el aula del accionista Con la colaboración de: la liquidez Cuando un activo financiero ofrece la posibilidad inmediata de ser transformado en dinero, tiene mucha liquidez. En el sector financiero, los activos con mayor liquidez son, entre otros, los depósitos. Para cualquier entidad, es básico mantener un buen grado de liquidez para poder atender las peticiones de reembolso de sus productos. L a liquidez es la cualidad de un activo, por la cual es posible su transformación inmediata en dinero en efectivo, esto es, en dinero líquido. Las monedas y billetes gozan de una liquidez absoluta. Pero, por ejemplo, desde un punto de vista bancario, los activos que gozan de una mayor liquidez son los depósitos (cuentas de ahorro, a la vista, depósitos a plazo, etc.). Para el sector financiero, es fundamental mantener un buen grado de liquidez porque cuando una entidad no puede atender las peticiones de reembolso de sus clientes, porque no tiene reservas líquidas suficientes para ello, existe la posibilidad de contagio del riesgo de impago entre las instituciones financieras y para todo el sistema. Se suele utilizar el ratio que relaciona los depósitos que ha obtenido (dinero de los clientes) con los préstamos concedidos para analizar el grado de liquidez con el que cuenta una entidad. La gestión del riesgo de liquidez está regulada por la directiva Basilea II, cuyas normas han sido traspuestas por el Real Decreto 216/2008 y por la Circular 4/2004 del Banco de España. La directiva europea establece que las entidades deberán promover políticas para medir su posición neta de financiación, así como posibles necesidades en el futuro; también deben fijar planes de emergencia para afrontar las crisis de liquidez. Por su parte, el Banco de España clasifica los activos y pasivos, según los plazos, para evaluar la liquidez de los diferentes instrumentos financieros (a la vista; hasta un mes; entre uno y tres meses; entre tres meses y un año; entre uno y cinco años; y más de cinco años). En cada uno de esos casos, las entidades deben evaluar la liquidez, al distinguir entre activos cotizados y no cotizados. También deben realizar una descripción de cómo gestionan ese riesgo de liquidez. Vocabulario imprescindible Activos: Conjunto de bienes y derechos de una sociedad. Esto es, lo que posee (bienes) más lo que le deben (derechos). El activo refleja las inversiones de la sociedad en capital fijo, inmovilizados, mercaderías («stocks)», cobros, patentes, etc. Deudas a corto plazo: Se trata de las obligaciones de pago que tiene una empresa con un vencimiento que no sea superior a un año. Se trata de un tipo de financiación ajena con carácter temporal. Inyección de liquidez: Operaciones excepcionales que han realizado los bancos centrales en determinados momentos de los últimos años para ingresar más dinero en el mercado a través de las entidades bancarias, con el objetivo de que luego éstas lo pongan en circulación a los ciudadanos. En realidad, se trata de un préstamo bancario a un interés asumible para el sector. Técnicamente, se realiza a través de subastas rápidas. Estas operaciones de ajuste no tienen un vencimiento normalizado. Pasivo: Término contable que define el conjunto de deudas y obligaciones pendientes de pago. Mientras el activo muestra en qué ha invertido una sociedad, el pasivo informa sobre el origen de los fondos para realizar dichas inversiones, es decir, de dónde se saca el dinero la empresa para poder realizar sus actividades. Riesgo de impago. Supone el riesgo de que una parte de un contrato no efectúe un pago cuando deba hacerlo, ante los compromisos adquiridos en determinados productos. Tesorería: Según establece el Plan General Contable, en la partida de la tesorería se deben recoger los medios líquidos disponibles o efectivo, cualquiera que sea la moneda que se trate y la forma concreta en que se tengan, tanto en caja como en entidades financieras. El contenido de esta ficha y de las anteriores las puede consultar en www.caixabank.com