La actitud de un jefe puede mejorar o empeorar el desempeño de sus colaboradores. La influencia de la personalidad del jefe en el desempeño de sus colaboradores, para bien o para mal es evidente dentro de una organización, ya que es de manera directa la relación entre los mismos, para llevar acabo cualquier actividad de trabajo y sobre todo llegar a objetivos establecidos por la empresa. Sin embargo tradicionalmente nos encontramos con liderazgos lineales, es decir el jefe hace que los empleados sean los que se ajusten a su personalidad profesional; lo cual conlleva a deliberar que el colaborador que se adapta es bueno y el que no es malo. Por otro lado el jefe debiera conocer mejor los talentos individuales de cada uno de sus colaboradores mejor de lo que se conocen ellos mismos y luego usar esa información para beneficio mutuo de manera que entienda, proyecte, canalice y sobre todo respete la personalidad y las habilidades del subordinado al máximo, de esta manera y con la actitud de servicio el jefe antes de mandar debería empezar por servir y conocer, de manera profunda los intereses y necesidades de todos y cada uno de sus colaboradores, deberá de ser responsable apoyar y ayudarlos para que su desempeño aumente, solo hasta que los jefes bajen de su trono de poder, y se dediquen a servir entonces serán servidos y serán reconocidos como verdaderos lideres que ejercen su autoridad y no el poder como algunos jefes suele hacerlo. “Lo increíble es que no encontramos a nadie que lo reemplace…”