Encontrarse con un puma en el Parque Nacional Torres del Paine es una experiencia que a todo visitante al que le haya tocado vivir lo recordará como un momento sin igual. Pero otra cosa es ver a un puma en plena cacería, es un momento único y de gran fortuna, más si en ese instante tienes una cámara en mano para guardar el registro. Así lo vivió Gustavo Camps quien en una expedición junto a otros turistas por el parque se lograron encontrar al puma en plena cacería de un guanaco, el registro lo catalogó como “Un Regalo de la Patagonia”. Y es que captar este registro no es fácil y menos de día ya que los pumas comienzan su actividad desde el atardecer al amanecer y así lo vivió e hizo saber Mark Johanson, escritor estadounidense, cuando redactó su nota para CNN titulada “Así es un safari para buscar pumas en la Patagonia”. En la nota comenta estar “decepcionado, a casi mediodía y nuestra ventana de oportunidad se ha cerrado.” Lo que sí rescata y lo hace sentir impresionado para continuar el “safari” es “la enigmática envergadura de los cóndores que vuelan en lo alto y el color azul algodón de azúcar de los lagos” pero se lamenta al no detectar al “enigmático puma en pleno día”, por lo que finalmente y resignado a no toparse con el felino de la Patagonia redacta que en este lugar apartado del mundo se diferencia mucho de los safari de África, puesto que “no hay cebos, no hay unidades de engorde y hay un número limitado de sesiones de seguimiento cada año, donde las posibilidades de éxito son ciertamente escasas.” Pero rescata algo muy importante “es bueno saber que estas criaturas son libres de vagar dentro y fuera del parque… y que tu encuentro, si es que sucede, no ha alterado por completo sus caminos solitarios ni los ha convertido en piezas de exhibición de un zoológico sin jaulas.”