicos o de centros privados, con sus pros y sus contras. A) LOS EFECTOS DE LA PRESTACIÓN GRATUITA DE LOS SERVICIOS SANITARIOS. En el caso de que los servicios de salud se presten de forma gratuita, por motivos distributivos o por la presencia de efectos externos, se extraen las siguientes conclusiones: o 1ª.- En el gasto sanitario de carácter preventivo, la presencia de externalidades resulta decisiva, por lo que estos tipos de prestaciones deben ser gratuitas e incluso obligatorias. Están plenamente justificadas las campañas obligatorias de vacunación o el tratamiento gratuito de enfermedades altamente contagiosas. En ausencia de medidas de protección por parte de los usuarios, el gasto en salud podría llegar a ser imposible de asumir con los recursos públicos. o 2ª.- Si la finalidad del gasto sanitario es de carácter redistributivo, entonces resulta difícil justificar la gratuidad del mismo para todos los usuarios y para todas las contingencias médicas. La finalidad del gasto es que los ciudadanos carentes de recursos puedan acceder a un bien esencial, pero no que éste se preste a todos los integrantes de la sociedad. Aquellas prestaciones que no resuelvan graves problemas de salud no están cumpliendo la finalidad distributiva teóricamente atribuida a esta actividad pública. La prestación de servicios en materia de sanidad genera una serie de efectos. o 1º).- El tener garantizado el servicio de salud, aunque no se disponga de recursos suficientes, impide que el sujeto adopte toda la diligencia debida para preservar su propio estado de salud. Este problema se denomina técnicamente “riesgo moral”: aquella situación en la que la probabilidad de que suceda un acontecimiento depende del comportamiento del sujeto. o 2º).- La entrega gratuita de medicamentos a determinados grupos sociales, carentes de medios, genera algunos problemas añadidos. Nos encontramos ante un auténtico caso de discriminación de precios por parte de un monopolista: el Servicio Nacional de Salud. El SNS aplica dos tipos de subvención al precio de los fármacos: total, en el caso de los pensionistas y enfermos crónicos; y parcial, para el resto de beneficiarios. Deben evitarse las posibles transacciones económicas entre estos grupos sociales. El gasto farmacéutico soportado por el sistema de salud crece muy por encima de lo que exigiría el inicial propósito redistributivo. El llamado “ticket moderado” en las recetas de cualquier fármaco y para cualquier colectivo, tendría la ventaja de eliminar algunos de los incentivos que generan este comportamiento de los usuarios del sistema, pues los usuarios compartirían los costes del medicamento, aunque sea simbólicamente. o 3º).- La presencia de información asimétrica en la relación entre médico y paciente. La persona enferma ignora la posible enfermedad que padece, su forma de curación y los procedimientos de diagnóstico más adecuados. El médico no escatimará en diagnosis, pruebas, etc., en relación con el beneficio marginal de las mismas, en la medida en que su prestigio depende de su acierto y el coste no recae en el usuario. Esto explicaría porqué resulta difícil para el gestor económico de un hospital público denegar la adquisición de un material considerado como prioritario. - B) CENTROS PÚBLICOS Y CENTROS PRIVADOS. La gratuidad en la prestación sanitaria o en la educativa, no exige, necesariamente, que el servicio sea suministrado por los centros públicos. o 1.- En la sanidad existen economías de escala que justifican las ventajas comparativas de los grandes complejos hospitalarios frente a unidades más pequeñas. Los costes en material e infraestructuras son muy elevados, y no resultaría rentable para un número escaso de pacientes. Estas ventajas no son tan acusadas en la atención primaria, que puede prestarse de forma más descentralizada. o 2.- La gestión pública de los centros sanitarios puede analizarse según el modelo de Niskanen, con ciertas precisiones: El agente financiador desconoce la utilidad del material que se desea adquirir y tan sólo observa resultados tangibles de la acción médica: número de pacientes tratados con éxito, etc. En el caso de un centro privado, guiado por el principio de máximo beneficio, también se produciría esta asimetría en la información, y sus efectos expansivos sobre el gasto, pero al menos existiría el control impuesto por la cuenta de resultados. o 3.- El uso exclusivo de centros privados, sin obligación de atender a todos los usuarios que lo soliciten, podría llevar al resultado indeseable para el sector público, de que sólo se admitiesen a los pacientes más rentables (aquellos cuyo tratamiento generase un mayor beneficio marginal). o 4- Los intentos de mejorar las prestaciones de la sanidad pública a través de cambios en los procedimientos de gestión, han obtenido resultados muy modestos. Demuestra que los incentivos de carácter económico son bastante importantes, aunque se sometan a las exigencias de la deontología profesional. IV.- ESTUDIO DE LA EDUCACIÓN. - - El análisis de la educación debe justificar la intervención pública en este terreno y las distintas formas que puede adoptar esta política estatal. Si nos basamos en el carácter redistributivo del papel del sector público en la educación, no es fácil defender la gratuidad del sistema educativo: sólo deberían acceder al mismo los grupos sociales que carezcan de los medios suficientes. Si nos basamos en la existencia de efectos externos, entonces, debería ponderarse hasta que punto estos efectos son relevantes en los distintos niveles de enseñanza. A) JUSTIFICACIÓN DE LA INTERVENCIÓN PÚBLICA. La explicación de por qué la educación se considera un bien preferente se basa en los siguientes argumentos: o 1º.- La participación en el proceso educativo es un mecanismo de redistribución de la renta. La capacidad de obtener ingresos en el mercado de trabajo depende de la formación recibida: capital humano. Si la educación sólo fuera accesible a quienes tuvieran capacidad económica suficiente, las capas más desfavorecidas de la sociedad estarían permanentemente condenadas a obtener un bajo nivel de ingresos. o 2º.- La presencia de efectos externos positivos en este tipo de servicios. La educación beneficia a quien la recibe y al resto de la sociedad: vivir en una sociedad más educada y tolerante, mayor capacidad de desarrollo económico, etc. o 3º.- La presencia de información asimétrica en el mercado laboral. El empresario desconoce cuál es la productividad del trabajador que va a contratar, pudiendo acudir a datos externos (titulación académica) para elegir al candidato idóneo. Si la titulación funciona como una “señal” de la capacidad del trabajador, es lógico que el sector público se interese en controlar el contenido de tales documentos y su correspondencia con unos conocimientos contrastados de alguna forma. La Administración se reserva una serie de competencias en materia de regulación y homologación de los diversos títulos. - o 4º.- El proceso educativo genera beneficios perfectamente individualizables, de los que se apropia el sujeto que hace uso del servicio. Las políticas educativas deben ser diferentes de acuerdo con el nivel de enseñanza donde se apliquen: enseñanza primaria, secundaria, universitaria, etc. En la enseñanza universitaria, los beneficios sociales respecto de los beneficios individuales son menores que en la enseñanza básica, por lo que se comprende que el coste recaiga en los beneficiarios principales de la misma. La intervención pública en la enseñanza universitaria quedaría restringida a quienes carecieran de medios suficientes para ello. B) PRINCIPALES POLÍTICAS EN MATERIA DE EDUCACIÓN. Podemos distinguir 4 tipos de posibilidades de intervención en esta materia: o a) Centros públicos: su versión más radical propondría que todo el sistema educativo se realizara a través de centros de titularidad estatal. Se obtendrían las siguientes ventajas, según sus defensores: 1.- Mayor redistribución del proceso de enseñanza. 2.- Mejor control de la calidad del servicio e igualdad en todos los centros educativos. 3.- Mayor homogeneidad en las exigencias para la obtención de titulaciones. Se señalan los siguientes inconvenientes: 1.- La experiencia demuestra que el nivel de exigencia y la calidad de los centros públicos es muy heterogénea. 2.- Las críticas a un sistema público masificado, de difícil medición de la calidad de la enseñanza, con abuso del servicio por su bajo coste, etc. 3.- El carácter monopolista de un servicio completamente estatal con los inconvenientes propios: incapacidad de innovación pedagógica o de contenido, etc. o b) Centros privados concertados: en estos sistemas coexisten los centros públicos y los privados, recibiendo ambos financiación directa de los Presupuestos Generales del Estado, al menos para cubrir aquellos niveles de enseñanza que se consideren obligatorios y gratuitos. A cambio de la financiación, los centros privados se obligan al cumplimiento de determinadas normas en materia de organización interna: creación de un Consejo Escolar con participación de padres, profesores y alumnos, etc. En el proceso de selección del alumnado intervendrán, sobre todo, consideraciones de carácter geográfico. Al margen de las ventajas e inconvenientes que se deducen por oposición a las enumeradas en la alternativa anterior, se citan las siguientes adicionales: 1.- El centro privado se mueve por criterios de rentabilidad, como cualquier empresa privada. o No es posible garantizar el acceso de todos a la enseñanza si no hay centros públicos que complementen la oferta privada, pues habría zonas del país sin oferta escolar por no ser rentables. 2.- Se evita el engaño por parte del sector privado de la enseñanza a los responsables educativos estatales, solicitando subvenciones superiores a las realmente necesarias. o Si el sector público tiene su propio sistema de centros, conoce con detalle cuál es el coste de las instalaciones necesarias para impartir la docencia con una calidad determinada. 3.- El sistema de concierto impone restricciones: el modelo de gestión, criterios específicos para la admisión de alumnos, etc. 4.- Los conciertos se negocian periódicamente entre el sector público y el privado, lo que introduce elementos de incertidumbre que pueden hacer renunciar al empresario al sistema. o El sector público se vería obligado a construir nuevas plazas para garantizar la enseñanza gratuita, lo que resultaría más costoso. o c) El sistema de cheque escolar: en esta alternativa, el sector público financia directamente a las familias entregando unos fondos que sólo pueden utilizarse para pagar el coste de la enseñanza. La principal ventaja es que el cheque es un sistema flexible, que puede ser graduado según el nivel de renta del perceptor, y utilizado para pagar íntegramente el coste de la enseñanza en un centro público, o parte de la matrícula en un centro privado. Da la máxima libertad a las familias para decidir la enseñanza que recibirán sus hijos. Los centros escolares competirán por obtener el máximo número de alumnos, por lo que ofrecerán un mayor nivel de calidad en el servicio. Entre sus inconvenientes figura que un sistema de esta naturaleza no garantiza la integración de los distintos grupos sociales y raciales. Aparecerían los centros “exclusivos”. Algunos centros compiten garantizando un alto nivel de aprobados o elevando artificialmente las notas medias. Existen mecanismos externos de evaluación que permiten evitar estos efectos. o d) Los créditos avalados por el sector público: con este sistema, la enseñanza, especialmente la universitaria, permite la obtención de ingresos superiores a su receptor. Si el ciudadano se beneficia, debe pagar el servicio. En el caso de no disponer de fondos, puede acceder a préstamos o bajo interés, que en su caso avalaría el sector público. Una vez que esta persona encontrara un trabajo procedería a devolver el crédito. Existen ciertos inconvenientes: 1.- El peticionario del crédito puede pensar que las posibilidades de encontrar un trabajo que le permita devolverlo son escasas, desistiendo por tal motivo. 2.- Si el Estado es avalista del capital y los intereses de los créditos de todos los estudiantes sin límite alguno, el coste del gasto sería excesivo. V.- EL PAPEL DEL SECTOR PÚBLICO EN LA REDISTRIBUCIÓN: JUSTIFICACIÓN Y MEDIOS. - A) LA JUSTIFICACIÓN TEÓRICA DEL PROCESO REDISTRIBUTIVO. Existen diversas perspectivas ofrecidas por varios economistas en esta materia. o a) El planteamiento de Stuart Mill: parte de la observación de las enormes diferencias sociales existentes en la Gran Bretaña del siglo XIX. Equipara dichas desigualdades a las obtenidas en regímenes comunistas. Debe producirse la reforma en la distribución de la propiedad y de los ingresos de forma urgente. Ello generará efectos beneficios para el conjunto de la sociedad. Se basa en las nociones de “utilidad total” y “utilidad marginal”. La persona que obtiene ingresos observa que su satisfacción aumenta, pero lo hace a un ritmo cada vez más lento: el valor total es creciente, pero el marginal es decreciente. El sacrificio de una cantidad mínima en relación con la renta de los más ricos, a favor de los más pobres, significaría un aumento muy superior proporcionalmente en el nivel de bienestar total de la sociedad, como consecuencia de la redistribución realizada. El objetivo es conseguir que todos los sujetos consigan el mismo nivel de renta, agotándose las posibilidades de ganar bienestar colectivo (estaríamos en el máximo posible). o b) El planteamiento de Nozick: niega al sector público cualquier prerrogativa para privar a unos ciudadanos de sus ingresos para entregárselos a otros. - - El monopolio de la violencia en el Estado es concebido para salvaguardar los derechos de propiedad de los ciudadanos, por lo que no puede utilizarse para privarlos de ellos. El sector público podrá actuar cuando mejore la situación de algún miembro de la colectividad, sin empeorar la de ningún otro. Se limitan las posibilidades de redistribución, pues estaríamos en un óptimo de Pareto, que como sabemos, es aquella situación en la que no podemos mejorar la posición de un individuo, sin empeorar la de otro. Si el mercado en condiciones de competencia perfecta nos acerca a situaciones de óptimo de Pareto, el papel redistributivo del sector público es imposible. o c) El planteamiento de Rawls: no puede desvincularse la redistribución de las posiciones iniciales de renta de cada uno de los individuos. Los que tenga un nivel alto de renta vetarán el reparto mientras que los que tengan un nivel bajo de renta estarán de acuerdo con el mismo. Los grupos con nivel bajo de rentas son más numerosos, por lo que los sistemas electorales garantizan que se lleve a cabo esa redistribución. Si se pregunta a los individuos, antes de conocer cuál será su futuro, qué regla de distribución aceptarían, como ninguno puede excluir que corresponda ocupar la peor posición posible en la escala social o económica, propondrá, en su propio interés que se ayude al máximo a quien se encuentre en la peor situación. Esta propuesta, que todos aceptarían unánimemente, se denomina criterio maximin. Este acuerdo unánime no procede del principio de solidaridad, ni de las preferencias del individuo, ni del principio de igualdad; sino de la búsqueda del propio interés. B) EL DEBATE SOBRE LOS MECANISMOS DE REDISTRIBUCIÓN. El debate sobre las políticas redistributivas va más allá de la justificación ética de las mismas, alcanzando también a los medios empleados por el poder político para alcanzar sus objetivos. La cuestión es, si es más apropiado una redistribución en especie (alimentación, educación, sanidad o vivienda), o si debe hacerse a través de ingresos compensatorios. o a) Teoría de la redistribución en especie: se fundamenta en el hecho de que mediante la entrega de determinados bienes y servicios, el sector público garantiza que el ciudadano obtenga estos elementos esenciales; mientras que la redistribución en dinero puede conducir a un gasto en productos distintos, con lo que el objetivo puede no alcanzarse (James Tobin). Se cataloga como una desconfianza del sector público en la libertad individual, como una manifestación de los rasgos paternalistas del modelo de Estado de Bienestar. o b) Teoría de redistribución en ingresos compensatorios: se fundamenta en mecanismos monetarios que permiten una mayor libertad de elección por parte del individuo, que siempre es el mejor juez de sus propios intereses (Milton Friedman). Si la ayuda percibida por la familia por parte del sector público va dirigida no al individuo que la cobra, sino a los menores que dependen de él, puede suceder que los fondos se destinen a la satisfacción de sus necesidades y no a las de quienes iban dirigidas las ayudas. Ambos modelos de redistribución coexisten en los modernos Estados de Bienestar. VI.- LOS SALARIOS DE INSERCIÓN SOCIAL Y EL IMPUESTO NEGATIVO SOBRE LA RENTA. - a) Los salarios de inserción social: o Con este procedimiento se paga al perceptor una cantidad “S”, obtenida a partir de un mínimo prefijado, que puede hacerse depender del número de personas que tiene a su cargo el que recibe la subvención, y de la renta que recibe el ciudadano S = M(n) – R (M(n) = mínimo prefijado; R = renta del ciudadano) o Este procedimiento tiene un grave inconveniente, denominado la trampa de la pobreza: el perceptor de la ayuda no tiene ningún motivo para insertarse en el mercado de trabajo mientras el ingreso sea inferior al mínimo garantizado preestablecido (ver ejemplo de la página 134). - o El mismo argumento puede utilizarse para criticar las propuestas de un salario público a favor de las amas de casa que realizan el trabajo doméstico. Se generan barreras a la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, pues el coste de trabajar incluye ahora la pérdida de los ingresos obtenidos por desempeñar el trabajo doméstico. b) El Impuesto Negativo sobre la Renta: o En cambio, el impuesto negativo sobre la renta soluciona el problema planteado por la trampa de la pobreza. o La idea es establecer un impuesto proporcional (p.ej.: el 20%), pero con un mínimo (p.ej.: 500.000 u.m.), de tal modo que si el ciudadano tiene una rente R, deberá pagar la cantidad: T = 0’20 (R – 500.000) o Si “T” es positiva, el ciudadano pagará al Estado; y si es negativa, será el ciudadano quien cobre. o De esta forma, aquellos que se encuentra por debajo del mínimo de 500.000 u.m. percibirán una cantidad decreciente, en concepto de ayuda del sector público. o Si no tenemos ningún ingreso recibiremos 100.000 u.m. (500.000 x 20%). o Si obtenemos una renta de 250.000 u.m., la compensación se reducirá a la mitad, y así sucesivamente. o Este planteamiento ofrece ventajas importantes sobre el salario de inserción social: No puede darse la “trampa de la pobreza”. Aun con ingresos bajos, el INR incentiva la inserción laboral, ya que permite alcanzar superiores niveles de renta. o También ofrece un grave inconveniente: No se garantiza un nivel de ayuda tan elevado a las personas más necesitadas. (ver ejemplos y tabla de la página 136). VII.- LOS PROGRAMAS DE LA SEGURIDAD SOCIAL. - - La Seguridad Social representa una parte muy importante de la participación del Estado en la actividad económica. A) JUSTIFICACIÓN DE LOS PROGRAMAS PÚBLICOS DE SEGURIDAD SOCIAL. Desde una perspectiva liberal, este tipo de programas tiene difícil justificación, pues el mercado podría dar satisfacción a los problemas que cubre la Seguridad Social. o Los ciudadanos podrían contratar con una compañía de seguros de carácter privado el riesgo de quedar desempleado o incapacitado para trabajar, etc. o El problema del paro debe resolverse dejando mayor libertad al mercado de trabajo. o El mercado también nos ofrece una alternativa al sistema de pensiones: los fondos de pensiones pueden satisfacer la misma necesidad que hoy cubre el sistema público. El enfoque intervencionista defiende la presencia pública en este campo con los siguientes argumentos: o 1º.- Las compañías privadas sólo estarían dispuestas a asegurar a aquellos trabajadores cuyo riesgo de quedar desempleados fuera muy pequeño; o exigirían primas muy elevadas a quienes fácilmente pudieran ser despedidos. No puede garantizarse que todo el mundo acceda a este tipo de seguros. Quienes se encuentran en un mayor riesgo de desempleo son los que necesitan más perentoriamente este tipo de aseguramiento, de ahí que resulta imprescindible un sistema público. o 2º.- Es necesaria la obligatoriedad de estos sistemas de aseguramiento colectivo. - Selección adversa: consiste en compensar el alto riesgo de ser despedidos de unos asegurados, con la estabilidad laboral de los otros, para no elevar el riesgo medio de la entidad aseguradora y con él, la prima exigida. o 3º.- Las personas que tienen una escasa capacidad económica no pueden generar el suficiente ahorro como para obtener una pensión en el futuro. Se quedarían fuera de cobertura los sectores sociales más pobres. o 4º.- La garantización de las pensiones o del desempleo beneficia a los perceptores y a la sociedad en su conjunto. Si no existen estas transferencias, el trabajador parado o jubilado perdería sus ingresos, reduciría su consumo, disminuiría el volumen de bienes producidos por las empresas, se producirían nuevos despidos,…, y vuelta a empezar. Estaríamos ante un proceso multiplicador negativo que generaría una grave depresión económica que perjudicaría a toda la sociedad. B) SISTEMAS ALTERNATIVOS DE PENSIONES. Si aceptamos que el sector público debe representar un papel en el mantenimiento de un sistema universal de pensiones, puede optarse por una de las dos fórmulas siguientes: o 1).- Sistemas de capitalización: consiste en que las aportaciones pagadas por cada participante en el plan constituyen un fondo, que después se utiliza para pagar las prestaciones correspondientes. Existe una correlación entre las cantidades aportadas y la percepción recibida. Su funcionamiento no es muy diferente al de un plan privado de pensiones. o 2).- Sistemas de reparto o de transferencias entre generaciones: las aportaciones o cotizaciones de los trabajadores sirven para pagar las prestaciones de la población inactiva. No existe una correlación entre las cantidades aportadas y la percepción recibida. Las cotizaciones tienen una clara naturaleza jurídica de impuestos. Este es el sistema existente en nuestro país. Algunos autores se plantean el problema de su viabilidad financiera, para lo que debe cumplirse la siguiente igualdad: A . c = P . pr - - - Donde, A = número de activos; c = cotización; P = población pasiva; pr = prestación recibida. Si el número de activos sigue disminuyendo (escaso crecimiento de la población, lentitud en la creación de empleo), y el número de pasivos crece (aumento de la esperanza de vida, aumento de la tasa de paro), llegará un momento en que se produzca la quiebra financiera del sistema. Tan sólo hay tres alternativas para su mantenimiento: o Aumentar las cotizaciones. o Disminuir las prestaciones. o Que el sector público aporte cantidades cada vez mayores para que el sistema se pueda mantener. Otros autores opinan que esta visión es pesimista y alarmista, y que la fórmula empleada es inadecuada y debería sustituirse por: Ms . c = P . pr - - Donde, Ms = masa salarial percibida por los trabajadores empleados. Si utilizamos esta segunda fórmula, crecen las alternativas para evitar una quiebra financiera del sistema, pues, los fondos obtenidos para financiar las prestaciones pueden incrementarse, si aumenta la participación de los salarios en el conjunto de la renta nacional (mayores remuneraciones y creación de empleo). C) EFECTOS ECONÓMICOS DEL SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL. Al margen de las dificultades que plantea la viabilidad financiera de los sistemas públicos de prestación social, se han apuntado otras críticas a la existencia o al diseño concreto de estos programas: o a) Los efectos de las cotizaciones del empresario. Se han criticado porque son un auténtico impuesto sobre la creación de empleo, que perjudica a aquellas empresas que utilicen de un modo más intensivo la mano de obra. Se defiende la sustitución de la cuota empresarial por un aumento del IVA, que no discriminaría a unas empresas frente a otras, ni perjudicaría la competitividad de las empresas españolas (el IVA se devuelve al exportar un producto). o b) Los efectos del sistema de reparto en las pensiones. La crítica se dirige concretamente a la forma en que se establece el sistema de prestaciones. Un sistema de capitalización (público o privado) debe dar incentivos para que los ahorradores busquen la entidad más rentable para su plan de pensiones. La empresa que administra estos fondos les buscará el destino más productivo. Dicho ahorro se dirige a financiar las inversiones más eficientes para la economía de un país. En un sistema público, el ahorro del trabajador es captado, de forma obligatoria por el sector público; pero no lo utiliza para financiar inversiones productivas, sino para pagar prestaciones de la población pasiva, que lo destinan a su consumo. o c) Los efectos de las prestaciones del desempleo. La existencia de un seguro de desempleo se critica porque añade más rigidez al mercado de trabajo. Enfoque liberal: el problema del paro es debido a la falta de flexibilidad de este mercado para rebajar los salarios. El seguro de desempleo colabora a generar esa rigidez porque el trabajador puede no aceptar una rebaja en el salario, al contar con la compensación en caso de desempleo, al menos por un tiempo. Esto explicaría porque los datos de desempleo de las economías europeas son muy superiores a los de la economía norteamericana. Las cotizaciones pagadas por los empresarios son un impuesto sobre la creación de empleos, lo que contribuye a acentuar las dificultades de crear puestos de trabajo. Hay que añadir las indemnizaciones por despido (costes no salariales de la contratación laboral), que también contribuyen a mantener altas tasas de paro. VIII.- LA CRISIS DEL ESTADO DE BIENESTAR COMO REDISTRIBUIDOR DE LA RENTA. - - Las diferentes formas de lucha contra el fenómeno de la pobreza a partir de prestaciones monetarias (los distintos tipos de transferencias), junto con la provisión de bienes preferentes, constituyen el núcleo del modelo de Estado del Bienestar, de carácter claramente intervencionista, que se impone en el continente europeo a partir del primer tercio del siglo XX. Este modelo sufre un proceso de transformación evidente, cuyas causas son las siguientes: o 1.- Se han producido cambios en la esfera internacional, donde el proceso de globalización de la economía y la falta de poderes supranacionales que compensen las fuerzas del mercado, hacen cada vez más difícil el mantenimiento de las políticas nacionales de redistribución de rentas, y la recaudación de los recursos precisos para hacerlo. o 2.- Se han producido cambios en las economías de planificación central. Con todos su fallos, el modelo de Estado redistribuidor ha sido capaz de resolver los conflictos sociales, al ofrecer a todos los miembros de la sociedad un marco mínimo de protección. En otros casos, como el norteamericano, es evidente que la expulsión de determinados colectivos en los procesos de producción y distribución ha generado comportamientos de extrema violencia y una indudable fractura social. o 3.- Las economías europeas han reaccionado de forma muy distinta a la norteamericana, en cuanto a la creación de empleo. El crecimiento económico de los EEUU lleva asociado ganancias en la creación de puestos de trabajo que no son comparables a las observables en Europa. Por ello se acusa al Estado intervencionista de no tener capacidad para solventar los problemas económicos actuales (crisis, desempleo, etc.). - - No debemos olvidar, que las desigualdades sociales son más acusadas en EEUU que en Europa. En el marco de una economía de mercado también existen graduaciones, formas de organizar la sociedad y de repartir competencias entre el mercado y el sector público, que hagan más viable este sistema en el momento histórico concreto. Es esencial que se tengan alternativas para poder elegir un sistema u otro, porque al igual que la historia y el derecho, los sistemas económicos más adecuados también progresan hacia uno u otro sentido, hasta llegar al más adecuado al momento.