Proceso por el secuestro y desaparición de cuatro ciudadanos

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CHILE, Verdad y Memoria
El sitio del Asociación de Ex-Presos Políticos Chilenos - Francia
Articulo publicado en Le Monde Diplomatique, edicion chilena de mayo 2008
Proceso por el secuestro y desaparición de cuatro ciudadanos franceses en
Chile: la justicia francesa hace su trabajo.
Casi diez años después que las familias interpusieran las respectivas querellas, la justicia gala
someterá a juicio a quince responsables de la dictadura militar chilena, inculpados del secuestro y
desaparición de cuatro ciudadanos franceses.
El juicio, que tendrá lugar en el Palacio de los Tribunales de París durante la tercera semana de
mayo, juzgará en ausencia a quienes se considera como autores del secuestro de Georges Klein,
Etienne Pesle de Mesnil, Alphonse Chanfreau y Jean Ives Claudet. Con excepción de este último,
quien, por orden del régimen chileno fue detenido y desapareció en Argentina, en el marco de la
Operación Cóndor, todos los demás fueron secuestrados por las fuerzas represivas chilenas,
durante los dos primeros años de la dictadura militar del General Pinochet.
Durante todos estos años, la justicia francesa ha indagado, escrutado e interrogado a decenas de
testigos, familiares y víctimas. Sólo al cabo de una paciente e interminable investigación
(instrucción) realizada por tres jueces sucesivos, las autoridades judiciales francesas han decidido
someter a proceso a las personas imputadas por estos crímenes. La inusual duración de la
instrucción, de la que no se puede descartar el telón político de fondo; el carácter excepcional del
proceso que persigue a responsables extranjeros que cometieron sus crímenes fuera del territorio
francés, pero sobre ciudadanos galos; y para terminar, el hecho que el juicio se haga en ausencia de
los acusados (hasta hace poco esto se llamaba ?contumacia?), han transformado esta cita judicial
del mes de mayo, en un verdadero proceso histórico a la dictadura de Augusto Pinochet. Esta última
afirmación es tan cierta que los periodistas y los diversos medios informativos franceses o
acreditados en Francia, hablan del proceso Pinochet, aún cuando el principal responsable haya sido
eliminado de la lista de acusados después de su muerte ocurrida, paradojalmente, el 10 de
diciembre, día internacional de los derechos humanos, en el año 2006.
¿Por qué la justicia francesa juzga crímenes cometidos por
chilenos en su propio país?
A muchos chilenos podrá parecerles extraño que sea la justicia francesa la que trate crímenes o
delitos cometidos en Chile por chilenos, en el marco de situaciones criminales ocurridas en nuestro
país. La principal respuesta que se puede dar a esta interrogante es que las víctimas de tales
crímenes son francesas. En efecto, el artículo 113-7 del Código Penal francés estipula claramente
que «la ley penal francesa es aplicable a todo crimen y delito sancionado de cárcel, cometido por un
extranjero fuera del territorio de la República (francesa), cuando la víctima es de nacionalidad
francesa en el momento de la infracción». Ese ha sido el criterio legal sobre el cual se han apoyado
Patricio Calderon
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los abogados de las familias de las cuatro víctimas involucradas en este proceso. Como lo prueba la
documentación en manos de la Corte de París, las cuatro personas detenidas-desaparecidas
gozaban al momento de su rapto, de la nacionalidad francesa. Georges Klein, por haber nacido en
Francia, siendo hijo de emigrantes; Etienne Pesle por ser hijo de franceses y Alphonse Chanfreau y
Jean Yves Claudet por poseer la nacionalidad por filiación directa. En esas circunstancias, la
aplicación estricta de la ley francesa obligaba a las autoridades judiciales de París a instruir el
sumario. En febrero de 2007, nueve años después de presentadas las querellas, los magistrados
encargados de la investigación consideraron haber recogido antecedentes y testimonios suficientes
para acusar y someter a juicio a 19 personas, cuatro de las cuales están muertas. Es sobre quince
responsables, entonces, sobre los cuales recaen las principales acusaciones por el secuestro
acompañado de torturas de los cuatro ciudadanos franceses.
Casos ejemplares de diversos hitos históricos de la tiranía
Cuando se analizan caso a caso los crímenes sometidos a los magistrados franceses, constatamos
que cada uno de ellos representa un período, un mecanismo o un método particular de la siniestra
máquina represiva puesta en funciones por la dictadura militar.
Siguiendo el orden cronológico de estos acontecimientos criminales, debemos empezar por la
detención y desaparición del doctor Georges Klein, consejero del Presidente Allende, detenido por
las tropas del General Javier Palacios en la Moneda, la mañana del 11 de septiembre de 1973. Él no
fue ni la víctima exclusiva ni la única persona secuestrada en el palacio presidencial. Allí también fue
muerto el doctor Ricardo Pincheira, el joven estudiante Enrique Roppert Contreras y muchos otros.
La investigación llevada a cabo por los jueces franceses reconstituye la detención y posterior envío
al regimiento Tacna de todos los detenidos de la Moneda, entre ellos del doctor Jorge Klein, quien
desaparece definitivamente de ese lugar el 13 de septiembre, luego de haber sido atrozmente
torturado, sin que jamás las autoridades militares, como tampoco la justicia chilena, hayan
entregado explicación o sancionado a los culpables. El general Javier Palacios, responsable del
asalto a la Moneda, murió en su cama en junio de 2006 sin haber sido ni juzgado ni condenado.
Herman Brady, general en jefe de la Guarnición de Santiago al momento del Golpe y por ende,
superior jerárquico de Palacios y Luis Ramírez Pineda, comandante del Regimiento, serán juzgados
por los tribunales franceses. Junto al doctor Klein desaparecen varios detenidos en la Moneda.
Profesionales, médicos, asesores y partidarios del gobierno del presidente Allende, quienes
permanecieron junto a él hasta los últimos momentos del bombardeo del palacio de la Moneda.
Etienne Pesle de Mesnil, ex sacerdote, funcionario de INDAP de Temuco es detenido el 19 de
septiembre por miembros de la FACH. Numerosas declaraciones y testimonios dan cuenta de su
presencia en la base aérea de Maquehue. Tampoco de él se volverá a saber nada. Los abogados y
los jueces franceses sospechan que su rapto y desaparición forma parte de la venganza institucional
lanzada contra los funcionarios de la reforma agraria, que cumplían con el mandato de realizar esa
reforma, entregando a sectores de los pueblos originarios, principalmente mapuche, sus tierras
usurpadas. Bajo instigación de los terratenientes de Cautín y civiles de ultraderecha de la zona,
Etienne Pesle es detenido y se ignora su destino hasta la actualidad.
Alphonse Chanfreau, representa la represión al MIR y a la resistencia clandestina a la dictadura. Ex
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estudiante de Filosofía de la U de Chile, Chanfreau es detenido en su domicilio, el 30 de julio de
1974. Detención efectuada en presencia de su esposa Erika Hennings, principal testigo a cargo.
Numerosos otros testimonios de presos, en diversos centros de tortura, atestiguan de su tortura
brutal y de su presencia en diferentes centros clandestinos de la dictadura. Además Erika, detenida
junto con él, sometida a brutales torturas, es testigo directo de sus vejaciones y desaparecimiento de
la casa de tortura Londres 38 en Santiago. En este caso es la Dirección de Inteligencia Nacional de
la dictadura, la DINA, la que estará sometida a juicio, con su principal responsable, Manuel
Contreras Sepúlveda.
Por último, entre las múltiples víctimas del Plan Cóndor, coordinación represiva de las dictaduras
latinoamericanas durante la segunda mitad de los años 70, está Jean Yves Claudet, ingeniero
franco-chileno detenido en Buenos Aires el 1 de noviembre de 1975. Los magistrados galos han
acumulado cargos suficientes para inculpar al menos a un alto oficial argentino en contacto con
Manuel Contreras y la DINA.
Un proceso simbólico
El proceso francés a la dictadura chilena es ejemplar y transparente. Es el único que llegará a
término fuera de Chile contra responsables de torturas, ejecuciones sumarias, prisión, exilios y
desaparecimientos. La dictadura chilena es un paradigma de graves y masivas violaciones a los
derechos humanos. Será el único juicio legal que abordará diversas épocas y formas de represión,
mostrando la variedad y la increíble red de complicidades de las que gozó el Estado dictatorial para
la comisión de sus crímenes. Juzgará a numerosos altos responsables que, por diversas razones,
han escapado a las sanciones de la justicia chilena. Tendrá lugar a casi treinta y cinco años de la
comisión de los delitos y después de más de dieciocho años de intentos de normalización
democrática, tiempo que habla por si solo de la desesperante lentitud de la justicia y de las
increíbles secuelas de la impunidad, sufrida, no sólo por los sobrevivientes de tortura, los familiares
de los detenidos desaparecidos, de los ejecutados, cuyos cuerpos no han sido jamás entregados,
así como también la falta de verdad y justicia vivida por toda la sociedad.
La lista de inculpados presenta importantes ausencias. Los generales Javier Palacios y Augusto
Pinochet y el coronel Pacheco Cárdenas, muertos durante la larguísima intrucción. Osvaldo Romo,
alias ?El Guatón Romo?, lúmpen al servicio de las más bajas tareas, muerto en la cárcel hace casi
dos años. La muerte de Pinochet ha contribuido a acelerar una instrucción que se arrastraba desde
hacía largos años. Para Francia, juzgar y condenar al ex dictador habría representado una eventual
fuente de conflicto con los medios de negocios chilenos y habría constituido un riesgo financiero
comercial para los intereses galos en nuestro país. De ese modo, el 10 de diciembre del 2006, no
sólo se oyeron suspiros de alivio en la derecha y en los medios oficiales chilenos, sino también en el
ámbito judicial francés.
El juicio que tendrá lugar en París entre el 19 y el 23 de mayo no es una experiencia nueva para la
justicia francesa. Ya existen varios precedentes en la materia, como lo fue el juicio y condena del
capitán de navío argentino Alfredo Astiz, condenado a cadena perpetua por el secuestro y la
desaparición de dos religiosas francesas a finales de los años setenta.
Hay quienes podrían restar importancia a este juicio por el hecho que los inculpados estarán
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ausentes y que evidentemente no serán obligados a cumplir condena. Eso es cierto, sin embargo, el
hecho que pese sobre ellos una orden de detención internacional y que sean condenados, los obliga
a tener Chile por cárcel de la que no podrán salir sin arriesgar la detención inmediata y la extradición
automática a París. Eso constituye el comienzo de la pena a la que estarán sometidos de por vida.
¿Hacia una justicia con competencia universal?
La gravedad y masividad que han revestido las violaciones de los derechos humanos en el mundo,
durante los últimos años (Ruanda, Ex Yugoslavia, Sierra Leona, etc.), sumado al carácter global de
la evolución del planeta, han puesto en el tapete la idea de una justicia universal. Un importante
paso en ese sentido lo han constituido el tribunal de la Haya, encargado de juzgar a los criminales
de guerra de la ex Yugoslavia, o el Tribunal de Arusha responsable de investigar y someter a juicio a
los criminales del genocidio ruandés. Lo más significativo en ese sentido ha sido la creación por el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, del Tribunal Penal Internacional (TPI). Este
organismo está encargado de juzgar las violaciones de los derechos humanos, los genocidios y los
crímenes de guerra, poco importa el país y el lugar donde estos hayan sido cometidos. A pesar de la
oposición activa de los Estados Unidos, numerosos países han firmado y ratificado la creación del
TPI. La idea de una justicia con vocación y competencia universal avanza no sólo en las esferas
dirigentes sino también en la opinión pública internacional.
Cuando por distintas razones un país se encuentra impedido de impartir justicia accesible y
democrática a todos sus conciudadanos, la participación de la comunidad internacional es una
necesidad. En este caso no se trata de justicia universal, puesto que la justicia francesa está
defendiendo a ciudadanos de su propio país víctimas de la barbarie de la dictadura chilena. Sin
embargo, este juicio está fortaleciendo el proceso de sanción universal de futuras agresiones de los
Estados sobre seres humanos, cualquiera sea su nacionalidad o condición.
Por último este juicio representa para los familiares directos y para los sectores más conscientes de
la sociedad chilena una pequeña pero gran suerte de reparación moral, la verdad es indesmentible,
sus familiares son desaparecidos hasta el día de hoy, salvo el caso del Dr Jorge klein, cuyos restos
fueron encontrados en una fosa y luego, por orden de Pinochet, lanzados al mar. De modo que el
duelo, rito ancestral de la muerte, aún no existe. Por estas razones, cinco asociaciones apoyan a los
familiares querellantes de las víctimas, y se constituyeron también querellantes: la Federación
Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y sus ligas en Chile (CODEPU) y Francia (Liga
Francesa de Derechos Humanos), Asociación de ex Presos Políticos Chilenos (Francia) y Francia
América Latina.
Paz Rojas Presidenta del CODEPU (Corporación por los Derechos del Pueblo) Ricardo Parvex,
Presidente de la Asociación d?Ex Presos Polçiticos Chilenos (Francia).
URL : http://www.chiliveriteetmemoire.org/spip.php?article54
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