miedo - Psicología online

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pautas para enfrentarlo y superarlo
Mi hijo tiene miedo
El miedo es un fenómeno psicológico que nos da la noción de peligro. es
algo normal, con una función adaptativa que tanto en el niño como en el adulto
supone una reacción emocional ante situaciones “peligrosas”.
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Miguel Angel
RizAldos lAMocA
psicólogo Clínico*
E
l miedo es un fenómeno psicológico que nos da la noción
de peligro. Es algo normal, con
una función adaptativa que tanto
en el niño como en el adulto supone una reacción emocional ante
situaciones “peligrosas”.
Tiene un valor de supervivencia,
ya que protege al ser humano de un
Un elemento
importante
es pensar
en algún
hecho
amenazante…
esto sería
suficiente
para darnos miedo
peligro. Además este mecanismo
nos permite actuar de modo reactivo ante una situación en la que
no tenemos vivencias previas. Por
ejemplo, el miedo a la oscuridad.
Se ha investigado que el miedo a la
oscuridad es una reacción innata,
aunque hay una alta frecuencia en
la que es un aprendizaje educativo
de quienes nos rodean así es muy
frecuente encontrar que el miedo
del niño haya sido aprendido por su
papá o mamá, que también tiene o
han tenido miedo a la oscuridad.
Hay un momento en el que el
miedo pasa a ser una enfermedad
y esto es porque ha traspasado el
límite y nos incapacita… dejamos
de hacer aquello que queremos y
todo ello nos hace sufrir.
En nuestros hijos podemos ver
claramente distintos miedos: desde
el bebe que llora porque no quiere quedarse solo; el miedo a las
“brujas o monstruos”, y otros más
evidentes como el miedo a un perro que les puede morder o a una
simple mosca.
El miedo es un comportamiento
natural de protección que sucede
ante una situación de peligro.
Esta conducta se compone de
REACCIONES CORPORALES:
l Ritmo cardiaco acelerado
l Sudoración excesiva
l Tensión muscular
l Sequedad de garganta y boca
l Sensación de nausea en el estómago
l Urgencias de orinar y defecar
l Dificultad en respirar
l Respiración rápida y entrecortada
l Temblores
l Dilatación de las pupilas
l Erizamiento del pelo
l Aumento de la presión arterial
Un elemento importante es pensar en algún hecho amenazante…
esto sería suficiente para darnos
miedo. Veamos un ejemplo: a algunos niños les basta imaginarse
que un perro pudiera morderles
para tener miedo a los perros. Incluso la lectura de un cuento puede
desencadenar el miedo. Entonces,
¿qué que podemos hacer?.
Existen dos caminos que
normalmente hacemos:
l Tenemos un cuidado exagerado y
alejamos a los niños de toda información susceptible de crear miedo.
l Procuramos que el niño se enfrente a situaciones nuevas y quizá
atemorizantes.
La segunda opción es la más
sana y adecuada, ya que con este
comportamiento alejaremos a los
niños de un estado exagerado ante
el miedo. Debemos intentar exponernos al miedo y descubrir cómo
influye en nuestra vida.
¿cuáles son los miedos
más frecuentes del niño?
MIEDO A LA SEPARACIÓN
Es el miedo del niño a la separación
y al abandono. Dentro de este tipo
de miedo hay dos muy frecuentes;
n Miedo a dormir solo o permanecer solo en casa
Cada vez que el niño tenga miedo
por las noches deberemos ocuparnos de él (padre, madre o ambos).
En el momento de ir a la cama
sentarnos a su lado, contarle algo
y acariciarle la frente y las cejas. Al
cabo de tres a cinco minutos se relajará y dormirá tranquilamente.
Este proceder es lo mismo para
dos, cuatro, siete o nueve años. En
cuanto a permanecer solo en casa
será un aprendizaje paulatino y
formará parte de su independencia y autonomía que como padres
debemos alentar.
Hay que acostumbrar a los
niños a realizar siempre las mismas rutinas de conducta antes de
acostarse para adquirir hábitos
saludables:
n La hora de acostarse debe ser
siempre la misma y sobre todo
temprana para poder descansar
ampliamente y adquirir un hábito
de sueño saludable.
n Ir al WC antes de irse a la cama.
n Cenar para no experimentar
hambre o sed.
n Cepillarse los dientes.
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Mi hijo tiene miedo
 n Ducha o baño.
n Hacer actividades tranquilas pre-
vias al sueño. No se recomienda juegos muy activos que entrañen gran
actividad física.
MIEDO A IR A LA guARDERíA
Sólo cuando el niño está completamente seguro de ser realmente
aceptado por sus padres y de que
nunca será abandonado por ellos
podrá asimilar posibles temores a
la separación.
MIEDO uMBRAL
El impulso del niño a explorar sirve
para su desarrollo mental, movilidad y además es una importante
condición para su independencia.
Sin embargo si hay una postura
educativa dominante como “estate
quieto”, “no toques”, etc, plantamos
con ella una barrera que detiene el
desarrollo de la personalidad del
niño. El uso exagerado de la palabra “NO” bloquea el esperanzado
desarrollo de una alegre persona. Al
traspasar el umbral hacia lo nuevo
y desconocido muchos niños dejan de sentir el apoyo de sus padres.
Tanto la sobrepreocupación de los
padres como una exagerada obligatoriedad tienen consecuencias
similares: desarrollar el miedo umbral, que según la fortaleza psíquica
y el temperamento del niño puede
reaccionar terca o agresivamente o
encerrarse cada vez más.
MIEDO AL FRACASO
Se manifiesta en muchas edades. Si
ves en tu hijo alguno de estos indicios debe plantearte cambiar tu
“postura educativa”:
n El niño padece ya el día anterior
a un examen pérdida de apetito o
insomnio.
n Por la mañana, antes del examen, se queja de dolor de cabeza o
Debemos intentar
exponernos al miedo y
descubrir cómo influye
en nuestra vida.
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de barriga (¡el vómito también es
posible!), o tiene fiebre repentinamente.
n La letra del niño en el cuaderno
de ejercicios es peor (“temblorosa”)
que normalmente.
n El niño se “olvida” de presentar
en casa un ejercicio escolar mal hecho.
n En los ejercicios escolares tiene
más “fallos por descuido” que en
los deberes.
Para AFRONTAR el miedo al fracaso utilizaremos estas “estrategias”:
n Anima de manera constante a tu
hijo, con opiniones positivas sobre
sus progresos por pequeños que te
parezcan.
n Utiliza un tono de voz amable;
ambiente familiar relajado.
n Cuidado con los reproches duros
y exigentes, amenazas y castigos.
Deben ser proporcionados.
n Evite sacar constantemente temas
del colegio. Sin presión él irá contando todo lo que quiera saber.
n Si su hijo no consigue vencer su
miedo al fracaso poniendo en práctica los anteriores puntos no se te
avergüences y busca asesoramiento
en un psicólogo.
MIEDO A LA OSCuRIDAD
Pautas para enfrentarlo
y superarlo
n Cuanto más agradable sea el
ambiente en el que duerme el niño, mayor es la probabilidad de
que descanse plácidamente y no
aparezcan respuestas emocionales
negativas.
n La luz, el ruido y las condiciones
climáticas de la habitación serán las
adecuadas. El niño debe aprender
a dormir a oscuras y no necesariamente en silencio absoluto, ya que
esto le lleva a sobresaltarse con el
menor ruido.
n Si nuestro hijo pide la presencia
de luz, podemos recurrir a un piloto
de luz para tranquilizarlo y para que
pueda levantarse por la noche si es
necesario.
n Las camas o cunas deben ser segu-
MIEDOS EN FuNCIÓN DE LA EDAD
Todo ser humano es único y “sus miedos” también lo son. Aún así podemos agrupar “miedos típicos” para
afrontarlos mejor. Este agrupamiento lo podemos hacer según la edad que nos facilitará más su identificación.
Edad
Miedos
0-6 meses
Ruidos fuertes, pérdida súbita de apoyo y soporte.
7-12 meses
Miedo a extraños, a la separación de los padres, a objetos que
surgen bruscamente.
1 año
Personas extrañas , separación de la padres, heridas.
2 años
Ruidos fuertes, animales, separación de los padres.
3 años
Mascaras ,oscuridad separación de los padres, animales.
4 años
Ruidos, oscuridad, separación de los padres, animales.
5 años
Lesiones corporales, ruidos, oscuridad, separación de los padres,
animales.
6 años
Oscuridad, seres sobrenaturales, lesiones corporales, separación
de los padres, ruidos fuertes.
7-8 años
Estar solo, seres sobrenaturales, oscuridad, lesiones físicas, hacer
el ridículo.
9-12 años
Exámenes escolares, lesiones corporales, aspecto físico, truenos y
relámpagos, muerte, oscuridad.
ras para que el niño no esté inquieto
por si se cae y se hace daño.
n Establecer una rutina muy clara para acostarse: acostumbrar
a nuestro hijo a seguir la misma
pauta o ritual antes de ir a dormir,
promueve la adquisición de hábitos
de sueño saludables y proporciona
seguridad.
n Si el niño tiene pesadillas, consolarle con la luz apagada.· Practicar
juegos en la oscuridad: la gallinita
ciega, sombras chinescas, regalos
escondidos en la oscuridad, el escondite (escondiéndose el padre o
la madre en el dormitorio a oscuras
del niño), etc.
En resumen deberías tener en
cuenta las siguientes pautas si tu
hijo manifiesta miedo.
l No demostrar y manifestar los
miedos delante de los niños. El
miedo puede transmitirse de padres a hijos mediante el aprendizaje por observación. Unos padres
miedosos además pueden interferir en la desaparición del miedo
de los hijos impidiendo que estos
exploren su entorno. La falta de experiencia influirá de forma decisiva
en la consolidación de los miedos y
su posterior transformación en las
temibles fobias.
l Seleccionar las lecturas infantiles
adecuadas.
l Contar cuentos agradables, exentos de terror y acontecimientos truculentos.
l Fomentar la autonomía e independencia.
l Seleccionar las películas a ver, evitando las de terror y violencia.
l Realizar cambios graduales en el
entorno para acostumbrarlo a situaciones novedosas.
l Reforzar los comportamientos
valerosos.
l Evitar la sobreprotección porque
fomenta la dependencia.
l Enseñar habilidades en relajación
y autocontrol.
l Y sobre todo, saber escuchar y
dedicarles tiempo suficiente a los
pequeños. n
BIBLIOGRAFÍA RELACIONADA
CON EL TEMA:
ARND STEIN: “Mi hijo tiene miedo”
Plaza & Janés. Barcelona, 1988
FRANCISCO XAVIER MÉNDEZ:
“Miedos y temores en la infancia”. Ayudar
a los niños a superarlos. Pirámide.
FANNY JOLY: “¿Quién
tiene miedo al lobo?”
Anaya Infantil y Juvenil
BONIFACIO SANDÍN: “Ansiedad,
miedos y fobias en niños y adolescentes”
Dykinson
RIZALDOS. Psicología Clínica online
http://www.rizaldos.com
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