Rumasa y su influencia en la generación de la posguerra

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Rumasa y su influencia en la generación
de la posguerra
Antonio Agar
Rumasa y su influencia en la generación de la posguerra
© Antonio Agar
ISBN: 978-84-8454-794-5
Depósito legal: A-640-2009
Edita: Editorial Club Universitario. Telf.: 96 567 61 33
C/. Cottolengo, 25 – San Vicente (Alicante)
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Printed in Spain
Imprime: Imprenta Gamma. Telf.: 965 67 19 87
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[email protected]
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reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico,
incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de
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titulares del Copyright.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ................................................................ 5
Funciones principales de Rumasa .............................................. 7
Incautación del grupo por el I.N.I............................................... 9
La venta de Bodegas Paternina y Franco Española .................12
La venta de Galerías Preciados.................................................13
Conclusiones sobre la reprivatización......................................15
CAPÍTULO 1
La sociedad jerezana de los años cincuenta ........................ 17
CAPÍTULO 2
Don José María Ruiz Mateos, modelo de empresario......... 23
CAPÍTULO 3
La supernova Rumasa ......................................................... 31
Conjeturas sobre la conspiración de algunos poderes fácticos...44
Reflexión sobre la credibilidad de la Auditoria Arthur
Andersen....................................................................................46
Sector Bebidas (Bodegas y Destiladoras) ................................50
CAPÍTULO 4
El idealismo como pulsión utópica. El quijotismo.............. 61
Rumasa y su quijotismo............................................................62
CAPÍTULO 5
La producción bodeguera de jerez, tipos de vinos .............. 69
La vendimia...............................................................................70
La fermentacion o el parto del vino..........................................73
Los pasos a seguir para convertir el mosto en vino de Jerez......74
Crianza de los vinos de Jerez. Sistema de soleras y criaderas....74
CAPÍTULO 6
Vinos y Brandys, producciones de las bodegas. El Reto de
Rumasa ....................................................................................77
CAPÍTULO 7
Jerez, aposento del duende andaluz..................................... 85
Poemas y rimas sobre el vino ...................................................87
El vino, propiedades medicinales .............................................92
El tapeo. El Aperitivo hecho arte..............................................94
CAPÍTULO 8
El adoctrinamiento político en la juventud de la Posguerra .... 97
La filosofia de la Falange. La figura de José Antonio Primo
de Rivera......................................................................................101
CAPÍTULO 9
Mi caminar por Rumasa .................................................... 105
Mi primera experiencia con la institución del Opus Dei .......109
Mi incorporación al grupo y mi encuentro con D. Luis
Romero ....................................................................................117
Incorporación a Bodegas Paternina en Haro (Rioja) .............119
Mi labor en Bodegas Paternina...............................................119
Rioja. Un pedacito de cielo en la tierra ..................................124
Reconocimiento literario al vino de Rioja..............................126
Mi admiración y agradecimiento a Rioja y sus gentes ..........130
Conclusiones de mi gestión en Bodegas Paternina................137
Creación de una división de exportaciones para productos
industriales...............................................................................139
CAPÍTULO 10
Mi aprendizaje con don Rafael padilla y mi gratitud ........ 147
Charlas y meditaciones filosóficas con Rafael Padilla...... 152
A la memoria de don Rafael Padilla Ruiz..............................155
CAPÍTULO 11
La filosofía de Rumasa...................................................... 157
La figura de doña Teresa Rivero ............................................160
EPÍLOGO.......................................................................... 163
INTRODUCCIÓN
El propósito de este libro, no es otro que el de poner de relieve
la importancia y el protagonismo que tuvo RUMASA en el despertar empresarial de Jerez y Andalucía en aquellos años difíciles de la
Posguerra y cómo influyó decisivamente en una juventud marcada
por el caos reinante y el relajamiento de las instituciones públicas
que se erigieron en una sociedad paternalista con el consentimiento
generalizado e impotente de los ciudadanos.
Quiero centrar el contenido de estas páginas, bajo el ángulo más
aséptico y distante de connotaciones políticas, con el fin de plasmar
solo las facetas y singularidades que ilustren a los lectores sobre la
verdadera dimensión social de este magnífico poliedro que supuso
Rumasa y descrito dentro de la óptica de aquellos jóvenes andaluces que nacimos en la Posguerra y nos encontramos de bruces en
los finales de la década de los cincuenta con una España autártica,
dictatorial e ignorada por los países democráticos de Europa.
La mayoría de los hogares de la clase media y jornalera que
representaba el 95 % de la población, constaba en esos años con un
promedio de grupos familiares de seis personas, más los abuelos.
La atención primordial pasaba por la que los mayorcitos contribuyeran al sustento familiar lo antes posible. Aunque existían normas
sobre la obligatoriedad de cursar los estudios primarios, la falta de
control y el relajamiento en el cumplimiento era notable, lo que
propiciaba que muchos chavales, abandonaran estos estudios básicos cuando se le daba una oportunidad de trabajo.
Se daba el hecho de que la introducción al mundo laboral, no era
especialmente complicada como actualmente, bastaba la petición y
rogatoria a un señorito, capataz o encargado de un comercio, para
que fuera acogido como recadero, botones o auxiliar de bodega
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Antonio Agar
sin exigencias contractuales. Se sometían a un fiel sometimiento y
sumisión con jornadas que incluían sábados y a veces domingos.
El valor preponderante entonces para el jefe era la fidelidad y el
acatamiento de las órdenes, quedando en un segundo o tercer plano
de la jerarquía de valores: el mérito, la iniciativa y el talante emprendedor.
Es con este escenario sombrío, cuando irrumpe como un vendaval RUMASA e implanta su revolución empresarial. Don José
María Ruiz Mateos acaba de firmar un ingenioso contrato con la
más prestigiosa firma inglesa de importaciones de vinos, y como
consecuencia de este trascendental acuerdo, garantiza el trabajo de
numerosos puestos de trabajo y se inicia una etapa fundamental en
la sociedad jerezana, desencadenándose una polvareda de esperanzas e ilusiones en las que el trabajo, la perseverancia, el orden y la
disciplina, formaban el sustrato y la base de una pirámide a la que
todos los empleados sin distinción de categoría podían aspirar, accediendo o elevándose según sus méritos al centro o a la cúspide en
función de su entrega y rendimiento.
A medida que los proyectos bodegueros se iban desarrollando
con éxito en Jerez, Rumasa fue ampliando sus negocios dentro de
la región andaluza, con la incorporación de actividades financieras,
bancos comarcales y regionales y la creación de una gran empresa de proyección nacional, “Hispano alemana de Construcciones
S.A.”. De esta forma se continuaba aperturando nuevas delegaciones en otras regiones de España, y en todas ellas aplicándose los
mismos postulados de disciplina y perseverancia en el trabajo, espoleados por ese brioso jinete don José María Ruiz Mateos que seguía
manteniendo firme las bridas de toda la organización, fustigando
con su ejemplo de entrega y el trabajo bien hecho que le animaba a
cabalgar con trote armonioso el corcel infatigable de RUMASA.
Quiero remarcar aquellos episodios que influyeron en mi formación y en la de tantos jóvenes de forma decisiva en nuestras vidas,
siguiendo normalmente un proceso escalonado en la jerarquía profesional, y que en la mayoría de los casos, a excepción de figuras
profesionales ya consagradas, comenzábamos como auxiliares administrativos.
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Rumasa y su influencia en la generación de la posguerra
En mi caso, estaba ejerciendo de accounting clerk en la Base
Naval de Rota y finalizando simultáneamente mis estudios de peritaje mercantil, cuando recibí la oferta de Rumasa, como tantos de
mi generación, aceptando una posición de auxiliar administrativo
en Hispano Alemana, recién constituida. Mi grata sorpresa fue la
visita de don José María animándonos a perseguir metas más elevadas, por lo que nos dio el aliento necesario y mejor aún, el fondo
monetario para poder seguir progresando en la conquista de titulaciones académicas superiores. ¿Cuántos empresarios en aquella
época se preocupaban por estimular a sus empleados y les pagaban
su formación académica?
Decidí afrontar aquel reto, aceptando cursar los estudios de
Profesorado Mercantil por libre claro está, y con el ánimo henchido me zambullí a la conquista de una tarea, difícil pero cargada de
ilusiones y de promesas.
Tal como expresé al principio, no voy a influir en los lectores
con la opinión que yo pueda tener sobre las causas políticas que
originaron la expropiación y los desastres económicos y morales
que, esto produjo en muchos de los trabajadores del grupo. Sin
embargo y en aras de buscar la verdad y con el loable fin de que
los lectores elaboren su propio juicio, me veo obligado a exponer
una serie de datos objetivos y concretos que se pueden constatar
en hemeroteca e informaciones de la época de la expropiación. A
saber:
¿Qué funciones venía realizando Rumasa en la sociedad
desde sus comienzos y de forma permanente durante más de
dos décadas?
a) Formación y cobertura del pago de los jóvenes con inquietudes y aspiraciones académicas.
b) Adoptar y responsabilizarse de empresas mal gestionadas.
Reflotarlas, manteniendo los puestos de trabajo y mejorando
sus instalaciones.
c) Reinversión del 100% de las ganancias obtenidas en la
creación de nuevos proyectos empresariales, o ampliación
y consolidación de los ya existentes.
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Antonio Agar
d) Austeridad en el gasto, primar a los trabajadores destacados,
ofrecerles puestos de mayor responsabilidad y atender
puntualmente las nóminas y los pagos a proveedores.
e) Dedicar atención económica y humana al personal más
desfavorecido a través de la Fundación del Perpetuo
Socorro.
f) Rechazo de todos los gastos suntuosos, tanto de forma
personal como colectiva, evitando incurrir en ostentaciones muy propias de los nuevos ricos de la época, como
adquisiciones de yates, coches de lujos, fincas de ocio,
etc.
Teniendo bien presente las funciones arriba expresadas que
Rumasa ejercía con evidente beneficio a la sociedad, súbitamente
el Gobierno toma la decisión de UNA EXPROPIACIÓN
BRUTAL a un grupo que de forma permanente está creando
riqueza laboral, económica y empresarial. ¿Cuáles fueron sus
razones?
Como es lógico muchos ciudadanos no están normalmente
al tanto de los movimientos y operaciones de las empresas,
de sus batallas jurídicas, de sus luchas para competir en el
mercado, bastante tienen para mantener su puesto de trabajo y
llevar el sustento de la familia. Por esto hay un desconocimiento
generalizado del porqué se borra del mapa a una organización que
da tantos puestos de trabajo. Con el fin de no influenciar en los
lectores, me limito a mostrar tres posibles premisas que podrían
servir de apoyo a la decisión del Gobierno:
1) Por mantener saldos pendientes con organismos públicos,
Hacienda, Seguridad Social, etc.
2) La amenaza que según los analistas del gabinete económico
del Gobierno, gravitaba sobre el colectivo de trabajadores
del grupo y la pérdida de sus puestos de trabajo.
3) La dimensión colosal que estaba alcanzando Rumasa en
el universo empresarial como grupo bancario, y hotelero
y el peligro que eso conllevaba de eclipsar a instituciones
financieras secularmente establecidas.
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Rumasa y su influencia en la generación de la posguerra
Con esta interpelación a la masa de lectores, que cada cual
haga su propia reflexión y encuentre la respuesta. Según el
decreto ley promulgado por el Gobierno las causas se resumían
en que era inevitable la intervención del grupo con nocturnidad
y alevosía por razones de “interés social”. En otras palabras para
salvaguardar la pérdida de los puestos de trabajo, es decir, se
apoyaron en la premisa nº 2.
La consistencia de este argumento se cae por su propio peso
cuando se analiza, solo superficialmente como se desarrolló la
REPRIVATIZACIÓN de las empresas del grupo, por lo que y
siguiendo la línea de información a los lectores, voy a enunciarles
los postulados más elementales de la misma para su más fácil
comprensión.
Incautación del grupo Rumasa por el Instituto Nacional de
Industria (INI)
Una vez intervenido el holding por el Estado el 23 de febrero
de 1983, pasaron todas las empresas de Rumasa a formar parte
del Patrimonio Nacional del Estado, a través de su organismo
técnico el Instituto Nacional de Industria.
Este organismo fue creado el 25 de septiembre de 1941
con el propósito de promover el desarrollo de los proyectos
industriales españoles, atendiendo a una visión autártica de la
incipiente economía de la nación. Dicho de otro modo, se trataba
de organizar la escasa industria estatal, partiendo del principio
de autosuficiencia económica y política y ajustándose al modelo
de economía cerrada a que el régimen estaba obligado a realizar
por el aislamiento de circulación de bienes a que estábamos
sometidos por los países europeos y norteamericanos con
regímenes democráticos, en respuesta al gobierno dictatorial que
padecíamos desde la Guerra Civil.
De esta forma el INI tuvo a su cargo empresas públicas
con actividades industriales, como fue Ensidesa, en el caso de
actividades de automoción fue Seat, la de actividades navieras fue
Bazán y la de armamentos la denominaron Santa Bárbara.
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Antonio Agar
Dada la envergadura del grupo de Rumasa, con un
conglomerado de empresas alrededor de setecientas, la
reprivatización era a todas luces inviable para ser soportada
por un solo grupo o empresa, por lo que se tomó la decisión de
fragmentar las sociedades por sectores y actividades, de tal suerte
que resultara más fácil su colocación en el mercado.
A grandes rasgos la reprivatización, fue un montaje en
apariencia ajustado a derecho, con mecanismos legales de
licitación y en el que ofertaban sociedades que cumplían una
serie de condiciones, a las que se le imponían dos requisitos
insalvables:
1) Ingresar en las cuentas de los organismos públicos
las cantidades que reflejaban el pasivo exigible de los
balances y que correspondía solo a las deudas tributarias
de la sociedad que se reprivatizaba.
2) Mantener intactos los puestos de trabajos.
El Instituto Nacional de Industria, trasladó la gestión de la
compleja reprivatización a la Dirección General del Patrimonio
del Estado, quien a la sazón ostentaba el cargo de Director
General don Javier Moral Medina.
El Director General designó un equipo supuestamente preparado y capitaneado por dos de sus más fieles colaboradores.
Don Amable Álvarez Guerrero, en calidad de Administrador
General de la Rumasa expropiada con sede en Jerez.
Don Carlos Barbáchano San Millán, a quien se le asignó las
funciones de Gerente de la División de bebidas (vinos y licores)
del grupo, con sede también en Jerez.
Resulta al menos sorprendente en la forma y en el fondo de
cómo gestionaron la venta de las empresas, y dado que sería
tarea imposible de analizar detalle a detalle, es decir, reflejar
empresa por empresa los pormenores de su reprivatización. Si
es mi pretensión relatar sólo dos OPERACIONES que son lo
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Rumasa y su influencia en la generación de la posguerra
suficientemente demostrativas y que puedan servir de botón de
muestra para que nuestros lectores, se hagan una idea de cual fue
la Filosofía del Gobierno que de forma sistemática se desprendía
de esa pesada carga buscando compradores dentro de su círculo
de amigos empresarios, para poder liquidar lo antes posible
el fantasma de Rumasa que le perseguía por los pasillos del
Congreso.
Antes de estudiar estas dos operaciones, merece la pena
subrayar una serie de actuaciones de los responsables de la
gestión, que no dejan de ser inquietantes, y que pone en tela de
juicio la transparencia y el proceder ético de los interventores.
¿Saben los ciudadanos que don Carlos Barbáchano puso especial interés en la reducción drástica de las plantillas de trabajadores, con el pago consecuente de enormes indemnizaciones, con
el propósito de aliviar el WORK FORCE o Masa Laboral de las
empresas, todo ello previo a su reprivatización? Esto no llega a
entenderse, primero porque iba contra los principios del decreto
de expropiación, y luego porque favorecía a los compradores, en
este caso a don Marcos Eguizabal, quien fue uno de los más llamémosle eufimísticamente “afortunado”.
Incluso hay personas que conjeturan de que este interventor,
formaba parte del entramado de empresas que licitaban por
Bodegas Díez-Merito y Bisa, junto al empresario riojano Marcos
Eguizabal. Como consecuencia de estos comentarios y posibles
irregularidades, nos consta de la presencia y llamada al orden del
Director del Patrimonio que se apresuró a viajar desde Madrid y
a tomar carta en el asunto.
¿Conocen mis queridos lectores que el Sr. Amable Álvarez, a
quien denominaban cariñosamente Mr. PROPER, por la limpieza
laboral y eliminación de empleo que realizó en la empresas
jerezanas y así adecuarlas, según su criterio a una rentabilidad
óptima?
También sabemos que casualmente, este señor después
de la reprivatización estuvo de empleado en Bisa con Marcos
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Antonio Agar
Eguizabal y posteriormente con Bobadilla y Garvey… Los azares
del destino.
Tras este preámbulo que consideramos aclaratorio para
la comprensión de este fenómeno de la reprivatización, nos
centramos en las dos operaciones a la que nos hemos referido:
a) La reprivatización de Bodegas Paternina y Franco Española.
b) La reprivatización de Galerías Preciados.
a) La Venta de Bodegas Paternina y Franco Española
Es incuestionable que Bodegas Paternina ha sido por
antonomasia la imagen del vino de Rioja, y también de los vinos
de mesa de España, desde siempre.
Don José María Ruiz Mateos consciente de ello y del peso
que ha soportado en la historia vinícola de España, al finalizar la
década de los setenta y una vez que España, se abría al Mercado
Internacional, con otras marcas de vinos de Rioja, y como otras
zonas como Ribera del Duero, regiones vinícolas de Cataluña,
etc. Se consolidaban en esos mercados; se planteó adaptar sus
bodegas como Paternina y Franco Española a estos nuevos
tiempos, por lo que planificó una especie de aggiornamiento, de
renovaciones y mejoras con el incremento de sus activos de botas
de roble tanto americano como limousine francés. Fui testigo
directo de estos cambios al ocupar el cargo de Director Financiero
de Bodegas Paternina en el año 1981 y como esos progresos, no
se limitaban solo a los factores de la producción, sino que también
estas mejoras se aplicaban a la formación del equipo humano,
tanto en idiomas, como en sistemas de trabajos tanto de controles
administrativos como de elaboración y bodega.
Nuestra meta era convertirnos en uno de los mayores
exportadores de vinos de calidad y competir con los franceses en
mercados como Estados Unidos y Canadá.
Una vez en la plataforma de salida, con las inversiones
realizadas, programaciones de publicidad y conciertos con
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Rumasa y su influencia en la generación de la posguerra
clientes, se nos vino encima el tsunami de la expropiación,
arrasando ilusiones, puestos de trabajo y destruyendo la imagen
que tantos años costó levantar. El nuevo propietario, don Marcos
Eguizabal, sin experiencia bodeguera que lo avalara hizo válida
su oferta de unas decenas de millones por unas propiedades
bodegueras que valían miles de millones. Un disparate que
forma ya parte de los más aberrantes misterios de la historia
empresarial.
b) La Venta de Galerías Preciados
Este grupo lo conformaban una cadena de tiendas que fue la
primera gran empresa de almacenes en España con vitola de un
servicio personalizado y que tuvo su apogeo en la década de los
cincuenta y sesenta.
Su fundador, el empresario asturiano Pepín Fernández, que
emigró a Méjico y Cuba, forjó su experiencia en unos centros
comerciales de la Habana, y a su regreso a Madrid se instaló
en la calle Carreta, creando su primera tienda con un servicio
innovador y que se llamó Sederías Carretas. Su gran salto se
produjo en 1943 con su primer centro de Galerías Preciados,
comenzando la andadura de este grupo con un éxito vertiginoso
que le permitió abrir nuevas tiendas en Madrid y poco más tarde
en numerosas ciudades de España.
Dada la envergadura tanto económica como financiera, que
representaba esta rápida expansión Pepín Fernández aceptó la
entrada como accionista de la Banca Urquijo que aportaba fondos
suficientes para garantizar la viabilidad de un proyecto de tal
calibre. Así transcurrieron en solitario sin competencia más de
veinte años.
A inicios de los setenta se introducía en el Mercado un
competidor El Corte Inglés, que de la mano certera de un gran
financiero, don Isidoro Álvarez, que con un gran equipo de
profesionales, tuvo un comienzo arrollador, ganándole terreno
comercial a Galerías Preciados, que coincidió con el ocaso vital
de Pepín Fernández ya en esa época octagenario, y que no tuvo
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Antonio Agar
un sucesor que llevara la batuta para combatir la entrada de una
competencia tan sólida.
De esta forma transcurrieron unos años en que los resultados
fueron descendiendo hasta cotas negativas, por lo que la Banca
Urquijo, el principal accionista decidió vender el negocio que a su
vez se había cargado de personal, por lo que podríamos decir que
iba a los finales de los setenta a la deriva.
Es en ese momento cuando don José María Ruiz Mateos se
interesa por esta actividad, y de esta manera logra saciar su apetito
de empresario audaz. La banca Urquijo tuvo noticias, y le hizo
llegar a don José María que ya estaba analizando la operación, de
la existencia de una firma alemana también interesada en Galerías
Preciados. No se sabe a ciencia cierta si fue una estratagema del
Urquijo o no, pero lo que desencadenó fue la precipitación de Rumasa por finalizar la operación sin haber llegado a un estudio final
de su viabilidad.
Cuando don José María se dio cuenta del lastre de personal,
unos once mil empelados, no se amilanó; al contrario, para él era un
nuevo challenge, un nuevo reto que afrontar en su ya dilatada vida
empresarial. La operación tuvo lugar a finales de 1981 e inmediatamente descargó toda su energía y coraje para reflotar el grupo
de tiendas, invirtiendo no solo recursos económicos, sino su mejor
activo: “Sus ejecutivos insuflados de entusiasmo y dedicación”.
Lo que sucedió, es que cuando estaba recogiendo los primeros
frutos de su trabajo con la recuperación de su antigua imagen corporativa y fidelizando sus clientes, le sobrevino el duro golpe de la
expropiación.
Se especula sobre la intervención del círculo de asesores de
la Presidencia del Gobierno, quienes recomendaron al grupo empresarial venezolano “Los Cisneros”, la adquisición de Galerías
Preciados, por el montante de las deudas tributarias que ascendían
a varios cientos de millones. ¿A cuánto ascendería su verdadero
patrimonio inmobiliario?, seguramente habría que calcularlo exponencialmente.
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Rumasa y su influencia en la generación de la posguerra
El Grupo Cisneros nunca hizo un programa de viabilidad ni
planificación de futuro, a lo sumo llegaron a efectuar una visita
turística de los emplazamientos y tiendas de Madrid, limitando
su compromiso a dar un pelotazo en toda regla. No consta de que
llegaran siquiera a tomar posesión física del grupo, solo aparecieron como propietarios en la documentación registral y notarial. En
breves meses colocaron la propiedad de Galerías Preciados a un
grupo inglés por miles de millones de pesetas, en una rocambolesca
operación llena de filigranas financieras, para más tarde recalar en
el Grupo Corte Inglés.
Otra reprivatización escandalosa, pero que en este caso alcanza,
una dimensión especial por su magnitud y la relevancia del artífice
de la operación que los anglosajones definen certeramente como
“Due to the person who masterminded the business”.
¿Se enteraría quizás de los pormenores de la operación por los
periódicos?
Dejemos a los lectores que formulen su propio veredicto.
Conclusiones sobre la reprivatización
Una vez finalizada esta etapa de reprivatizaciones, nos
encontramos que tanto previamente los administradores del grupo
y posteriormente los nuevos empresarios no cumplieron con el
requisito más importante de la licitación, que era el de mantener
los puestos de trabajo, que asimismo era el fundamento del
decreto de la ley de expropiación. Se sucedieron los expedientes
de regulación de empleo, cosiguiendo al final defenestrar a la
mayoría de los trabajadores. No acertamos a comprender cómo
los sindicatos y la oposición permitieron estas barbaridades y no
intervinieron para impedirlo.
Concluimos que la reprivatización ha sido el ESPERPENTO
NACIONAL más infame de la historia empresarial de España, y
que de haber vivido Valle Inclán, seguramente hubiera escrito una
enciclopedia Espasa sobre este ignominioso acontecimiento.
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Antonio Agar
Algunos cronistas y analistas han hecho un cálculo del coste
que nos ha supuesto a los españoles esta disparatada expropiación,
alrededor de unos setecientos mil millones de las antiguas pesetas,
pero mi opinión es que esta cifra puede quedar corta y que nunca
sabremos su verdadero valor.
Nos queda pendiente otra incógnita que nunca despejaremos,
pero que tendríamos que SIGNIFICAR Y PONER DE RELIEVE
y es el dato que cuantitativamente no podemos sustanciar, pero
que de manera incuestionable habría que añadir y que sumar a
las setenta mil familias que componían el tejido laboral del grupo
Rumasa en el año 1983 y que son LOS NUEVOS PUESTOS QUE
NO LLEGARON A NACER, y que hubieran fortalecido esa masa
empresarial en un momento histórico en el que se estaba gestando
nuestra entrada en el Mercado Común.
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CAPÍTULO 1
La sociedad jerezana de los años cincuenta
En aquella época, Jerez constituía uno de los bastiones
latifundistas de mayor envergadura, no solo de Andalucía,
sino de España. Un grupo de familias de rancio abolengo
mantenían secularmente en régimen de propiedad feudal, esas
inmensas extensiones de tierras que consolidaron con capitalistas
bodegueros de origen anglosajón en los siglos XVI y XVII y que
conformaron unos bellos paisajes de fincas y cortijos, circundados
con plantaciones vinícolas, grandiosas caballerizas y dehesas que
mimaban al rey del campo “El Toro bravo”.
Las capas sociales de aquellos años eran muy simples.
Los terratenientes y la burguesía formaban la pirámide como
era lo natural, descendiendo a otra segunda capa que como
concepción retórica vamos a llamar clase media, pero que no
difería sustancialmente de la que podríamos llamar la base de la
pirámide: los jornaleros.
La clase media constituida por funcionarios, comerciantes
y empleados no se diferenciaba económicamente de la clase
jornalera, tanto de bodegas, agrícolas o que atendían al ganado.
Su distinción era más bien una figura retórica ya que los sueldos
de la época eran muy semejantes, con la desventaja que el
colectivo de la clase media, estaba obligado a realizar un esfuerzo
económico, al menos dos veces al año, “El domingo de Ramos”
y el día del “Corpus Christi”, ya que era costumbre estrenar unos
zapatos, o unos pantalones bombachos, o un jersey.
Mantener esa tradición en una España paupérrima, constituía
para esta clase media una auténtica proeza, especialmente para
aquellas familias numerosas (la mayoría pasaban de 6 miembros)
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Antonio Agar
fruto de la explosión demográfica de los años siguientes a la
Posguerra. El mérito fue posible gracias a las heroicas madres
que supervivieron a las penurias de una España, sometida a un
régimen autárquico y aislado del conjunto de países europeos.
Es hora de rendirle nuestro más cálido homenaje y nuestra más
ferviente admiración por ese encomiable esfuerzo y resignación.
Cuántas y cuántas madrugadas se pasaban en blanco, cosiendo
y arreglando chaquetas y pantalones con la inserción de nuevos
trozos de paños en la ropa que le había quedado pequeña a los
mayorcitos, para que los pequeños tuvieran la ilusión de estrenar
su propia vestimenta en esos días tan señalados. Todo ello
agravado con la carencia de aparatos electrodomésticos que les
hacía emplear un tiempo valioso en el lavado manual, secado y
preparación del fuego a base de carbón, etc.
Los valores de la sociedad estaban firmemente sustentados por
la clase dominante y la Iglesia que en claro contubernio mantenían
el acatamiento generalizado de la población, como expresaba
Blasco Ibáñez: “El Sol seguía iluminando los campos, las viñas,
los cortijos, pero un tanto desenfocado hacía la humanidad como
si entre ella y el astro se hubiese interpuesto un velo fúnebre”.
El campesino, el jornalero, después de una vida llena
de privaciones, llega a la vejez decrépito y desamparado, y
cuando en alguna ocasión, le asaltaban deseos de venganza y
de reivindicaciones sociales tan elementales, justas y necesarias,
quedaba seguidamente rechazada y abortada por la falta de
garantía de éxito y por esa mezcla de honradez e ignorancia.
Esta inseguridad en sí mismo le hacía entrar en un estadio de
conformismo generalizado, acomodándose a una situación que
les garantizaba la seguridad del sustento y guardando celosamente
en lo más hondo de la sentina del alma, la terrible resignación del
siervo.
Los cronistas de la villa, comentaban que en una ocasión,
en los albores del siglo XX, hubo un conato de movimiento
revolucionario en la comarca jerezana, pero que no progresó,
debido principalmente a dos razones:
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