Principios de Sydney* Principios-guía para lograr un nivel sustancial de protección a l@s niñ@s contra la promoción comercial de alimentos y bebidas Las acciones para reducir la promoción comercial dirigida a niñ@s deberían: 1. Defender los derechos de los niños: estos principios deben alinearse e ir paralelos con la Convención de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas y la declaración de Roma sobre la seguridad mundial de los alimentos, los cuales defienden los derechos del niño a una alimentación adecuada, sana y nutritiva. 2. Proveer protección sustancial a los niños: los niños son particularmente vulnerables a la explotación comercial y las regulaciones sobre publicidad y mercadeo deben ser lo suficientemente poderosas como para proveer un alto grado de protección. La protección del niño es responsabilidad de todos los sectores sociales: padres, gobiernos, sociedad civil y el sector privado. 3. Deben ser de naturaleza estatutaria: sólo regulaciones estatutarias tienen la autoridad suficiente para reducir el volumen de mercadeo comercial dirigido a niños y a los efectos negativos en sus dietas. La auto regulación de la industria no es suficiente. 4. Una definición amplia de la promoción comercial: las regulaciones publicitarias deben incluir todo tipo de mercadeo comercial dirigido a niños (propaganda en TV, medios escritos, torneos, campañas de lealtad, concursos, internet) y ser lo suficientemente flexibles para incluir nuevas formas de mercadeo comercial. 5. Garantizar espacios libres de publicidad para niños: las regulaciones deben asegurar que las escuelas y otros lugares frecuentados por niños estén libres de promociones comerciales dirigidas a estos. 6. Incluir medios de comunicación que trascienden fronteras nacionales: se precisa de acuerdos internacionales para regular medios de comunicación sin fronteras tales como internet o televisión vía satélite o cable, así como las transmisiones desde países vecinos. 7. Deben ser evaluados, monitoreados y sancionados: el impacto de estas regulaciones sobre los patrones dietéticos infantiles debe ser evaluado cuando se instituya. Debe existir, además, un seguimiento del cumplimiento con las regulaciones contemplando sanciones en caso de incumplimiento. * Consensuados en el Congreso Internacional de Obesidad – Sydney – Australia – Septiembre 2006