ellibrepensador

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8.sietedías
el nacional domingo 26 de mayo de 2013
.ellibrepensador
Cómo reconocer a los mosquita muerta
Por si las moscas
Yo creo que el término mosca
muerta se refiere no a una mosca
difunta de verdad verdad, sino a
una que lo parecía. A todos nos ha
pasado que le hemos dado un manotón o un trapazo a una mosca y
al verla inerte, fuimos a buscar un
pedazo de papel tualé (o con lo que
sea, en estos tiempos en los que
hay que preservar hasta la última
hojita para emplearla en más íntimos menesteres) con el propósito
de recoger y botar el cadáver. Pero
al volver, para nuestra sorpresa,
la bicha no sólo no estaba muerta
nada, sino que estaba espabiladísima, haciendo con sus alas ese
zumbido repugnante típico de la
mosca –biiizzzzz, biizzzz, biizzz–
para salir volando a toda velocidad
y dejarnos entendiendo.
Las moscas muertas humanas son
así, parece que no mataran ni una
mosca. Aparentan ser inermes,
inofensivas cual mosca muerta,
pero resulta que la tal mosca no
estaba muerta, estaba de parranda.
Los mosca muerta no son pacíficos, bonachones ni inocentes sino
que están al acecho, siempre listos
para aprovechar la menor ocasión
que pueda beneficiarlos, sin importarles lo más mínimo echarte la
gran vaina de tu vida. Esa actitud
es típica de la mosca muerta. El
elemento sorpresa es lo que da tanta arrechera: no te lo esperabas.
Hay que andar muy mosca pues
el mundo está lleno de moscas
muertas que van dejando atrás un
reguero de víctimas: empleados de
confianza que le quitaron el puesto
a sus jefes, tipas y tipos buena
gente que le birlaron el marido o
la mujer a sus amigas o amigos
del alma, condiscípulos superpanas que después que te quitaron
prestados los apuntes de clase de
todo el año, te dijeron chao pescao
salao… La lista es interminable.
Los mosca muerta no se sabe si
nacen con la vocación, pero segurísimo que se hacen y se perfeccionan con el tiempo, a la luz de los
positivos resultados que logran
con su moscamuertismo. Así las
cosas, dado que la mejor defensa es
el ataque, lo mejor es convertirse
uno en mosca muerta antes y dar el
estacazo primero.
M
Lo correcto es decir “mosquita muerta” cuando
nos referimos a lo que todo el mundo sabe. Usted
puede ser varón o hembra, pero lo correcto es
siempre decir “mosquita muerta”, a menos que
utilice la ridícula forma de nombrar las cosas
como lo hacen estos revolucionarios o revolucionarias, que seguramente dirían: mosquitas y
mosquitos muertas y muertos.
Mosquita muerta es un término que se refiere,
lógicamente, a una mosca chiquita y muerta,
y las moscas siempre serán moscas, no importando el sexo. Una mosca varón es simplemente
una mosca macho y una mosca hembra, es eso,
una mosca hembra. La mosca varón se reconoce
porque tiene pipí, y la hembra, porque tiene senos
y totonita.
Así que ya lo saben, los y las personas que echas
las pendejas hacen desastres con su carita de yo
no fui, ¡siempre serán mosquitas muertas!
No sé quién fue el curioso que inventó el término, pero es perfecto para describir a la gente que
es así. Vamos directo al fondo: no hay nada peor
en la vida que una mosca fastidiosa y hábil para
huir cuando queremos matarla. Son como seres
inteligentes, con la conciencia de que dan asco y
fastidio. Aparte, son atletas del vuelo y, como si
eso fuera poco, tienen dos globos oculares que
valen por cien, por eso es que son tan difíciles de
matar.
Uno de los placeres más grandes que hay en la
vida es el sublime momento en el que uno agarra una lata de insecticida y shissss… shissss…
Ahhh… y bañas al o a las moscas con ese mortífero veneno, para luego, con un sadismo único,
verla caer y agonizar, generalmente, patas arriba.
Cuando muere una mosca llegamos al sublime momento en el que el asqueroso fastidio se
convierte en un puntico negro totalmente inerte,
incapaz de moverse o de volver a molestarnos.
Es decir, la mosca se transforma en un recuerdo
inofensivo de un ser que algún día tuvo vida. Es
tan insignificante que ya podemos decir que es
una mosquita muerta, que hasta lástima inspira.
Sólo los humanos, además de las moscas, pueden
ser mosquitas muertas. Los hombres y las mujeres mosquitas muertas acechan en todas partes,
nos rodean, están cerca de nosotros y lo peor,
como son mosquitas muertas, no los podemos ni
las podemos detectar hasta que se convierten en
zamuros y nos hacen daño.
Claro está, por supuesto que hay diferencias entre
las mosquitas muertas varones y las mosquitas
muertas hembras. Las mujeres mosquitas muertas, como seres más inteligentes que son, resultan,
indiscutiblemente, más difíciles de descubrir.
Díganme cuando montan cachos; ellas, cuando lo
hacen, son generalmente frías, vengativas y calculadoras, se cuidan más que los hombres, quienes
consideramos normal montar cuernos y por eso,
tal vez, nos descuidamos y en ocasiones somos pillados. Todos los hombres que yo conozco montan
cachos, todos menos yo, que jamás lo he hecho;
por cierto, quienes dicen que nunca lo han hecho
ni lo harán, son quienes más lo hacen.
Cuando uno se da cuenta de los cuernos que nos
pone nuestra amada, lo más seguro es que eso ya
no tiene vuelta atrás, porque las mujeres se toman en serio todo, son más emotivas y se enamoran del cacho… En serio, eso sucede. ¡Me consta!
Hay que tener cuidado con las mosquitas muertas
de las que nos enamoramos, mientras más santas, perfectas e impolutas parecen, más mosquitas muertas son. Igual, ellas, las mujeres, tienen
que estar muy pendientes de esos hombres “modelos” que alardean de ser fieles y hasta critican
con horror a quienes hacen cosas “malas”. Esos
mosquitas muertas ¡son los más peligrosos!
Desconfíen de los santos y de las santas que tienen cerca, de casi todas las personas que tienen
cara de pendejas bien administrada, de los que
se la pasan en misa, los que son padres y madres
ejemplares, los que son excelentes trabajadores y
estudiantes, los que se las dan de beatos, los que
no beben, los que no salen de noche y hablan así:
chi… chi… chi… chi… (con una vocecita virginal
que da entre lástima y ternura) ¡Cuidado! ¡Mosquita muerta al acecho!
El peor castigo para los y las mosquitas muertas
es que se enamoren entre sí, porque después los
dos sufren que jode.
C
Little dead fly
El último debate parlamentario
que vi era acerca de si un
diputado de oposición era
mosca o aquello en torno a lo
cual revolotean las moscas.
Inevitablemente pensé en
Gallegos, en Caldera, en
Andrés Eloy Blanco, en Prieto,
en Godofredo González, en
Rodríguez Iturbe y otros tantos
parlamentarios de elevada
estatura espiritual y ciudadana
con los que este país contó
alguna vez y que cuando uno
los escuchaba hablar, daban
gusto, aunque uno estuviese en
desacuerdo.
La recurrencia con la que las
moscas, el excremento, la basura
y todo lo ordinario y repugnante
ha sido aludido por altas figuras
de nuestro quehacer político no
es normal. Con razón Renán no
pedía para las almas vulgares
otro castigo que el de su propia
vulgaridad, por su incapacidad
de apreciar lo que es santo y
lo que es noble. Si algo no son
nuestros dirigentes es mosquita
muertas. Venezuela es un país
de mosquitas vivas y bien
vivas. Dicho esto analicemos
las características de nuestros
líderes a la luz de este repulsivo
criterio:
1- Nuestros conductores, como
las moscas, tienen visión de
360 grados. Pueden mirar todo
lo que sucede alrededor. En otras
palabras, están informadísimos,
saben quién se está agarrando
la plata y si no hacen nada, no
es por falta de conocimiento.
No necesitan grabaciones que
vengan a alertarlos, esos ojos
multiojitos lo ven todo.
2-Se frotan las patas como hacen
las moscas. Pónganle atención
a los videos y los encontrarán
siempre frotándose las manos en
actitud avariciosa. Ningún poder
es suficiente, ninguna riqueza
sacia.
3- No he tenido oportunidad
de visitar ninguna casa de la
llamada boliburguesía, pero por
lo que me cuentan, al igual que
las moscas, el sentido del gusto
está en las patas.
4-Como las moscas, pican. Cada
vez que hablan para insultar,
pican; cuando golpean, pican;
cuando cometen peculado,
pican; y cuando cobran
comisiones, pican... ¡Y durísimo!
Conclusión, queridos
conciudadanos, en política el
matamoscas se llama elecciones.
Ya tenemos fecha, seamos
contundentes y ¡mosca con el
voto!
L
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